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jueves, 27 de octubre de 2011

La vida es cambio



Hace un tiempo escuche o leí, no recuerdo bien que "El destino es una creación humana para acomodar sus acciones en lo incierto y no en lo verdadero". Lo que si recuerdo, es que me hizo reflexionar, en como somos nosotros mismos y no consecuencias o elementos de teorías y personajes conspiranóicos los que nos llevan por un camino u otro. Y el anterior video de Emilio Duró confirma esa idea, puesto que es la positividad, el optimismo, la busca y el transcurso de la felicidad lo que nos llega a hacernos, efectivamente, felices.


La vida es cambio, tal y como  todo cuanto nos caracteriza es movimiento, dinamica celestial de cuerpos solapados en el espacio-tiempo, plano de emociones en el que quedamos definidos por variables subyacentes  mas alla de nuestro entender.

Cualquier nueva situacion es una nueva puerta que se abre al entendimiento, un dominio a ser conquistado por nuestro inquieto intelecto. Ansiosos, de manera primitiva, en pro de una seguridad basada en el conocimiento y la sabiduria otorgada por la rutina. Asi caminamos, asi avanzamos estadios de desarrollo como sociedad.

La tan populosa reverencia a la innovacion o la mejora de los procesos de produccion no deja de ser una mera simplicidad y extension de lo que nuestra especie, de manera innata, ha venido desarrollando durante siglos, esto es, fragmentacion, especializacion y adaptabilidad al entorno. Aunque lamentablemente esta flexibilidad de adaptacion haya llevado a deteriorar el medio natural que nos da refugio y que configura nuestro ecosistema vital.

La naturaleza parece configurarse como un continuo flujo de incesante armonia, procesos independientes que se interrelacionan para generar la mas bella de las anomalias, nuestra propia vida humana. Sin embargo, el milagro que se esconde detras de cada infima proporcion de universo que nos rodea es una continua fuga de energia. A un nivel mas humano, pudieramos simplificar la interaccion entre individuos como un aluvion de emociones, sentimientos de todo tipo que configura el caracter y el comportamiento de unos u otros, todos unidos por un lazo vital de principio y fin.

En ocasiones he escrito algun que otro texto sobre la dinamica que se cierne sobre nuestras vidas cuando, por cada etapa de nuestra vida, puede asociarse un determinado numero de personas. Amigos, relaciones sentimentales, conocidos, etc, etc… un continuo ir y venir de personas, una continua fluidez de apariciones y huidas sin rastro, un desapego de costumbres y, sobre todo, habitos, que configuran relaciones y que termina por enraizar sentimientos y vinculos fraternales.

La vida nos presenta incertidumbres, cambios, antecedentes, miedos y temores, esperanza y muchos otros sentimientos que nos hacen luchar o rendirnos hacia un destino, una quimera sin retorno. Para que la vida transcurra y se produzca un encuentro con el destino hay que exponerse a la realidad. Exponerse a la realidad es dejar que te ocurran las cosas tal cual van sucediendo, no quedándote de brazos cruzados, sino provocando encuentros, desencuentros, acelerando o ralentizando procesos.

¿Pero qué es el destino? ¿Existe el destino? Sólo por nacer en una familia y no en otra, nacer hombre o nacer mujer, nacer en un país y no en otro, el destino ya ha jugado un papel en nosotros. Hay que saber vivir eso que nos toca antes de nacer. Como también hay que saber enfrentarse, más bien prepararse, para el único destino cierto, la muerte.

Respecto al destino en el transcurso de la vida, y no ya sobre las condiciones en que venimos a la vida, el destino es lo que nuestro deseo marca. Y para no sufrir hay que seguirlo, sin que pensamientos o dudas nos alejen de él. Encontrarse con el destino quiere decir realizar lo que los deseos indican. Y para realizar los deseos hay que jugársela.

