viernes, 11 de junio de 2010

Balones de la Copa Mundial de Fútbol: La explotación sigue estando a la orden del día



Hoy comienza la Copa Mundial de la FIFA en Sudáfrica. Durante un mes nos olvidaremos de la crisis, el hambre, las guerras y también de la hipocresía. Habrá goles, balones de fútbol, balones de oxigeno (sobretodo para muchos dirigentes) y también balones de la vergüenza. 14 años después de que se firmase un compromiso internacional auspiciado por la ONU y que obligaba a las compañías de prendas y material deportivo a desmantelar sus emporios de corrupción, esclavitud y trabajo infantil en el sudeste asiático, las cosas siguen igual. La hipocresía sigue vigente y no merma. Este mundo permite que los jugadores de una selección (se supone que van como un premio a su trabajo, ya cobran millones en sus clubes) puedan cobrar 600.000 € por una victoria final o que le paguemos por representatividad y publicidad mil millones a un futbolista mientras despachamos a los niños que nos cosen los balones por 35 euros al mes.

Al tiempo que crece la emoción por los próximos Mundiales de la FIFA en Sudáfrica, está claro que una parte de la Copa del Mundo no será retransmitida por televisión. La Alianza Juega Limpio ha solicitado hoy a la FIFA que responda al informe Missed the Goal for Workers: the Reality of Soccer Ball Stitchers que ha publicado el 7 de junio la ONG International Labor Rights Forum (ILRF), ubicada en EEUU.

El informe revela que los trabajadores y trabajadoras que se dedican a coser los balones de fútbol en Pakistán, India, China y Tailandia siguen siendo objeto de alarmantes violaciones de los derechos laborales. La investigación declara que el trabajo infantil continúa existiendo en la industria paquistaní, además de darse también en India y China.

Durante los 13 años que han pasado desde que la industria de balones de fútbol firmara el Tratado de Atlanta comprometiéndose a adecentar este sector, se han ido poniendo en conocimiento de los actores claves del sector – incluidas las marcas mundiales y la FIFA – diversos informes regulares sobre las violaciones de los derechos humanos que prevalecen en el ámbito de la fabricación de balones de fútbol. Hace poco, en 2008, la Alianza Juega Limpio, formada por la Campaña Juega Limpio (CCC), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federación Internacional de los Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (FITTVC), publicó los resultados de una investigación llevada a cabo en China, India y Tailandia, en la que los trabajadores informaron que estaban recibiendo unos salarios por debajo del mínimo legal establecido, a pesar de trabajar 12-13 horas diarias. Los trabajadores a domicilio en India informaron que sólo estaban cobrando del orden de US$ 0,35 por balón, sin poder fabricar más que entre dos y cuatro balones al día.

“Es inaudito que después de todos estos años, la miseria salarial y otras violaciones de los derechos laborales sigan siendo la norma en vez de la excepción en este sector”, comentaba Ineke Zeldenrust de la Campaña Ropa Limpia. “A medida que los fans de todo el mundo se emocionan con los partidos que se avecinan, el público espera que la FIFA y la industria de fabricación de balones de fútbol se decidan por fin a cumplir sus promesas.”

“La CSI ha invitado hoy a la FIFA a discutir medidas concretas que puedan tomarse para adecentar el sector. Es escandaloso que tantos trabajadores sean objeto de una explotación atroz en un sector que genera tantísima riqueza. Esperamos que la FIFA tome la iniciativa para asegurar un trato justo para estos trabajadores,” dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI.

Otros problemas que se ponen de relieve en el informe son la discriminación de género contra las trabajadoras a domicilio, que son las que peores salarios reciben, además de verse ante la amenaza constante de perder su empleo por quedarse embarazadas; los horarios de trabajo excesivos, como es el caso en una de las fábricas chinas, donde se descubrió que los empleados trabajaban hasta 21 horas al día, sin tener ni un sólo día de descanso durante un mes entero; y la falta de agua potable, instalaciones de asistencia médica e incluso excusados, como se descubrió en los centros de costura de la India.

“Estas condiciones son rotundamente inaceptables”, dijo Patrick Itschert, Secretario General de la FITTVC. “La FIFA tiene que tomar medidas especificas para asegurar que los derechos humanos de todas las personas que participan en la producción de balones de fútbol sean respetados.”

La Alianza Juega Limpio solicita a la FIFA y al sector de fabricación de balones de fútbol que actúen de inmediato para abordar las cuestiones de los salarios de miseria, la proliferación de los trabajadores temporales y la falta de implicación por parte de la sociedad civil para mejorar las condiciones de los propios trabajadores, que son los que lanzan la pelota en el centro de los partidos del Mundial 2010.

El sindicato internacional de los trabajadores de la construcción, la ICM, también ha mantenido diálogos con la FIFA con el objetivo de conseguir su apoyo para mejorar los derechos y condiciones de los trabajadores encargados de la construcción y renovación de las sedes que se utilizan en los torneos internacionales.

“Hemos tenido que sancionar a la FIFA con tarjeta amarilla porque los trabajadores que están construyendo los estadios donde se celebrarán los torneos tampoco están recibiendo un trato justo,” dijo el Secretario General de la ICM, Ambet Yuson.

El informe está disponible en:

http://cleanclothes.org/documents/ILRF_soccerball_report.pdf

No digo que no vibremos con los mundiales. Disfrutemos del espectáculo deportivo, de la compañía de nuestros amigos y familiares ante la pantalla de televisión. Tampoco que no apoyemos a nuestra selección, si es lo que deseamos. Ni que no celebremos una posible victoria, ni que lloremos y nos cabremos una derrota. Aunque esto nunca más de 10 minutos. Pero por mucha cobertura mediática que ciegüé los otros aspectos de la vida; por pocos minutos dedicados a la crisis, la corrupción, las guerras, las falacias y las fachadas que nos asolan. Por el fútbol no olvidemos lo que es vivir, y mucho menos toleremos la hipocresía de los amorales que pervierten aún más el sádico capitalismo por maximizar las cuentas corrientes llevando y creando esclavitud y miseria en el mundo ya desfavorecido de ante mano.

Yo no voy a comprar ningún balón de estas compañías: Nike, Adidas, Puma, Reebock

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