jueves, 2 de abril de 2009

Cuento de los tres Deseos


Exordio insufrible pero necesario:

Como todos sabemos, las hadas son famosas por otorgar tres deseos. Es cierto que muchos de los afortunados que las han visto padecen de alucinaciones, acompañadas de grandes ingestas de opio y demás sustancias nocivas. Pero no dejaremos que esto nos atemorice. Somos espíritus sensibles, y queremos estar preparados para un posible y alucinatorio encuentro con las hadas.
Antes de entrar en el relato lanzo algunas advertencias para el lector desprevenido:

1) No conviene desear una transformación física (estatura, color de ojos, etc), ya que los beneficios pueden disolverse en desesperación cuando nuestros seres queridos, o nuestras mascotas, no nos reconozcan. Mayores dificultades presenta tener el rostro de Brad Pitt con una foto en el documento que no se corresponde con la de la estrella de Hollywood.
En mi caso, el tema de las mascotas no presenta mayor dificultad, ya que poseo una tortuga; animal prudente y poco demostrativo, cuyo único estímulo consiste en comer carne los sábados sin hacer mayores distinciones de género, es decir; le importa poco y nada si la comida se la doy yo o Brad Pitt. Para ser menos radicales, esperaremos estudios más profundos sobre la psiquis de las tortugas antes arriesgar seriamente nuestra hipótesis.

2) No es aconsejable pedirle a un hada que modifique sensiblemente nuestra dotación viril, ya que podríamos caer en desproporciones poco estéticas. En el caso de que no resistan la tentación de transformarse en sementales, les aconsejo que también le soliciten al hada que agrande las dimensiones de sus corazones, ya que existe la posibilidad de desvanecerse con tanta sangre alojada en la erectio.

3) Mediten bien antes de pedir los tres deseos, no se precipiten ni caigan en absurdos excesos.
Para ilustrar con mayor arte nuestras advertencias, daremos cuenta de un bello relato escrito por Jeanne Marie Le Prince de Beaumont, llamado: El Cuento de los tres deseos.


El Cuento de los tres deseos.

Había una vez un hombre, que no era muy rico, que se casó con una bella mujer. Una noche de invierno, sentados junto al fuego, comentaban la felicidad de sus vecinos que eran más ricos que ellos.

-¡Oh! -decía la mujer- si pudiera disponer de todo lo que yo quisiera, sería muy pronto mucho más feliz que todas estas personas.

-Y yo -dijo el marido-. Me gustaría vivir en el tiempo de las hadas y que hubiera una lo suficientemente buena como para concederme todo lo que yo quisiera.

En ese preciso instante, vieron en su cocina a una dama muy hermosa, que les dijo:

-Soy un hada; prometo concederles las tres primeras cosas que deseen; pero tengan cuidado: después de haber deseado tres cosas, no les concederé nada más.

Cuando el hada desapareció, aquel hombre y aquella mujer se hallaron muy confusos:

-Para mí, que soy el ama de casa -dijo la mujer- sé muy bien cuál sería mi deseo: no lo deseo aún formalmente, pero creo que no hay nada mejor que ser bella, rica y fina.

-Pero, -contestó el marido- aún teniendo todas esas cosas, uno puede estar enfermo, triste o incluso puede morir joven: sería más prudente desear salud, alegría y una larga vida.

-¿De qué serviría una larga vida, si se es pobre? -dijo la mujer-. Eso sólo serviría para ser desgraciado durante más tiempo. En realidad, el hada habría debido prometer concedernos una docena de deseos, pues hay por lo menos una docena de cosas que yo necesitaría.

-Eso es cierto -dijo el marido- pero démonos tiempo, pensemos de aquí a mañana por la mañana, las tres cosas que nos son más necesarias, y luego las pediremos.

-Puedo pensar en ello toda la noche -dijo la mujer- mientras tanto, calentémonos pues hace frío.

Mientras hablaba, la mujer cogió unas tenazas y atizó el fuego; y cuando vio que había bastantes carbones encendidos, dijo sin reflexionar:

-He aquí un buen fuego, me gustaría tener una de morcilla para cenar, podríamos asarla fácilmente.

Tan pronto como terminó de pronunciar esas palabras, cayó una morcilla por la chimenea.

-¡Maldita sea la tragona con su morcilla! -dijo el marido-; no es un hermoso deseo, y sólo nos quedan dos que formular; por lo que a mí respecta, me gustaría que llevaras la morcilla en la punta de la nariz.

Y, al instante, el hombre se percató de que era más tonto aún que su mujer, pues, por ese segundo deseo, la morcilla saltó a la punta de la nariz de aquella pobre mujer que no podía arrancársela.

-¡Qué desgraciada soy! -exclamó- ¡eres un malvado por haber deseado que la morcilla se situara en la punta de mi nariz!

-Te juro, esposa querida, que no he pensado en que pudiera ocurrir -dijo el marido-. ¿Qué podemos hacer? Voy a desear grandes riquezas y te haré un estuche de oro para tapar la morcilla.

