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jueves, 5 de noviembre de 2015

Recuerden, Recuerden.. el 5 de noviembre...



Recuerden, recuerden
el cinco de noviembre 
Conspiración, pólvora y traición.
No veo la dehora y siempre es la hora
para evocarla sin dilación

Con esta frase empieza V de Vendetta. La película del año 2006 y dirigida por James McTeguie bajo un guión y producción de los hermanos Wachowski, responsables y creadores de la saga Matrix, en su momento más espléndido, que vinieron en este caso a adaptar una novela gráfica de Alan Moore (una más) y que funcionaba en principio como un nuevo producto hollywoodiense, una muesca más de producto de consumo y ocio que reniega de la trascendencia y el despertar de conciencias.



Pero eso es sólo en principio. V de Vendetta no deja indiferente a nadie. No puede hacerlo. Y menos en nuestras sociedades de consumo y vacío del discurso político. De fascismo capitalista demoledor con las libertades. Y de la respuesta, lógica, soberana y legítima a la reacción. A la rebelión. Porque la opresión, la corrupción y el fascismo han de traer de manera indivisible la lucha, el convencimiento, la propagación de las ideas y los aires de cambio, libertad e igualdad.

Inspirada por el personaje histórico de Guy Fawkes, un británico católico que el 5 de noviembre de 1605 en la Conspiración de la Pólvora intentó volar el Parlamento para exigir el fin de las persecuciones religiosas, el libreto original, el de la novela gráfica de Alan Moore presenta la historia de un anti héroe, V, que surge como un fruto del propio sistema con la misión y el deseo de salvar de la represión a los ciudadanos y ciudadanas de una Inglaterra totalitaria fascista de un futuro próximo y reconocible. Con el paradigma de 1984 de Orwell, Moore desarrolla una sociedad controlada por un líder autoritario, Adam Sutler, divinizado bajo el culto a la personalidad y la fuerza del partido único, Fuego Nórdico (North Fire) cuya obsesión es “Recordar a todos porque nos necesitan” para justificar la supremacía del poder fascista, y donde los habitantes son vigilados por cámaras, reprimidos por policías secretas y funcionarios turbios y corruptos, donde no existe la libertad de prensa u opinión y la disidencia se paga con la desaparición, el presidio y la muerte. El cómic de Moore inspirado durante el reinado del terror de Tatcher con la ola de neo-conservadurismo iniciándose y penalizando y desligitimando la lucha obrera, pronto acaparó el interés de los hermanos Wachowski en su adolescencia para años más tarde llevarlo al cine, bajo el escepticismo del autor, un Alan Moore que ya había visto como otras obras suyas, como La liga de los hombres extraordinarios o Desde el Infierno habían resultado desdibujadas y deslavazadas historias poco en común con las obras extraídas de su pluma y pincel. Al final sentiría la misma desazón por los cambios en la historia, fruto para dar mayor empaque político e ideológico a la película, lo que llevaría a un nuevo desazón de Moore con la industria del cine, no satisfecha hasta la llegada de 300.

Y es que de esta historia en papel a la filmada en celuloide existen diferencias argumentales con el único objetivo de dotar mayor empaque político y de un discurso revolucionario para agitar las conciencias. Mientras en la novela gráfica de Moore, la protagonista Evey Hammond es una ingenua muchacha de 16 años que sale a la calle tras el toque de queda para prostituirse y conseguir su manutención, en la película se trata de una periodista que desarrolla tareas de asistencia de producción en la Radio Televisión pública británica. Esta diferencia argumental permite construir todo un desarrollo de acontecimientos que sirven para potenciar y dar altavoz en el filme a las disertaciones de V. Sin embargo, en ambas versiones se mantiene el origen huérfano de Hammond, con sus padres desaparecidos y muertos tras las revueltas que sucedieron durante y tras el ascenso del partido fascista Fuego Nórdico, por su militancia política y libertaria.

Así gracias a los contactos y posibilidades profesionales que se introducen a este personaje, y por supuesto, debido a la implacable y fantástica interpretación de una Natalie Portman sobresaliente se dota a la película de un espíritu por el que los espectadores, al igual que en el alter ego femenino, maduran y activan políticamente, dejando atrás las cadenas del miedo y la cotidianidad para adquirir primero la actitud critica, los ojos y oídos abiertos para desarrollar una consciencia subversiva, desobediente y que comprende que otra sociedad es posible y preferible. Y que será con lucha, sacrificios, dolor y rebeldía con lo que se derrotará el fascismo para que sobresalgan la libertad y la igualdad.

