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viernes, 18 de noviembre de 2022

Boicot al Mundial de Fútbol

 

Viñeta de Eneko en diario Público, sábado 12 de noviembre 2022

 

Este fin de semana empieza el Mundial de fútbol 2022. En Qatar. Ya la propia designación del emirato como sede del Mundial está llena de corrupción y tráfico de influencias. El mismo día que se proclamó a Qatar vencedora, mientras que la Confederación Sindical Internacional pedía a la FIFA que repitiera la votación para evitar que recayera en un país que no respeta los derechos laborales, 15 de los 22 electores estaban contando los calientes billetes que habían prevalecido en su designación. Hoy en día todavía tienen causas pendientes con la justicia. La compra directa y cienmillonaria (Qatargate) de votos le costó el puesto a todo un presidente de Francia, pero ni siquiera viró un milímetro el rumbo de la FIFA, empeñada en seguir adelante como si nada. El dinero ya empezaba a entrar y engrasaba una maquinaria interncional y poliédrica que ponía en marcha la operación de blanqueamiento.

Con la celebración del Mundial ya asignada, toda la construcción de estadios de fútbol e infraestructuras hoteleras y de transportes están bajo sospecha. Las condiciones de trabajo expedidas para una población netamente inmigrante que carece de los derechos más básicos amparados en la legislación laboral internacional, son las propias de un régimen esclavista. No superan la más mínima fiscalización y aún así, pretenden que nos pongamos a ver los partidos y a animar a la roja (o a la que le toque cada uno) sin ni siquiera tener presta una pinza de la ropa para tapar el hedor a la nariz. No vaya a ser que los jeques se fueran a mosquear.

The Guardian publicó una investigación que concluía que 6500 trabajadores habían muerto en Qatar desde que comenzaran las obras para el mundial de fútbol. No era el primer estudio ni la primera denuncia sobre esta atrocidad, pero si la que cuantificaba de forma incuestionable (con datos de los gobiernos de los países de origen de los trabajadores fallecidos) que 6500 personas han perdido la vida en la construcción de infraestructuras en el desierto qatarí.

Mientras los jeques quataríes del petróleo pagasen no importaban ni las acusaciones evidentes de tráfico de influencias y corrupción, ni la absoluta carencia de derechos laborales en el Emirato. Dinero que ha servido para blanquear no solo la falta de derechos bajo esa monarquía absoluta, sino la forma de esclavitud moderna que ha regido la construcción de estadios durante estos años: la kafala.

Kafala significa "garantizar" en árabe y es el sistema de "patrocinio" legal que se basa en dos principios que, en la práctica, se traducen en esclavitud moderna. Según la kafala todo trabajador extranjero debe tener un patrocinador (una empresa o una persona) para trabajar en el país. Este patrocinador tiene todos los derechos sobre el trabajador, ya que puede retener su pasaporte y el trabajador no puede ni cambiar de trabajo, ni salir del país, sin el permiso del patrón. Las condiciones laborales son las que el patrocinador impone porque en Qatar los sindicatos están prohibidos para los trabajadores migrantes, que son el 95% de la mano de obra.

La Kafala fue suspendida en 2020, por aquello de que la esclavitud este permitida y jaleada en un país que alberga un evento internacional del máximo nível. No fuera a ser que el que dirán. Pero ya era muy tarde para los más de 6.500 trabajadores fallecidos en los fastos de esta vergüenza. Hasta entonces no sólo la familia real qatarí y su élite se han beneficiado. Muchas de las empresas constructoras provienen de Occidente, y las tenemos mucho más cerca de lo que imaginas.

Sencillamente, es una dictadura. Libertades básicas hoy en día, como la de prensa y de expresión son inexistentes; se efectúan detenciones arbitrarias, castigándose de manera abusiva sin asistencia letrada y produciéndose desapariciones de activistas y periodistas. Los homosexuales son absolutamente perseguidos y criminalizados. Asimismo, las mujeres continúan bajo un sistema de tutela masculina, ligadas a su tutor varón que a efectos prácticos es dueño y señor de su vida, tomando la decisión final sobre cualquier aspecto de sus vidas: cómo y con quién han de casarse, estudiar, trabajar, viajar al extranjero hasta cierta edad o recibir servicios de salud reproductiva. Una mujer en Qatar pierde automáticamente la tutela de sus hijos e hijas cuando se produce un divorcio. Las condenas y castigos están a la orden del día amparados en las leyes islámicas. Ante el Mundial se han parado estos atropellos que volverán en cuanto la pelotita deje de rodar. En mayo fueron las últimas condenas execrables. Por ejemplo, a una mujer violada se le acusó de adulterio y fue castigada con 100 latigazos.

Por lo tanto, se hace muy difícil seguir, o simplemente asistir a la convivencia de eventos internacionales que amparen a estos estados, sabiendo las cosas que sabemos hoy. Por ejemplo, hace menos de un año que nueve refugiados sirios presentaron una demanda ante el Tribunal Superior del Reino Unido, acusando a funcionarios y empresarios de Qatar, en coordinación con los Hermanos Musulmanes, de lavar dinero para el Frente al-Nusra, considerado la filial siria de Al Qaeda. Hoy, Qatar está bloqueada por EUA, Jordania o Egipto, países de su entorno (geográfico y cultural) acusada de terrorismo.

