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martes, 9 de julio de 2019

A Los Lobos, en elogio al saber


Durante más de dos años cientos de miles de personas hemos seguido las andanzas de “Los Lobos” en Boom el concurso de cultura general y entretenimiento de Antena3. Más de dos años viendo como el saber, la inteligencia, el optimismo y la bondad ocupaba la televisión a las 8 de la tarde conformando un ejemplo de virtudes y superación más que necesario, imprescindible. Ayer se cerraba esta época con la consecución del bote del programa por parte de Erundino, Valentín, Manu y Alberto. 505 programas con 504 intentos fallidos en la bomba final. Más de 4 millones de bote que se suman a un acumulado que sobrepasa los 2 millones y medio, de cuyo total unos 6.700.000, la mitad irán a parar a Hacienda.
En primer lugar no puedo más que felicitar y sobretodo agradecer a Erundino, Valentín, Manu y Alberto tantas horas de conocimiento, pasión y buen hacer. Con el recuerdo de José Pinto, mi paisano y ganadero estos cinco hombres han puesto el saber y la cultura, por una vez, en su lugar y en el terreno abonado de la zafiedad y la cutrez como es la televisión generalista. Desde el mitiquérrimo Saber y ganar saltaban al formato de Antena3 bajo la situación especial de Valentín, que como ha reconocido pasaba por una grave enfermedad y con serios problemas económicos. El mérito, más allá de premios y récords de permanencia, es enorme. Ya sólo por eso, por el ejemplo a todos nosotros, de que la cultura, el esfuerzo y el conocimiento son armas y también oportunidades para convertirnos en mejores merecen todo nuestro reconocimiento.
Después no puedo más que criticar y censurar la actitud de Antena3 dueña del formato y si me apuras de las sensaciones que como telespectadores vivimos delante del programa. Al malintencionado spoiler le siguieron anuncios que ponían en alerta para ya ayer, fecha de la emisión del exitoso programa deslucir el hito. Llevar el programa a ese prime time hispano tan tardío es un insulto a los cientos de miles que hemos conformado la audiencia del programa, quitándonos buena parte de la emoción de descubrir en su horario habitual y sin anuncios ni spoilers la consecución del premio por nuestros admirados concursantes. Ya sólo por eso, volveré a saltar, quizás incluso desconectar Antena3 de mi televisor.
Es evidente que gracias al carisma de Los Lobos, como antes con “Las Extremisla audiencia del programa ha ido creciendo. Incluso ha generado cierto debate porque parecía como si se favoreciera la permanencia de estos laureados equipos en detrimento de los otros oponentes que las más de las veces han sido meras comparsas con fallas de conocimientos imperdonables.
También se destila cierto aroma de que la propia cadena ha querido cerrar el formato con la consecución del bote por parte de Los Lobos, ya que veníamos de unas semanas en las que las preguntas de la fase final no parecían tan inalcanzables (de hecho, sobre la quincena que ha valido el premio, he sacado catorce).
Desde luego parece evidente que se podía haber hecho mucho mejor, sobretodo respetando a la audiencia que has tenido fiel a las 8 de la tarde para enlazar con el Antena 3 Noticias -no si puedo evitarlo-. Emitir el programa habitual, cuidándose de anuncios, haciendo vivir la emoción del momento a toda la audiencia, hubiera sido lo deseable, para después citarlos a un especial sobre el programa y la personalidad de tan magníficos concursantes.
Pero lamentándome de la usurpación de ese momento sólo me queda ya a partir de ahora felicitar y agradecer a Los Lobos, a todos los concursantes que han pasado por el programa, a Juanra Bonet, su presentador y a todo el equipo de trabajadores que han hecho posible estos más de tres años, el haberme regalado cultura, buen hacer, esfuerzo e inteligencia en la televisión.

