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lunes, 19 de julio de 2010

Toshiba confirma que en España no se lee


Hace cuatro años el Informe PISA 2006 nos advertía de que España era el país que más había bajado su nivel de lectura con respecto a los informes anteriores. Evidentemente, en este país de fútbol y crónica rosa, la noticia tampoco nos afectó demasiado, pues al día siguiente ya habría alguna famoseta embarazada y la liga estaría más interesante que nunca. No olviden que el Marca y la Pronto son aquí las publicaciones más leídas.

Pero lo peor de todo no es que se lea menos, sino que encima no se entiende lo que se lee. Vamos, que cada vez son más los que al acabar un texto no tienen ni idea de lo que ponía. Por eso no es de extrañar que haya quien quiera sacar provecho, pues cuanto más ignorante es una sociedad más fácil es tomarle el pelo.

Y claro, el mundial les ha venido como anillo al dedo. Uno de los casos -no el único- ha sido el de Toshiba, que lanzó una campaña en la que prometía devolver el importe de televisores y portátiles si España ganaba el mundial. Pero había algo más, en la publicidad ponía “consultar bases en toshiba.es/toshibafutbol“. Y claro, ellos ya sabían que las bases no las iba a leer ni Blas. Por eso, allí pusieron que para devolver el dinero había que registrarse en su web. Resultado: mucha gente no lo leyó.

Ahora vienen las reclamaciones, pues los clientes se sienten timados. En realidad podría ser así pues, como dice la FACUA, si el hecho de registrarse era tan importante deberían haberlo indicado en los anuncios. Pero por otra parte se supone que los clientes son mayores de edad y que saben que nadie da duros a cuatro pesetas.

De hecho, en la propia web de Toshiba pone que “Más de 3.500 clientes participaron correctamente”, lo que en realidad quieren decir es que si usted no se ha molestado en mirar las bases es su problema, hay otros más espabilados que sí lo han hecho.

Y es que vivimos en un país donde uno oye la palabra gratis y se vuelve loco. Por eso ha llegado un punto en que a los consumidores se nos trata como lo que somos: unos borregos. Por eso vivimos en una sociedad donde mucha gente lleva una pulsera que es un timo y encima presume de ello; un país donde se prohíben unas zapatillas porque pueden causar ampollas, pero permite el tabaco aunque cause cáncer; un país donde se pagan 75 € por un polo hecho en China simplemente porque lleva un cocodrilo bordado en el pecho; un país donde la letra pequeña de los anuncios de la tele es ilegible… y no pasa nada

Lo lógico sería que a partir de ahora nadie comprase productos de las empresas que intentan timarnos: Toshiba, Tom Tom… Pero saben lo que pasará: NADA de NADA. Seguiremos comprando Toshiba, Tom Tom… al igual que seguimos comprando en Media Markt cuando redujeron el periodo de reclamación a 7 días y se negaban a devolver el importe de los artículos.

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P.D: El tipo que ven en la foto -JJ Santos- nada más acabar el mundial anunció en directo que el diario AS regalaría al día siguiente una camiseta conmemorativa.

Por eso a las 7:30 de la mañana ya había gente haciendo cola en los quioscos -para que luego digan que no nos movilizamos por nada-. Y de pronto… les habían timado de nuevo: el diario AS no traía la camiseta, sino que a cambio se ofrecía una cartilla con tres cupones para canjear por la camiseta, previo pago de 9,95 €.

En un país medianamente inteligente, la gente como represalia a esta tomadura de pelo, se habría negado a comprar el periódico. Pero esto es España y ¿saben lo que pasó?: se agotaron.

viernes, 11 de junio de 2010

Balones de la Copa Mundial de Fútbol: La explotación sigue estando a la orden del día



Hoy comienza la Copa Mundial de la FIFA en Sudáfrica. Durante un mes nos olvidaremos de la crisis, el hambre, las guerras y también de la hipocresía. Habrá goles, balones de fútbol, balones de oxigeno (sobretodo para muchos dirigentes) y también balones de la vergüenza. 14 años después de que se firmase un compromiso internacional auspiciado por la ONU y que obligaba a las compañías de prendas y material deportivo a desmantelar sus emporios de corrupción, esclavitud y trabajo infantil en el sudeste asiático, las cosas siguen igual. La hipocresía sigue vigente y no merma. Este mundo permite que los jugadores de una selección (se supone que van como un premio a su trabajo, ya cobran millones en sus clubes) puedan cobrar 600.000 € por una victoria final o que le paguemos por representatividad y publicidad mil millones a un futbolista mientras despachamos a los niños que nos cosen los balones por 35 euros al mes.

Al tiempo que crece la emoción por los próximos Mundiales de la FIFA en Sudáfrica, está claro que una parte de la Copa del Mundo no será retransmitida por televisión. La Alianza Juega Limpio ha solicitado hoy a la FIFA que responda al informe Missed the Goal for Workers: the Reality of Soccer Ball Stitchers que ha publicado el 7 de junio la ONG International Labor Rights Forum (ILRF), ubicada en EEUU.