Las enfermedades, las guerras o las catástrofes son obstáculos de la vida que no hay que confundir con el destino, aunque sería cuestionable también su vinculación con el deseo. Este tipo de situaciones hay que saber afrontarlas, porque por ejemplo no todos los enfermos de cáncer lo viven igual, ni todos los que sufren desgracias las padecen del mismo modo. Estas adversidades no deben servir para apartarnos de nuestro destino, al cual podemos llamar deseo, sea éste cual sea (ser profesor, formar una familia, publicar un libro…) Porque hay personas, que sabiendo su deseo, se rinden al primer contratiempo o simplemente deciden no trabajar para su deseo.

El destino, pues, se puede dirigir. O más bien, en esta vida hay que tener claro lo que se quiere, y en la medida que se vuelca el interés y el esfuerzo en ese objetivo, se tiene ahí el encuentro con el destino. Todo se construye. Es decir, el destino entendido como producto de un trabajo. Un destino que sólo se puede saber conforme vamos haciendo cosas y tomando una u otra actitud.

Cambio es estar vivo, vivir es someterse al cambio. Nunca habra perdida real que nos mantenga con vida, solo ganancia, experiencia vital, desarraigo o fortuna, siempre un porvenir del que aprender.

Cualquier cambio es un avance, porque dos situaciones jamas seran similares y, por tanto, nunca podran ser juzgadas como mejoria o empeoramiento. Cada situacion se basa en una serie de condicionantes que lo definen.

Pero la vida, la vida es maravillosa, lo mas bello y enérgico, lo único que nos pertenece. Solo de pensar en ello deberiamos explotar de extasis, sonyar con recorrer la galaxia, conocer cada rinconcito de este mundo, hablar con cada persona de este globo, buenas, malas, alegres, tristes… porque venimos a aprender, tanto de unos como de otros, porque todas las personas y todas las situaciones son parte de un mismo ser, porque entre todos conformamos una verdadera identidad que nos define y modela como esperanza de progreso y bienestar conjunto.

La vida es genesis si, y solo si, lo plasmamos en la manera en que respiramos, si damos ejemplos de ética y coherencia con cada uno de nuestros pasos.

La vida es cambio y cada cambio es una oportunidad para crecer como persona.
 
Es curioso que llegue a esta conclusión en este momento. Momento en el que aunque activo, el cambio no es tal. Es decir, mantengo mi mente y cuerpo ocupada. Tengo ante mí nuevos retos, situaciones y acciones que me apasionan, animan y aumentan la ilusión por un mundo mejor. Por un cambio en si mismo.

Tengo los cambios en el curro. Un sinfin de proyectos, ideas, mejoras y aspectos a mejorar, pulir o simplemente a realizar. Aunque uno pase por momentos de agobio y desazón, es sin duda mucho más sana esta situación de cosas y muchas por hacer, que no de estar mirando como se caen las paredes. Milímetro a milímetro. Además mantengo sueños, lecturas, ganas de hacer más cosas. Y es que es bueno estar ocupado, pero no preocupado.

En el gimnasio y seguir entrenando, el cambio pasa por montar una nueva tabla o rutina. Más lecturas, series y pelis. Disfrutar del deporte, de mi hermano, de los ya pocos amigos y amigas que quedan, de los cuerpos y ganas de las chicas que se acercan... Pero la realidad, de todo esto, no es en que ocupo mi tiempo y mi mente, sino en que me encuentro feliz, contento con lo que hago y muy importante, cómo lo hago, y por eso, se puede llegar a conseguir cierta trascendencia, es decir, que una vida valga para algo.

viernes, 9 de enero de 2009

Fácil y para toda la familia

Primero los antecedentes y una explicación certera y a la par chabacana:



Y a partir de aquí mis reflexiones...