martes, 24 de mayo de 2016

Me declaro Ministérico


Anoche TVE emitía el último capítulo de la segunda temporada de la serie El Ministerio del Tiempo. Lo hacía sin haber confirmado la posible renovación de una tercera temporada, extremo éste, en el que tampoco los creadores, guionistas o actores de la serie se mojaban. Aunque si lo hacían de manera disimulada con un hastag #SayonaraMdT para expertos puesto que ninguna referencia cultural y freak del capítulo se aproximaba al universo Terminator (suceso que en otros capítulos si ha ocurrido). Y ya conocemos la traducción del japonés de “Sayonara”.
Al mismo tiempo las redes sociales respondían al llamamiento con otro hagstag #RenovaciónMdT pidiendo que el ente público contratará una tercera temporada de la serie, cumpliendo así lo que parece la intención de los creadores de la serie en su génesis hace un año. Curiosamente ambas etiquetas se han mantenido dentro de las tendencias más seguidas de Twitter desde la hora de emisión del capítulo hasta bien avanzado el día de hoy.
Y es que en las redes sociales, y particularmente en twitter, El Ministerio del Tiempo, ha podido exhibir músculo y mantener una posición de fuerza por su supervivencia, frente a las audiencias televisivas y su modo de medir el éxito o fracaso de un espacio televisivo. Mientras estas audiencias se siguen recabando por un método notoriamente arcaico, fácilmente manipulable, twitter ha demostrado la fuerza de una legión de seguidores, los ministéricos, que hemos participado, junto al notable equipo de redes sociales de la serie, comentando y compartiendo los mejores momentos de cada capítulo, generando una comunidad que va más allá del televidente pasivo que degluta cualquier contenido que le pongan delante sin la más mínima capacidad de intervención, ni de crítica hacia los productos subversivos que le pongan delante.
Frente a este tipo de espectador, tenemos por contra un espectador, el fan del siglo XXI, que va a visualizar su serie favorita, cuando quiera, basándose en las oportunidades que las nuevas tecnologías le otorga. Un aficionado que no va a tener ningún reparo en mostrar sus conclusiones y sentimientos antes, durante y tras el visionado. Y que además es más proclive a adquirir productos oficiales de mercadotecnia. Todo ello ya tuvo su recompensa, porque para la primera temporada ante la indecisión aparente de una TVE gestionada como un cortijo particular en el siglo XVIII, la actuación y presión de los fans de la serie garantizo la supervivencia de la misma, con la renovación.
Por eso el que haya existido un producto de tan alta calidad en su concepción, originalidad en sus planteamientos. Que sea netamente español, e incluso víctima de plagios por las veneradas ficción estadounidense o británica, y que haya creado toda una legión de freaks convencidos y activos en su defensa, promoción y critica es una fantástica noticia para la tv en nuestro país, para las profesiones de la narración cinematográfica y también por supuesto, para nuestra sociedad.
Motivos para la serie hay muchos y todos ellos buenos:
  • Por sus historias. Si te gusta la Historia está es tu serie. Y si no te gusta, te acabará gustando. Y es que el Ministerio del Tiempo se define como una serie inteligente y así trata al espectador. Lo hace sin caer en el elitismo. Historia para todos, con veracidad, rigor (muy interesantes los documentos anexos a cada capítulo conocidos como “Los Archivos del Ministerio”) y también con un proceso de humanización y acercamiento del personaje y el hecho histórico a la audiencia, con sus anécdotas y quehaceres diarios. Así desde recurrentes como el Spinola de Ramón Langa o un fantástico Velázquez artista con todo lo grande de la palabra, agente del ministerio, a un Lope de Vega mujeriego y pendenciero y un Cervantes y un Cid por los que sentir empatía en sus búsquedas de inmortalidad. Todo ello creando un producto arriesgado en su propuesta pero reforzado, entre otras cosas, por una cuidada ambientación y unos guiones, que más allá de ciertas licencias de la física, resultan en su componente histórico y humano, redondos. Y es que cuando las cosas se hacen con mimo, con tiempo y sobretodo con talento, el resultado es algo a lo que estamos tan poco acostumbrados en nuestro país, que hace que nos vengamos arriba en su defensa y promoción.
  • Ciencia ficción, ¿en España?. Si. Y de la buena. Adaptando la vasta literatura del género y de la física al género (con las licencias democráticas del saber necesarias), tenemos por obra y gracia de la pluma de los hermanos Olivares un “Doctor Who” a la española y con personajes de varias épocas distintas adaptando tanto su vestuario como su sentir y expresividad a momentos históricos diversos. Todo esto genera el clima perfecto para al dramatismo de la situación poder añadir toques de humor, condicionados por la cultura popular, la más absoluta realidad política y social de la idiosincrasia española, que componen una de las características más apreciadas de la serie: Ironía y sarcasmo de buen gusto. Inteligencia también para hacer reír y fidelizar al público en base a la calidad. Y junto a ello, no falta la crítica social, a veces indisimulada, siempre de las más ferviente actualidad mostrando una empatía por parte de los guionistas y creadores y de todo el elenco, con las clases populares, su sufrimiento y esa historia de España plagada "de grandes soldados y nefastos jefes".
