sábado, 5 de febrero de 2011

El motor de los cambios

¡Qué año!. Esa exclamación fue lo único que pasaba por su cabeza mientras apuraba la última uva que aquella noche ponía fin al año. Ni tan siquiera imagino repetirlo, ampliarlo o volverse a ver pensar lo mismo, un año después, pero por experiencias distintas. Ya con veinte y muchos sabía que la vida no acostumbra a clonar sus vivencias, y una vez pasados, más que en momentos esporádicos no tienden a repetirse los momentos que solemos calificar como inolvidables. Más aún brindó con sus padres y con su hermano; escribió un par de mensajes a esas personas especiales para felicitarles por poder sumar uno al último digito del calendario, y agarró las llaves del coche, su ya desgastada chaqueta negra y se esfumó por la puerta hacia la calle. Cincuenta euros tenían la culpa y eran la excusa para emborrachar la conciencia.

A muchos kilómetros el ambiente era algo diferente. Casi recién cumplidos los veintitrés años, “la niña de la casa” sonreía junto a sus padres y hermanos. Hace un momento engullía las doce uvas con un solo deseo, que su padre superará esta depresión que me lo está quitando en vida, por culpa de lo que hace siete días el rey en su mensaje navideño, llamó “situación cíclica de reajuste financiero y recesión del PIB”. Universitaria soñaba con culminar su anhelo de poder ser maestra y no tener que deberle nada a nadie (o casi). Jamás quiso saber nada de política o sociología, pero veía con sus propios ojos como la alegría y la tranquilidad en su hogar, se habían esfumado por el retrete el mismo día que su padre recogió el número 89 en la cola para apuntarse a cobrar el subsidio de desempleo.

Prácticamente estaba preparada ya para elevar la libido de todos los jovenzuelos y sin vergüenzas que conocía de siempre, y que nunca le gustaron. Resignada hace mucho tiempo de encontrar al “hombre de su vida” sólo quería beber, reír quizás, pasar el mal trago de salir por obligación.

El primer acorde del “Breaking the law” de Judas Priest sonaba enlatado en el coche. Empezaba la fiesta y por un momento al volante le vinieron a la cabeza las nueve o diez “damas” que conquistó el año anterior. Hubo güiris, también dos o tres niñatas, y un par de maduras, una casada infiel y aburrida de ser un apéndice del estorbo de su marido y una divorciada cercana a la cuarentena que empezó por calentarle la bragueta y después la cabeza allá por el mes de julio. No había hecho falta que Rob Halford soltara el primer alarido del himno del metal, para que fuera él quien soltará un explícito: “Año nuevo, vida nueva”. Lo sorprendente sería que un año después no se acordaba del nombre de ninguna de ellas.

Aunque separados por mucha distancia, la luna llena era igual en la pequeña ciudad de interior y en el pueblecito cercano al mar. También el final de la noche para ambos amantes desconocidos fue el mismo. Y las sabanas y un analgésico fueron incapaces de domesticar la cruel resaca que se ceba con aquellos que consumen con nocturnidad bebidas hechas de un “quimi-juego”.

La rutina tiene la cualidad indudable de reconducirnos a todos. Nadie se acordaba ya de las navidades y la cuesta de enero se había subido como se había podido. El ajetreo del taller de chapista donde trabaja de lunes a sábado (hasta la mediodía) le tenía tan absorto que poco importaba la felicidad pasada. O la que pudiera llegar. Hacía mucho tiempo que aparcó los sueños, las necesidades. Seguía leyendo filosofía, historia o lo que pasará por sus manos y mantenía el tono físico en el gimnasio y salía a correr como vivía. En soledad. Era sorprendente, pero intentando mejorar el tiempo o no siendo atropellado se daba cuenta de que estaba en su vida tan sólo como jamás lo había estado. Se había separado del mundo. “Ya no encuentro a nadie a quién pueda llenar. Ni tan siquiera que me entretenga a mi un minuto. Estoy fuera del mundo”. Pensaba en el mismo momento, en el que una joven que apuraba las horas de sueño para estudiar el último tema antes del examen coincidía en ese pensamiento.

“Es una sensación terrible”. Separados por cientos de kilómetros confesaban lo mismo a sus mejores amigos. Luís, pidió otra cerveza para él y para su amigo Dani. “Tío, estoy cansado de todo. Tengo un vacío enorme”. “Ya no llamas a las zorritas del año pasado, eh”, interrumpió Dani para continuar con un “habrá que buscarse otras”. “No estoy de broma”. Tengo ya una pila de años, no soy ningún niño, y me he dado cuenta que he tirado mi vida. Ni he estudiado lo que quería. Trabajo esclavizao, para mantenerme en un alquiler sangrante, joder”.

“Eso de estar con varias mujeres alternando esta muy bien para vacilar a los colegas y reír. Pero esas risas me matan por dentro porque te aseguro que ninguna me ha dejado algo de valor. Con eso les puedo engañar, pero a mi mejor amigo no. Y a mi mismo, mucho menos”. Fue el alegato final de un Luís, consciente a viva voz de la inopia de su vida.

“¡Vámonos de aquí!”. “¡Ya estamos, tía!” soltó cabreada Laura porque Isabel volvía con el tema de siempre. Ya cansada de salir de fiesta porque sí, tenía claro que aquella noche no quería pasarla entre babosos y a oscuras forzaron su salida entre los improperios de los aprendices a Tony Manero y las “canis” enjoyadas en clave gitana.

Durante los veinte minutos que duró el paseo hasta casa de Isabel, nació la sinceridad entre ambas. “Joder, yo no lo entiendo. Estas estudiando, vives sola, no le debes nada a nadie y siempre estas amargada”. “No soy amargada, ni tampoco lo estoy. Sólo que no quiero hacer lo que todo el mundo. Y encima por más niñatos que se acercan y conozco ya sea en ese antro o en cualquier sitio, ninguno es capaz de hacerme amar”. Isabel termino la última palabra entre un sollozo incontrolable que no incomodó a Laura. “Bueno, esta bien… -trataba de tranquilizarla-. La semana que viene hacemos una cosa: Tengo la casa de mi tío Lucas en la playa libre podemos ir y charlamos un poco y de paso nos damos un bañito”. “Bueno, ya te avisaré entre semana…” fue la despedida de Isabel, que decidió nada más levantarse un domingo oscuro y triste confirmar un par de días de descanso con su amiga, lejos de aquella intimidad pública que reinan en los pueblos pequeños.

Luís e Isabel no veían la misma nube esa mañana aunque la buscaban con los mismos ojos. Estaban demasiado lejos como para dar esa casualidad, pero si que en sus pupilas se aglutinaban las lágrimas de rabia y dolor, de un sentirse vacío e inútil que rajaban corazones mucho más fuertes que lo que ambos pensaban. La ventana del salón de casa de ambos era un acceso directo a la desidia y la falta de amor. Ambos habían construido una vida quizás por accidente o por convencimiento, pero les faltaba el ingrediente que pusiera excelencia a los días y pasión en las noches. Aunque no se puede decir que vivían inmersos en su vida cotidiana con aburrimiento la falta de metas, y la ausencia del amor verdadero dejaba su rastro en lágrimas que surcaban rostros, ya demasiado habituados a esa humedad. Les faltaba algo.

Ese era el primer pensamiento de la mañana y el último del día. Eran las comillas a sus días, y hasta que no se encontrarán esos días seguirían siendo rara-avis en el destino que tienen marcados. La necesidad les urgía y así Luís decidió dejar su trabajo, buscarse un retiro para una temporada y preparar su acceso a la Universidad. Era el primer paso para vivir su vida.

