lunes, 17 de marzo de 2014

Un amor tardío

La última camiseta de Brian 0'Driscoll con Irlanda, colgada minutos antes del Francia vs Irlanda, del VI Nations 2014

Sólo he llorado 3 veces por el deporte en mi vida. La primera por la UEFA del Atleti, la segunda por avenida el año pasado y la tercera este sábado por el VI Naciones y la victoria de Irlanda...




La tensión es máxima. Se nota su peso aplastando cada atomo de cada cuerpo y de la hierba mojada de sudor y esfuerzo tras 80 minutos de lucha. La materia oscura del universo se torna en presión y emoción entre las líneas de lateral, de ensayo y los palos. El orgullo herido de unos y el miedo, el pánico, al fallo de los otros, atenazan cada batiente y añaden el peso del mundo del rugby al oval.

Van 5 minutos conteniendo al rival en la 22 propia tras un encuentro plagado de nervios y errores que oscurece el tremendo e inapelable trabajo de las semanas previas. Nadie se puede equivocar, nadie puede ceder. Hay que morir en cada centímetro, placar y embestir, atacar y defender, retirarse y limpiar... todo para volver a empezar, así una y otra vez, mientras los segundos se desangran terriblemente rapido para unos y lastimosamente lento para otros.

Pero en ese instante surge un error, unas milesismas de segundo en que se llega tarde, y el rival lo aprovecha para limpiar e imprimir más velocidad. El error se encadena, en una sucesión de intentos tardíos de placaje y en una transición izquierda derecha fluida hasta el penúltimo hombre, donde Papé, en el quizas pase más sencillo de un ataque que va por su úndecima fase, comete avant, anulando el ensayo de Choulet. Un error por otro error.

Pero durante un minuto el fracaso lo impregna todo. El estadio es silencio pese a los gritos de miles de franceses, las miradas entre los que visten de verde sobre el cesped se nublan de lagrimas. No tienen respuestas, no tienen fuerzas. Hasta que la imagen del Instant Replay demuestra la infracción gala, todos nos lamentamos una vez más, otra ocasión en la que se escapa la victoria entre los dedos. Pero el árbitro confirma lo que la pantalla gigante ofrece a través de la repetición y vuelve la alegría y la fiereza al equipo verde. Habrá mele con introducción de los visitantes.

Pero El Gallo sigue crecido y su empuje abasalla a la línea del trébol, y durante 3 fases hacen contener la respiración, ya con el tiempo cumplido, hasta que la precipitación les hace llevar el oval al flanco más fuertemente protegido, donde la presión verde les cierra la salida y cometen infracción por retención.

Pita el árbitro, pierden el balón y el partido acaba. Irlanda gana en Francia. Irlanda gana el VI Naciones.

Todos estallamos de alegría. Los abrazos, felicitaciones, las sonrisas y lágrimas se entremezclan. Se completa un círculo. El curriculum perfecto. El adiós soñado.

Habían sido muchos años de derrotas y sin sabores aunque también de de victorias y alegrías como el Grand Slam de 2009 o las Triples Coronas que daban lustre al dominio de los clubes (Munster, Ulster y Leinster) en la máxima competición de clubes (la Heineken Cup).

Y ahora se culminaba el trabajo de todo el torneo, sumado sus semanas previas, sus descansos y partidos.

De la inauguración con Escocia en el Aviva donde los del cardo aguantaron con oficio durante 35 minutos hasta sucumbir bajo el peso de la delantera irlandesa. De ahí al final se amplió la ventaja, dando unos puntos que a la larga serían vitales para la resolución del torneo. Y una semana después el primer momento clave.

Con el nivel de los 6 equipos, cualquier partido entre irish, dragones, el 15 de la rosa o el 15 de gallo, le da el epíteto de trascendental y la visita de País de Gales al Aviva no iba a ser menos. Sobretodo teniendo en cuenta la pírrica victoria francesa sobre Inglaterra en la jornada inaugural, y los problemas que los propios galeses tuvieron para doblegar a Italia.

Y es que la selección roja no ha estado al nivel de los dos VI Naciones anteriores, y el partido frente a los irish men fue una prueba más de ello, donde la intensidad y el empuje de los locales sobrepaso en todo momento a la gran delantera galesa llevando el partido a un dominio continuo solo paliado por los arrebatos de Williams y las patadas de Halfpenny. Hasta que ya en la segunda parte con los cambios, bajo la intensidad un punto más en Gales, mientras que Irlanda continuaba a lo suyo para poder así añadir otro buen carro de puntos para el average total del torneo.

La tercera jornada traía el partido más sentimental en las islas. El Inglaterra vs. Irlanda en Twickenam no sólo llevaba a flor de piel los más antiguos y enraizados sentimientos de ambas naciones, sino que además era la muestra o no de la candidatura irlandesa a Grand Slam, dejando ya atrás a Inglaterra, lo que le daba al choque el apelativo de vital.

Y así resulto ser. Duro y muy intenso, sólo 10 minutos de despiste generalizado Irish daba una ventaja a los ingleses, mantenida al pie por Farrell y en los choques por un Mike Brown excelso (el zaguero de Harlequins ha sido elegido Mejor Jugador del Torneo), pero que siempre estuvo en el alambre, puesto que los verdes apretaron los dientes y gracias a su delantera, con el inestimable empuje de O'Connell y Toner empezaron a dominar todas las zonas de encuentro, siendo castigados por el puntal que supone Sexton y sus incursiones al intervalo. El partido era pura pelea y emoción y ambas defensas en varias ocasiones conseguían mantener el oval fuera de su zona de ensayo luchando frente al empuje del rival que convertían todo el partido en memorable.

Al final, Inglaterra sumaba la victoria aprovechando los nervios irlandeses ya comentados y algún que otro error impropio tanto al pie de Sexton, como a la mano de O'Driscoll, borrando la opción del Grand Slam (Francia que era la otra invicta antes de la disputa de la tercera, salía apabullada de su visita al Millenium, ante un Gales herido y que demostró quien era el campeón vigente).

Acabada la jornada teníamos ya La Cuchara de Madera asignada a Italia que había perdido ante Escocia (meritorio torneo el suyo) en Roma, y a Irlanda, Gales, Inglaterra y Francia empatados con un 2-1 ante dos semanas de descanso activo (con jornada de ligas domésticas por medio) antes de encarar la fase final del VI Naciones más emocionante, intenso, abierto y de calidad de los últimos años.

Así llegamos a la penúlitma jornada donde Irlanda, de la mano de su seleccionador, el neozelandes Joe Schdmit ex-del Leinster doble Campeón de Europa, ya había asimilado que el torneo iba a decidirse por el average de puntos, por lo que debían aprovechar la visita de la deprimida Italia para aumentar su casillero lo máximo posible. Así salió el 15 del trebol al Aviva para someter a la Azzurra desde el primer minuto y llevándoles a una defensa estoica de su zona de ensayo durante la primera parte, lo que motivo que Italia batiera así el record de placajes en una mitad, puesto que no disfrutaban del oval, aunque de la mano del genial Orquela pudieron sumar algunos puntos que les mantenían relativamente cerca. Pero Irlanda seguía empujando, desgastando y aplicando velocidad y dinamismo al ataque hasta que en la reanudación fueron cayendo los ensayos, incrementándose su ritmo con la inclusión "de la segunda unidad" comandada por los Madigan, Ross, Paddy Jackson o "el catalán" Jordi Murphy.

Irlanda había cumplido y ya sabía que llegaría al Stade de France con los deberes hechos. Ahora el turno corría para Francia, que por tercera vez en el torneo, al igual que contra Inglaterra y contra Italia, ganaba el partido, en este caso en Murrayfield frente a Escocia, en los últimos minutos, mostrando un nivel inferior a su rival una vez más (los del cardo merecieron mucho más) y gracias al ala Huget, su mejor jugador en este VI Naciones.

Así al día siguiente se cerraba La Triple Corona con el duelo en Twickenamm entre Inglaterra y Gales, que a la postre fue uno de los mejores partidos no sólo del torneo sino de los últimos años.

El orgullo del campeón, la revancha por la afrenta del último enfrentamiento entre ambos y las opciones de victoria tanto en el día de hoy como al final, se conjugaban para diseñar un auténtico partidazo de rugby del Siglo XXI lleno de intensidad, velocidad, acierto, emoción, lucha y entrega conformando un coctel para paladear por cualquier aficionado, desde el más experto hasta un neofito al que queramos atraer a este maravilloso deporte.

El duelo al pie entre los dos pateadores Owen Farrell por parte inglesa y Leigh Halfpenny por la galesa resumía todo lo acontecido, manteniendo en vilo a todo el planeta rugbístico y castigando los errores del rival. El choque de delanteras en melés y mauls era brutal y en ninguna acontecía un ganador claro. Las terceras líneas trabajaban a destajo y el dinamismo del juego era un regalo sólo equiparable a la emoción que se sentía. Estaba claro que un ensayo, sólo uno, iba a desnivelar la contienda dada la igual fortaleza, en ataque o defensa, y en todas las líneas que se plasmaban.

Y fue Inglaterra la que con la raza de Brown consiguió ensayar en una larga jugada que empezo el zaguero y que tras varias fases desnivelo al final Burrell aprovechando una apertura con el pie del otro medio TwelveTrees...

Pero no se rindieron los actuales campeones y aplicaron más intensidad para vivir sus mejores minutos en el partido y apurar sus opciones de torneo. Pero Inglaterra aguanto y el pie de Farrell certifico la victoria de los "Lancaster".

