Mostrando entradas con la etiqueta ministra cultura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ministra cultura. Mostrar todas las entradas

lunes, 20 de diciembre de 2010

Detened la Ley de Economía SostenibleDetened la Ley de Economía Sostenible


Imagen extraída del Ironcita blog

Hace más o menos un año, la Ministra de Cultura nos soprendía anunciando la intención de redacción de la Ley de Economía Sostenible, que incluía una disposición final sobre los derechos de autor en relación a Internet. Esta disposición, que no está relacionada directamente con la ley, se incluyó en ella utilizando el “método clip” que nos enseñaron los Simpsons. Cuando quieras aprobar rápida y discretamente una medida , grápala a una ley popular y se aprobará por asociación. Esto, que parece ficción humorística televisiva, es lamentablemente verdad.

El objetivo de la ministra era que se aprobara discretamente esta medida, que permitiría que las páginas de internet que ofreciesen enlaces a contenidos protegidos por copyright fuesen cerradas cautelarmente por una comisión de expertos del Ministerio de Cultura, asesorados por las entidades de gestión de derechos de autor.

No voy a entrar a valorar si está bien o está mal ver gratis por internet una película en lugar de pagar por ir al cine a verla, ni si es culpable el propietario de una web que ofrece una enlace al contenido o no, al no alojar en contenido en sus servidores. Tampoco voy a ver si realmente la ley fue escrita y diseñada por presiones del gobierno estadounidense, tal y como afirma ahora Wikileaks. Lo que se cuestiona aqui no es eso, sino que se quita a los jueces la autoridad y competencia sobre ello, y le les cede a un grupo de gente motivado fundamentalmente por presiones políticas y cuestiones económicas. Intolerable.

En aquel momento la red se puso en pie de guerra, y en apenas 48 horas más de 50.000 blogguers han levantado su voz, se redacto un manifiesto en defensa de una internet libre, miles de personas se han unido al grupo de Facebook sobre el tema, Twitter echo humo durante dos días bajo el hashtag “#manifiesto” … Tanto fue así, que el Ministerio echó un poco el freno y llamo a consulta a los “gurús” de Internet (Enrique Dans y compañía) para ver el porque de tanto revuelo. En fin, como al final no lo pudieron hacer discretamente, la Ley quedó por ahi flotando cual fantasma penitente… Hasta ahora.

Dentro de unos días, y bajo la misma táctica subrepticia, se pretende aprobar la Ley de Economía Sostenible (y por ende, su disposición final), utilizando una táctica rastrera. El gobierno, que tiene bastante prisa en sacar adelante la ley, y que no quiere dar mucho espacio mediático al tema, ni espaciarlo demasiado en el tiempo, por si acaso la repuesta de la gente es igual o mayor que la de hace un año, ha decidido que la ley se debata en una única reunión de la Comisión de Economía que se celebrará el martes de la semana que viene. Esta comisión tendrá capacidad legislativa plena, es decir que el proyecto de ley se remitiría directamente al Senado con los cambios que se introduzcan en dicha Comisión sin pasar por el Pleno, colándola (en palabras de Entique Dans), por “la puerta de atrás”.

No te quedes de brazos cruzados. Actúa. Estos son los ocho miembros de la Comisión en cuyas manos está aprobar o rechazar la ley.

En sus manos está la aprobación de la "Ley Sinde".

De izquierda a derecha:

Azpiazu Uriarte, Pedro María (GV (EAJ-PNV))
Buenaventura Puig, María Nuria (GER-IU-ICV)
Colldeforns i Sol, Mª Montserrat (GS)
Gastón Menal, Marta (GS)
Montoro Romero, Cristóbal Ricardo (GP)
Oramas González-Moro, Ana María (GMx)
Sánchez i Llibre, Josep (GC-CiU)
Tomé Muguruza, Baudilio (GP)

Estos son sus emails:

pedro.azpiazu@diputado.congreso.es; prensa.icv@gpiv.congreso.es; mcolldeforns@diputada.congreso.es; marta.gaston@diputada.congreso.es; cristobal.montoro@diputado.congreso.es; ana.oramas@diputada.congreso.es; jsanchez@unio.cat; baudilio.tome@diputado.congreso.es

Hazles saber que no estás de acuerdo con la misma. Yo por mi parte les he mandado un correo, como ya han hecho otras miles de personas.

Estimados señores:

En breve estará en sus manos el tomar una de las decisiones más trascendentales en la historia de las libertades individuales de los últimos años en nuestro país. Sus señorías tendrán la capacidad de aprobar o revocar el borrador de la Ley de Economía Sostenible, que incluye de modo “enmascarado” la disposición final conocida popularmente como “Ley Sinde”.

