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jueves, 5 de noviembre de 2015

Recuerden, Recuerden.. el 5 de noviembre...



Recuerden, recuerden
el cinco de noviembre 
Conspiración, pólvora y traición.
No veo la dehora y siempre es la hora
para evocarla sin dilación

Con esta frase empieza V de Vendetta. La película del año 2006 y dirigida por James McTeguie bajo un guión y producción de los hermanos Wachowski, responsables y creadores de la saga Matrix, en su momento más espléndido, que vinieron en este caso a adaptar una novela gráfica de Alan Moore (una más) y que funcionaba en principio como un nuevo producto hollywoodiense, una muesca más de producto de consumo y ocio que reniega de la trascendencia y el despertar de conciencias.



Pero eso es sólo en principio. V de Vendetta no deja indiferente a nadie. No puede hacerlo. Y menos en nuestras sociedades de consumo y vacío del discurso político. De fascismo capitalista demoledor con las libertades. Y de la respuesta, lógica, soberana y legítima a la reacción. A la rebelión. Porque la opresión, la corrupción y el fascismo han de traer de manera indivisible la lucha, el convencimiento, la propagación de las ideas y los aires de cambio, libertad e igualdad.

Inspirada por el personaje histórico de Guy Fawkes, un británico católico que el 5 de noviembre de 1605 en la Conspiración de la Pólvora intentó volar el Parlamento para exigir el fin de las persecuciones religiosas, el libreto original, el de la novela gráfica de Alan Moore presenta la historia de un anti héroe, V, que surge como un fruto del propio sistema con la misión y el deseo de salvar de la represión a los ciudadanos y ciudadanas de una Inglaterra totalitaria fascista de un futuro próximo y reconocible. Con el paradigma de 1984 de Orwell, Moore desarrolla una sociedad controlada por un líder autoritario, Adam Sutler, divinizado bajo el culto a la personalidad y la fuerza del partido único, Fuego Nórdico (North Fire) cuya obsesión es “Recordar a todos porque nos necesitan” para justificar la supremacía del poder fascista, y donde los habitantes son vigilados por cámaras, reprimidos por policías secretas y funcionarios turbios y corruptos, donde no existe la libertad de prensa u opinión y la disidencia se paga con la desaparición, el presidio y la muerte. El cómic de Moore inspirado durante el reinado del terror de Tatcher con la ola de neo-conservadurismo iniciándose y penalizando y desligitimando la lucha obrera, pronto acaparó el interés de los hermanos Wachowski en su adolescencia para años más tarde llevarlo al cine, bajo el escepticismo del autor, un Alan Moore que ya había visto como otras obras suyas, como La liga de los hombres extraordinarios o Desde el Infierno habían resultado desdibujadas y deslavazadas historias poco en común con las obras extraídas de su pluma y pincel. Al final sentiría la misma desazón por los cambios en la historia, fruto para dar mayor empaque político e ideológico a la película, lo que llevaría a un nuevo desazón de Moore con la industria del cine, no satisfecha hasta la llegada de 300.

Y es que de esta historia en papel a la filmada en celuloide existen diferencias argumentales con el único objetivo de dotar mayor empaque político y de un discurso revolucionario para agitar las conciencias. Mientras en la novela gráfica de Moore, la protagonista Evey Hammond es una ingenua muchacha de 16 años que sale a la calle tras el toque de queda para prostituirse y conseguir su manutención, en la película se trata de una periodista que desarrolla tareas de asistencia de producción en la Radio Televisión pública británica. Esta diferencia argumental permite construir todo un desarrollo de acontecimientos que sirven para potenciar y dar altavoz en el filme a las disertaciones de V. Sin embargo, en ambas versiones se mantiene el origen huérfano de Hammond, con sus padres desaparecidos y muertos tras las revueltas que sucedieron durante y tras el ascenso del partido fascista Fuego Nórdico, por su militancia política y libertaria.