Y así se llegaba a una última jornada apasionante en la que Inglaterra trataria de ampliar su average de puntos frente a Italia, esperando una ayuda francesa y con el Gales vs Escocia disputado un día antes que deparó un palizón gales abusando de su rival al que al final se le hizo el torneo demasiado largo.

Ya en la mediodía de sábado sólo hubo un equipo en el Olímpico de Roma: Inglaterra que desde el primer minuto se hizo dueña de los metros importantes, ganó todas las disputas claramente y encontro en Farrell el acento anotador a todo el empuje que su delantera movía, frente a una Italia que parece haber dado un par de pasos atrás tras sus dos últimos grandes torneos, quizás por un conjunto demsiado veterano que no parece encontrar relevo natural a los Parisse, Castrogiovanni, Orquela, Campangaro o Ghiraldini.

Inglaterra había hecho sus deberes y tocaba mirar al Stade de France, a París, donde Irlanda iba a tratar despedir al gran Brian O'Driscoll con un VI Naciones a sumar al de 2009, frente a una Francia que ya no tenía nada que hacer en el torneo tras la paliza inglesa en Roma.

A dos días de San Patricio (17 de marzo) Irlanda sabía que dependía de si misma, pero necesitaba ganar en terreno maldito por segunda vez en 42 años. La primera en 2000 cuando un bisoño O'Driscoll fascino al planeta oval con 3 ensayos para terminar con la maldición verde en Francia y ayudando así a escribir el titular en el Independent de Dublin: In BOD WE Trust.

Liderazgo

El partido llevaba todo el peso del torneo más añejo y valorado del deporte, así como todo el sentimentalismo del adios de una leyenda. Irlanda debía ganar. Debía ganar a Francia, para sumar el VI Naciones. Y debía ganar para rendir homenaje con victoria a su más firme baluarte. A su "artista fajador". A Brian O'Driscoll.

Seguro que el 13 había impregnado todo el espíritu de lucha y de equipo en la tradicional charla de capitanes de antes de salir a calentar. Pero tras el sonido de los himnos, La Marsellesa francesa, y el "Amhrán na bhFiann" (La Canción del Soldado) y el Ireland's Call por parte irlandesa, empañaban los ojos del centro de Leinster, y con ellos se nublaba el alma verde.

Y tras esto, no empezaba bien el partido para Irlanda. La supuesta superioridad en la delantera irish no aparecía y si por el contrario una primera francesa que llevaba a Irlanda a cometer los primeros errores, que se traducían en puntos convertidos por Machenaud. Además el oval no duraba en manos de irlandeses, que precipitados y con errores no podían salvar la presión francesa y tenían que seguir bregando en su 22 para no ceder más puntos. Era un 6-0 tras 10 minutos y parecía que el torneo se esfumaba. Entonces, tras el segundo golpe de Machenaud, la imagen se centra en O'Driscoll que en el habitual corrillo mientras se prepara el pateador rival, ha aleccionado a los suyos: "No somos nosotros los que estan jugando hoy aquí. Vamos a luchar por Irlanda".

Y hubo ese cambio de sentido del juego. La primera de Irlanda pasó a dominar, no claramente, pero si por lo menos para ganar touches y melés, y sobretodo para limpiar el juego ofensivo verde que consiguió enlazar fases y jugadas de carrera y pase para certificar dos ensayos: El primero tras combinación coral, con un Murray inspirado, de toda la segunda culminada por Sexton (que no consiguió convertir) y el segundo tras una contra que Trimble (gran torneo suyo) ensayaba, esta vez si, con conversión del medio apertura.

Fueron los mejores momentos de juego de Irlanda en el Stade de France, pero este juego y este torneo son tan grandes, que nunca se conjugaba el verbo derrotar. Francia imprimió más intensidad y consiguió ensayar a través de Dulin, y con los errores al pie (drop galo y golpe no convertido por Sexton) se llegaba con un abierto, igualado y emocionante 13-12 que daba el torneo a Inglaterra.

En la reanudación y tras el paso por vestuarios (no me puedo imaginar el llamamiento a la gloria y la épica soltado en esos 15 minutos en las entrañas del Stade de France, ¡y lo qué hubiera pagado por verlo y sentirlo!) la intensidad por ambos bandos se incremento, pero no pararon los errores por ninguna de las batientes. Ni en defensa, ni en ataque. Así Irlanda perdió hasta dos oportunidades de ensayar ya en la 22 (una por un error a la mano tras gran jugada, y otra por infracción) y Francia, también perdió otro balón en la 22 rival, que con una fantástica transición entre Trimble y O'Driscoll estuvo a punto de hacer ensayar a #InBODWeTrust como hace 15 años, pero al final fue Sexton el que conseguía sumar de 5 en 5.

Convertía y pasaba minutos después un golpe el apertura ex-Leinster y ahora en Racing Metro de Paris, y parecía poner un marcador, 13-22, que arrimaba el VI Naciones a la isla verde. Pero todavía quedaba mucho. Y Francia no se rindió.

Había errores a la mano por ambas partes, pero eso no fue impedimento para que el primera Szarzewsky ensayará con conversión de Machenaud para comprimir el marcador. La tensión y la disputa era máxima y nadie cedía. Pese a luchar contra imposibles. Y así tuvo que abandonar Sexton el terreno, con un collarín, por tratar de placar a Besteraud (aproximadamente 60 kilos más que el irlandes). Poco tiempo después, el sustituto de Machenaud, Doussain, fallaba un golpe de castigo sencillo y dejaba el marcador en un 20-22 tras una mele girada por la primera francesa.

Irlanda iba a afrontar los últimos 15 minutos sin sus dos medios, pero tanto Reddan como Madigan, suplieron a la perfección a Sexton y Murray, y durante 10 de esos minutos enlazaron una gran jugada de ataque que les llevo a la puerta del ensayo. Tras 6 fases en la 22 francesa, no pudieron convertir, ni los saltos a intervalo de los dos medios, ni la potencia de O'Connell, ni la fantasía de O'Driscoll, hasta que la perdida de balón se hizo inevitable, deparando un final no apto para cardíacos.

Así como al principio decíamos, Francia llevo el oval rápido a la 22 rival, ante unos irlandeses que sólo podían retirarse, ceder y reagruparse. Hasta la jugada resuelta por el Instant Replay con el avant de Papé sobre Chouly todos los que empujábamos por la causa verde contuvimos la respiración ante la aceleración del ritmo cardíaco.

Pero la tecnología se alió con el 15 del trebol, y la posterior mele y precipitación francesa llevaron a la conclusión del partido, y con él del VI Naciones 2014, con victoria de Irlanda.

Era el último partido del hombre record. Del mejor jugador irlandes de todos los tiempos. Del estandarte. Del artista fajador. Del líder. Con 141 caps a sus espaldas (132 con Irlanda y 9 con los British and Lions; Record absoluto) colgaba la verde Brian O'Driscoll. Acabado el partido, su último partido con Irlanda el centro más fiero, indómito e imprevisible que ha pisado un campo con Irlanda, enfilará el túnel de vestuario como suele hacer. Felicitando al árbitro por su actuación y agradeciendo a los rivales el esfuerzo y a sus compañeros la solidaridad. Porque como le gusta decir "por encima de cualquier cosa, yo soy un jugador de equipo". Sólo puedo decir: Muchas gracias, Brian O'Driscoll.

Un juego especial

El rugby es un juego especial. Dicen que el rugby es un deporte de bárbaros jugado por caballeros, que se diferencia del fútbol (deporte de caballeros jugado por truhanes) por el sentimiento de respeto. Hay respeto al rival. Al final del juego independientemente del resultado los dos equipos se aplauden y se homenajean formando pasillos. Y existe el Tercer Tiempo, donde las cervezas, los aperitivos y las risas, dejan atrás el barro, los agarres y placajes, con los comentarios de las jugadas o los partidos profesionales. O cualquier aspecto de la vida.

Hay respeto al árbitro. No hay protestas. No hay aspavientos. Sólo el capitán con los brazos destensionados puede dirigirse al colegiado, y nunca con el tono de voz elevado. Este explica con el mismo tono la decisión y en los grandes partidos profesionales puede ayudarse del Instant Replay y el juez de video. Nadie finge una lesión, y este si es un deporte de contacto, puesto que significa defender o atacar la siguiente jugada con uno menos, ya que estan permitidas las entradas de las asistencias médicas sin parar el reloj.

Y hay respeto al juego. Aunque no te juegues una clasificación, aunque el partido este ya acabado y la victoria decidida, no se cede. En el rugby no. En cada segundo y en cada centímetro sobre la hierba se pelea y se disputa. Hay victoria y hay derrota. Pero por encima de todo hay respeto.

Es un deporte vivo, tremendamente agotador, pero extremadamente divertido, apasionante y que cuando te pica por primera vez ya no va a salir de tu sangre.

Y así me siento yo con él, con una relación especial, de diversión y trascendencia por haber entrado en mi vida, y también de cierto lamento, por no haber llegado a él antes, mucho antes. Haber empezado a jugarlo en su versión 15vs15 de aprendizaje y formación con esos 8 ó 9 años. Quién sabe cual hubiera sido mi historia entonces. Envidio ese sentimiento de respeto máximo al juego, al rival, a los compañeros. A árbitros y asistentes. A uno mismo como principio de algo que acaba en el todo, en el equipo.

