miércoles, 25 de abril de 2007

Un Sueño, una Pasión y un Éxito

Tener la suerte de formar parte de algo tan grande es una sensación difícilmente explicable. Cierto es que sólo lo somos (también mi hermano) en calidad de aficionados, socios de un club, pero nos sentimos tan participes que ya sean fracasos o éxitos lo que nos depare, siempre los tomamos como propios.

Todo empezó hace unos 4 años. Al viejo pabellón de La Alamedilla íbamos unos poquitos a disfrutar del espectáculo del baloncesto. Nos daba igual, que fueran chicas, porque en coraje y sacrificio no les ganaba, ni les gana, nadie. Pronto quedamos enganchados a ese paseo hacia el pabellón y esas casi 2 horas de extrema diversión que nuestro equipo, y el rival de turno, con no menos mérito, nos proporcionaba. Todo un hallazgo, todo un tesoro.

Y empezaron a venir los éxitos. Con el fichaje de Nuria Martínez se traía también toda su ambición y hambre de éxito, final del coraje y la garra que la caracterizan. Final de Copa perdida, y al año siguiente: ¡¡¡Campeonas de la Copa en Valencia!!! en un partido extraordinario, emocionante y espectacular. Pero no acabo todo ahí. Llegaron Kelly Schumacher, Clara Bermejo y Elena Tornikidou. Aquí dijimos que esto lo teníamos que ver, y nos hicimos socios, resultando el dinero (con aquellas zapatillas y aquella cazadora) mejor invertido en nuestra vida. Al final de temporada éxito sin precedentes: Campeonas de liga y Copa y semifinalistas en la fiba cup. Como no íbamos a repetir este año. Volvimos ha hacernos socios, en algo que aseguro, ya es una tradición. Este año otro aliciente más: La Euroliga femenina. Los mejores equipos y las mejoras jugadoras del continente pasarían por Wurzburg. Y para apuntalar ese reto, 2 nombres: Nicole Ohlde y Nicole Powell. Dos auténticas estrellas de la WNBA que atesoran juventud, entrega y una calidad impagable. Cada rastro que nos han ido dejando por el campo nos ha vuelto locos, por que de donde se destila calidad su fruto siempre serán nuestras sonrisas y admiraciones.

Ha llegado la hora de las semifinales de la temporada 2006-07. El curso esta acabando. Segundo partido. Tras lograr la victoria en el primero con un clinic de intensidad, sacrificio, espectáculo y efectividad, llega el momento de certificar el pase a la final en el segundo, en casa del rival, en Burgos. Y por primera vez decidimos hacer un viaje con nuestro equipo. Pero no lo hacemos solos. Ellas nunca están solas. Siempre tienen a esta maravillosa afición de Salamanca por el basket femenino. Se desgastan, se vuelcan, siempre animan, son el sentido, el origen y el fin supremo del club. No hay palabra dicha hacia ellos que no sea un elogio. Hasta 7 autobuses marchamos la tarde del viernes para Burgos. No creo que haya clubes de fútbol que muevan a su afición de esa manera un día laborable. Que disfrute, que pasión y que apoyo para un conjunto de chicas, semi-profesionales en muchos casos que no se van hacer ricas económicamente de la noche a la mañana con este deporte, pero que lo son en su entrega, su corazón y su lucha por este deporte.

Ir, jugar y venir. Llegamos al pabellón de El Plantío y disfrutamos de como nuestras peñas y todos nosotros llenábamos un lateral desde 45 minutos antes. Empezábamos a animar, a corear a nuestras chicas, a vivir el baloncesto en definitiva. Y empezó el espectáculo. El Avenida no encontraba la forma de anotar con facilidad y el Burgos a la carrera tomaba las primeras ventajas. Sufríamos pero seguíamos confiando en nuestras posibilidades. Llegado el descanso toco la hora del bocadillo; inigualable ese lomo con queso.

