sábado, 4 de septiembre de 2010

Cuestión de clase


¿Tiene usted clase? Usted, trabajador asalariado que se pasa el día pringando para que otros ganen dinero, y cuya máxima aspiración consiste en poder llegar a fin de mes, pagar la hipoteca y tener una jubilación decente cuando se haga mayor. Usted, trabajadora autónoma, puteada por la competencia de las grandes empresas, viendo cómo mengua constantemente su facturación, aumentan los intereses de sus préstamos y corre serio peligro de caer en el paro sin subsidio. Usted, trabajador funcionario, cuyos ya escasos ingresos han entrado en barrena hacia el recorte de presupuestos, que se va a quedar sin paga extra, sin seguro médico y sin trabajo como a los que usted sabe se les vaya un poco más la mano con la tijera, como en Alemania se les ha ido. Usted, trabajadora en desempleo, que ve cómo llega rápidamente la fatídica fecha en la que se le acaba el subsidio o los cuatrocientos y pico cochinos euros que le dan después de pasarse años currando como una enana. Usted, jubilado con la mínima, o un poquito más, o la no contributiva, que ve cómo mes tras mes su ya escasa pensión no le da ni para cenarse un paquete de pipas con sal y está pensando seriamente en sustituir las bombillas por cirios pascuales, a ver si así, de paso que reduce la factura de la luz, algún santo intercede por su ajustadísima situación económica…

Usted tiene clase. Y aunque la de cada uno sea la de cada cual, todas sus clases tienen, al menos, un rasgo en común. Ese rasgo es el derecho y la imperiosa necesidad de una adecuada cobertura social para poder vivir dignamente. Una buena nómina a fin de mes, un contrato indefinido, una asistencia sanitaria de calidad, un buen seguro de desempleo, una enseñanza pública y adecuada para sus hijos, una pensión que compense las décadas de vida gastadas trabajando en lugar de disfrutando, y que le permita pasar la que le queda en este valle de lágrimas sin sufrir las dentelladas de la miseria… Usted es, en el todo o en la parte, Clase Trabajadora. La necesidad y el derecho a la cobertura social es el rasgo común que le une al resto. Como el pegamento a los cromos de un álbum.

Y es, precisamente, esa cobertura social la que está en juego en estos momentos. En juego y en gravísimo riesgo de perderse con el infausto Tijeretazo.

¿Pero es que ese porrón de millones del presupuesto del Estado va a desaparecer, por arte de birlibirloque, de la circulación? No, la pasta no se esfuma. Va a alguna parte. ¿A dónde? Recuerde usted ahora la indecente cantidad de préstamos a bajo interés que el estado ha concedido graciosamente a los bancos, las subvenciones públicas a grandes industrias como la del automóvil, las emisiones de deuda pública a óptimo interés que son acaparadas por especuladores de talla internacional… Ahí, ahí. Ahí es donde va a ir a para nuestra cobertura social: A la gran Banca y a la Clase Capitalista.

Tras años de pasividad, los grandes sindicatos están tocando a rebato. Llaman a la Huelga General contra ese desvío del presupuesto público desde la cobertura social a manos del negocio privado. Y usted (no lo niegue) se está planteando seriamente secundarla o no. Para usted, la posibilidad de no ir a la huelga es un método de justo castigo a unas organizaciones que deberían haber defendido mejor sus derechos y no lo han hecho. Como si ahora su lucha, sus intereses y su mismísima subsistencia estuviesen contra los sindicatos.

Pero no es así. La lucha, el conflicto, siguen siendo los mismos: Las Clases Trabajadoras contra la Banca y el gran Capital especulativo. Haya o no haya sindicatos de por medio, lo hayan hecho bien, regular, mal o como el culo, las hostias se continúan repartiendo entre estas dos Clases Sociales antagonistas: La Clase que tiene derecho y necesidad de cobertura social (usted, asalariado; usted, autónoma; usted, funcionario; usted, parada y usted, jubilado) y la Clase que quiere acaparar para su propio y privado provecho esa cobertura social ante las vacas flacas que ella misma ha provocado (los banqueros y grandes capitalistas, a los que no llamaremos de usted porque no es probable que sigan este blog).

La Huelga General es uno de los cada vez más escasos métodos de lucha y presión que le queda a la Clase Trabajadora. Usted puede perder un día de trabajo, pero ellos, la Clase Antagonista, pierden el rendimiento de trabajo y el correspondiente beneficio de todas y todos los que hagan huelga. Y ahí es donde más les duele. Por ahí podemos hacerles daño. Por las pérdidas enormes que puede suponerles una Huelga General masiva.