“La fiesta ha terminado”, decía la presidenta del Congreso de EE.UU. al presentar el primer Plan de la Reserva Federal. Lo que ocurre es que los que comieron los canapés dejaron sin pagar la factura. El problema no es pequeño, porque dadas las características del sistema financiero, pagar la vajilla que rompieron otros es una injusticia y un mal ejemplo; dejar de pagarla, impedirá comer durante mucho tiempo a millones de familias. Ese es el nudo gordiano que ha elevado la indignación, hasta ahora sorda, de mucha gente que es consciente de que va a pagar lo que han causado un puñado de desaprensivos, con los poderes públicos haciendo la vista gorda, pero que no pagarlo es la peor solución. El dilema se traduce en un escepticismo, en una pérdida multiplicada de credibilidad en el sistema, que provoca el hundimiento de los mercados, sean cuales sean las medidas que adopten los gobiernos.

En el fondo existe la idea de que unos se lo han llevado crudo y lo que es peor, que lo que a partir de ahora se ponga a su servicio, para salir de la crisis, se lo van a seguir llevando. Las francachelas millonarias de los directivos de AIG o Fortis, o los cobros de indemnizaciones blindadas por algunos directivos tras su intervención por los gobiernos refuerzan esa impresión.

Recuperar la credibilidad requerirá reestablecer la jerarquía de lo público, la autoridad para que los causantes del desastre no se vayan de rositas, la capacidad de regular e intervenir frente a los abusos, la posibilidad de disponer recursos públicos y aplicarlos con justicia social, es decir poner la política al servicio de los intereses generales, al servicio de la ciudadanía, lo que no es fácil tras décadas de ofensiva ideológica y práctica política conservadoras, predicando las bondades del mercado libérrimo y los males de la intervención pública, que en la práctica, se tradujo en poner lo público al servicio de unos pocos como mostró de forma descarnada la guerra y posguerra en Irak. Así, el ciudadano tiembla cuando oye a los próceres del “nuevo capitalismo” hablar de intervención del Estado.

Pero no nos engañemos, para salir de esta situación, de una forma u otra, tocará arrimar el hombro a los de siempre y se trata de hacerlo repartiendo las cargas con la mayor justicia posible y sentando las bases para que lo sucedido no se repita. Nadie cree que los ciudadanos no vayan a pagar nada en esta situación y con el volumen de recursos necesarios para abordarla o se incrementan los ingresos públicos o se recortarán fuertemente los gastos.

Pero en esta etapa unos pocos se han lucrado mucho, otros han mejorado, pero lo mayoría sigue igual y una parte importante igual de mal que siempre y no será ni justo ni eficiente que los únicos que paguen sean estos últimos. La razón de justicia se explica sola, la de eficiencia, en un caso como el español, radica en que los menos favorecidos viajan menos al extranjero y no compran coches ni artículos de lujo importados, es decir consumen pero no lastran el déficit exterior.

Además, dado el deterioro y la pérdida de confianza en las alternativas de ahorro privado la tendencia al gasto entre los sectores con mayor capacidad adquisitiva no es fácil que se resienta y será más fácil que el proceso de ahorro e inversión se aborde desde lo público, por lo que incrementar los ingresos públicos, con criterios de justicia social y eficiencia sería preferible a reducir los gastos.

El comportamiento irracional del sistema financiero en estos años, que valoraba algo tan intangible como las expectativas infinitamente más que la capacidad de las empresas para satisfacer necesidades, ha dado paso ahora a una reacción no menos irracional, en la que el pánico desploma los valores, independientemente de lo que tengan detrás.

Es obvio que en economías tan complejas como las actuales es imposible funcionar sin sistemas financieros sólidos, pero es más obvio que lo que responde a las necesidades de las poblaciones no son unos papeles a los que llamamos dinero, sino los bienes y servicios que podemos comprar con ellos.

No es una cuestión menor, porque la humanidad dispone de una agricultura más productiva y con más capacidad de alimentar a la población, más y mejor tecnología, mayor capacidad de producir energía, productos industriales y servicios mejores y más baratos que nunca. Dispone de la mayor y mejor cualificada mano de obra de la historia. Sería paradójico que con capacidad para alimentar, vestir, calentar, atender y educar mejor que nunca, se incrementen exponencialmente el hambre, las privaciones y la enfermedad, es decir la miseria, también en el mundo desarrollado.

