martes, 27 de octubre de 2009

Las casualidades de la vida

Baje a comprar pan, porqué sí, y porqué me hacia falta, y resulta que como suele ser normal acabas picando, y entre pipas de calabaza y pistachos, el montante ascendió a loas 3'50, cantidad que humildemente en mi monedero albergaba, en forma de 3 monedas de euro, una de 20 centimos, 2 de diez y 2 de cinco. Lo acojonante es que los frutos secos se compran a granel y resulta que palada a palada tanto de pipas de calabaza como de pistachos en ambas fuí a depositar la misma cantidad (gramo y medio, puesto que el precio del gramo era un euro, y el de la barra de pan 50 centimos, hagánme las cuentas).

El caso es que llegados a este punto del aburrimiento supino en el que me embarco en algunos momentos durante la jornada laboral he decidio matar el tiempo construyendo esta entrada que en si misma es un ejemplo de lo que en ella se contiene, por qué no es casualidad que este escribiendo sobre chorrada tan grande si estuviera entretenido.

Quizás si o quizás no. El caso es que algo sucede. No sé si son fuerzas ajenas a nuestro control las que otorgan diversos sucesos que interrelacionados y expuestos a múltiples factores acompañan al ser humano, dándole experiencias, opciones o simplemente quitandóselas. O quizás la otra vertiente sea que el hombre conocedor de sus posibilidades y anhelando sus deseos, inconscientemente funcione para que los diversos acontecimientos de varida índole que se sucedan no le incomoden, pueda realizarlos y así conseguir sus objetivos.

Yo me tiendo a esta segunda parte. Porque creo firmemente que cuando queremos que algo pase, conspiramos, tanto a razón como en inconsciencia a que nuestros deseos salgan cumplidos. E incluso muchas veces nuestros sentidos, vista u oído, ven y oyen lo que queremos ver y oír. Si alguién nos cae mal, el entablar conversación y relación con esa persona siempre será negativa por mucho interés en sacar algo positivo que pongamos, porque siempre será más fuerte el desinterés o interés de nuestro subconsciente de lo más visceral que alimenta nuestros gustos, filias y fobias, al interés, ya sea simulado o sincero, que pongamos en captar sin prejuicios a nuestro interlocutor.

Así siempre que tenemos el control de una situación lo que realmente deseemos estará próximo a cumplirse, por mucho que otros factores contaminen o dificulten la consecución de los más variados sueños. Y por el contrario si el desánimo y la desazón son el sustento de nuestras vidas, mucho más díficil es conseguir objetivos, cortos o grandes, a medio o a largo plazo. El intelecto y la capacidad de lucha se verá menguada conforme a no tomar con ganas la consecucción de los sueños y anhelos, mientras que por el contrario contra más ganas y apretar de dientes pongamos, más se acercan a nuestra orilla la balsa de los objetivos.

En definitiva, la predisposición a conseguirlo todo, la actitud, suma gran parte del objetivo final y esa mentalidad "positiva" es el principal arma con el que nos enfrentamos al día a día y también a la vida.

sábado, 24 de octubre de 2009

Provida: Un nombre usurpado



¿Con qué derecho se proclaman "provida" cuando saben muy bien que rechazando el aborto, ponen en grave peligro a muchas mujeres, obligandolas a volver a las operaciones clandestinas sin control médico?

¿Con qué derecho se proclaman "provida" cuando por razones puramente dogmáticas niegan el uso del preservativo y dejan a la gente indefensa frente a enfermedades tan peligrosas como el sida?

¿Con qué derecho se proclaman "provida" cuando nunca han hecho nada para proteger la naturaleza que es el símbolo mismo de la vida?

¿Con qué derecho se proclaman "provida" cuando los que han organizado el movimiento y sus ilustres patrocinadores como Aguirre y Aznar no han tenido ningún problema en apoyar sistemáticamente la guerra y las matanzas como solución a los problemas en Medio Oriente? Claman para salvar un embrión pero se quedan mudos frente a los cuerpos mutilados de niños árabes y afganos.

¿Con qué derecho se proclaman "provida" cuando se demuestran insensibles a los estragos de un sistema económico que condena a mas de la mitad de la población del mundo a vivir en condiciones infrahumanas?

¿Con qué derecho se proclaman "provida" cuando la esencia de la vida pasa por la fuerza que nos da el hecho de ser dueños de nuestros destinos y de asumir la responsabilidad de nuestra propia reproducción?

¿Con qué derecho se proclaman "provida" cuando lo que hay por debajo es un odio visceral a la sexualidad, espejo profundo de la vida.,y la idea oscurantista del pecado original domina profundamente todo este debate y pervierte la utilidad de una discusión ético serio?

