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lunes, 24 de enero de 2011

Los prosistema


Utilizando esta crisis que ellos mismos han provocado, quieren privatizar los servicios públicos para mercantilizar la sanidad, la educación y todo lo que se ponga por delante. No tienen ningún inconveniente en denigrar a los empleados públicos.

A raíz de la agresión al consejero de Cultura, agresión absolutamente condenable sin paliativos como cualquier acto de este tipo, y de la detención de una persona que ha sido catalogada de ´antisistema´, a la que se ha agredido en otro orden en su dignidad como persona —agresión que también hay que condenar sin ningún ´pero´ y con firmeza democrática y moral— quisiera reflexionar sobre los ´pro sistema´. Es llamativo que siempre se hable de los antisistema y se haga de una manera peyorativa y casi siempre vinculándolos a la violencia. Este simplismo, además de falso es interesado, porque se pretende desprestigiar a muchísimos colectivos y personas que nos declaramos en contra del capitalismo; por tanto, somos antisistema y queremos un mundo distinto, bastante distinto al que tenemos.

Los prosistema están destruyendo nuestro planeta, que si no se cambia de rumbo, tiene los días contados. Nuestro planeta no aguanta esta actividad productiva y consumista que sólo sirve para enriquecer a una minoría.

Los prosistema están destruyendo la vida de muchas personas en aras al máximo beneficio. En nuestro planeta mueren de hambre al día 70.000 personas, de las cuales unos 35.000 son niños; hay 1.100 millones de hambrientos en le mundo; son mil millones los desempleados en el mundo; hay 3.000 millones de personas que carecen de acceso a servicios sanitarios mínimos; trece millones de personas mueren al año en el mundo debido al deterioro del medio ambiente y el cambio climático…

Los prosistema defienden una economía financiera especulativa, que ha supuesto empobrecimiento, despidos y una deuda privada de los bancos y cajas que los Gobiernos no sólo han permitido, sino que han sido cómplices, y la han pagado de las arcas del Estado, generando una deuda pública que tiene que ser pagada destruyendo el modelo basado en la sociedad de bienestar.

Los prosistema, utilizando esta crisis que ellos mismos han provocado, quieren privatizar los servicios públicos para mercantilizar la sanidad, la educación y todo lo que se ponga por delante. No tienen ningún inconveniente en denigrar la figura de los empleados públicos.

Los prosistema defienden el despido libre y el trabajo en condiciones inhumanas. Echan a las familias a la calle en procesos judiciales de desahucios y, si se lo impiden, amenazan con retirarles sus hijos y mandar a los antidisturbios.

Los prosistemas fomentan y justifican la corrupción, el todo vale y sus grandes sueldos y privilegios. Después, cuando abandonan sus cargos, tienen algunos cuantiosas extras que les paga alguna empresa privada como asesores, mientras ellos claman a los cuatro vientos que hay que trabajar más y ganar menos para ser competitivos.

Los prosistema son muy educados. Visten bien, hablan tranquilos y con serenidad, pronuncian las ´eses´, tienen siempre la conciencia tranquila, no les tiembla el pulso para tomar medidas que destruyen a las personas, las familias y la naturaleza. Y, siempre, terminan con un mensaje de esperanza y prosperidad.

En definitiva, los prosistema generan una violencia inusitada. Su capacidad de destrucción no tiene límite. Y como se suele decir: que Dios nos pille confesados, porque los prosistema están amparados por todos los poderes, pero, a pesar de ello, los antisistema seguiremos luchando por ese otro mundo posible que pone a las personas por encima de la economía.

sábado, 21 de agosto de 2010

La Catastrofe perfecta



Extractos y reflexiones sobre el libro La Catástrofe perfecta, de Ignacio Ramonet sobre como la deriva neo-con, ultraconservadora y de libre mercado nos ha llevado a la situación actual, con posibles soluciones, causas probables y consecuencias futuras.

LA CATÁSTROFE PERFECTA

Ignacio Ramonet

¿Acaso es casual que el 6 de diciembre de 2008 la juventud griega haya ocupado las calles de las principales ciudades al grito de “Balas para los jóvenes / dinero para los bancos”, protestando contra la muerte de un adolescente asesinado por las fuerzas de la policía? En este país alcanzado de lleno por la crisis actual, donde –como en otros estados de la Unión Europea- las privatizaciones golpean a los trabajadores del sector público, donde los funcionarios son víctimas de reducciones presupuestarias drásticas, donde la universidad, el sistema de pensiones y de salud están amenazados por la privatización y donde los salarios siguen estando congelados, los enfurecidos jóvenes griegos expresaron su hartazgo frente a un modelo económico y social que un profesor denunciaba en estos términos :”Estamos hartos del deterioro de nuestras vidas”. Puesto que este mismo modelo está funcionando en el resto de la Unión Europea, ¿podemos descartar que se reproduzcan las protestas en otros países?

