martes, 21 de junio de 2016

Black Metal

Hoy es el #DíaDeLaMúsica y también el primer día del verano y no se me ocurre mejor forma de celebrar el primer evento y paliar los sofocos del segundo que escuchar y escribir un poco sobre Black Metal.
No es a priori el estilo, la vertiente del Heavy Metal que más escucho, pero es innegable que grupos y temas icónicos grabado a fuego sobre iglesias de madera aparecen en mis dispositivos y estantería.
Surgido a mediados de los 80 en Europa, el Black Metal combina por un lado las letras paganas y anti-cristianas llevadas con voces guturales y sonidos rápidos y contundentes producto de guitarras muy distorsionadas, baterías veloces y la creación de atmósferas oscuras y cargadas, donde la escenografía es parte fundamental, de una representación conceptual, donde el satanismo es el leiv motiv recurrente tanto como en las letras con temas asociados al odio, la misantropia, la violencia y la sabiduría tradicional pan-europea, profundamente antimonoteísta y marcado por fuertes dosis de ocultismo.
Aunque comunmente se recurre a la explosión de bandas de Black Metal en Noruega a mediados de los 90 como origen del género, es importante hacer una pequeña cronología del mismo, yéndonos a 1979, y al álbum Black Metal de los británicos Venom. Tal título, que dio bautismo al estilo, adentro a la Nueva Ola de Metal Británico (NWOBHM) en el terreno agresivo paralelo pero independiente, sobretodo por razones geográficas, del Trash Metal que surgía en ambas costas de Estados Unidos.
Poco tiempo después en Europa surgían bandas como los italianos Death SS o los daneses Mercyfull Fate, y sobretodo quienes se convirtieron en emblema del género, en la primera mitad de los 80, los suizos Celtic Frost.
La calidad de estos así como una brutal puesta en escena fueron “popularizando” dentro de los círculos del metal el género, con lo que aparecieron numerosas bandas por todo el centro y norte de Europa que encontraron en el Black Metal su forma de expresión. Hablamos de Burzum, Darkthorne, Emperor, Sodom, Bathory, Behemont o Graveland quienes ya a finales de la década habían construido la parafernalia asociada a la música y convertido sus actuaciones en vivo, en auténticas obras teatrales, donde lo tétrico, satánico y la violencia envolvían todo bajo pario de cultos paganos y la escenificación indisimulada de los antiguos ritos de las culturas barbaras del norte y el centro de Europa, tales como recreaciones de batallas, de sacrificios, incluso humanos a imagen de los vikingos en el templo de Uppsala, o de relatos de las Sagas o las Leyendas de los Nibelungos.
Dentro de esta escenificación muy importante era la imagen de los propios integrantes de las bandas, que unían a la tramoya de casquería, sangre y vísceras (incuso reales), y las representaciones de bosques y templos mitológicos, su propio cuerpo como lienzo, con la única finalidad de imponer su visión, componiendo un retrato homogéneo e integro de las influencias e historias de las que se alimentaban.
Así, tomados de la iconografía de Kiss, llegaron para quedarse las muñequeras de pinchos, cada vez más extremos, las botas y sobretodo la pintura facial, componiendo el espectro que hoy conocemos como gótico. Llegaron los cinturones de cuero, los de municiones y los complementos normalmente de plata como anillos, colgantes, cruces invertidas con alusiones a la simbología y la idolatría a la que se admira. Todo ello con el negro como denominador común en las vestimentas. También se quedaron en el olvido los nombres propios y comunes de los músicos, siendo sustituidos por apodos de claras referencias satánicas o extraídos del acervo cultural nórdico.
En estas estamos cuando llegamos a los 90 y concretamente a Noruega, donde, junto a la explosión del género desde el punto de vista musical, al Black Metal se le añade un movimiento cultural y social, que sobrepasa los círculos musicales y artísticos hasta llegar al fenómeno sociológico.
Una serie de pequeñas bandas formadas por jóvenes músicos que se conocían entre sí y que compartían unos ideales y gustos tanto musicales, como casi reverenciales por la historia y el ocultismo, forman lo que se dio en llamar el Inner Circle, (Círculo Interno) donde aparte de desarrollar su música, iniciaron un camino que derivo en una ola de criminalidad, poniendo en jaque, la hasta ese momento, pacífica vida de los noruegos.
Lo que empezó como profanaciones de cementerios y hurtos en templos y alguna amenaza a sacerdotes, pronto paso a ser palizas a detractores o policías y más allá el hecho que más trascendió sus propias fronteras y las de la historia: La quema de Iglesias Cristianas.
52 templos ardieron, incluidos algunos de un valor histórico incalculable como las iglesias de madera de Fortun y Stavkirke del siglo XII e intentos de incendio como el de la Catedral de Nidaros tras un concierto de Mayhem.
Pero más allá fue la ola criminal que acabo con dos asesinatos y el suicidio de Per Yngve Ohlin, alias Dead, vocalista y alma mater de Mayhem, y del que después hablaré.
Y es que todo empezó en un pequeño negocio familiar en Oslo, donde Øystein Aarseth, (alias Euronymous) guitarrista de Mayhem, añadió a la librería de su padre un espacio de compra venta de discos de Black Metal y una productora con estudio de grabación incluido en el sótano. Así se fueron acercando jóvenes noruegos con las mismas inquietudes artísticas, culturales y sin no tantas perspectivas de futuro (eran los años de la Crisis Financiera Escandinava de los 90, en la que el paro en Noruega subió a un “insoportable” 12%, con un 15% de paro de menores de 30 años).
Lo cierto es que estos jóvenes añoraban el ideal histórico-cultural de Escandinavia tanto la vikinga, como la nacionalista del Siglo XIX considerando tanto la cristianización, como las invasiones tanto culturales o militares de británicos o nazis en el siglo XX, como invasiones extranjeras esforzadas en eliminar la auténtica cultura nórdica y sustituirla por costumbres ajenas e inferiores. En ese ideal de cultura toma fuerza el Vikingo, el ideal guerrero, como lectura interesada e interpretación de las Sagas (sabemos sobradamente que mucho más que guerreros, los vikingos eran campesinos y comerciantes), con la guerra y la violencia como estatus empoderador de los hombres y a la antigua religión politeista vikinga, como vástagos de Odín.
Con éste, espero que animado relato las vicisitudes del Black Metal, nos ponemos en situación para escuchar música. Diez canciones de diez grupos icónicos del Black Metal. Disfrutarlo.
10. Enslaved
Naturales de Bergen, Noruega, su nombre viene de otro tema icónico, el Enslaved in Riot de Inmortal. Su música es un retrato actualizado del Black Metal con teclados y mayor armonía en las composiciones para revestir letras de temática vikinga y ensalzamiento de los usos y costumbres de los antiguos moradores de Escandinavia.