La película esta plagada de poderosas escenas: La secuencia de actos desarrollada en torno al domino de V; la lectura de Hammond de la carta póstuma de Valerie; El juego de Lolita con un jerarca de la iglesia británica; la detención, rapado del pelo de Hammond. Su crecimiento en la celda. Las escenas relativas al campo de Larkhill (con menos sangre y detalle que las dibujadas por Moore). Su lealtad con una revolución que no empezó ella pero a la que doto de sentido en la escena final antes de activar el tren con las cargas explosivas; Mientras miles de personas ataviadas como V rodean el Parlamento... toda la fotografía y ambientación de la película sirve a un único propósito: Dotar de simbolismo a la revolución, al despertar de conciencias.

Este despertar, que ya hemos contado como surge en el personaje interpretado por Natalie Portman y con el que los espectadores se sentirán trasladados, no es el único en el metraje de la película. El inspector Dascob, pasa de ser un alto cargo dentro del ejecutivo y del Partido Único, a ser, según desarrolla la investigación para poner cerco a V, en una especie de poli bueno arrepentido al descubrir que los terribles ataques terroristas que provocaron la caída del régimen anterior y la subida del partido fascista y de Sutler, como líder de la nación no fueron más que parte de la propia estrategia del partido, complementada con los interés de la iglesia, de empresas privadas y medios de comunicación de masas.

Pero sin duda es V (personaje interpretado por el actor australiano Hugo Weaving, el Agente Smith de Matrix y el Elrond de El Señor de los Anillos, y que en V de Vendetta SIEMPRE aparece bajo la máscara de Guy Fawkes, y quien cabe decir no fue la primera opción ya que James Purefoy llegó incluso a interpretar el personaje en varias secuencias que se agregaron al metraje final) quien cimenta toda la película, así como el discurso y mensaje final. Un personaje, que al igual que en el cómic, suelta palabras tan afiladas como las dagas con las que aparece, siempre para cuestionar la realidad, el sistema y el poder. Respondiendo como un freak acaparador de la cultura y el arte de todas las épocas pasadas, capaz de volar los símbolos del régimen fascista al ritmo de la Obertura 1812 de Tchaikovsky. Y por supuesto, también evolucionando para al final, preso del amor por Hammond, convertirse en un héroe romántico clásico que da todo lo que tiene, incluso su vida por sus ideales.



En cuanto a la facturación técnica de la película decir que pese a venderse como un producto hollywoodiense, se nota en cada trazo la firma británica de la película. La fotografía es brillante y realza a cada momento los símbolos tanto de opresión como de respuesta a esa opresión, así como no podía ser menos la evolución personal de los personajes principales, paradigma y estereotipos de una revolución. Jugando con la iluminación las sombras y los planos consiguen sacar expresividad a la máscara de Guy Fawkes componiendo un retrato intenso y veraz a cada momento. Constantemente rodeada por una banda sonora brillante y apropiada utiliza diversos recursos narrativos para explicar cada proceso personal (redención, rebeldía, descubrimiento, putrefacción, supervivencia, etc.) como puedan ser flashbacks, imaginaciones, fragmentos filmados como parte de espacios informativos o regresiones tanto al pasado como a la introspección de los personajes.

Como conjunto tenemos una película V de Vendetta que es una interesante reflexión sobre el poder y la reacción del pueblo, la subversión y la revolución, el sacrificio, y la respuesta ante el totalitarismo. Promocionada como un blockbuster se aleja de los tópicos del subgénero para lanzar preguntas al espectador, pero también certezas. Bombas de relojería que nos hagan pensar y cuestionarnos nuestra realidad así como dagas que afilen nuestra conciencia y respuesta social. Por todo ello V de Vendetta se ha convertido en un manifiesto cinematográfico de la lucha contra el sistema de toda una generación y en toda una película de culto contestaria y revolucionaria frente al orden pre-establecido de las cosas y el poder.

Para terminar dejo el vídeo y el relato de la llamada a la rebeldía de V a la ciudadanía británica.