El sentimiento nacional de Estados Unidos –explica Moisés Naím, director de la revista Foreign Policy- es de linchamiento hacia “los ladrones de Wall Street” y de rechazo “a los inmigrantes que nos quitan el trabajo, las multinacionales que exportan nuestros empleos a la India, los ricos que pagan pocos impuestos”.

La crisis será larga. Se producirán inmensos sufrimientos sociales, que no deben ser en vano. Por eso, no habría que “desaprovechar” esta “ocasión”, sino aprovechar el impacto para finalmente cambiar un sistema económico internacional y un modelo de desarrollo desiguales y obsoletos. Y redundarlos sobre bases más justas, más solidarias y más democráticas.

¿Hacía una pesadilla social?

Donde la crisis golpea con mayor dureza es en el sector inmobiliario. En el Reino Unido, en Irlanda y España, por ejemplo, millones de pisos y casas ya no encuentran comprador. Los precios de las viviendas están a la baja. Los de los terrenos construibles también. El aumento de los créditos inmobiliarios, así como los temores de una recesión, sumergen a todo el sector en una espiral infernal, que provoca efectos arrasadores en el conjunto de la industria de la construcción. Todas las empresas de esta rama se encuentran en el ojo del huracán. Se destruyen miles de empleos.

Así, la crisis financiera se transforma en crisis social, provocando el resurgimiento de políticas autoritarias. Varios gobiernos europeos, por ejemplo, ya proclaman su voluntad de favorecer el regreso a sus países de miles de trabajadores extranjeros, apoyándose en la “directiva retorno”, votada por el Parlamento Europeo el 18 de junio de 2008.

No ignoran que la protesta y el saqueo suelen ser respuestas proletarias al descenso del poder adquisitivo. El mundo se encamina hacia su peor pesadilla económica y social.

Para salvar a los bancos, los jefes de Estado de los países más ricos fueron capaces de organizar varias cumbres en pocos meses y de movilizar más de 2’3 billones de euros. Pero ¿qué se hizo para salvar a la mitad de la humanidad que vive en la pobreza? Prácticamente nada. Sin embargo, según las Naciones Unidas, con una suma 50 veces menor, se podría abastecer de agua potable, alimentación equilibrada, servicios de salud y educación elemental a cada habitante de nuestro planeta.

Hayek y el “Estado Mínimo”

El austriaco Friedrich von Hayek es mucho más ideólogo. Es el verdadero pensador, el profeta de los neoliberales. Critica toda forma de regulación de la economía con el pretexto que está sería demasiado compleja como para pretender organizarla. Defiende una concepción mínima del Estado, una “democracia limitada”, y preconiza la supresión de las intervenciones sociales y económicas públicas. Su objetivo principal: derribar el “Estado providencia”.

Su concepto de “Estado mínimo”, desprovisto de todo poder de intervención económica, y su idea del “mercado que siempre tiene razón”, cuya “autorregulación espontánea” no debe ser planificada (apología del “laissez faire”), se convirtieron, durante 3 décadas, en los pilares de un dogma cuasi religioso para los neoliberales. Una “Verdad Única” en materia de economía.

Hayek consideraba que el “Estado mínimo” permitía escapar al poder de la clase media. La cual, según él, controla el proceso democrático con el fin de obtener la redistribución de las riquezas en su propio favor por medio de la fiscalidad. Otra tesis de Hayek: el Estado no debe garantizar, en nombre de la “justicia social”, la redistribución de la riqueza.

En sus dos obras más conocidas, Camino de servidumbre (1944) y Los fundamentos de la libertad (1960), Hayek expuso su programa: desregular, privatizar, limitar la democracia, suprimir las subvenciones para la vivienda y el control de los alquileres, disminuir los seguros de desempleo, reducir los gastos de la seguridad social y, por último, quebrar el poder sindical. Llegará hasta el punto de proponer, en 1976, la desnacionalización de la moneda, es decir, la privatización de los bancos centrales para someter la creación monetaria a los mecanismos del mercado…

Estas ideas terminaron imponiéndose entre los economistas liberales opuestos al británico John Maynard Keynes (1883-1946), inspirador de las políticas del New Deal del presidente Franklin D. Roosvelt y los acuerdos de Bretón Woods de 1944. Para Keynes, el pleno empleo era un objetivo decisivo. Pensaba que el capitalismo necesitaba del Estado para estimular la economía por medio de las inversiones públicas. También consideraba que los mercados funcionaban mejor si estaban enmarcados por mecanismos de regulación decididos por el Estado.

