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lunes, 23 de marzo de 2009

Lejos


Kilómetros son barreras en las que lastrar la felicidad. Excusas baratas para no encontrar el sueño; para no completar el círculo. Queremos dibujarla circunferencia de nuestra vida, hacerlo completo, íntegro y propio y acobardados dejamos la tarea sin llegar a romperse la punta del lápiz. Encontrar en la letanía de los tiempos muertos por el horror una mirada cómplice, una palabra de amor es un sueño y a la vez una daga clavada en el espíritu. Sin conocernos el timbre de la voz, o la calidez de nuestras palabras, nuestras manos, el juego de caricias... nos amamos por perfección.

En la escala de la felicidad la suposición de agarrar tu belleza, ponerla a la altura de mis ojos y susurrarte que te quiero y me respondes, marcaría un 10. El dolor más extremo es insoportable ante la incerteza. Viajar por caminos que no conducen a tus besos, son torturas movidas por la avaricia y la lujuria que calman mis deseos carnales, pero enviolentan mi corazón. Corazón ajado por palabras indoloras que resquebrajaban mi alma, cerraban mis ojos para abrirlos vidriosos y mostraban negatividad, incluso rodeado de belleza... Las sinuosas pieles, vestidas solo por velos, enbaucaron armadas de sonrisas, caricias y armas, pero desbordados mis sentidos, viciada por sus caricias mi conciencia, era su crueldad la que borraba cualquier atisbo de alegría en el horizonte, para sumergir en lúgubre oscuridad mi existencia tan sólo abrazado mi cuerpo desnudo, por el atroz viento y su aullido de terror.

Pero ahora sé que existe la perfección asociado al nombre de una mujer. Soñar, imaginar, con un amor imperecedero en tiempos de desecho. Y volver a reir, a llorar. Que nuestras manos juegen; los dedos se deslicen, las caricias y los besos recorran cada centímetro de nuestra piel; que las lenguas batallen en mayor deseo. No voy a escribir en papel, o sobre un teclado los detalles con los que seremos eternos, aunque ya lo somos en nuestra imaginación sin habernos visto... Vivimos en nuestros sueños, en una imaginación valiente dentro de espíritus cobardes... Camino convencido de tenerte a mi lado sería el reflejo de mi vida perfecta, de nuestra felicidad exponenciada, de la relevancia del momento; Darías color a mi vida con unos lapiceros que jamás se gastarían. El destino cruel y necesario barajo las cartas y nos sitúo lejos, pero vivimos cerca...

lunes, 22 de septiembre de 2008

La oscuridad destroza mi corazón


Por dónde se desvanecen los sentidos.
Víajaras conmigo al terraplen oculto,
allá donde el espíritu me desobedece y se enfanga en tinieblas.
Luchas conmigo un día a brazo partido,
para al siguiente dejas mi alma sola en el cadalso.
Destrozando mi líbido con la promesa de besos vacíos.
Ahogando en mi incertidumbre;
Roto por el dolor de saberte perdida,
con mi suerte esquiva como aliada,
sudó por no caer en la pesadumbre
y transformar mis lágrimas en cristales roídos.

En la soledad de la cama más solitaria.
Acompañado por almas en pena que profesan fé a dioses vencidos.
La frialdad de mi aliento contrasta con lo caliente de mi piel
cuando estoy junto a ti.

Quiero despertar de esta pesadilla.
¿Qué puedo hacer para desterrar la desazón?
Cercionado de nunca más vivir prevenido
Ahogado por el sueño de una vida interrumpida,
entre paréntesis de temor, vivo rodeado por tan sólo
las letras que forman la palabra soledad.
Ahora que veo el mundo tan sólo por una merilla.
Una vez más toca luchar sin armas más allá de mi deapuperado corazón
y el correr de un reloj que acerca el olvido.
Duermo sin sueños y el desasosiego me despierta en estampida,
y gimiendo lucho por arañar un minuto tan sólo,
pero sin éxito, permito que el terror me presente a la horrenda realidad.

Desharrapado intento convencerme de ser capaz de luchar;
más cuando hay que encontrar fuerzas
mi conciencia me invita a placeres mínimos,
ajenos a mi persona y olvidados por vivirlos en soledad.

Ante el sueño de una vida nunca imaginada,
compite la realidad de un mundo desleal, engañoso y perdido.
Angustiado por lo que los cristales empañados dibujan
salgo por la puerta de atrás,
buscando unos ojos que me conquisten,
y hagan olvidarme de este horror.
Mancebado a base de pesadillas
conservo el honor de no ser domesticado.
Pero camino entre no-muertos sin conciencia de su existencia,
en un presente sin futuro,
un camino sin sentido.

Mi letra cada vez es más pequeña.
Borrosa es la turba de mi ingenio.
Sumido en la desesperación más profunda.
Quiero sobrevivir a la tragedia,
mientras tu recuerdo pasa como una centella.
Aniquilada la esperanza de reinar en tu reino,
me arrastro por esta vida malhumorada,
sin un anhelo que me olvide de la envidia.

Mi libertad es la coartada de los poderosos.
Muerta la resistencia en el rugir de los tiempos,
encuentro paz al sentir el filo punzante,
derrotando las convincciones de mi frente.

Mil lanzas punzantes empalan cada uno de mis recuerdos.
La sangre ahoga mi garganta y ensucia mis palabras.
Exhasperado por griáarselas a este infeilz mundo,
muero cada día, sin remisión y morfina,
notando como cada herida y cada llaga,
pelean por llegar cada vez más hondo,
y atravesar mi corazón una vez más.
Indultado por el horror y el sufrimiento,
conservo cordura en la locura.

Aquí y ahora encuentro el destino de una vida
que es servir a la muerte.


Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...