Así gracias a los contactos y posibilidades profesionales que se introducen a este personaje, y por supuesto, debido a la implacable y fantástica interpretación de una Natalie Portman sobresaliente se dota a la película de un espíritu por el que los espectadores, al igual que en el alter ego femenino, maduran y activan políticamente, dejando atrás las cadenas del miedo y la cotidianidad para adquirir primero la actitud critica, los ojos y oídos abiertos para desarrollar una consciencia subversiva, desobediente y que comprende que otra sociedad es posible y preferible. Y que será con lucha, sacrificios, dolor y rebeldía con lo que se derrotará el fascismo para que sobresalgan la libertad y la igualdad.

La película esta plagada de poderosas escenas: La secuencia de actos desarrollada en torno al domino de V; la lectura de Hammond de la carta póstuma de Valerie; El juego de Lolita con un jerarca de la iglesia británica; la detención, rapado del pelo de Hammond. Su crecimiento en la celda. Las escenas relativas al campo de Larkhill (con menos sangre y detalle que las dibujadas por Moore). Su lealtad con una revolución que no empezó ella pero a la que doto de sentido en la escena final antes de activar el tren con las cargas explosivas; Mientras miles de personas ataviadas como V rodean el Parlamento... toda la fotografía y ambientación de la película sirve a un único propósito: Dotar de simbolismo a la revolución, al despertar de conciencias.

Este despertar, que ya hemos contado como surge en el personaje interpretado por Natalie Portman y con el que los espectadores se sentirán trasladados, no es el único en el metraje de la película. El inspector Dascob, pasa de ser un alto cargo dentro del ejecutivo y del Partido Único, a ser, según desarrolla la investigación para poner cerco a V, en una especie de poli bueno arrepentido al descubrir que los terribles ataques terroristas que provocaron la caída del régimen anterior y la subida del partido fascista y de Sutler, como líder de la nación no fueron más que parte de la propia estrategia del partido, complementada con los interés de la iglesia, de empresas privadas y medios de comunicación de masas.

Pero sin duda es V (personaje interpretado por el actor australiano Hugo Weaving, el Agente Smith de Matrix y el Elrond de El Señor de los Anillos, y que en V de Vendetta SIEMPRE aparece bajo la máscara de Guy Fawkes, y quien cabe decir no fue la primera opción ya que James Purefoy llegó incluso a interpretar el personaje en varias secuencias que se agregaron al metraje final) quien cimenta toda la película, así como el discurso y mensaje final. Un personaje, que al igual que en el cómic, suelta palabras tan afiladas como las dagas con las que aparece, siempre para cuestionar la realidad, el sistema y el poder. Respondiendo como un freak acaparador de la cultura y el arte de todas las épocas pasadas, capaz de volar los símbolos del régimen fascista al ritmo de la Obertura 1812 de Tchaikovsky. Y por supuesto, también evolucionando para al final, preso del amor por Hammond, convertirse en un héroe romántico clásico que da todo lo que tiene, incluso su vida por sus ideales.



En cuanto a la facturación técnica de la película decir que pese a venderse como un producto hollywoodiense, se nota en cada trazo la firma británica de la película. La fotografía es brillante y realza a cada momento los símbolos tanto de opresión como de respuesta a esa opresión, así como no podía ser menos la evolución personal de los personajes principales, paradigma y estereotipos de una revolución. Jugando con la iluminación las sombras y los planos consiguen sacar expresividad a la máscara de Guy Fawkes componiendo un retrato intenso y veraz a cada momento. Constantemente rodeada por una banda sonora brillante y apropiada utiliza diversos recursos narrativos para explicar cada proceso personal (redención, rebeldía, descubrimiento, putrefacción, supervivencia, etc.) como puedan ser flashbacks, imaginaciones, fragmentos filmados como parte de espacios informativos o regresiones tanto al pasado como a la introspección de los personajes.

Como conjunto tenemos una película V de Vendetta que es una interesante reflexión sobre el poder y la reacción del pueblo, la subversión y la revolución, el sacrificio, y la respuesta ante el totalitarismo. Promocionada como un blockbuster se aleja de los tópicos del subgénero para lanzar preguntas al espectador, pero también certezas. Bombas de relojería que nos hagan pensar y cuestionarnos nuestra realidad así como dagas que afilen nuestra conciencia y respuesta social. Por todo ello V de Vendetta se ha convertido en un manifiesto cinematográfico de la lucha contra el sistema de toda una generación y en toda una película de culto contestaria y revolucionaria frente al orden pre-establecido de las cosas y el poder.