Una dictadura que con dinero y lazos familiares claros y demostrados con el terrorismo. Un país por el que a través de sus fronteras entran y salen miembros de Al Quaeda, los talibanes y otros grupos que atemorizan a toda la región. Incluso desde la administración estadounidense se llegó a ligar al exministro del Interior de Qatar y miembro de la familia real, Abdullah bin Khalid al-Thani, con los ataques del 11-S, avisando a su autor intelectual, Khalid Shaikh Mohammed, antes de que pudiera ser capturado por EEUU. Y esto son las cosas que sabemos. Pensad en un momento lo que se desconoce, está clasificado o es subterráneo.

En los años 80, Joseph Nye y Robert Keohane, presentaron un extenso ensayo sobre las relaciones internacionales entre países de contextos y tradiciones políticas y culturales distintas. Ahí acuñaron el término de soft power para referirse a esa capacidad que ejercen algunos Estados para persuadir o convencer a otros de que hagan lo que desean sin tener que recurrir a la coacción o al empleo de la fuerza. Y es que las diferencias pueden ser insalvables o apenas leves incordios, si se coincide en lo básico: el interés por el dinero.

En esas prácticas y estrategias están los eventos y la corriente a caballo entre lo literario y lo periodístico que están blanqueando a conciencia la imagen de las execrables dictaduras fundamentalistas de Oriente Medio. Todo ello regado por billetes procedentes del petroleo, gasolina y también motor de nuestra vida actual.

Asistir a besamanos, besapies y todo tipo de pleitesías, por parte de democracias, hacia los sátrapas medievales de los Emiratos del petroleo es una vergüenza, y algo que tendría que ir acompañada con la dimisión del lameculos en cuestión a la mañana siguiente. Se les conceden prebendas y la celebración de eventos internacionales (tanto deportivos, como sobretodo foros económicos y financieros) que no son propiedad de nadie, sino de toda la humanidad, y no deberían servir para blanquear a estos regímenes. La falta de dignidad es tan lacerante, que llega un momento en el que hay que decidir -no digo discutir, digo decidir- por salvaguardar la dignidad, y renunciar al “progreso” alimentado por un combustible que como productos subalternos trae ruindad, opresión, integrismo, misoginia, xenofobia y fascismo. Cuando políticos o empresarios se tiran al suelo al paso de los petrodólares a la vez nos demuestran, a los pargüelas que estamos aquí, la valoración que esta gentuza hace de los Derechos Humanos, la paz, la democracia y el progreso. Incluidos los nuestros. Aquí, no está de más, que no se critica o censura la cultura, de un lugar concreto, en este caso Qatar. Sino sus leyes medievales y crueles, y su intención de con dinero normalizar esta dictadura.

La FIFA ya tiene experiencia más que sobrada en llevar sus multimillonarios eventos a donde más beneficios les otorgue. A veces, da la casualidad que acaban en un país que no dé vergüenza ajena. Pero siempre se aseguran una buena cantidad de comisiones por obras y fastos para sus torneos. También ya hay ejemplos sobrados en los que un Mundial se utiliza para blanquear una dictadura e incorporar como normales regímenes absolutamente criminales y abusivos hacia los Derechos Humanos. Lo hicieron, por ejemplo, con la Argentina del año 78, y si, han pasado más de 40 años, pero con Qatar, repiten el mismo patrón.

Dentro de esto, algunos países participantes, con sus federaciones y sus selecciones les da algo de vergüencita pero sin bajarse de la celebración, que jugar y ganar un Mundial es muy importante. Ponerse de lado, colocándose un brazalete con la bandera del Arco Iris, puede que les sirva ante las comunidades LGTBI de sus países y para lavar su conciencia, por todo lo demás privilegiada. A la historia pasarán como unos imbéciles que se quedaron en el símbolo, sin querer ver la realidad del problema y convirtiéndose en actores necesarios de toda esta farsa.

Si ni la FIFA, ni los directivos nacionales, ni los futbolistas, ni los periodistas deportivos (ni mucho menos los no-deportivos), ni tampoco nuestros políticos (en conjunto) han sido capaces de poner en su sitio a esta gentuza y recuperar algo de dignidad democrática y valores cívicos modernos para su torneo, queda en las manos de la sociedad civil reclamar que lo hagan y actuar en consonancia.

Es decir, ni el racismo, ni el patriarcado, ni el clasismo, ni la homofobía son hechos culturales previos a una opresión, sino que son las construcciones ideológicas que la van a justificar. Celebrar un Mundial de Fútbol (o cualquier evento, de cualquier índole) en un estado que viola conscientemente 20 de los 30 artículos de la Carta de las Naciones Unidas a parte de ser una vergüenza, manda un mensaje erróneo. Que con dinero todo se puede comprar. Y que el dinero está por encima de los Derechos Humanos.