  • Por las interpretaciones. Siempre he sido un gran defensor de los y las interpretes españoles. Pero es que los registros en los que se mueve esta serie son de la más pura excelencia. El elenco protagonista funciona a la perfección con una gran química. Desde una suerte de personajes arquetipos, han sabido llevar al espectador a empatizar e incluso identificarse con ellos, axioma que parecía harto complicado conseguir para una serie nacional. Aura Garrido da vida a Amelia Folch, una de las primeras universitarias en nuestro país. Es inteligente, decidida y líder de la patrulla. Rodolfo Sancho es Julián un enfermero del SAMUR en Madrid que tras perder a su mujer encuentra de casualidad el Ministerio del Tiempo y en él una nueva ilusión para continuar, entre otras cosas, visitando a su amada. Es socarrón, ágil de mente y de lengua y da soluciones creativas pero plenamente funcionales. Quizás resulta el personaje menos evolucionado, quizás porque vive en su época y aún siente reciente su pérdida personal. Nacho Fresneda interpreta a Alonso de Entrerríos, un soldado de los Tercios de Flandes, leal y corajudo como pocos. El más alejado temporalmente de su época sufre con cada innovación tecnológica, referencia cultural y avance social. Es el hombre de acción del grupo, y personalmente el actor que más me gusta como desarrolla su personaje.
También interesante aunque sin salir del todo en su régistro ya encasillado, Hugo Silva, interpretando varios capítulos a Pacino, un policía del Madrid de los 80 que entra a formar parte de la plantilla en lugar de un Julián exiliado en su búsqueda de redención.
Sus superiores son Irene, interpretada por Cayetana Guillén Cuervo, a quien el papel de lesbiana, empoderada, empancipada del patriacardo, dueña de su vida y resolutiva le sienta como anillo al dedo; y Juan Gea quien interpreta a Ernesto, un clásico ya del Ministerio para quien el rigor y la seriedad llevan el camino de una vida dedicada a la rectitud del trabajo, pero a la que el avanzar de capítulos nos descubren curvas. Y por encima de ellos un soberbio Jaime Blanch, como Salvador Martí, Secretario del Ministerio, máxima autoridad del mismo y directamente vinculado con presidencia que pone en la dirección, humanidad a raudales en forma de fino humor y critica social en la exigencia a sus subordinados.
  • Por su fenómeno fan. Partiendo de mi caso particular, atraído por una idea sugerente y original (aunque no innovadora ya que los viajes en el tiempo son un subgénero dentro del género de aventuras), me encontré con una serie que no me trataba como un estúpido, sino que lo hacía con inteligencia y respeto. Los recursos como el humor, la ironía, la denuncia político-social, las múltiples referencias a la historia pero sobretodo a la cultura pop y la ingeniosa y atrevida puesta en escena de las distintas historias han atraído a personas de todas las edades y condición que se sienten, nos sentimos, integrados dentro del denominador común de los Ministéricos.
Cuando ves un capítulo del Ministerio del Tiempo, a las historias troncales que ya conoces, se le añade el desarrollo de una historia genérica del capítulo que es la misión en la historia a la que se enfrenta la patrulla protagonista. Pero si algo me ha parecido más innovador y arriesgado es sortear en cada capítulo el planteamiento de la historia, desde un género cinematográfico distinto. Así hemos tenido capítulos desarrollados a modos de Western (el del Lazarillo), bajo la intriga y el suspense, el género de Aventuras, el terror y la fantasía (La Vampira del Arrabal), el drama (el capítulo de HImmler en Montserrat con Hitler y Franco departiendo en un tren en Bayona), la comedia o incluso el vodevil amoroso (Un Napoleón genialmente interpretado por Fernando Cayo en un monasterio de Tordesillas).
Todo un riesgo y un acierto, que unido a lo anterior han compuesto un retrato de audiencia muy hetereogéneo, y como decía más arriba activo incluso en la defensa de la continuidad de la serie, tanto en este momento como al finalizar la primera temporada ante los rumores de no renovación por parte de una siempre dubitativa, acomplejada y temerosa TVE.
Así unos cuantos números para documentar tal fenómeno: Más de 70.000 seguidores en twitter. 35.000 en facebook. Miles en instagram y tumblir. Foros míticos del internauta español (meneame.net, ACB.com, elotrolado.net, etc.) con hilos temáticos sobre la serie con miles de posts al día. Blogs dedicados. Videos y gifs creados por la audiencia.
Y cuando llega la emisión estandar en televisión del capítulo de turno, el fenómeno se convierte en TT incluso mundial, con más de un 95% de comentarios positivos, haciendo también tendencia a los personajes históricos que aparecen en la trama.
Y para rematar con un número de visionados en la plataforma de RTVE en torno a los 600.000 de media por capítulo de una serie brillante.
Y el capítulo final 
Pero la más absoluta brillantez la alcanzó anoche con el capítulo final de esta segunda temporada, titulado “Cambio de tiempo”, un auténtica obra maestra para seriéfilos. Siguiendo el compromiso con la línea de creatividad que en todo momento ha tenido la serie, anoche ofrecieron un giro más, este dentro del subgénero de los viajes en el tiempo, como representan las líneas paralelas y las paradojas basándose en una interpretación de los mundos múltiplesde Everett (existen infinitos universos posibles que pueden ocurrir simultáneamente y a los que se accede a través de cambios en un punto común).
Así mientras la patrulla protagonista viajaba a la Guerra de Independencia para poner a salvo a Argüelles y con él el germen del constitucionalismo en España, en la línea del tiempo “que es, el que es”, Felipe II era informado de la derrota de la Armada Invencible, y en ese momento pretende usar el Ministerio del Tiempo para cambiar la historia, ganando la batalla. Hasta aquí el spoiler. Lo que sucede después sólo puedo animiar a que lo disfrutéis. La trama del capítulo se desarrolla como una realidad totalmente paralela, en la que los tres protagonistas de vuelta se ven en fuera de juego, pese a que sus propias intrahistorias encajen perfectamente con sueños y anhelos. La resolución volverá a ser el dilema entre el deber y el placer.
Y todo ello paladeando un guión ingenioso, estimulante y divertido; una dirección ágil y una ambientación sensacional. Y unas interpretaciones de vértigo, tanto de los protagonistas, recurrentes, como de los invitados, con un Carlos Hipólito en el papel de Felipe II, soberbio.