Para terminar dejo el vídeo y el relato de la llamada a la rebeldía de V a la ciudadanía británica.


    "¡Buenas tardes, Londres! Permitid que, primero, me disculpe por esta interrupción. Yo, como muchos de vosotros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía. A mí, me gusta tanto como a vosotros. Pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados con la muerte de alguien o el fin de alguna terrible y sangrienta batalla y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que podríamos celebrar este 5 de noviembre, un día que, lamentablemente, ya nadie recuerda, tomándonos 5 minutos de nuestra ajetreada vida para sentarnos y charlar un poco. Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes por teléfono, y que hombres armados ya vienen de camino. ¿Por qué? Porque mientras pueda utilizarse la fuerza ¿Para qué el diálogo? Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y, si se escuchan, enuncian la verdad. Y la verdad es, que en este país, algo va muy mal, ¿no? Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Antes tenías libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais. Ahora, tenéis censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que os conforméis y os convirtáis en sumisos. ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros. Y tendrán que rendir cuentas. Pero, la verdad sea dicha, si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo. Sé por qué lo hicisteis, sé que teníais miedo ¿Y quién no? Guerras, terror, enfermedades. Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler. Os prometió orden, os prometió paz. Y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión. Anoche intenté poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey para recordar a este país lo que ha olvidado. Hace más de cuatrocientos años un gran ciudadano deseó que el cinco de noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras; son metas alcanzables. Así que si no abrís los ojos, si seguís ajenos a los crímenes de este gobierno, entonces os sugiero que permitáis que el cinco de noviembre pase sin pena ni gloria. Pero si veis lo que yo veo, si sentís lo que yo siento y si perseguís lo que yo persigo, entonces, os pido que os unáis a mí, dentro de un año, ante las puertas del parlamento Y juntos, les haremos vivir un cinco de noviembre que jamás, jamás nadie olvidará."


martes, 6 de diciembre de 2011

¿Qué se supone que celebramos hoy?


viñeta por Manuel Fontdevilla

Hoy 6 de diciembre, se conmemora la aprobación por vía de referendum de la Constitución que artículo todo el período conocido por muchos como Transición. Hace 33 años que esta en vigor un texto legal, cuya vida útil tendria que haber sido de unos 20 años, tiempo que debería haber sido suficiente, para en otro proceso constituyente nuevo, poner a España en vías de una democracia real, europea, avanzada y del siglo XXI, dando así a las reformas y medidas necesarias para garantizar todos los derechos y deberes, y construir con un pacto social en el que toda la ciudadanía tomará las decisiones por consenso para llevar a cabo el cambio que el país necesita.

Todo eso no se ha producido. Seguimos anclados en una transición continuista de la dictadura franquista y en materia política la constitución que hoy se vanagloria con la derecha hegemónica y liberal en la Zarzuela pertenece a un país en blanco y negro; a un país en el que todo quedo "atado y bien atado" por el regimen opresor.

Podríamos hablar de muchas cosas que no se cambiaron hace 33 años y que siguen vigentes, y que ya no necesitan una revisión o actualización, sino que piden, y a gritos, en las calles, un nuevo texto legal. El modelo de estado alejado de la realidad federalista, y que malvive en base a organizaciones administrativas territoriales conocidas como Comunidades Autonómas cuyo mayor avance es concederse un Estatuto cada cierto tiempo, complejo e inocuo. Es Hispanistán, el país de los 17 parlamentos autonómicos. Sobran diputaciones provinciales, el Senado. La jefatura del Estado en manos de una familia bochornosa y abochornante que por fin, ya empieza a constituir un obstáculo en el normal funcionamiento de un país, que hasta hace bien poco veia tan bien la monarquía, dando igual si al actual lo pusiera un dictador, o fuera un memo como Fernando VII o tantos otros. La ley electoral, la situación de la justicia o los apartados de calado social y económico como vivienda o trabajo digno y seguro son cada día pisoteados, convirtiendo nuestra constitución, en una jovén de 33 años con estudios, que vive con sus padres y que malvive entre el paro y el trabajo basura.