No puedo deciros que tenéis que hacer. Si queréis seguir el Mundial, animar a la selección española, o disfrutar del deporte, lo haréis, se escriba o leáis esta entrada o no. Por mi parte, lo tengo claro: Boicot absoluto a este evento; solidaridad absoluta con las mujeres qataríes y los trabajadores inmigrantes a los que les han pisoteado sus derechos y dignidad; desechar el consumo de toda compañía cómplice de esta barbarie que lo acompañe, patrocine o retransmita; y denuncia en mis modestos medios de la vergüenza internacional que supone.




martes, 6 de junio de 2017

Un Día del Medio Ambiente sin nada que celebrar




Ayer, lunes 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente y desgraciadamente no hay nada que celebrar. Tras su primer viaje internacional como Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump anunciaba que se desmarcaba de los compromisos adquiridos tras los Acuerdos de París en cuanto a la disminución en las emisiones de efecto invernadero. Cumplía así una de sus más polémicas promesas electorales basadas en atacar a la anterior administración Obama (que tampoco es que pudiéramos llamar “verde”) y mantenía su discurso de “America first” (América primero) sin importarle las consecuencias venideras para las siguientes generaciones, sean estadounidenses o no.
Al mismo tiempo, en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, en España, se fraguaba otro brutal recorte en materia de Medio Ambiente, y lo peor de todo era, que bajo todo el ruido mediático de la corrupción, se pasaba de puntillas, y desde luego en los medios de comunicación ni se mencionaba, éste hecho.
Todavía faltan días para la entrada oficial y astronómica del verano y llevamos ya dos meses que parecen ya pleno verano. Estamos metidos en un ciclo de severas sequías en este hemisferio y de lluvias torrenciales en el sur. Las, pocas, lluvias que se suceden son de carácter torrencial; anegan los campos y las ciudades, y las canalizaciones son incapaces de evacuar causando profundos estragos (otra materia sensible que ha sufrido los irracionales recortes y las inmisericordes privatizaciones). El sector agrícola sufre estas condiciones y aumenta más si cabe, la sensación de abandono del mundo rural. Al tiempo ya aparecen los incendios forestales con mucha más vehemencia (otra vez los recortes) y muchas veces provocados por especuladores que tratan de aprovechar la infame legislación que en nada protegen nuestros bosques, sino que los dejan como recursos para las grandes empresas y para los intereses económicos del más miserable.
Tenemos crecientes evidencias de una situación estructural de crisis ecológica o ambiental, que se puede constatar en todos y cada uno de los aspectos que analicemos. Respecto al cambio climático, el gobierno continua ferviente en su lucha contra las renovables para garantizar las ganancias insultantes de las petroleras y las energéticas, lo que ha colocado al país en el último lugar de toda Europa en cuanto a reducción de emisiones totales. La calidad del aire ya empieza a considerarse como factor clave en la cantidad y gravedad de los problemas respiratorios de buena parte de la población de los entornos urbanos. Seguimos perdiendo biodiversidad y ecosistemas, muchos de ellos propios y auténticos con un remarcado carácter antropológico y del folklore. Especialmente grave es el estado de especies muy importantes en el desarrollo de la naturaleza como anfibios e insectos como las abejas por el excesivo uso de pesticidas y fertilizantes. Al tiempo muchas especies como el lobo, el lince o el oso no acaban de asegurar su supervivencia, cuando estas especies chocan con los intereses económicos de los humanos. Y mientras, por otro lado, la desidia y la inconsciencia genera nuevos problemas en los ecosistemas con la proliferación de especies invasoras o el descontrol sobre las poblaciones de algunas de las autóctonas.

Año a año seguimos batiendo récords de temperatura y el proceso de cambio climático acelera. Los polos pierden masa de hielo y ya hay zonas del norte de Europa que ni en invierno se cubren de nieve y hielo. Y mientras, el agua, tratada como un recurso inagotable en vez de un recurso finito y gestionada en base a la oferta y no bajo una gestión responsable de la demanda.
Ya hay guerras por razones climáticas. Ya está muriendo gente (de hecho, no ha dejado de hacerlo desde hace miles de años) por el acceso al agua y su potabilidad. La diversidad agraria tanto en productos, semillas, como procesos disminuye vertiginosamente mientras las grandes multinacionales acaparan todos esos recursos para especular con ellos, lo que acarrea y cada vez con mayor intensidad en crisis alimentarias. Lo que para el primer mundo es la posibilidad de ofrecer todos los productos, en cualquier época del año eliminado de por si los cultivos de temporada, en el resto del mundo supone la homogenización de cultivos que a la larga empobrece los suelos y provoca que la población reciba dietas más pobres y sea más vulnerable, aún, a las enfermedades.
Y sin embargo, ahora, con todas estas evidencias tanto científicas, sociales, como del sentido común, “nuestros dirigentes” toman decisiones y siguen políticas cerriles, dieciochescas y absolutamente irresponsables para con el medio ambiente, la biodiversidad y el cuidado de nuestro entorno.
El populismo -que contra lo que pudiera parecer no gobierna desde posiciones de izquierda, sino que lo hace por y para la derecha, los privilegiados- reniega de la razón y la protección del medio ambiente, para continuar en cambio, con mayor énfasis si cabe, en un carpe diem, en una quema de recursos que, por supuesto va a perjudicar las condiciones de vida de las generaciones futuras, pero que ya está afectando sobremanera a los que estamos aquí y ahora.
Cuando más necesitábamos responsabilidad. Razón y ciencia. Posicionamientos radicales en defensa de nuestro entorno y en la perentoria necesidad de eliminar comportamientos industriales y estratégicos de quema de combustibles fósiles. En el momento de la valentía en la adopción de medidas urgentes que cambien este turbio presente y negro futuro, llega un imbécil e irresponsable, como Trump para deslegitimar con sus actos -no se le pueden llamar políticas, porque éste sujeto se mueve por impulsos y no por razones- para sacar a su país de los, ya de por sí débiles, Acuerdos del Clima de París, abriendo la puerta a los incumplimientos y los descuelgues de otras naciones como puedan ser Rusia, China o la India.
Poco proponía sobre todo en materia de vigilancia aquellos acuerdos de 2015, pero consiguieron por contra incluir la materia medioambiental en los discursos, los debates y las preocupaciones ciudadanas. No podemos ahora dejar con lo que costó, que se derrumbe aquel trabajo de la diplomacia y el sentido común. Pese a estar en la España de Rajoy, un punto negro en cuanto a defensa del Medio Ambiente se trate bien tenemos la capacidad de cambiar estos actos y comenzar bajo el paradigma de la responsabilidad, la crítica y el consumo responsable a cambiar con nuestros actos las decisiones con las que no estamos de acuerdo.
Boicot a todo producto estadounidense, hasta que no deponga esta miserable e irracional actitud. Boicot extensible a todo aquel que no considere la ética y la responsabilidad medio ambiental, social y laboral, por encima de su extrema ganancia.
Ya que nos han preparado una partida bajo unas reglas concretas, juguemos nuestras cartas. Que su consumismo, sea también su tumba. Que nos activemos. Organicemos. Luchemos.