Puede usted estar en desacuerdo con la trayectoria derrotista y gris que han seguido los sindicatos mayoritarios hasta ahora. Probablemente tenga usted razón. Pero dese cuenta de que, si no secunda usted esta Huelga General, quien va a sufrir las consecuencias es toda su Clase Social, la Clase Trabajadora. Como las lleva sufriendo desde hace años, perdiendo posiciones y derechos sin siquiera plantear batalla. Y la convocatoria de Huelga General (venga de quien venga) es el punto perfecto para afianzar posiciones y contraatacar. Para reconquistar la Cobertura Social. Para reconquistar la vida digna que usted, y usted, y usted, merecen por derecho. Es la hora de reventar el Monopoly.



Este video es un ejemplo de como funcionan las oligarquías neo-con con sus ejércitos, mass media y la ignorancia del precariado.

La historia económica más triste jamás contada


Parece que fue ayer cuando un piso de mala muerte en cualquier calle secundaria de un pueblo en peligro de extinción costaba 200.000 euros. Muchos fueron los tunantes que basados en la ignorancia de "en algo hay que meterse" y "alquilar es tirar el dinero", las frases más destructivas de la historia del país, se lanzaron a la feliz aventura de independizarse e intentar pegarse la vida padre.

Con sueldos de no más de 1.200 euros sacaron hipotecas de 800 euros mensuales. Papá y mamá les echaba una mano para el aval y la otra para que no pasasen hambre a final de mes. La vida entonces era jauja y cualquier hijo de agricultor pensaba que podía convertirse en un prestigioso abogado sin ni siquiera estudiar Derecho. Muchos otros decidieron convertirse en "emprendedores", otro de los grandes fraudes a la sociedad. Se hacían un curso CEAC a distancia y sin tener ni puta idea te montaban una empresa de fontanería que solo facturaba en B. La mayor parte de los pisitos que compraron aquellos iluminados están hoy en poder del banco y los que no, lo estarán pronto. No existía en España la inteligencia necesaria para entender que estábamos atravesando la mayor burbuja inmobiliaria (e incluso de crecimiento económico) de nuestra historia y que a su vez esta era el preludio de una crisis de dos pares de cojones. Y llegó la crisis pero los borregos seguían sin enterarse. Entre un Solbes perverso tirando de labia y un ZP entrenado para convertir en fumable lo infumable comenzaron a subir los precios y el desempleo y a bajar la bolsa y el consumo. No pasaba nada, hablaban de Estado del Bienestar, de subsidios para todos, de pensiones y de orgasmo económico. Y se lo creyeron.

Pasan los años y volvemos al presente. La mitad del país no sabe diferenciar la poesía de la lírica así que no pretendas que entiendan de economía. En los colegios e institutos se enseñan asignaturas como Proyecto Integrado, Valenciano, catalán, vasco, religión o alternativas a la religión y no se cuantas gilipolleces más, pero Economía es una optativa de modalidad desprestigiada que se cursa tan solo en bachillerato. La Filosofía un 0 a la izquierda. Posiblemente nadie en su vida se encuentre con una situación en que tenga que diferenciar entre minerales para poder comer, pero sí abrirán una cuenta corriente, sacarán tarjetas de crédito, solicitarán préstamos e incluso tendrán planes de pensiones. Y todo esto con un conocimiento nulo de la materia. Es como si yo me voy a una farmacia, abro los cajones y decido diagnosticar y tratar las enfermedades de todos mis vecinos. Lamentable y vergonzoso.

Pero volvamos a la burbuja. El precio de la vivienda está bajando y dice un proverbio asiático que "nunca cojas un cuchillo cuando está cayendo". Nada, ni puto caso. La gente ya está como loca intentando sacar hipotecas de nuevo. Se creen iluminados al ver una rebaja del 30% en el precio de un zulo, pero ignoran que el precio sigue inflado en un 240%. Ignoran igualmente que los balances de los bancos están repletos de casas que sostienen ficticiamente sus resultados. Ignoran lo que es el FROB pero sí han oído hablar de los buenos resultados del fraudulento "test de estrés a la banca".

