sábado, 22 de octubre de 2011

En la derrota de ETA


Hace menos de una hora, la dirección de la banda terrorista ETA ha hecho un comunicado, a través de sus portavoces habituales, Gara y The Guardian, y con su habitual y característica, anacrónica, grotesca y casi cómica, sino fuera porque los que se esconden bajo capucha y txapela son asesinos y cuando menos colaboradores necesarios, su intención de dejar la lucha armada y la violencia. En sus palabras "el cese definitivo" de la actividad terrorista. Después puño al alto y bravuconada por la "independezia". Y yo pensaba que se iban a quitar la capucha.

Es una gran noticia. Esperada desde hace mucho y por casi todos. ETA dejo de tener sentido en el momento mismo en el que este país comenzó un proceso de transición democrática tras la dictadura de Franco, respuesta terrorista (junto a otros como polimilis, etc.) a la propia dictadura, y que con un proceso constituyente en marcha no tenía cabida. Ni siquiera las proclamas socialistas, soberanistas y nacionalistas abertzales. Así lo entendió parte de la organización. Otra no. Y continuó matando.

Que no se equivoque nadie.
NO justifico ninguna de las muertes. Sólo la de Carrero Blanco. Era él o nosotros. Pero ETA ha llevado a cabo una tarea de presión violenta y subversiva al estado español y al pueblo vasco desde hace 43 años, con más de 800 muertos, más de 4000 heridos, 40 secuestros, cientos de intentos de soborno y aplicación del impuesto revolucionario, y en definitiva la degeneración por falta de libertades y seguridad de todos aquellos que no pensaban como ellos. Un chantaje continuo e inadmisible a la democracia, la convivencia y el derecho, que por fin parece tener fin.

Quizás al comunicado le hayan faltado palabras. Perdón a las víctimas sin duda. Entrega de las armas también; disolución de la organización con nombres y apellidos por supuesto. Pero en este momento, a mi modo de ver, el comunicado de ETA es el comunicado que pueden dar. Es decir, dentro de la deteriorada y enferma mente de los terroristas, en este momento, gracias a la presión política (y que conste que no estoy a favor de ilegalizar ideas, y la ilegalización de partidos políticos no ha ayudado precisamente en este proceso, puesto que se ha llegado a este momento con las organizaciones abertzales en las instituciones) y sobretodo policial y judicial. Primero de Francia, durante años de gobiernos de Miterrand o Chirac bastante condescendiente con ETA, creándose el llamado
Santuario. Fue Sarkozy el que dió por terminado ese "armisticio" con ETA y aliado con la policía y las autoridades españolas han procedido en colaboración a desarmar la cúpula de la banda en los últimos años, dejándola sin mando, sin capacidad de decisión y en muchas ocasiones también, menoscavando la capacidad operativa de la banda con continuos alijos, presión en los bosques, carreteras de Euskadi y de todo el país, o hasta Portugal. También desde la judicatura se mantuvo esa presión, con la veremos si anticonstitucional o no (para mi lo es) y por lo menos polémica, dado el anunció de esta tarde, como lo politizado de las instituciones de justicia superior de este país, Doctrina Parot, que ha permitido alargar las penas de los condenados por terrorismo, y con esto, que el colectivo de presos, muy influyente en la toma de decisiones de la banda, también presionará por una salida con menos violencia y dialogada al conflicto que gusta de llamarlo así la izquierda abertzale; del terrorismo para el resto de los mortales. Por lo tanto, parece que la Doctrina Parot ha funcionado.

Pero en un estado de derecho el pulso se doblega a través de las instituciones, el diálogo y la política, y es un hecho constatable que la situación política y social en Euskadi ha cambiado y convierte aún en más anacrónica e injustificable existencia de una banda terrorista. Con un gobierno autonómico de corte nacional, del Partido Socialista de Patxi López, con el apoyo popular, donde Basagoiti ha demostrado tener un don de miras, mucho más amplio que la caverna de extrema derecha que sustenta parte del apoyo popular de Rajoy, y donde el PNV tradicional ha tenido que dejar paso a nuevas formas de hacer política.

Y donde, no lo olvidemos, la izquierda abertzale, a través de Bildu, coalición de partidos nacionalistas y de izquierdas de Euskadi ha entrado en las instituciones, ha conseguido su peso político para desde esos cargos, poder hacer política y a través de la política conseguir o no la independencia. En un estado de derecho, es donde se deben de defender y conseguir los objetivos ideológicos y políticos. Nunca con las armas y la extorsión y chantaje del terrorismo.