Lo único seguro es que el Ministerio del Tiempo va a pasar a la posteridad primero como un hito en cuanto a la generación del fenómeno freak en España, con lo que conlleva hoy en día en cuanto a participación, critica y feedback entre creadores y espectadores. Pero en parte por ello mismo, y por la propia idiosincrasia del producto creado, tal y como he venido explicando durante esta entrada, también será una obra de culto. Un auténtico rubicón en cuanto a la ficción televisiva en nuestro país.


Por todo esto y más, y sobretodo por lo que pueden descubrir y redescubrir, les invito a que vean y se pongan al día con el Ministerio del Tiempo. Al final harán como yo, campaña para la renovación de la serie por una temporada más con las cuotas de libertad creativa y expositiva que hasta el momento han tenido creadores, guionistas y directores. #RenovaciónMdT.


martes, 25 de octubre de 2011

El periodismo de youtube


Cuando la información viene en oleadas no siempre los medios saben gestionarla. La semana pasada ante lo que era el inminente anuncio de cese definitivo de la violencia por parte de la ETA, me enfrasque en Twitter en una diatriba con una periodista de T5, sobre la para mi, bochornosa imagen de un o una periodista refrescando la web de otro medio (en este caso, Gara). No es que la muchacha hiciera alarde de ello, sólo lo comento en un tweet y yo le respondí que no era una imagén muy buena que digamos para el periodismo, por más que el comunicado estuviese preparado y sólo a disposición de los medios "tradicionales" de ETA. El caso, es que previa intervención de un fantasma que alardeaba en su dirección de usuario de su condición de periodista del AS y se presento como salvador de la bella periodista de T5, lo deje por imposible, tire de ironía y me di cuenta yo muy cabezón también, por supuesto, de que no hay más ciego que el que no quiere ver; y a mi amante y creyente de un periodismo de calidad como muro de carga del edificio de la democracia, esa imagen antes descrita me parece lesiva, insultante y avergonzante.

Puede que no hayas tenido manera de acceder a ese comunicado. Ok. Pero por lo menos calla, sé dueño/a de tus silencios y no esclavo de tus palabras. Pero en fin, ese hecho me ha dado por pensar y como ha continuado la vorágine informativa durante todo el finde semana, tengo caldo de cultivo para una entrada que ordene mis ideas y aporte fondo al debate (vuestro y sólo o en compañía), sobre el periodismo en el momento actual.

Voy a hablar de los dos mejores programas de tv que ahí en este momento en España, sobre actualidad. Mientras una parte del espectro catódico monta sus programas de actualidad o magazines en torno a los aspectos desechables y que deberían ser ínitmos de la vida humana, TVE con el veterano e imprescindible Informe Semanal, y la Sexta, con la ya ineludible cita dominical, de Salvados, me hacen creer que todavía hay esperanza periodística en la televisión, ese medio que con el valor de la imagen en movimiento (de la vida) no necesita gastar gran cantidad de palabras para impresionar y fidelizar a una audiencia en términos económicos millonaria porque la forman consumidores, que mientras ven la tv, no estan leyendo. Por ejemplo.

El Informe Semanal del pasado sábado y el Salvados del domingo, fueron dos ejercicios de periodismo responsable, aglutinador, con todas las voces necesarias para convertir su visión en un espacio poliédrico, que casi no dejara preguntas abiertas, con todos los actores reconocibles, pasados, presentes y futuros aportando, con la pausa necesaria para la reflexión, la comparación y la asimilación. Dos pedazo de programas. Dos pedazo de reportajes. Informe semanal un clásico.




Pero lo de Salvados de Jordi Évole, es espectacular, un auténtico fenómeno. El antiguo Follonero ha mantenido el humor, la ironía y la sátira que le caracterizan como herramienta para en una aparente banalización de los temas (y esta tratando los más serios asuntos que atormentan a España) plantear un espacio para el diálogo y la reflexión del espectador. Eso Jordi Évole lo consigue porque a un manteniendo la cordialidad, cierto grado de katxondeo y la ironía, hacer todas las preguntas, incluso las que tú como tele-espectador, pero también votante y ciudadano, te estas planteando. Sin duda son dos grandes maneras de tratar la información y realizar el ejercicio periodístico en la televisión, con calidad, trascendencia y funcionamiento de servicio público.