Ahora bien: quiero que quede claro que soy perfectamente capaz de entender que una persona pueda querer defender los derechos de los embriones.

No sólo eso, sino que considero necesario para la sociedad que este punto de vista venga argumentado seriamente porque el problema es complejo y profundo: lo que es incoherente es que no se manifiesten masivamente por la vida entendida más allá de los embriones, en los puntos que he citado anteriormente. El debate tendría únicamente credibilidad si los que defienden al embrión destacaran además en su lucha por una visión de la vida pacifista, sensual y ecológica, y mejor aún si fuera argumentaba por una mujer.

Quizás no cambiara nada mi manera de pensar, pero os puedo asegurar que escucharía todo el razonamiento con mucho interés y simpatía.



Descubra por qué es un chollo ser político en España

Daniel Montero Bejerano acaba de publicar La Casta. El increíble chollo de ser político en España. Este libro es un guiño a su homónimo italiano, publicado años antes, en él da un repaso a la clase política española, a la que se presenta como un grupo cerrado y homogéneo en el que los herederos tienen mucho camino recorrido. Son La Casta.

¿Qué futuro tiene un país como España donde las casi 80.000 personas que forman la clase política están envueltas en un velo informativo sobre el despilfarro de sus privilegios? Montero lanza la pregunta al aire para más tarde ofrecer respuestas y datos precisos. Gürtel es sólo un epígrafe en esta historia que crisparía los nervios de cualquiera.


Estos son algunos de los temas que se pueden encontrar el el polémico libro.

ABSENTISMO: no existen datos oficiales sobre la falta al trabajo de los políticos o al menos no se han hecho públicos.

AVIONES: los diputados pueden utilizar a su antojo con cargo a las arcas del Estado aviones, trenes o barcos. Disponen de 5.000.000 de euros al año para viajes.

Chaves, Manuel: cobra al año 81.155 euros por ser ministro más una indemnización de 46.000 al año por abandonar la presidencia de Andalucía. O sea, 127.155 euros anuales. Dos sueldos del Estado compatibles sólo para altos cargos. Para los demás españoles está prohibido por ley.

Descontrol: es tal en la administración de fondos públicos que en España no hay ni una sola institución que conozca cuántos políticos cobran del Estado.

Horas extras: en 2008 el Gobierno de La Rioja pagó 200.000 euros extras a sus conductores. Realizaron 870.182 kilómetros, unos 2.300 al día, lo suficiente para cruzar tres veces España de este a oeste. Un gasto curioso ya que es la comunidad más pequeña del país y que su población es inferior a la de cualquier ciudad dormitorio de Madrid. El uso de coches oficiales para asuntos particulares es una práctica tan común como soterrada.

Jubilado de oro: tras abandonar el FMI, Rodrigo Rato regresó a España con una pensión vitalicia de 80.000 dólares anuales. Sumados al sueldo de ex ministro, en 2006 percibía 37.070 euros mensuales. Un español necesita cotizar al menos 35 años, 15 con la base más alta, para poder cobrar la jubilación máxima de 32.000 euros al año.

Mariscadas: no hay límite legal para las comidas de representación de los políticos españoles. Tampoco hay fiscalización previa a la hora de comprar jamón, champán o puros de alta cava.

Multas: ¿sabía usted que paga de su bolsillo las multas que la DGT impone a los políticos? ¿Y que además las paga con recargo?

Morosos: los miembros de La Casta invirtieron 66,6 millones de euros en la celebración de las elecciones general de 2008. De ese dinero, 44 millones fueron prestados por bancos españoles para financiar campañas publicitarias megalógamas. Las mismas entidades que ese año de crisis embargó las casas a 60.000 familias por falta de liquidez. 180.000 personas se quedaron sin techo. Sin embargo, los partidos de La Casta deben a los bancos 144,8 millones de euros.

Rajoy, Mariano: se embolsa cada mes 8.996 euros (sin contar otros complementos): 3.126 por ser diputado, 870 para alojamiento (más que el salario mínimo) y 5.000 como presidente del PP. Con lo que gana en un mes, una pensionista con cuatro hijos vive durante dos años y medio.

Regalos: no hay una ley concreta sobre los obsequios que pueden aceptar o no los políticos. En EEUU, por ejemplo, pasan al Estado. Condolezza Rice recibió el año pasado en sus viajes oficiales joyas por valor de 360.000 euros. Aquí nadie tiene obligación de declararlos. Se pueden quedar con ellos. Sin más.