Por su parte, Isabel apuraba el desayuno y se convenció de que tenía que cambiar, quizás salir del ambiente en el que se movía y que conocía hasta con los ojos cerrados. “Quizás la felicidad esta ahí fuera”, y ahí llamó a Isabel, para despertarla de su dormitar bañado en alcohol y confirmarle que el próximo finde lo pasarían lejos de la ciudad, para sincerarse y como primer paso para ordenar una vida que dejaba escapar por el desagüe la pasión y el amor.

La puerta de la oficina no volvería a ser la misma tras ese portazo. Luís no se había cambiado, y sin embargo interrumpió el primer café de la semana del gerente del taller donde llevaba arreglando “boyos” de los coches y montando faldones y alerones de niñatos y pijos nueve años. “Prepárame la cuenta que el jueves es el último día que trabajo aquí”, espeto sin un buenos días. “Ah, y me vas a dar la liquidación tal y como si te hubiera dado el mes de preaviso porque sino iré a Inspección de Trabajo a informar de que tienes a tres sin papeles currando aquí desde hace cuatro años, ni tampoco que pasáis a los pijales material de desguace como si fuera nuevo, ni que hacemos más horas que el reloj. Ya me cuidaré de no decírselo al soplón ese al que untáis”. Era una amenaza tan firme que en la conciencia del administrativo no hizo ni tan siquiera mella el segundo portazo que cerro el paréntesis en su desayuno de lunes. Llegó el jueves, y Luís sólo tuvo que recoger sus cosas, decir un “Oye que me marchó, qué ha sido un placer”. En una mano una bolsa de deporte y en la otra un sobre beige con un cheque para no estar preocupado en los próximos dos o tres años, más cinco mil euros de propina en billetes de 50.

Era viernes al mediodía y las dos amigas decidieron comer en un restaurante de menú del día junto a la playa. No era de Guía michelín, pero por poco más de 7 euros por persona se podía comer un primero-segundo más postre, más que digno. Ambas apuraban el primer plato, un arroz a la cubana, y coincidían en que fue una buena idea venir a aislarse un poquito, que luego marcharían a la playa, y esta noche saldrían a pasear y bailar. Qué mañana emplearían la noche para conversar, sincerarse y apoyarse como amigas igual que hacían cuando eran apuraban meriendas infantiles en el parque del barrio.

Al mismo tiempo, a unos escasos ya 3 kilómetros entraba en una rotonda un coche gris con una matrícula de las antiguas y un distintivo geográfico bastante alejado e inusual por esos lares. Luís llevaba 7 horas al volante, pero no estaba ni en un ápice cansado. Su coche si, puesto que llevaba equipaje para una larga temporada y sobre todo un par de cajas de mediano tamaño que contenían el material de uno de sus sueños. Por lo menos el que pensaba más fácil conseguir, porque venía autoconvenciéndose todo el camino, de que iba a sacarse esa carrera que tanto le apasionaba. Libros, apuntes y material para estudiar y pasar el examen de acceso a la Universidad para mayores de 25 años.

El camino ha sido largo y dilatado de música. Una botella de agua ha sido su único interlocutor. Le ha hecho los coros en los himnos históricos y asentía con un leve cabeceo -no se sabe si por conformidad o por el vaivén del asfalto- cada alegato del conductor. “Con dos cojones” y “he hecho lo que tenía que hacer” fueron las más repetidas. Pensaba en el momento en el que se marcho de su casa alquilada metiendo las llaves en el buzón de su casero. También en la bronca con sus padres, mientras apilaba en la cochera 4 cajas de mudanza y embalaje con las cosas que no se podía llevar a su viaje existencial. Y por supuesto en el momento en el que echó la inscripción para el examen de acceso a la Universidad para mayores de veinticinco años. Recogió el temario para pasarlo y más para entrar en Filosofía y en Geografía e Historia. Era el momento de vivir su sueño y el primer paso estaba dado

Una de las mejores formas de hacer una digestión es pasear por una playa de fina arena, con el primer Sol primaveral atizando levemente y la fría agua refrescando los pies. Para sincerarse ocurre lo mismo. Laura e Isabel llevaban aproximadamente una hora repasando los últimos años de sus vidas. A ambas les quedaba un año para acabar la carrera de sus sueños y poder trabajar como maestras de educación infantil. Sus estudios les apasionaban y aunque con altibajos sus notas eran más que aceptables. Precisamente algunos de esos altibajos truncaron uno de sus sueños, puesto que no pudieron obtener beca para pasar una temporada en el extranjero. Italia o Francia hubiera sido lo deseado, pero se tuvieron que conformar con una facultad semi-vacía durante el último año y soportar las anécdotas y fotografías de amigos y amigas con más “suerte” en la asignación de prestaciones. Esto solía suceder en los actos sociales de la comunidad universitaria. Es decir, en los botellones. Y como la envidia y el enfado se hacía latente en ambas, discretamente dejaron de aparecer y se convirtieron en ausentes para el resto de compañeros.

“De verdad, que estoy cansada, Laury”. No de la carrera o del apoyo de mi familia o de ti, pero si de la gente, de esas amistades y colegas que sólo te quieren para hacer bulto”. Las palabras de Isabel sonaban como una canción melancólica de esos antiguos cantautores, sólo que esta vez el acompañamiento melódico era el crepitar de las olas. “A mi me pasa igual, pero por lo menos Oscar me ayuda”. Laura queriendo ayudar a su amiga respondió con la verdad de que su novio ya no era un rollete de verano, un chico que tengo por ahí, o un pasatiempo. Sin saberlo ella se había enamorado tan locamente de este chaval al que al principio deshacía en negativas y sin él, ahora es incapaz de vivir.

“No me quejo en absoluto de él. Me quiere, me apoya y ayuda. Cada día que pasa estoy más segura de lo que tenemos y sólo deseo poder estar juntos para siempre. Quizás, deberías tu buscar y encontrar ya a esa persona”. Laura trataba de ayudar, pero lo que hizo fue tirar de la cadena. A Isabel nunca le gustó aquel muchacho, pero la envidia de ver a tu mejor amiga sentirse amada y amante, no es plato de buen gusto, si mientras tanto tú te conformas con estirar la mano en la cama y no encontrar a nadie. “Ya, no estaría mal”, dijo sollozando. “Pero aquí los tíos, son unos niñatos, no vale ninguno para nada y todos son más que decepcionantes”. “Joder, que generalidad si llevas sin salir con alguien más de un año y encima a parte de los tonteos de noche y en los bares no haces nada”. “Con tres imbéciles me vale y me he dado cuenta de que con diez palabras me es suficiente para comprobar que ninguno tiene sensibilidad, inteligencia o humor para que me enamore de él”. Las últimas palabras Isabel las pronunció mirándose los pies mientras se encalaba el bolso sobre los hombros con más fuerza para que el incipiente viento no se lo descolgará aún más.

“Buff. Joder tía, ¡qué mal rollo!” –soltó Laura subiendo el volumen de la conversación y finalizó su intervención al mirar a su eterna amiga, ensimismada esta vez, no en la arena, sino en la figura de un joven que se mojaba los pies hasta la altura de la pantorrilla y miraba hacia mar adentro como el que hace mucho tiempo que no ve lo que contemplan sus ojos o como quien espera la llegada del barco que le trae a alguien querido.

Isabel estaba absorta. Y tiempo después se lo recordaría una Laura que respeto el silencio y ensoñación de su amiga que no podía apartar la mirada del joven. Este llevaba unos pantalones vaqueros de azul oscuro intenso remangados sobre la rodilla. Vestía una chaqueta verde y la media melena que lucía volaba al viento sobre unos hombros sustento de los brazos cruzados en el pecho. Despreocupadamente había dejado en la playa casi desierta sus zapatillas deportivas, con los calcetines apelotonados en su interior y un pequeño bolso de esos masculinos que ahora se han puesto de moda.