Pero ha habido otra noticia que me ha hecho plantearme el funcionamiento que las empresas, porque son empresas y siempre lo son para lo primero, periodísticas llevan a cabo su labor. El domingo por la mañana amanecí pronto para ver la final del mundial de rugby, entre Nueva Zelanda y Francia. Como lo veía por internet (señal pirateada), tenía el twitter operativo. Ya he hablado en este blog en alguna ocasión del continúo bombardeo que RTVE realiza a través de sus canales (TVE, tdp, rtve.es, rne) del Mundial de Motociclismo, y aunque fue por un tweet de 13t, tuve inmediata noticia del accidente que le ha costado la vida a Marco Simoncelli. En ese momento desplegue otra pestaña del Firefox, sintonice rtve.es la retransmisión de la carrera, que inmediatamente y debido a la gravedad de las heridas de Simoncelli, se paro.

Al mismo tiempo se paro la información en chorro, la comentada con respecto a las imágenes de la carrera. La realización (malaya, hablamos del Gran Premio de Malaysia) se fue, y lo que quedo, fue imagen propia de rtve con el set de comentaristas. Las palabras sobraban, porque estos desde el set, y los que estaban en la calle de boxes, no tenían tampoco mucha información sobre el estado del piloto italiano. No se estaba aportando nada. Pero se mantuvo la conexión, primero para tras varios minutos (supongo que tras debatir sobre la conveniencia o no) repetir la caída de Simoncelli, comentarla, y finalmente casi llegando a la hora, dar la fatídica noticia de la muerte de Simoncelli. Una tragedia.

No estaba muy atento, puesto que estaba más centrado en el desarrollo del partido de rugby y como digo, no se estaba aportando nada. El hecho es que luego, viendo en el telediario la cobertura de tan desgraciado accidente, pensaba en como es el trato de la información por parte de los medios, sobretodo televisivos. Nos hemos pasado tres días, viendo las "andanzas" de un mal herido Gadaffi, y posteriormente de su cadaver. Ha habido imágenes del sátrapa agonizando y ya muerto. En los telediarios, por lo menos, los que he visto, no ha habido ningún aviso de la crudeza de las imágenes, con el dictador desangrándose en medio de una turba desatada.

No voy a entrar en la conveniencia del martirio que le dieron al dictador libio, puesto que  yo soy partidiario de la democracia; por lo tanto de la justicia y el estado de derecho. La violencia como respuesta a la violencia de corte fascista y dictatorial no es la respuesta necesaria. Es una respuesta visceral, que engendra más violencia y que pone zancadilla a la transición libia. Pero me centro más en la conveniencia o no de sacar esas imágenes.

En el caso de Simoncelli, hay que decir que no se han vuelto a ver las imágenes de la asistencia sanitaria al piloto italiano. Fue un acto de autocensura dada la crudeza de las mismas, y quiero creer puesto que se trataba de un personaje, digamos público y que acepta con su profesión el riesgo, a la vez fue un acto de respeto e intimidad. En el caso de Gadaffi y de su hijo, lo que en la calle llamamos un auténtico hijo de puta, como he dicho no ha habido ningún tipo de control. Tampoco lo hay con otras imágenes del tipo tragedia en Darfour, violencia en México, guerras con niños como combatientes,...

Opino que en estos casos, más allá del aviso por mor de la sensibilidad de las personas, sobretodo niños, es necesario y de absoluta importancia que estas imágenes nos atraganten la comida o la cena. Lo es, porque son reales, y como sociedad, es una verguenza y una salvajada que a día de hoy sigan sucediendo. Si no se muestran, me parece un acto de hipocresía deleznable, por el mismo hecho de que suceden cada día, en cientos de lugares del mundo. De un mundo en el que el 15% de la población tiene a su disposición el 95% de la riqueza mundial. Un 1% el 65%. El mensaje que yo quiero que demuestren esas imágenes no es el aturdimiento de mentes acostumbradas a la violencia, generalmente en forma de ficción, y que ante un telediario o un programa de actualidad, de los de verdad, vuelven la cara o cambian a contenidos más amables. Quiero que se despierten conciencias, y que lo que realmente de asco, no sean las moscas en las comisuras de los labios de los niños, sino que el asco sea que ese hecho se produzca, no que se retransmita. Las conciencias no pueden estar dormidas.

