lunes, 30 de agosto de 2010
Santa Marta y el consenso
Cuidado con la solidaridad

"Nadie tiene el monopolio de la solidaridad ni cuestionamos el corazón de las personas. Pero la experiencia demuestra que las caravanas tienen un impacto muy bajo en el desarrollo de los países pobres", resume Francisco Rey, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). Rey cree que hay "otras vías más eficaces" para canalizar la ayuda. "Aunque las empresas y los Ayuntamientos paguen esas campañas, la relación entre costes y beneficios es negativa", insiste. "Una caravana tiene poco impacto de ayuda", coincide la Coordinadora de ONG para el Desarrollo España (CONGDE), "para lo costosa y peligrosa que es".
Entidades y expertos no solo ponen en duda los aspectos prácticos (poca relevancia de las caravanas) sino que critican también el fondo del asunto. No les gusta lo que representan las caravanas. Están fuera de lugar, dicen, y no encajan con la idea de cooperación tal como se entiende hoy: cambiar las estructuras de los países del Tercer Mundo para fomentar su desarrollo.
"Hace medio siglo se podía entender esta redistribución de bienes. Pero ahora se trata de combatir las injusticias sociales", argumenta el presidente de la Federación Catalana de ONG para el Desarrollo (FCONGD), Ferran Mateu.
"Las caravanas han ido desapareciendo. Los materiales que se necesitan para los proyectos se compran en el propio país. Además, las buenas prácticas dicen que es mejor trabajar al máximo con la parte local. La caravana básicamente es logística, y ya no se trabaja así", indica David Minoves, director general de Cooperación al Desarrollo y Acción Humanitaria de la Generalitat.
Barcelona Acció Solidària ya ha anunciado que organizará una nueva edición de su "caravana solidaria", que concibe como un "homenaje" a los tres secuestrados por Al Qaeda en Mauritania: Pascual, Vilalta y Alicia Gámez. La entidad navega contracorriente, ya que a las críticas del sector se han sumado las objeciones de las instituciones. El presidente de la Generalitat, José Montilla, se unió ayer a la petición de la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, en el sentido de no celebrar nuevas expediciones de ayuda. Al menos, en zonas de riesgo como el Sahel.
Acció Solidària replica que, si el problema es la seguridad, extremará las precauciones y evitará errores pasados. En la última edición, por ejemplo, la entidad informó a través de Internet del lugar exacto en el que dormían cada noche. Los coches tenían incluso un localizador "para facilitar el seguimiento a los familiares", según Francesc Osan, de la ONG catalana. No se plantearon que esa información pudiera ser utilizada para fines más perversos.
"Lo haremos todo de forma discreta y segura. Evitaremos circular de noche y haremos rutas cortas. Ahora sabemos que las condiciones de seguridad en la zona han cambiado", dice el portavoz de la ONG, quien insiste en que la carretera principal de Mauritania (donde se produjo el asalto) era, hasta el año pasado, un lugar seguro. Si la entidad no cambia de criterio, la próxima caravana partirá de España en noviembre y llegará por mar hasta Dakar, para repartir ayuda a Senegal y Gambia. La segunda parte del viaje se hará, por tierras marroquíes, en Semana Santa.
La entidad a la que pertenecen Gámez, Vilalta y Pascual ha hecho autocrítica en materia de seguridad, pero no acepta que su ayuda sea, como apunta el sector, poco útil. "Nuestro proyecto sirve. Trabajamos con ONG pequeñas que no tienen forma de enviar los materiales que reúnen a los países de África con garantías. Somos casi como mensajeros, nos aseguramos de que la ayuda llegue a su destino", dice Osan, que cita el ejemplo de una pequeña entidad de La Bisbal (Girona) que envió un contenedor con camas para un hospital de Dakar. El contenedor tardó nueve meses en salir del puerto. "La corrupción en esos países es brutal. Los robos, también".