En todo este tiempo sólo obtuvo el maquillaje de una reforma insultante y aberrante que consagra nuestro modelo político y nuestro tratado social al neoliberalismo más egoísta, recalcitrante y despota, todo ello sin paso por referendum o consulta popular, por lo que claramente, es anticonstitucional. Tal apelativo, se lo ahorran con unos tribunales absolutamente politizados. Pero ahí la tenemos de tiros largos, recibiendo saludos y prebendas en un momento, en el que una parte importante (por peso numérico, pero sobretodo por simbólico, interesante y sugerente por lo informado y motivados que estamos) de la población ya no estamos contentos con esta falsa democracia y salimos a las calles, desde internet a pedir democracia real ya.

Se ha llegado a este punto en el que una crisis económica nos lleva a toda una generación, y a nivel global, a vivir en peores condiciones que nuestros progenitores y a tener unas expectativas, futuro y sueños recortados y recortables. Es esta crisis, esta estafa absoluta y salvaje lo que nos ha sacado a la calle y lo que nos tiene en pie de lucha y aumentando el número. No hay nada que celebrar, señores. Esta Constitución no vale. NO valdría en una situación económica y social de paz, mucho menos en un momento de indignación y toma de las riendas por parte de los ciudadanos, ante la total inoperancia y mayor sinvergoncería de la clase dirigente y el poder económico y financiero, decididos a sangrar más a las clases medias (realmente siempre hemos sido clases oprimidas) y bajas para mantener sus privilegios.

Las soluciones anti crisis se ponen de manera democrática. No soluciones capitalistas, porque recordemos el capitalismo, el egoísmo y la falta de ética y política nos ha llevado aquí. Medidas como la nacionalización de la banca, una reforma fiscal, el salario mínimo o la pensión mínima, o que se paralicen los procesos en los que la gente pierde sus viviendas siempre que demuestren que no tienen ingresos. Todas esas medidas se pueden hacer con la constitución en la mano.

La Constitución que hoy se celebra, que ampara una transición, son ambas, constitución y transición una estafa. Cada día se cumplen artículos enteros como el 31 sobre la progresividad de la fiscalidad, el de los convenios colectivos… Todo el Título VII sobre economía y hacienda es algo que se incumple totalmente, el tema de la herencia a la corona, el de la adhesión a la Comunidad Europea, lo de la OTAN… Y eso sin entrar en la adhesión trasnochada, con alevosía y agosticidad de la carta magna, se supone garante de las libertades, derechos y deberes de la ciudadanía, al neoliberalismo recalcitrante, sin ni siquiera preguntar al pueblo. El tope de gasto o el escudo antimisiles, han acabado por separar al psoe de sus bases, pero más aún, a una ciudadanía del siglo XXI de un libro que no dice nada.

De entre las cosas a cambiar, o cuando menos a debatir, esta el tema de la monarquía. Aquí se puso un rey, al que se le permite todo, sanidad y educación, gratuitas y sin ningún tipo de limite ni ideológico ni económico, como base de la igualdad y del progreso y crecimiento de la sociedad, son algunos de los retos, de los ataques que sufre el pueblo a través de sus falsos representantes, que en realidad son marionetas de un sistema caprichoso, arbitrario, llamado capitalismo, y que sólo sirve para mantener al 90% de la población oprimida, y a un 10% viviendo lujosamente. Se va a acabar.

Es hora de que la ciudadanía coja su destino, y nos ganemos la democracia. La real y viva, no la que tenemos y que hoy al encender el televisor las mismas caras con los mismos discursos se encargan de celebrar. Esta democracia, que hoy nos aplasta, no nos representa, es anticuada y falaz, y es en este momento es en el que el pueblo español tiene que dejarla de lado, por regalada, y ganarse una democracia plena, que garantice una serie de derechos, libertades y déberes, que día tras día, en Hispanistán, son meados.

martes, 23 de febrero de 2010

La crisis que la paguen quienes las provocan

Bajo la dictadura de las finanzas y las políticas neoliberales, la mayoría de la población mundial ha sido y es víctima de la explotación económica y la marginación política, sobre todo en los países del Sur. Pero también en Europa y en el Estado Español la globalización capitalista afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, sobre todo tras el estallido de la crisis, haciéndonos rehenes y cómplices de un sistema injusto y un modelo de desarrollo no sostenible que provoca deuda externa, saqueo de recursos naturales, cambio climático irreversible y exclusión, represión y xenofobia hacia los sectores sociales más frágiles o más críticos, que con frecuencia son criminalizados.