Secreto: el oscurantismo sobre los gastos llega al absurdo. El Parlamento Europeo cuenta con una Oficina de Lucha Contra el Fraude (OLAF, por su siglas en inglés). Sin embargo, sus informes son confidenciales y su contenido completo sólo es conocido por los parlamentarios. Los votantes pueden saber de las buenas acciones de los políticos, pero sólo La Casta conoce datos sobre el fraude.

Sin límites: cada parlamento autonómico, diputación o ayuntamiento fija el sueldo de sus cargos electos sin límite ni baremo alguno. La alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, cobraba más que el presidente del Gobierno: 84.462 euros al año en un ayuntamiento que estaba en bancarrota.

Vacaciones: Zapatero es el único presidente de la UE que carga sus vacaciones a las arcas públicas. Con él van más de 100 personas (escoltas, guardias civiles, asesores...). Al final, 200.000 euros en vacaciones.

viernes, 23 de octubre de 2009

Los bancos deben pagar por la crisis


La red europea de ATTAC da de entrada la bienvenida a la primera convocatoria de reunión el 22 de octubre de 2009 en París de un grupo de trabajo sobre transacciones financieras y desarrollo internacional para aplicar un impuesto sobre las transacciones financieras por numerosos países.

ATTAC ha estado abogando por un impuesto sobre transacciones financieras de este tipo desde su creación como movimiento social en 1998. En la actual crisis financiera y económica, las redes de movimientos críticos con la globalización exigimos que los responsable de la crisis tengan también que pagar por sus consecuencias. Un impuesto de este tipo es esencial también para fomentar la deflación de la esfera financiera global, desalentar los ataques especulativos y proteger a la gente frente a cualquier riesgo en sus trabajos, su medioambiente y en sus derechos sociales.

Los gobiernos han contraído deudas inmensas para salvar a los bancos y para financiar programas que amortiguasen el impacto de las consecuencias de la crisis. Los presupuestos nacionales serán cargados con montañas de deuda futura durante muchos años. Cortes drásticos en programas sociales, educativos y culturales, nos amenazan. Tareas inaplazables en la renovación social y ecológica no podrán ser financiadas. Al mismo tiempo ya se observan movimientos para hacer recaer las cargas de la crisis en la población, por ejemplo subiendo los impuestos indirectos. Hay que evitarlo. Para ello, los responsable del desastre, los bancos, los fondos y todos los demás jugadores y especuladores, deben ser forzados a pagar.

Un instrumento idóneo para conseguirlo sería el Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF, o FTT en inglés) que funciona como un impuesto sobre las ventas. Sería recaudado en el proceso de comercialización de las acciones y de toda clase de valores, como los derivados y las divisas, es decir en todos los productos del sector financiero. Dados los gigantescos volúmenes de negocio de estos mercados, incluso una tasa impositiva marginal del 0,1 % podría ayudar a reequilibrar los presupuestos generales de los estados en un tiempo muy corto.

El ITF no sólo repercutiría en los ingresos, sino que también tendría un efecto de reconducción. Puesto que en estos mercados financieros tienen importancia las diferencias especulativas de precio de mercado de las transacciones de tan sólo una centésima de un uno por ciento, una imposición de sólo 0,1% haría que una gran parte de tales transacciones resultaran poco rentables. El casino financiero se reduciría.

Técnicamente, el impuesto sería tan sencillo de recaudar como lo son los cargos realizados en nuestras cuentas corrientes bancarias. El ITF también podría ser aplicado en países de forma aislada, sin ningún problema. Sólo sería posible evadir su aplicación o evitarlo si se rechazan las plataformas electrónicas que comercializan las transacciones y los sistemas internacionales de pagos. Pero esto resultaría mucho más caro que pagar el impuesto mismo.

Se ha encargado al FMI el presentar propuestas en el próximo G20, especificando cómo el sector financiero podría contribuir substancialmente a financiar las cargas de la crisis. Sin embargo, hasta ahora, los líderes internacionales que se pronunciaron a favor del ITF sólo han pedido que el impuesto sea aplicado globalmente de forma voluntaria, y con una tasa ridícula del 0,005 %. Por eso se necesita una presión social masiva y desde las bases para hacer efectiva esta demanda histórica del movimiento altermundialista. La red internacional de Attac llevará la iniciativa en esta movilización durante los próximos meses. El éxito es posible.

¡Hagámosles pagar por su crisis!. ¡Clausuremos el casino financiero!

lunes, 19 de octubre de 2009

Creerse rico


Érase una vez un país que se creía rico. No tenía petróleo ni gas. Sus reservas minerales eran escasas y estaban casi agotadas. Su industria, mediocre y poco competitiva porque su mano de obra no era barata. Su agricultura dependía de un regadío deficitario de agua y gran consumidor de energía. Apenas tenía tecnología propia ni investigaba lo suficiente para conseguirla. Y sin embargo se creía rico.