En una ciudad como esta, Salamanca, una ciudad en perpetua crisis demográfica y económica, una ciudad de camareros, kiosqueros y peluqueras, una ciudad alejada de todo donde el turismo de fin de semana es lo único que funciona... ah, perdonad, que el deporte local es comprarse un piso para alquilarlo a estudiantes en cuanto se juntan unos milloncejos especulando con ganado (o si no veamos lo que pasa ahora en la feria). Alguno de estos "inversores" se ha parado a pensar cuanto tiempo tendrá que pasar para amortizar una inversión a través del alquiler, que hace mucho tiempo dejó de cumplir cualquier proporción razonable???. Cuanto más tiempo tardemos en darnos cuenta de que estamos profundizando el hoyo en el que estamos metido, más doloroso será. Hace poco leí en la gaceta que casi el 50% del os nacidos en castilla y león trabajan fuera de la región (algo que por cierto, dudo, no creo que sea en términos absolutos aunque desde luego la cifra es muy alta). Ese es el verdadero drama de la región y de salamanca, y mientras tanto pisos a 200.000, 300.000 euros y cientos de locales vacíos desde hace años que no se alquilan por sus altos precios, lo que cercena cualquier tipo de iniciativa. Es curioso que es una ciudad donde no se da la alternancia política, y donde los de siempre (y no me refiero solo al PP, sino a ciertos medios de comunicación, ciertos "magnates", etc...) tienen secuestrada la voluntad de casi todoa la ciudad, pasen cosas que en ciudades similares simplemente no ocurren. Tenemos con diferencia el precio de la vivienda más alto de cyl, sin NADA que lo justifique, tenemos una de las tasas de despoblamiento más importantes de España, y la universidad, punta de lanza de la ciudad, está educando a generaciones de estudiantes de fuera, mientras aquí quedan los menos formados y los enchufados. Es un círculo vicioso de locos este en el que vivimos, estamos convirtiendo la ciudad en un geriátrico, y cuando llegue el bajón a la universidad (que llegará por falta de alumnos) y el sector turístico esté quemado (ya empieza a haber algo de saturación y falta de diversificación) ya veremos lo que hacemos. En fin salmantinos, decid lo que queráis pero esto no tiene vuelta de hoja, estamos autodestruyéndonos e hipotecando a toda una generación (no sólo literalmente, sino expulsándolos de estas tierras de mala manera).

¿Y tu crees que este país tiene solución? Yo perdí la esperanza hace tiempo. Antes, cuando me sacaban el tema económico en un bar trataba de convencer con argumentos, pero ya he perdido el interés. Ahora me río, les digo que voy a cultivar un huerto y que todo lo que dicen Cuatro y El País es cierto. Que cada cual se labre su futuro a su forma. Sabedores de mucho, ignorantes de todo. Al final, emigraremos a Alemania como nuestros abuelos.

Imagén extraída de mdelara


Aznar, un mal español


Tras el 11-S, Georg W. Bush convocó a su pueblo al sacrificio. “Somos ciudadanos –afirmó compungido– con obligaciones unos hacia otros, hacia nuestro país y hacia la historia. ¡Comencemos a pensar menos en los bienes que podemos acumular y más en el bien que podemos hacer!”. En nombre de la patria sagrada, los Bush, Halliburton o el vicepresidente Cheney hicieron caja. Mientras, Irak y Afganistán se de-sangraban y Estados Unidos incrementaba su déficit, perdía prestigio internacional y hacía del mundo un polvorín amenazado.
El presidente Aznar les acompañó en aquella aventura con maneras de estadista en prácticas, lo que incluía poner los pies encima de la mesa y fotografiarse en las Azores con melena al viento y suficiencia de ungido. Todo, justificaba, para mayor gloria de la patria. Himnos eternos y banderas gigantes se recortaron en el horizonte.

Entre las muchas ideas de España, la más dañina ha sido históricamente la que ha hipostasiado el ser de la patria. No hay esencias sin escoria. Para Franco, Mola o José Antonio, media España era escoria. Y la calle, recordemos, no era de todos: era de Fraga.

La revisión histórica realizada por Aznar durante sus gobiernos reinventó retroactivamente una España esencialista guiada por designios divinos (con Isabel La Católica como icono). Una armonía preestablecida de reyes íberos, romanos, visigodos y castellanos llevaba a las obligaciones actuales. Carente la derecha de propuestas económicas propias, la patria era un buen recurso. Un discurso españolista heredado de la Restauración, elaborado en su día por minorías privilegiadas que apostaban por el sufragio censitario, pagaban para mandar a los pobres a morir por ellos en la guerra y santificaban las desigualdades sentando en su servida mesa al siempre hambriento clero.

La España que fracasó en el siglo XIX en la creación de un consenso liberal, la que tampoco pudo refundar el Estado sobre presupuestos antifascistas tras la Segunda Guerra Mundial (como hizo nuestro entorno europeo), fue reelaborada en la coartada aznarista. De ahí que sus enemigos sean los mismos que los de la Restauración: agitadores de la cuestión social (socialistas, anarquistas, sindicalistas); los que no asumen el centralismo que reduce España a Castilla; los republicanos, especialmente los críticos de la monarquía complaciente; y los que cuestionan el imperio nacional-católico (lo que da cuenta del odio de Aznar hacia Hugo Chávez y Evo Morales o explica su delirante afirmación de que en Lepanto los españoles ya combatieron a Al Qaeda). Añadamos que, pese a los intentos de reinventar una España deudora de Cánovas –con el turnismo como máximo valor–, en los planteamientos de Aznar también aparece el franquismo (y la reivindicación carlista del fracaso hispano del liberalismo), así como su filiación juvenil joseantoniana, que pueden explicar los modos soberbios falangistas, la mala relación personal con el rey (más sintonizado con el ubicuo Felipe González) o la desconfianza ante los militares constitucionalistas.