Opuestos a las tesis keynesianas –que no habían podido impedir la “estanflación” (inflación sin crecimiento) de las economías occidentales durante la década de 1970-, los adeptos del neoliberalismo, ayudados por una impresionante batería de think tanks, van a imponer sus análisis. Éstas ejercerán una hegemonía intelectual excepcional en el campo de la teoría económica. Y se impondrán en las prácticas gubernamentales tras la elección de Tatcher en el Reino Unido y de Reagan en Estados Unidos.

Prueba de este dominio intelectual, en 1974 Hayek recibe el premio Nobel de Economía. Premio también otorgado a no menos de 5 de sus amigos ultraliberales: Milton Friedman (1976), George Stigler (1982), James Buchanan (1986), Ronald Coase (1991) y Gary Becker (1992).

Neoliberalismo y Democracia

En el fondo, el neoliberalismo mantiene una relación poco feliz con la democracia, que Hayek aceptaba sólo de modo “limitado”. Se siente más cómodo con regímenes autoritarios que, en caso de ser necesario, pueden imponer por medio del terror las alteraciones económicas y sociales que exige la aplicación de su teoría. Según el politólogo quebequense Dorsal Brunelle:

El ultraliberalismo exige una transformación profunda de la gobernanza política. En virtud de esta transformación, el ejercicio del poder es llamado a volverse contra el poder. Este giro del sentido y del alcance del poder político conduce a una transformación profunda de la gestión y la administración del bien público. El ultraliberalismo desempeña entonces un papel capital en la transmutación del Estado, de los gobiernos y los poderes públicos que, al renunciar a asumir el papel de promotores de los bienes públicos y de protectores de los pueblos, se transforman en depredadores. Ahora bien, una alteración de este tipo no puede ponerse en marcha ni sancionarse sin recurrir a la fuerza, incluso al terror político.

Muy probablemente no sea casual que los primeros “laboratorios” donde se experimentaron, con una población cobaya y forzada, las tesis ultraliberales de Schumpeter, Hayek y Friedman, fueran la Indonesia bajo la bota del general Suharto y el Chile aterrorizado del general Pinochet…

En su libro La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre, Naomi Klen mostró cómo, durante el primer año de aplicación de la terapia prescrita por estos “locos eruditos ultraliberales”, la economía de Chile experimentó un retroceso del 15% y la tasa de desempleo –que había sido sólo del 3% durante el gobierno democrático de la Unidad Popular de Salvador Allende- trepo al 20%... En 1988, luego de quince años de experiencias ultraliberales, el 45% de los chilenos se encontraba bajo la línea de la pobreza. Semejante cataclismo social no impidió que Milton Friedman admirara la política económica del general Pinochet, calificando sus resultados como “el milagro de Chile” y… recibiera como recompensa, como ya hemos visto, el Premio Nobel de economía en 1976.

Los 10 Mandamientos de la religión neoliberal

El filósofo Dany Robert Dufour ha explicado, no sin humor, que la ideología neoliberal funciona como una nueva religión:

[Ésta] difunde unos Mandamientos llamados a convertirse en norma en todos los ámbitos de la Cultura. […] Encontré 10 que valen como las instrucciones liberales del nuevo dogma […] Allí donde cada uno se cree absolutamente libre, liberado y liberal, siguen, sin saberlo, instrucciones que lo determinan. […] La puesta a punto y la difusión de estos nuevos Mandamientos no están reservadas a los círculos militantes del liberalismo económico, ni mucho menos. Pueden haber sido experimentadas perfectamente durante las luchas culturales llevadas a cabo por la izquierda, e incluso por la extrema izquierda. […]

Primer Mandamiento: Te dejarás conducir por el egoísmo y entrarás amablemente en el rebaño de los consumidores.

Segundo Mandamiento: Utilizarás al otro como medio para lograr tus fines.

Tercer Mandamiento: Podrás venerar a todos los ídolos que elijas, siempre y cuando adores al dios supremo, al Mercado.

Cuarto Mandamiento: No inventarás excusas para evitar entrar en el rebaño.

Quinto Mandamiento: Combatirás todo gobierno y preconizarás la “buena gobernanza”.

Sexto Mandamiento: Ofenderás a cualquier maestro que esté en condiciones de educarte.

Séptimo Mandamiento: Ignorarás la gramática y barbarizarás el vocabulario.

Octavo Mandamiento: Violarás las leyes sin dejarte atrapar.

Noveno Mandamiento: [En materia de arte] derribarás indefinidamente la puerta abierta por Duchamp.