-¡Cuídate mucho de hacerlo! -prosiguió la mujer- pues me suicidaría si tuviera que vivir con esta morcilla en mi nariz, te lo aseguro. Sólo nos queda un deseo, cédemelo o me arrojaré por la ventana.

Mientras pronunciaba estas frases corrió a abrir la ventana y su marido, que la amaba, gritó:

-Detente mi querida esposa, te doy permiso para que pidas lo que quieras.

-Muy bien, -dijo la mujer- deseo que esta morcilla caiga al suelo.

Y al instante, la morcilla cayó. La mujer, que era inteligente, dijo a su marido:

-El hada se ha burlado de nosotros, y ha tenido razón. Tal vez hubiéramos sido más desgraciados siendo más ricos de lo que somos en este momento. Créeme, amigo mío, no deseemos nada y tomemos las cosas como Dios tenga a bien mandárnoslas; mientras tanto, comamos la morcilla, puesto que es lo único que nos queda de los tres deseos.

El marido pensó que su mujer tenía razón, y cenaron alegremente, sin volver a preocuparse por las cosas que habrían podido desear.

lunes, 30 de marzo de 2009

Haciéndome un facebook, un tuenti...

Parece mentira que un informático deambule por el siglo XXI sin tener un perfil creado en una red social; pero como la vaguería también es santo y seña de mi personalidad, así estaba yo... Ayer enfrascado en la somnolencia vespertina, el tedio dominguero y el colapso etílico en la boca de mi estómago dedique parte de la misma (antes de salir a seguir privando) a crearme un perfil en facebook, ir añadiendo o encontrando a los amigos y amigas (también a alguna que otra conejita, jeje) e indagar sobre las visicitudes de esta red social... Así se fueron agregando los distintos y distintas, y tendrán que seguir haciendo, amén de encontrar a los que se me están escapando.

Y dentro de esta batalla entre todas las redes sociales, pues resulta que es aconsejable también hacerse un tuenti, y en esas en tratar de sacar tiempo para rellenar los formularios y todo aquello que me piden, y con la titánica tarea de encontrar alguna foto en la que no rompa la cámara. jeje.

Y bueno, contar que otro finde fantástico con los colegas y la noche como aliada. Con David, este guardia civil, jeje, de vacaciones, siendo el estilete de la fiesta, y el jolgorio, y con todos, y digo todos, empeñados en soliviantar a las ajenas, y bañar nuestras gargantas... Qué dure mucho

Por cierto, renovado, y con trabajo hasta finales de julio...

miércoles, 25 de marzo de 2009

El informe Auken contra el ladrillazo


Este jueves próximo 26 de marzo, se votará en el Parlamento Europeo el Informe redactado por la eurodiputada verde danesa Margrete Auken sobre el "frenesí urbanizador" en España. El análisis y las conclusiones de dicho informe es tremendamente crítico con el urbanismo masivo y la especulación inmobiliaria en España. Es la culminación de más de cinco años de trabajo dentro de la institución europea empujado por docenas de miles de personas, de plataformas ciudadanas de denuncia, y de grupos de vecinos afectados por todo el territorio español. Se trata de movimientos y luchas locales en activa denuncia contra los abusos urbanísticos y de defensa de la democracia municipal.

Si finalmente se llegara a aprobar el Informe Auken como es deseable, aunque no tenga efectos ejecutivos inmediatos, lo que es seguro es que sí enviará un claro mensaje político y jurídico a la sociedad y gobiernos centrales, autonómicos y municipales, ya que hace una llamada a las instituciones españolas y a las europeas para que se actúen con toda su fuerza y legitimidad contra la borrachera urbanística que ha sufrido España durante los últimos años, y que además resulta ser una de las causas principales de la dura crisis económica que sufrimos. Si se aprueba este informe, habrán de tomar buena nota del mismo los ayuntamientos, los juzgados, los gobernantes, los legisladores, y hasta la misma Comisión Europea y el Tribunal Europeo de Justicia.

El PP y el PSOE están luchando juntos y a brazo partido en contra de la aprobación del Informe Auken, que ya fue aprobado con una amplia mayoría por la Comisión de Peticiones (por dos-tercios de los eurodiputados). Pero como el PP y el PSOE quieren impedir a toda costa su aprobación definitiva, ahora sacan un "artilugio procedimental" para intentar obstaculizar su votación y aprobación por parte de la cámara parlamentaria mediante la propuesta de una votación previa de unas propias resoluciones alternativas que rebajan y moderan sustancialmente las críticas del Informa Auken, y con ello también se intenta limitar la fuerza y el largo alcance político y jurídico-legal que contiene el texto original del Informe Auken.

¿Por qué el urbanismo español es un asunto europeo?