No es sólo una contradicción entre capital y trabajo, también lo es del propio capital, porque los que han hecho sus tareas bien, ven como sus actividades se resienten pueden arruinarse por culpa de otros.

Por eso hay que cambiar la visión económica y donde hasta ahora ha prevalecido la sinrazón financiera volver la vista, dedicar la política a la economía real.

Se trata de preservar la protección social sin la cual, el incremento del desempleo puede hundir la demanda interna, de que se destinen recursos a sostener y desarrollar los sectores productivos, de que los recursos que se destinen a sanear y sostener los sistemas financieros tengan contrapartidas en regulaciones de mayor control y en participación en capital y las decisiones de las entidades que los reciban, para que en el futuro el sector financiero esté al servicio de la economía real y no a la inversa como hasta ahora.

Evidentemente la crisis requiere respuestas globales, pero Europa, la zona Euro, es un ámbito imprescindible para hacerlo, porque si no lo hace lo pagará, y mucho más, tarde o temprano,

“De economía no sé nada. Me propuse escribir un diccionario sobre la actual crisis financiera para poder entenderla yo”. Son las humildes palabras del genial autor de la mejor explicación en castellano sobre la crisis subprime que comenzó en EEUU y que, como tan bien explica su texto, amenaza al señor que ha ingresado su dinero en “caja de ahorros de su pueblo, San Quirico de Safaja, una Institución seria”.

Desde aquí animamos a su sencilla lectura, disponible en este enlace, que contiene la última actualización del diccionario en abril, que aún no está colgado en su blog. En ella, dice cosas como la siguiente: “Para que estéis tranquilos y no tengáis complejo de inferioridad porque no entendéis nada, os copio lo que ha dicho Jaime Caruana, ex Presidente del Banco de España, Director de un Departamento del FMI (Fondo Monetario Internacional) y responsable de un equipo del FMI que ha elaborado un informe sobre la crisis. Habla del peligro de la expansión imparable de instrumentos financieros con “estructuras cada vez más complejas y difíciles de entender”. Comentario: Ya veis que lo que os pasa a vosotros pasa en las mejores familias”.

El autor de este texto se llama Leopoldo Abadía, “un chaval de 75 años, con 12 hijos y 35 nietos”, ingeniero industrial, ex profesor de política de empresa del IESE durante 31 años y presidente de Grupo Sonnenfeld. Empezó hace tres años a elaborar un diccionario de vocablos “hecho sin ningún criterio, pero que a mí me ha servido cuando lo hacía sólo para mi uso”.

Lo que menos se imaginaba Abadía es que su explicación de la crisis financiera 2007-2008 iba a propagarse como la pólvora a través de Internet. Que economistas, profesores, gurús de todo pelaje, periodistas y analistas financieros varios se iban a postrar de hinojos ante la claridad de sus palabras. Él lo explica así:

“Llegó 2008 y empezó a salir el tema de las hipotecas subprime y todos esos chanchullos (...) mandé el Anexo a algunos amigos míos. Uno de ellos, exultante de gozo porque lo había entendido, se lo mandó a unos cuantos amigos suyos. Al cabo de unos días, mi hijo Fernando recibió el papel, enviado por una amiga suya, que lo había mandado a no sé cuánta gente. Por supuesto, en el documento no ponía que el autor era yo, porque nunca se me había ocurrido hacerlo público".

"La cosa se estropeó más cuando Nacho Giral, a quien no conozco, que es el Director General de Atrapalo.com, una Agencia de viajes on line, lo publicó en su blog particular. ¡¡Y tuvo 7.000 visitas el primer día!! Como tampoco decía quién era el autor, mi hijo Fernando escribió a Nacho diciéndole que era yo. Inmediatamente, Nacho añadió una nota diciendo que el autor era yo, y que, por cierto, era un crack, lo que demuestra, entre otras cosas, que Nacho es una buena persona. La gente empezó a poner sus comentarios en el blog de Nacho Giral. Mientras tanto, la explicación de la crisis ya había aparecido en otros blogs y había recibido noticias de personas de Estados Unidos, de Holanda y de no sé cuántos sitios más".