9. Marduk
El nombre de esta banda sueca formada en 1990 salio de un antiguo dios babilónico “Marduk”. Los temas musicales de la banda incluyen lo religioso y lo filosófico del satanismo, anti-cristianismo y una mirada oscura en el pasado, incluyendo recuerdos brutales de la Segunda Guerra Mundial y las atrocidades cometidas por el Tercer Reich.
Una demostración temprana y blasfema de la banda fueron las representaciones de una monja usando un crucifijo al masturbarse, por la que fueron denunciados, aunque curiosamente nunca se les censuro en su país de origen.
Algunos títulos incluyen: “Jesus Christ Sodomized”, “Death Sex Ejaculation”, “Burn My Coffin”, “Blessed Unholy”, “With Satan” y “Victorious Weapons”. Debido al tema prominente de la Segunda Guerra Mundial, muchos han acusado al grupo de ser racista, antisemita e incluso social-nacionalista, pero los miembros de la banda han insistido que Marduk no tiene ninguna agenda política, sino que utiliza la historia de la Alemania fascista con fines artísticos y sólo música.


8. Behemont
Provenientes de Polonia, Behemoth formado en 1991 se ganó a un público local, como una banda de Black Metal tradicional, con temas tempranos de paganismo nórdico y el ocultismo. Está liderado por el cantante y guitarrista Nergal. La fusión de la mística y la imagen del Black Metal Satánico, la precisión y la brutalidad del Death Metal, la banda se mantuvo fiel a su contenido lírico que explora temas anti-cristiano, así como otras filosofías satánicas. Álbumes clave de revisar son: Satanica (1999), Thelma6 (2000) y The Apostasy (2007).
La banda casi se disolvió cuando Nergal fue diagnosticado con leucemia en el 2010. Sin embargo después de una larga recuperación, la banda volvió a plena vigencia y la música no se ha hecho menos sino que revivió su esencia de maldad. Uno de sus últimos discos se denomina The Satanist.


7. Satyricon
Esta banda de Black Metal noruega esta obsesionada con la historia medieval desde su creación en los años 90. Con los primeros álbumes se centra en los bosques y castillos de la edad media, la banda desarrolló un sonido que es hoy en día tan siniestro como el Black Metal pero aún lo suficientemente accesible para ser popular.
El arsenal secreto detrás de la furia de Satyricon es el baterista Frost, una leyenda del Black Metal con un ritmo parecido a una perforadora y la velocidad inhumana.
Liderados por el vocalista y letrista Satyr, la banda toma un enfoque moderno de black metal en bruto como Darkthrone, Bathory y Burzum, y la música inspirada por la Madre Tierra, antiguo paganismo, el ocultismo y la naturaleza del mal. Imposible no escuchar el mejor arsenal de la banda: Nemesis Divina (1996), Rebel Extravaganza (1999) Volcano (2002) y Now, Diabolical (2006).


6. Bathory
El grupo sueco formado en Estocolmo en 1983 y que se disolvió en 2004 con la muerte a consecuencia de un ataque al corazón de su vocalista y alma mater Quorthon, es sin duda el más influyente y a la vez desconocido, fuera de los círculos del Metal, grupo de Balck Metal.
Muchos grupos de este u otros géneros citan a Bathory como fuente de inspiración. No obstante fue uno de los primeros en asimilar la estética propia e identitaria del Black Metal.
Pero no sólo de lo visual beben quienes dicen tener a Bathory entre sus influencias. Musicalmente aporto muchísima densidad a la puesta en escena y a todo lo que rodeaba a la creación artística. Un disco ya es un viaje a un espacio oscuro y asfixiante donde la atmósfera pagana lo envuelve todo, desde letras originales donde se conjugan la lectura de las sagas vikingas (fueron los pioneros en ello) hasta los relatos fantásticos y tenebrosos de los siglos XVIII y XIX tanto de la literatura nórdica, británica o germana.
Sin duda, no pueden faltar en cualquier repositorio y selección de Black Metal.