miércoles, 13 de agosto de 2014

La degradación total de la Noche salmantina

Imagen desde google.plus


Váis a pensar que soy un exagerado. O me váis a decir que no esta bien generalizar, que una mala experiencia no puede empañar todo un sector, una ciudad y una vivencia. Qué el árbol no me deja ver el bosque. Pero ya van muchos años de sufrir esta mafia y a sus diversos secuaces y personajillos con su cuota de poder correspondiente dedicados exclusivamente a maximizar sus beneficios, dándose a base de soberbia una importancia desmesurada e irreal y llevando con toda su acción (y toda la inacción de las autoridades turísticas de la ciudad) a una bajada del atractivo turístico-hotelero de la ciudad, la degradación de la profesión (tanto a nivel externo como un posible valor característico de la ciudad, como a nivel interno en llevar unas condiciones laborales y personales mucho más penosas y esclavistas) y al hartazgo cada vez mayor de los vecinos de esta Salamanca que ha perdido en los últimos años y de manera salvaje, una de sus señas de identidad: Un ocio nocturno divertido, original, variado, integrador y de calidad.

Y todo esto no es fruto únicamente de mi ya dilatada experiencia por los garitos nocturnos. Contrastada con amigos, conocidos, en foros y redes sociales e incluso con más personas con las que he coincidido a las que he explicado ya lo sucedido bien porque "surgió" el tema (como en otra barra unas horas después con un par de chicas) o incluso porque "se han metido en la conversación". Lo que voy a relatar a continuación ocurrió el pasado sábado noche.

Habíamos salido todos los amigos a disfrutar de la noche, de unas cervezas, hacer una risas y ponernos al día. Nada extraño. Nada nuevo. Como primera parada decidimos meternos en el St. Patrick Museum (Obispo Jardín 1, junto a la Plaza del Mercado). He de decir que aunque apasionado y valedor de la cerveza, este local no me agradaba en absoluto ya antes de lo acontecido. Fundamentalmente, no me gustaban algunos de los "camareros" que por ahí se mueven porque ya había tenido experiencias malas anteriores, pero supongo que podía más la localización del lugar o el hecho de dar una segunda (o tercera) oportunidad a todo el mundo. Aunque me parecía excesivamente oscuro el local, sucio (con cáscaras de los frutos secos que te ofrecen para picar lo cual está bien, por el suelo lo cual esta mal porque podian o recogerlas de vez en cuando o adjuntar un plato para depositarlas apelando al civismo de la plebe). Las mesas nunca están limpias, no se preocupan de pasarle una bayeta. Además el volumén de la música, siempre enlatada, impedía el poder conversar con tus amigos y demás personas, lo cual es uno de los principales valores del espíritu pub británico, e incluso hace un año, y pese a esa naturaleza british, nos negaron a media tarde poner un partido de rugby, por no quitar los videos musicales pop refritos. Vamos que ya teníamos una mala relación de experiencias. Pero seguimos entrando, con lo cual, aquí entono el "mea culpa".

El hecho definitivo, es que el sábado sobre las 12 de la noche entramos. Nos pusimos de acuerdo en que pedir, y me dirigí a la barra mientras mis amigos tomaban asiento. Tras un rato en la barra, los dos camareros que estaban, tenían tarea puesto que atendían a más personas. Yo simplemente esperaba mi turno. En ese momento llega a la barra un personaje que llevo viendo por los bares nocturnos de Salamanca un par de lustros. El típico especimen que fragua aquello "de más vale caer en gracia que ser gracioso", puesto a unas más que nulas capacidades sociales a las que suma cada vez mayor soberbia y chulería, incapaz de mantener la boca cerrada, ya sea porque sólo sabe decir estupideces o porque la morfología de su abultada jeta se lo impide, y que además suma una falta de profesionalidad hostelera salvaje, puesto no vale ni como dj, ni como camarero (ya en otra ocasión le tuve que decir que me sirviera las pintas mejor, porque yo pagaba por una relación espuma-cerveza de 1 a 5, no de 3 a 5), ni mucho menos como portero.