Risas, abrazos y cervezas, después del rechinar de dientes, la máxima expresión del esfuerzo, los placajes, carreras y agarrones, la lucha continua por cada centímetro, cada pulgada. Las miradas de complicidad con compañeros y de agresividad y fiereza frente a los rivales. El respeto impregnándolo todo. El barro, la hierba, la sangre y el sudor. Victoria y derrota. Diversión y trascendencia. Todo esto es el rugby.


 
Image by Irish rugby

sábado, 18 de enero de 2014

Racismo latente

De un tiempo a esta parte la alarma social instalada en el sentir de Salamanca no ha hecho más que aumentar. Hace unos meses un inmigrante ilegal de origen africano intentaba estrangular sin éxito a un recién nacido con los cordones de su zapatilla. Afortunadamente los padres de la criatura y otros viandantes evitaron el trágico final. A los pocos meses agredía a dos mujeres por una avenida de la ciudad sin motivo aparente; una semana después, aproximadamente, repetía agresión contra otro ciudadano en la zona de la Estación de Autobuses. Estos han sido los tres casos más sonados, aunque parece ser que ya habido más con este sujeto como protagonista.
Tras esa última agresión relatada en los medios de comunicación le siguió la publicación de sus fotografías para que la ciudadanía lo reconociese. Y si para que le atacará, como ha sucedido en los dos últimos días. Es de un asco y una repugnancia extrema que esta persona, ilegal en estos momentos, haya visto su intimidad violentada por los medios periodísticos de propaganda, mientras que los saqueadores, los raterillos del cobre, los asalta naves y chalets, los del continuo menudeo de drogas (los que sois de fuera o no vivís la noche, no sabéis de lo que habló, pero hay mucho Breaking Bad en Charrajevo), se despachan con sus iniciales. Es muy preocupante que todavía hoy, en el siglo XXI, la decisión arbitraria de ilegalidad, legalidad o alegalidad de una persona pueda ser suficiente para violentar sus derechos civiles y humanos, que nos guste o no, son los mismos que todos.
Hasta la televisión pública nacional ha dado pábulo a la noticia con un tono alarmista y amarillo recalcitrante y cercano a la grima. Nada nuevo en la tv de la derecha fascista y neoliberal que nos desgobierna.
Y no. No defiendo en absoluto las acciones del "inmigrante perturbado" (como lo llamaron en Españistan directo). Si a mi, o a alguno de los míos, los hubiera atacado, hubiera respondido con la violencia, casi seguro, y después alegado defensa propia o que me "enajene". Lo haría con él y con cualquiera. Negro, hindú o blanco. Senegalés, nigeriano, británico, gallego, aragonés,... de León o Palencia. De Alba o de Montejo, o de Salamanca.
Y he aquí otra parte reprochable en todo este asunto. Lo que atañe a la seguridad ciudadana y la justicia. Por un lado tenemos unas fuerzas del orden que no dudan en apalear las personas que intentan parar un deshaucio o realizan una protesta vecinal. Linchan hasta la muerte a un comerciante. Nos tratan a personas, que no tenemos ningún tipo de antecedente por un acto criminal (protestar y ocupar las calles, las plazas y los edificios abandonados no es un acto criminal, y si de justicia social) como a auténticos desarrapados, sin ningún tipo de cobertura legal. Lo hacen los perros de la policía con la aquidescencia de sus amos, los gobiernos ultras, como el que tenemos ahora en #Españistan cuya máxima preocupación es reprimir la voz del pueblo que pide justicia a secas y justicia social. Menos latrocinio, nepotismos y corrupciones, desde la casa real hasta el último ay-untamiento perdido en un monte gallego o una aldea andaluza. Pero sin embargo esas fuerzas del orden, que piden respeto y valor a su trabajo, son claramente incapaces de controlar a este individuo, propiciando así el estado de alarma, que desde sus responsables políticos ni han querido o sido capaces calmar, ni tampoco parece, buscar una solución. No me creo que una persona, por el simple hecho de dar diferentes nacionalidades en sus declaraciones a la policía no pueda ser puesto a disposición judicial y a la evidente sanitaria y psíquica. Tampoco espero ninguna reacción en forma de que alguien de la cara y asuma las responsabilidades que bien se afana en cobran de sus sueldos.
Esa Justicia de esta democracia de pacotilla que no tiene problemas en mantener en la cárcel a un comunista como Amadeu Casellas, 38 años, sin que se hablase de Doctrina Parot, ni viniera el tribunal de Estrasburgo a reclamar Derechos Humanos, pero que sin embargo es incapaz de dar solución a un problema de seguridad ciudadana, que ya en su primera acción debería habérsele dado por finalizado. Cómo para ilusionarse con que caigan las redes de corruptelas que se han tejido durante 40 años de franquismo y demo-franquismo de nada para el pueblo y sin el pueblo.
Y aquí no hablo de deportaciones. Hablo de justicia. Hablo de una persona con evidentes problemas psiquiátricos que en ningún momento debería estar en la calle, y que como otros miles de personas se han quedado sin los más mínimos derechos en cobertura sanitaria, algo que queridos amigos y amigas salmantinos y españoles que han llegado hasta aquí, como podéis comprobar nos atañe a todos. Porque lo cierto es que desde que entro en vigor el decreto que retiro la tarjeta sanitaria a todas estas personas se ha perdido el trabajo de control y monitoreo de todas ellas, exponenciando problemas latentes de infecciones y enfermedades, que por sus condiciones precarias de vida sufren, al resto de la población o como en el caso del "senegalés de Salamanca" dejando en la calle a una persona con evidentes problemas mentales que es capaz de no sólo de alterar el orden público, sino de poner la integridad física e incluso la vida de los ciudadanos en peligro.
Este el sistema al que parecemos abocados. Me parece propio de un Reino de Taifas del Siglo XII el que una sola persona pueda poner en jaque y en solfa a toda una ciudad que alardeo de lumbrera del orbe y que hoy en día se autodefine en su web de turismo como "...una ciudad alegre, universitaria y viva. Es la diversidad de gente: estudiantes, turistas y los propios salmantinos, uno de sus principales atributos, y son ellos los que otorgan a la ciudad un agradable ambiente, fresco y joven..."
Y queda lo peor. Lo que se filtra en los comentarios en los medios digitales de prensa o en las conversaciones de barra de bar. Ese racismo vomitivo y lacerante, que aprovecha la ineficacia de las administraciones para dar solución a un problema grave, para justificar su enferma idea de mundo eso sí, sin menospreciar, ni culpar a los encargados por Dios y Franco de mantener la pureza de raza.
Esta tarde puede que vaya por Salamanca, y puede que me encuentre con él. Y puede que intente agredirme, o que lo consiga. O a mí, o a alguien a quien conozco y/o quiero. Y me sentire atacado y responderé, pero a la vez me sentire avergonzado de como este tema, por una parte ha demostrado la incapacidad absoluta de fuerzas de seguridad y justicia para solucionar los problemas de la gente, y además ha sacado los más bajos instintos que en Salamanca se filtran por un racismo preocupante, más propio de una sociedad fascista, intolerante y educada en los valores de la pureza de raza y las doctrinas Monroe de pacotilla que en valores de democracia, justicia social y derechos humanos.
Para mi no son menos los derechos humanos de este africano que los míos, o los de sus víctimas, o los de vosotros que habéis llegado a leer hasta aquí. Por eso mismo, mi preocupación, hastío e indignación por todo lo que esta sucediendo.




miércoles, 20 de noviembre de 2013

Dark Tranquillity, intensidad y calidad


Siempre que me preguntan cual es mi grupo preferido, la respuesta la tengo clara. Porque debajo de un vasto conocimiento y gusto musical, que van desde la apreciación y puesta en valor del jazz o la música clásica, hasta la auténtica pasión y frikismo dilatado por el metal como género y prácticamente todos sus de sub-géneros, siendo el Death Metal Melódico el que más me representa, con el que más me identifico y el que desata todas mis pasiones y enarbola más alto la bandera del metal en mi cabeza y mi corazón.

Y dentro del estilo del lado más sensible de la parte más brutal del metal, con todas sus bandas, casi todas nórdicas, hay una que desde el primer día me capturo. Llegaron desde Suecia, y se puede decir que son los padres del género, los precursores del Death Metal Melódico, y no sólo eso, sino también los que más lo perfeccionaron y fijaron sus señas de identidad. Provenientes de la ciudad de Gotemburgo, en mi mente y mi alma, identificar el sonido, escuchar cualquiera de los grupazos que inundan mis gramolas digitales, tarjetas de memoria y también estanterias de discos originales, me remonta a ellos, me hace inequívocamente volver a ellos. Y ese grupo es Dark Tranquillity.

Y por fin también pude cumplir uno de sus anhelos que se clavan y no se ven saciados. Ni siquiera cuando se prueba, puesto que demostrado esta, te enganchan mucho más hasta volver a sentir, volver a anhelar, a deshacerse esperando que llegue, ahora ya nuevamente, ese momento. Y después de 20 canciones, casi 2 horas no puedo dejar de sentir lo mismo. Energía, rabia y sentido en la actuación. Una escenificación de manual de puro death metal, sin entrar en que sea melódico o no, sólo sentimiento, rabia contenida y desatada, sin cansancio. Sólamente intensidad. Pero es que si ya fuera "sólo" por esa intensidad tan exhaustiva valdría la pena, y sin embargo le añaden unas dosis de talento instrumentalidad, profesionalidad y calidad musical, tanto en la interpretación como en la composición, generando un coctel más que sabroso y memorable. Una auténtica fiesta y amalgama de sensaciones por concierto, con Dark Tranquillity como génesis, cómplice, excusa, motivo, fin y leiv motiv.