La segunda parte fue otra cosa. El equipo empezó a carburar, con nuestras bases, Silvia Domínguez y Clara Bermejo, asistiendo y distribuyendo, con la defensa mucho más asentada. Y sobre todo, con Nicole Powell. La alero norteamericana, formada en la Universidad de Stanford, comenzó a anotar desde cualquier posición. Triple iba y triple venía, mientras todo nuestro lateral era un solo grito. La victoria final nos lleva a la final. Que placer, que gustazo. El "We are de Champions" sale de nuestras gargantas, coreamos a nuestras chicas, a nuestro club y tratamos de hacer participes de la fiesta a la gente de Burgos, aunque sin éxito. Y al final, invasión de pista. Allí estábamos todos, toda esa marea azul en la pista, hablando con nuestras jugadoras, nuestros técnicos, haciéndonos fotos, firmando autógrafos. Todo tan natural, tan "normal" que nos hace sentir unos privilegiados. Gracias al club, a la afición y a vosotras por ser un ejemplo y por hacernos sentir tan bien.

lunes, 23 de abril de 2007

Las Manecillas del Reloj

El tiempo es la dimensión que más nos influye. Cuando te diviertes o encuentras el lado ameno de una situación este pasa rápido, fugaz. Sin embargo, cuando el desasosiego se adhiere a tu piel y la traspasa llegando al corazón, el tiempo se para, los segundos se convierten en horas y el tedio y la desesperanza arraigan en nuestra alma.

En este momento de búsqueda absoluta en mi vida son más consciente de los segundos que de las vivencias que pasan delante de mis ojos. La incertidumbre es dueña y señora de mi vida. La sensación de pérdida, de ausencia es infinita. Los momentos que pasan jamás podre volver a recuperarlos. Aquí aparece el miedo. Un miedo al mañana, un miedo al pasar de los días, porque sabes que mañana acabará como hoy: vacío y sin vida.

Las personas y los sucesos se plantan delante de mí pero nada me aportan. Pierdo la esperanza y las ganas en salir y buscar esa diversión tan cara en lo material como en lo espiritual. Nunca jamás volveré a tener esa sensación que tenía en ese pasado no tan reciente, y lo peor es que esto es una certeza que crece y se solidifica. Necesito aire, agua y tierra nueva, donde poder respirar, beber y sembrar para crecer y llegar a eso a lo que todos tenemos derecho, y que nadie puede llegar a cumplir.

lunes, 16 de abril de 2007

Sin Distancias

Las relaciones de una persona están totalmente marcadas por el contexto temporal, geográfico, de intereses y actitudes y con algo más especial que es lo que comúnmente podemos decir "nos cae bien", y podíamos llamar como afinidad.

Hace algunos meses en una de esas cálidas noches de verano en las que sin embargo, se siente el frío de la soledad, busque en un chat algo de compañía y hacer el tiempo algo menos eterno antes de marchar en busca de sueños. No son muchas las veces las que he entrado en uno. Se pueden contar con los dedos de una mano, porque me parece más valioso conocer a alguien mirándole a los ojos. Pero en aquella ocasión tuve una suerte enorme. Abrí un privado con un nick. Correspondía al de una chica a la que desde entonces tengo un cariño especial. Ella, de Huelva, estudiante de filosofía en Sevilla, es un cielo de persona. Simpática, agradable, inteligente y sincera, pronto nos hicimos amigos. Aunque en mi escapada a Huelva y Sevilla no pude estar con ella por motivos laborales, una semana después, ella ha venido aquí a Salamanca y me ha rendido visita.

Conociéndonos como nos conocemos sabemos de la problemática que nos atañe a unos y a otros. Las relaciones siempre son difíciles. Pero tener la oportunidad de hablar y poder compartir nuestras confidencias, pensamientos y sentimientos con alguien no tiene cabida. Por desgracia habitualmente no tengo esa opción, salvo con mi hermano que muchas veces da la sensación de aguantarme más que escucharme. Por eso ayer fue un día especial. Aunque fue más breve de lo que yo quería y esperaba, todo ello fue fascinante. Volver a sentir la belleza de mi ciudad, olvidada en el trasiego de los días, y hacerlo junto a tu compañía fue maravilloso, como maravilloso es tu mirar. Ojala pueda y podamos repetirlo muchas veces más.