También sus habitantes creían poder vivir a todo plan. Veían natural gozar de un alto nivel de vida, tener muchas prestaciones sociales, trabajar lo menos posible, cultivar el ocio como objetivo vital y tener la vida asegurada. Eran gentes que valoraban mucho sus derechos y se sentían poco comprometidas con sus deberes. Jamás se planteaban por qué vivían tan bien cuando la mayor parte del planeta pasaba calamidades.

Y lo curioso es que no siempre había sido así. Hacía cuarenta años era un lugar modesto, de gente con alpargatas, escasas libertades y aislado del mundo. Con un trabajo ímprobo, ilusión colectiva y afán por mejorar, se había convertido en un estado moderno, desarrollado y alto nivel de vida. Pero, sin saber por qué, había olvidado sus orígenes y la razón de su bienestar para pasar a creerse en la opulencia.

El país que se creía rico actuaba como si lo fuera. Se dotó de administraciones numerosas, con coches oficiales y asesores políticos hasta en el último pueblo. La población pedía cada vez más de las arcas públicas, sin considerar que el nivel de vida no es un derecho adquirido sino algo que hay que ganarse día a día. Parecía natural tener una sanidad de vanguardia, educación de títulos fáciles y escaso esfuerzo, mayores pensiones, protección de desempleo compatible con una economía sumergida, y servicios urbanos de primera. Pero ni siquiera los estados más ricos del mundo se permitían tales lujos.

Los países son como las familias: austeros, donde todos trabajan codo con codo, ingresan más que gastan y ahorran para los momentos difíciles; muy ricos, con cuantiosos patrimonios y rentas, que viven muy bien pero evitan el despilfarro para no verse algún día en la ruina; y los que se creen pudientes sin serlo, no tienen patrimonio, pero gastan mientras haya un banco que les preste. Cuando les cortan el crédito, se acabó. Nunca volverán los días dorados donde vivían opulentamente a cambio de nada.

El país que se creía rico había abusado del préstamo. Cualquier ciudadano conseguía un crédito, sin capacidad real de devolución, para adquirir viviendas, coches o bienes a un precio ficticio muy superior al valor real. Sus fabricantes se frotaban las manos por el dineral que ganaban vendiendo caro. Y pagaban bien a sus empleados que se sentían aun más ricos con buenos sueldos y viviendas costosas. El estado ingresaba mucho dinero de impuestos y regalaba más bienestar en prestaciones. Era una pescadilla que se mordía la cola y se cerraba en si misma dejando a todo el mundo satisfecho con su falsa riqueza.

Las grandes empresas también pedían dinero prestado para comprar otras compañías. No importaba un precio desproporcionado, total no había que poner ni un euro cuando todo era a costa del banco. Y así se sentían mucho más ricas. Remuneraban muy bien a sus ejecutivos, emprendían nuevas inversiones y se despreocupaban del riesgo que corrían.
Un día, los financieros de todo el mundo supieron que lo habían hecho muy mal y renunciaron a prestar. Realmente ya no les quedaba nada que dejar.

Y el país, que actuaba con la alegría de una familia modesta que dilapida los préstamos y disfruta como la cigarra, sin pensar que deberá devolverlos, se enteró una mañana del final del crédito. Tocaba apretarse el cinturón y afrontar la triste realidad de sus limitadas posibilidades.
Ya nadie podía comprar casas, apartamentos ni coches. Los fabricantes no vendían y despedían a sus empleados. La gente iba al paro y volvía la cabeza hacia el Estado pidiendo ayuda. Pero como no había ya negocios ni sueldos, tampoco se recaudaban impuestos. Ahora era Hacienda quien debía pedir préstamos.

El país que se creía rico quiere pensar que sufre una crisis pasajera. Una especie de gripe de la que pronto se levantará como si nada. Y la política, que odia disgustar al pueblo, habla de un mal general y transitorio con el que no hay que angustiarse porque, mientras dure, ahí está el Estado para mantener el nivel de vida y bienestar de sus ciudadanos.