La imagen provocaba en la joven Isabel la misma sensación que quien contempla por primera vez en vivo, in situ, un cuadro de un gran maestro renacentista o un paisaje espectacular.

“No tienes miedo a que te lo roben”, grito una Laura que ni a voces consiguió sacar de su ensoñación a Isabel. Sin embargo Luís se giró sobre si mismo, sonrió y con un expresivo gesto dijo “No”. En ese instante comenzó a caminar a hacia la orilla. No sabía el que pero algo le empujaba a saludar y presentarse a esas dos muchachas.

Por su parte Laura no le daba ya más importancia y hacia ademán de intentar continuar su camino, pero comprobó que Isabel no deseaba moverse de allí sin conocer a ese extraño. Por eso la imagen de ambas chicas paradas sobre sus zapatillas turbó algo a un Luís que con gracejo y ante una mar, nuevamente tranquila llego hasta ellas y saludó con dos besos. Primero a Laura, “Hola, soy Luís”. “Yo Laura, encantada”. Dos besos en las mejillas que no provocaron ninguna ruborización en ambos. “¿Y tú cómo te llamas?” –interpuso gracioso Luís. Le siguió un “esta sorda, hija” de Laura, que surgió efecto inmediato en Isabel que se presento y beso a un Luís que la dedicaba una mirada de absoluta devoción. Otros dos besos chocaron en las mejillas, pero esta vez él sintió la mano de ella sobre su hombro, y ella la mano derecha de él sobre su cintura. Fueron tres segundos desde que se presentaron hasta que a Isabel se le descolgó definitivamente el bolso para este caer sobre las zapatillas de Luís.

Fueron tres segundos, pero en ellos el mundo se paro. No rompió ninguna ola ni en esa playa ni en ninguna otra. El viento paro las nubes y donde llovía se pudieron contar las gotas de agua. La luna y el Sol pararon su baile para dedicarle una mirada al unísono al momento Acabaron todos los llantos de niños dejando ahora el sonido de sus risas. Los agonizantes suspiraron porque se dieron cuenta de que no querían morir sin una nueva historia de amor en el mundo. Las lágrimas se volvieron sonrisas. Él vio la felicidad en una sonrisa, unos ojos llenos de ternura de amor que regalar. Ella se vio sorprendida por el destino que le decía en ese instante tengo a alguien para ti. Dos personas, un hombre y una mujer, se habían enamorado.

Ambos se arrodillaron apresuradamente para recoger el bolso de Isabel de la arena y allí por primera vez sus manos se tocaron. Se sorprendieron en la calidez de la mano del otro y volvieron a mirarse alborozados, para en un sonreír tenue incorporarse. Laura escucho la invitación de Luís. “Voy a tomar una cerveza en una cervecería que he visto en esa calle que se ve. Esta a unos 40 metros. ¿Venís?”. En otra situación cualquiera de las dos hubiera sido más que descarada puesto que si algo compartían era su odio y repugnancia hacia los chulos o pretenciosos. Pero ninguno de estos adjetivos se podían aplicar a la invitación de Luís. Además los tres, y sobretodo Isabel y el propio Luís se veían empujados a conocerse.

La cervecería revestida en su interior de madera oscura de roble albergaba una pequeña mesa en la esquina más alejada de la puerta. Una ventana daba una magnífica vista a la playa aunque el trajín de personas en ese momento, no dejaba ver más que el azul en los intervalos entre transeúntes. No había mucha luz en el local, en el que sólo se hallaba una camarera, de mediana edad y aspecto norte-europeo y otros dos clientes que también respondían a esa misma descripción. Tampoco importaba demasiado, puesto que la mejor cualidad del amor es que puede surgir en cualquier momento y lugar.

Tres enormes pintas de cerveza de importación albergaba ya la mesa, cuando las palabras y las miradas empezaron a fluir. Los tres se pusieron en antecedentes. Y especialmente Isabel y Luís ávidamente interesados en la vida del uno y de la otra. Pronto Laura se dio cuenta de que “sobraba”, aunque realmente no era así. Más bien fue la que sacó las palabras en un principio y motivo las conversaciones. Así supieron la situación de Luís, como había dejado su trabajo el día anterior, su ya no tan tierna edad, y su lejana procedencia. También su deseo de estudiar y hacer con su vida algo más que reparar golpes de frenazos tardíos.

Asimismo, Luís, entendió la apatía y el vacío que Isabel sentía y por fin comprendió que a él hasta ese momento le había pasado igual. El no saber donde se encuentra esa persona especial, que el destino reserva; aquella con la que las coincidencias son gloriosas y los desacuerdos oportunos. Donde los besos más perfectos se podrán hacer eternos. Allí ante ya una cerveza medio acabada entendió que se había enamorado de una muchacha que acababa de conocer, y que le miraba con sus mismos ojos; con los ojos del amor.

Agotaron el primer envite y pronto sucumbieron ante un segundo extracto de cebada. “Me encanta la cerveza”, reconoció una entusiasmada Isabel. Luís asintió y apurando un sorbo, añadió: “La cerveza es buena; y ahí que reconocer que el paisaje de una playa es algo precioso de lo que la gente de esta zona podéis gozar. Pero lo mejor es vuestra compañía”. Como respuesta sólo obtuvo la risa de Laura, y el enrojecimiento de las mejillas de una Isabel que se sentía por primera vez enamorada.

“Bueno, yo creo que después de 4 pintas ya esta bien, no”. Sentenció Laura. El dorado líquido había corrido por las gargantas de los tres, y las miradas entre Luís e Isabel también. Cada uno de ellos miraba al otro con pasión. Ambos se dieron cuenta de que estaban amando y siendo amados. Luís recordó un pasaje de un libro, leído hace mucho tiempo, y que en palabras de un escritor latinoamericano describía la vida como el camino, el sendero de las decisiones que con fuerza, convencimiento y sinceridad puede hacernos especiales. Por su parte, Isabel, a su vez, añoraba un verso del primer poema que leyó en la soledad de su habitación con poco más de quince años:

“Despierta, tiempo al mirarte;

dormida, me atrevo a verte;

por eso, alma de mi alma,

yo velo mientras tú duermes.

Al salir de la taberna la apacible tarde costera se había convertido en un oscuro anochecer motivado por unas nubes que ya empezaban a descargar su presencia. Los tres corrieron al coche de Luís y durante el camino hacía el chalet del tío de Laura, convencieron al conductor para cenar con ellas. Al llegar a casa se introdujeron en la cocina y todos empezaron a elaborar una sencilla cena basada en una ensalada de canónigos con queso fresco, manzana, nueces y ciruelas y un guiso de champiñones con gambas. Mientras desempeñaban las funciones culinarias alguno de los nuevos amantes desaparecieron en algún momento de la cocina. Primero fue Luís que decidió ir a buscar una botella de vino a su apartamento alquilado, a unos cinco minutos en coche. Tardo poco menos de un cuarto de hora en llegar de vuelta a la casa de las dos muchachas y lo hizo con un reserva de 2001 de La Rioja que había comprado en el supermercado esa misma mañana al poco de llegar.

Durante la ausencia de Luís ambas ya viejas amigas sabían de que hablar.”¡Qué! te gusta, eh…” soltó una despreocupada Laura. Isabel trato con sus palabras de ocultar que se había quedado absolutamente enamorada de Luís, pero sus gestos fueron más allá. Al “no está mal”, se le sumó una sonrisa fresca, un timbre de voz agitado, un nervisiosismo en sus manos provocado por un corazón agitado y un brillo en los ojos. Ese brillo que se siente cuando estás viviendo algo trascendental.