Las bases señoriales de nuestra historia, la larga dictadura que devoró medio siglo XX y la concepción patrimonialista del Estado (heredera de oligarcas y caciques) vienen con una paradoja: quienes más invocan a la patria, más lesivos resultan para sus paisanos. ¿Pudiera ser que esa España tan invocada les resultara indiferente?

A la fuerza ahorcan. Así vimos cómo Aznar, necesitado electoralmente, susurró el catalán, compartió mesa con el “Movimiento Vasco de Liberación”, abrazó a sindicalistas (enamorando incluso a alguno) y, pleno de esa empatía, confraternizó con la causa gay o asumió una visión no integrista del aborto.

Terminadas las urgencias, le regresó la patria, de manera que, tras casar a la hija en El Escorial (con Correa de testigo), no tuvo empacho en dejar fuera de los cementerios a decenas de miles de españoles asesinados tras la Guerra Civil (¿no eran España?); no puso gran empeño en identificar los cadáveres de militares muertos en Turquía (¿no se lo merecían?); enfrentó a España al mundo árabe metiendo al país en una guerra absurda y lejana; hizo de Perejil un castizo Independence Day con cabras; cuestionó los derechos laborales y recetó caridad a los fracasados. Alzó la voz contra el Gobierno en momentos complicados de la crisis, encareciendo la deuda española (ya había acusado de “pedigüeño” al Gobierno cuando se negociaban los fondos de cohesión); dejó el país sembrado de Gürtel, Fabra, Matas y Aguirre; y, finalmente, se paseó por la Melilla que no visitó como presidente a ver si ayudaba a complicar la situación.

Aznar nació a la política con una mentira (la falsa acusación de corrupción a Demetrio Madrid) y se marchó con otra (decir a los españoles que los atentados de Atocha fueron obra de ETA). ¿Quieren a la patria los mentirosos? Durante los funerales de los 191 muertos de Atocha, un padre roto gritó a Aznar su responsabilidad. A esas alturas, ya sabía que iba a trabajar con Murdoch en News Corporation (el grupo mediático que más alimentó la guerra de Irak). También que iba a gestionar varios fondos de inversión (esos que arrodillan a los países). Mientras, su yerno, coherente, hacía negocios con Berlusconi. En Madrid llovía.

Las patrias son comunidades imaginadas y las esencias son herméticas como los orígenes del lenguaje. De ahí que incumba a los que andan recreando Españas de Recaredo responder a una pregunta acerca del presidente que oraba en silencio en Silos: con la mano derecha en el corazón, ¿creen de verdad que Aznar es un buen español?

Columna extraída del diario Público, sabado 4 de septiembre de 2010

Juan Carlos Monedero es profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid

Ilustración de IKER AYESTARAN

lunes, 30 de agosto de 2010

Boicot a las casetas


Recopilo parte de la entrada que escribí el año pasado al acabar las Ferias y Fiestas de Salamanca:

Las Ferias y Fiestas de Salamanca, nunca habían sido de mi devoción más allá de algún escarceo musical, o fiestero similar al de cualquier momento del año. Y en este la programación tampoco es que fuera como para imaginar cosas nuevas, pero con ese invento de las casetas las fiestas patronales se han animado muchisimo más, aunque lo que empezo siendo una idea ingeniosa, divertida y una forma de sacar al salmantino medio, tercio, cuarto y a los orgullosos de serlo, no serlo o sufrientes por el estado de la ciudad y provincia a la calle.