Un día, alguien tendrá que decir que nada volverá a ser como antes, cuando todo era un falso espejismo. Que un país no puede vivir en plan rico, si no lo es, ni sus arcas públicas mantener un falso nivel de vida durante mucho tiempo. Y que le espera una larga y dura senda de trabajo, sacrificio y realismo hasta conseguir hacerse rico de verdad. Pero eso será otra historia que, por supuesto, tendrá un final feliz.

domingo, 18 de octubre de 2009

Hasta siempre Andrés


Hay múltiples factores que modulan una personalidad durante todos esos años de adolescencia y juventud en los que marcas tus ideales, metas, sueños y esa filosofía de vida que al final de todo te hará ser de una manera u de otra. También personas. Algunas de esas personas tenemos la suerte de tenerlas en directo, "in situ", respirando el mismo aire y marcando con cada palabra y gesto una reacción en nuestra conciencia, un ladrillo más para forjarnos.

Hay otras que te influyen desde fuera. Escritores, periodistas, filósofos, músicos, deportistas, artistas,... Y uno de los que más me han influido sin duda ha sido y es Andrés Montes.

Desde aquellas, frías y solitarias noches de invierno siguiendo la NBA. Haciendo pareja con otro grande e inmenso Antoni Daimiel, consiguiendo que partidos que acaban siendo aburridos o que transcurrían en la monotonía se hicieran entretenidos, divertidos y espirituales. Con una filosofía de la vida asombrosa, porque sí, "la vida puede ser maravillosa" y lo es. Primero aplicada al concepto trascendente, a la personalidad directa, al día a día. Después al deporte donde el espectáculo, el showtime, los "jugones" eran lo importante el hacer especial cada momento, no sólo esas intempestivas horas televisivas sino también cada momento vivido. Montes, era genial en todos y cada uno de sus comentarios. Con sus motes, frases hechas, su entonación característica que incluso con el volumen a cero, se hacían oir en la habitación de mis padres.

Un partido de basket NBA, o de la selección, o un partido de fútbol eran meras excusas para disertar sobre cualquier tema. Desde gastronomía, hasta cine o música, las relaciones de pareja y las bodas, o los centros comerciales. Sus extensos conocimientos cinéfilos y musicales (donde era un gran enamorado de la música negra) nos hacían relamer el paladar y esperar cualquier tipo de recomendación. El humor siempre ha sido su señal de vida y el legado más grande que nos ha dejado, siendo éste el pilar sobre el que cimentó su particular forma de narrar los partidos, desdramatizando las situaciones, persiguiendo el espectáculo, buscando la diversión por autonomasía, la del espectador, la de sus compañeros y la de él mismo. Compañeros enamorados de su forma de ser y ahora huérfanos del padre de un estilo que es legado viviente del bueno de Andrés.

Con el humor y la risa como acompañantes de lujo a sus gafas, su tez morena (o negra como diria él), pajarita y chaleco en ristre y cabeza afeitada un buen puñado de grandes comentarios y momentos inolvidables junto a personajes como Antoni Daimiel con quien formó a mi opinión, la mejor pareja de comentaristas en la historia de la Tv en España. Adoptando a hijos periodísticos y a ex futbolistas como Salinas, Kiko o Valdano. Y también a Epi o Iturriaga con quien desde que el de Bilbao era profesional mantuvo una relación entrañable, de plena amistad y confianza absoluta y que junto al "Indio" de la Cruz nos trajeron el Oro absoluto en el Mundobasket de Japón.

Con Daimiel los momentos sublimes, irreflexivos y surrealistas se sucedían, al igual que con Itu, quien recordo en una ocasión una anécdota de Montes cuando radiaba partidos de Euroliga del Real Madrid por el viejo continente. El hecho fue en Colonia, donde los blancos jugaban ante 4000 espectadores silenciosos y respetuosos con el juego, donde sólo se oían los continúos gritos y énfasis puesto por el periodista en la retransmisión del encuentro para la radio. Sólo se le oía a él y era tal la algarabía que montaba que en un saque de banda que iba a realizar Biriukov (posteriormente con los años fue su representante), le espetó un "pero Montes, quieres dejar de gritar ya, pesao". Éste es un ejemplo de la capacidad y la fortaleza que el a la postre maltrecho corazón de Montes, ponía en cada cosa que hacía, que no sólo le hacía divertir a él, sino a todos los que hemos compartido momentos con él, aunque fueran a través de la pequeña pantalla.

Aprovechando la llegada de los momentos más históricos de la selección nacional y del mejor jugador de la historia, Pau Gasol, con quien como con tantos otros entablo una relación de amistad y admiración mútua. Se ha ido el más grande, una de esas personas que te dejan un modelo, una actitud ante la vida en la que buscar la manera de disfrutar, el placer, el hedonismo, sean los fines, para los que poner los medios y siempre hacerlo con el humor, el respeto y la originalidad.

Aquí dejó algunos momentos impresionantes de para mi un ídolo. Hasta siempre, crack de cracks!!!











Y su despedida:

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...