5. Dimmu Borgir
 Quizás estos noruegos sean la banda más conocida del género en la actualidad. No cabe duda de que aún manteniendo la iconoclastía propia del Black Metal, el estilo y las letras, son los que de forma más sencilla consiguen encontrar hueco en festivales y espacios del heavy metal por todo el mundo. Aparecieron en 1993 y desde el primer momento dotaron de mayor raigambre al Black Metal no teniendo miedo (faltaría más) en añadirle teclados y sintetizadores, así como grabaciones con orquestas fil armónicas y órganos con el objetivo indisimulado de sumar sonoridad y construir un edificio musical capaz de aguantar sus letras con toda su carga de anticlericalismo, anti-cristianismo, profundamente paganas y huérfanas de un pasado medieval glorioso.

Como curiosidad, decir que Dimmuborgir (no el nombre de la banda) es un lugar en el norte de Islandia, donde las leyendas cuentan que es una entrada o la puerta hacia el infierno, "Dimmu" significa oscuridad, y "Borgir" podría significar ciudad, pueblo, castillo o vivienda.
 


4. Dark Funeral
Al salir de Suecia en los años 90, Dark Funeral está en la misma liga que los contemporáneos Gorgoroth y Marduk. La banda se convirtió en realidad justo en el pico de la explosión del Black Metal noruego, en una época en que la música sombría igualó un estilo de vida masoquista y violento de los artistas del Black Metal: asesinatos, quema de iglesias, el satanismo, la auto-mutilación, el suicidio, las drogas y su abuso e incluso en algunos casos, la homofobia y el racismo.
La música de Dark Funeral se centra más en las representaciones literales de los bajos fondos, el infierno y el Fin de los Tiempos en sus álbumes, que incluyen muchos himnos de Black Metal sinfónico, nocturnos, y melódicos dedicados hacia el odio, la misantropía, la adoración al diablo y las artes negras. El sonido de Dark Funeral es angustioso aún melódico, hermoso pero destructivo; y es aún mejor experimentado en el entorno vivo, sus espectáculos a menudo consisten en pinturas de cadáveres, sangre, fuego, pentagramas, muerte y pinchos.


3. Deicide
Lejos, muy lejos del frío de Escandinavia, apareció esta banda de Black Metal estadounidense formada en 1987. Los de Tampa, Florida, realizan un completo homenaje musical a Satanás, en confrontación abiertamente contra el cristianismo, con cada álbum y concierto. El nombre del grupo significa literalmente la muerte de Dios. Su miembro fundador, bajista y vocalista es Glen Benton, es consistentemente un profundo y demoníaco satanista, mientras que sus letras son consideradas blasfemia. No es ninguna sorpresa que la banda suscita controversia entre muchos grupos fundamentalistas cristianos con álbumes como Once Upon the Cross (1995), Serpents of the Light (1997), In Torment In Hell (2001), y To Hell With God (2011).
Benton incluso se tatuó una cruz invertida en la frente, para probar su lealtad al Señor Oscuro, aunque los ex compañeros de banda han puesto en duda su sinceridad en los últimos años. A pesar de numerosos cambios en la alineación, Deicide actualmente cuenta con el baterista/miembro fundador Steve Asheim, y los guitarristas Jack Owen y Kevin Quirion.
Al principio de la carrera de la banda, Deicide fue perseguido por las protestas de la Iglesia, los grupos de derechos de los animales que denunciaron la tortura de animales, e incluso varios pleitos que alegan la música influenciando al suicidio, crimen, e incluso asesinato.
Deicide está entre las tres primeras bandas de metal más altas de venta de todos los tiempos (junto con Cannibal Corpse y Morbid Angel).

2. Gorgoroth
No existe una banda con un show en vivo, un concierto y una escenografía tan auténtica y tan propia del Black Metal, como la de esta banda fundada en 1992 por el guitarrista Infernus, el vocalista Hat y el batería Goat Pervertor en la ciudad de Bergen (Noruega).
A un estilo especialmente denso y endemoniadamente vertiginoso le suman una puesta en escena en la que no les ha importado contar con artistas del sadomaso y fakires para representar crucificiones y martirios, así como sacrificios satánicos.
Las cabezas de cordero y las vísceras tienen su espacio en el escenario como los amplis y las guitarras. Incluso durante unos años, sólo tocaban en salas con un sistema de incendios de riego por aspersión. El motivo era que en vez de llenar los depósitos con agua, los llenaban con sangre de carnero y durante el tema final en la gira del Incipt Satán, When Love Rages Wild in My Heart, los accionaban para llenar a toda la platea de sangre.
Las demandas se sucedieron, y primero tuvieron que “avisar” a la entrada, para luego regalar un chubasquero con un pentáculo, y después, tras paso por Estados Unidos a solamente tocar en salas que tuvieran riego por aspersión con varios depósitos independientes. Se cuenta que llegaron a rociar a la gente con 4.000 litros de sangre.
Hoy en día, siguen siendo una de las bandas de culto, con una legión de seguidores en todo el mundo. Sus espectáculos matienen la raya de la polémica, mientras su música, su voz gutural y sus letras de ensalzado de la violencia y el paganismo no aflojan