Décimo Mandamiento: Liberarás tus pulsiones y buscarás el goce ilimitado.

Esto también ha significado un enorme saqueo ecológico. Las grandes firmas han saqueado (y saquean aún) el medio ambiente, obteniendo ganancias de las riquezas de la naturaleza, bienes comunes de la humanidad. Lo han hecho sin escrúpulos y sin freno. Esto ha sido acompañado de una criminalidad financiera vinculada con los medios de negocios y los paraísos fiscales que reciclan sumas que superan los dos billones de euros por año, es decir, el equivalente al PIB de Francia.

A lo largo de las tres décadas neoliberales, los gobiernos han respetado las consignas de política económica definidas por organismos mundiales reunidos dentro del llamado “Póker del Mal” –FMI, Banco Mundial, OCDE y OMC-, que ejerció una verdadera dictadura en la política económica de los estados.

Por su parte, al favorecer el libre flujo de capitales y las privatizaciones masivas, los responsables políticos permitieron la transferencia de decisiones capitales (en materia de inversión, empleo, salud, educación, cultura, protección ambiental) de la esfera pública a la esfera privada.

Los altos ejecutivos de las firmas globales y de los grandes grupos financieros y mediáticos mundiales detentaban el poder real y se imponían con todo su peso en las decisiones políticas. Confiscaron la economía y la democracia para su propio beneficio.

Esta solución de inyectar dinero público a cambio de la nacionalización parcial o total de algunos bancos habría sido calificada como herética hace apenas unos pocos meses por las mismas autoridades que hoy las ponen en marcha. Una retractación tan brutal traduce muy bien la gravedad de la crisis.

Pruebas del fracaso del modelo, estas intervenciones de los estados –los más importantes, en volumen, de la historia económica- prueban que los mercados no pueden autorregularse. Su propia voracidad los conduce a la autodestrucción. Por lo demás, el desvío del dogma neoliberal llevado adelante por las autoridades no apunta justamente a ayudar a los ahorristas víctimas de los banqueros sino, por el contrario, ¡a salvar a estos últimos! Clara aplicación del viejo credo liberal: privatizar las ganancias, socializar las pérdidas. Se hacer que los pobres paguen las excentricidades de los bancos, amenazándolos, en caso de que se negaran a pagar, con empobrecerlos aún más.

A pesar de algunas reticencias del Congreso, la administración estadounidense no reparó en gastos cuando hubo que salir al rescate de los “banksters” (banqueros gágnsters).En la primavera de 2008, el presidente Bush se había negado a firmar una ley que ofrecía, por un monto anual de 6.000 millones de euros, una cobertura médica a 9 millones de niños pobres. Un “gasto inútil”, según él. 6 meses después para ayudar a los rufianes de Wall Street, nada le parecía suficiente. Es el mundo al revés: el socialismo para los ricos y el capitalismo salvaje para los demás.

Siete decisiones urgentes

Cambiar de modelo energético sin modificar el modelo económico liberal sólo servirá para desplazar los problemas ecológicos. Sin resolverlos. A riesgo de agravarlos. Para salvar al planeta, resulta imperativo imponer a todos los poderosos de este mundo la adopción de al menos siete medidas capitales: 1) un programa internacional a favor de las energías renovables centrado en el acceso a la energía en los países del Sur; 2) decisiones a favor del acceso al agua y su saneamiento en vistas a reducir a la mitad, de aquí a 2015, el número de personas privadas de este recurso vital que es un bien común de la humanidad;3) leyes para proteger las selvas, como prevé la convención sobre la biodiversidad adoptada en Río en 1993. 4) resoluciones para poner en funcionamiento un marco jurídico que instituya la responsabilidad ecológica de las empresas y reafirme el principio de precaución como previo a toda actividad comercial; 5) iniciativas para subordinar las reglas de la OMC a los principios de las Naciones Unidas para la protección de los ecosistemas y a las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); 6) reglamentos para exigir a los países desarrollados que se comprometan a dedicar un máximo de 0’7% de su riqueza a la ayuda pública y al desarrollo; y 7) recomendaciones para la supresión de la deuda a los países pobres.

Al destruir el mundo natural, los hombres volvieron la Tierra menos habitable. Hay que intentar invertir las tendencias que pueden conducir fatalmente a la catástrofe ecológica integral. Un desafío crucial que hay que ganar, porque si no, el propio género humano estará amenazado con la extinción.

El contexto sería propicio, pues, para un cambio de modelo energético, que las industrias del Norte parecen haber percibido primero, y que, con la perspectiva de formidables ganancias, promete desencadenar un nuevo ciclo económico, el de la economía verde.