Aunque la planificación territorial no es en si misma una problemática incorporada en las competencias de la Unión Europea, en cambio si lo es la evaluación ambiental, las condiciones de contratación pública, las condiciones de libre competencia, el blanqueo de capitales, el agua, o la protección de los hábitats naturales. Todas estas son áreas de legislación europea que afectan de lleno al urbanismo de una manera o de otra. Son muchos los ciudadanos y ciudadanas que han acudido a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo para denunciar la vulneración de diferentes normativas de la ley y del derecho europeo comunitario. Además, también el Derecho de Petición Ciudadana está reconocido en el Tratado de la Unión Europea, y precisamente han sido las muchas peticiones ciudadanas firmadas por miles de españoles europeos las que han servido de base informativa esencial para la elaboración del Informe Auken.

¿Por qué se afirma en el Informe Auken que se viola el derecho humano fundamental de la propiedad privada?

El hecho de que un pequeño propietario se vea imperativamente obligado a participar en un proyecto de urbanización, lo quiera o no, o a pagar unas tasas de urbanización muy abusivas bajo el supuesto argumento de un "interés público" que realmente nunca se justifica, pone a la ciudadanía en situaciones de arbitraria indefensión en las que se limita radicalmente los derechos básicos a la propiedad reconocidos por las leyes. A pesar de que legalmente se establece que solo en caso de excepcionalidad pueden ser limitados estos derechos para someterse a otros fines y objetivos sociales considerados de primer orden, está claro que los campos de golf y el negocio de las urbanizaciones masivas no entran en esta categoría de objetivos sociales o de interés común. Como ha indicado José Antonio Tardio Pato, profesor de la Universidad Miguel Hernández, en su libro: "La Gestión Urbanística en el Derecho de la Unión Europea":

"... en relación con la garantía del derecho a la propiedad, creemos haber justificado argumentalmente que el sistema de agente urbanizador de la legislación valenciana, que sustituye forzosamente al propietario por el agente urbanizador en la gestión urbanística, lesiona del derecho fundamental de propiedad."

¿Por qué afirma el Informe Auken que hay muchos casos de corrupción y que la justicia española no ha respondido bien a los abusos urbanísticos?

Es de sobra conocido para cualquier lector de la prensa diaria el hecho de que "la fiebre urbanizadora" se acompaña a menudo de la corrupción urbanística, una grave lacra presente en la gestión de los Ayuntamientos de muchas partes de España, y que afecta a centenares de municipios. La justicia española, se ha mostrado hasta ahora incapaz de tratar con eficacia y premura la inmensa mayoría de los casos de las violaciones legales y de los abusos urbanísticos cometidos. Los trámites legales son lentísimos, carísimos, y tortuosos, y no suelen llegar a entrar en el fondo de las demandas y denuncias, quedándose tan solo en cuestiones secundarias y superficiales de forma y procedimiento. Los jueces casi nunca actúan con medidas cautelares de paralización de las obras antes del dictamen de las sentencias para con ello poder frenar o evitar la destrucción irreversible del territorio y los ecosistemas vivientes. Las sentencias judiciales condenatorias, si es que finalmente llegan, casi siempre lo hacen cuando el mal está hecho, es irreversible, y no tiene ya remedio.

lunes, 23 de marzo de 2009

Lejos


Kilómetros son barreras en las que lastrar la felicidad. Excusas baratas para no encontrar el sueño; para no completar el círculo. Queremos dibujarla circunferencia de nuestra vida, hacerlo completo, íntegro y propio y acobardados dejamos la tarea sin llegar a romperse la punta del lápiz. Encontrar en la letanía de los tiempos muertos por el horror una mirada cómplice, una palabra de amor es un sueño y a la vez una daga clavada en el espíritu. Sin conocernos el timbre de la voz, o la calidez de nuestras palabras, nuestras manos, el juego de caricias... nos amamos por perfección.

En la escala de la felicidad la suposición de agarrar tu belleza, ponerla a la altura de mis ojos y susurrarte que te quiero y me respondes, marcaría un 10. El dolor más extremo es insoportable ante la incerteza. Viajar por caminos que no conducen a tus besos, son torturas movidas por la avaricia y la lujuria que calman mis deseos carnales, pero enviolentan mi corazón. Corazón ajado por palabras indoloras que resquebrajaban mi alma, cerraban mis ojos para abrirlos vidriosos y mostraban negatividad, incluso rodeado de belleza... Las sinuosas pieles, vestidas solo por velos, enbaucaron armadas de sonrisas, caricias y armas, pero desbordados mis sentidos, viciada por sus caricias mi conciencia, era su crueldad la que borraba cualquier atisbo de alegría en el horizonte, para sumergir en lúgubre oscuridad mi existencia tan sólo abrazado mi cuerpo desnudo, por el atroz viento y su aullido de terror.