La ONG reta a la Agencia Española de Cooperación Internacional a que realice esa tarea y le evite así su "necesaria" misión. "Hay desconocimiento de nuestra caravana. Y algunos lo han aprovechado con mala fe. Hacemos un servicio que deberían hacer las instituciones públicas y nos dicen que somos la caravana de los Reyes Magos".
Las críticas, sin embargo, arrecian también desde ese terreno: los expertos creen que hay un punto de exhibicionismo en las caravanas solidarias. No niegan la buena fe, incluso heroísmo, de sus integrantes, pero sostienen que estas excursiones en grupo hacen más mal que bien a la causa humanitaria. "Estas iniciativas suelen ser humillantes para los países receptores y no sirven para nada al desarrollo. Son irrelevantes", tercia Antonio Sánchez, experto en cooperación no gubernamental. Según Sánchez, la caída de las subvenciones públicas hará que determinadas ONG "desarrollen iniciativas más mediáticas para nutrirse de recursos privados".
La caravana no es exactamente turismo solidario, que consiste en viajar a un país y comportarse de forma solidaria y responsable. Lo que hacen los miembros de la ONG tampoco son vacaciones solidarias, que busca la sensibilización de jóvenes que pasan una temporada en un país pobre. Estas opciones tienen su público y las entidades les ven cierta utilidad, sobre todo a la hora de concienciar a los ciudadanos y crear una "base social" de apoyo a las ONG.
Pero la caravana es una iniciativa sui generis que ha quedado obsoleta, ya que una caravana olvida la implicación con las entidades y la población local, que da pleno sentido a la cooperación. "Dejan la ayuda en manos de sus contactos allí. Es indudable que, a quien le llegue el saco de comida, le sirve, pero eso no es acción humanitaria", precisa Rey.
La acción humanitaria, o sea el traslado de materiales y productos para la población, es útil cuando se trata de afrontar una situación de emergencia. Por ejemplo, las recientes inundaciones en Pakistán. "Lo normal es que ocurra una desgracia y, entonces, envíes allí lo que haga falta", dice Mateu, de la federación catalana de ONG, quien asegura que estas iniciativas son "absolutamente minoritarias dentro del sector".
Gámez es funcionaria de juzgados y Vilalta y Pascual son empresarios. Pese a que acumulaban experiencia por su participación en varias ediciones de la caravana, no son profesionales de la cooperación. "El voluntariado está bien, pero en este sector, y sobre todo en zonas en conflicto, hay que garantizar profesionalidad. Esta caravana era muy vulnerable y no creo que hayan sido secuestrados por ser cooperantes, sino por ser españoles", sostiene Rey.
"Lo del secuestro le puede pasar a cualquiera, porque trabajar en ciertos países, como Sudán o Congo, es difícil", cuenta Mateu. Él mismo quedó en una ocasión atrapado por las guerrillas de Angola, y sabe que el amateurismo no ayuda a salir airoso. Hace falta prevención y una formación prolongada. "Los que se han formado tienen unas preocupaciones, se mueven de una forma determinada, saben cómo enviar mensajes...", insiste Mateu. "Ese voluntarismo siempre ha preocupado, porque no logra construir una verdadera base social", se suma Sánchez.
Además de cuestionar cierto modelo de ayuda humanitaria, el secuestro de Vilalta, Pascual y Gámez ha puesto de relieve los riesgos inherentes a la tarea del cooperante. La Unión Europea, de hecho, ha alertado de que la situación va a peor cada año y que, en una década, la cifra de muertos en países en conflicto se ha triplicado.
Ese balance plantea otra cuestión: ¿cómo garantizar la integridad de los trabajadores solidarios con la necesidad de mantener la cooperación en los países que la necesitan? Antoni Bruel, coordinador general de Cruz Roja española, lo tiene claro: "Mantener la ayuda es lo más importante. No nos podemos ir. Es como si un bombero no quisiera enfrentarse al fuego", afirma.