El caso es que este tipejo llega a la barra pregunta quien no está atendido, le interpelo, levantando la mano y le digo que yo no. Soy el único en la barra que lo hace. Me mira. Me ve. Y va a una pareja a mi izquierda a quien atendía uno de sus compañeros. Como le dicen que están atendidos vuelve sobre sus pasos, pasando de mi olímpicamente. Yo ya me voy mosqueando. Coge un par de vasos, una botella los cambia de sitio. Y coge su teléfono movil, para ya directamente ignorarme. Ahí ya me he calentado. Me giro, le digo a uno de mis amigos que me había acompañado hasta la barra, que si nos vamos a otro bar. Dice que sí, puesto que ha visto lo relatado con sus propios ojos. Voy para el resto de mis amigos sentados ya en una mesa y les hago la misma pregunta. No hace falta aclarar nada. Ya se imaginan lo que ha pasado. Se levantan y empezamos a salir en tropel del local.

Yo en ese momento desfilaba hacia la puerta encabezando la procesión y no tenía pensado decir nada. En ese momento al menos, puesto que ya se me había ocurrido pasar por allí una tarde y poner una hoja de reclamaciones para no entrar nunca más. Caminaba hacia el exterior y sentía como este sujeto y otro camarero me miraban con una cara de incredulidad importante. Cuando ya estaba en la puerta, y llegaban mis amigos uno de ellos que si que le había dicho a este personaje "-¡qué no se trata a la gente así!". A lo que este le respondió mandándole a la mierda y llamándolo gilipollas. Y ahí ya se montó. Porque podemos admitir que nos estafen y que jueguen con nuestra salud. Ir a sitios horteras en los que los camareros y camareras o no tienen el certificado de manipulación de alimentos (y que hay que tener, aunque te vayas a dedicar a poner copas en una discoteque) o directamente lo ignoran. Lugares en los que la música es mala y donde no hay música en directo. Podemos aguantar que un portero no te deje entrar en un garito, que ni tiene licencia de discoteca, ni paga la tasa de derecho de admisión (constatado con un par de conocidos que trabajan o han trabajado de portero y no pertecen a la mafia extorsionadora y violenta que en Salamanca domina tal nicho de ocupación). Son muchas cosas las que podemos aguantar en la "noche salmantina", quizás demasiadas y por eso hemos llegado a este momento. Pero tal falta de respeto y educación como la expuesta en el párrafo anterior, no. No, porque el limite para esta situación y perdonar que lo ponga en mayúsculas, PARA CUALQUIER ASPECTO DE LA VIDA, es la dignidad y el respeto a la condición humana, sea cual sea esta.

Por supuesto, después de que nos insultará y nos faltará aún más al respeto, tuvieron que sacarme del local entre mis amigos, porque efectivamente como bien dicen ellos "no merece la pena". Más se pierden ellos. En nuestros encuentros, tumbamos cervezas por no menos de 40€ que seguro que hay "compañeros" suyos de profesión que los aceptarán de buen grado. Evidentemente ya he movilizado en redes sociales, foros de consumidores, buscadores de ocio y viajes mi opinión y consejo contrastado para no acudir a este tugurio. Una vez más y aquí lo dejo bien claro: No vayas al St. Patrick Museum, a menos de que quieras ser tratado como basura.

Pero antes incluso de que nos falten al respeto, como ciudadanos y como clientes y simples consumidores, que es lo que se empeñan en que seamos, debemos reaccionar. La cantidad de tropelías, estafas, engaños y fraudes que sufrimos hoy en día se mantienen y amplían por la conveniencia entre patronales y administraciones para soplar la vela de un sistema económico garantista y abusivo en favor de la cúspide de la pirámide y que según se bajan peldaños de la misma resulta más descorazonador y salvaje.

Y ahora me veo en la obligación de generalizar y poner de manifiesto algo que en múltiples conversaciones en los últimos años ha salido a la palestra. Y no sólo eso sino que ha sido punto de unión en la opinión mayoritaria de vecinos de Salamanca y alrededores y visitantes recurrentes que tengo el privilegio de conocer. Y esa opinión es que la calidad en el ocio nocturno salmantino ha caído, y sigue cayendo, de manera estrepitosa desde 2002.

Se dice que cualquier tiempo pasado fue mejor, y en el caso de la "fiesta de Salamanca" no hay ninguna duda en ello. Desde 2002, año de la capitalidad cultural europea, hasta ahora se ha perdido en originalidad, en frescura y en variedad. Si además le sumamos que todos como ciudadanos hemos asumido inconscientemente el mantra capitalista del individualismo y la diversión facilona y barata, lo que nos surje entre manos es un cóctel en el que lo casposo, cutre, zafio y lesivo sale victorioso para animar el espiritú lucrativo de unos pocos, en perjuicio de otros muchos, tanto clientes, como otros trabajadores y empresarios que entendieron su sustento de una manera más responsable y sostenible buscando la rentabilidad en un modelo más pausado y de calidad.

Todos recordamos una Salamanca que configuraba una genuina mezcla entre un turismo familiar y monumental, con gran riqueza gastronómica y de experiencias con otro más festivo, compuesto en su mayoría por los oriundos y estudiantes, a parte, sobretodo los sábados, de las visitas de una noche o fin de semana de personas que venían de las regiones limitrofes.

Pero eso ya termino. De un tiempo a esta parte se ha impuesto un modelo de negocio basado única y exclusivamente en alcoholizar a la gente de la manera más rápida posible. Se impusieron las ofertas del 2x1 (y hasta el 3x1) y las barras libres, que primero consumían los extranjeros (los "guiris" como dicen los empresarios de la noche) que provocaron el efecto llamada para el resto de clientes y habituales de las noches. De esta manera apareció un efecto dominó en el que primero cayeron las antiguas gerencias de los locales que tenían ese target de negocio. Y cayeron en las mismas manos que ahondó en la puesta en práctica del mismo modelo, convirtiendo lo que antes era variedad y originalidad en un compendió homogéneo de garrafa, intoxicaciones etihílicas y locales iguales tanto en decoración, ambiente y oferta musical.