1. Mayhem
Formado en 1984 en Noruega, Mayhem es un sonido infernal y un estilo de vida violento como epítome de verdadero Black Metal noruego. La banda ha pasado por innumerables cambios en su formación desde su inicio. Inspirados inicialmente por la talla de Slayer, Celtic Frost, Venom, Judas Priest y Motörhead. Pero a medida que pasaba el tiempo la música se hizo más rápida, más oscura, más violenta y sombría, con temas y letras deprimentes, macabras e incluso satánicas se centraron en la muerte y el ocultismo. El cantante original de la banda, “Dead” se suicidó al volarse los sesos con una escopeta en 1991 (imágenes tomadas por el guitarrista de la banda de Euronymous están en el álbum de contrabando en vivo Dawn of the Black Hearts), pero incluso la muerte de Dead no ralentizó a la banda.
Poco después de esto, más violencia se produjo alrededor de la banda, incluyendo al bajista original de Varg Vikernes (Burzum) que cometió una juerga de incendios provocados en iglesias, para proclamar su odio por el cristianismo; y el eventual asesinato de Euronymous, por Vikernes en 1993, justo antes del lanzamiento del álbum quintaesencia de Mayhem, “De Mysteriis Dom Sathanas”, una frase en latín que significa ritos secretos misteriosos del Señor Satanás.
El disco salió en 1994, cuando Vikernes fue condenado por el asesinato de Euronymous. El álbum también contiene inquietantes letras escritas por Dead antes de su suicidio, y las últimas canciones grabadas por Euronymous antes de ser asesinado. Casi 20 años después del caos literal, Mayhem la banda ha sobrevivido a la primera década del siglo XXI, y actualmente cuenta con sus miembros originales, el baterista Hellhammer, y el bajista Necrobutcher, junto con el cantante clásico Atilla Csihar y guitarrista Teloch.
Actuaciones de la banda en el pasado incluyen sangre, cuchillos e incluso cabezas de cerdo en pinchos de metal. Con siete álbumes de larga duración en su haber no hay luz que podrían frenar a estos veteranos impíos del Black Metal

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miércoles, 8 de junio de 2016