Todos estos cambios en las instituciones son fruto también del cambio social. En las calles la salida del terrorismo ya no tiene ninguna salida, y casi apoyos. Ha ido sucediendo desde el fin de la dictadura; después de los sangrientos ochenta, el atentado del Hipercor en Barcelona, Vallecas, Tomas y Valiente, Ernest Lluch, el secuestro de Ortega Lara... hasta llegar al secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco que unió de manera única e indisoluble a toda la sociedad (salvo excepciones de extrema derecha cuando volvió al poder el PSOE, pero por minúsculos no merecen atención). La sinrazón de la barbarie ya no tenía sentido y poco a poco toda la legitimidad que podía encontrar en las bases de descontento identitario nacionalista Euskadi (y también, desde planteamientos del socialismo nacionalista vasco) fue desapareciendo, encogiendo hasta aunar a todo el pueblo vasco en el momento actual, absolutamente crítico con la estrategia de la muerte y el terror para lograr los fines soberanistas. La muerte de Isaías Carrasco quito gran parte de la fuerza de convocatoria en las bases jóvenes y de izquierdas, y la voladura de la anterior tregua como acto de la bomba de la T4, unido a la presión policial, judicial y política ya comentadas, han derivado en este momento de ilusión.

Como decía al principio falta el perdón a las víctimas. Lo merecen y es necesario. Pero la gran noticia es que ya no habrá más víctimas, por lo tanto aún exigiendo ese perdón y la reparación por la sociedad ya comenzada, no es el momento de que víctimas del terrorismo impongan condiciones. Escuche por ejemplo, el jueves a la hija de Ernest Lluch, decir que las víctimas no debían intervenir, puesto que no serían nunca objetivas. La realidad es que estamos en este momento gracias a su sacrificio y a la solidez del estado de derecho (que no democrático) que nunca ha dado contrapartidas. Y ya no habrá más víctimas sin contrapartidas. El terrorismo como es natural, ha caído doblegado por el estado del derecho, la justicia, la libertad y la política. No hubo contrapartidas ni el peor momento de barbarie, y no lo habrá ahora porque dejen de matar. Eso es así, y esta claro, pese a lo que digan muchos a los que se les acaba el chiringuito de ningunearnos democracia o vender cuatro periodicuchos con la sempiterna cantinela del terrorismo.

Es el momento de ilusión más esperado de los últimos 25 años. Pero a la ilusión tiene que seguirle tranquilidad, con un halo de escepticismo, puesto que no sería la primera vez que dinamitan un proceso de paz, aunque este si que tiene ingredientes de irreversibilidad, y también es necesaria la precaución. El camino que queda sigue siendo largo, y se debe andar, pese a que se quiera correr. Para llegar al proceso de la entrega de armas, disolución abierta y acercamiento de presos que son los temas que únicamente caben en el comunicado de la banda y que tienen punto en el orden del día del cierre del conflicto armado vasco, se tiene que ir con la unidad de los demócratas y el convencimiento sin fisuras, ni chantajes políticos o intereses personales electorales. Para eso sería recomendable tener políticos y representantes de altas miras, asi que ante su ausencia, permítanme ser algo escéptico.

ETA en los últimos meses, primero con la entrada de sus representantes políticos en las instituciones, es decir su voz, sin las armas, la tregua, la mediación internacional escenificada en la conferencia del pasado lunes en San Sebastián y el comunicado de hoy, sigue un camino claro, una hoja de ruta para acabar con el terrorismo en España. Esa es la realidad más allá de confabulaciones e idioteces varias escupidas por la extrema derecha. Sólo les falta decir que con ETA vivíamos mejor... Lo dicho ahora, sin ETA, este país va a empezar a exigir con mucha mayor fuerza aún
más democracia. Que no se olvide.

El proceso abierto esta tarde es la victoria de la democracia, la justicia, la paz y la libertad, frente al terrorrismo, la barbarie, la sinrazón y el fascismo. Curioso fin, o planteamiento de fin, el mismo día en que dan caza y muerte a Gadafi (aquella justicia americana).
Hoy es el principio del fin de ETA.


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