Pero ya va siendo hora de mejorar; y no lo dice un tio que ha salido uno o dos días. He cenado de casetas todos los días, menos uno, y en ese comí de casetas. He visitado todas las zonas. Rúa, Dominicos, Santa Eulalia, Agustinas, Úrsulas, calle Toro, Plaza Colón y sólo me ha quedao las de la Alamedilla, donde parece ser, se encontraba el mejor pincho de feria. Así que habló con conocimiento de causa, y antes de enfrascarme y reirme de los buenos momentos vividos, capítulos a mejorar: Servicios públicos, urinarios o lo que sea, portátiles o fijos, da igual, pero es lamentable que se invite a la gente a beber en la calle y el ayuntamiento no ponga unos urinarios portátiles para que la gente micione donde no estropeé ni la vista, ni el olfato y mucho menos el patrimonio. Entrando ya en la calidad del pincho/consumición, lo primero que llama la atención es que instalen casetas baretos que no se dedican a ese menester de manera habitual. El precio ha subido, y la calidad ha bajado. Se tira de lomo en muchos de los sitios, cada vez más fino, cada vez con menos salsa. O es que no hay creatividad, que no, o no hay interes, que tampoco, o solo hay mucho morro, que seguro que si. Promover que se yo, un concurso premiando la originalidad. Así llegar a pinchos como los del Doze en la Rúa con su solomillo y morcillas con mermelada sobre cebolla caramelizada, o ese pinchazo de garbanzos con marisco es un lujo, por lo tanto para mi ganadores (no obviar a las 3 camareras más guapas de toda la feria). También muy agradable, las casetas regionales, Asturias, Extremadura y Andalucía, a mi con Salamanca me sobra todo el resto, jejeej. Esas sidras, vinos de pitarras, rebujitos, cervecitas, pinchos tardicionales, tablas de quesos... Y nuestra sidreria particular, con David de garante y amigo, corrió la sidra, literalmente calle abajo (aprenderé a escanciar, koño)... pero en otras muchas era de risa las cantidades. Chupitos de cerveza parecían, coño, no te digo que nos pongan un pilon, pero joder... así se hacen de ricos los de siempre, con la complicidad del ay-untamiento.

Días sin sol, noches sin estrellas, 17 de septiembre de 2009

Pues bien, estamos un año después a menos de una semana de la apertura "oficial" del invento de las casetas o "Fería de Día" y ni asociación de hosteleros ni ay-untamiento han puesto de su parte las suficientes medidas para mejorar el acontecimiento cara a la ciudad, sus visitantes y ciudadanos y cara a la moralidad. Eso si como ninguna de estas tres cuestiones les preocupan si que van a mejorar sus beneficios, bajando un poco más la calidad y subiendo, algo más, el precio.

Por lo tanto anuncio mi boicot a estas "casetas". Un sólo día ocupare plaza en barra y serán para las que me dejaron satisfecho el año pasado: La del Doze, la de la sidrería Mater Asturias y las regionales del Campo San Francisco. Para lo demás si salgo de tapas, anuncio que lo haré a los bares de verdad, esos en los que por el 1'80 famoso tienes derecho, a mesa, silla, periódico, Tv, servilletas, palillos, elegir el pincho o tapa sin caer repetidamente en el lomo embadurnado en una salsa que mejor ni preguntar, una bebida en una cantidad no irrisoria, baño con papel higiénico, jabón y servilletas (incluso los hay con artilugios llamados secadores). Iré a esos bares que te cuidan todo el año y daré las voces, cantaré o bialaré lo que quiera, sin molestar a los vecinos que tienen la caseta y su patrimónico escape de humos al lado del balcón. Ensuciaré y pagaré por ello a los dueños del bar, para que ellos limpien su bar, y no pagaré a los hosteleros para que sean "nuestros" servicios públicos de limpieza los que limpien las calles tras jornadas repletas de beneficios para la mafia. Ire a los bares a compadrear con camareros que esperemos e intentemos tengan sus contratos y horas "B" bajo regla, y no bailaremos en torno a la constante precariedad laboral que se cobra por dignidad lo que respecta a la higiéne, la manipulación de alimentos, la cortesía, la educación o la profesionalidad. Por lo tanto no a participar en este fraude, timo y risión de la que nos hacen participes por nuestra ignorancia y ganas de fiesta.

Soy salmantino y NO quiero unas fiestas así.

P.d.: Lo de los conciertos y la carpa para los actos creada por la asociación de comerciantes. Esta bien, pero se creen que somos imbéciles. Habrá conciertos para todos los gustos y los disgustos, o es que esperan que alguien vaya a comprar el bono de 60 euros para ver a Mago de Oz, los Mojinos, los poperos de la gala de los 40 y los del gitaneo. Seguro que de cada 100 personas que veamos a Mago de Oz, 95 habremos pagado la entrada para ese único día a precio de oro (25 euros) como asi sucesivamente cada día. ¿Por qué no aprenden como en otras ciudades donde los conciertos son gratuitos? Es que hasta en fiestas tienen que mantener su estatus y ganancia. Asco de empresariado.

Santa Marta y el consenso

Santa Marta de Tormes no es sólo uno de los principales municipios de la provincia, sino la referencia del alfoz salamantino. Sorprende sin embargo, que mientras municipios como Béjar, Ciudad Rodrigo, Guijuelo o Peñaranda han “colocado” a sus Alcaldes en las Cortes de Castilla y León, la Diputación, e incluso en las Cortes Generales, Santa Marta haya sido siempre un “dolor” de cabeza para los dirigentes políticos de PP y PSOE.