Bruel dice que los accidentes de tráfico son más peligrosos para los cooperantes que los terroristas. Pero admite que hay que extremar las precauciones. "Lo nuestro no es algo naïf exento de riesgos. Por eso tenemos nuestro protocolo internacional y guías de seguridad. Si hay una situación de riesgo, nos separamos de allí. Y nuestros delegados han de reportar sus movimientos cada cierto tiempo", precisa. Médicos sin Fronteras, por ejemplo, logró autorización para retirar el logo de la Unión Europea de sus campamentos en países en conflicto, para evitar estar en la diana.
Pero la seguridad no depende únicamente de un protocolo. "Hay otros factores: cómo somos aceptados por la población y qué relaciones establecemos. Si un turista es un dólar con pata, muchos cooperantes pueden ser muchos dólares con patas", dice Rey. Los problemas (y los hay) llegan cuando se presentan en un país en conflicto grupos sin formación que, en ocasiones, ni siquiera avisan de su llegada a las embajadas.
Los riesgos para la cooperación en el mundo
- Cooperantes muertos. La Unión Europea advierte de que la seguridad de los cooperantes en los países del Tercer Mundo se halla cada día más comprometida. En la última década se ha triplicado el número de víctimas mortales: de 30 fallecidos en 1999 se ha pasado a 102 en 2009.
- Riesgo de secuestros. El secuestro de nueve meses de Roque Pascual y Albert Vilalta es uno de los 92 que se registraron el año pasado sobre cooperantes. Ha sido el más largo en la zona. La cifra también supera con creces la de 10 años antes: 20.
- Registro de incidentes. Humanitarian Outcomes es una organización de especialistas en cooperación internacional que ofrece información a ONG y gobiernos. Sus bases de datos indican que, entre 1997 y 2010, casi 3.500 trabajadores han sido víctimas de algún tipo de agresión (incluidos secuestros, asaltos y asesinatos) en todo el mundo.
- Los cooperantes. Unos 2.300 españoles trabajan como cooperantes en distintos países del mundo, incluidas zonas en conflicto. A ese número hay que sumar una cifra indeterminada de voluntarios que desarrollan tareas de acción humanitaria y de cooperación al desarrollo.
- La ayuda, en cifras. La ayuda humanitaria internacional alcanzó en 2008 los 18.500 millones de euros. En España, la Administración General del Estado aporta 358 millones en acción humanitaria; las comunidades autónomas, 36,9 millones; y los Ayuntamientos, 8,6 millones de euros.
- Los sectores. Los donantes del Comité de Ayuda para el Desarrollo aportan 6.399 millones para alimentación; 708 millones para agricultura; 685 para protección y derechos humano y 587 para agua y saneamiento, entre otras iniciativas.
- La base social. En España, el 15% de la población colabora con ONG y entidades solidarias, mientras que en otros países europeos el porcentaje se eleva al 35%. Las organizaciones no gubernamentales denuncian su escasa "base social", pero son las instituciones mejor valoradas por los jóvenes.
Artículo publicado por EL PAÍS, lunes 30 de agosto de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
La tragedia falsamente natural de Pakistán
Cada vez hay más ocasiones en las que el subconsciente cristiano apela a nuestra conciencia de culpa y nos impide gozar del espectáculo. Y por eso hemos ido eliminando de la programación las guerras, las hambrunas y los crímenes de las dictaduras, para centrarnos con fruición en las catástrofes naturales -inundaciones, terremotos, huracanes, sequías y nevadas- que nuestra ignorancia o nuestra soberbia le puede imputar a Dios. Pero eso hace que el subgénero preferido por los medios siga siendo «la falsa tragedia de verano», que, al convertir en desastre natural lo que en realidad es una crimen contra la humanidad, nos permite gozar de su intensidad garantizada mientras lavamos nuestra conciencia de sus negras responsabilidades. Y esto es la tragedia de Pakistán.
De los cuatro millones de desplazados que provocó el monzón en Pakistán, solo 100.000 lo son por causas naturales. Los otros 3.900.000 hay que imputárselos a una dictadura corrupta que se gasta su dinero en armamentos, o se lo lleva para casa en bolsas de plástico, mientras deja sin infraestructuras y sin orden urbanístico alguno a docenas de millones de habitantes que conviven al mismo tiempo con las armas nucleares y la miseria.