Pero, ¿realmente logrará salir triunfante el medio ambiente? No es seguro, porque ya se anuncia la construcción de cientos de nuevas centrales nucleares, que, aunque no producen CO2, implican otros peligros no menos mortales.

La apuesta por los agrocarburantes, bien recibida en un primer momento, también comienza a mostrar efectos perversos. Primero, porque permiten –con las mejores intenciones- mantener, e incluso intensificar el nefasto modelo del auto o el camión omnipresentes, con el pretexto que los vehículos contaminarán menos. Luego, desencadenan una especulación desenfrenada por los productos alimentarios de base, como el azúcar o el maíz, que sirven para producir el etanol. Los precios del trigo y la cebada aumentaron un 70% u 80% en 2008 y los del maíz se duplicaron. El alza de la demanda mundial de agrocarburantes obliga a aumentar entre un 20% y un 30% las superficies cultivables. Lo cual es imposible, salvo que se provoquen deforestaciones extraordinarias en la Amazonia o en la cuenca del Congo.

lunes, 21 de junio de 2010

El negocio del FMI: Los préstamos y las medidas para crear más crisis

Las palabras de Daniel Cohn Bendit han dado la vuelta al mundo: “se trata de personas, no sólo de dinero. Porque de eso se trata, a ellos les prestan al 1,5% o al 3% y ellos prestan a Grecia (o España) al 3,5 o al 6%. Lo que están pidiendo a Grecia (o España) es un imposible (y el FMI y la UE lo saben).

Argentina y Brasil comenzaron la independencia con los Estados Unidos y Europa cuando pagaron la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que condiciona las decisiones económicas y la política social de los países en crisis, a los que ofrece medidas de ajuste, que le generan mayor debacle para así ganar más con los préstamos que les ofrece. Es demencial, pero es así. Una política completamente usurera más allá de toda ética, ese lugar opaco donde los negocios están por encima de las personas, y de los países que estas habitan.

Pero lo mejor que hicieron Argentina y Brasil (y su emergentes y saneadas economías así lo demuestran) no fue pagar la deuda, sino con eso, ganarse el derecho a no seguir más las recomendaciones económicas concretas, de ese buitre que viene con guadaña, porque cuando se te acerca con su dinero sabes que llegó la hora de tu muerte. Lula Da Silva comentó en su día, que cuando fué a pagar la deuda, el FMI no quería.

El FMI sirve para eso, para someter a los países mediante el endeudamiento a su antojo y dependencia. Y lo peor no son sus préstamos, sino que éstos vienen acompañados obligatoriamente de condiciones o recetas que hacen naufragar más aún a los Estados que desesperados venden su alma a este diablo de blanco guante. El Banco Central Europeo no tiene un actuar distinto o mucho mejor. Memoria histórica: griegos, españoles, portugueses, recuerden la Argentina en 2001.

¿Estamos en condiciones económicas para ir en contra del Fondo?. Es complicado, estamos atrapados entre vecinos que se comportan como aves carroñeras esperando nuestra descomposición para venir a llevarse lo poco que quede de nosotros. No podemos devaluar la moneda para favorecer las exportaciones con las que aplicar impuestos -retenciones- para acumular reservas monetarias, ni tenemos una producción importante para sanear nuestra economía.

Ni siquiera se nos dejó por referendum en su día el NO a esta Unión Europea neoliberal, de moneda única, capitalismo salvaje irresponsable, asimetrías y clases. Esta es nuestra libertad democrática y nuestro poder de elección, perversamente excaso. Fuimos y somos seres humanos ajenos al juego de entes: bancos, consejos internacionales y gobiernos cínicos.

Nadie nos dijo entonces de estos efectos colaterales y mañas, nadie nos dijo que acabaríamos pagando sus pecados de ambición y lujuria especulativa. Como nadie nos dice ahora, que lo peor en estas circunstancias de FMI o UE dependientes, está por venir. Somos eso, víctimas ignorantes o en shock, que ni siquiera atinan a alzar su voz.

Aunque siempre existen alternativas mejores a las propuestas por Europa y el FMI, como por ejemplo una reforma fiscal progresiva que ahorraría tocar las pensiones en la línea de la que tienen nuestros vecinos del Norte, que mantienen su bienestar con los impuestos de los más pudientes, para no recortar beneficios sociales a las clases más carenciadas. Es cómico a estas alturas, que precisamente nos den estos consejos aquellos que no los aplican para si mismos. España, Portugal, Grecia e Irlanda son de los países con menor gasto público de la Unión Europea.