La propia construcción monetarista y neoliberal de la Unión Europea que ha favorecido la espiral financiera y especulativa, así como el incremento vertiginoso de la deuda pública y privada de los estados europeos, es puesta en tela de juicio con el desarrollo de la presente crisis financiera y económica. La “Estrategia de Lisboa”, programa de actuación neoliberal que tenía como objetivos el pleno empleo, el incremento de la cohesión social y la reducción drástica de la pobreza en 2010, a la vista de los resultados, ha sido un completo fracaso. Sin embargo, las tímidas críticas al neoliberalismo iniciadas tras el estallido de la crisis son abandonadas tan pronto afloran débiles signos de recuperación. Como demuestra la crisis económica griega, las promesas etéreas de ayuda de los organismos de la UE son condicionadas a la aplicación de un programa de ajuste neoliberal, draconiano, que prepara las condiciones de una tragedia social, económica y política en ese pais.

En el Estado Español, la crisis económica sigue golpeando cada vez con más dureza a nuestros pueblos y ciudades, donde el paro golpea a más de 4.300.000 ciudadanos/as y la pobreza relativa supera más del 20% de la población. Se ha privilegiado al mundo financiero sobre el productivo, especulando con bienes de primera necesidad como el alimento, el agua, el suelo y la vivienda. Los mismos que han provocado la crisis del sistema capitalista, nos tratan ahora de convencer de que la única salida es “refundar” el capitalismo, pero más allá del “slogan” de turno, las medidas que han adoptado para salir de la crisis sólo han beneficiado a los banqueros y multinacionales a través de socializar sus pérdidas, o se inspiran en las políticas de ajuste neoliberal cuando se proponen reducir 50.000 millones de euros el gasto público y social en tres años, amenazan con recortar derechos sociales y laborales con el “pensionazo” y la reforma laboral.

La violencia establecida y la manipulación mediática, en sus múltiples manifestaciones, se han normalizado y el bipartidismo a golpe publicitario impide la participación directa de la ciudadanía en el espacio público. La disolución de la frontera entre la política y los negocios refuerza la corrupción de los grupos empresariales, mientras la televisión y los principales periódicos contribuyen a adormecer las conciencias, silenciando el dolor de las víctimas y las voces de quienes exigen justicia.

Es de destacar la doble discriminación que afecta a las mujeres en su condición de sometidas tanto al sistema patriarcal como al capitalista. Pese a los avances realizados, siguen sufriendo violencia psicológica, física y sexual, existiendo para ellas un “techo de cristal” que las discrimina en relación al varón, les quita autonomía sobre su propio cuerpo (resistencias a la ley del aborto) y las relega a empleos menos cualificados y peor pagados, cargando con la mayor parte del trabajo en el hogar, la educación de los hijos y los cuidados a personas mayores, enfermas o discapacitadas.

Desde los poderes establecidos (cumbres del G-20 en Washington, Londres y Pittsburg, Foro de Davos, lobby europeo ERT, grandes medios de comunicación…) se repite machaconamente que la crisis es pasajera y básicamente financiera. Su salida de la crisis consiste en recuperar el modelo de crecimiento de años anteriores, que pasa por reactivar la espiral del consumo irresponsable y de los negocios privados a costa de los trabajadores, mantener un modelo de crecimiento insostenible, incrementar los ataques contra los niveles de protección social, acelerando el proceso de privatización de servicios públicos, reduciendo y eliminando derechos sociales, y seguir apostando por una rígida jerarquización en las relaciones Norte-Sur. Los colectivos, organizaciones sindicales y movimientos sociales que nos movilizamos contra la crisis en este espacio de convergencia y articulación no estamos de acuerdo con las salidas que se nos proponen. La crisis del capitalismo es sistémica y global. Es una crisis de valores, política, económica, alimentaria y ecológica. Y es una crisis a escala planetaria.