Y no era para menos, si se tiene en cuenta una cifra incontestable: siete cambios de Alcalde en 15 años. Pero nadie debe llamarse a engaño pues la confrontación institucional vivida hasta las últimas elecciones municipales no tiene nada que ver con que las formas de ejercer el poder hayan sido opuestas. Más bien al contrario, la política en Santa Marta puede resumirse en un “quítate tú para ponerme yo”, una especie de gatopardimo pero menos refinado, y en el que el urbanismo ha jugado un papel no menor. Por eso es menester mantenerse alerta ante la nueva tendencia: la adulación permanente al Alcalde por haber acabado con la confrontación y la falta de estabilidad.

Asumir semejante planteamiento equivale a reconocer que las minorías –o todo lo que no sea presidencialismo- es inconveniente para los intereses públicos, cuando realmente, la existencia de una pluralidad y de concejales y vecinos que participen y aporten una visión crítica suele ser un mecanismo útil para evitar desmanes, y sobre todo, para evitar que quienes se “instalan” en el poder, pierdan la perspectiva y olviden las diferencias entre los intereses públicos y lo privados.

Si el Alcalde de Santa Marta, Javier Cascante, goza de la estabilidad que les ha faltado a otros, es por la extraña conjunción de dos factores que en cualquier municipio darían lugar a la sospecha: de una parte, rozar la mayoría absoluta, de otra, contar con un PSOE arrobado de sumisión, incapaz de plantear una sola alternativa.

Si sobre algo se sustentan hoy los acuerdos, seamos claros, es sobre tres pilares que evidencian la forma de entender y hacer la política en Santa Marta: el urbanismo, el reparto de dinero y la expulsión del ciudadano del centro de la política. El resto es circunstancial. ¿Por qué suicidarse políticamente o dar espectáculos innecesarios, si con el tiempo los que estaban en el poder serán oposición y viceversa?

Si alguien desconfía de lo que está leyendo, que pregunte por las razones que mueven al PSOE a votar en Santa Marta al contrario de lo que hace en Salamanca si en ambos municipios está en la Oposición. ¿En qué municipio en el que el Alcalde no cuenta con mayoría absoluta la oposición le aprueba o se abstiene en tres ejercicios presupuestarios? ¿Qué hay detrás de los consensos? La respuesta es sencilla: externalización de servicios públicos (agua, basura, Escuela Infantil), huida de los eternos problemas (matadero, Valdelagua), venta de recursos públicos, subida de tasas e impuestos, modificación del reglamento de participación ciudadana, plenos a horas a las que apenas van tres vecinos y por supuesto, una generosa política de retribuciones para los concejales y un Alcalde que en su día se presentó al cargo “altruistamente” y hoy lo ejerce a razón de 53000 euros anuales.

Cuidado con la solidaridad

La liberación de Albert Vilalta y Roque Pascual ha roto un silencio que las ONG han mantenido durante nueve meses. Con los cooperantes españoles ya en casa, el debate se ha abierto: ¿hay que mantener las caravanas solidarias que reparten ayuda a países pobres, o se trata de un método desfasado y poco eficaz? Si la vulnerabilidad de los cooperantes en el mundo aumenta, ¿es seguro enviar convoyes sin protección alguna a zonas de riesgo? Las entidades cuestionan los métodos (que no la buena voluntad) de iniciativas como la de Barcelona Acció Solidària y piden un enfoque profesional de la actividad solidaria.

"Nadie tiene el monopolio de la solidaridad ni cuestionamos el corazón de las personas. Pero la experiencia demuestra que las caravanas tienen un impacto muy bajo en el desarrollo de los países pobres", resume Francisco Rey, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). Rey cree que hay "otras vías más eficaces" para canalizar la ayuda. "Aunque las empresas y los Ayuntamientos paguen esas campañas, la relación entre costes y beneficios es negativa", insiste. "Una caravana tiene poco impacto de ayuda", coincide la Coordinadora de ONG para el Desarrollo España (CONGDE), "para lo costosa y peligrosa que es".

Entidades y expertos no solo ponen en duda los aspectos prácticos (poca relevancia de las caravanas) sino que critican también el fondo del asunto. No les gusta lo que representan las caravanas. Están fuera de lugar, dicen, y no encajan con la idea de cooperación tal como se entiende hoy: cambiar las estructuras de los países del Tercer Mundo para fomentar su desarrollo.

"Hace medio siglo se podía entender esta redistribución de bienes. Pero ahora se trata de combatir las injusticias sociales", argumenta el presidente de la Federación Catalana de ONG para el Desarrollo (FCONGD), Ferran Mateu.