Pero ahora sé que existe la perfección asociado al nombre de una mujer. Soñar, imaginar, con un amor imperecedero en tiempos de desecho. Y volver a reir, a llorar. Que nuestras manos juegen; los dedos se deslicen, las caricias y los besos recorran cada centímetro de nuestra piel; que las lenguas batallen en mayor deseo. No voy a escribir en papel, o sobre un teclado los detalles con los que seremos eternos, aunque ya lo somos en nuestra imaginación sin habernos visto... Vivimos en nuestros sueños, en una imaginación valiente dentro de espíritus cobardes... Camino convencido de tenerte a mi lado sería el reflejo de mi vida perfecta, de nuestra felicidad exponenciada, de la relevancia del momento; Darías color a mi vida con unos lapiceros que jamás se gastarían. El destino cruel y necesario barajo las cartas y nos sitúo lejos, pero vivimos cerca...

lunes, 16 de marzo de 2009

Tripas


A continuación un relato breve de Chuck Palahniuk, autor conocido sobretodo por su novela llevada al cine por David Fincher, El Club de la lucha. El siguiente relato esta inmerso en la novela Fantasmas, que narran los problemas que un grupo de supuestos escritores tienen para ver publicadas sus obras, sólo por no tener un gran "patrocionador" o mecenas; así deciden introducirse en un retiro para autores noveles, que no resulta tan bucólico como esperaban, y en el que carecen tanto de medios de subsistencia básicos como de total libertad. La acción transcurre entre las peripecias de los escritores y los relatos que cada uno de ellos va desarrollando en el tiempo de "retiro". Los elementos de miedo, terror, crudeza y la fantasía se van mezclando en la acción principal y en los cuentos de los protagonistas, que cada vez se vuelven más oscuros por como las condiciones de vida que ellos mismos están pasando.

Palahniuk, es el escritor más destacado por talento y seguimiento de la llamada Generación X, y su ácida y mordaz crítica, así como su esplendorosa imaginación e inagotable capacidad de impacto le hacen ser uno de los literatos actuales más seguidos, tanto en las librerías como en Internet.

Os dejo ya, con un relato más que impactante... Tripas:

"Tomen aire.

Tomen tanto aire como puedan. Esta historia debería durar el tiempo que logren retener el aliento, y después un poco más. Así que escuchen tan rápido como les sea posible.

Cuando tenía trece años, un amigo mío escuchó hablar del “pegging”. Esto es cuando a un tipo le meten un pito por el culo. Si se estimula la próstata lo suficientemente fuerte, el rumor dice que se logran explosivos orgasmos sin manos. A esa edad, este amigo es un pequeño maníaco sexual. Siempre está buscando una manera mejor de estar al palo. Se va a comprar una zanahoria y un poco de jalea para llevar a cabo una pequeña investigación personal. Después se imagina cómo se va a ver la situación en la caja del supermercado, la zanahoria solitaria y la jalea moviéndose sobre la cinta de goma. Todos los empleados en fila, observando. Todos viendo la gran noche que ha planeado.

Entonces mi amigo compra leche y huevos y azúcar y una zanahoria, todos los ingredientes para una tarta de zanahorias. Y vaselina.

Como si se fuera a casa a meterse una tarta de zanahorias por el culo.

En casa, talla la zanahoria hasta convertirla en una contundente herramienta. La unta con grasa y se la mete en el culo. Entonces, nada. Ningún orgasmo. Nada pasa, salvo que duele.

Entonces la madre del chico grita que es hora de la cena. Le dice que baje inmediatamente.

El se saca la zanahoria y entierra esa cosa resbaladiza y mugrienta entre la ropa sucia debajo de su cama.

Después de la cena va a buscar la zanahoria, pero ya no está allí. Mientras cenaba, su madre juntó toda la ropa sucia para lavarla. De ninguna manera podía encontrar la zanahoria, cuidadosamente tallada con un cuchillo de su cocina, todavía brillante de lubricante y apestosa.

Mi amigo espera meses bajo una nube oscura, esperando que sus padres lo confronten. Y nunca lo hacen. Nunca. Incluso ahora, que ha crecido, esa zanahoria invisible cuelga sobre cada cena de Navidad, cada fiesta de cumpleaños. Cada búsqueda de huevos de Pascua con sus hijos, los nietos de sus padres, esa zanahoria fantasma se cierne sobre ellos. Ese algo demasiado espantoso para ser nombrado.

Los franceses tienen una frase: “ingenio de escalera”. En francés, esprit de l’escalier. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la respuesta, pero es demasiado tarde. Digamos que usted está en una fiesta y alguien lo insulta. Bajo presión, con todos mirando, usted dice algo tonto. Pero cuando se va de la fiesta, cuando baja la escalera, entonces, la magia. A usted se le ocurre la frase perfecta que debería haber dicho. La perfecta réplica humillante. Ese es el espíritu de la escalera.

El problema es que los franceses no tienen una definición para las cosas estúpidas que uno realmente dice cuando está bajo presión. Esas cosas estúpidas y desesperadas que uno en verdad piensa o hace.

Algunas bajezas no tienen nombre. De algunas bajezas ni siquiera se puede hablar.