Encantando estoy de haberte conocido y de poder decir que soy amigo tuyo. Un poco deprimido por tenerte tan lejos y no poder "secuestrarte" para tomar un café, una copa o visitar uno de esos lugares mágicos perdidos tras la ventanilla de un coche o el autobús. Desde la distancia y plasmando mis sentimientos y pensamientos, convencido estoy de que siempre estarás ahí, y ahora y para siempre certifico mi voluntad sincera y certera de estar yo ahí, también para siempre y para ti. Un besazo, guapa. Y gracias por ayer, por anteayer, por todas las veces que hablo contigo, porque siempre que lo hago, puedo empezar con lamentos y lágrimas, pero convencido estoy de finalizar con sonrisas y carcajadas. Eres un 10.

viernes, 13 de abril de 2007

Semana Santa 2007: Huelva y Sevilla

Nunca viene mal cambiar de rutina, escapar de lo cotidiano y huir de lo que no podemos. Siempre que se tiene esa posibilidad, por pequeños días que sean, buena costumbre es aprovecharlo, y en esta ocasión, en la semana santa del 2007 elegimos: Andalucía Occidental.

Si en anteriores ocasiones para estos cuatro días nuestro destino había ido ligado al norte peninsular, desde el cual Salamanca es bastante más accesible, para este curso decidimos bajar al sur, aprovechar la nueva autovía (esperemos que la concluyan pronto) y buscar un clima más benévolo y que nos dejara la oportunidad de darnos el primer bañito sin quedarnos pasmados, aunque a un servidor y a Miguel, eso nunca nos pasara. También un punto a favor, fue el que Dani conociera la zona. Eso y la ayuda de sus primos decanto la primera decisión. La segunda fue el medio en el que ir. Si en otras ocasiones habíamos buscao la comodidad y prestaciones de berlinas y turismos (seat cordoba, ibiza) para esta fue una ford tourneo, un furgón que no pasaba de 130 km/h (para que más) el que nos llevo por la ruta de la plata hasta la aldea de El Rocio, donde habíamos encontrado el camping.

Comprar algo por Internet siempre tiene sus riesgos y en este caso se cumplieron a rajatabla. Con un equipamiento algo más que dudoso (faltaban por faltar y se echaba de menos un microondas, un tendero, un escurre platos, más cubiertos y no únicamente los 5 a 1 por persona), lo peor fue cuando nos pusimos a cocinar. Arduo trabajo, ya que la falta de señas para saber en que dirección mandar el fuego nos limitó en un principio. Después comprobamos que los fuegos, en este caso eléctricos, tardaban en calentar tanto como ardía nuestra impaciencia. Y lo peor fue, que dada su situación si poníamos en un fuego una olla o una cazuela, el otro quedaba excluido, ya que o bien la pared, o bien los controles de la cocina eléctrica al quedar encendidos hacían imposible colocar algo en el otro fuego. Total 3 horas para calentar unas alubias o unos spaguettis, y en torno a 30 o 40 minutos para freir un huevo, que de haberlo puesto en nuestras cabezas hubiera ardido antes.

Este fue el único problema que encontramos en el viaje. Lo demás maravilloso. Visitar el pueblo de El Rocio, de ambiente austero y sacado de un westerm con toques andalusíis era el preludio para poder ver la majestuosidad de las marismas de Doñana, con su fauna maravillosa y sus caballos salvajes, espléndidos en belleza y poder. Pero para mi, la religiosidad y simbolismo de este paraje o del de las capitales andaluzas con sus gentes entregadas y apasionadas, quedan en un segundo plano, ante la majestuosidad de las playas onubenses. Matalascañas, Puerta Umbría y Mazagón, poseen unas playas inmensas, preciosas, de fina arena, templada mar y abiertas al siglo XXI. Un encanto que en otra ocasión, aseguro buscaré para épocas más largas.