Las primeras imágenes tomadas por equipos profesionales de medios sobre la muerte de Gadaffi, pronto se vieron solapadas por las imágenes de movil, del youtube, sacadas por los propios verdugos del tirano libio. Aquí no ha habido ningún control. Parece que nos quieren hacer ver, que gracias a la intervención internacional y a la lucha justa y saludable de los antiguamente explotados ciudadanos libios se derrocan e incluso ajustician dictadores todos los días. Olvidan que no hace tanto tiempo era un amigo con derecho a poner la jaima en la Moncloa, la Casa Blanca, o el Eliseo. Y ocultan que la ayuda a la resistencia y disidencia libia no es un acto desinteresado. Y que tiene oscuros, negros y cuantiosos reditos para las potencias occidentales.

Es lo que yo llamo periodismo del youtube. Tras el terremoto y catastrofe nuclear en Japón ya sucedió algo parecido con un conejo. Los medios televisivos tradicionales o incluso en sus versiones web, ante la falta (en ocasiones, interés, inversión o deontológica) deciden rellenar espacio con un video de youtube. Según ellos con el único argumento de enriquecer la información, dar el punto de vista de alguien que estaba allí, completar nuestro esquema sobre un hecho o situación. La realidad en mi opinión es bien distinta. Lamentablemente el copy/paste hace estragos en las redacciones. Los becarios que llegan plenos de ilusión se van transformando en autómatas que rastrean las webs, las redes sociales o youtube, buscando cualquier nota curiosa que rellene el espacio informativo. Es lamentable el coste en esa propia ilusión, capital humano y posibilidades que se pierden por una falta de compromiso, interés y ética profesional por parte de los directivos de los medios de comunicación. Oí una vez que las empresas periodísticas son primero empresas, y luego ya eso, periodísticas. Es cierto. Supongo que pasa en todas las casas. Pero como decía más arriba un periodismo de calidad, fuerte, independiente, en el que la libertad, el respeto y la información sean ejercidos con la deontológica que ya solo se habla en las facultades, ayudan sin duda a construir una sociedad mejor, más participativa, más fuerte porque esta informada y sabe que existen alternativas. En definitiva, una democracia mejor.

Por cierto, el famoso conejo sin orejas de Japón, era un video de 2009.

Decir ya por último que lo del periodismo del youtube tiene su máximo exponente en los espacios que los telediarios o los canales de tv dejan para la información deportiva. Funcionan con dos alternativas. O con dos gañanes, que no llegan al nivel de graciosillos, y de que más allá de farsa y mandril no tienen ni pajolera idea de lo que hablan (sobretodo cuando hablan de algo más que furgol) o con una niña y un niño monos, que muchas veces, me dan lástima, porque a parte de cara y cuerpo bonito, guarda, sobretodo ella que es en quien me fijo, una inocencia en su mirada, que es la única esperanza que queda para ver buen periodismo deportivo en televisión. Como de esto no andamos sobrados, dejo un enlace de una entrevista a Leontxo García, persona y personaje imprescindibles, que se lleva dedicando 40 años a escribir, con una notable calidad, pasión y profesionalidad sobre el ajedrez.

domingo, 21 de agosto de 2011

Lost


He dedicado los últimos meses a ver de seguido y prácticamente sin ningún tipo de injerencia Lost. O Perdidos, en traducción al castellano. Quizás algun@s de l@s que me conozcáis, o que leáis este blog de manera usual, o casual, o simplemente lleguéis a este post por puros azares del algorítmo de google, os preguntéis como es posible que una tormentosa noche de domingo en agosto de 2011, me ponga a escribir sobre Perdidos, su final, la sensación que me ha dejado y todo lo que siento ante, esta ya anunció, para mi, obra maestra del séptimo arte. Y si, digo séptimo arte, porque las series de TV utilizan el lenguaje cinematográfico (y en este momento mucho más) y dignifican al cine, tan denostado, huérfano de ideas y originalidad y secuestrado por la cuenta de resultados.

El que casi un año y medio después del final de la serie (tras 6 años de emisión) me haya puesto a la tarea de ver Lost casi de un tirón es algo así como una redención, como una costumbre que ya hace algún tiempo tome. Y es que desde un tiempo a esta parte, cansado de la tardanza en emitirse los productos de calidad (series norteamericanas, pero también ha caído alguna inglesa, e incluso belga), los continuos anuncios, los cambios de día, de horario,... En fin, que en el país de la telebasura por excelencia, seguir los productos de calidad, parece más bien imposible.

Lost pasa a la historia como una obra maestra, pero también de culto, y por supuesto como un fenómeno de masas. Durante 6 años mantuvo en vilo a una audiencia mil millonaria, por los 5 continentes, y en inmuerables países, hasta tal punto que el capítulo final tuvo que retransmitirse prácticamente a la vez, en todos los rincones del planeta para eviatar que twitter y facebook proclamarán la resolución de la trama, lo que supuso un enorme costo en traducciones y doblajes prácticamente, simultáneos.