Mirando atrás, muchos psiquiatras expertos en jóvenes y psicopedagogos ahora dicen que el último pico en la ola de suicidios adolescentes era de chicos que trataban de asfixiarse mientras se masturbaban. Sus padres los encontraban, una toalla alrededor del cuello, atada al ropero de la habitación, el chico muerto. Esperma por todas partes. Por supuesto, los padres limpiaban todo. Le ponían pantalones al chico. Hacían que se viera… mejor. Intencional, al menos. Un típico triste suicidio adolescente.

Otro amigo mío, un chico de la escuela con su hermano mayor en la Marina, contaba que los tipos en Medio Oriente se masturban distinto a como lo hacemos nosotros. Su hermano estaba estacionado en un país de camellos donde los mercados públicos venden lo que podrían ser elegantes cortapapeles. Cada herramienta es una delgada vara de plata lustrada o latón, quizá tan larga como una mano, con una gran punta, a veces una gran bola de metal o el tipo de mango refinado que se puede encontrar en una espada. Este hermano en la Marina decía que los árabes se ponen al palo y después se insertan esta vara de metal dentro de todo el largo de su erección. Y se masturban con la vara adentro, y eso hace que masturbarse sea mucho mejor. Más intenso.

Es el tipo de hermano mayor que viaja por el mundo y manda a casa dichos franceses, dichos rusos, útiles sugerencias para masturbarse. Después de esto, un día el hermano menor falta a la escuela. Esa noche llama para pedirme que le lleve los deberes de las próximas semanas. Porque está en el hospital.

Tiene que compartir la habitación con viejos que se atienden por sus tripas. Dice que todos tienen que compartir la misma televisión. Su única privacidad es una cortina. Sus padres no lo visitan. Por teléfono, dice que sus padres ahora mismo podrían matar al hermano mayor que está en la Marina.

También dice que el día anterior estaba un poco drogado. En casa, en su habitación, estaba tirado en la cama, con una vela encendida y hojeando revistas porno, preparado para masturbarse. Todo esto después de escuchar la historia del hermano en la Marina. Esa referencia útil acerca de cómo se masturban los árabes. El chico mira alrededor para encontrar algo que podría ayudarlo. Un bolígrafo es demasiado grande. Un lápiz, demasiado grande y duro. Pero cuando la punta de la vela gotea, se logra una delgada y suave arista de cera. La frota y la moldea entre las palmas de sus manos. Larga y suave y delgada.

Drogado y caliente, se la introduce dentro, más y más profundo en la uretra. Con un gran resto de cera todavía asomándose, se pone a trabajar.

Aun ahora, dice que los árabes son muy astutos. Que reinventaron por completo la masturbación. Acostado en la cama, la cosa se pone tan buena que el chico no puede controlar el camino de la cera. Está a punto de lograrlo cuando la cera ya no se asoma fuera de su erección.

La delgada vara de cera se ha quedado dentro. Por completo. Tan adentro que no puede sentir su presencia en la uretra.

Desde abajo, su madre grita que es hora de la cena. Dice que tiene que bajar de inmediato. El chico de la cera y el chico de la zanahoria son personas diferentes, pero tienen vidas muy parecidas.

Después de la cena, al chico le empiezan a doler las tripas. Es cera, así que se imagina que se derretirá adentro y la meará. Ahora le duele la espalda. Los riñones. No puede pararse derecho.

El chico está hablando por teléfono desde su cama de hospital, y de fondo se pueden escuchar campanadas y gente gritando. Programas de juegos en televisión.

Las radiografías muestran la verdad, algo largo y delgado, doblado dentro de su vejiga. Esta larga y delgada V dentro suyo está almacenando todos los minerales de su orina. Se está poniendo más grande y dura, cubierta con cristales de calcio, golpea y desgarra las suaves paredes de su vejiga, obturando la salida de su orina. Sus riñones están trabados. Lo poco que gotea de su pene está rojo de sangre.

El chico y sus padres, toda la familia mirando las radiografías con el médico y las enfermeras parados allí, la gran V de cera brillando para que todos la vean: tiene que decir la verdad. La forma en que se masturban los árabes. Lo que le escribió su hermano en la Marina. En el teléfono, ahora, se pone a llorar.

Pagaron la operación de vejiga con el dinero ahorrado para la universidad. Un error estúpido, y ahora jamás será abogado. Meterse cosas adentro. Meterse dentro de cosas. Una vela en la pija o la cabeza en una horca, sabíamos que serían problemas grandes.

A lo que me metió en problemas a mí lo llamo “Bucear por perlas”. Esto significaba masturbarse bajo el agua, sentado en el fondo de la profunda piscina de mis padres. Respiraba hondo, con una patada me iba al fondo y me deshacía de mis shorts. Me quedaba sentado en el fondo dos, tres, cuatro minutos.

Sólo por masturbarme tenía una gran capacidad pulmonar. Si hubiera tenido una casa para mí solo, lo habría hecho durante tardes enteras.

Cuando finalmente terminaba de bombear, el esperma colgaba sobre mí en grandes gordos globos lechosos.