    "¡Buenas tardes, Londres! Permitid que, primero, me disculpe por esta interrupción. Yo, como muchos de vosotros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía. A mí, me gusta tanto como a vosotros. Pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados con la muerte de alguien o el fin de alguna terrible y sangrienta batalla y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que podríamos celebrar este 5 de noviembre, un día que, lamentablemente, ya nadie recuerda, tomándonos 5 minutos de nuestra ajetreada vida para sentarnos y charlar un poco. Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes por teléfono, y que hombres armados ya vienen de camino. ¿Por qué? Porque mientras pueda utilizarse la fuerza ¿Para qué el diálogo? Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y, si se escuchan, enuncian la verdad. Y la verdad es, que en este país, algo va muy mal, ¿no? Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Antes tenías libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais. Ahora, tenéis censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que os conforméis y os convirtáis en sumisos. ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros. Y tendrán que rendir cuentas. Pero, la verdad sea dicha, si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo. Sé por qué lo hicisteis, sé que teníais miedo ¿Y quién no? Guerras, terror, enfermedades. Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler. Os prometió orden, os prometió paz. Y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión. Anoche intenté poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey para recordar a este país lo que ha olvidado. Hace más de cuatrocientos años un gran ciudadano deseó que el cinco de noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras; son metas alcanzables. Así que si no abrís los ojos, si seguís ajenos a los crímenes de este gobierno, entonces os sugiero que permitáis que el cinco de noviembre pase sin pena ni gloria. Pero si veis lo que yo veo, si sentís lo que yo siento y si perseguís lo que yo persigo, entonces, os pido que os unáis a mí, dentro de un año, ante las puertas del parlamento Y juntos, les haremos vivir un cinco de noviembre que jamás, jamás nadie olvidará."


domingo, 12 de febrero de 2012

No somos mercancía en manos de políticos y banqueros XIV



Si hoy llegará a Hispanistán una nave espacial. O si el día de mañana, dentro de 100 años, nos estudiarán en sociedades mucho más avanzadas de primates superiores. O simplemente en un colegio español de dentro de un siglo, si es que existen, en una clase de historia, sin adoctrinamiento. En cualquiera de los casos mencionados o los que dejo para vuestra imaginación muy díficil, imposible va a resultar explicar lo que esta semana nos ha traído. La vergüenza total e inmediata de ser español. El convencimiento cada minuto que pasa, cada titular que se lee y se oye de estar más cerca del destierro económico que supone la emigración.

El futuro que le queda a esta piel de toro, que siempre tuvo muchos nobles, pero poca nobleza.
Empezábamos con los ecos de que la justicia en este país no es cosa muy seria, es de todo menos justa, esta mediatizada constantemente, y los grandes partidos, con la derecha a la cabeza tiene las manos metida en ella hasta los hombros. Un poco menos que hasta donde llegan sus ansías de corrupción. Que un jurado popular en Valencia haya enoxorado y librado de la cárcel y la inhabilitación a los dos chorizos prevaricadores como Costa y Camps es el reflejo claro de que el problema en este país es mucho más grave que una simple crisis económica. Es la constatación de que todo esta podrido; que efectivamente el caudillo totalitario, la iglesia retrógrada y siempre omnipontente y el nuevo conservadurismo, de carácter económico y social y que responde al nombre de neoliberalismo, van de la mano en la degradación constante de la vida del ser humano de condición española. Al parecer resulta que Camps se cayo dentro de un traje, o así lo constata una sentencia que tira por tierra pruebas comprobadas y validas que hablan de una red de corrupción y tráfico de influencias que salpica a todo el PP, por su parte más poderosa: La autovía que une Madrid con Valencia.

Por el contrario lo que hemos tenido es la inhabilitación y castigo a Garzón, el juez de los derechos humanos, como le están llamando por todo el mundo, precisamente por investigar los chanchullos de los que ahora están en el poder. Lo que valió para los GAL, Filesa o Roldán no ha valido para Camps y el PP; y no sólo eso sino que a través de una denuncia de la ultraderecha ha sido procesado y condenado por un mediatizado y radical de extrema derecha tribunal supremo, denigrando no solo a él, sino a todos, a cualquiera que crea en un sistema de democracia justo y universal. En la justicia y la reparación a todos los que lucharon por la libertad y murieron y yacen en cunetas y tapias de cementerios. Han pasado 80 años y ya para muchos no ha habido justicia social. Tampoco reconocimiento moral, ni siquiera un día de homenaje. Mucho menos seguir los designios de la ONU que ha instado publicamente a España a investigar y perseguir los crimenes fascistas. No lo veréis en ningún medio tradicional. Ni la noticia, ni el hecho.