Y de noche qué. Pues de noche cierta desilusión. El jueves, después de consultas en los siempre divertidos chiringuitos y bodegas de El Rocio (esos "shocos") fuimos a Bollullos del Condado en la provincia de Huelva, pero muy próximo a Sevilla. Allí encontramos discotecas perfectas para la Salamanca que busca el amanecer en una noche. Y ante ese cocktail y sumándole la belleza de las chicas andaluzas (todas lozanas, saludables, morenas, de mirada penetrante e interesantes en sí mismas, un orgullo para la vista y un deseo para el resto de sentidos). Pues ahí fue donde buscamos en sonrisas los besos necesarios y aunque fueron más esquivas que lo que se podía o se deseaba esperar, disfrutamos de una noche, divertida y típicamente "katxonda". A la siguiente noche, buscamos la compañía de los primos de Dani, para cenar y salir por Huelva capital. Después de algunos problemillas en la cena, la fiesta en Huelva causo alguna decepción. No había mucho ambiente, debido según nos contaban por las largas y tediosas procesiones que durante toda la semana minaban las fuerzas de los que a ellas asistían. Aún así encontramos un par de buenos bares y alguna belleza onubense de esas que te hacen estar más pendiente de donde pisan ellas, que donde lo haces tú.

Y para el último día: Sevilla. Maravillosa la capital andaluza. Entrando en ella por el embrujador barrio de Triana, buscando los puentes que atraviesan el Guadalquivir, alzando la mirada a la belleza de sus torres, iglesias y plazas y sentado en sus terrazas con su gente uno encuentra la tranquilidad, el desasosiego y una sensación de bienestar, que al igual que con las playas onubenses en posteriores tiempos prometo, buscaré.



Para comer después de algunas vueltas elegimos un auténtico lujo: El restaurante Taberna Miami, en el barrio de Triana (San Jacinto, 21), se lo recomiendo a cualquier persona que este o vaya a estar en Sevilla. Con unos camareros y camarera más que agradables, porque en realidad en ellos se vislumbra la sinceridad, el cariño y la profesionalidad. Y la comida qué. Pues excelente. Abundante y maravillosa. Exuberantes fuentes de carne, marisco, chuletillas, tortillas,... un auténtico deleite, en un ambiente amigable, puramente andaluz, pero cuya recargadas paredes no distraen al comensal. Y lo mejor que puedo decir, es que nada más salir de él después de comer, decidimos que para la cena también seria nuestro destino, con lo que volvimos a acertar de pleno.

Y la ciudad maravillosa. Torre del Oro, Reales Alcazares, Catedral, Giralda, Plaza España, la Real Maestranza, Plaza del Ayuntamiento, sucumbieron ante nuestros flashes y se guardaron en forma de bits en nuestras cámaras, pero su esencia quedo grabada en nuestra alma, por ser lugares de inigualable belleza y espíritu extremo. Y el Guadalquivir. El río articula la ciudad, le da una salud y espíritu que encandila el alma. Y pasear por él en barca es una grata experiencia, que junto a estos personajes pues lo hace inolvidable; como reconfortarte fue esa terracita en la calle Betis, a las propias puertas del Guadalquivir. Lo peor fue al igual que en Huelva, la salida nocturna. Después de cambiarnos en la furgo (jejejeje) no se encontró el ambiente esperado, quizás por el cansancio de la gente o porque no procedía, o quizás porque no conocíamos toda la oferta fiestera de la ciudad, lo cierto es que nos fuimos un poco decaídos por este hecho, pero para mí no empaña en absoluto un magnífico día en una maravillosa ciudad.

Y lo mejor del viaje fue, el casi "trágico" accidente de Dani con la minimoto de su primo, cuando en un loable intento de emular al gran Dani Pedrosa, pues este choco contra un seat panda estacionado, se arrastró por el suelo su largo 1'95 sin soltar el manillar de la minimoto y casi se fue contra un coche en marcha. Un crack. Lo mejor que todo quedo en un susto, y en las carcajadas de nosotros (ke kabrones), su tio y primo (komo se partieron), y los viandantes (ke lo fliparon).