En el escaso cuarto de hora que Luís estuvo sólo, no hacía más que preguntarse (y no precisamente al volumen de los pensamientos), qué quién es esa tía, que nunca había sentido esto, qué la quiere conocer, amar,… Así turbado llegó nuevamente a la casa ya casi a punto para ponerse a cenar. La fina lluvia que presagiaba algo mayor, cumplió las expectativas y descargaba ya con una virulencia inusitada en ese rincón.

Montaron la cena y justo antes de sentarse a la mesa, Luís aprovecho para dar un pequeño papel doblado a Isabel que apresuradamente guardo en un coqueto bolsillo posterior que su falda albergaba.

Cuando el sonriente y seguro Luís fue a tomar asiento, vio otro papel, de un rosa coqueto y cuidadosamente doblado en la silla, que sólo pudo advertir al retirarla de la mesa. Con naturalidad trato de salvar la situación, pero la seguridad de hace unos segundos se había marchado, y en su lugar, dejo una tiritona en sus manos y piernas que casi le hace caer de la silla al tomar asiento.

La cena siguió en el mismo tono cordial de toda la tarde. O mejor dicho seguía la evolución natural de esa cordialidad, hacia la amistad eterna pasando por el respeto y simpatía mutua, el simple colegueo y el de algo más. Trataron temas diversos durante una cena de aproximadamente 25 minutos, coronada con un poco de fruta, mandarinas y manzanas, para acabar en una sobremesa con un café con hielo para él y Laura y un poleo-menta para Isabel.

Mientras exprimía el sobrecito de la infusión Isabel no podía borrar de la cabeza la ilusión y la incertidumbre sobre que pondrá en el papelito que le ha entregado Luís y que azares de la vida contiene ese secreto sobre el que esta sentada en este momento. Luís, a su vez sentía el mismo cosquilleo y siempre más nervioso, atacado por un impulso irrefrenable, se disculpó de sus dos compañeras comensales, con la excusa de ir a buscar un poco más de café. En cuanto se aseguro que no le veían saco el papel rosado y leyó:

“Nunca te había visto y me eres tan natural, conocido,

mi vida se ha ido vaciado poco a poco,

y ahora que he conocido el acento que siempre busque,

creo encontrar el amor que nos es reservado,

en una persona a conocer y hacer esposo,

en ti mi amado, te pido amor para siempre.”

Azorado Luís volvió a la mesa. Pensaba en lo leído en la misma sensación descrita y que él albergaba en el corazón. También pensó en su mensaje en el que había escrito con tinta azul y el mismo nerviosismo que el que acababa de leer. Ni se dio cuenta de que ambas mujeres ya estaban recogiendo la mesa, y se sorprendió al ver que Laura se quedaba con él. Pero Isabel quiso con delicadeza tener su momento de soledad para descubrir la misiva que le había sido dedicada, y así otra vez con la cocina como escenario de amor en verso, leyó:

“He probado de mil rosas el veneno,

y renegada mi mente y mi cuerpo prometieron evitar castigo.

Y aquí que he conocido el amor,

sólo quiero probar de ti el Morfeo,

que me pueda llevar al cielo,

que sólo será si tu acompañas mi trasiego….”

La velada ya estaba avanzada y las cartas removidas. Habían sido 9 horas de conversación, compañía y descubrimiento. Y ambos deseaban estar a solas. No hizo falta forzar la situación y Laura, recientemente enamorada y conocedora de ese paso, decidió marchar, con sueño como alegato y un jocoso “¡No os portéis mal!, como despedida…

Los nervios apenas hicieron mella en los dos nuevos amantes que se descubrieron, por fin en soledad, con la única compañía de la brisa que había quedado tras la tormenta. Quizás por respeto, o incluso por miedo a romper la magia o el hechizo apenas aflojaron la luz del salón. En ese instante se dieron cuenta de que no tenían necesidades. Ni sed, ni hambre, tampoco frío o excesivo calor… No les apetecía una copa, ni tener música como acompañante, tampoco les apetecía asomarse a la ventana a ver el paisaje… Comprendieron que el amor es la necesidad más grande, la sensación que otorga plenitud a una vida. La pasión se adueño de su alma y el amor por extensión comprendió su poder cuando sentados en el sofá, a escasos diez centímetros el rostro de ambos, se quedaron inmóviles, sumergidos en una mirada.

En ese momento no había más que decir. Sólo, tan sólo, les quedaba vivir el sueño de toda su existencia. Ser felices haciendo feliz a la persona amada. Ambos en esa mirada lo compartían. Luís e Isabel se hicieron eternos en el momento en el que juntaron los labios por primera vez. Jamás tendrán que decirse uno al otro “Dime que me quieres”… Con sus ojos se estarán lanzando un continúo “Te quiero” por el resto de sus vidas.

El amor no tiene otra arma que su inmortalidad. Y no le hace falta

más cómplices, que dos almas idóneas…

lunes, 31 de enero de 2011

La revolución silenciada


Recientemente nos han sorprendido los acontecimientos de Túnez que han desembocado en la huida del tirano Ben Alí, tan demócrata para occidente hasta anteayer y alumno ejemplar del FMI. Sin embargo, otra “revolución” que tiene lugar desde hace dos años ha sido convenientemente silenciada por los medios de comunicación al servicio de las plutocracias europeas.

Ha ocurrido en la mismísima Europa (en el sentido geopolítico), en un país con la democracia probablemente más antigua del mundo, cuyos orígenes se remontan al año 930, y que ocupó el primer lugar en el informe de la ONU del Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se trata? Estoy seguro de que la mayoría no tiene ni idea, como no la tenía yo hasta que me he enterado por casualidad. Se trata de Islandia, donde , se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su constitución. Y todo ello de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual. He aquí por qué no se han dado a conocer apenas estos hechos durante dos años o se ha informado frivolamente y de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo? Y de paso confirmamos, una vez más por si todavía no estaba claro, al servicio de quién están los medios de comunicación y cómo nos restringen el derecho a la información en la plutocracia globalizada de Planeta S.A..

Esta es, brevemente, la historia de los hechos:

  • A finales de 2008, los efectos de la crisis en la economía islandesa son devastadores. En octubre se nacionaliza Landsbanki, principal banco del país. El gobierno británico congela todos los activos de su subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes británicos y 910 millones de euros invertidos por administraciones locales y entidades públicas del Reino Unido. A Landsbanki le seguirán los otros dos bancos principales, el Kaupthing el Glitnir. Sus principales clientes están en ese país y en Holanda, clientes a los que sus estados tienen que reembolsar sus ahorros con 3.700 millones de euros de dinero público. Por entonces, el conjunto de las deudas bancarias de Islandia equivale a varias veces su PIB. Por otro lado, la moneda se desploma y la bolsa suspende su actividad tras un hundimiento del 76%. El país está en bancarrota.
  • El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que aprueba un préstamo de 2.100 millones de dólares, completado por otros 2.500 millones de algunos países nórdicos.
  • Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van en aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y tres días después, las caceroladas ya son multitudinarias y provocan la dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de todo su gobierno en bloque. Es el primer gobierno (y único que yo sepa) que cae víctima de la crisis mundial.
  • El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que sale un gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera Ministra Jóhanna Sigurðardóttir.
  • A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del país y el año cierra con una caída del PIB del 7%.
  • Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se propone la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular.
  • En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con un 93% de los votos. La revolución islandesa consigue una nueva victoria de forma pacífica.
  • El FMI congela las ayudas económicas a Islandia a la espera de que se resuelva la devolución de su deuda.
  • A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del Kaupthing, Sigurdur Einarsson.
  • En este contexto de crisis, se elige una asamblea constituyente el pasado mes de noviembre para redactar una nueva constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurre directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas. La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.
  • Y para terminar, otra medida “revolucionaria” del parlamento islandés: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (Icelandic Modern Media Initiative), un proyecto de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información y de expresión. Se pretende hacer del país un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información donde se protegan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen información periodística; el infierno para EEUU y el paraíso para Wikileaks.