Esta disposición reformula la justicia española para favorecer los intereses económicos de unos pocos, haciéndola a la medida de las entidades de gestión de derechos de autor, y atentando contra los derechos adquiridos lenta y duramente durante nuestra historia durante los últimos treinta y cinco años. De ustedes ocho depende que la justicia española retroceda a unos límites no admisibles en un estado de derecho en el siglo XXI.

Si la LES sale adelante en estos términos, la responsabilidad del cierre de una página web deja de estar en manos de los jueces como hasta ahora y pasa a ser ejercida por una comisión dependiente del Ministerio de Cultura, dejando abierta una puerta a futuras restricciones de carácter incierto. En su mano está el parar este atentado contra la libertad individual.

Entiendo que tras esta ley hay intereses económicos que ustedes tienen en cuenta, pero también quiero que entiendan que sus acciones traerán consecuencias políticas, y que el menoscabo de nuestras libertades será castigado en las urnas.

Apelo a su buen sentido, a su honor, y a su obligación de representar a la ciudadanía, para que detengan este atropello antes de que sea demasiado tarde.

Muchas gracias.

Que se oiga tu voz.

——————————————

ACTUALIZACIÓN 17/12/2010

Nuria Buenaventura ha anunciado que intervendrá en contra, y ha presentado ante el Congreso una petición de avocación, para que sea el pleno del Congreso el que debata el asunto.

Extraído del blog de César Jorda

miércoles, 19 de mayo de 2010

SGAE: ¿quién roba a quién?


No acabo de entender muy bien a dónde se quiere llegar con tanta acusación de piratería a diestro y siniestro.

Si me compro un CD virgen me cobran un canon (impuesto por la SGAE y toda su troupe) porque me consideran (de antemano, por su cara bonita) un pirata; pues bien, si lo soy y además ya me multan por anticipado por serlo, lo que no voy a hacer es poner cara de pardillo y dedicar mis CDs (vírgenes además de piratas) a copiar fotos que he hecho yo con mi cámara. Lo que voy a hacer, pirata de mí, es instalarme un programa de P2P y actuar como lo que soy.


Ahora saldría el enteradillo y me diría que se puede solicitar que te devuelvan el canon si utilizas tus CDs para otras cosas que no sean la piratería. Pues no. El tiempo que necesito para hacer la solicitud también vale dinero (bastante más que el canon de un CD); además, me pedirían mi CD como medio de prueba y me harían pagar a mí los gastos de envío, y para devolvérmelo me volverían a cobrar los portes. Que no, que no. Que si ellos dicen que yo soy un pirata, lo asumo y en paz.


Pero no contentos con que ejerza esa mi segunda profesión (la de pirata) con los CDs (y cuando digo CDs incluyo, por supuesto, a los DVDs), también me multan con el canon cuando compro un disco duro, una grabadora, un reproductor y hasta una televisión. Pues nada, hombre, a actualizarse toca en materia de tecnología: también tengo que descargarme programas pirata para poderlos instalar en mi disco duro, tengo que utilizar la grabadora para hacer más copias piratas y repartirlas (gratis total, por supuesto) entre mis amistades y tengo que buscar los cables necesarios (¿también incluyen el canon?) para que el reproductor de DVD y la televisión estén debidamente conectados a la grabadora o al disco duro… En fin, que al final me van a convertir, a base de multas preventivas, en todo un pirata.

Claro, que ahora, además de repartir el carnet de pirata para todos los compradores de tecnología de España (además de multarles preventivamente), quieren también ejercer de censores con licencia para cerrar páginas molestas según sus particulares criterios económicos. ¿Pero saben estos señores que las páginas que han de cerrar están alojadas en discos duros a los que, preventivamente, ya les han otorgado (¡¡¡ellos mismos!!!) la licencia (¡¡¡cobrada por ellos mismos!!!) para contener copias piratas? Esto es lo que piensa la SGAE sociedad tapadera y portada de los demanes inmobiliarios del Teddi Bautista. Esta oscura sociedad de estatutos anacrónicos y visión medieval. Aliada con un gobierno deudor de los favores de estos supuestos artistas, que no son más que faranduleros de tercera. Continua la batalla entre el progreso y futuro frente a la Inquisición, la ceguera cultural a la que nos quieren sumergir estos impresentables y vividores. Pero no. No van a ganar. La cultura es libre y a la vez un ejercicio de responsabilidad tanto del espectador como del creador, el verdadero que esta en un metro, o en un escritorio y no en un chalet de la Moraleja o Marbella.

Vamos a ver, vamos a ver. Aquí hay algo que falla. O la piratería está prohibida (y se prohíbe cobrar un canon por algo que está prohibido) o no lo está (y me siguen acusando y multando preventivamente por pirata y, en consecuencia, me dejan ustedes ejercer esa segunda profesión en paz), pero todo a la vez no cabe en ninguna cabeza que no esté afectada irremisiblemente por una avaricia sin límites.