Después había más buceo, para recolectarla y limpiar cada resto con una toalla. Por eso se llamaba “bucear por perlas”. Aun con el cloro, me preocupaba mi hermana. O, por Dios, mi madre.

Ese solía ser mi mayor miedo en el mundo: que mi hermana adolescente virgen pensara que estaba engordando y diera a luz a un bebé de dos cabezas retardado. Las dos cabezas me mirarían a mí. A mí, el padre y el tío. Pero al final, lo que te preocupa nunca es lo que te atrapa.

La mejor parte de bucear por perlas era el tubo para el filtro de la pileta y la bomba de circulación. La mejor parte era desnudarse y sentarse allí.

Como dicen los franceses, ¿a quién no le gusta que le chupen el culo? De todos modos, en un minuto se pasa de ser un chico masturbándose a un chico que nunca será abogado.

En un minuto estoy acomodado en el fondo de la piscina, y el cielo ondula, celeste, através de un metro y medio de agua sobre mi cabeza. El mundo está silencioso salvo por el latido del corazón en mis oídos. Los shorts amarillos están alrededor de mi cuello por seguridad, por si aparece un amigo, un vecino o cualquiera preguntando por qué falté al entrenamiento de fútbol. Siento la continua chupada del tubo de la pileta, y estoy meneando mi culo blanco y flaco sobre esa sensación. Tengo aire suficiente y la pija en la mano. Mis padres se fueron a trabajar y mi hermana tiene clase de ballet. Se supone que no habrá nadie en casa durante horas.

Mi mano me lleva casi al punto de acabar, y paro. Nado hacia la superficie para tomar aire. Vuelvo a bajar y me siento en el fondo. Hago esto una y otra vez.

Debe ser por esto que las chicas quieren sentarse sobre tu cara. La succión es como una descarga que nunca se detiene. Con la pija dura, mientras me chupan el culo, no necesito aire. El corazón late en los oídos, me quedo abajo hasta que brillantes estrellas de luz se deslizan alrededor de mis ojos. Mis piernas estiradas, la parte de atrás de las rodillas rozando fuerte el fondo de concreto. Los dedos de los pies se vuelven azules, los dedos de los pies y las manos arrugados por estar tanto tiempo en el agua.

Y después dejo que suceda. Los grandes globos blancos se sueltan. Las perlas. Entonces necesito aire. Pero cuando intento dar una patada para elevarme, no puedo. No puedo sacar los pies. Mi culo está atrapado.

Los paramédicos de emergencias dirán que cada año cerca de 150 personas se quedan atascadas de este modo, chupadas por la bomba de circulación. Queda atrapado el pelo largo, o el culo, y se ahoga. Cada año, cantidad de gente se ahoga. La mayoría en Florida.

Sólo que la gente no habla del tema. Ni siquiera los franceses hablan acerca de todo. Con una rodilla arriba y un pie debajo de mi cuerpo, logro medio incorporarme cuando siento el tirón en mi culo. Con el pie pateo el fondo. Me estoy liberando pero al no tocar el concreto tampoco llego al aire. Todavía pateando bajo el agua, revoleando los brazos, estoy a medio camino de la superficie pero no llego más arriba. Los latidos en mi cabeza son fuertes y rápidos.

Con chispas de luz brillante cruzando ante mis ojos me doy vuelta para mirar… pero no tiene sentido. Esta soga gruesa, una especie de serpiente azul blancuzca trenzada con venas, ha salido del desagüe y está agarrada a mi culo. Algunas de las venas gotean rojo, sangre roja que parece negra bajo el agua y se desprende de pequeños rasguños en la pálida piel de la serpiente. La sangre se disemina, desaparece en el agua, y bajo la piel delgada azul blancuzca de la serpiente se pueden ver restos de una comida a medio digerir.

Esa es la única forma en que tiene sentido. Algún horrible monstruo marino, una serpiente del mar, algo que nunca vio la luz del día, se ha estado escondido en el oscuro fondo del desagüe de la pileta, y quiere comerme.

Así que la pateo, pateo su piel resbalosa y gomosa y llena de venas, pero cada vez sale más del desagüe. Ahora quizá sea tan larga como mi pierna, pero aún me retiene el culo. Con otra patada estoy a unos dos centímetros de lograr tomar aire. Todavía sintiendo que la serpiente tira de mi culo, estoy a un centímetro de escapar.

Dentro de la serpiente se pueden ver granos de maíz y maníes. Se puede ver una brillante bola anaranjada. Es la vitamina para caballos que mi padre me hace tomar para que gane peso. Para que consiga una beca gracias al fútbol. Con hierro extra y ácidos grasos omega tres. Ver esa pastilla me salva la vida.

No es una serpiente. Es mi largo intestino, mi colon, arrancado de mi cuerpo. Lo que los doctores llaman prolapso. Mis tripas chupadas por el desagüe.