"Los comentarios han llenado por ahora unas 100 páginas. No los he leído, porque, si dicen que les gusta, pienso que soy Milton Friedman, y si dicen que no les gusta, puedo ofenderme gravemente. Mi hijo Gonzalo, que tiene una Agencia de Comunicación, es el que los ha recogido. Me ha contado algunos, muy divertidos. Empecé a recibir peticiones de suscripción y, de repente, me encontré con 50 suscriptores “oficiales” (gratis todos, por supuesto) y tropecientos mil no oficiales. Ya veis que la cosa se me fue de las manos, en primer lugar, porque nunca pensé lo que iba a ocurrir. Ahora, mis hijos se lo han tomado muy en serio, han registrado el Diccionario y han creado un blog: www.leopoldoabadia.blogspot.com, en el que está el Diccionario y al que puede acceder el que quiera”. Por cierto, lo actualiza el último día de cada mes.

Uno de los capítulos más interesantes del ya famoso texto es el siguiente: “Alguien ha calificado este asunto como ‘la gran estafa’. Otros han dicho que el Crack del 29, comparado con esto, es un juego de niñas en el patio de recreo de un convento de monjas. Bastantes, quizá muchos, se han enriquecido con los bonus que han ido cobrando. Ahora, se quedarán sin empleo, pero tendrán el bonus guardado en algún lugar, quizá en un armario blindado, que es posible que sea donde esté más seguro y protegido de otras innovaciones financieras que se le pueden ocurrir a alguien. **Ayer oí que, para el futuro, lo mejor será pagarles el bonus a los inventores de los instrumentos estructurados (MBS, CDO, etc.) con instrumentos estructurados que ellos mismo hayan inventado. (Me pareció muy buena idea.)

"Las autoridades financieras tienen una gran responsabilidad sobre lo que ha ocurrido. Las Normas de Basilea, teóricamente diseñadas para controlar el sistema, han estimulado la titulización hasta extremos capaces de oscurecer y complicar enormemente los mercados a los que se pretendía proteger".

"Los Consejos de Administración de las entidades financieras involucradas en este gran fiasco, tienen una gran responsabilidad, porque no se han enterado de nada. Y ahí incluyo el Consejo de Administración de la Caja de Ahorros de San Quirico. Algunas agencias de rating han sido incompetentes o no independientes respecto a sus clientes, lo cual es muy serio”. Leopoldo Abadía ha adelantado a El Confidencial que una próxima actualización de su diccionario se dedicará a la ética.


martes, 14 de octubre de 2008

Lo último de Bunbury


Hacer lo que uno quiere es lo más valioso que se tiene. La libertad es el ambalaje de nuestras vidas, y especialmente la libertad creativa. Esta es la que explota Enrique Bunbury siempre que puede, para regalarnos sueños, realidades y experiencias. Cada vez que llega nuevo material de Bunbury, todos los fanáticos de Heroes soñamos con volver a tener algo nuevo de la banda matriz del rock español. Pero ya no; se cerró el libreto de composiciones y ya no queda más que el recuerdo de su música y sus conciertos, una vez pérdida la esperanza de volver a apostar por el rock n'roll.

Una vez cerrada "la Gira del próximo milenio" y silenciar con ella nuestras ansias y el sonido de la banda más trascendente de la historia del rock español, Bunbury ha vuelto con su poesía y su misticismo multi-cultural y ambivalente. Si en sus anteriores discos vimos como experimentaba (o mejor dicho hacía lo que quería para expresarse sin deberle nada a nadie) con el rock, electrónica, música árabe, tango, blues, ranchera, pop, cabaret y y el mundo del circo, en un viaje a ninguna parte, porque llego a todos los sitios, almas y corazones. Disuelta su antigua banda, Huracán Ambulante, Bunbury se encerró en su residencia en el Puerto de Santa María, y ayudado de su inseparable productor Phill Manzanera decidió desgranar nuevos temas, ideas y discursos para alcanzar la máxima de su filosofía musical que es expresarse. Asi en zona naviera, el aragonés errante, construyo una flota, plagada de barcos llenos de misticismo y cuidados arreglos que dan al conjunto, una semplanza de buen blues y una capacidad continúa e inverosimil para reinventirse. Como título Bunbury le dió Hellville De Luxe, nombre de la propiedad en la que el artista reside en la costa gaditana.