Desde hace tres décadas, Pakistán ha sido la niña mimada y consentida de Estados Unidos y de sus aliados occidentales, que, para garantizarse el control de Oriente Medio, de su petróleo y de su situación estratégica, consintieron y financiaron a dictadores, provocaron la ruptura interna y la talibanización de una nación creada artificialmente, y derivaron toda la ayuda hacia un militarismo salvaje que, mientras asienta y protege a la élite dirigente, hunde en la miseria y el caos al 90% de la población.
Por eso quiero prevenirle frente a los falsos lavados de conciencia. Porque, si bien es cierto que algunas inundaciones de Valencia, Tarragona o Andalucía son «espectáculos de verano» producidos en la fábrica del Altísimo, la gran tragedia paquistaní es una catástrofe humanitaria imputable de lleno a la incuria y a la injusticia de los dirigentes de dentro y de fuera del país, y en modo alguno puede ser contemplada sin sentir que estamos disfrutando de algo ganado con malas artes, dominando y abusando de la gente que murió o va a morir porque así lo hemos querido.
sábado, 21 de agosto de 2010
La Catastrofe perfecta

Extractos y reflexiones sobre el libro La Catástrofe perfecta, de Ignacio Ramonet sobre como la deriva neo-con, ultraconservadora y de libre mercado nos ha llevado a la situación actual, con posibles soluciones, causas probables y consecuencias futuras.
Ignacio Ramonet
¿Acaso es casual que el 6 de diciembre de 2008 la juventud griega haya ocupado las calles de las principales ciudades al grito de “Balas para los jóvenes / dinero para los bancos”, protestando contra la muerte de un adolescente asesinado por las fuerzas de la policía? En este país alcanzado de lleno por la crisis actual, donde –como en otros estados de
El sentimiento nacional de Estados Unidos –explica Moisés Naím, director de la revista Foreign Policy- es de linchamiento hacia “los ladrones de Wall Street” y de rechazo “a los inmigrantes que nos quitan el trabajo, las multinacionales que exportan nuestros empleos a
La crisis será larga. Se producirán inmensos sufrimientos sociales, que no deben ser en vano. Por eso, no habría que “desaprovechar” esta “ocasión”, sino aprovechar el impacto para finalmente cambiar un sistema económico internacional y un modelo de desarrollo desiguales y obsoletos. Y redundarlos sobre bases más justas, más solidarias y más democráticas.
¿Hacía una pesadilla social?
Donde la crisis golpea con mayor dureza es en el sector inmobiliario. En el Reino Unido, en Irlanda y España, por ejemplo, millones de pisos y casas ya no encuentran comprador. Los precios de las viviendas están a la baja. Los de los terrenos construibles también. El aumento de los créditos inmobiliarios, así como los temores de una recesión, sumergen a todo el sector en una espiral infernal, que provoca efectos arrasadores en el conjunto de la industria de la construcción. Todas las empresas de esta rama se encuentran en el ojo del huracán. Se destruyen miles de empleos.
Así, la crisis financiera se transforma en crisis social, provocando el resurgimiento de políticas autoritarias. Varios gobiernos europeos, por ejemplo, ya proclaman su voluntad de favorecer el regreso a sus países de miles de trabajadores extranjeros, apoyándose en la “directiva retorno”, votada por el Parlamento Europeo el 18 de junio de 2008.
No ignoran que la protesta y el saqueo suelen ser respuestas proletarias al descenso del poder adquisitivo. El mundo se encamina hacia su peor pesadilla económica y social.
Para salvar a los bancos, los jefes de Estado de los países más ricos fueron capaces de organizar varias cumbres en pocos meses y de movilizar más de 2’3 billones de euros. Pero ¿qué se hizo para salvar a la mitad de la humanidad que vive en la pobreza? Prácticamente nada. Sin embargo, según las Naciones Unidas, con una suma 50 veces menor, se podría abastecer de agua potable, alimentación equilibrada, servicios de salud y educación elemental a cada habitante de nuestro planeta.