La permanente y nauseabunda realidad de un estado fallido: #Españistan


Tengo la sensación, y la certeza, de haber escrito este artículo muchas veces. Tantas que creo que me repito, que aburro. Suficientes como para tirar la toalla y desistir del empeño. Las justas como para saber que tras haber redactado estas líneas para mi pequeña bitácora personal en Internet, tener la certeza de que me voy a sentir mejor y con ganas recobradas para continuar la lucha.
España es exasperarte. Un estado fallido. Una ruina completa. Un erial de sentido crítico, de interés, de participación. Un desierto en actitud democrática. Un espacio geográfico diverso que únicamente sirve para que los de siempre se lucren legal e ilegalmente del sudor, la sangre y las lágrimas también de los de siempre, de los de abajo, de la clase trabajadora.
Tengo éste blog, mi blog, mi bitácora en Internet, mi archivo de escritos repleto de artículos y textos sobre la desfachatez, la sin vergoncería y la vergüenza de ser español. Y estoy cansado, agotado de la vorágine informativa, de la infoxicación mediática, continúa, día sí y día también sobre los pitufeos, los apaños, los sobres, los fraudes, las corruptelas, las inmoralidades, las amoralidades, la soez antidemocrática, fascista y clerical. Es un bombardeo. Es un circo de tres pistas donde se representa cada día la función del más difícil todavía. Donde los focos ciegan al público que idiotamente traga, asume, paga y vota, y hasta vitorea la función del ridículo.
Hoy ha entrado en la cárcel un chico por robar hace 5 años 79€. De nada ha bastado la exigua cantidad, el arrepentimiento, el que ya tenga su vida ordenada. Ahora ya está en la prisión de Granada. Al mismo tiempo eldiario.es ha mostrado como la aristocracia de la familia borbón, compiyoguis de los actuales reyes se beneficiaron de la amnistía fiscal del indigno gobierno del #PartidoPutrefacto. Pagaron 6.000€ para fiscalizar 4 millones de € que defraudaron a posta, fruto de herencias de los usurpadores que aparecen en los libros de historia. Se demuestran que “los de siempre” hoy en día se benefician de éste sistema, con los políticos corruptos fruto de su mismo sistema. Una rueda nauseabunda y demoledora. Si éste es el sistema, su sistema, yo me declaro orgulloso y seguro Anti-Sistema.
En los últimos meses se ha descubierto como Mario Conde, un gran estafador de los 90, ha podido ir trayendo el dinero extraviado en aquellos años mientras nos daba lecciones de moralidad. De la suya. Y la justicia ni esta, ni se le espera.
Nos han dicho que había que trabajar más y ganar menos (justo cuando la evolución tecnológica nos debería llevar a ganar más y trabajar menos, dando tiempo y libertad para poder mejorar nuestras vidas, seguir estudiando y dedicarse al voluntarismo, por ejemplo, algo que crearía más empleo), mientras se componían sociedades piramidales opacas con los sueldos de los trabajadores, las aportaciones de las accionistas y los pagos de los clientes.
A la cárcel también va a ir el fulano que decidió estrellar el coche contra la sede del PP en Madrid en la calle Génova. Una sede pagada en "B" y por la que el #PartidoPutrefacto ha tenido que poner más de un millón de euros para que no fuera expropiada.
El PSOE Andaluz que ha anclado a toda la región en un paro endémico por ceder parcelas de gobierno a los designios neoliberales está siendo investigado por los EREs. El #PartidoPutrefacto, como no, podrido en Valencia y en Madrid, con Púnicas, Gurtel y casos por todo el territorio (también en Castilla y León, donde se empieza a menear el árbol de la inmoralidad) y donde además hay que sumar la cara dura de los Granados, Bárcenas, Esperanza Aguirre, etc. que han mal vendido la riqueza del país con nuestros derechos y libertades en el paquete, al capital extranjero, por comisiones millonarias, y que encima ahora se atreven, seguros de la injusticia de este país, a dar lecciones y hacerse los ofendidos porque les han pillado robando lo que se supone es de todXs.
Y todo dentro de una UE inmoral, donde el fascismo y el ultraliberalismo caminan alegres llevando a millones de personas a la indignidad. Donde no existe la justicia. O si existe es la del embudo a convenencia del poderoso. Ancho o estrecho el cerco según mis intereses. Y voy a parar, porque podría escribir páginas y páginas...
Si ahora mismo me pusiera grácilmente, con interés y punición a relatar, a resumir la actualidad mediática de este país que tanto nos avergüenza, podría rellenar más de cien páginas. De hecho, lo he comprobado. He rastreado mi blog y sumado artículos y llevaba más de 200 páginas, y todavía me faltaban enlaces y documentación para relatar lo que ha aparecido. Si, lo que ha aparecido. Porque esa es otra.
Mientras las y los periodistas sufren por desarrollar su profesión, vocacional casi siempre, con unos mínimos de dignidad y libertad para descubrir, relatar y mostrarnos el barro de las cloacas de este país de mierda, todXs, tenemos esa sensación de la punta del iceberg. Y cuando vas entrando en capas impermeables de las instituciones como pueda ser un ay-untamiento, más certera es esa apreciación porque se ve, se vislumbra, lo podrido del sistema y lo bochornoso que resulta cuando sales de estas ajadas fronteras, viajas y comparas te das cuenta de que si, efectivamente: Sabemos una ínfima parte de lo que está sucediendo y lo que ha venido sucediendo, no ya estos años de Estafa llamada crisis. Tampoco, aunque una cantidad importante venga ahí, del orgasmo neoliberal y de juego de burbujas al calor del crédito europeo. Tampoco del período de transacción a la democracia, ni por supuesto los de los 40 años de dictadura fascista, ni los tres de Guerra Incivil.
Y es que lo peor de todo es la propia sociedad. Salvo algún despertar causal y casual, como pueda ser el 15M o las Mareas, o las luchas tiránicas casi individuales de colectivos y personas concretas, no se consiguen agitar los tarros de una sociedad que ya parece vacunada ante la corrupción y la inmoralidad. Esa vacuna probablemente venga de una falta de educación en democracia, en valores sociales absoluta, fruto por una parte, como en el resto de Occidente, de la corriente de pensamiento neocon que sólo nos quiere como consumidores descerebrados, pero también, con un pedigrí españistaní, una denominación de origen que viene de aquel atado y bien atado del franquismo. España se acostó con una dictadura y se levanto a la mañana siguiente con una “democracia” como si tal cosa, sin habérselo ganado, sin saber lo que cuesta y lo que vale, y sin haber hecho la autocritica necesaria, tanto individual, como colectiva y como no pasada por los tribunales como se debe hacer con todos los crímenes de lesa humanidad. Y una dictadura fascista los cumple todos.
Aún con todo, hay lugar para la ilusión. Poco a poco, de manera atomizada, individualizada, personas anónimas se activan. Los interruptores conectan el sentido común. El fango escamea sobre la piel y el hedor repugnante de la realidad de este país hace que sensorialmente despertemos. Gritemos. Lloremos. Y nos indignemos.
Es verdad que es desesperante. Lento y minucioso. Como Morfeo en Matrix vamos desconectando a mentes del sistema, no para sacarlos ya de éste sistema bochornoso, sino para ir sumando fuerzas siempre abriendo los ojos y las mentes con cuidado, porque es fácil acabar en el desánimo.
Y también hay muchas mujeres y hombres ya con experiencia sin desánimo en la lucha.
Esta es la ilusión y también la responsabilidad. Cambiar, aunque queden cada vez menos fuerzas, este país y convertirlo en un lugar digno donde vivir sin que te avergüence la inmoralidad instalada, la compañía de los ciudadanos zombies y cuñados, y las continuas injusticias y falta de justicia.