Así tenemos una noche salmantina en la que un sólo empresario, el tal Tinin, con un sólo modelo de negocio (aunque con un par de variantes en la oferta musical para atrapar a más incautos) está imponiendo las mismas condiciones tanto para clientes a los que limita en su capacidad de decisión, como para otros empresarios a los que canibaliza y condena a la extinción, como para trabajadores, empeorando aún más, las ya denostadas condiciones de la hosteleria, un sector que encima suele ser carne de rebaja y precarización en época de crisis y estafas generalizadas.

En este proceso ha soplado a favor con algunas medidas (promoción y extensión en este formato de negocio a la nochevieja universitaria), tanto la Asociación de Empresarios de la hosteleria de Salamanca (buena banda de tragones, en la que el profesionalismo es la nota discordante), las cámaras de comercio (encantadas de haberse conocido), la inoperante Universidad de Salamanca (sumergida en rectorados cada cual a peor que no sólo se encarga de empeorar las condiciones de los alumnos y la comunidad universitaria en las clases, sino que sigue sin preocuparse en el bienestar de todos ellos en temas tan importantes como vivienda, ocio o transportes). Y por supuesto, no podía faltar, el Ayuntamiento de Salamanca que por oscuros intereses ha permanecido callado y del lado del empresariado sin entrar a poner orden y concierto en sus tareas y competencias tales como higiene y salubridad (en concordancia con la Junta de Castilla y León, deberían de preocuparse de que se sirven en las barras salmantinas), en seguridad y convivencia, donde las actitudes incivicas y de falta de respeto entre todos los actores, están a la orden del día, y en la promoción de un modelo alternativo que no caiga en un turismo de borrachera, donde proliferán los "botellodromos" y "las huelgas de bolis caídos" para los visitantes y la máxima dureza para los vecinos por parte de la policía local; ni tampoco "un turismo de despedidas" que expolea esas actitudes incívicas, saltándose ordenanzas que todos los salmantinos debemos de cumplir, sopena de multa administrativa, aparte de generar conductas de índole sexista, preferentemente machista, sin distinción de si la despedida es de chicas o de chicos.

Pero fue con la ley antibotellón con la que fomentaron esta realidad que hoy tenemos. Se demostró como el gran rival para este tipo de negocio la libertad que como ciudadanos disponíamos para beber en la calle, en cualquier momento y lugar, sin depender de hacerlo cuando nos lo digan y cuando quieran. Entonces, aunque había excesos con el alcohol, obviamente, no eran tan salvajes y continuos como los que ahora se vomitan tras la ingesta en una barra libre. El hecho de la prohibición vía multa, sin ningún tipo de promoción de las alternativas, que la administración ha de desarrollar (y que nadie diga que los programas del tipo "Salamanca a tope" están bien programados y promocionados, porque yo que he participado y colaborado con ellos ya te digo que no es así) y por supuesto, el nulo trabajo en materia de educación y prevención (de un tiempo a esta parte han aumentado los altercados nocturnos y las peleas frutos de borracheras y el sobre consumo de otras sustancias. También logicamente, han aumentado los accidentes e infracciones de tráfico), nos han dejado unas generaciones que no entienden los peligros del alcohol, y no sólo tanto para ponerse al volante, sino en el mensaje que las administraciones dan de que diversión y alcohol van de la mano; algo que es muy beneficioso para los empresaurios del negocio de los bares de copas, pero que tiene un coste terrible para la sociedad.

Yo no quiero una ciudad en la que el turismo sea de despedidas. O de eventos en los que beber sea la única vía para la diversión. Echo de menos cuando cualquier día de la semana y con progresividad de horarios en distintos bares y zonas se ofrecían todo tipo de actividades. Concursos, juegos, monólogos, actuaciones... todavía ahora, hay quienes las mantienen o tratan de volver a ponerlas al orden del día, añadiendo los valores de originalidad y diversidad a esta depauperada noche salmantina. Sin embargo, tenemos despedidas de soltero/a con valores incívicos (gente en ropa interior por las calles, disfraces soeces, actitudes sexistas y sexuales a plena luz del día, ingestas masivas de alcohol y otras sustancias) que alejan el turismo de calidad (gastronómico, cultural y familiar) de más valor añadido y que en conjunto dejan mucho más dinero que al anterior descrito. Se promocionan la nochevieja universitaria y la feria de dia con las casetas de los asociados a la Asociación de Hosteleria, en un mensaje claro de que os váis a divertir cuando queramos nosotros, y siempre pagando por ello.

Como ves, empece hablando de algo que me ha ocurrido y lo he relacionado con algo que nos ha pasado a todos, y de lo que ya tenía ganas de escribir. Todos somos responsables por haber entrado en su juego por el que mutamos de ciudadanos a simples consumidores. Hemos perdido la capacidad y actitud crítica y proactiva para favorecer el enriquecimiento de sujetos sin ningún talento especial salvo el que desarrollan para lucrarse lo máximo posible con el mínimo esfuerzo. Sin embargo, si acudes al St. Patrick Museum y te ocurre algo parecido a lo que yo viví el pasado sábado, la culpa será tuya puesto que ya has quedado avisado. Yo me cuidaré de no volverlo a hacer.

lunes, 30 de agosto de 2010

Boicot a las casetas


Recopilo parte de la entrada que escribí el año pasado al acabar las Ferias y Fiestas de Salamanca:

Las Ferias y Fiestas de Salamanca, nunca habían sido de mi devoción más allá de algún escarceo musical, o fiestero similar al de cualquier momento del año. Y en este la programación tampoco es que fuera como para imaginar cosas nuevas, pero con ese invento de las casetas las fiestas patronales se han animado muchisimo más, aunque lo que empezo siendo una idea ingeniosa, divertida y una forma de sacar al salmantino medio, tercio, cuarto y a los orgullosos de serlo, no serlo o sufrientes por el estado de la ciudad y provincia a la calle.