"Las caravanas han ido desapareciendo. Los materiales que se necesitan para los proyectos se compran en el propio país. Además, las buenas prácticas dicen que es mejor trabajar al máximo con la parte local. La caravana básicamente es logística, y ya no se trabaja así", indica David Minoves, director general de Cooperación al Desarrollo y Acción Humanitaria de la Generalitat.

Barcelona Acció Solidària ya ha anunciado que organizará una nueva edición de su "caravana solidaria", que concibe como un "homenaje" a los tres secuestrados por Al Qaeda en Mauritania: Pascual, Vilalta y Alicia Gámez. La entidad navega contracorriente, ya que a las críticas del sector se han sumado las objeciones de las instituciones. El presidente de la Generalitat, José Montilla, se unió ayer a la petición de la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, en el sentido de no celebrar nuevas expediciones de ayuda. Al menos, en zonas de riesgo como el Sahel.

Acció Solidària replica que, si el problema es la seguridad, extremará las precauciones y evitará errores pasados. En la última edición, por ejemplo, la entidad informó a través de Internet del lugar exacto en el que dormían cada noche. Los coches tenían incluso un localizador "para facilitar el seguimiento a los familiares", según Francesc Osan, de la ONG catalana. No se plantearon que esa información pudiera ser utilizada para fines más perversos.

"Lo haremos todo de forma discreta y segura. Evitaremos circular de noche y haremos rutas cortas. Ahora sabemos que las condiciones de seguridad en la zona han cambiado", dice el portavoz de la ONG, quien insiste en que la carretera principal de Mauritania (donde se produjo el asalto) era, hasta el año pasado, un lugar seguro. Si la entidad no cambia de criterio, la próxima caravana partirá de España en noviembre y llegará por mar hasta Dakar, para repartir ayuda a Senegal y Gambia. La segunda parte del viaje se hará, por tierras marroquíes, en Semana Santa.

La entidad a la que pertenecen Gámez, Vilalta y Pascual ha hecho autocrítica en materia de seguridad, pero no acepta que su ayuda sea, como apunta el sector, poco útil. "Nuestro proyecto sirve. Trabajamos con ONG pequeñas que no tienen forma de enviar los materiales que reúnen a los países de África con garantías. Somos casi como mensajeros, nos aseguramos de que la ayuda llegue a su destino", dice Osan, que cita el ejemplo de una pequeña entidad de La Bisbal (Girona) que envió un contenedor con camas para un hospital de Dakar. El contenedor tardó nueve meses en salir del puerto. "La corrupción en esos países es brutal. Los robos, también".

La ONG reta a la Agencia Española de Cooperación Internacional a que realice esa tarea y le evite así su "necesaria" misión. "Hay desconocimiento de nuestra caravana. Y algunos lo han aprovechado con mala fe. Hacemos un servicio que deberían hacer las instituciones públicas y nos dicen que somos la caravana de los Reyes Magos".

Las críticas, sin embargo, arrecian también desde ese terreno: los expertos creen que hay un punto de exhibicionismo en las caravanas solidarias. No niegan la buena fe, incluso heroísmo, de sus integrantes, pero sostienen que estas excursiones en grupo hacen más mal que bien a la causa humanitaria. "Estas iniciativas suelen ser humillantes para los países receptores y no sirven para nada al desarrollo. Son irrelevantes", tercia Antonio Sánchez, experto en cooperación no gubernamental. Según Sánchez, la caída de las subvenciones públicas hará que determinadas ONG "desarrollen iniciativas más mediáticas para nutrirse de recursos privados".

La caravana no es exactamente turismo solidario, que consiste en viajar a un país y comportarse de forma solidaria y responsable. Lo que hacen los miembros de la ONG tampoco son vacaciones solidarias, que busca la sensibilización de jóvenes que pasan una temporada en un país pobre. Estas opciones tienen su público y las entidades les ven cierta utilidad, sobre todo a la hora de concienciar a los ciudadanos y crear una "base social" de apoyo a las ONG.

Pero la caravana es una iniciativa sui generis que ha quedado obsoleta, ya que una caravana olvida la implicación con las entidades y la población local, que da pleno sentido a la cooperación. "Dejan la ayuda en manos de sus contactos allí. Es indudable que, a quien le llegue el saco de comida, le sirve, pero eso no es acción humanitaria", precisa Rey.

La acción humanitaria, o sea el traslado de materiales y productos para la población, es útil cuando se trata de afrontar una situación de emergencia. Por ejemplo, las recientes inundaciones en Pakistán. "Lo normal es que ocurra una desgracia y, entonces, envíes allí lo que haga falta", dice Mateu, de la federación catalana de ONG, quien asegura que estas iniciativas son "absolutamente minoritarias dentro del sector".