Hayek y el “Estado Mínimo”
El austriaco Friedrich von Hayek es mucho más ideólogo. Es el verdadero pensador, el profeta de los neoliberales. Critica toda forma de regulación de la economía con el pretexto que está sería demasiado compleja como para pretender organizarla. Defiende una concepción mínima del Estado, una “democracia limitada”, y preconiza la supresión de las intervenciones sociales y económicas públicas. Su objetivo principal: derribar el “Estado providencia”.
Su concepto de “Estado mínimo”, desprovisto de todo poder de intervención económica, y su idea del “mercado que siempre tiene razón”, cuya “autorregulación espontánea” no debe ser planificada (apología del “laissez faire”), se convirtieron, durante 3 décadas, en los pilares de un dogma cuasi religioso para los neoliberales. Una “Verdad Única” en materia de economía.
Hayek consideraba que el “Estado mínimo” permitía escapar al poder de la clase media. La cual, según él, controla el proceso democrático con el fin de obtener la redistribución de las riquezas en su propio favor por medio de la fiscalidad. Otra tesis de Hayek: el Estado no debe garantizar, en nombre de la “justicia social”, la redistribución de la riqueza.
En sus dos obras más conocidas, Camino de servidumbre (1944) y Los fundamentos de la libertad (1960), Hayek expuso su programa: desregular, privatizar, limitar la democracia, suprimir las subvenciones para la vivienda y el control de los alquileres, disminuir los seguros de desempleo, reducir los gastos de la seguridad social y, por último, quebrar el poder sindical. Llegará hasta el punto de proponer, en 1976, la desnacionalización de la moneda, es decir, la privatización de los bancos centrales para someter la creación monetaria a los mecanismos del mercado…
Estas ideas terminaron imponiéndose entre los economistas liberales opuestos al británico John Maynard Keynes (1883-1946), inspirador de las políticas del New Deal del presidente Franklin D. Roosvelt y los acuerdos de Bretón Woods de 1944. Para Keynes, el pleno empleo era un objetivo decisivo. Pensaba que el capitalismo necesitaba del Estado para estimular la economía por medio de las inversiones públicas. También consideraba que los mercados funcionaban mejor si estaban enmarcados por mecanismos de regulación decididos por el Estado.
Opuestos a las tesis keynesianas –que no habían podido impedir la “estanflación” (inflación sin crecimiento) de las economías occidentales durante la década de 1970-, los adeptos del neoliberalismo, ayudados por una impresionante batería de think tanks, van a imponer sus análisis. Éstas ejercerán una hegemonía intelectual excepcional en el campo de la teoría económica. Y se impondrán en las prácticas gubernamentales tras la elección de Tatcher en el Reino Unido y de Reagan en Estados Unidos.
Prueba de este dominio intelectual, en 1974 Hayek recibe el premio Nobel de Economía. Premio también otorgado a no menos de 5 de sus amigos ultraliberales: Milton Friedman (1976), George Stigler (1982), James Buchanan (1986), Ronald Coase (1991) y Gary Becker (1992).
Neoliberalismo y Democracia
En el fondo, el neoliberalismo mantiene una relación poco feliz con la democracia, que Hayek aceptaba sólo de modo “limitado”. Se siente más cómodo con regímenes autoritarios que, en caso de ser necesario, pueden imponer por medio del terror las alteraciones económicas y sociales que exige la aplicación de su teoría. Según el politólogo quebequense Dorsal Brunelle:
El ultraliberalismo exige una transformación profunda de la gobernanza política. En virtud de esta transformación, el ejercicio del poder es llamado a volverse contra el poder. Este giro del sentido y del alcance del poder político conduce a una transformación profunda de la gestión y la administración del bien público. El ultraliberalismo desempeña entonces un papel capital en la transmutación del Estado, de los gobiernos y los poderes públicos que, al renunciar a asumir el papel de promotores de los bienes públicos y de protectores de los pueblos, se transforman en depredadores. Ahora bien, una alteración de este tipo no puede ponerse en marcha ni sancionarse sin recurrir a la fuerza, incluso al terror político.