Tras más de 10 años esperando para verlos por primera vez no puedo más que seguir frotandome los ojos ante la puesta en escena de los suecos. No es fácil encontrar adjetivos para describir lo que sentí, y sentimos, todos los que estábamos en la Sala Arena de Madrid, el pasado martes 19 de noviembre de 2013. La rabia, la actitud implicadora y festiva de los integrantes del grupo, lo enchufado que estuvieron desde el primer momento con la única intención de pasarselo bien y que nos lo pasáramos bien, de que todos lo recordaramos y deseáramos volver a repetirlo. Y acabado, dormido y recordado, no pudieron hacerlo mejor. Dark Tranquillity ha visitado en este otoño de 2013 en España, presentando su disco de estudio, Construct, que compone en mi opinión un giro en la trayectoria estílistica de la banda. Con un sonido más oscuro y gótico, dado por los teclados mucho más mimetizados con la parte rítmica de la banda, en la que las guitarras se turnan para aplicar intensidad y melodía y que toda la construcción musical y escénica de la banda sea redonda, destacando distintos componentes y sus características en el hilo tanto de las canciones, los discos, como así de verlos en directo.



Y primeramente hay que destacar la figura de Mikael Stanne, el impresionante vocalista de Dark Tranquillity. A través de su voz gutural, sin duda una de las tres mejores del micro cosmos del death (Angela Gossow y Joe Duplantier en este podium) le posicionan como uno de los más grandes cantantes del metal. Y todo ello porque a una técnica brillante y amplia le auna una intensidad en la interpetación salvaje, comiéndose el escenario y provocando el extasis en todo el público, que alucina ante tal derroche de simpatía y metal desarrollada por el sueco.

Aunque al final se notó cierto cansancio en la calidad de la garganta de Stanne lo que no aminoró en ningún momento fue la sintonía con el publico, regalando sonrisas, miradas y poses, pequeños comentarios y disfrutando con nosotros de su música, intensiad, calidad y energía.

Y que decir de las dos guitarras. Martin Henriksson y Niklas Sundin, brillantes en todas las interpretaciones aunque su talento quedo oscurecido por la mala acústica de la sala que aunque los técnicos salvaron en buena medida para algunos de los solos alternados y la guitarra melódica, dejaron las partes de guitarra rítmica bastante ocultas tras la bateria. Pero aún así su labor fue inconmensurable, muy profesional, prácticamente clavando todos los sólos y jugando con Stanne en acaparar la atención del público en primera línea de escenario, sin apenas moverse para sabiendo hacerse importantes en cada momento. Henriksson que es quien hace la grabación de bajo en los discos, interpretó pocas partes del setlist con este instrumento con su Gibson, lo que nos dejo un concierto heavy sin bajo, pero creo que nadie lo hecho en falta puesto que la labor de ambos guitarristas fue colosal envolviendo todo el ambiente y cada canción con una profesionalidad majestuosa y un talento especial para desarrollar cada parte ya sea melódica, de riffs encadenados o de base rítmica y sonora al estilo Dark Tranquillity.



Con un Anders Jivarp muy profesional en el desarrollo de la bateria donde en ningún momento quedo eclipsado ante sus compañeros sino que encontro su sonido, quizás a veces tapando las cuerdas pero casi según mi percepción sin fallar en ningún momento. Y también fue brillante la calidad al teclado de un Martin Brändström oculto ante el derroche de los tres "frontmans" de la banda, pero que como no podía ser de otra manera aplicó esas melodías y entradas tan características de Dark Tranquillity y que hacen reconocible su sonido dentro del Death Metal Melódico.

Y por último no puedo dejar de hablar y admirar la escenografía de la banda sueca durante la actuación. El juego de cañones y haces de luz es de auténtico lujo y precisión y constantemente generaban una atmósfera oscura que hacía resaltar cada vez más la pantalla gigante que exponía dependiendo de cada momento y cada canción mostrando espléndidas composiciones de video-arte que iban desde mostrar la letra de la canción en cuestión para que fuera coreada por el público a creacciones con imágenes de naturaleza y otras creadas ex profeso bajo una gama de colores intensa, cercana al fuego, y en el que el fundido a negro con su logo, su DT en blanco cumplia los momentos culmen.

Aunque con ausencias el setlist fue genial, contentando de sobra a los recién llegados influenciados por el sonido de los últimos trabajos, como a los seguidores de siempre, aunque aquí muchos echamos de menos (The Mudance and the magic, Misery in Me, Lost to the Apathic o las más recientes Iridium o mi canción favorita de ellos In My Absence). Y lo mejor es que Dark Tranquillity lograron la misma aceptación de todos con el desarrollo del concierto aunque alguno al final se lamentaba voz en grito de las ausencias,, quizás provocadas como decía antes, por cierto cansancio en la voz de Stanne, que aún así, nos dió 2 horas brillantes y pletóricas. 



Con una parte central de recorrido absoluto por su discografía donde conto con la italiana Mariangela Demurtas, la atractiva vocalista de los teloneros, Tristania, góticos noruegos que pese a mostrar una buena actitud y dejarnos varios de sus grandes temas, no acabaron de conectar como esperaba, debido ello a que antes y después de la excisión en Sirenia quedaban como una muy buena banda, y aunque sonaron MercySide o Evenfall podrían haber sonado mejor y haberse lanzado con The Ravens. Mariangela que posee un registro sorprendente no desentono ni mucho menos con Stanne e incluso interpreto maravillosamente UnDo Control en un duelo a lo The Beauty and The Beast.



Sonaron genial la apertura con The Science of Noise y una coreadísima White Noise/Black Silence, para después continuar con temas de su último disco Construct, como What only you know y The Science in Between, para así ir desarrollando toda su discografía en el setlist, con momentos álgidos con Monochromatic Stains, Indifferent Suns y unas The Wonders at Your Feet y The Fatalist, que fueron ampliamente coreadas y seguidos por el público consiguiendo una comunidad entre músicos y asistentes sublime.

Y así fueron caldeando el ambiente con unas grandes State of Trust, ThereIn y Final Resistance, ya como bis esta última, a la que la siguió una impresionante, y para mi la que mejor sonó, Misery`s Crown, majestuosamente interpretada, intensa en su composición, arreglos así como en la destreza de su desarrollo en vivo, y cuya letra (tan aplicable al #Españistan de los Borbones), sólos y melodía dejaron el pabellón de los suecos lo más arriba posible. Hubiera sido un gran cierre pero nos dejaron con Uniformity, que no bajo un ápice en intensidad y calidad.

Y es que, y una vez más, con una banda nórdica de protagonista, esas dos palabras lo resumen todo. Desde las ganas de verlos, el disfrute máximo de vivirlo, y el ya perpetuo anhelo de repetirlo cuantas más veces y lo antes posible mejor. Dark Tranquillity, intensidad y calidad.








- Ficha técnica:
Madrid, 19 noviembre 2013; Sala Arena
Hora de comienzo: 21:10; hora de final: 22:50
Teloneros: Tristania
Asistentes: 500 aprox.

- Músicos:
- Mikael Stanne: Voz
- Martin Henriksson: Guitarra rítmica
- Niklas Sundin: Guitarra eléctrica
- Anders Jivarp: Batería
- Martin Brändström: Teclados

Setlist:
1. The Science of Noise
2. White Noise/Black Silence
3. What Only You Know
4. The Fatalist
5. The Silence in Between
6. Zero Distance
7. A Bolt of Blazing Gold (* con Mariangela Demurtas)
8. UnDo Control (* con Mariangela Demurtas)
9. Monochromatic Stains
10. The Wonders at Your Feet
11. To a Bitter Halt
12. Indifferent Suns
13. Silence, and the Firmament Withdrew
14. Terminus (Where Death Is Most Alive)
15. State of Trust
16. Endtime Hearts
17. ThereIn
18. Final Resistance
19. Misery's Crown
Encore:
20. Uniformity

- Calificaciones técnicas:
Set list: 8
Sonido: 6
Duración: 8
Interpretación: 8
Actitud: 9
Público: 8
Media: 7,8

domingo, 17 de noviembre de 2013

Un Grupazo: Amorphis


Los descubrí hace un par de años con su antepenúltimo trabajo, Skyforger, y tras la primera escucha online del disco, me quedaron claras dos cosas: Una, necesitaba encontrar más sobre ellos, sus anteriores trabajos (hasta 8); y dos, la imperiosa necesidad de verlos en directo lo antes posible. Y si la primera de ellas la pude paliar en un par de horas, en las que empece a empaparme de estos finlandeses hasta hoy mismo, la otra, no pudo ser hasta el pasado sábado 16 de noviembre y en Madrid, cuando la pude cumplir: Amorphis en directo.

Preparamos viaje relámpago a la capital, mi hermanito y servidor, en el saxito atravesando una fría tarde las nevadas Avila y Segovia y llegando a todo el centro de Madrid por la A6 sin ningún tipo de problema.

Hicimos el tiempo hasta la hora de la actuación paseando por Madrid, merendando y entrando en un pub en Sol a ver el Irlanda vs Australia de los test match del November de rugby (¡¡joder, cómo me gusta este deporte!!) y ya en ese momento nos encaminamos a la Sala But a ver a los fineses.