Gámez es funcionaria de juzgados y Vilalta y Pascual son empresarios. Pese a que acumulaban experiencia por su participación en varias ediciones de la caravana, no son profesionales de la cooperación. "El voluntariado está bien, pero en este sector, y sobre todo en zonas en conflicto, hay que garantizar profesionalidad. Esta caravana era muy vulnerable y no creo que hayan sido secuestrados por ser cooperantes, sino por ser españoles", sostiene Rey.

"Lo del secuestro le puede pasar a cualquiera, porque trabajar en ciertos países, como Sudán o Congo, es difícil", cuenta Mateu. Él mismo quedó en una ocasión atrapado por las guerrillas de Angola, y sabe que el amateurismo no ayuda a salir airoso. Hace falta prevención y una formación prolongada. "Los que se han formado tienen unas preocupaciones, se mueven de una forma determinada, saben cómo enviar mensajes...", insiste Mateu. "Ese voluntarismo siempre ha preocupado, porque no logra construir una verdadera base social", se suma Sánchez.

Además de cuestionar cierto modelo de ayuda humanitaria, el secuestro de Vilalta, Pascual y Gámez ha puesto de relieve los riesgos inherentes a la tarea del cooperante. La Unión Europea, de hecho, ha alertado de que la situación va a peor cada año y que, en una década, la cifra de muertos en países en conflicto se ha triplicado.

Ese balance plantea otra cuestión: ¿cómo garantizar la integridad de los trabajadores solidarios con la necesidad de mantener la cooperación en los países que la necesitan? Antoni Bruel, coordinador general de Cruz Roja española, lo tiene claro: "Mantener la ayuda es lo más importante. No nos podemos ir. Es como si un bombero no quisiera enfrentarse al fuego", afirma.

Bruel dice que los accidentes de tráfico son más peligrosos para los cooperantes que los terroristas. Pero admite que hay que extremar las precauciones. "Lo nuestro no es algo naïf exento de riesgos. Por eso tenemos nuestro protocolo internacional y guías de seguridad. Si hay una situación de riesgo, nos separamos de allí. Y nuestros delegados han de reportar sus movimientos cada cierto tiempo", precisa. Médicos sin Fronteras, por ejemplo, logró autorización para retirar el logo de la Unión Europea de sus campamentos en países en conflicto, para evitar estar en la diana.

Pero la seguridad no depende únicamente de un protocolo. "Hay otros factores: cómo somos aceptados por la población y qué relaciones establecemos. Si un turista es un dólar con pata, muchos cooperantes pueden ser muchos dólares con patas", dice Rey. Los problemas (y los hay) llegan cuando se presentan en un país en conflicto grupos sin formación que, en ocasiones, ni siquiera avisan de su llegada a las embajadas.

Los riesgos para la cooperación en el mundo

- Cooperantes muertos. La Unión Europea advierte de que la seguridad de los cooperantes en los países del Tercer Mundo se halla cada día más comprometida. En la última década se ha triplicado el número de víctimas mortales: de 30 fallecidos en 1999 se ha pasado a 102 en 2009.

- Riesgo de secuestros. El secuestro de nueve meses de Roque Pascual y Albert Vilalta es uno de los 92 que se registraron el año pasado sobre cooperantes. Ha sido el más largo en la zona. La cifra también supera con creces la de 10 años antes: 20.

- Registro de incidentes. Humanitarian Outcomes es una organización de especialistas en cooperación internacional que ofrece información a ONG y gobiernos. Sus bases de datos indican que, entre 1997 y 2010, casi 3.500 trabajadores han sido víctimas de algún tipo de agresión (incluidos secuestros, asaltos y asesinatos) en todo el mundo.

- Los cooperantes. Unos 2.300 españoles trabajan como cooperantes en distintos países del mundo, incluidas zonas en conflicto. A ese número hay que sumar una cifra indeterminada de voluntarios que desarrollan tareas de acción humanitaria y de cooperación al desarrollo.

- La ayuda, en cifras. La ayuda humanitaria internacional alcanzó en 2008 los 18.500 millones de euros. En España, la Administración General del Estado aporta 358 millones en acción humanitaria; las comunidades autónomas, 36,9 millones; y los Ayuntamientos, 8,6 millones de euros.

- Los sectores. Los donantes del Comité de Ayuda para el Desarrollo aportan 6.399 millones para alimentación; 708 millones para agricultura; 685 para protección y derechos humano y 587 para agua y saneamiento, entre otras iniciativas.

- La base social. En España, el 15% de la población colabora con ONG y entidades solidarias, mientras que en otros países europeos el porcentaje se eleva al 35%. Las organizaciones no gubernamentales denuncian su escasa "base social", pero son las instituciones mejor valoradas por los jóvenes.

Artículo publicado por EL PAÍS, lunes 30 de agosto de 2010

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

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