Muy probablemente no sea casual que los primeros “laboratorios” donde se experimentaron, con una población cobaya y forzada, las tesis ultraliberales de Schumpeter, Hayek y Friedman, fueran
En su libro La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre, Naomi Klen mostró cómo, durante el primer año de aplicación de la terapia prescrita por estos “locos eruditos ultraliberales”, la economía de Chile experimentó un retroceso del 15% y la tasa de desempleo –que había sido sólo del 3% durante el gobierno democrático de
Los 10 Mandamientos de la religión neoliberal
El filósofo Dany Robert Dufour ha explicado, no sin humor, que la ideología neoliberal funciona como una nueva religión:
[Ésta] difunde unos Mandamientos llamados a convertirse en norma en todos los ámbitos de
Primer Mandamiento: Te dejarás conducir por el egoísmo y entrarás amablemente en el rebaño de los consumidores.
Segundo Mandamiento: Utilizarás al otro como medio para lograr tus fines.
Tercer Mandamiento: Podrás venerar a todos los ídolos que elijas, siempre y cuando adores al dios supremo, al Mercado.
Cuarto Mandamiento: No inventarás excusas para evitar entrar en el rebaño.
Quinto Mandamiento: Combatirás todo gobierno y preconizarás la “buena gobernanza”.
Sexto Mandamiento: Ofenderás a cualquier maestro que esté en condiciones de educarte.
Séptimo Mandamiento: Ignorarás la gramática y barbarizarás el vocabulario.
Octavo Mandamiento: Violarás las leyes sin dejarte atrapar.
Noveno Mandamiento: [En materia de arte] derribarás indefinidamente la puerta abierta por Duchamp.
Décimo Mandamiento: Liberarás tus pulsiones y buscarás el goce ilimitado.
Esto también ha significado un enorme saqueo ecológico. Las grandes firmas han saqueado (y saquean aún) el medio ambiente, obteniendo ganancias de las riquezas de la naturaleza, bienes comunes de la humanidad. Lo han hecho sin escrúpulos y sin freno. Esto ha sido acompañado de una criminalidad financiera vinculada con los medios de negocios y los paraísos fiscales que reciclan sumas que superan los dos billones de euros por año, es decir, el equivalente al PIB de Francia.
A lo largo de las tres décadas neoliberales, los gobiernos han respetado las consignas de política económica definidas por organismos mundiales reunidos dentro del llamado “Póker del Mal” –FMI, Banco Mundial, OCDE y OMC-, que ejerció una verdadera dictadura en la política económica de los estados.
Por su parte, al favorecer el libre flujo de capitales y las privatizaciones masivas, los responsables políticos permitieron la transferencia de decisiones capitales (en materia de inversión, empleo, salud, educación, cultura, protección ambiental) de la esfera pública a la esfera privada.
Los altos ejecutivos de las firmas globales y de los grandes grupos financieros y mediáticos mundiales detentaban el poder real y se imponían con todo su peso en las decisiones políticas. Confiscaron la economía y la democracia para su propio beneficio.
Esta solución de inyectar dinero público a cambio de la nacionalización parcial o total de algunos bancos habría sido calificada como herética hace apenas unos pocos meses por las mismas autoridades que hoy las ponen en marcha. Una retractación tan brutal traduce muy bien la gravedad de la crisis.
Pruebas del fracaso del modelo, estas intervenciones de los estados –los más importantes, en volumen, de la historia económica- prueban que los mercados no pueden autorregularse. Su propia voracidad los conduce a la autodestrucción. Por lo demás, el desvío del dogma neoliberal llevado adelante por las autoridades no apunta justamente a ayudar a los ahorristas víctimas de los banqueros sino, por el contrario, ¡a salvar a estos últimos! Clara aplicación del viejo credo liberal: privatizar las ganancias, socializar las pérdidas. Se hacer que los pobres paguen las excentricidades de los bancos, amenazándolos, en caso de que se negaran a pagar, con empobrecerlos aún más.