Pues esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis, reescritura de la constitución por los ciudadanos y un proyecto de blindaje de la libertad de información y de expresión. ¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos? ¿Se ha comentado en las repugnantes tertulias radiofónicas de politicastros de medio pelo y mercenarios de la desinformación? ¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no. Debe ser que a los Estados Unidos de Europa no les parece suficientemente importante que un pueblo coja las riendas de su soberanía y plante cara al rodillo neoliberal. O quizás teman que se les caiga la cara de vergüenza al quedar una vez más en evidencia que han convertido la democracia en un sistema plutocrático donde nada ha cambiado con la crisis, excepto el inicio de un proceso de socialización de las pérdidas con recortes sociales y precarización de las condiciones laborales. Es muy probable también que piensen que todavía quede vida inteligente entre sus unidades de consumo, que tanto gustan en llamar ciudadanos, y teman un efecto contagio. Aunque lo más seguro es que esta calculada minusvaloración informativa, cuando no silencio clamoroso, se deba a todas estas causas juntas.

Algunos dirán que Islandia es una pequeña isla de tan sólo 300.000 habitantes, con un entramado social, político, económico y administrativo mucho menos complejo que el de un gran país europeo, por lo que es más fácil organizarse y llevar a cabo este tipo de cambios. Sin embargo es un país que, aunque tienen gran independencia energética gracias a sus centrales geotérmicas, cuenta con muy pocos recursos naturales y tiene una economía vulnerable cuyas exportaciones dependen en un 40% de la pesca. También los hay que dirán que han vivido por encima de sus posibilidades endeudándose y especulando en el casino financiero como el que más, y es cierto. Igual que lo han hecho el resto de los países guiados por un sistema financiero liberalizado hasta el infinito por los mismos gobiernos irresponsables y suicidas que ahora se echan las manos a la cabeza . Yo simplemente pienso que el pueblo islandés es un pueblo culto, solidario, optimista y valiente, que ha sabido rectificar echándole dos cojones, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo.

El país ya ha iniciado negociaciones para entrar en la Unión Europea. Espero, por su bien y tal y como están poniéndose las cosas en el continente con la plaga de farsantes que nos gobiernan, que el pueblo islandés complete su revolución rechazando la adhesión. Y ojalá ocurriera lo contrario, que fuera Europa la que entrase en Islandia, porque esa sí sería la verdadera Europa de los pueblos.

jueves, 27 de enero de 2011

Gothic Metal A "Capella"




Fundada en 2006 por Stefan Schmidt y procedente de Alemania, la banda de heavy metal Van Canto pasa por ser una de las más originales dentro del amplio universo del metal. Pero, ¿en qué radica lo especial, novedoso, original y peculiar de está banda alemana? La respuesta puede ser insospechada para los más neófitos en la materia del metal, pero para todos los que abrazamos la energía oscura, resulta una revelación; un sueño alado que todos de manera "amateur" y seguramente desafortunada hemos intentado con nuestros himnos y temas favoritos. Esa respuesta es que sus canciones, están hechas a capella. El único instrumento que usa esta banda para dar fuerza y energía, compás y ritmo a las melodías es la batería, con Bastian Emig en las baquetas. El resto de sonidos de instrumentos (guitarra, bajo o teclados) son realizados por las voces prodigiosas y esplendorosas de 5 cantantes. Dennis Schunke, Inga Scharf, Stefan Schmidt, Ross Thompson e Ingo Sterzinger. Todos ellos se reparten dependiendo del tema uno u otro instrumento, o incluso la voz principal del tema, aunque normalmente suele ser Inga Scharf la que lleva la voz cantante (nunca mejor dicho), o incluso también voces guturales o masculinas para duetos a lo Beauty and the Beast.

Su álbum debut no tuvo facilidades en su concepción y producción por lo que todos los integrantes se remangaron para sacar a la luz "A Storm to Come" (diciembre de 2006) que fue todo un éxito en la escena metalera, tanto en criticas, como público lo que le valío las puertas de los grandes festivales alemanes en su primer año como el Rock Harz-Open Air. El éxito con los directos se mantuvo alto y fue mucho más fácil la creación de su segundo albúm "Hero" (Septiembre de 2008) con 5 temas originales y extraordinarios covers de clásicos de Blind Guardian, Deep Purple o todo un Kings of Metal de Manowar. El año pasado sacaron a la venta su tercer disco, "Tribe Of Force" con temas que van desde el lirismo y el folclore del centro y norte europeo, propios del Power Metal, hasta la temas más intimistas más propios del Gothic Metal. También destaca un impresionante cover del Master of Puppets de Metallilca, imprescindible.

Así de esta forma los alemanes Van Canto han creado un nuevo género dentro del Metal, que ellos mismos han denominado: Hero Metal A Capella.

El original de Nightwish


El cover de Van Canto



El original de Metallica


El cover de Van Canto



El original de Iron Maiden


El cover de Van Canto



El original de Manowar

El cover de Van Canto

martes, 25 de enero de 2011

Otro Round más: Nos la quieren meter doblada


Pinchar para ampliar. Tomada de unrespetoalascanas...


¡Qué miedo me da ver a la derecha y a la izquierda (centro) de este país que acuerden algo!. Me da miedo porque son más de lo mismo y sus alianzas aunque en el transfondo son lo mismo, cuando pierden la decencia dan pena. Y me acojona porque siempre que los conservadores en este país se han sentado en una mesa a dialogar y salen con la palabra acuerdo, quiere decir que algo se cobrarán... No sabemos el qué, ni cuándo, y simplemente aventuramos el por qué, pero que sea debido a las gracietas de gente como Alejandro Sanz, la ministra de cultura o Teddy Bautista es de peli de terror mala, pero no barata.

La noticia ha saltado hoy. PPSOE salta a la palestra para proclamar a los cuatro vientos su amor de convenencia en apoyar la Ley Sinde. El PP dice que se suma al consenso porque han conseguido meter una disposición para que el cierre de webs se produzca bajo una orden judicial. Es un avance. Teórico pero avance. Avance porque por lo menos alguién, no se sabe representante de quién, pero de los internautas y consumidores seguro que no se ha sentado a dialogar y han dialogado. Teórico, porque aunque un juez dictamine el cierre de un alojamiento web por contener enlaces de descarga de material "cultural" protegido por los derechos de autor, está disposición siempre quedará tumbada en los tribunales de segunda instancia, en los recursos a la primera decisión judicial. Y es que la fina línea que divide y organiza los derechos siempre los derechos personales y no por el lado económico. Ya es hora de ponerse manos a la obra (revolucionaria) en este país y este puede ser un buen motivo. Si se cierra una web en España por albergar enlaces de desarga, es decir, si se corta la libertad de expresión de un individuo en aras de decisiones económicas se va a armar. A ver quien es el primer juez que se atreve a prevaricar, visto como le van las cosas a Garzón, por mucho derecho a la propiedad intelectual y mucho pacto PPSOE que se tercie.