Pero vayamos con la serie en sí. Primera escena se abre el ojo de Jack Sheppard, en medio de una jungla, de un alboroto y de un aturdimiento. Corre al oír los gritos y llega a una playa de aspecto dantesco resultado final de un accidente aéreo, en el que él trata de poner cordura, e ir resolviendo las urgencias sanitarias de todos los personajes supervivientes, para así al final del capítulo, erigirse como líder del grupo de los supervivientes y organizarse para sobrevivir. Esto es el primer capítulo a grandes rasgos, eso sí el capítulo más caro en la histoira de la televisión.

No voy a describir capítulo por capítulo. Hay blogs y webs que ya lo hacen y de manera fenomenal. Sólo decir que a través de las los días descubrirán que la isla en la que han caído, esconde secretos, misterios, y que es peligrosa. Llegan a la conclusión de que tardarán en rescatarles y que tendrán que organizarse. Exploran su entorno, encuentran el extraño mensaje de radio, matan un oso polar en plena jungla tropical, encuentran la cabina del avión, tienen visiones, chocan con un mounstruo, llegan los supervivientes de la cola del avión, descubren la escotilla, la primera estación Dharma, conocen a Hume y pulsan la tecla. Dan con Ben Linus y los otros, conocen más estaciones Dharma, llegan los intrusos en un carguero, matan y mueren y sobreviven... Y poco en las siguientes temporadas se irán creando incógnitas y resolviendo otras, a través de los flashbacks que nos ponen en antecedentes sobre cada personaje, sobre su vida pasada que va desde el momento en el que suben al avion hasta hace muchos años, y sobre por qué están en la isla. Qué buscan en ella, sin saberlo, y qué quiere la isla de ellos.

Todo con ello con un juego del tiempo como variable para dar a conocer y ocultar el argumento a modo de enganche, magistral. Se suceden los flashback, los flashforward y los flashsideways (creacción de los guionistas, que viene a explicarse como las realidades paralelas) y demás elementos narrativos que permiten al espectador viajar en el espacio y en el tiempo e ir conociendo el por qué de algunos de los fenómenos y situaciones que acontecen en la isla y que a la vez también sirven para plantear nuevos retos.

El final de Lost, consiguió lo que buscaba. Se cerró la historia y dejaron las suficientes dudas abiertas, para mandar la serie a la memoria colectiva de la sociedad, y mantenerla viva y humeante en todos sus seguidores. Los foros, discusiones y opiniones se han venido vertiendo desde la retransmisión del capítulo final, y aunque he podido ver, en estas dos horas rastreando internet que con el tiempo, se han ido llegado a "acuerdos" y dejando claros varios puntos, de los múltiples que la serie dejo en el aire con su final, no es menos cierto que todos tenemos nuestra opinión. Ahí va la mía.

La serie es magnífica, y como digo ya una obra de culto. Su final es consecuente y a mí me ha encantado, emocionado y hasta me ha echo soltar una lagrima. Me ha parecido redondo pese a todas las dudas sin resolver, y no me siento estafado, y en el que mi conclusión (AVISO, si desconoces el final, casi mejor que no leas a partir de aquí o tendré que matarte, o bueno, seguramente serás tú el que quieras asesinarme...) viene a ser que cuando Charles Widhtmore (una duda NO resuelta es cómo y por qué conocía tan bien la naturaleza propia de la isla) expone a Desmond con su capacidad para soportar el electromagnetismo a la "luz cegadora". Así esté descubre la realidad paralela y su origen y final, como purgatorio, en el que todos los que pasaron por la isla, se desenvuelven, creando su imagen de vida perfecta, sin fisuras y sin vacíos hilo en el que se desarrolla el flash sideway o realidad paralela en el que transcurre la sexta temporada (por ejemplo Jack, se "inventa" un hijo, o Sayd se deja arrestar tras asegurar el futuro de su amada Nadia como penitencia, o Sawyer es policia, los Kwon parece que salen del control de el padre de Sun, Ben convive y cuida a su padre, etc.), por lo que Desmond decide por un lado en ese purgatorio "virtual" ayudar a todos a recordar para avanzar hacia la felicidad, mientras que en la vida real (gran éxito de los guionistas, conseguir casi hasta el último minuto mantener la duda de si era real la isla y su experiencia) trata de apagar la luz, para llevarlos a todos a ese punto de reunión y felicidad.

En un momento creo que de la tercera temporada, en una discusión en si convenía poder salir o no de la isla, Jack por un lado y Locke por otro discutían y apelaban a la razón uno, y a la fé el otro. Pues algo así es como la serie ha hecho que muchos de los mitómanos que la hemos seguido con avídez y hambre nos hemos ido desarrollando para ir dando explicaciones a cada una de las dudas, las sorpresas, los fallos conscientes o inconscientes del guión. La principal virtud de Lost en mi opinión, es que ha conseguido hacerse imperecedera en base a plantear constantes dudas a los sentidos e interés de sus seguidores, que estos intentábamos desdreñar con la razón, buscando la lógica en la ilógica naturaleza de la isla y de los hombres que la habitan y habitaron, para acabar deseándo comprender con el corazón y creer en un final feliz en el que todos juntos sobreviven, trascienden.