A pesar de algunas reticencias del Congreso, la administración estadounidense no reparó en gastos cuando hubo que salir al rescate de los “banksters” (banqueros gágnsters).En la primavera de 2008, el presidente Bush se había negado a firmar una ley que ofrecía, por un monto anual de 6.000 millones de euros, una cobertura médica a 9 millones de niños pobres. Un “gasto inútil”, según él. 6 meses después para ayudar a los rufianes de Wall Street, nada le parecía suficiente. Es el mundo al revés: el socialismo para los ricos y el capitalismo salvaje para los demás.
Siete decisiones urgentes
Cambiar de modelo energético sin modificar el modelo económico liberal sólo servirá para desplazar los problemas ecológicos. Sin resolverlos. A riesgo de agravarlos. Para salvar al planeta, resulta imperativo imponer a todos los poderosos de este mundo la adopción de al menos siete medidas capitales: 1) un programa internacional a favor de las energías renovables centrado en el acceso a la energía en los países del Sur; 2) decisiones a favor del acceso al agua y su saneamiento en vistas a reducir a la mitad, de aquí a 2015, el número de personas privadas de este recurso vital que es un bien común de la humanidad;3) leyes para proteger las selvas, como prevé la convención sobre la biodiversidad adoptada en Río en 1993. 4) resoluciones para poner en funcionamiento un marco jurídico que instituya la responsabilidad ecológica de las empresas y reafirme el principio de precaución como previo a toda actividad comercial; 5) iniciativas para subordinar las reglas de
Al destruir el mundo natural, los hombres volvieron
El contexto sería propicio, pues, para un cambio de modelo energético, que las industrias del Norte parecen haber percibido primero, y que, con la perspectiva de formidables ganancias, promete desencadenar un nuevo ciclo económico, el de la economía verde.
Pero, ¿realmente logrará salir triunfante el medio ambiente? No es seguro, porque ya se anuncia la construcción de cientos de nuevas centrales nucleares, que, aunque no producen CO2, implican otros peligros no menos mortales.
La apuesta por los agrocarburantes, bien recibida en un primer momento, también comienza a mostrar efectos perversos. Primero, porque permiten –con las mejores intenciones- mantener, e incluso intensificar el nefasto modelo del auto o el camión omnipresentes, con el pretexto que los vehículos contaminarán menos. Luego, desencadenan una especulación desenfrenada por los productos alimentarios de base, como el azúcar o el maíz, que sirven para producir el etanol. Los precios del trigo y la cebada aumentaron un 70% u 80% en 2008 y los del maíz se duplicaron. El alza de la demanda mundial de agrocarburantes obliga a aumentar entre un 20% y un 30% las superficies cultivables. Lo cual es imposible, salvo que se provoquen deforestaciones extraordinarias en
viernes, 20 de agosto de 2010
Los 10 tabúes políticos más temidos

Políticamente incorrecto
11. La Eutanasía. Falta el tabú más polemico, incluso a nivel mundial: La EUTANASIA, no sólo para los casos de tetraplejia, respetando la decisión del enfermo, sino en situaciones tan polémicas como qué hacer las personas, que cada vez vivimos más solas, por elección o por circunstancias de la vida, cuando tengamos una edad en la que no haya quién nos cuide y no podamos valernos por nosotros mismos. ¿Dónde está nuestra libertad? Ya se han emitido en TV programas sobre el turismo a clínicas veterinarias de México para conseguir el pentobarbital sódico. ¿Por qué no proporcionarlo con normalidad, respetando a quienes no deseen la eutanasia y a quienes la deseen? La vida es propiedad de cada cual en particular, respetando las creencias de cada persona.
Y mientras el ojo clínico de Mariano Rajoy para la ejemplaridad pública quedó ayer nuevamente demostrado. La Fiscalía Anticorrupción remitió al juzgado el escrito de calificación en el que pide para Carlos Fabra tantos años de cárcel como los que lleva presidiendo la Diputación de Castellón. Es decir, 15 años, los mismos que el fiscal solicita de inhabilitación, además de una multa de 2,3 millones de euros.