La libertad individual debe prevalecer sobre los derechos y privilegios económicos ya sean de multinacionales ancladas en el jurásico del analógico o de artistas de medio pelo, que por del azar ya están forrados hasta los pendientes y que encima se permitan el lujo de dar lecciones desde la hipocresía. Y es que si ya me caía mal el amigote Alejandro Sanz, si ese que no cotiza en España y que cobra de un impuesto nacional como es el canon, pues al impresentable le da por compararse con los niños africanos que mueren de hambre o SIDA porque resulta que la pasada semana le dió por visitar Zimbabwe. Si el personaje supiera aquello de informarse antes de hablar (y cagarla) comprendería (o no, porque tiene pinta de ser un zote) que el verdadero problema del SIDA en Africa viene de las patentes de la industria farmaceútica que transforman en prohibitivos los tratamientos retrovirales para los pobres, o la investigación de posibles curas o vacunas por laboratorios externos. Sigamos con el tema, que me desvío aunque ya volvere a este bocazas.

Lo cierto es que el día de hoy internet, internautas y España, que todos somos una, pero ni grande ni pequeña, ni mucho menos libre, ha estallado en un hervidero de noticias, reacciones, contra-noticias, posts, tweets, compartidos (que miedo se le tiene a esta palabra) en el que todo el mundo ha dado su opinión (si porque esto joder, aunque no lo parezca, es una democracia) y en el que las respuestas ante tal despropósito no van a quedar atrás. Los internautas que celebramos compartir opiniones, frikismos, ideas, diálogos, debates y cultura, no vamos a tolerar otro atropello. Si en las calles no hay manifestaciones, y si las hay tienen sus perros domésticados para morder la mano que les da de comer (esto va por todas las manifestaciones aplacadas por las "fuerzas de seguridad" y su tecnología del control de masas) no van a callar mi router, mi pc, mis discos duros, ni mi libertad. No podemos permitir que vengan a cortarme una ventana al mundo, una ventana para saber lo que pasa. Cercionar la libertad, el entendimiento, la discrepancia y dejarnos el mundo en una mirilla en la que les sea muy fácil controlar la realidad y lo que queremos ver, conocer y pensar. Se acabó. Por aquí no vamos a pasar.

Y ahora que hay jurisprudencia comunitaria sobre el manido canón digital e ilegal que yo ya sé que jamás nos van a devolver y con el que tanta gentuza sin talento y sin oficio y con beneficio se ha lucrado y que ha hecho que este país tenga tan díficil eso de cambiar el modelo de producción, entre otras cosas. Ya estamos hartos de tanta inmoralidad y de un ministerio de cultura que en vez de promover la cultura funciona inversamente al revés, en favor de unas multinacionales y de unos personajillos que perseguien el beneficio económico lo que es sinónimo de minimizar el acceso a la cultura a gran parte de la población. Se van ganando rounds pero la batalla continúa y se acerca el momento final. Que ante el atropello de hoy gente como el presidente de la Academia de cine, Alex de la Iglesia, tenga gestos así, no sólo anima la esperanza de que la libertad y el sentido común prevalecerán, sino que además le dignifica.

No ha querido el señor de la Iglesia sentarse y esperar. Ha visto la injusticia y la demagogía y se remango con ganas de solucionarla. Se sentó con todos los actores, escucho a los internautas y al resto de partes en conflicto. Comprendió y entendió de que se hablaba, y la inviabilidad y locura de legislar en favor de un sistema productivo desligado no ya del futuro, sino del presente. Anunciar su dimisión tras el pacto por el que nacerá esa aberración llamada Ley Sinde, es un gesto político de alguién que no tiene nada de político, y que le honra. Por fortuna no es la única voz desde el mundo de la cultura que apela por la lógica y la decencia. En un país donde el acceso a internet tiene poco de competitivo y en el que la industria cultural vive a golpe de subvención.

Como tenemos por costumbre nunca sabremos la verdadera naturaleza del pacto alcanzado. En esta pseudo democracia que tenemos en este país no se nos permite pensar, preguntar y por supuesto la veracidad y la verdad estarán bien enterradas. Siempre seguiremos ciegos a menos que nos levantemos, y este es el momento, y este un buen motivo:

Ayer, 24 de enero de 2011, se vivió en España una de las jornadas políticas más bochornosas de la historia del país. Y es que, como la mayoría ya sabréis y os fuimos contando al minuto, finalmente la aberración conocida popularmente por el nombre de “Ley Sinde” —tumbada en el Congreso en diciembre— fue revivida en el Senado gracias a un acuerdo entre PSOE, PP y CIU.

cultura no es un crimen1 Dinamitemos la “Ley Sinde”

Concretamente estos tres partidos pactaron una enmienda de modificación a la “Ley Sinde” (o disposición final segunda) para rescatarla que básicamente no modifica nada de lo esencial del texto original e incluso lo empeora. Por ejemplo el prestigioso abogado David Bravo, especialista en los temas que nos ocupan, comentaba que “la enmienda es un desastre”, y párrafos de la disposición final segunda como el que pondré seguidamente —que no sirven más que para quitarle funciones a los jueces y dejarlas en manos de órganos administrativos— se pasan por alto en la propuesta de modificación:

La sección podrá adoptar las medidas para que se interrumpa la prestación de un servicio de la sociedad de la información que vulnere derechos de propiedad intelectual o para retirar los contenidos que vulneren los citados derechos siempre que el prestador, directa o indirectamente, actúe con ánimo de lucro o haya causado o sea susceptible de causar un daño patrimonial

Pero por el momento, dejemos de lado el tema puramente judicial (los análisis serios sobre eso llevan su tiempo, a lo largo del día de hoy publicaremos alguno aquí aunque partes importantes de los ya realizados siguen siendo válidas) y centrémonos en otras cuestiones vitales a mi parecer.

Por un lado lo primero que creo es de justicia recalcar es que el Partido Popular se ha reído de todos nosotros. Por que sí amigos, esta fuerza política que ayer apoyó al Gobierno y su “Ley Sinde”, es la misma que hace aproximadamente un mes techaba a la ministra Ángeles González-Sinde de “La gran hermano de Internet” y nos prometía el oro y el moro.

Además dicho partido tenía en su mano la solución al conflicto: terminar definitivamente con la disposición final segunda, con lo que se podría haber comenzado un nuevo proceso de debate entre todas las partes para confeccionar mediante consenso una normativa equilibrada y efectiva. En vez de eso han optado por unirse al Gobierno y agachar la cabeza ante las presiones externas declinando la oportunidad de hacer política de la de verdad.

Por otro lado hay que dejarles meridianamente claro a los políticos que la futura puesta en marcha de la “Ley Sinde” no va a servir para absolutamente nada (o nada bueno mejor dicho). La industrialización de la piratería seguirá y a mayores surgirán nuevos problemas derivados de la norma que hasta hoy no existían (por ejemplo están criminalizando los enlaces, que son pilar fundamental de Internet).

¿Y ahora qué hacemos? Pues la verdad es que contestar la cuestión no es nada fácil, pero lo que tengo claro es que entre todos tenemos que empezar a pensar fórmulas para dinamitar tanto la “Ley Sinde” —que en no mucho será aprobada irremediablemente y después de eso empezará a aplicarse— como a todos los actores políticos que la han promovido (respecto a esto último muchos están apoyando ya una petición de dimisión de Ángeles Gónzalez-Sinde).

Así que para cerrar, os paso el testigo a vosotros los lectores: ¿qué acciones podemos emprender los ciudadanos contra la disposición final segunda y sus promotores políticos? Si hay varias interesantes me comprometo a recopilarlas todas en un nuevo post y darles la mayor difusión que me sea posible.