El final es así. Y son innumerables los interrogantes que se quedan. Valen para alimentar el propio ego de la serie, que se mantiene viva en la mente y los corazones de todos los seguidores, tratando de desdreñar y dar respuesta, juntos o por separado a todas las questiones que han quedado sin respuesta. Por ejemplo:

¿La explosión de la bomba nuclear con la que acaba la 5ª temporada para qué sirvió? Pues únicamente, para provocar un artificial estallido de luz por el que los protagonistas atrapados en la isla, salieron de 1975 y volvieron a la "actualiadad".
¿Por qué pudieron matar el humo negro? Pues, quiero suponer que al retirar Desmond la piedra de luz, los poderes milagrosos de la isla desaparecieron, como por ejemplo el humo negro que se mantuvo personificado en el cuerpo de Locke, o la inmortalidad que es sustituida por la primera cana de Richard, que le enseña Mills...
En los títulos de crédito del último episodio aparecen los restos del 815 de Oceanic ¿por qué? porque quedan en la isla, como quedó el barco de Richard, los restos de la escultura, la avioneta del hermano del Sr. Ecko, las casas de Dharma, las estaciones, etc... Alguien volverá a la isla dentro de un tiempo y también se preguntará cómo llego esto a quí.

Y más preguntas a las que ahora mismo, y después de estar casi 2 horas escribiendo y ojeando foros, post de blogs, y otras preguntas y respuestas que se han generado en la red y en el debate de Lost que no tengo, por lo menos ahora, explicación:
4-8-15-16-23-42, los números de Pérdidos, aparecen durante toda la serie, qué relación guardan con los personajes. A parte de ser trascendentes en algunos casos (la combinación ganadora en la loteria de Hugo), en el faro de Jacob aparecen asignados a los nombres del pasaje del 815, y en la cueva, algunos, tachados, quedándo solo los candidatos...

(Actualización:)
La existencia de los números es fundamental para conocer, o cuando menos, sospechar la importancia de la isla, su naturaleza y salud para poder predecir, provocar o impedir una posible destrucción del mundo. Estos 6 números forman son el resultado de la Ecuación Valenzetti, teorema planteado desde la Universidad de Princenton en los años 60, como resultado de una investigación para predecir el fin del mundo, encargada por el departamento de Estado y las Naciones Unidas, ante las tensiones nucleares vividas en aquella época entre Estados Unidos y la URSS. La combinación de números hace referencia a los distintos factores humanos y ambientales que conviven en equilibrio en la tierra, y a una posible previsión en años y meses para el desastre final, siempre que cambien la orden de fuerzas entre los factores, expresada en los números.

Está se supone es la teoría sobre la que crece la trama de la isla, y que parece que podría existir realmente, y fue planteada para predecir el fin de la humanidad por si misma, y a cuya explicación se llega al final del juego oficial de la serie, The Lost Experience, donde Alvar Hanso, promotor de la iniciativa Dharma explica su funcionamiento en un video, al estilo de los videos de las estaciones que se vieron en las temporadas 2 y 3 en la serie. La isla funciona como una especie de variable que regula la interacción de las constantes (los números) a la hora mantener el equilibrio entre los factores ambientales y humanos para la supervivencia del planeta.

La iniciativa Dharma, trataba en sus experimentos de cambiar esta relación de fuerzas entre los ambientes con los distintos experimentos que fue planteando en la isla (y también en la isla hermana) para poder cambiar asi las constantes y por lo tanto, cambiar la fecha que plantean dentro de la ecuación, como la del fin del mundo. Pero fracasaron continuamente, puesto que pese a cambiar la relación y potencia de los distintos factores y forzar la naturaleza de la isla, siempre obtenían como resultado: 4-8-15-16-23-42.

Y así más y más preguntas, algunas hasta fallos de guión, y otras simplemente sin respuesta.

Sólo, decir y recomendar que Lost es una grandísima serie, más que recomendable, imprescindible, que hay que verla con ánimo, intentar hacerlo de un tirón (ojo que son 120 capítulos) con los ojos, la mente y también con el corazón abierto. Si has llegado hasta aquí buscando alguna razón al final, espero que te haya gustado, como a mí, y que si no es así, no hay que sentirse mal ni defraudado. Es un final, y como todo en la vida, puede gustar o no. Es más quizás podríamos animarnos a escribir todos un final de Lost. Nuestro final. Cuyo reto será hacer que quede bien una última escena, en la que el ojo de Jack Shepard se cierre.

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