Yo les propongo algo. Soluciones concretas. Cuando ustedes ponen a la venta una película en DVD a 40 € por copia, no pongan a la venta un disco de música con DVD incluido a 20 € por copia ni un disco de música (sin DVD) por 18 €, porque a mí eso me produce una extraña sensación de estar siendo estafado. O un DVD vale 40 € (como el de la película) o vale 2 € (como el del disco de música); y por la misma regla de tres, o un disco de música vale 18 € (como el que no incluye DVD) o no vale ni un euro (como el que incluye un DVD a mitad de precio que la película).

Ya, claro, que es que hay discos de música y discos de música y hay películas y películas. Claro, eso ya lo sabemos. Evidentemente yo con mi pequeña colección de cds comprados, de los que no me arrepiento salvo alguna excepción reprochable, y con las poquitas películas originales y legales compradas, o con las que he deciddo ir al cine, no puedo ni siquiera soñar con que a la salida del cine, o escuchado el disco, si estoy descontento me van a devolver el dinero "invertido". Pero ellos sin embargo, pese a colarte, sobretodo con el cine y la música comercial, un sablazo de campeonato subiendo el precio de los cd's hasta un 150 % de lo que cobran por Europa si tienen legitimidad para poder cerrar todas las webs y callar las bocas que no están de acuerdo, protestan y se alinean contra la SGAE, la ministra de cultura y proponen acciones y respuestas. Pues eso que ojalá tuviéramos otro gobierno.

Que no, señores, que no. Que ustedes han estado cobrando fortunas a cambio de mierdas (y sin derecho a devolución) y ahora que nadie quiere pagar por cagarrutas, ¿se enfadan? Una mierda con dolby surround y con sonido envolvente sigue siendo una mierda, igual que una mierda grabada en unos estudios del Polo Norte sigue siendo también una mierda.

¿Que no les gusta que veamos la mierda antes de que nos cobren por ella? Bueno, pues no fabriquen ustedes mierda y no hagan que nosotros, sus sufridos consumidores, nos sintamos estafados y sin derecho a nada cuando nos hacen pagar fortunas por productos de pésima calidad. Y sobretodo no nos pidan que nos callemos, que olvidemos las nuevas tecnologías, con lo que supondría de parón tanto en nustras libertades como en el desarrollo del sector TIC que debería ser, y por desgracia no lo es, uno de los pilares sobre los que cimentar una nueva sociedad y una salida sostenible y de siglo XXI de la crisis.


¿Lo van pillando? ¿Quién es el pirata? ¿Quién roba a quién?

Yo apuesto a que Punset sea el ministro de cultura:


sábado, 25 de julio de 2009

Lo peligroso de buscarse la vida


Antes de irnos de vacaciones plasmaremos una entrada para no perder las buenas costumbres de arremeter contra la (mafia) de la Sociedad General de Autores, su infame "acuerdo" tácito con el Gobierno de ZP, la in-cultura que mueve -o inmoviliza- a esta sociedad y las posibles alternativas a desarrollar. Porque ya estamos cansados de tener un servicio de internet caro y lento y mucho más lo estamos de pagar los lujos a los vagos con el canón (para un par de días me trabajo una entrada sobre lo que supondría apoyar la promesa electoral de PP de suprimir el recargo). El mundo internauta se pregunta cuanto va a tener que soportar esta lacra, este derecho subersivo, tendencioso e inmoral que se cobran los "artistas" y más aún me planteo yo; ahora que la cultura general, global, pero sobretodo la "descatalogada", añeja, innacesible desde el desierto cultural y musical español ha conseguido hacerse conocida y escuchada a golpe de ratón, ahora que todos esos recursos culturales se archivan, copian y facilitan entre usuarios. Vemos películas antiguas, oímos músicas desconocidas y cambiamos discos y films que no vienen de las multinacionales, ¿de verdad se creen que vamos a volver a la inopía?. Craso error.

Le comentaba a mi hermano esta mañana que es más peligroso, para ese secritisimo lugar, en el que adquiero cds y dvds vírgenes sin pagar el canón, esta actividad, que si en su interior se pudieran conseguir armas, esclavos, esclavas o droga. Qué seguro que el peso de la ley caería más fuerte contra ellos por la actividad primero descrita que por el resto de ocupaciones ilícitas. Efectos de un pacto por mantener la industria dicen las voces más "autorizadas", pero que en realidad hablan del inmovilisimo, de la nula capacidad de reacción ante la revolución 2.0. e Internet. Las nuevas tecnologías han asestado un duro golpe a la industria del entretenimiento con las posibilidades de replicar los contenidos grabados y la globalización proporcionada por internet. Estas industrias, y otras afectadas por el progreso tecnológico, presionan a los Gobiernos para que se legisle en su favor, bien cobrando el siniestro canon que presupone que cada usuario de internet o de cualquier máquina grabadora de cualquier cosa es un delincuente, bien recurriendo a medidas de corte totalitario, como impedir el acceso a internet de los infractores de la legislación protectora, a los que llaman “piratas”.