Lo que nos sucede pues, debe ser algo parecido a encontrarse en un corredor de la muerte. Estamos esperando impotentes nuestra condena. Porque el rescate y solidaridad de sus nuestros socios, vecinos, “hermanos europeos VIP” no llega; por desgracia están más interesados en el negocio propio que en nuestro declive económico y social (especialmente UK que el hecho de que baje el euro beneficia a su moneda, al igual que beneficia a EEUU). Ellos, hombres de negocios, simplemente hacen números y nosotros ciudadanos mientras ¿qué hacemos? ¿mirar sólo nuestro pequeño ombligo, aceptar la situación sin protesta ni gemido, vivir en un carpe diem sin pensar a futuro?.

Tal vez nos lo merecemos, no porque sea nuestra culpa, sino por lo poco que hacemos al respecto. En Argentina o Grecia al menos salieron a la calle a mostrar su indignación con la desocupación y el endeudamiento, y nosotros ni siquiera nos ponemos de acuerdo con hacer o no una huelga. Tristemente el tejido social en España se perdió, casi nadie se moviliza, casi nadie se interesa por la política activamente. Somos mayoría clase media empobrecida -working classs- sin consciencia de clase ni social: apenas se cuestiona, y hasta defendemos a nuestro empresariado presidido por ejemplares de bochorno.

Por no hablar de nuestra clase política: un Partido más populista que popular por sus dichos, corrupto y especulador, que pareciera que juega más a favor de EEUU por los tejemanejes de Aznar y la Fox que de España; o nuestros neoliberales también mal llamados a día de hoy socialistas. Es ridículo pero pareciera que consumidos por las deudas y el consumo, actuamos a veces como si esto no fuera con nuestro presente y porvenir común.

Por suerte aún quedan personas como Daniel Cohn Bendit, “Danny El Rojo” famoso desde el “Mayo Francés de 1968”, que dicen la verdad, sin eufemismos, que no se quedan inmóviles o frívolos, ante semejantes injusticias.



“¿Seríamos capaces nosotros de semejantes reformas de ajuste?. ¿Cuanto tiempo haría falta para reformar el sistema de pensiones de Francia?. ¡Pero a ellos le pedimos que lo hagan en tres meses!. No tiene sentido. Estamos siendo totalmente irracionales, Grecia (y los demás países) necesitan el tiempo necesario para encontrar una solución consesuada. ¡Están haciendo negocio a costa de la desgracia ajena, y eso es inadmisible!. Quieren ganar dinero a costa de los griegos (y no sólo de ellos). Hablan de un Fondo Monetario Europeo de inversión y solidaridad y no es cierto, Europa debe tomar iniciativas y modificar los tratados para préstamos (y no depender más de las abusivas condiciones y desacertados consejos del FMI). Hagamos un Fondo Monetario Europeo y pongamos freno a la especulación. Los miembros de un Consejo Europeo responsable deberían decirlo “es culpa nuestra”. No existe responsabilidad ninguna sino sólo el “cada cual a lo suyo” y es lamentable. Los titubeos europeos, han dado lugar a la especulación de sus mercados. La culpa es de todos. Responsabilidad deberíamos ofrecer ahora y no pedir imposibles.” (extracto y traducción no literal)

viernes, 11 de junio de 2010

Balones de la Copa Mundial de Fútbol: La explotación sigue estando a la orden del día



Hoy comienza la Copa Mundial de la FIFA en Sudáfrica. Durante un mes nos olvidaremos de la crisis, el hambre, las guerras y también de la hipocresía. Habrá goles, balones de fútbol, balones de oxigeno (sobretodo para muchos dirigentes) y también balones de la vergüenza. 14 años después de que se firmase un compromiso internacional auspiciado por la ONU y que obligaba a las compañías de prendas y material deportivo a desmantelar sus emporios de corrupción, esclavitud y trabajo infantil en el sudeste asiático, las cosas siguen igual. La hipocresía sigue vigente y no merma. Este mundo permite que los jugadores de una selección (se supone que van como un premio a su trabajo, ya cobran millones en sus clubes) puedan cobrar 600.000 € por una victoria final o que le paguemos por representatividad y publicidad mil millones a un futbolista mientras despachamos a los niños que nos cosen los balones por 35 euros al mes.

Al tiempo que crece la emoción por los próximos Mundiales de la FIFA en Sudáfrica, está claro que una parte de la Copa del Mundo no será retransmitida por televisión. La Alianza Juega Limpio ha solicitado hoy a la FIFA que responda al informe Missed the Goal for Workers: the Reality of Soccer Ball Stitchers que ha publicado el 7 de junio la ONG International Labor Rights Forum (ILRF), ubicada en EEUU.