Huelva y Sevilla, sin ningún tipo de duda, volveré. Gracias a mis colegas Dani, Raúl Cifu, David y Miguel. Y gracias a los primos de Dani (Angel y Mamen y sus parejas) por hacer de particulares cicerones y mostrarnos todas las luces de este sitio, magnífico para vivir sin preocupaciones.

martes, 27 de marzo de 2007

300: épica y justicia



Como ya he dicho en alguna vez el domingo es un día difícil. Las horas en él pasan lentas y la búsqueda de escapatorias es tan tediosa e infructífera como el propio día, pero siempre nos queda el ocio común: el cine.

Decidí ir a ver 300, la fastuosa película holywoodiense con el cómic de Frank Miller sobre la Batalla de las Termópilas en el 480 a.de.C. No fue en absoluto mala decisión. Concebida para ver en una sala, con un potente equipo de sonido y una pantalla inmensa, 300 desborda energía visual por todos los lados, dando la sensación de respirar el ambiente que aquellos 300 espartanos y miles de persas contaminaban con sangre, sudor, sufrimiento y gloria. La película es un ejercicio de tecnología y post-producción inmenso cumpliendo totalmente con su propósito: divertir y fascinar.

Quien vaya a buscar veracidad en la obra lo hará en baldío. Primero Frank Miller en su cómic y posteriormente Zach Snyder que ha sido el encargado de llevarla al cine, desmontaron algunas de las realidades que el historiador griego Heródoto reflejo en sus Los Nueve libros de Historia. Ambos lo han hecho para actualizar la obra como sucedió con la otra representación cinematográfica: Los 300 espartanos de 1961. Si en aquel entonces, los 300 héroes eran una alegoría del pueblo americano, frente a los soviéticos (representados en los persas), ahora la realidad tanto mundial como geográfica, marca aún más las posiciones, dando a los 300 el papel de defensores de la libertad (como buenos americanos), ante la amenaza que viene de más allá de oriente próximo (persas antaño, ahora llamémosles fundamentalistas islámicos).

Pero los valores que se defienden son universales. No son de nadie. La libertad, la gloria, el honor y la paz son de todos los seres que pisan y pisaron alguna vez el planeta porque viene implícito en el ser humano. Y como entonces, ahora y siempre, el poder y la acumulación del mismo provoca conflictos, injusticias y muertes. El poder y la ambición de acumularlo y perpetuarlo también es intrínseco del hombre. La maldad viene de esa misma posición en cualquier momento y en cualquier situación de la vida. Decía Marx, que el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad quien lo corrompe. En mi opinión, errado estaba. El hombre es malo, busca siempre su beneficio en lo individual y posteriormente en lo colectivo de menos a más.Y son los valores sociales los que pueden provocar que un ser humano olvide su perversa naturaleza y busque cuotas más grandes, que le permitan a él crecer y auto complacerse, pero también que hagan del mundo y de quienes lo habitan un lugar y unas personas mejores, con mejores condiciones para acercarse a la felicidad.

Para finalizar, decir que Frank Miller hizo un cómic maravilloso, que es un regalo para la vista y el alma, como también lo fue y es, Sin City. Zach Snyder ha hecho una magnífica película, espectacular y con un alma que transmite todo aquello que buscamos en la vida: libertad, honor, paz y felicidad. No fue mal dado mi domingo, y seguro que el vuestro tampoco lo será si en él o en otro momento dedicáis un tiempo para ir al cine, y contaminaros por esta buena película. Ya sabemos que pirateada es más barata y que el cine de por si es caro (y si consumimos algo ya ni os digo), pero solo por verla en esas condiciones de imagen y sonido, merece la pena.

lunes, 19 de marzo de 2007

Cuando conocí el amor

De manera retrospectiva voy a relatar y a revivir en prosa aquellos momentos que sin duda me ayudaron a progresar como persona, a crecer, a madurar y a conocer los sinsabores que suelen acompañar una vida.