  • Los gobiernos de los países ricos –incluido el nuestro- han aportado inmediatamente billones de euros para salvar a la banca privada y a las grandes empresas en crisis; en cambio, no consideran como objetivo inaplazable el aumento del paro y la pobreza en sus propios países, y la desnutrición crónica de más de mil millones de seres humanos en los países del Sur y el aumento de la pobreza.
  • Las empresas capitalistas, que acumularon en el Estado Español inmensos beneficios en la década anterior sobre la base del estancamiento de los salarios y los contratos precarios de sus trabajadores, no dudan ahora en prescindir de ellos y destruir empleos, hasta superar los 4,3 millones de personas en paro. Con más de 1,2 millones de hogares donde todos sus miembros activos están sin trabajo lo que ha llevado a un crecimiento sin precedentes de la pobreza y la indigencia.
  • Los responsables políticos, en lugar de promover medidas de reparto del empleo y control de los beneficios, aplican parches que no se dirigen a la raíz de los problemas (como los recientes 420 euros a los parados que han agotado su prestación).
  • La banca privada y las cajas de ahorros –con la complicidad del Banco de España y demás poderes públicos- ganaron dinero a espuertas con las hipotecas en años anteriores y ahora son inmisericordes con los deudores que no pueden pagar, muchos de ellos en paro.

Es hora de exigir responsabilidades a los actores que han provocado esta crisis económica y humana: la banca, las multinacionales, las finanzas y sus instituciones internacionales, con la complicidad de gobiernos y partidos políticos que los han apoyado. Y de presionar a las cúpulas sindicales para que den un giro radical a sus estrategias, para ponerse por fin al lado de la ciudadanía y de los trabajadores que sufren los estragos de la crisis, e impulsen la movilización y organización de las fuerzas sociales que se oponen a un sistema depredador e insolidario. Es hora de movilizarnos…

  • Movilizarnos por arrebatar el poder económico a las finanzas, la socialización de la banca, la erradicación de los paraísos fiscales y el control social de los mercados financieros. ¡La economía al servicio de los pueblos y las personas!
  • Movilizarnos por garantizar un trabajo y unas condiciones laborales dignas para trabajadores y trabajadoras: no a las políticas de destrucción de empleo (como los ERE), abolición de la precariedad laboral, por el reparto del trabajo a través de la reducción drástica de la jornada de trabajo sin rebaja salarial, contra la explotación e indefensión laboral, contra el recorte de las pensiones y por la mejora de la protección social, por la recuperación de los derechos laborales destruidos.
  • Movilizarnos por la defensa y la ampliación de los servicios públicos: basta ya del saqueo de la sanidad, la educación, el territorio, el agua… Reversión de los servicios públicos ya privatizados.
  • Movilizarnos para que la vivienda deje de ser un bien de inversión especulativa y retome su función social de alojamiento: por un cambio de modelo social de la vivienda en propiedad a la vivienda pública en alquiler, terminando definitivamente con la locura insostenible del ladrillo.
  • Movilizarnos por hacer efectiva la sostenibilidad. Exigimos detener la sobreexplotación de los recursos naturales y energéticos y frenar el cambio climático.
  • Movilizarnos por la reducción drástica de las injusticias y desigualdades sociales en el Norte y en las relaciones Norte-Sur: menos crecimiento y más reparto (renta básica de ciudadanía, reforma fiscal que garantice un sistema tributario progresivo y redistribuidor de la riqueza, abolición de la deuda externa de los países empobrecidos, fin de los tratados de libre comercio, de las políticas de liberalización del comercio de bienes y servicios y del expolio de las multinacionales).
  • Movilizarnos por la igualdad efectiva de derechos y oportunidades de todas las personas, sea cual sea su origen, cultura, nacionalidad, religión o sexo. No hay personas de segunda categoría. ¡No a la criminalización de las personas inmigrantes!
  • Movilizarnos por un mundo en que las personas escojan su futuro sin estar presionadas por las estructuras patriarcales. Queremos relaciones basadas en la solidaridad y no en la dominación, la competitividad y la violencia.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...