El informe revela que los trabajadores y trabajadoras que se dedican a coser los balones de fútbol en Pakistán, India, China y Tailandia siguen siendo objeto de alarmantes violaciones de los derechos laborales. La investigación declara que el trabajo infantil continúa existiendo en la industria paquistaní, además de darse también en India y China.

Durante los 13 años que han pasado desde que la industria de balones de fútbol firmara el Tratado de Atlanta comprometiéndose a adecentar este sector, se han ido poniendo en conocimiento de los actores claves del sector – incluidas las marcas mundiales y la FIFA – diversos informes regulares sobre las violaciones de los derechos humanos que prevalecen en el ámbito de la fabricación de balones de fútbol. Hace poco, en 2008, la Alianza Juega Limpio, formada por la Campaña Juega Limpio (CCC), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federación Internacional de los Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (FITTVC), publicó los resultados de una investigación llevada a cabo en China, India y Tailandia, en la que los trabajadores informaron que estaban recibiendo unos salarios por debajo del mínimo legal establecido, a pesar de trabajar 12-13 horas diarias. Los trabajadores a domicilio en India informaron que sólo estaban cobrando del orden de US$ 0,35 por balón, sin poder fabricar más que entre dos y cuatro balones al día.

“Es inaudito que después de todos estos años, la miseria salarial y otras violaciones de los derechos laborales sigan siendo la norma en vez de la excepción en este sector”, comentaba Ineke Zeldenrust de la Campaña Ropa Limpia. “A medida que los fans de todo el mundo se emocionan con los partidos que se avecinan, el público espera que la FIFA y la industria de fabricación de balones de fútbol se decidan por fin a cumplir sus promesas.”

“La CSI ha invitado hoy a la FIFA a discutir medidas concretas que puedan tomarse para adecentar el sector. Es escandaloso que tantos trabajadores sean objeto de una explotación atroz en un sector que genera tantísima riqueza. Esperamos que la FIFA tome la iniciativa para asegurar un trato justo para estos trabajadores,” dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI.

Otros problemas que se ponen de relieve en el informe son la discriminación de género contra las trabajadoras a domicilio, que son las que peores salarios reciben, además de verse ante la amenaza constante de perder su empleo por quedarse embarazadas; los horarios de trabajo excesivos, como es el caso en una de las fábricas chinas, donde se descubrió que los empleados trabajaban hasta 21 horas al día, sin tener ni un sólo día de descanso durante un mes entero; y la falta de agua potable, instalaciones de asistencia médica e incluso excusados, como se descubrió en los centros de costura de la India.

“Estas condiciones son rotundamente inaceptables”, dijo Patrick Itschert, Secretario General de la FITTVC. “La FIFA tiene que tomar medidas especificas para asegurar que los derechos humanos de todas las personas que participan en la producción de balones de fútbol sean respetados.”

La Alianza Juega Limpio solicita a la FIFA y al sector de fabricación de balones de fútbol que actúen de inmediato para abordar las cuestiones de los salarios de miseria, la proliferación de los trabajadores temporales y la falta de implicación por parte de la sociedad civil para mejorar las condiciones de los propios trabajadores, que son los que lanzan la pelota en el centro de los partidos del Mundial 2010.

El sindicato internacional de los trabajadores de la construcción, la ICM, también ha mantenido diálogos con la FIFA con el objetivo de conseguir su apoyo para mejorar los derechos y condiciones de los trabajadores encargados de la construcción y renovación de las sedes que se utilizan en los torneos internacionales.

“Hemos tenido que sancionar a la FIFA con tarjeta amarilla porque los trabajadores que están construyendo los estadios donde se celebrarán los torneos tampoco están recibiendo un trato justo,” dijo el Secretario General de la ICM, Ambet Yuson.

El informe está disponible en:

http://cleanclothes.org/documents/ILRF_soccerball_report.pdf

No digo que no vibremos con los mundiales. Disfrutemos del espectáculo deportivo, de la compañía de nuestros amigos y familiares ante la pantalla de televisión. Tampoco que no apoyemos a nuestra selección, si es lo que deseamos. Ni que no celebremos una posible victoria, ni que lloremos y nos cabremos una derrota. Aunque esto nunca más de 10 minutos. Pero por mucha cobertura mediática que ciegüé los otros aspectos de la vida; por pocos minutos dedicados a la crisis, la corrupción, las guerras, las falacias y las fachadas que nos asolan. Por el fútbol no olvidemos lo que es vivir, y mucho menos toleremos la hipocresía de los amorales que pervierten aún más el sádico capitalismo por maximizar las cuentas corrientes llevando y creando esclavitud y miseria en el mundo ya desfavorecido de ante mano.