Y para remtar la semana Reforma Laboral, que venden desde el gobierno y sus altavoces como necesaria e imperiosa, además de útil en la lucha contra el desempleo. Pues bien, me dirán, cómo cojones va a mejorar la situación del desempleo en España, si su único uso y disfrute viene porque facilita, y de una manera salvaje, llevando a la precariedad, la angustia y la provisionalidad a todo proyecto de vida de un trabajador. La reforma laboral la celebran en la CEOE, en las mansiones de banqueros y especuladores y de empresarios esclavistas. Es la constatación de que algunos obreros (demasiados por desgracia) votan a la derecha para hacerse ricos. Y que los ricos votan a la derecha para que los pobres sigamos siendo pobres y ellos hacerse mucho más ricos. Y como tienen el poder...

Nunca una reforma laboral ha provocado un cierre patronal, y si huelgas generales. Y muchas. Y esta no es y no debe ser una excepción. Nos pueden intentar despistar pero ahora lo realmente importante es protestar y parar con la lucha obrera como estandarte un ataque brutal a la economía de la clase baja del país y a las generaciones posteriores, que unido a los recortes en educación, sanidad, ciencia e innovación, igualdad, va a lastrar sin duda, la riqueza y las posibilidades de los futuros españoles. Su empeño por hacernos pagar esta crisis, ya no queda en el banco malo, que elimine la pérdida en la ruleta de las finanzas, sino que además le suma en la degradación de las condiciones de vida, ya muy lastimosas, en los países que sufrieron dictaduras en la segunda mitad del siglo XX (España, Portugal y Grecia) con relación a sus vecinos norte europeos, poniendo el freno a la mejora en todos los estamentos de la ciudadanía. Como no se puede devaluar el euro, la idea vendría a ser devaluar las condiciones de vida de obreros y ciudadanos.

El objetivo es anclarnos a los trabajadores en las condiciones laborales y de vida del Siglo XIX, aderezado con la religión y la inquisición del mejor siglo XVI. La única licencia el deporte.

En las aguas revueltas que vivimos, abundan las mareas de colores, cada una agrupada en una causa: la marea verde por la educación pública, la marea blanca por la sanidad pública, la marea violeta contra los recortes en igualdad, o la marea amarilla de los bibliotecarios.

Pero por desgracia, el color de moda es otro: el negro. Para marea, la marea negra que tiñe comunidades autónomas y ayuntamientos y que amenaza con cubrir de chapapote todo lo público, a base de reducciones presupuestarias y de personal, cierre de servicios, deterioro de la calidad y privatizaciones. Una marea pegajosa que no respeta nada, que ennegrece las líneas que antes eran rojas y se lleva por delante todo aquello que creíamos intocable.

¿En qué momento lo público pasó a ser parte del problema? Porque si no recuerdo mal, en el origen de la crisis no estaba el sector público, ni mucho menos estaban la sanidad o la educación públicas. Antes bien, los problemas presupuestarios de las administraciones no son causa, sino consecuencia de la crisis, debido a la caída de la actividad económica, la consiguiente reducción de ingresos, y el esfuerzo hecho por los estados para rescatar el sector financiero y la economía tras el estallido.

A partir de ahí, los ideólogos del shock han hecho de la necesidad virtud, y están aprovechando la crisis –y el pánico colectivo por la misma- para llevarse por delante un Estado de Bienestar que, en el caso de España, aún no había remontando su retraso histórico cuando ha empezado a ser desguazado.

Por ahora, la defensa de lo público la estamos dejando en manos de sus trabajadores, que sostienen las mareas de colores frente al empuje de la marea negra. Pero lo público es –hay que recordarlo, por obvio que parezca- cosa de todos, no sólo de sus trabajadores. Estos días se suceden las convocatorias de protesta. Esta tarde salen a la calle los trabajadores públicos en Madrid, el sábado la comunidad educativa catalana, y muchos más. La única forma de levantar un dique contra la marea negra es sumarnos todos: padres, alumnos, pacientes, usuarios, ciudadanos.