(esto al hilo de que al señorito le permiten sacar la basura en un periódico de tirada nacional)
Alejandro, yo no te conozco personalmente. Como no me gusta tu música, nunca me he descargado una canción tuya, ni legal, ni alegalmente, sin embargo esos políticos que tanto te repugnan, me han obligado a pagarte a lo largo de estos años, más que una de tus fans quinceañeras, a través del canon digital de mis cacharros informáticos y del 30% de cada CD que he quemado. Pues bien, no contento con esto, tengo que encontrarme contigo en un artículo de El Pais donde me llamas, entre otras lindezas, “talibán”, “proxeneta”, “pirata”, “fascista” y ladrón, por el simple hecho de que he ejercido mi libertad de expresión dentro de una campaña emails a nuestros partidos políticos, que es parte de la normalidad democrática en el país en el que tú vives, pero no en el reino cocotero de Hispanistán y me pregunto ¿Por qué tengo que aguantarle a este tipo semejante pandemonio de insultos, falacias, mentiras, manipulaciones, y lugares comunes, aliñados con la misma chabacanería y la misma hipocresía del pendenciero de paso de cebra y de los políticos, a los que él critica?

¿Hipócrita? ¿Qué por qué eres un hipócrita? Todo tu artículo destila un cinismo posiblemente digerible por los estómagos de tus fans, pero no hecho para el del “talibán” medio de internet. ¿Pero como eres tan sinvergüenza como para presentarte como un “trabajador de la industria musical”? ¿Insinuas que eres tan descamisado como el técnico de sonido o a la inmigrante que limpia los váteres de la multinacional discográfica de la que si no eres socio, poco te debe faltar? Porque cuando oigo la palabra “trabajador de la industria X”, me viene a la cabeza alguien que se come entre 8 y 10 horas de curro diarias por un sueldo que no le llega a fin de mes. Cuando te han preguntado a lo largo de tu vida “¿A qué te dedicas?” ¿Cuantas veces has contestado “Soy trabajador de la industria musical”. Puestos a usar terminología socio-laboral, yo te veo más como “empresaurio del negocio musical”, o sea, explotador del “trabajador de la industria musical”. Y tienes la cara dura de salir a hablar de los puestos de trabajo de los demás. Pero si a ti, todo lo que no sea la cuenta de resultados de Alejandro Sanz S.A., te importa una mierda. Si te importaran nuestros puestos de trabajo, estarías pagando tus impuestos en Hispanistán y no en Miami (donde casualmente te salen más baratos).

También eres un irresponsable indecente cuando usas alegremente términos como “talibán” para agredir a los que discrepan de tus posiciones. Demuestra que a Alejandro Sanz, el sufrimientos de la población (y especialmente de las mujeres) de uno de los países más pobres del mundo bajo un régimen atrasado y sanguinario, le parece comparable a una miserable disputa económica sobre los metros de eslora de un yate, siempre que dicho yate sea el de Alejandro Sanz ¡Tiparraco execrable!

Me llamas “dictador” y “fascista” porque he expresado con un email mi opinión a nuestros representantes políticos. Pero ¿A qué colegio te mandaron de pequeño? ¿O eres cretino congénito? Hasta los seres más básicos saben que el fascista no necesita mandar emails de protesta para lograr sus objetivos, pues habla mafiosamente con el presidente de turno para que le saque leyes que conserven sus prebendas por la fuerza y que a los dictadores no hay cosa que más les joda que el control judicial independiente sobre las acciones de sus gobiernos (vamos vuestra Ley Sinde). Vamos, que si aquí hay algún adlater de algún dictador fascista, ese no soy yo. Debe ser entonces Alejandro Sanz.

También llamas “proxeneta” en una analogía de una catadura moral similar a la del “talibán”. Si quien se baja tu música gratis fuese por ello tu “proxeneta”, entonces tú deberías ser “su puta” (siguiendo con tu ocurrente juego de palabras “su fusa”). Sin embargo esas personas no te obligan a vender tu música, ni luego te piden una parte de tus beneficios para lucrarse ¿es que también quieres equipararte a una “mujer sexualmente explotada”? Si continuas con esta escalada de cinismo, acabarás hablándonos en nombre de los inmigrantes o de los niños hambrientos del mundo.

Aquí nadie te roba tus canciones hombre, que mientes como una fusa (puta y corta). El que se intercambien tus canciones te hace publicidad gratis. No te deja a ti sin tu canción y sin la posibilidad de que se la vendas a una adolescente (seguramente privada de su criterio musical por la revolución hormonal), sino que te ayuda a que otros las escuchen y eventualmente vayan a tus conciertos. Vamos que te hace un favor, pero como eres un ávido insaciable, con eso no te basta. Además quieres que te pague una parte, para el o ella importante, de sus mil euros mensuales, de modo que tú puedas cambiarlos a dólares que paguen tus caros vicios miameros.

Porque te gusta gritar con mayúsculas ¡¡¡DERECHOS!!! ¿Tu derecho a yate? ¿Los derechos de los cuatro privilegiados a los que representa la SGAE? En Hispanistán hay derechos conculcados mucho más básicos que los tuyos como por ejemplo el derecho a una vivienda digna y el derecho a un trabajo digno, explicitados en la Constitución y que nunca se han cumplido ni se van a cumplir ¿Y quieres poner de tu parte a alguien con dos dedos de frente, a base de pedir justicia? Anda y que te den, basura.

Siento tener que pararme en cada frase de tu remedo de libelo, pero es que pone los pelos de punta ver a alguien que casi no sabe ni hablar, ondear el estandarte de la cultura en plan salvapatrias, tomándonos de paso a los que lo leemos por gilipollas. Antes de permitirte ofrecer consejos hipócritas sobre cualquier aspecto del futuro de Hispanistán, quédate en aquí a pagar impuestos, porque en el siglo XXI, lo que no sea patriotismo fiscal, es patrioterísmo de falsete. Además, oirte hablar en nombre de la cultura es como oír hablar al de la oficina de prensa de Macdonalds en nombre de la gastronomía. La Cultura, como El Arte, mata a sus hijos de hambre, porque está hecha además de talento y de trabajo, de coherencia sin concesiones y no de trapicheos políticos y comerciales. En lo sucesivo confórmate con hablar en nombre “del mundo de las canciones comerciales”, que ahí cabe de todo y no nos castigues con la próxima sarta de memeces que se te ocurra.

Por cierto y por último: Al presidente de la Asociación de Internautas lo eligen los socios de la Asociación de Internautas ¿Eres socio de la Asociación de Internautas? ¿Sabes en qué consiste una Asociación? ¿Quien está detrás de la publicación de la carta de un cretino con ínfulas en un periódico de tirada nacional? ¿Sabes que tener el ordenador más caro del mercado no te convierte en internauta? Tú no eres un internauta, eres una enorme fusa.

lunes, 24 de enero de 2011

Los prosistema


Utilizando esta crisis que ellos mismos han provocado, quieren privatizar los servicios públicos para mercantilizar la sanidad, la educación y todo lo que se ponga por delante. No tienen ningún inconveniente en denigrar a los empleados públicos.

A raíz de la agresión al consejero de Cultura, agresión absolutamente condenable sin paliativos como cualquier acto de este tipo, y de la detención de una persona que ha sido catalogada de ´antisistema´, a la que se ha agredido en otro orden en su dignidad como persona —agresión que también hay que condenar sin ningún ´pero´ y con firmeza democrática y moral— quisiera reflexionar sobre los ´pro sistema´. Es llamativo que siempre se hable de los antisistema y se haga de una manera peyorativa y casi siempre vinculándolos a la violencia. Este simplismo, además de falso es interesado, porque se pretende desprestigiar a muchísimos colectivos y personas que nos declaramos en contra del capitalismo; por tanto, somos antisistema y queremos un mundo distinto, bastante distinto al que tenemos.

Los prosistema están destruyendo nuestro planeta, que si no se cambia de rumbo, tiene los días contados. Nuestro planeta no aguanta esta actividad productiva y consumista que sólo sirve para enriquecer a una minoría.