Yo no voy a comprar ningún balón de estas compañías: Nike, Adidas, Puma, Reebock

viernes, 15 de enero de 2010

Haití es noticia

“Ma-to. Yo por estar en Haití ma-to”, piensan en estos momentos cientos de periodistas, en una adaptación libre de una de las reflexiones más jugosas de Belén Esteban. Hoy, Haití es cool. Si eres periodista y no estás en Haití, no eres nadie. El epicentro de un terremoto ha convertido a un olvidado país caribeño en el epicentro del universo, informativa y solidariamente hablando. Es difícil el acceso al corazón de la catástrofe, pero no imposible: han salido de España seis vuelos oficiales con ayuda humanitaria… y con cámaras y periodistas de televisiones privadas. Los primeros en llegar tendrán a la muerte en exclusiva.

Haití antes del terremoto. Fotografía: Alice Smeets.

Pedro Piqueras, todo un director de informativos de Telecinco, ha salido para allá con la ilusión de un becario. Dicen que en Haití el olor de la muerte lo impregna todo: el paraíso del sensacionalismo, la meca para una estrella de la información amarilla. Hasta entonces, es tiempo de tertulianos, esos sabelotodo que unos minutos antes de entrar en directo han tecleado en Google la palabra “Haití”. “El tiempo corre en contra”, es todo lo que acierta a decir uno de los sesudos colaboradores del programa de Concha García Campoy (Cuatro). Colecciones de tópicos. Banalidades. Palabras cargadas de teatralidad y melodrama. Y ya saben que en esto de la televisión el que da primero, da dos veces: Antena 3 ha organizado para hoy mismo un telemaratón solidario.

“La comunidad internacional se está volcando con este pequeño país”, dice Gabilondo en su informativo de Cuatro. “América está a vuestro lado. El mundo está a vuestro lado”, asegura Obama. Un poco tarde ¿no? Haití siempre ha necesitado ayuda. Nadie ha estado nunca a su lado. Es uno de esos “estados fallidos” a los que se refieren, con repugnante distancia, los expertos en política internacional. Un país más allá del alcance del derecho nacional o internacional. Un país de mierda.

Para miles de haitianos la ayuda humanitaria europea, la solidaridad de Antena 3, los directos de Piqueras, el apoyo de Obama, llegan demasiado tarde. Están muertos. Sus casas eran de una fragilidad miserable, no tenían hospitales, carecían de alimentos, de infraestructuras. ¿Quieren ustedes ser solidarios, como piden las televisiones? Diferencien una tragedia puntual, de carácter natural y mediático, del olvido, la tragedia diaria de carácter político. Recuerden que, por poner un ejemplo, dentro de unos meses comienzan los monzones, y miles de personas morirán y perderán sus casas y cosechas en India, Bangladesh, Nepal…Y que luego llegarán las hambrunas en Chad o Níger. Y las matanzas en Sierra Leona. Si esas miserias no son desproporcionadas, si a ellas no llegan las cámaras de televisión, si no sirven para abrir un telediario, no serán noticia. No existirán.

Además, dentro de unas horas otro suceso de rabiosa actualidad eclipsará el terremoto de Haití. Y entonces Obama, Piqueras y Antena 3 dejarán de estar a su lado. Los periodistas y cámaras regresarán. Y allí todo volverá a ser como antes.


Médicos sin fronteras, ya ha enviado un avión con 25 Toneladas de material médico y plantea necesidades urgentes en materia de cirugía para atender a los damnificados. Intermón Oxfam, tiene ya un equipo trabajando en la zona, intentando restablecer el suministro de agua potable y saneamiento. Cruz Roja comunica que elconvoy con artículos y vehículos de ayuda humanitaria para 500 personas está previsto que llegue hoy, viernes, y el sábado están previstos tres vuelos más, desde Madrid y Barcelona.

Toda la ayuda es necesaria, y lo más eficaz es hacer donaciones económicas directamente a las organizacionesque están trabajando sobre el terreno. A continuación detallamos los números de cuenta donde pueden hacerse las donaciones:



La Caixa 2100-0765-81-0200111128

Bnco Santander 0049-1806-91-2111869471

BBVA 0182-6035-49-0201502475

Caja Madrid 2038-8978-17-6000016604

Banco Santander 0049-1806-95-2811869099

La Caixa 2100-3063-99-2200110010

BBVA 0182-6035-49-0000748708

Caja Madrid 2038-0603-29-6005700064

Banco Sabadell 0081-0627-34-0001114312

BBVA 0182-5906-86-0010022227

Caja Madrid 2038-0603-29-6006640085

Banco Santander 0049-0001-53-2110022225






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