Canciones como Irremediablemente cotidiano, El porqué de tus silencios, Aquí, Canción cruel, Hay muy poca gente o Porque las cosas cambian son algunos de los ejemplos destacados de un múltiple redondo, sin excesivos alti-bajos y que nos deja un muestrario del primer Bunbury, el atado al blues-rock, pero que también juega con sonidos folk y la bravura de su nueva banda, con músicos muy cercanos al rock de los 70. La temática sigue la tradicción de otras joyas como "Pequeño " o "El viaje a ninguna parte", siendo nuestro trovador particular sobre el destino, el paso del tiempo y el desamor, y llevando mucho más lejos la critica social y cultural que expresaba en sus antiguas obras, y que aquí es mucho más explícita contra la corrupción real y moral a la que se sumergen ciudadanos, políticos y también artistas.

El nuevo disco de Bunbury fue presentado a través del single El hombre delgado que no flaqueará jamás, primer corte del disco, cuyo video es un corto a modo de road-movie con claras alusiones al cine de Rob Zombie o Robert Rodríguez, que rodean una rabiosa letra y una muestra grandiosa del mejor blues-rock. Toda la maquinaria del nuevo trabajo se vió interrumpida por las acusaciones de plagio al emplear Enrique Bunbury versos del poeta Pedro Casariego, como el que titula el single, y define a la perfección la actitud artística y personal del zaragozano. Bunbury negó el plagio y admitió la inspiración que le aportaron los versos del poeta madrileño, así como también las influencias que su música y obra reciben de otros grandes como Tom Waitts, Dylan, James Joyce o Miguel Hernández.

Bunbury, siempre polémico y atrevido no deja indiferente a nadie y todos tienen y tenemos una opinión sobre él. En mi opinión, Bunbury es un artista grandioso, multidisclipinar, influenciado y capaz de influenciar a varias generaciones con su arte y su vida, siempre a la vanguardia de la creatividad y el talento. Cierto es que hay muchas personas que le consideran un snob, trasnochado y que vive en la perpetúa polémica, pero la realidad es que, el aragonés errante concibe la vida de una manera y su mayor valor es la congruencia para llevarla a cabo, dejando atrás la hipocresía y el suicidio moral y mental que otros muchos músicos o cantantes de este país llevan a cabo.

En esta entrevista con Buenafuente, Bunbury comenta el tema del plagio y otros aspectos de su vida y nuevo trabajo, donde además toco en directo Hay muy poca gente:







Y además aquí dejo el corto que da imagen a El hombre delgado que no flaqueará jamás:





lunes, 26 de mayo de 2008

¡¡¡Cómo esta la música!!!



Hacemos un alto en el camino y dejo de alardear de "mis movidas" y de rojezes varias para hablar de música. Y no vamos a hablar como esperaís, de heavy, hard rock, rock classic, gothic metal o gotemburg metal, sino que le vamos a dedicar este espacio a la cultura musical de masas de este país que no necesita de mucho talento para hacerse oír (y hacerse asquear) y que causa estragos en la población sumisa de la SGAE y las compañías discográficas. Que en ocasiones aparezcan productos como el Chiki, Chiki nos impiden disimular nuestro orgullo en tener gustos propios.