Los prosistema están destruyendo la vida de muchas personas en aras al máximo beneficio. En nuestro planeta mueren de hambre al día 70.000 personas, de las cuales unos 35.000 son niños; hay 1.100 millones de hambrientos en le mundo; son mil millones los desempleados en el mundo; hay 3.000 millones de personas que carecen de acceso a servicios sanitarios mínimos; trece millones de personas mueren al año en el mundo debido al deterioro del medio ambiente y el cambio climático…

Los prosistema defienden una economía financiera especulativa, que ha supuesto empobrecimiento, despidos y una deuda privada de los bancos y cajas que los Gobiernos no sólo han permitido, sino que han sido cómplices, y la han pagado de las arcas del Estado, generando una deuda pública que tiene que ser pagada destruyendo el modelo basado en la sociedad de bienestar.

Los prosistema, utilizando esta crisis que ellos mismos han provocado, quieren privatizar los servicios públicos para mercantilizar la sanidad, la educación y todo lo que se ponga por delante. No tienen ningún inconveniente en denigrar la figura de los empleados públicos.

Los prosistema defienden el despido libre y el trabajo en condiciones inhumanas. Echan a las familias a la calle en procesos judiciales de desahucios y, si se lo impiden, amenazan con retirarles sus hijos y mandar a los antidisturbios.

Los prosistemas fomentan y justifican la corrupción, el todo vale y sus grandes sueldos y privilegios. Después, cuando abandonan sus cargos, tienen algunos cuantiosas extras que les paga alguna empresa privada como asesores, mientras ellos claman a los cuatro vientos que hay que trabajar más y ganar menos para ser competitivos.

Los prosistema son muy educados. Visten bien, hablan tranquilos y con serenidad, pronuncian las ´eses´, tienen siempre la conciencia tranquila, no les tiembla el pulso para tomar medidas que destruyen a las personas, las familias y la naturaleza. Y, siempre, terminan con un mensaje de esperanza y prosperidad.

En definitiva, los prosistema generan una violencia inusitada. Su capacidad de destrucción no tiene límite. Y como se suele decir: que Dios nos pille confesados, porque los prosistema están amparados por todos los poderes, pero, a pesar de ello, los antisistema seguiremos luchando por ese otro mundo posible que pone a las personas por encima de la economía.

martes, 18 de enero de 2011

¿Pero había una dictadura en Túnez?

Un informático inmolándose en un parlamento. Protestando porque le quitaron la fruta que vendía con la que trataba de alimentar a su familia. Una subida de precios brutal. Una sistema corrupto y amoral implantado y construido para beneficio de unos pocos. Nepotismo en grandes dosis ante una población sometida por un ficticio estado de bienestar y una continúa sensación de alarma y peligro alimentando el nacionalismo más recalcitrante. Axfisiado por una comunidad internacional cómplice de apretar el yugo de la dictadura beneficiándose de su mano de obra barata, sus recursos naturales, una clase media con cierta e ilusoria capacidad de consumo; Cómplices la Unión Europea o Estados Unidos con una falsa democracia que ha explotado desmontando un estado servilista y decadente y que embarga a todo el país tunecino en una transición a la democracia, esperemos pacífica, real y más corta, que por ejemplo la española.

Pero hay algo que me llama mucho la atención. El ciudadano medio europeo nunca había oído ninguna queja sobre la figura del presidente tunecino; los medios no denunciaban que aquello fuera una dictadura, los parlamentos no aprobaban resoluciones de condena contra aquel gobierno, no se escuchaban acusaciones contra la falta de libertad de expresión en ese país. Incluso la ONU celebró una cumbre sobre el derecho a la información en su capital, en la capital de un país donde no se puede acceder a youtube, pero nadie nos lo había contado.

Las dictaduras siempre están en Cuba, Venezuela o Bielorrusia, en países donde las elecciones las gana la izquierda. No importa que haya observadores internacionales o no. Los países sumisos a los gobiernos occidentales y las instituciones económicas internacionales nunca son acusados de dictaduras, aunque su presidente lleve décadas en el poder mediante elecciones donde los partidos de la oposición pueden existir siempre que pidan el voto para el presidente. Pueden reprimir violentamente manifestaciones, prohibir sindicatos y periódicos, que nunca será noticia en nuestros medios de comunicación. Todo eso era Túnez con el gobierno de Ben Alí.

Los diarios, incluso cuando un clamor ciudadano se levanta indignado contra el dictador, no lo califican de “dictador” como siempre hacen con los gobernantes de los citados países de izquierda. Para El País (14-1-2011), Ben Alí es “presidente”, “mandatario”, o se refiere a él como “el que es presidente del país desde hace 23 años”. El día anterior, la agencia Efe y el diario Público seguía dirigiéndose a Ben Alí como presidente, nunca como dictador.

En cuanto a los políticos europeos, es importante saber que el partido de Ben Alí, la Asamblea Constitucional Democrática (conocida por sus siglas en francés RCD, Rassemblement Constitutionnel Démocratique), pertenece a la Internacional Socialista, es decir, el club de los partidos socialdemócratas donde también se encuentran el PSOE, el Partido Laborista británico, el Partido Socialista Francés, o el Partido Nacional Democrático de otro dictador amigo, el egipcio Hosni Mubarak. El 14 de enero, antes de la caída del gobierno, el diario El País reproducía una noticia de apoyo titulada: “La UE celebra la decisión de Ben Alí”. Decía el texto que “la diplomacia de la UE ha celebrado hoy el anuncio de Ben Ali de no presentarse a una quinta reelección a la presidencia de Túnez en 2014”. Curiosa reacción la de los gobernantes europeos. Si Ben Alí no es un dictador y sus elecciones son limpias, ¿por qué no se puede volver a presentar a las elecciones? Y si es un dictador que se ha mantenido en el poder mediante fraudes electorales, ¿por qué lo aceptan en la Internacional Socialista? ¿por qué deben esperar los tunecinos tres años más para quitarse la dictadura de encima e iniciar una democracia? No será que la UE, como con tantos dictadores amigos, los da por amortizados cuando la paciencia de los ciudadanos que los sufren llega a su límite, los muertos se amontonan por decenas y entonces se hace necesario desmarcarse, dejarlos caer y pensar en un sustituto que parezca diferente pero que todo siga igual.

La conclusión es evidente. Las dictaduras amigas no tienen ninguna dificultad en ser aceptadas por nuestros medios de comunicación, nuestros líderes e instituciones políticas europeas y, por supuesto, las instituciones financieras internacionales. Cuando escuchemos sus denuncias o halagos a otros gobernantes, no olvidemos la tabla de medir que usan y que han usado para el dictador tunecino. La realidad es que el colonialismo sigue vigente en la mayor parte de África y las empresas y corporaciones "occidentales" siguen encontrando en ella todo lo necesario para maximizar beneficios, cuadrar cuentas y enriquecerse a costa de empobrecer más a los países africanos, contando eso sí, con la ayuda de personajes o familias de ladrones y asesinos bien asentados en su trono a base de estrangular a su pueblo. El que nuestros políticos y supuestamente legítimos representantes lo vean con buenos ojos, no nos tiene que sorprender. Que nosotros nos enteremos cuando saltan las protestas y los botes de gas lacrimógeno inunda las calles nos tiene que hacer reflexionar sobre nuestro papel en el mundo.


Viñeta aparecida en el Tribuna de Salamanca, el martes 18 de enero de 2011.
El conservador diario se mofa de nosotros con una caricatura del ex-lider tunecino y sus corruptelas, ahora que queda bien. Antes cuando era "nuestro amigo" no se permitía discutir su figura.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...