El informe revela que los trabajadores y trabajadoras que se dedican a coser los balones de fútbol en Pakistán, India, China y Tailandia siguen siendo objeto de alarmantes violaciones de los derechos laborales. La investigación declara que el trabajo infantil continúa existiendo en la industria paquistaní, además de darse también en India y China.

Durante los 13 años que han pasado desde que la industria de balones de fútbol firmara el Tratado de Atlanta comprometiéndose a adecentar este sector, se han ido poniendo en conocimiento de los actores claves del sector – incluidas las marcas mundiales y la FIFA – diversos informes regulares sobre las violaciones de los derechos humanos que prevalecen en el ámbito de la fabricación de balones de fútbol. Hace poco, en 2008, la Alianza Juega Limpio, formada por la Campaña Juega Limpio (CCC), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federación Internacional de los Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (FITTVC), publicó los resultados de una investigación llevada a cabo en China, India y Tailandia, en la que los trabajadores informaron que estaban recibiendo unos salarios por debajo del mínimo legal establecido, a pesar de trabajar 12-13 horas diarias. Los trabajadores a domicilio en India informaron que sólo estaban cobrando del orden de US$ 0,35 por balón, sin poder fabricar más que entre dos y cuatro balones al día.

“Es inaudito que después de todos estos años, la miseria salarial y otras violaciones de los derechos laborales sigan siendo la norma en vez de la excepción en este sector”, comentaba Ineke Zeldenrust de la Campaña Ropa Limpia. “A medida que los fans de todo el mundo se emocionan con los partidos que se avecinan, el público espera que la FIFA y la industria de fabricación de balones de fútbol se decidan por fin a cumplir sus promesas.”

“La CSI ha invitado hoy a la FIFA a discutir medidas concretas que puedan tomarse para adecentar el sector. Es escandaloso que tantos trabajadores sean objeto de una explotación atroz en un sector que genera tantísima riqueza. Esperamos que la FIFA tome la iniciativa para asegurar un trato justo para estos trabajadores,” dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI.

Otros problemas que se ponen de relieve en el informe son la discriminación de género contra las trabajadoras a domicilio, que son las que peores salarios reciben, además de verse ante la amenaza constante de perder su empleo por quedarse embarazadas; los horarios de trabajo excesivos, como es el caso en una de las fábricas chinas, donde se descubrió que los empleados trabajaban hasta 21 horas al día, sin tener ni un sólo día de descanso durante un mes entero; y la falta de agua potable, instalaciones de asistencia médica e incluso excusados, como se descubrió en los centros de costura de la India.

“Estas condiciones son rotundamente inaceptables”, dijo Patrick Itschert, Secretario General de la FITTVC. “La FIFA tiene que tomar medidas especificas para asegurar que los derechos humanos de todas las personas que participan en la producción de balones de fútbol sean respetados.”

La Alianza Juega Limpio solicita a la FIFA y al sector de fabricación de balones de fútbol que actúen de inmediato para abordar las cuestiones de los salarios de miseria, la proliferación de los trabajadores temporales y la falta de implicación por parte de la sociedad civil para mejorar las condiciones de los propios trabajadores, que son los que lanzan la pelota en el centro de los partidos del Mundial 2010.

El sindicato internacional de los trabajadores de la construcción, la ICM, también ha mantenido diálogos con la FIFA con el objetivo de conseguir su apoyo para mejorar los derechos y condiciones de los trabajadores encargados de la construcción y renovación de las sedes que se utilizan en los torneos internacionales.

“Hemos tenido que sancionar a la FIFA con tarjeta amarilla porque los trabajadores que están construyendo los estadios donde se celebrarán los torneos tampoco están recibiendo un trato justo,” dijo el Secretario General de la ICM, Ambet Yuson.

El informe está disponible en:

http://cleanclothes.org/documents/ILRF_soccerball_report.pdf

No digo que no vibremos con los mundiales. Disfrutemos del espectáculo deportivo, de la compañía de nuestros amigos y familiares ante la pantalla de televisión. Tampoco que no apoyemos a nuestra selección, si es lo que deseamos. Ni que no celebremos una posible victoria, ni que lloremos y nos cabremos una derrota. Aunque esto nunca más de 10 minutos. Pero por mucha cobertura mediática que ciegüé los otros aspectos de la vida; por pocos minutos dedicados a la crisis, la corrupción, las guerras, las falacias y las fachadas que nos asolan. Por el fútbol no olvidemos lo que es vivir, y mucho menos toleremos la hipocresía de los amorales que pervierten aún más el sádico capitalismo por maximizar las cuentas corrientes llevando y creando esclavitud y miseria en el mundo ya desfavorecido de ante mano.

Yo no voy a comprar ningún balón de estas compañías: Nike, Adidas, Puma, Reebock

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...