Pero ya va siendo hora de mejorar; y no lo dice un tio que ha salido uno o dos días. He cenado de casetas todos los días, menos uno, y en ese comí de casetas. He visitado todas las zonas. Rúa, Dominicos, Santa Eulalia, Agustinas, Úrsulas, calle Toro, Plaza Colón y sólo me ha quedao las de la Alamedilla, donde parece ser, se encontraba el mejor pincho de feria. Así que habló con conocimiento de causa, y antes de enfrascarme y reirme de los buenos momentos vividos, capítulos a mejorar: Servicios públicos, urinarios o lo que sea, portátiles o fijos, da igual, pero es lamentable que se invite a la gente a beber en la calle y el ayuntamiento no ponga unos urinarios portátiles para que la gente micione donde no estropeé ni la vista, ni el olfato y mucho menos el patrimonio. Entrando ya en la calidad del pincho/consumición, lo primero que llama la atención es que instalen casetas baretos que no se dedican a ese menester de manera habitual. El precio ha subido, y la calidad ha bajado. Se tira de lomo en muchos de los sitios, cada vez más fino, cada vez con menos salsa. O es que no hay creatividad, que no, o no hay interes, que tampoco, o solo hay mucho morro, que seguro que si. Promover que se yo, un concurso premiando la originalidad. Así llegar a pinchos como los del Doze en la Rúa con su solomillo y morcillas con mermelada sobre cebolla caramelizada, o ese pinchazo de garbanzos con marisco es un lujo, por lo tanto para mi ganadores (no obviar a las 3 camareras más guapas de toda la feria). También muy agradable, las casetas regionales, Asturias, Extremadura y Andalucía, a mi con Salamanca me sobra todo el resto, jejeej. Esas sidras, vinos de pitarras, rebujitos, cervecitas, pinchos tardicionales, tablas de quesos... Y nuestra sidreria particular, con David de garante y amigo, corrió la sidra, literalmente calle abajo (aprenderé a escanciar, koño)... pero en otras muchas era de risa las cantidades. Chupitos de cerveza parecían, coño, no te digo que nos pongan un pilon, pero joder... así se hacen de ricos los de siempre, con la complicidad del ay-untamiento.

Días sin sol, noches sin estrellas, 17 de septiembre de 2009

Pues bien, estamos un año después a menos de una semana de la apertura "oficial" del invento de las casetas o "Fería de Día" y ni asociación de hosteleros ni ay-untamiento han puesto de su parte las suficientes medidas para mejorar el acontecimiento cara a la ciudad, sus visitantes y ciudadanos y cara a la moralidad. Eso si como ninguna de estas tres cuestiones les preocupan si que van a mejorar sus beneficios, bajando un poco más la calidad y subiendo, algo más, el precio.

Por lo tanto anuncio mi boicot a estas "casetas". Un sólo día ocupare plaza en barra y serán para las que me dejaron satisfecho el año pasado: La del Doze, la de la sidrería Mater Asturias y las regionales del Campo San Francisco. Para lo demás si salgo de tapas, anuncio que lo haré a los bares de verdad, esos en los que por el 1'80 famoso tienes derecho, a mesa, silla, periódico, Tv, servilletas, palillos, elegir el pincho o tapa sin caer repetidamente en el lomo embadurnado en una salsa que mejor ni preguntar, una bebida en una cantidad no irrisoria, baño con papel higiénico, jabón y servilletas (incluso los hay con artilugios llamados secadores). Iré a esos bares que te cuidan todo el año y daré las voces, cantaré o bialaré lo que quiera, sin molestar a los vecinos que tienen la caseta y su patrimónico escape de humos al lado del balcón. Ensuciaré y pagaré por ello a los dueños del bar, para que ellos limpien su bar, y no pagaré a los hosteleros para que sean "nuestros" servicios públicos de limpieza los que limpien las calles tras jornadas repletas de beneficios para la mafia. Ire a los bares a compadrear con camareros que esperemos e intentemos tengan sus contratos y horas "B" bajo regla, y no bailaremos en torno a la constante precariedad laboral que se cobra por dignidad lo que respecta a la higiéne, la manipulación de alimentos, la cortesía, la educación o la profesionalidad. Por lo tanto no a participar en este fraude, timo y risión de la que nos hacen participes por nuestra ignorancia y ganas de fiesta.

Soy salmantino y NO quiero unas fiestas así.