Los paramédicos dirán que una bomba de agua de piscina larga 360 litros de agua por minuto. Eso son unos 200 kilos de presión. El gran problema es que por dentro estamos interconectados. Nuestro culo es sólo la parte final de nuestra boca. Si me suelto, la bomba sigue trabajando, desenredando mis entrañas hasta llegar a mi boca. Imaginen cagar 200 kilos de mierda y podrán apreciar cómo eso puede destrozarte.

Lo que puedo decir es que las entrañas no sienten mucho dolor. No de la misma manera que duele la piel. Los doctores llaman materia fecal a lo que uno digiere. Más arriba es chyme, bolsones de una mugre delgada y corrediza decorada con maíz, maníes y arvejas.

Eso es la sopa de sangre y maíz, mierda y esperma y maníes que flota a mi alrededor. Aún con mis tripas saliendo del culo, conmigo sosteniendo lo que queda, aún entonces mi prioridad era volver a ponerme el short. Dios no permita que mis padres me vean la pija.

Una de mis manos está apretada en un puño alrededor de mi culo, la otra arranca el short amarillo del cuello. Pero ponérmelos es imposible.

Si quieren saber cómo se sienten los intestinos, compren uno de esos condones de piel de cabra. Saquen y desenrrollen uno. Llénenlo con mantequilla de maní, cúbranlo con lubricante y sosténganlo bajo el agua. Después traten de rasgarlo. Traten de abrirlo en dos. Es demasiado duro y gomoso. Es tan resbaladizo que no se puede sostener. Un condón de piel de cabra, eso es un intestino común.

Ven contra lo que estoy luchando.

Si me dejo ir por un segundo, me destripo.

Si nado hacia la superficie para buscar una bocanada de aire, me destripo.

Si no nado, me ahogo.

Es una decisión entre morir ya mismo o dentro de un minuto. Lo que mis padres encontrarán cuando vuelvan del trabajo es un gran feto desnudo, acurrucado sobre sí mismo. Flotando en el agua sucia de la piscina del patio. Sostenido por atrás por una gruesa cuerda de venas y tripas retorcidas. El opuesto de un adolescente que se ahorca cuando se masturba. Este es el bebé que trajeron del hospital trece años atrás. Este es el chico para el que deseaban una beca deportiva y un título universitario. El que los cuidaría cuando fueran viejos. Aquí está el que encarnaba todas sus esperanzas y sueños. Flotando, desnudo y muerto. Todo alrededor, grandes lechosas perlas de esperma desperdiciada.

Eso, o mis padres me encontrarán envuelto en una toalla ensangrentada, desmayado a medio camino entre la piscina y el teléfono de la cocina, mis desgarradas entrañas todavía colgando de la pierna de mis shorts amarillos. Algo de lo que ni los franceses hablarían.

Ese hermano mayor en la Marina nos enseñó otra buena frase. Rusa. Cuando nosotros decimos: “Necesito eso como necesito un agujero en la cabeza”, los rusos dicen: “Necesito eso como necesito un diente en el culo”. Mne eto nado kak zuby v zadnitse. Esas historias sobre cómo los animales capturados por una trampa se mastican su propia pierna; cualquier coyote puede decir que un par de mordiscos son mucho mejores que morir.

Mierda… aunque seas ruso, algún día podrías querer esos dientes. De otra manera, lo que tenés que hacer es retorcerte, dar vueltas. Enganchar un codo detrás de la rodilla y tirar de esa pierna hasta la cara. Morder tu propio culo. Uno se queda sin aire y mordería cualquier cosa con tal de volver a respirar.

No es algo que te gustaría contarle a una chica en la primera cita. No si querés besarla antes de ir a dormir. Si les cuento qué gusto tenía, nunca nunca volverían a comer calamares.

Es difícil decir qué les disgustó más a mis padres: cómo me metí en el problema o cómo me salvé. Después del hospital, mi madre dijo: “No sabías lo que hacías, amor. Estabas en shock”. Y aprendió a cocinar huevos pasados por agua.

Toda esa gente asqueada o que me tiene lástima… la necesito como necesito dientes en el culo.

Hoy en día, la gente me dice que soy demasiado delgado. En las cenas, la gente se queda silenciosa o se enoja cuando no como la carne asada que prepararon. La carne asada me mata. El jamón cocido. Todo lo que se queda en mis entrañas durante más de un par de horas sale siendo todavía comida. Chauchas o atún en lata, me levanto y me los encuentro allí en el inodoro.

Después de sufrir una disección radical de los intestinos, la carne no se digiere muy bien. La mayoría de la gente tiene un metro y medio de intestino grueso. Yo tengo la suerte de conservar mis quince centímetros. Así que nunca obtuve una beca deportiva, ni un título. Mis dos amigos, el chico de la cera y el de la zanahoria, crecieron, se pusieron grandotes, pero yo nunca llegué a pesar un kilo más de lo que pesaba cuando tenía trece años. Otro gran problema es que mis padres pagaron un montón de dinero por esa piscina. Al final mi padre le dijo al tipo de la piscina que fue el perro. El perro de la familia se cayó al agua y se ahogó. El cuerpo muerto quedó atrapado en el desagüe. Aun cuando el tipo que vino a arreglar la piscina abrío el filtro y sacó un tubo gomoso, un aguachento resto de intestino con una gran píldora naranja de vitaminas aún dentro, mi padre sólo dijo: “Ese maldito perro estaba loco”. Desde la ventana de mi pieza en el primer piso podía escuchar a mi papá decir: “No se podía confiar un segundo en ese perro…”.