No dejo de llamarnos la atención que el control de acceso en la puerta a los que veníamos con la entrada impresa de casa, bien por ticketmaster o por otra plataforma, no hubiera un lector que escaneara el código de barras de la entrada y así certificar la validez de la misma, sino que simplemente el segurata rompía la esquina de mi folio impreso. Vamos si lo llego a saber, la hubiera escaneado o compuesto desde photoshop y me hubiera ahorrado unos eurillos, pero claro eso dejaría mi catadura moral, qué decirte, a la altura de la de un cargo del #PartidoPutrefacto.

Pero entramos en la sala, pequeña y obviamente no pensada para estos eventos, ya que querer montar un concierto heavy sin tener en la barra un grupo de cerveza de barril a presión es un sacrilegio. De hecho para tomar un litrito de cerveza, o mini como lo llaman en Madrid, hubo que ir al ingenio. Y digo litrito porque los dos tercios de Estrella Galicia derramados en el vaso de litro de plástico sería para clamar el cielo por si sólo, sino fuera porque por semejante tropelía al buen gusto y el espíritu del metal me cobraron de 10€, lo cual hizó que me encabronará un buen rato. Menos mal que el audio era bastante bueno (la acústica de la sala era buena, y ya se sabe que estos grupos van con técnicos de sonido que son auténticos magos) porque sino se hubiera montado una buena. Y con razón.

Llegamos y estaba acabando su actuación StarKill. Los americanos como teloneros dejaron constancia de su death metal sin fisuras, cercano a Children of Bodom, y que si progresan adecuadamente, pueden hacer que revivamos ese fugaz encuentro como preludio para una gran noche con ellos de protagonistas.

Con agilidad se cambió el telón de fondo y la instrumentación de ambas bandas, mientras el público terminaba de entrar conformando un bloque, en mi opinión, bastante homogéneo en cuanto a edades (todo el mundo rondaba la treintena, menos mi hermano, jeje, quizás fruto lo desonocido que puede llegar a ser el grupo o del precio de la entrada) y algo más heterogéneo en las pintas, que iban desde metaleros clásicos, a aquellos que nos va más el death metal y también algunos rockers.


Con puntualidad norte europea, Amorphis salía a escena con la premisa de presentar Circle, su undécimo disco, que ha sido galordonado por Metal Hammer, y con razón, el mejor disco del año. Y no especularon. Tras los acordes de la intro, vitoreados por los asistentes que ya llevábamos un rato salivando, descargaron "Shades of Gray" y de seguido "Narrow Path" primeros singles de Circle, demostrando desde el primer momento que iba a ser una noche gloriosa, con un sonido impecable, manteniéndose perfectamente definido y que mantuvo la constante de poder separar en la audición a cada componente con su instrumento en todo momento. Tras la presentación y saludo a la parroquia madrileña y del resto de #Españistan que allí estábamos, los dos siguientes cortes, "Sampo" y "Silver Bride", de mi bautismo con ellos Skyforger ajustaron el sonido para ganar contundencia sin dejar en ningún momento de poder paladear cada acorde de cada miembro con una dulzura exquisita. Fueron cuatro cortes, los primeros, cantados junto al frontman, Tomi Joutsen que fue creciendo a cada tema en intensidad, demostrando ser, como toda la banda, profesionales hasta el límite. Sus espectaculares rastas (joder, ¡qué envidia!) danzaban al aire en las partes duras de instrumentación, y cuando se ponía frente al micro (curioso elemento escenográfico con el que nos deleitaron, aunque ocultaba la expresividad de Tomi) descerrajaba un abanico vucal sorprendente y brutalmente amplio, desde su voz "natural" intensa y grave de por sí, pero que es capaz de desarrollar buenos agudos, y sobretodo a las partes de voz gutural, cambiando de un sentido a otro, sin ningún tipo de problema. Impresionante registros los que Tomi Joutsen pone en funcionamiento, y que se pudieron comprobar con el clasicazo "Against Windows" del primer disco Elegy (1996) donde se podía encontrar unos Amorphis evolucionados musicalmente desde un gothic metal de aquellos tiempos, al death metal melódico que han desarrollado ya de 10 años para acá, con increibles reminiscencias al metal progressive o incluso al folk, pero que sonando con la variación bucal de Jountsen enriquecia el tema de una manera brutal, dándole un matiz distinto y dejando uno de los momentos de la noche.


Toda esa evolución la ha vivido Esa Holopainen, el guitarra principal de la banda, maximo compositor y miembro de Amorphis desde su fundación ininterrumpidamente y que con la ayuda de Santeri Kallio a los teclados (el otro compositor) va desarrollando toda la línea musical de la actuación, clavando todos los punteos y todos los solos (estos con pocas variaciones con respecto a lo mostrado en las grabaciones) y dejando, junto a la inestimable ayuda de su equipo de sonido, la sensación de haber vivido no sólo un concierto, sino una sesión de grabación, puesto que todo el repertorio que nos ofrecieron, no puede dejar de decirlo, sonó espléndido y memorable.

Volvieron a Circle momentáneamente con “The Wanderer”, primer single del último disco y que ha funcionando de manera notable, poniendo al disco como uno de los mejores en todos los países, para después descargarnos temas de su carrera como la delicadeza de "My Kantele", basada en la mitología nórdica, e "Into Hiding" del Tales from the Thousand Lakes, donde la escenografía viró a colocar a todos los componentes en primera línea del escenario sobre unos monitores, elevando el espectáculo visual considerablemente, pero lejos de la verdadera clase magistral de death metal melódico y actuación en vivo que estamos comtemplando.

Prácticamente sin parar fueron desarrollando todo el setlist: "Nightbird's Song" (Circle) donde sonaron los brutales gruñidos de Joutsen marcandonos el camino, "The Smoke" (Eclipse), "Your I Need" (The Beginning of Times), "Hopless Days" (Cirlce) y "Leaves Scars" (Eclipse) todas redondas, intensas y sin fallo.

Y así, sin darnos tan siquiera cuenta de ello, estábamos ya en los bises, tras más de una hora de perfecto recorrido a su trayectoria y presentación de su último albúm, yendo siempre a más, y ahora no iban a dejar un mal sabor de boca: A su vuelta sonaron "Sky In Mine" temazo del Skyforger que ya desde la sorpresa de su entrada a la guitarra de Holopainen, coreada y colosal, dejaron en mi la sensación del mejor tema de la actuación (y el nivel, vuelvo a repetir, era altísimo). Con los corazones a todo trapo nos sumergieron en su lado más progressive con “Black Winter Day”, que no bajo tampoco el nivel en cuanto a calidad musical, aunque si es cierto que podían haber metido un tema más "cañero" para ir in crescendo, y haber provocado con su cierre una catarsis mayor.

Catarsis que no es en absoluto exagerada, puesto que "House of Sleep" (Eclipse) sono brutal como cierre, de nuevo hiper intensa, absolutamente descomunal, demostrando que como buenos oriundos del Norte de Europa desplazan una profesionalidad absoluta, y para nada incompatible con la emoción que sienten, muestran y provocan en el público. 



Así fue como Amorphis se desenvolvió en Madrid, el sábado 16 de noviembre. Fue sin duda, un concierto corto, breve, pese a ser de una hora y media, pero fueron tan intensos y demostraron una calidad y profesionalidad, tanto instrumental, como escénica y de sintonía con el público que a todos nos dejaron con ganas de más, y que sin duda, pese a cumplido una deuda que tenía, no queda saldada porque tengo muchas ganas de repetir y volver a vivir las geniales sensaciones que tuvimos con ellos en directo, y que por el momento tengo que paliar con dosis de su recomendable discografía. Grandes Amorphis!!


SETLIST AMORPHIS
1. Shades of Gray
2. Narrow Path
3. Sampo
4. Silver Bride
5. Against Widows
6. The Wanderer
7. My Kantele
8. Into Hiding
9. Nightbird's Song
10. The Smoke
11. You I Need
12. Hopeless Days
13. Leaves Scar
14. Sky Is Mine
15. Black Winter Day
16. House of Sleep

AMORPHIS SON

Tomi Joutsen - Voz
Esa Holopainen - Guitarra
Tomi Koivusaari - Guitarra
Niclas Etelävuori - Bajo
Santeri Kallio - Teclados
Jan Rechberger - Batería



 



domingo, 2 de junio de 2013

Sonisphere 2013: Iron Maiden, Avantasia y el día de la marmota para el metalero españistani


 
Tercera visita al Sonisphere en tres años y segunda vez para vislumbrar, vivir y disfrutar a Iron Maiden. Hacía Rivas VaciaMadrid, emplazamiento elegido para esta edición nos encaminamos Fio, mi hermano y servidor en el saxito desde Salamanca y David desde Valencia, con la intención de disfrutar de los más grandes héores del metal, y unas cuentas buenas bandas. Pero pongámonos en antecedentes.

Fue por febrero cuando se anunció a Iron Maiden como cabeza de cartel del Sonisphere España 2013. Y no sólo eso, sino que además dieron la primicia de celebrar el festival de dos días, en dos emplazamientos distintos, Madrid y Barcelona, algo que no tiene que ser ni positivo, ni negativo, sino un experimento más y que incluso podría permitir el lujo de traer un cartel más redondo, asegurando dos fechas para cada grupo y pudiendo emplear la pasta que se gasta para rellenar dos días de festival, en rellenar un día, por partida doble, con grupos de mucho nivel.