En ocasiones pienso que la felicidad en una vida, decae progresivamente mientras aumenta la edad. En la infancia, sin preocupaciones, sin un más allá que de esta tarde se puede llegar a ser muy feliz, siempre que las condiciones socio-económicas acompañen a uno, pero bueno, esto no es solo propio de ese período de la vida, sino de cualquiera, porque no nos podemos engañar, la riqueza no da la felicidad, pero la facilita. La adolescencia es un período feliz. Quizás algo menos que la infancia, pero más que esa extraña edad en la que miras para abajo y te llaman señor, y miras para arriba y te llaman chico. El paso de una edad a otra lo marcan los acontecimientos. Estos pueden surgir con 16, con 18, con 20, 21, o incluso hasta con 30, porque el ritmo que la vida y las experiencias impone, no lo controlamos nosotros, y en ocasiones se crece muy deprisa, y en otras muy despacio.

Yo con 20 años pase a un estadio superior de la vida; y para ello me valió el descubrir esa droga que todos anhelamos conocer, pero que casi siempre nos es esquiva: el amor. Este sentimiento, tan "pijotero" como a la vez "necesario", marco en mi persona un devenir que yo ni preveía ni creía que existiera. Es más, durante esa época en la que nuestro cuerpo se despierta en busca del sexo a uno le entran mil chicas por las pupilas, para bajar directamente a nuestra entrepierna, sin agarrarse al corazón.

Pero hubo un día en el que entro el amor por la puerta. No hizo ruido, no llamo la atención; simplemente se presento, bajo unos ojos verdes y una sonrisa de esas de confianza "sin pasarse". Se llamaba Maura, y a parte de guapa, era inteligente, buena persona y divertida. Pasaron los días y las horas de kurro, y lo que yo entendía como un buen feeling o mera confianza, resulto ser "que te llamaba la atención", por eso nuestras risas y nuestras escapadas nocturnas tenían algo que yo no supe leer hasta que fue demasiado tarde.

Después de un mes, en una de esas escapadas, acabamos en uno de esos tugurios que no me gustan salvo por la compañía. Allí estábamos tú y yo, y también tus dos amigas, a la cual en una busque respuesta, pero que siempre me la ha escondido. Te veía enfrente de mi, sonreírme, reírte conmigo, buscando confidencias a derecha e izquierda, pero siempre mirándonos. Y ahí, del equipo de sonido vino ha ayudarme Adolfo Cabrales y los Platero y Tú. El roce de tu cuerpo sonaba y teniéndote a menos de 10 centímetros, me enamore de ti, sin saber como, sin saber que hacer, sin saber cómo escapar.

Trate de conquistarte durante esos meses en los que cada uno eramos actores en la vida del otro. Pero pronto me di cuenta de que mientras tu eras la protagonista absoluta de mi vida, yo en tu caso, no pasaba de ser un simple bufón, con un buen chiste de vez en cuando. Sin embargo, no ceje en mi empeño hasta que aquello fue del todo imposible, y me decidí a buscar desasosiego en otros brazos, que me trajeron más sustos y escarnio que placer.

Después de un par de intentos de amoríos, y algunas amantes nocturnas, pasados yo creo que más de un año, conseguí desengancharme de ti, dejar de soñar en ti y permitir que la vida diera un paso adelante acompañado de una vez por todas con la mirada. Pero de aquel año y de aquellos momentos guardo un recuerdo imborrable. Te sigo teniendo un cariño especial y quiero que sepas que siempre estaré aquí para ayudarte en lo que sea, porque a fin de cuentas, somos amigos, pese a que no tenemos todo el contacto que a mi me gustaría tener, y pese a que en ocasiones intento llamarte y no encuentro fuerzas. Me enseñastes un camino maravilloso y la actitud que hay que tener para sobrepasarlo. Y también, gracias a ti, Javi, compañero, amigo y finalmente "hermanito mayor" que tanto me ayudastes y que tanto me apreciastes. Lo mismo que lo dicho anteriormente: aquí para lo que quieras.

En fin, la vida y el destino se presentan ante nuestros ojos, corazón y cerebro de manera laberíntica e impredecible, pero siempre que se este rodeado de buenas personas, de amigos, y de una buena actitud, los pasos que daremos serán firmes, para avanzar en el camino a través de los días, y poder así crecer, ser mejores personas y llevar la iniciativa en la búsqueda de la felicidad.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...