Empezaremos por orden cronológico y para ello descargaremos nuestra ira contra el atentado cometido el martes pasado. Enfrascado en el maravilloso mundo de House, entro mi hermano en el salón para inquirirme que cambiará de canal. Sacrifique por unos minutos a House en un acto de barbarie contra mi mismo, y sintonice Operación Truño (digo Triunfo). A los "bien-pensantes" de Tele5 no se les ocurrió otra cosa que hacer que dos triunfitos, imberbes y en pañales, cantantes de segunda fila (no, artistas no, porque estos son interpretes, como los de las verbenas veraniegas; estos no crean, solo vomitan y repiten lo que otros han creado) destrozaban un himno de toda una generación, un símbolo de la apatía, la sinrazón y el ocaso de niños perdidos. y en definitiva, un single sin el cual no se podría explicar la historia del rock y de la música en los 90. Hablo de "Smell like teen spirit" de los inconfundibles Nirvana (a quienes les debo una actualización).

Asistí a ese espectáculo enlatado de niños pijos, groupies de MTV como diría el maestro Sabina, que seguramente saldrían de allí pensando que habían escuchado en vivo algo "Heavy", cuando en realidad tuvimos que soportar todos los espectadores (en mi caso, casual), un ridículo espantoso encabezado por dos niñatos, convencidos así mismos como muchachos rompedores, al destripar la esencia de un símbolo inviolable. Sus "pintas" desmarcadas por completo del submundo grunge, su gestualidad encorsetada propia de los despampanantes mundos del pop, más cercano a los supuestamente rockeros El Canto del loco que a otra cosa medianamente merecedora de esta canción, y por último, un par de mini-voces que no juntaban entre las dos, la mitad de la fuerza desgarradora del desaparecido Kurt Cobain.

Puede gustar o no este género -de hecho yo precisamente no soy el fan número 1-, pero tras aquello, no es de extrañar que hasta mi señora madre se revolviera del sillón al ver con sus propios ojos semejante estupidez, y tuviera la tentación de zapear.

Para predicar con el ejemplo, y para quienes fueron los afortunados que no pasaban repentinamente por delante de televisores con la cadena Telecinco puesta, les animo a que experimenten lo que yo.

Primero, los antecedentes. Seguro que todos la habréis escuchado, pero os refresco la memoria. Nada más que comentar sobre ella. Escuchad primero esto:


A continuación sienta vergüenza ajena, y experimenten el escarnio inducido que estos dos valientes imbéciles, cuyo nombre por suerte desconozco cometieron; Tampoco de desdeñar es la respuesta de ese personaje de subcultura llamado Risto.

Conclusiones:
1. Risto es un tipo imbécil, narcisista y un chulo de barrio. Pero, al menos hoy, y sin entrar a valorar en lo que yo considero como un papel de "jugador" dentro del "juego" que es el morbo y la violencia verbal gratuita (carnaza para el espectador al fin y al cabo), que se ha convertido tanto OT como la inmensa mayoría del resto de la programación de Telecinco, quiero romper una lanza a su favor tras su reacción al final de la canción;
2. La Televisión de prime time, es un negocio en apariencia gratuito para el espectador, pero la pregunta es: el caldo de cultivo que provoca para la ignorancia ¿lo paga cada espectador de manera individual o la sociedad entera teniendo que soportar las memeces que algunos sin-neuronas adquieren viendo la tele-basura?
3. La Música es un arte; una vía de comunicación entre seres humanos, que entre los múltiples estilos y épocas ha intentado dar sentido al mundo a través de la belleza, siendo esta universal para todos. Entendiendo esto como es posible que exista la SGAE, y lo más importante: ¿le cobrarán a Tele5 derechos de autor en nombre de Kurt Cobain por semejante sacrilegio?. Lo normal sería que sí; lo moral sería que no, porque es tan grande el destrozo que sería el propio Kurt, bueno mejor dicho Courtney Love, la que exigiera el cobro.

Sigamos hacia adelante y parémonos para disertar sobre Eurovisión. Festival audiovisual, de espiritú verbenero; oda a la canción ligera, orgullo de "frikis" y espejo socio-político europeo, en el que las Alianzas, los pactos y las Ententes alimentan todo tipo de hipótesis más allá de las que los hechos nos dejan ver. El Festival creado en 1956 ha ido transcurriendo año a año con las mismas directrices. España que solo venció en 1968 (alimentado en la polémica) y 1969 (de forma conjunta) es socio fundador del certamen, junto a Reino Unido, Alemania y Francia. En todos estos años ha dejado grandes actuaciones y descubierto a algunos de los mejores grupos de la historia de la música, como por ejemplo ABBA.