Eso fue a finales de febrero, y hasta mediados de abril no se completo el cartel que muchos ansíabamos ya con las entradas de la mano, sólo por el reclamo de Iron Maiden. Pues bien, como digo, fueron pasando las semanas y meses hasta que se completo el cartel, sin comunicaciones desde la web o perfiles sociales de la empresa promotora. Al contrario.

Se fueron completando el resto de carteles a nivel europeo (impresionante el cartel de dos días del Sonisphere francés) y aquí un día llegamos y vimos como Tierra Santa, Voodo Six, Danzig, Red Fang, October File, Ghost y Newsted iban a rellenar las horas hasta la actuación del cabeza de cartel, y al que seguirían Anthrax, Megadeth y Avantasia, que fueron anunciados creo recordar un par de semanas después. Por cierto, después de este último anuncio, anunciaban una banda más que nunca llegó...

Ni que decir tiene que pagar 60€ por este cartel, a priori no puede parecer tan caro. El problema viene cuando ves con que grupos se han revestido la actuaición de los Maiden en Francia, Italia y Alemania, por ejemplo. Aquí tuve un problema con una web de metal que seguía, por expresar mi libre opinión sobre el cartel, y las condiciones. Ellos muy dignos, yo creo que esperando los pases vip y pases de prensa, defendían la organización y los grupos traídos de manera incondicional, y aunque me explicaron las condiciones de este festival, que a nivel europeo, funciona a modo de franquicias estatales, con los increíbles costos en organización, infrastructuras, personal, seguros, aviones, hoteles, etc. etc., que esto es #Españistan, lo cual tienen razón, y entre poco movimiento, IVA y SGAE se iba mucha pasta... pero sin querer admitir en ningún momento que los aficionados al género ya nos hemos movido dentro de este festival y sabemos como funciona.

Pero el caso es que en la tarde del viernes 31 de mayo nos pusimos en funcionamiento con las ganas de disfrutar, paladear heavy, reir, saltar y gritar; preparados con nuestros bocadillos para antes de entrar en el recinto y para después de salir de él, intentando minimizar costes y evitar perder mucho tiempo en colas, que ya conocíamos.


Ahora continuamos con la habitual crítica a los grupos que vimos para acabar con la no menos tradicional crítica y puesta en solfa del desastre de festival que montan Sonisphere España S.L.




Nuestra intención era clara: Llegar para ver a Ghost. Y así hicimos. Decir que a priori, y a posteriori con matices, el emplazamiento madrileño de este año, me pareció muy bueno: Con salidas fáciles a la A3 y M50 (aunque nunca señalizan con el cartel del festival), con bastante aparcamiento, con espacio asfaltado central, y gradas que envolvían el escenario. Quizás lo único lamentable, el viento pegando, que parece ser propio de la zona y que con la orientación del escenario daba problemas de sonido y que en el espacio central, más que pedaltado lo que era es un hoyo.

Pero allí estábamos con ganas de ver a Ghost. Quizás excesivas por mi parte, no queriendo reconocer que quizás este tipo de festivales minimizan lo que Ghost puede ofrecer y dejándolos algo descuadrados antes de ver a los Maiden. El caso es que sus dos buenos primeros discos (el primero a mi juicio excelente y sorprendente) quedaron descafeinados en una actuación muy mediatizada por el lamentable audio que había en ese momento en el recinto, y ante un público que parecía más esperar a los Maiden que paladear a los suecos. Lo cierto es que a las 7 de la tarde cuando empezó Ghost el sol reinante hizo desmerecer la puesta en escena, tan rica y fascinante, y el sonido de Hard Rock y rock setentero quedaba minimizada.

Compartiendo las primeras cervezas sonaba la intro de los suecos, el Master Ball de Jocelyn Pook, y pronto fueron apareciendo los integrantes del grupo, hasta hacer entrada el Papa Emeritus II para abrir con Infestissuman y Per Aspera ad Inferi, antes de descerrajar un Con Clavi Con Dio, excelso y metódico que sonó mucho mejor que los primeros temas de la actuación. Continuaron unos minutos más con Secular Haze, Stand by Him, Death Knell, Year Zero y terminaron con Ritual, un temazo de su primer disco que sonó fenomenal, y me dejaron con ganas de más (sobretodo de Elizabeth). Fue una actuación de suficiente raspado la verdad, quizás mediatizado por las ganas que les tengo (y mantengo) quizás por estar ubicados fuera de sitio. Tampoco ayudaron los fallos técnicos que metieron voces sampleadas a destiempo, pero aún así pondremos a Ghost como otro grupo con ganas de verlos en directo, pero en una sala pequeña, a oscuridad. Y habiendo tocado temas, como Con Clavi con Dio, Stand by Him y Ritual a tan buen nivel y clavándonos en el cerebelo ese "Satanas; Lucifer" , bien lo merecen.

Iron Maiden

Era el momento que todos estábamos esperando y poco a poco nos encaminabamos a ello, hasta que empezaron a sonar los acordes del "Doctor, Doctor", de UFO, entrada inequívoca de Iron Maiden cuyos integrantes empezaban a desfilar por un escenario de tonos azules y morados (rememorando la portada del Seventh son of a Seventh son) ante una audiencia enfervorizada. Entraba a través de las pantallas, y enlatada, la intro del Moonchild (todos los grupos lo hacen, pero meter en un concierto partes de canciones grabadas del cd original, me parece feo, y un sacrilegio cuando hablamos de Iron Maiden) y Bruce Dickinson correteaba por la parte superior del escenario, mientras la luz natural deslumbraba a los espectadores y deslucía el juego de luces de los cabezas de cartel (en #Españistan nunca pondremos a los grupos grandes de noche, verdad, será porque somos el paraíso europeo del sol, en fin...).

Dickinson soltaba la primera estrofa del MoonChild, y ya veíamos que el sonido no era el mejor. Tampoco digno de Maiden, y ni siquiera para un supuesto festival de renombre (la palabra clave, supuesto). Es más, podíamos decir claramente que el sonido era malo, y no estariamos exagerando. El viento seguía haciendo de las suyas y dificultando la audición del concierto. Los Maiden finalizaron en periódo de pruebas el MoonChild que comenzó la versión enlatada preludio de la actuación, y así sin más Dickinson descerrajó "Can I Play With Madness", siguiendo el guión dictado por Seventh son of a seventh son, que ya sonó bastante mejor, para llegar a uno de los momentos redondos: The Prisioner. La banda se encontro a gusto y exacerbo aún más al público haciéndonos olvidar el viento, el sol y el resto de los elementos no invitados, al son de los dos solos inmensons de Smith y Murray que ofrece este tema.



Subidón que se vino abajo, inexplicablemente con "2 Minutes to Midnight", donde mientras todo el auditorio se volcaba en corear y cantar el tema, se noto la ausencia de la voz principal de Dickinson, durante una estrofa entera, mientras trataba de desenredar el cable del micro del pie. Bastante dramático, aunque tener como compañeros de viaje a esta impresionante banda, minimizo el estropicio, aunque aún así, no esta de más decir que con más de 30 años tocando por todo el mundo con la banda más grande del género, debería haber bastado para sacar el micro del pie, echarle cara, seguir cantando y ya se desenredará el nudo, cuando se pueda.

Después de esto el concierto, eso sí, y como era de preveer mejoro mucho. Tanto en la intensidad ofrecida por los Maiden, como el propio sonido que por fin se ajusto, a lo que en el escenario había y a las expectativas generadas. Incluso ayudo también el atardecer, dejando ya si entrever los juegos de luces en el escenario, con los inmenos telones "temáticos" de los Maiden para cada canción, además de ya sí y por fin, eliminando el factor vislumbre en el público cuando alzaba la vista al escenario.

Llegó todo ello con la parte en la que nos devolvieron a la adolescecia, con los himnos "The Trooper" y "The Number of The Beast" que sonaron fantásticos y redondos, haciéndonos a todos los presentes parte de la fiesta, ya imparable, y que continúo sin fisuras por "Phanthom of the Opera", "Run to the Hills", "Wasted Years" y "The Clairvoyant" con el bajo de Harris, tan característico e inolvidable. El escenario cambiaba con cada canción al igual que los clásicos riffs de guitarra y así, nos encontramos con un organo en la parte superior del escenario, a la derecha de la inmensa cabeza de un Eddie, de blanco espectral. Sonaba "Seventh son of a Seventh son" y aunque probablemente pueda parecer lenta, densa y compleja esta obra, sin duda alguna, germén de lo que hoy conocemos como Metal Progresivo, mantuvo acorde todo el espíritu de los Maiden. Había quien opinaba que debía quedarse fuera del setlist, en un concierto que ya de por si, es un repaso, un todo éxitos en vivo de los más grandes, pero el propósito de este concierto, esta gira, no existiría sin este momento, homenaje y puesta en valor de uno de los hechos que más claro ponen de manifiesto en la intensa y soberbia capacidad creativa de Iron Maiden.

No bajo el espectáculo, porque otro Eddie nos "atemorizaba" y el escenario se envolvía en colores verdes y azules, resaltándolo y haciéndolo más brillante. Se mezclan los vitores con las voces simuladas del público de la intro de "Fear of The Dark" y joder, como sonó. Fantástica, perfecta, sublime, inolvidable, una vez más. Sólo puedo decir que todo lo demás sobra, por esta canción merece la pena ver a los Maiden. Una, dos, tres, mil veces, las que haga falta. Es indescriptible la sensación que te recorre con este himno histórico de nuestro género, sonando en vivo. Ahora escribiendo se me eriza la piel de tan sólo recordarlo. Si no has visto Iron Maiden, ve y paladea Fear of The Dark; si lo has visto ya, vuelve; Ambos me lo agradeceréis.