P.d.: Lo de los conciertos y la carpa para los actos creada por la asociación de comerciantes. Esta bien, pero se creen que somos imbéciles. Habrá conciertos para todos los gustos y los disgustos, o es que esperan que alguien vaya a comprar el bono de 60 euros para ver a Mago de Oz, los Mojinos, los poperos de la gala de los 40 y los del gitaneo. Seguro que de cada 100 personas que veamos a Mago de Oz, 95 habremos pagado la entrada para ese único día a precio de oro (25 euros) como asi sucesivamente cada día. ¿Por qué no aprenden como en otras ciudades donde los conciertos son gratuitos? Es que hasta en fiestas tienen que mantener su estatus y ganancia. Asco de empresariado.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Compra de Votos


¿Por qué cuando cambio de formato, de vinilo a CD o de VHS a DVD no se me devuelven los derechos de autor que ya he pagado anteriormente?

¿Porqué si con el canon que pago al comprar mi DVD virgen va incluido el derecho a copia privada, los DVD grabados están protegidos contra copia?

¿Cuánta música tengo derecho a bajarme legamente de la red, teniendo en cuenta que pago derechos de copia por el ordenador, por el lápiz usb, por la línea adsl, por el equipo multifunción, por los soporte magnéticos y ópticos y hasta por las tarjetas de memoria?.

¿Por qué una patente industrial que requiere millones de euros en investigación caduca a los 25 años, y los derechos de autor de un pelotazo musical no caducan jamás?

¿No consideran demencial mandar inspectores a una boda y multar porque se está poniendo música?. Eso me recuerda a los censores de los tiempos más negros de la dictadura.

¿Por qué no se fomenta el consumo de música en la red a un precio razonable en lugar de cobrarte a 1 euro por canción, que es el precio al que te sale un cd con 12 canciones?

¿Por qué no se denuncia las grandes discográficas que explotan a los artistas, y en cambio se carga contra del internauta que se baja unos discos que a bien seguro no compraría si hubiera de pagarlos?

La industria discográfica y cinematográfica como tal está acabada y eso lo sabe todo el mundo, si la velocidad de la red permitiera descargarte un film en formato HD en media hora por un precio razonable, el mercado se revitalizaría, somos muchos los coleccionistas que disfrutamos teniendo originales de calidad y no la porquería de sonido mp3 o las imágenes dvx que puedes descargarte en la mula.

Lo que más gracia me hace es que cuando hablan de perdidas, contabilizan como tales, todo lo que la gente se baja por la red o compra en el top manta, ¿de verdad se creen que si no pudieran conseguirlo de este modo, pagarían el precio desmesurado que ponen a los productos?

¿Por qué, ya que dicen tener tanto interés en defender a los artistas más pobres y desfavorecidos no venden, por ejemplo, sus sedes de Madrid -que es un lujosísimo edificio en el centro-, Vigo -dicen que de los mejores y más caros edificios de la ciudad- o Boadilla del Monte -un palacio cuya obtención ha sido denunciada por irregular-? Y digo "por ejemplo" porque son las que conozco. Sólo con esos edificios podrían montar conciertos a lo Rammstein de la mitad de los autores pobres de España. Con la que está cayendo y se permiten ser ostentosos.

¿Por qué en lugar de darnos el sartenazo a los usuarios con un canon indiscriminado que supone que voy a piratear canciones y vídeos hasta por comprarme un escáner no ponen impuestos a los artistas MILLONARIOS para apoyar a los que están empezando? He oído a autores pobres quejarse de haber pagado más por el canon que lo que han recibido de la SGAE gracias a él.

¿Les parece normal que se paguen 30, 40 ó 50 € -o más- por un mísero concierto? ¿No creen que hay ciertos autores que con lo que ganan en un solo concierto podría vivir yo toda la vida? ¿No creen que esos autores no necesitan que se les pague otros 15 € más sólo por tener las canciones en casa?

Y, al hilo de lo que dice el autor del blog, ¿por qué no me pagan los derechos de autor de todas las cintas beta que compré que tuve que cambiar por VHS porque ni siquiera me arreglaban el vídeo beta si se me estropeaba? ¿Y las del VHS al pasar a DVD? ¿Qué pasa con eso? ¿Y si me compro ahora sus CD y mañana deciden cambiarlo por otra cosa y no me venden CD nunca más y si se me estropea mi lector de CD se niegan a arreglármelo? ¿Les vuelvo a comprar otra vez toda la colección con canon y derechos de autor incluídos?

Después de décadas de abusos y estafas de la dictadura de la industria discográfica, Internet viene como nuestra salvadora, pero los defensores del Régimen quieren que sigamos bajo su opresión.

Pues bien, como a Zapatero no se le ha ocurrido otra cosa que meter de soslayo, como puta por rastrojo, en una ley donde ni orgánica, ni ética (si es que quedaba alguna), ni procidemental, debía de haberse incluido. En plena Ley de economía sostenible, ZP y sus asesores, alentados por la mafia de vagos, cuentistas y negados del talento se incluye la posibilidad del corte unilateral por parte de acción gubernamental, sin citación judicial, del acceso a Internet. Ya estamos cansados de que nos mientan y engañen. El colectivo internauta esta cansado ya de las negativas del gobierno, supuestamente progresista, y de su alineación con el "mundo artista" como recompensa eterna de aquellas "manis" de 2002, 2003 o 2004. Ahora ya movilizados lucharemos por la democracia real, la del siglo XXI: Participativa, integradora, social, sin limites en la expresión y la comprensión, en la generosidad y la solidaridad, en los conocimientos y la cultura libres y fuera de atauras económicas. En la libertad al fin y al cabo. Por todo ello: ¡Basta de atropellos al usuario! ¡Basta de hacerse la víctima! ¡Basta de querer dar lecciones de ética porque no tenéis ninguna!

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...