Después mi hermana tuvo un atraso en su período menstrual.

Aun cuando cambiaron el agua de la pileta, aun después de que vendieron la casa y nos mudamos a otro estado, aun después del aborto de mi hermana, ni siquiera entonces mis padres volvieron a mencionarlo.

Esa es nuestra zanahoria invisible.

Ustedes, tomen aire ahora.

Yo todavía no lo hice."

domingo, 15 de marzo de 2009

Fluidez temporal

Estas semanas transcurren con alegría, levedad e incluso rapidez. El devenir de los días, inmerso en las rutinas de una vida proletaria y también por qué no decirlo útil, son centellas en un cielo negro, que dan la luz suficiente para iluminar mi sonrisa. Trabajar, seguir conociendo gente, personas, adquiriendo experiencias personales y profesionales, saber más de varios temas, principalmente sobre informática, alimentan mis ansías en el puesto de trabajo, y aunque sigo en la angustía de no saber que pasará el día 26, dentro de 2 semanas, sigo estando entusiasmado con la posibilidad de tener la estabilidad suficiente, en un "buen" trabajo para completar mi vida.

Los horarios, el ambiente, la labor, el material, los compañeros y compañeras, la estructura, los manuales, las guías, la programación, las pruebas, compilaciones... son sucesos nuevos que han disfrazado mi rutina dándole color, forma e incluso sabor y que espero y confío no tenga una fecha final a la vista. Creo que conseguiré por lo menos cumplir este primer contrato de 6 meses y puestos a soñar..., pero entre la crisis, mi habitual pesimismo, mi no menos cotidiana vehemencia y sentido crítico que acostumbro a exponer en los peores momentos, jeje, y también una fortuna esquiva me hace no confiar absolutamente en esa posibilidad y sigo contando los días para salir de esta incertidumbre que también es mortal. Lo dicho espero poder continuar, para no volver a caer en los lodos que todavía dejan barro fresco sobre mi piel.

Y con esta brevedad en los días de la semana, los findes llegan sin solución ni remedio, y en todos ellos encuentro acontecimientos, ocio y relevancia que hacen maximizar cada minuto de tiempo libre. Y este último pues claro, no ha sido una excepción. Y con esta gente de fiesta la risa, el katxondeo, las necesarias dosis de opiáceos vitales, gratuitos y de libre acceso, se han hecho intensas y han borrado todo conato de melancolía, tristeza u odio. Así viajando por los bares en la nocturnidad salmantina uno degusta pinchos, cata cervezas y sidras, e incluso llega a vislumbrar sonrisas, miradas y cuerpos que se arriman perturbando todos y cada uno de mis sentidos, ya se han provinientes de camareras espectaculares, niñas gallegas o jugadoras profesionales de baloncesto.

Y es que en ese peregrinar, en esa ruta "xacobea" del alcohol y la horterada musical, volvimos a visitar el Torero, con suerte de que en nuestra esquina final, disfrutaban del ambiente, gran parte de nuestro Perfumerías Avenida tras la victoria vespertina en liga. Y sin vergüenza me dirigí a ellas, sólo con intención de saludarlas, recompensarlas por su entrega y espectáculo. Isa Sánchez, muy jovial, me recibió y nos reímos juntos de las "hostias" que se llevo en la tarde, la liviana Paula Palomares o de aquella técnica a José Ignacio, cuando la andaluza jugaba en León. No menos simpática fue Stampalija que se descojono con mi imitación de su posteo en la zona, fue cordial con Dani y conmigo, nos dió la primicia y además mostro un encanto muy especial. Y entre ambas, salude a Gunta Basko. La letona fue agradecida, muy simpática, y después de felicitarle por su completo juego, fue ella la que me sorprendió al sacar su cámara de fotos, y querer que me hiciera una foto con ella (joder, se supone que la famosa era ella, jeje). Miguel fue el retratista y la lástima fue que se me escapara "viva" sin darme un msn, un tuenti o un facebock... (¡cómo te pille!)

Y la noche del sábado continúo con la risa, el alcohol regando nuestras vidas, en una catarsis del cuerpo y la mente, en el que el espíritu se eleva en esas "batallas" con las féminas. Siempre serán recordadas. Ya el domingo pues ese agradable paseo por el centro con Dani, Raúl y su chica también una buena manera de dispersar nuestros entes y prepararnos para coger con fuerza una nueva rutina semanal.

En fin, que ya lo he dicho alguna vez, pero llevo una época en la que cada salida nocturna tiene sus grandes motivos de recordatorio. Qué dure así mucho tiempo.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...