Fue el perfecto preludio a una acelerada pero no con menos pronta de calidad "Iron Maiden" que supuso el cierre a la actuación, y que calento lo suficiente nuestras voces para pedir otra al grito de la canción homónima. Y allí salieron rapidamente para regalarnos, tres bises, perfectos en la parte musical y escenográfica. "Aces High" sonaba perfecta en ritmo y guitarras, pero con falta de aliento en la voz de Dickinson, que aún así, esta vez dió todo lo que tuvo, y con eso valía para "perdonarle" aquel lío con los cables en "2 Minutes to Midnight"; el segundo bis, "The Evil That Men Do" sonó impresionante de fuerza e intensidad con una Janick Gers muy cachondo con la guitarra (lástima que su importancia "musical" haya quedado en un segundo plano) y un Harris que una vez más nos ametralló con su bajo... para cerrar como viene siendo habitual "Running Free" en un fin de fiesta redondo y coherente, por el que nos dejaban salir libres, con la sensación de haber disfrutado con Iron Maiden.

En resumen, fue un concierto de menos a más, hasta un notable alto, por parte de estos mounstruos iconoclastas del metal, cuyo gran éxito es que siempre, siempre, después de verlos, escucharlos y disfrutarlos te siguen dejando con ganas de más, y muy importante, con ganas de volver a repetir.

SETLIST: Moonchild/ Can I Play with Madness/ The Prisoner/ 2 Minutes to Midnight/ Afraid to Shoot Strangers/ The Trooper/ The Number of the Beast/ Phantom of the Opera/ Run to the Hills/ Wasted Years/ Seventh Son of a Seventh Son/ The Clairvoyant/ Fear of the Dark/ Iron Maiden/ Aces High/ The Evil That Men Do/ Running Free/ .



Anthrax



De manera sorprendente no tardaron mucho los américanos Anthrax en salir al escenario. Tan sólo 30 minutos después de que terminará la doncella de hierro, los trashers neoyorkinos ya descerrajaban su setlist mostrando que no iban a permitir que nadie se aburriese con ellos en el escenario.

Y esa fue su motivación, pura diversión, con buen trash metal como herramienta aplicada con intensidad y ese punto gamberro que hace que te lo pases genial con ellos tocando. Puede que no te gusten o no los conozcas; hasta que odies el trash metal, pero lo seguro, lo único seguro es que con Anthrax no vas a salir diciendo menudo bodrio o menuda mierda de concierto.

Aunque continuó la tónica de todo el festival con un sonido lamentable, los primeros riffs de “Amont the Living” dejaron claro que poco importaba a las huestes de Belladona tal hecho. Su vocación festiva, fiestera y festivalera era lo más importante y así los 5 integrantes de Anthrax, del que como simpre, sobresalía la imparable energía de Scott Ian que no paró de moverse en todo el concierto, y joder, desde la lejanía en la que saltaba y le daba al kalimotxo, juraría que no perdió una nota. Pero no fue el único, toda la banda dió muestras de empatía y talento que llegaron a un momento máximo cuando sono, mi favorita de ellos, “I am the law” que sonó muy grande.

Fue tras ese momento cuando las luces se apagaron un momento para volver a encenderse con los rostros de Ronnie James Dio y Dimebag Barrell entrando en una zona de homenaje que Anthrax tuvo a bien rendir a dos de los talentazos del metal que nos han dejado antes de tiempo (aunque haga ya unos cuantos años), sin que eso resentierá el sentido festivo de su actuación, pero eso sí, sin dejar de mostrar respeto en la alegación de Belladona que se cerró con “In The End”, canción de su último disco.

Como no podía ser menos, una de las grandes especialidades de Anthrax son sus versiones, en ocasiones tal cual, y en otras aceleradas y pasadas por un filtro “trash”, de grandes temas del metal, pero también del rock y el hard rock. Así nos mostraron un “TNT” de ACDC que enervó a todo el respetable y que coreo como si fueran los propios aussies los que la estaban interpretando. Y por qué no decirlo, también nos mostraron un “Rainning Blood” mejor que un año antes nos habían ofrecido los propios Slayer, en el Sonisphere 2012.

Y así llego al final de su corta, pero intensa y sobretodo divertida, actuación con su clásico cierre “AntiSocial” ejemplo de unos Anthrax en plena forma, en todos sus miembros, teniendo respeto a su profesión, a su legado, al metal y al público. Ojala vuelvan pronto por #Españistan (no se prodigan mucho por aquí) y los veamos en una actuación en una buena sala y durante más tiempo.


Megadeth
Es un secreto a voces. Ya lo he dicho muchas veces. He sido protagonista de discusión entre metaleros subidos ya de cervezas. Pero es que no soporto a Megadeth, ni su música, y sobretodo a su líder-fundador, Mustaine. No tenía ninguna expectativa con ellos, y por no esperar, ni siquiera esperaba su “Symphony of Destruction”, temazo icónico, pero que por si sólo no debería justificar la fama, en mi opinión absolutamente inmerecida que tiene Mustaine y su banda.

No dudo eso sí de que sea un guitarrista potente y virtuoso. O que lo hubiera sido. Me da igual sus affaires y envidias con Metallica, y me dan bastante lástima su peregrinar entre drogas que le llevan reventado por la vida. De los 5 grupos que pude ver en el Sonisphere 2013, todos tuvieron un sonido lamentable, pero el que se ajusto con Megadeth fue el peor con notoria diferencia.

Toda la actuación en conjunto o individualizada era absolutamente inaudible. De hecho mediado el concierto lo que se oyó muy bien fueron los pitos dirigidos a Mustaine como alma mater y principio y fin de Megadeth. Pero también pitos a Sonisphere SL por un festival de tan bajo nivel y con tantos errrores que en este momento sumaban uno más: El convocar a Megadeth al cartel de Sonisphere 2013.

Y es que fue de verguenza ajena ver a arrastrarse al pelele en el que esta convertido Dave Mustaine, que aunque si que lució brillo en algún riff o sólo aislado, no sólo fue incapaz de conectar con el público que no podía ni oirle cuando soltaba un hilo de voz para interactuar con él, sino que además, y quizás lo peor, le daba igual todo.

Por eso no dedico ni una línea más a Megadeth. Fue un espectáculo lamentable que me cuidaré de no volver a repetir ver.

Avantasia
Lo que a media tarde era un viento que dificultaba la audicón del concierto fue avanzando por la noche hasta convertirse en un frio helador, dejando la sensación térmica varios grados por debajo de la temperatura oficial, que circulaba en ese momento por los 10º grados.

Mucha gente se había marchado ya, y a mi, personalmente, no me dejaba de sorprender. Como digo hacia ya un frío del carajo, había hambre, las colas eran insufribles, y quizás se tardaba demasiado tiempo en montar el escenario del fin de festival que iba a corresponder a Avantasia.

Pero reconozco que casi dese que se anunció el cartel, este ganó muchos enteros con la incorporación del proyecto de Metal Opera de Tobias Sammet, y para mi la hora no era un impedimiento sino un objetivo.

Pero el escenario se termino de completar. Sonaba el “Also Sprach Zarathustra" de Richard Strauss como introducción. En una balustrada a la que se accedía a través de unas escaleras se colocaron los coristas (Thomas Rettke y Amanda Sommerville, colaboradora habitual de Épica). Debajo de ellos la bateria de Felix Bonkhe y el teclado de Miro Rodenberg. En la parte más baja aparece Sascha Paeth con su guitarra, junto al otro guitarra Oliver Hartman . Y tras ellos apareció el maestro de ceremonias, un Tobias Sammet, ataviado con su sombrero negro de cowboy que quería y sabía como conseguirlo animar a las almas que había en ese momento en la platea de Sonisphere 2013. Almas que sin ningún lugar de dudas, se habían quedado ahí, por ellos, por él y por Avantasia.

Basaron su corto set de poco más de una hora en sus tres primeros discos, tocando del último únicamente la primera, "Spectres", con la que abrirían la actuación y desechando temas del binomio "The Wicked Symphony"- "Angel of Babylon".

Como decía sonaba “Spectres” como primer corte, y lo hacía muy agitada e intensa favorecida por una bajada en la fuerza del viento que nos había dado el festival, y que permitió quizás las mejores condiciones, que no perfectas, para el sonido de un concierto al aire libre, pero que los técnicos de Avantasia, supieron manejar para no estropear el incomparable espectáculo del Metal que nos iban a ofrecer.

Acabada “Spectres” y al grito de “Avantasia, in Spain finally” llego el mejor momento del Sonisphere 2013: “The Scarecrow” que Sammet empleó de manera magnífica para meterse al público en el bolsillo con los casi 12 minutos de la musicada teatralidad del tema, con todos los componentes como cómplices, haciendo pasar de las partes cantadas, a las instrumentales con un derroche de interpretación perfecto que fue recogido por las guitarras, bajo, los teclados y la bateria para desglosar distintos sólos que justificaron sin ninguna duda, el viaje, el frio, el dinero, el hambre, el aguantar hasta ese momento y el soportar al viento, a Mustaine y a Sonisphere SL.

Acompañado en ese momento por Ronnie Atkis (“The Pretty Maids”), Sammet no dejó a nadie indiferente y poseyo en ese momento para él, y para su proyecto de Metal europeo, el títuo de grandes triunfadores del Sonisphere 2013.

