viernes, 23 de octubre de 2009

Los bancos deben pagar por la crisis


La red europea de ATTAC da de entrada la bienvenida a la primera convocatoria de reunión el 22 de octubre de 2009 en París de un grupo de trabajo sobre transacciones financieras y desarrollo internacional para aplicar un impuesto sobre las transacciones financieras por numerosos países.

ATTAC ha estado abogando por un impuesto sobre transacciones financieras de este tipo desde su creación como movimiento social en 1998. En la actual crisis financiera y económica, las redes de movimientos críticos con la globalización exigimos que los responsable de la crisis tengan también que pagar por sus consecuencias. Un impuesto de este tipo es esencial también para fomentar la deflación de la esfera financiera global, desalentar los ataques especulativos y proteger a la gente frente a cualquier riesgo en sus trabajos, su medioambiente y en sus derechos sociales.

Los gobiernos han contraído deudas inmensas para salvar a los bancos y para financiar programas que amortiguasen el impacto de las consecuencias de la crisis. Los presupuestos nacionales serán cargados con montañas de deuda futura durante muchos años. Cortes drásticos en programas sociales, educativos y culturales, nos amenazan. Tareas inaplazables en la renovación social y ecológica no podrán ser financiadas. Al mismo tiempo ya se observan movimientos para hacer recaer las cargas de la crisis en la población, por ejemplo subiendo los impuestos indirectos. Hay que evitarlo. Para ello, los responsable del desastre, los bancos, los fondos y todos los demás jugadores y especuladores, deben ser forzados a pagar.

Un instrumento idóneo para conseguirlo sería el Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF, o FTT en inglés) que funciona como un impuesto sobre las ventas. Sería recaudado en el proceso de comercialización de las acciones y de toda clase de valores, como los derivados y las divisas, es decir en todos los productos del sector financiero. Dados los gigantescos volúmenes de negocio de estos mercados, incluso una tasa impositiva marginal del 0,1 % podría ayudar a reequilibrar los presupuestos generales de los estados en un tiempo muy corto.

El ITF no sólo repercutiría en los ingresos, sino que también tendría un efecto de reconducción. Puesto que en estos mercados financieros tienen importancia las diferencias especulativas de precio de mercado de las transacciones de tan sólo una centésima de un uno por ciento, una imposición de sólo 0,1% haría que una gran parte de tales transacciones resultaran poco rentables. El casino financiero se reduciría.

Técnicamente, el impuesto sería tan sencillo de recaudar como lo son los cargos realizados en nuestras cuentas corrientes bancarias. El ITF también podría ser aplicado en países de forma aislada, sin ningún problema. Sólo sería posible evadir su aplicación o evitarlo si se rechazan las plataformas electrónicas que comercializan las transacciones y los sistemas internacionales de pagos. Pero esto resultaría mucho más caro que pagar el impuesto mismo.

Se ha encargado al FMI el presentar propuestas en el próximo G20, especificando cómo el sector financiero podría contribuir substancialmente a financiar las cargas de la crisis. Sin embargo, hasta ahora, los líderes internacionales que se pronunciaron a favor del ITF sólo han pedido que el impuesto sea aplicado globalmente de forma voluntaria, y con una tasa ridícula del 0,005 %. Por eso se necesita una presión social masiva y desde las bases para hacer efectiva esta demanda histórica del movimiento altermundialista. La red internacional de Attac llevará la iniciativa en esta movilización durante los próximos meses. El éxito es posible.

¡Hagámosles pagar por su crisis!. ¡Clausuremos el casino financiero!

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