La situación de España la definió Julio Anguita hace un mes:  
Un yerno sin verguenza 
Un ex-banquero de lehman ministro de economia 
Un ministra de Sanidad, que no se enterba de lo que pasaba en su casa. 
Un ministro de defensa que creaba bombas de racimo. 
Un ministro de Agricultura y medio Ambiente con intereses privados en el mundo del petroleo. 
Todos ellos pertenecientes a un partido que ha sido salpicado por un asunto tan feo como el de filesa (la gurtell). Muchos de ellos de su anterior etapa de Alianza Popular (toma por el cambio). 
Todos ellos jurando ante la biblia y un santo cristo en el 2011. 
No se si España es un pais de chorizos, pero se extraña de que haya pueblos como los vascos/catalanes (por poner un ejemplo ) que se quieran independizar.? 

La crisis mundial iniciada en 2008 ha planteado una disyuntiva clara a todos los gobiernos occidentales: o dejar que se hunda la banca o dejar que se hunda el país. La decisión de todos ellos, fueran de derechas o de “izquierdas”, ha sido salvar a la banca al precio que fuera. Tras su victoria electoral el PP ha dado una nueva vuelta de tuerca en la misma dirección, adoptando de manera inmediata medidas que suponen una reducción brutal del poder adquisitivo de la clase asalariada y haciendo recaer el coste de la crisis sobre el 99% de la ciudadanía, tal como dice la gente indignada de los EEUU.

El prólogo de la regresión social más brutal que, si no lo impedimos en las calles, las plazas y las empresas, habrá conocido este país desde la Guerra Civil, consiste en una batería de recortes calculada en 8.900 millones, que supone amplias reducciones salariales y de personal en la Administración; modificaciones fiscales, con las cuales se pretende recaudar otros 6.200 millones y una actuación múltiple en el sistema financiero, con provisión de 100.000 millones en avales para el sistema bancario y la creación del Banco Malo; una nueva Reforma Laboral está también esperando. Y pretenden inflar una nueva burbuja inmobilaria echándole gasolina a los rescoldos de la gran fiesta que prepararon hace 10 años y que el psoe no quiso rectificar.

Pretenden hacernos pagar la factura de la crisis a todo el mundo, salvo a las grandes fortunas financieras y empresariales que, al modo de los estamentos privilegiados de pasados siglos de la historia, apenas pagan impuestos. Un grupo reducido de banqueros y grandes capitalistas, si no hacemos que cambien las cosas, van a ser los grandes beneficiarios de esta crisis, acrecentando sus fortunas hasta límites insospechados, sin correr riesgos porque papa estado estará con ellos en los malos momentos, y les dejará todos los beneficios en los buenos; convirtiéndose en déspotas políticos, acabando incluso con esta democracia formal y dejándonos al resto en una situación que tendrá poco que envidiar a la de la depauperada y desprotegida clase obrera del siglo XIX.

Ante esta situación, la disposición claudicante de las direcciones sindicales mayoritarias- que ha trascendido en la prensa estos días -a aceptar aumentos salariales inferiores a la subida del IPC, a que las empresas puedan convertir a su antojo contratos fijos en contratos temporales y que los empresarios puedan imponer medidas de precarización suplementarias hace pensar que las direcciones de CCOO y UGT se han situado en una vía suicida ante la debacle social y económica que viviremos en los próximos meses y años. Justo en el momento en que se agudiza la lucha de clases y en la que es fundamental contar con instrumentos potentes para organizar el combate. Por ello, los y las sindicalistas honestas de esas centrales deberían rebelarse contra unas orientaciones que convierten a los grandes sindicatos en cómplices del saqueo que las derechas y la burguesía están orquestando. Al final nos han impuesto una reforma laboral que no fomenta la contratación: Fomenta, ayuda y subvenciona el despido.

La lucha es el único camino posible ante ataques de tal magnitud. Sólo mediante una movilización lo más unitaria posible, intensa y sostenida en el tiempo podemos poner freno a esta barbarie y a la desvergüenza y prepotencia de banqueros y grandes empresarios. Será preciso volver a las calles y a las plazas y también, cueste lo que cueste, extender el movimiento a las fábricas y centros de trabajo; será necesario recurrir a las huelgas y a cualquier forma de lucha que sirva para fortalecer y darle duración a la resistencia. No lo podremos hacer todo en un día, pero hay que decir bien alto y claro ya: ¡Hasta aquí hemos llegado!




No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros:

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros I
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros II
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros III
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros V
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IX
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros X
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIII

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...