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viernes, 27 de mayo de 2016

Amanecer


La luz se escabullía entre las rendijas de las cuarterones envejecidas por el paso de lustros a la intemperie y a la crudeza de los elementos. En el interior la luz jugaba con las motas de polvo y el humo de los rescoldos de la chimenea de la noche anterior sin atender a los ojos que se desperezaban.
No era la luz quien lo había despertado, sino el frescor que le rozaba la piel ante la ausencia de manta y nórdico que dibujan el camino de la ausencia. Contrarrestando esta sensación la notaba en la palma de su mano sobre la sabana enfriándose huérfana del calor de un cuerpo.
Llegaba el aroma a su nariz del café recién hecho y justo con la segunda inhalación sonaba el pitido de la filtración.
Sus primeros pasos lo dirigían como un autómata hacía la cocina. El frio hacia mella en sus pies desnudos. Al cruzar el umbral de la puerta, la piel de gallina era su traje. Y el cambio a mayor claridad le hacían entornan los ojos. Esperando a que se adaptasen a la nueva luz, intuía las formas de Sophie.
El rotundo y policromado tatuaje de su brazo izquierdo tomaba detalle, mientras se acercaba a besar el cuello de ella en un ambiente que se disputaban el frio y el aroma cálido del café.
No hubo muchas palabras porque su idioma era el de las miradas. Y ambas conjugaron la preocupación cuando sonaba el ruido de un coche de gran tamaño pararse frente a la puerta de la vivienda. Oído el frenazo, el motor se paro; y a los pocos segundos sonaron dos golpes secos que eran las pesadas puertas del todo-terreno cerrarse. Las pisadas crujían sobre la nieve y ya no hubo mayor paz porque llamaban a la puerta con violencia.
Había llegado el momento. No interesaba al extranjero oponer resistencia o huir. Ni siquiera discutir, puesto que no manejaba la lengua materna de aquellas tierras y esos hombres nunca habían tenido un contacto con un foráneo, por lo que ni sabían ni le veían utilidad aprender una lengua que no fuera la suya.
Abrió la puerta con resignación y el frio helador fue el primero en pasar a dentro. No le siguió nadie.
Lanzaron un anorak y unas botas de campaña mientras se miraban a los ojos.
Få klädd snabbt och låt oss gå” -sonó como un gruñido.
They want you to get dressed and you go with them” -tradujo Sophie. Ambos se miraron extrañados, pero también resignados. Había acabado su aventura. Era el final de un sueño hecho realidad que había dado sentido a sus vidas.
Sin embargo, rápido cubría su oscura piel con su propia ropa. Aprovechaba dos gordos jerseys y el pantalón térmico que introducía en unas botas de travesía que ataba con dedicación.
Se incorporaba y se ponía el anorak meditando si despedirse.
El ensortijado y áspero pelo quedaba por tapar y Sophie, mientras le besaba con una lágrima en los ojos, se lo cubría con uno de sus gorros, tejidos a mano por su madre tiempo atrás de la lana. Le ayudaba a cerrar la garganta con una bufanda similar y le acompañaba a la puerta.
La abrieron y todavía parecía que hacía mucho más frío.
Los dos nórdicos permanecían junto a la puerta como si tal cosa, acostumbrados a éste frío, y contemplaban los contrastes entre él, moreno, de piel oscura, fuerte y abrigado en extremo junto a ella, menuda, de piel blanca y simplemente tapada con un pijama de algodón.
Abrieron la puerta trasera del coche. No querían perder tiempo, ni tampoco dar una despedida romántica a los amantes. El tiempo apremiaba y ya tienen edad suficiente para saber que esos vientos que venían del norte traerán tempestad en forma de más frío y nieve. Montaron en la parte delantera del coche. El más viejo como copiloto, apurando un cigarrillo de tabaco de liar, y el más joven colocándose unas gafas de sol daba la vuelta al coche para disponerse a conducir sin perder la mirada sobre los ojos de Sophie.
Ésta aguantaba la compostura hasta el último momento en el que sintió los dedos de él desprenderse de los suyos. Ahí, cerro los ojos y agacho la cabeza. Sabía que el destino no era el más placentero. Sin embargo, se recompuso y gritó: “Förvänta”.
Se dio la vuelta sin cerrar la puerta. Los tres sabían que les iba a acompañar. Sophie no es una mujer timorata y acomplejada, sumisa a un patriarcado. Ella es una valiente incluso en un pueblo de mujeres valientes y aguerridas. No se va a amilanar, ni tampoco resignar. Luchará como el primero y será la última en abandonar.
No tardo mucho en salir pertrechada para una jornada de batida en el helado bosque. Su indumentaria no dista de la de sus compañeros. Y le añade una carabina de precisión capaz de tumbar a un reno adulto macho a dos kilómetros. Es una experta tiradora y aunque no se lo habían pedido, los tres saben es buena compañía para la tarea a emprender.
No saben la hora exacta que es, pero seguro que es temprano por la mañana. Hace ya varias semanas que no amanece, porque no anochece. En aquellas latitudes, los solsticios se alargan en el juego entre la luz y la oscuridad. Y son el terreno abonado a los terrores y los misterios. Pero si que es el primer día en luchar contra el amanecer de las bestias.

