A la llegada de vacaciones vi por ahí un Tribuna de días anteriores tirado como paso previo al reciclaje de la materia prima y como siempre de las ideas. Ojeando rapidamente llegamos a un artículo en el que hacían (eso nos decían) un análisis de distintos indicadores económicos (a gusto del catastrofista) sobre los que indicar la situación actual de la economía española y la salmantina, mucho más dura y menos complaciente. Para esta ocasión eligieron el ocio nocturno, los distintos garitos de Salamanca y las posibles causas, razones y soluciones a la crisis (¿?). Aquí va el artículo:
La desaceleración amenaza con dar la puntilla a la marcha salmantina
El azote de la díficil situación económica se perfila como la "puntilla" de el sector del ocio nocturno, "que vive una preocupante crisis desde 2002", según el presidente de los hosteleros salmantinos. "Entre el 30 y 40 por ciento de los bares de copas de la Gran Vía han tenido que cerrar, y lo mismo ha sucedido con otros locales de zonas cercanas", sintetiza David Prieto. Aunque la entidad no posee datos del descenso de ingresos que están padeciendo estos locales, sí se atreve a afirmar que "es el sector que más nos preocupa y el que menos capacidad de reacción tiene".
Sin embargo, el diagnóstico del máximo representante de los establecimiento de hostelería en la provincia desmiente que la crisis económica sea el único factor que esté acogotando al segmento del ocio nocturno salmantino. Ante esto, Prieto apunta a un efecto combinado de circunstancias: "Independientemente del marco económico en el que nos encontramos, hay otras muchas cuestiones que se deben tener en cuenta, aunque la crisis es la gota que colma el vaso". Entre los primeros argumentos que menciona está que "las dos universidades han perdido en conjunto unos 5.000 alumnos", lo que se traduce en un descenso de clientela potencial.
Una caída que también se ve reforzada, según Prieto, por el auge del fenómeno del botellón, del que destaca "su efecto social negativo". Sobre este particular, critica que "se diga que para evitar el botellón los bares deben bajar el precio de las copas. Que pidan también que se reduzca el precio del alquiler que pagan los dueños de los establecimientos", responde.
A todos los factores que dañan los locales de noche, el presidente de los hosteleros añade el "cambio del modelo turístico salmantino, que se orienta más al turismo familiar, lo que ha perjudicado mucho al ocio nocturno". "Antes venía a Salamanca mucha gente para salir de marcha y eso ahora no se produce", expone. Junto a esto, Prieto alude a la "importante población que ha ido a vivir a otras provincias" y también a la que "reside en urbanizaciones fuera de Salamanca y no acude a la capital ante el endurecimiento de los controles de alcoholemia".
El incremento de los controles por ruido y horario de cierre es otro de los condicionantes que golpean a los locales de copas en opinión de Prieto, quien también acusa a la administración de "poner en contra de la salud pública al ocio nocturno, que no es igual a borracheras". No obstante, reconoce que también es perjudicial "la falta de profesionalidad de algunos hosteleros, que lanzan ofertas deficitarias en contra de sus intereses y los del sector".
Aquí va mi análisis:
1. La crisis, que es real y acojona, tiene dos efectos: Por un lado cierto es que hace que los jóvenes, y no tan jóvenes, nos lo pensemos un par de veces antes de salir de fiesta y no quedarnos en casa, o incluso para los que viven fuera de la capital salir por sus lugares de residencia sin coger el coche (un peligro, y otro gasto más). Y por otro lado, ha provocado lo mismo que el parón de la construcción, un reajuste de la situación, porque no nos vamos a engañar, durante las vacas gordas, muchos "empresarios" vieron en la noche la manera de hacer dinero a costes mínimos, masificando la oferta y provocando una bajada en la calidad del servicio y del prestigio turístico y "fiestero" de Salamanca.
2. Las Universidades vienen perdiendo alumnado por el poco impulso que ha tenido la centenaria por parte de las autoridades: Primero el rectorado del señor Bataner que fue un desastre; luego la Junta más pendiente de Valladolid, como siempre; y por último, del negado del alcalde que ha dado en el exterior una imagen de Salamanca retrógada y arcaica. Como tampoco se inmiscuyen en la situación de los alquileres y de vivienda pues se producen auténticos abusos en el precio de los mismos, tanto para los locales de ocio como para toda esa gente universitaria que podría estar interesada en instalarse en Salamanca.
3. La falta de profesionalidad. Enlazado con el punto 1, resulta que ya no sólo las ofertas no fueran satisfactorias para la "casa", sino que no nos vamos a engañar, el Garrafón (ese gran olvidado) ha hecho su aparición contaminando la salud, el ambiente y el alma universitaria. Además como no ha habido control por parte del Ay-Untamiento y tampoco de la manida Asociación de Hosteleros, pues la gente se ha tirado, como es natural, por el mucho más sano, barato y bendito Botellón. Esto para la gente de aquí o que viene a vivir aquí, porque si ha cambiado el modelo turístico, habrá sido por que a ustedes les ha interesado haciendo cambiar la idea de Salamanca, no como una ciudad de interior con posibilidades y destinándolo a un único uso. Así que si tienen que hacer algo es ofrecer su "inagotable" experiencia a la hora de sacar garitos a flote, para que todos esos apuraillos puedan llegar a fin de mes, porque esto es como muchas cosas en el capitalismo, para hacerte socio o cliente y cobrarte son muy rápidos, pero para dar servicios,...
4. Esta gentuza prefiere que la gente se mate en las carreteras de mierda que tenemos en esta provincia o que se funda un dineral que no tiene, con tal de que no dejen de pasar por sus espectaculares locales, previo pago, o pronto-pago de 6, 7 o hasta 9 euros por una copa de garrafa, eso sí, sin quejarte porque pagas "el ambiente".
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