La base de la actitud de la industria es la mal llamada “propiedad intelectual”, concepto necesitado de una revisión profunda y cada vez más urgente, y utilizado casi siempre demagógicamente con amenazas que la historia del progreso humano se ha encargado de desmentir: la imprenta acabó con los copistas, pero no con la escritura; los discos y el cine no acabaron con el teatro, las imprentas sobreviven a las fotocopiadoras domésticas y la televisión no ha liquidado a la radio. La era informática ha obligado a la reconversión de los linotipistas. Nihil novum. Así funciona la vida, y tratar de frenar el progreso técnico con multas o prohibiciones es una actitud reaccionaria con muy poco parangón posible.

El futuro no está en coaccionar a los usuarios de internet, sino en revisar el concepto de propiedad intelectual, demasiado esgrimido con mentalidad, esta vez sí, de piratas.

ersonalmente, lo que más me molesta de toda esta actitud de la SGAE convirtiéndose en el enemigo público número uno de las nuevas tecnologías, los conciertos benéficos y el sentido común, es la desvirtuación de ciertos valores y términos. Yo soy de una cierta vieja escuela, y para mí palabras como “creador” o “autor” me evocaban imágenes como, qué sé yo, Miguel Hernández leyendo poemas bajo las bombas de la guerra civil, Miguel Unamuno encarándose con Millán Astray, Joan Báez cantando contra la guerra del Vietnam, ese tipo de cosas.

Hoy, para casi cualquier joven, las palabras “autor” o “creador” sirven para definir a Teddy Bautista apadrinando la entrada de policías en hogares a buscar discos, Ramoncín haciendo de jurado de OT o José Luis Garci… bueno, simplemente rodando otra película. El hecho de que un mínimo de los afiliados a la SGAE cobren realmente de ésta, que existan voces de disensión en su interior, o que haya otras asociaciones de defensa de los artistas, todo ello queda oscurecido por la actitud de los individuos autorizados legalmente –según reciente sentencia- a colocar espías en las bodas.

Desde la idea de la creación como herramienta de lucha, como voz del pueblo, a los supuestos creadores –los más talibanes, por cierto, con una carrera artística mediocre- convertidos en perseguidores de los nuevos movimientos sociales ja pasado poco más de un par de décadas. Pero los últimos años han sido bastante demoledores. Y veremos si recuperables.

Si los “creadores” realmente defendieran su propia labor… Sin embargo, todas y cada una de las acciones de la SGAE en realidad se dirigen a defender el actual modelo de distribución, que está superado por la tecnología. Hay una analogía que no creo haber leído en ningún sitio, pero que me parece que define perfectamente lo que ocurre en la actualidad.

Lo que hace la SGAE es como si el gremio de pintores y el de escultores hubieran intentado prohibir la fotografía en su nacimiento, al reproducir las obras creadas originalmente por sus asociados.

Sin embargo, pintores y escultores tuvieron que aprender a vivir con la idea de reproducción. Su negocio, es cierto, cambió: no es necesario comprar originales para decorar una casa. Pero sobrevivieron defendiendo el valor añadido del original, encontrando nuevas funciones públicas etc. Y, por supuesto, persiguiendo a quien reprodujera su obra con el fin de enriquecerse. Pero no al particular que hace fotos en el museo o el parque donde se coloca la estatua.

Puede cobrarse por copias cuando los particulares no pueden realizarlas por su cuenta. Al hacer hoy posible la tecnología la copia a cualquier ciudadano con un equipo informático corriente, como antes ocurrió con las fotos, los intermediarios sobran.

Los buenos músicos sobrevivirán dando conciertos. Los buenos escritores sobrevivirán con ingresos adicionales como analistas de nuestra sociedad, conferenciantes, articulistas. Los buenos cineastas venderán sus obras internacionalmente, sumarán premios y no necesitarán de presupuestos tan altos.

Los malos –y quienes han hecho posible que se dediquen a ello de la mano del marketing y estructuras obsoletas-, tendrán que reconvertirse. Sin subvenciones: no se puede salvar lo que no tiene futuro. Si se las apañaron los de la metalurgia vasca o a los aparceros castellanos, que en teoría era gente menos preparada que estos supuestos “autores”, supongo que también ellos tendrán que salir adelante. Para eso están los cursos del INEM.

Aunque, lógicamente, antes de perder ese estatus seguirán pataleando, es lo que están haciendo.

Con suerte, en treinta años ya se nos ha olvidado todo esto, y los jóvenes volverán a admirar a los creadores.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...