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martes, 24 de mayo de 2016

Me declaro Ministérico


Anoche TVE emitía el último capítulo de la segunda temporada de la serie El Ministerio del Tiempo. Lo hacía sin haber confirmado la posible renovación de una tercera temporada, extremo éste, en el que tampoco los creadores, guionistas o actores de la serie se mojaban. Aunque si lo hacían de manera disimulada con un hastag #SayonaraMdT para expertos puesto que ninguna referencia cultural y freak del capítulo se aproximaba al universo Terminator (suceso que en otros capítulos si ha ocurrido). Y ya conocemos la traducción del japonés de “Sayonara”.
Al mismo tiempo las redes sociales respondían al llamamiento con otro hagstag #RenovaciónMdT pidiendo que el ente público contratará una tercera temporada de la serie, cumpliendo así lo que parece la intención de los creadores de la serie en su génesis hace un año. Curiosamente ambas etiquetas se han mantenido dentro de las tendencias más seguidas de Twitter desde la hora de emisión del capítulo hasta bien avanzado el día de hoy.
Y es que en las redes sociales, y particularmente en twitter, El Ministerio del Tiempo, ha podido exhibir músculo y mantener una posición de fuerza por su supervivencia, frente a las audiencias televisivas y su modo de medir el éxito o fracaso de un espacio televisivo. Mientras estas audiencias se siguen recabando por un método notoriamente arcaico, fácilmente manipulable, twitter ha demostrado la fuerza de una legión de seguidores, los ministéricos, que hemos participado, junto al notable equipo de redes sociales de la serie, comentando y compartiendo los mejores momentos de cada capítulo, generando una comunidad que va más allá del televidente pasivo que degluta cualquier contenido que le pongan delante sin la más mínima capacidad de intervención, ni de crítica hacia los productos subversivos que le pongan delante.
Frente a este tipo de espectador, tenemos por contra un espectador, el fan del siglo XXI, que va a visualizar su serie favorita, cuando quiera, basándose en las oportunidades que las nuevas tecnologías le otorga. Un aficionado que no va a tener ningún reparo en mostrar sus conclusiones y sentimientos antes, durante y tras el visionado. Y que además es más proclive a adquirir productos oficiales de mercadotecnia. Todo ello ya tuvo su recompensa, porque para la primera temporada ante la indecisión aparente de una TVE gestionada como un cortijo particular en el siglo XVIII, la actuación y presión de los fans de la serie garantizo la supervivencia de la misma, con la renovación.
Por eso el que haya existido un producto de tan alta calidad en su concepción, originalidad en sus planteamientos. Que sea netamente español, e incluso víctima de plagios por las veneradas ficción estadounidense o británica, y que haya creado toda una legión de freaks convencidos y activos en su defensa, promoción y critica es una fantástica noticia para la tv en nuestro país, para las profesiones de la narración cinematográfica y también por supuesto, para nuestra sociedad.
Motivos para la serie hay muchos y todos ellos buenos:
  • Por sus historias. Si te gusta la Historia está es tu serie. Y si no te gusta, te acabará gustando. Y es que el Ministerio del Tiempo se define como una serie inteligente y así trata al espectador. Lo hace sin caer en el elitismo. Historia para todos, con veracidad, rigor (muy interesantes los documentos anexos a cada capítulo conocidos como “Los Archivos del Ministerio”) y también con un proceso de humanización y acercamiento del personaje y el hecho histórico a la audiencia, con sus anécdotas y quehaceres diarios. Así desde recurrentes como el Spinola de Ramón Langa o un fantástico Velázquez artista con todo lo grande de la palabra, agente del ministerio, a un Lope de Vega mujeriego y pendenciero y un Cervantes y un Cid por los que sentir empatía en sus búsquedas de inmortalidad. Todo ello creando un producto arriesgado en su propuesta pero reforzado, entre otras cosas, por una cuidada ambientación y unos guiones, que más allá de ciertas licencias de la física, resultan en su componente histórico y humano, redondos. Y es que cuando las cosas se hacen con mimo, con tiempo y sobretodo con talento, el resultado es algo a lo que estamos tan poco acostumbrados en nuestro país, que hace que nos vengamos arriba en su defensa y promoción.
  • Ciencia ficción, ¿en España?. Si. Y de la buena. Adaptando la vasta literatura del género y de la física al género (con las licencias democráticas del saber necesarias), tenemos por obra y gracia de la pluma de los hermanos Olivares un “Doctor Who” a la española y con personajes de varias épocas distintas adaptando tanto su vestuario como su sentir y expresividad a momentos históricos diversos. Todo esto genera el clima perfecto para al dramatismo de la situación poder añadir toques de humor, condicionados por la cultura popular, la más absoluta realidad política y social de la idiosincrasia española, que componen una de las características más apreciadas de la serie: Ironía y sarcasmo de buen gusto. Inteligencia también para hacer reír y fidelizar al público en base a la calidad. Y junto a ello, no falta la crítica social, a veces indisimulada, siempre de las más ferviente actualidad mostrando una empatía por parte de los guionistas y creadores y de todo el elenco, con las clases populares, su sufrimiento y esa historia de España plagada "de grandes soldados y nefastos jefes".
  • Por las interpretaciones. Siempre he sido un gran defensor de los y las interpretes españoles. Pero es que los registros en los que se mueve esta serie son de la más pura excelencia. El elenco protagonista funciona a la perfección con una gran química. Desde una suerte de personajes arquetipos, han sabido llevar al espectador a empatizar e incluso identificarse con ellos, axioma que parecía harto complicado conseguir para una serie nacional. Aura Garrido da vida a Amelia Folch, una de las primeras universitarias en nuestro país. Es inteligente, decidida y líder de la patrulla. Rodolfo Sancho es Julián un enfermero del SAMUR en Madrid que tras perder a su mujer encuentra de casualidad el Ministerio del Tiempo y en él una nueva ilusión para continuar, entre otras cosas, visitando a su amada. Es socarrón, ágil de mente y de lengua y da soluciones creativas pero plenamente funcionales. Quizás resulta el personaje menos evolucionado, quizás porque vive en su época y aún siente reciente su pérdida personal. Nacho Fresneda interpreta a Alonso de Entrerríos, un soldado de los Tercios de Flandes, leal y corajudo como pocos. El más alejado temporalmente de su época sufre con cada innovación tecnológica, referencia cultural y avance social. Es el hombre de acción del grupo, y personalmente el actor que más me gusta como desarrolla su personaje.