Pero lo que siempre ha existido y se ha alimentado son las sospechas. Compra de votos, conjuraciones secretas entre países afines. Francia que nunca nos vota, ¡jeje! y así año a año, cayendo en la desilusión, como en las Eurocopas y los Mundiales. Ahora se ha puesto de moda el festival en los países del Este, del antiguo bloque soviético o de la extinta Yugoslavia. Estas Repúblicas hermanadas por una historia y un futuro común viven el espectáculo con máxima intensidad, como un acontecimiento nacional y simbólico y en los últimos años se vienen repartiendo "democráticamente" los galardones.

Al resto del público que vive tranquilamente sin preocuparse por estas lides, el festival de Eurovisión nos sirve para descubrir todas esas bellezas indo-europeas que acuden a representar a sus países.

Elena Paparizou, representante de Grecia en 2006



Gisela, cantante de OT española que represento a Andorra en 2008

Sólo tuvimos una especial emoción, aquellos heavys, en aquel año en el que Finlandia, fiel a su música mando a Eurovisión a Lordi. Vencieron entonces, con aquel Hard Rock Hallelujah, y aunque múltiples sospechas también existen, no cabe duda de que fueron los mejores, los más innovadores e inaguraron una tradición genial. Sería maravilloso ver un año por ejemplo a Moonspell representando a Porgual, a Vader por Polonia, Sonata Arctica por Finlandia, In Flames por Suecia, Paradise Lost por Reino Unido, Epica por Holanda, Wildpath por Francia. De ilusiones se viven.



Pero este año algo diferente había. TVE en su afán de reflotar el concurso inició un debate. Colgo en internet la posibilidad de todo el que quisiera pudiera presentarse. Hasta aquí todo normal. Las discográficas y los interpretes de verano mandaron todo su arsenal, con continuo spam para ser los agraciados. Pero aquí Buenafuente lo vió claro: Qué mejor manera de denunciar y reírnos a costa de toda Europa. Con la ayuda de Santiago Segura y Pedro Guerra y la soberbia interpretación de David Fernández (Santi Clima, jeje) se inventaron un personaje; un cantante de acento porteño, vestuario desfasado, tupe incorrupto, enormes gafas y gracejo forzado. Acompañado por su guitarra Luciana y las patosas bailarinas Disco y Gráfica vapulearon las ondas, internet y devoro el propio producto de TVE: Salieron elegidos para representar a España en Belgrado en el Festival de Eurovisión 2008. Entonces TVE tiro pa alante con el invento. Tuvieron que apaciguar a las vacas sagradas, entre ellas al eterno presentador del festival, el señor Urribarri. Durante dos meses ha estado continuamente machacando con el producto. Se fueron inventando galas, siendo la más provechosa para los sentidos en las que eligieron a las bailarinas.



El Baile del ChikiChiki lo tenía todo. Un personaje surrealista al mando, dos patosas a los lados haciendo el indio, tres tías buenísimas, un ritmo peleón y bailable y una letra para partirse la caja. Y así con estos ingredientes llegaron a Belgrado, actuaron, se rieron e hicieron que nos riéramos de toda Europa, de toda esta gente que se lo toma tan en serio. Su actuación memorable y recordada. La máxima audiencia; Eurovisión salvada.




Al final ganó Rusia
(avatares energéticos aparte y coaliciones entre vecinos). Chikilicuatre quedo el 16, mejorando las actuaciones de los últimos 5 años, y lo más importante ayudo de forma importante a mostrar como somos en España. Nuestro cachondeo y fiesta se regodeo en Europa.


Para terminar y para dejar un buen sabor de boca musical, dos vídeos:



Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...