Continuaba la actuación, y era díficil ya alcanzar ese momento acabado de vivir, pero lo cierto es que durante toda la hora que quedaba, no se alejo nada de ese instante. Y así entraron "The Story ain’t Over" con Bob Catley de acompañante, para de seguido llenar el escenario, porque un tío como él sólo sabe hacer eso, Mickael Kiske y hacerse el socio ideal de Sammet en "Reach Out for the Light" . Ver al ex- Helloween sobre el escenario fue un sorpresón mayúsculo para quien escribe, y supuso un dueto maravilloso junto a Sammet que se llevó una ovación brutal de las personas que allí estabamos alucinando de que manera con el show de Avantasia.

"Breaking Away" siguió por mismos terrenos, llegando a los compases más propiamente folk de "Farewell" y dejándonos eclipsar por la belleza de Amanda Somerville y sus incomparables voz y técnica, con todos cantando un estribillo que Avantasia finalizaron con cinco voces a cappella perfectamente conjuntadas.

Eric Martin sería el próximo en aparecer regalándonos toda la clase que posee, que no es poca, y haciendo un magnífico dueto en el increíble "Dying for an Angel". Tras él, llegaría uno de los momentos más curiosos, y es que Tobias se retira del escenario, dando paso Eric a Ronnie Atkins, quien volvería a escena para cantarse los dos un celebradísimo "Twisted Mind" que quedó sensacional aunando la elegancia de Martin con la fuerza de Atkins. 

La vuelta de Sammet para darnos las gracais por seguir allí (ya eran las tres y media de la madrugada) e interpretar "Lost in Space" que de nuevo cantaríamos voz en grito. Volvían Mickael Kiske y el power metal alemán por excelencia con "Shelter from the Rain", uniéndoseles al final Bob Catley.

Nos acercábamos al inevitable final y, aunque nos supo a poco, nos quedamos con el momento más mágico de su actuación, un "Sign of the Cross" grandioso con todo el elenco sobre el escenario, intercalando con fragmentos de "The Seven Angels" donde fue una delicía escuchar todas esas voces cantar al unísono.

Espero que pronto Tobias Sammet (parece que esta inmerso en un nuevo disco y gira con Edguy) nos regale esa gran actuación de Avantasia en España. Una actuación propia de Metal opera, en un lugar adecuado para tal evento, tanto en disposición como duración, porque no tengo ninguna duda de que será inolvidable. Avantasia, os esperamos. 


Crónicas Sonsphericas

No deja de ser una tradicción que tras paladear un festival en #Españistan haya que dejar un hueco bien amplio a la parte inevitable de quejas, situaciones lamentables y despropósitos organizativos que sufrimos los amantes del metal por estos lares, tierra de Sol, flamenco y tortilla de patata.

Llegados a esta altura de la película, esta claro que no todos podemos permitirnos pagar una entrada para un festival. Aquí hay que recordar, que mientras el festival de la franquicia Sonisphere en Francia era de 106€ con un cartel mucho mejor y de dos días, nosotros hemos pagado 65 pavos, por un cartel en el que Iron Maiden era el reclamo (aunque a mi me entusiasmo ver que iba a venir Avantasia) , pero de un sólo día, sin entrar a valorar cual es el salario mínimo francés (1.425,67 €) y el #Españistani que no llega a los 650€ al mes.

Pero una vez que hemos pagado podemos soportar cierta clase de inconvenientes con tal de disfrutar de nuestros ídolos y bandas favoritas, puesto que como decía hace un par de párrafos, en este país, en el que parece pecado el querer tocar, o el tener un sala y que en ella se puedan ver actuaciones de metal regularmente; en el que hay que luchar cada día con esa degeneración musical llamada flamenco y música pop enlatada por televisión y programas de “nuevos talentos”... pues bien, con estas condiciones se pueden soportar tardes y noches de calor abrasador o de frío helador, de hacinamiento como ganado (este año, no han querido la habitual cola para comprar los tickets de comida y bebida y así poder evitar aglomeraciones en un sólo punto. Supongo que esto era una inversión en personal y ticketaje que se han ahorrado) o aguantar condiciones insalubres. Hay quien puede soportar el comer un bocadillo, de lo que sea, helado junto a un retrete portatil tras una hora, de reloj, de larga cola (yo aquí como decía al principio y aprovechando la “especial” condición del festival decidi llevar bocadillos para antes y después). Podemos soportar que un soplapollas nos tire el litro de cerveza o por lo menos le pegue un vaivén por el que peligre la integridad física de este, sin tener que rechistar, incluso pudiendo confraternizar y hacer hasta unas risas. Son pequeñas cosas que se pueden soportar, podemos pensar. Pero no, yo ya estoy agotado de lidiar con esta empresa, de la que he sido cliente suyo los últimos tres años, y edición a edición las cosas, lejos de hacerlas mejor, constantemente se empeñan en repetir los mismos errores. Errores que tienen un único y claro motivo: El ahorro. Toda la pasta que se ahorran en contratar más personal, o en mejorar las condiciones de los espacios que vamos a compartir miles de personas, se la meten en sus bolsillos tras haberla sacado de los nuestros al mismo precio vengan 10 grupos o 22. Uno o dos días. Esta es la realidad.

Como decía al principio del post, ya conozco el funcionamiento de este festival en #Españistan, pero aún así, no deja de sorprender que se tardarán dos meses más en cerrar el cartel de esta edición, comparado con el de resto de países europeos donde ya a principios de marzo se conocía su composición.

Las redes sociales hervían pero por el público que asistía incrédulo a la desinformación más absoluta de un festival que no sólo no confirmaba todos sus artistas aún llevando ya tiempo las entradas a la venta sino que no generaba noticias, no interactuaba e incluso confundía canciones y videos de los artistas que promocionaba.

Y así estamos en el día después. ¿Qué nota le podemos dar a todo el evento? Pues bien, por el simple hecho de paladear una vez más a Iron Maiden y su gira del Seventh Son of a Seventh Son, el buen concierto de Anthrax, y sobretodo gracias, al conciertazo brutal de Avantasia, un 7. Pero es que estas tres actuaciones va toda la nota.

A Ghost le voy a dar un voto de confianza, pero el fiasco de Megadeth ensombrece toda la gestión, ya de por sí penosa, del organizador con los grupos y músicos, porque que Megadeth entrará en un cártel cuando es evidente que esta lejos de ser una banda de calidad es más que un error evidente.

Del resto de bandas, de perfil bajo para la tarde del día del festival no entro a valorar, aunque me dijeron que Newsted estuvo bien. Bandas de relleno. Espero que puedan ir ganando peso y podamos verlas en otros festivales u otras ediciones con más importancia.

Entre las cosas que me molestan tocan los huevos por ejemplo esta el hecho de que te cachen a la entrada al recinto. Te dicen que es por seguridad. Te tiran si llevas un bocadillo, o un paquete de estos alargados de filipinos (lo ví con mis propios ojos). Por supuesto te quitan si llevas latas, o botellas de plástico con, supongo, agua. Luego compras una botella de 25 cl de agua, a precio de 2 litros de gasolina, y te quitan el tapón, no sea que la vayas a rellenar... o espera, será del agua de la cisterna, porque el agua corriente esta cortada en los únicos baños de obra, habilitados. También te dicen que es por seguridad, no sea que la tires a la multitud, o al escenario, o te de por tirarle el bocata de sobrasada, chorizo o caballa al famélico Mustaine. Pero luego resulta que llegas al centro de la platea, y esta todo lleno de piedras, y cantos rodados que se pueden arrojar hacia cualquier punto y desgraciar a la desafortunada víctima. Pero te han tirado el bocadillo que con tanto amor te ha hecho tu madre, o la botella de agua que has comprado de una maquina al salir de una estación de bus o de metro, eso sí por seguridad.

Otro hecho curioso es que lo que llaman Black Circle, es una entrada distinta, más cara, en la que los que tengan a bien pagarlo, se supone disfrutarán de estar cerca de los músicos y recibir algún salivazo de Mustaine. Pues bien, en el resto de Europa hay que decir que esa posiibilidad es un aliciente para los primeros que llegan, no un sobrecoste para una entrada, y más cuando resulta que ha trascendido que mediada la tarde, antes de la actuación de Ghost, abrieron el Black Circle hasta llenar aforo para “dar mejor imagen”.

El auditorio de este año, el Miguel Rios de Rivas, no esta mal. Es un buen espacio y una iniciativa buena promovida por un ayuntamiento distinto, para poder ofrecer a sus vecinos eventos con una calidades mínimas. Si hubiera estado bien acondicionado y si su orientación fuera más oportuna sería un lugar fantástico.

Tuve la fortuna, o mejor dicho la inteligencia, de no necesitar los puestos de comida, pero quedaban claro que el precio era exhorbitadamente caro para la calidad que se ofrecía. Lo de los servicios de juzgado de guardia. Y otro punto sorprendente la escasísima iluminación que hubo en el recinto en los espacios entre conciertos.

Ya por último, y no deja de ser habitual y de los errores más perniciosos, no había ninguna información a la hora de salir del recinto para que las personas que necesitarán emplear medios de transporte público llegar, sobretodo a Madrid.

En fin, año a año, el festival de Sonisphere va dando pasos atrás que no hacen preveer un futuro muy largo para el evento, puesto que cuando trabajas, únicamente pensando en el dinero que vas a recaudar, y poco o nada en los servicios y espectáculo que vas a ofrecer a tus clientes, pues lo más normal es que tengas que echar el cierre por incompetente.



Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...