También interesante aunque sin salir del todo en su régistro ya encasillado, Hugo Silva, interpretando varios capítulos a Pacino, un policía del Madrid de los 80 que entra a formar parte de la plantilla en lugar de un Julián exiliado en su búsqueda de redención.
Sus superiores son Irene, interpretada por Cayetana Guillén Cuervo, a quien el papel de lesbiana, empoderada, empancipada del patriacardo, dueña de su vida y resolutiva le sienta como anillo al dedo; y Juan Gea quien interpreta a Ernesto, un clásico ya del Ministerio para quien el rigor y la seriedad llevan el camino de una vida dedicada a la rectitud del trabajo, pero a la que el avanzar de capítulos nos descubren curvas. Y por encima de ellos un soberbio Jaime Blanch, como Salvador Martí, Secretario del Ministerio, máxima autoridad del mismo y directamente vinculado con presidencia que pone en la dirección, humanidad a raudales en forma de fino humor y critica social en la exigencia a sus subordinados.
  • Por su fenómeno fan. Partiendo de mi caso particular, atraído por una idea sugerente y original (aunque no innovadora ya que los viajes en el tiempo son un subgénero dentro del género de aventuras), me encontré con una serie que no me trataba como un estúpido, sino que lo hacía con inteligencia y respeto. Los recursos como el humor, la ironía, la denuncia político-social, las múltiples referencias a la historia pero sobretodo a la cultura pop y la ingeniosa y atrevida puesta en escena de las distintas historias han atraído a personas de todas las edades y condición que se sienten, nos sentimos, integrados dentro del denominador común de los Ministéricos.
Cuando ves un capítulo del Ministerio del Tiempo, a las historias troncales que ya conoces, se le añade el desarrollo de una historia genérica del capítulo que es la misión en la historia a la que se enfrenta la patrulla protagonista. Pero si algo me ha parecido más innovador y arriesgado es sortear en cada capítulo el planteamiento de la historia, desde un género cinematográfico distinto. Así hemos tenido capítulos desarrollados a modos de Western (el del Lazarillo), bajo la intriga y el suspense, el género de Aventuras, el terror y la fantasía (La Vampira del Arrabal), el drama (el capítulo de HImmler en Montserrat con Hitler y Franco departiendo en un tren en Bayona), la comedia o incluso el vodevil amoroso (Un Napoleón genialmente interpretado por Fernando Cayo en un monasterio de Tordesillas).
Todo un riesgo y un acierto, que unido a lo anterior han compuesto un retrato de audiencia muy hetereogéneo, y como decía más arriba activo incluso en la defensa de la continuidad de la serie, tanto en este momento como al finalizar la primera temporada ante los rumores de no renovación por parte de una siempre dubitativa, acomplejada y temerosa TVE.
Así unos cuantos números para documentar tal fenómeno: Más de 70.000 seguidores en twitter. 35.000 en facebook. Miles en instagram y tumblir. Foros míticos del internauta español (meneame.net, ACB.com, elotrolado.net, etc.) con hilos temáticos sobre la serie con miles de posts al día. Blogs dedicados. Videos y gifs creados por la audiencia.
Y cuando llega la emisión estandar en televisión del capítulo de turno, el fenómeno se convierte en TT incluso mundial, con más de un 95% de comentarios positivos, haciendo también tendencia a los personajes históricos que aparecen en la trama.
Y para rematar con un número de visionados en la plataforma de RTVE en torno a los 600.000 de media por capítulo de una serie brillante.
Y el capítulo final 
Pero la más absoluta brillantez la alcanzó anoche con el capítulo final de esta segunda temporada, titulado “Cambio de tiempo”, un auténtica obra maestra para seriéfilos. Siguiendo el compromiso con la línea de creatividad que en todo momento ha tenido la serie, anoche ofrecieron un giro más, este dentro del subgénero de los viajes en el tiempo, como representan las líneas paralelas y las paradojas basándose en una interpretación de los mundos múltiplesde Everett (existen infinitos universos posibles que pueden ocurrir simultáneamente y a los que se accede a través de cambios en un punto común).
Así mientras la patrulla protagonista viajaba a la Guerra de Independencia para poner a salvo a Argüelles y con él el germen del constitucionalismo en España, en la línea del tiempo “que es, el que es”, Felipe II era informado de la derrota de la Armada Invencible, y en ese momento pretende usar el Ministerio del Tiempo para cambiar la historia, ganando la batalla. Hasta aquí el spoiler. Lo que sucede después sólo puedo animiar a que lo disfrutéis. La trama del capítulo se desarrolla como una realidad totalmente paralela, en la que los tres protagonistas de vuelta se ven en fuera de juego, pese a que sus propias intrahistorias encajen perfectamente con sueños y anhelos. La resolución volverá a ser el dilema entre el deber y el placer.
Y todo ello paladeando un guión ingenioso, estimulante y divertido; una dirección ágil y una ambientación sensacional. Y unas interpretaciones de vértigo, tanto de los protagonistas, recurrentes, como de los invitados, con un Carlos Hipólito en el papel de Felipe II, soberbio.

Lo único seguro es que el Ministerio del Tiempo va a pasar a la posteridad primero como un hito en cuanto a la generación del fenómeno freak en España, con lo que conlleva hoy en día en cuanto a participación, critica y feedback entre creadores y espectadores. Pero en parte por ello mismo, y por la propia idiosincrasia del producto creado, tal y como he venido explicando durante esta entrada, también será una obra de culto. Un auténtico rubicón en cuanto a la ficción televisiva en nuestro país.


Por todo esto y más, y sobretodo por lo que pueden descubrir y redescubrir, les invito a que vean y se pongan al día con el Ministerio del Tiempo. Al final harán como yo, campaña para la renovación de la serie por una temporada más con las cuotas de libertad creativa y expositiva que hasta el momento han tenido creadores, guionistas y directores. #RenovaciónMdT.


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