Rajoy calificó a Fabra de “ciudadano ejemplar” y la acusación lo considera autor de los delitos de tráfico de influencias, cohecho continuado y fraude fiscal. Como se recordará, Rajoy también definió a Jaume Matas como “un ejemplo”, “una gran persona”… y proclamó su intención de “hacer en España lo que Jaume hizo en Baleares”. Seguro que Rajoy no quiere someter a España al saqueo que Matas organizó en Mallorca.
Por supuesto que cualquiera puede equivocarse de amigos, incluso ser tan ingenuo que no le provoquen sospechas las compras de palacios, de yates o de joyas de oro macizo con un sueldo público. Hasta cabe ser tan crédulo que no se extrañe de que a alguien le toque el Gordo de la Lotería todos los años impares. Pero la ingenuidad (al menos la de los ciudadanos) tiene un límite, como lo tiene el abuso político del derecho a la presunción de inocencia. La Justicia deberá conseguir que Fabra devuelva lo que al parecer robó a los contribuyentes. La ética exige que Rajoy lo obligue a dimitir y a darse de baja en el PP. Por ejemplo.
jueves, 5 de agosto de 2010
4 de agosto
Cómo describir la pena si cada palabra enlaza a un recuerdo. Un recuerdo de felicidad extrema, de sueño cumplido y cumpliéndose; parajes extraños de paradísiaca belleza, en que la soledad era un lejano problema, o una solución intempestiva. Allí donde cada noche compruebo si sigues alojada en mi corazón, perenne en mi mente. Dibujas mi sonrisa y al momento la borras con mis lágrimas como aliadas.
Ahora que las fechas y los números no son aliados, y me acuchillan a deshoras. Ahora que el tiempo me confirma que no cura nada, que agrava heridas que dejan de molestar cuando infestas han muerto por costumbre. Ahora que sólo quiero llorar y no puedo hacerlo, ahogado en cuatro muros y en un aire yermo sin tu fragancia. Ese silencio me mata, no volver a sentir tu risa es un suicidio. Hoy que soy sentido del vacio, ausente de metas, no me quedan ni principios ni pasiones. Durante horas el papel ha estado muerto, agonizando en las tentativas de poesía y desafección. Mañana cuando recuerde tu despertar, el primero y especial, cuando añore todos, cuando sienta que se me han escapado entre los dedos, esos dedos perteneceran a manos incapaces de enjuagar el lloro de mis ojos.
Me ahogo con un vacío en el pecho díficil de llenar. Mis manos palpan a oscuras y no encuentran nada. Sólo existe el lamento que sube por la garganta, que empapa mi boca, antaño llena de tus placeres, ávida por hacerte feliz. Las fuerzas se han quedado en el camino, exhausto no encuentro motivos, la esperanza fue lapidada y enterrada; no se la espera, fue una cabrona mentirosa. Deshidratado, sin más llanto que empape la almohada me giro para intentar respirar, para tratar de vencer el sueño en ese momento. Cerrar los ojos es lo más cercano a amarte que tengo. Es imposible querer seguir hacia adelante, cuando mi guía y compañera, sueño de amistad, de amor y de vida, decidió extraviarse.
En este bosque solitario y oscuro no tengo miedo. Lo conozco, lo anduve y llegue a ti, te encontre entre las malezas secas. Es la tristeza hecha palabra y música. Relato trágico, melodía cadenciosa... inalterables, perpetuos; sin más ánimo que el pasar de los días, soñar con encontrar tu vida, y por ende la mía, ya suena a escalada inaccesible. Rendirse no es la solución, pero no hay otra señal más que la segura confirmación que lo tenemos todo. Estas lágrimas que algún tiempo fueron esquivas, huelguistas y ausentes por el amparo del rechazo y el intento de un caminar firme... ahora se derraman, mojan el papel, difuminan el azul del bolígrafo... quedan estelas en blanco del amor que siento, de la tristeza por no tenerte, por haberte perdido. Te quiero.
Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal
Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...