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domingo, 19 de octubre de 2008

¡¡Qué no todo se compra con dinero!!


Con el equipazo que ha montado el Ros Casares no le hacen falta los desmanes con los que se presento en la tarde de ayer en Wurzburg y que habían calentado el "derby" del basket femenino de manera innecesaria y provocadora. Carme LLuveras, General Manager, del equipo levantino decidió que como no había ya suficiente ventaja deportiva (motivada por el impulso económico) entre la plantilla del candidato a todo, y el candidato a ser segundo, negó en rotundo la posibilidad de posponer un día la fecha del partido, para hoy domingo, dando así al Avenida una jornada de descanso menos tras su complicado viaje a Pecs para debutar en la Euroliga 2008/09. El Ros venció en casa con total autoridad el miércoles, mientras que el Avenida caía en la cancha húngara con estrépito, para emprender un tortuoso viaje carretera-avión-carretera que trajera de vuelta al equipo a Salamanca. De Pecs a Budapest en carretera (200 km), de la capital húngara a Madrid (2770 km de vuelo) y de Barajas a Salamanca (250 km). Y así llegaron de mermadas las charras a Salamanca el viernes por la mañana sin poder entrenarse y sólo dejando una leve sesión de tiro en la mañana del partido. No hizo bien el Ros que debe temer el haber saltado un pacto "no escrito" que existía entre los clubes de la liga femenina en pos de mantener la igualdad y también la deportividad. Son las valencianas las que más partidos, presumiblemente, van a jugar en el Este de Europa los jueves y las que con este precedente han justificado el colocarles de manera habitual partido euroliga, viaje desde el Caúcaso y partido el sábado.

Pero la lamentable actitud de Lluveras, y por ende de la directiva valenciana que le permite estos agravios fue su solicitud de protección especial, cuál partido de fútbol, para la expedición. Que si 2 policías por persona, que si salir por la puerta de atrás... una auténtica falta de respeto al club charro que siempre ha sido muy galante y buen anfitrión con todos los que nos visitan a orillas del Tormes, y una daga en el corazón de la "Mejor afición de España y una de las mejores en Europa" como nos han calificado todos los que han aparecido por estos lares los últimos años. Somos un público entendido, versado y muy respetuoso con el rival, cariñosos con nuestras chicas y entrenadores, siempre animando y que sólo saltamos ante los desmanes arbitrales (sobretodo como en el día de ayer que fueron clamorosos) y con las actitudes de algunas jugadoras (curiosamente siempre de tu equipo, Lluveras, muy prepotentes en las victorias). Nuestra respuesta el silencio y la espalda ante la presentación del equipo de los 8 millones de euros en sueldos.

Y así de caliente estaba el choque, con dos ingredientes más: el afán valenciano de permanecer imbatido en España todo el año y la necesidad apremiante de un Avenida que llegaba con 3 derrotas seguidas, fuera de casa, con muchas pérdidas ofensivas. Y así salió un partido pleno de intensidad con dos equipos muy metidos a la hora de hacer un buen baloncesto y conseguir la victoria. El primer cuarto comenzó con un 7-2 del Avenida al contra-ataque y aprovechando la antideportiva más rápida en la historia. Al minuto y 30 segundos Vesela (¡¡Una alero de 1.91!!) agarraba a Basko y el resultado era la máxima sanción. Pero el Ros quisó poner rapido las cosas en su sitio y empezo a aprovechar el poderío interior de Erika De Souza (24 puntos y 16 rebotes) para ir paliando las ventajas y abrir huecos a la batería de tiradoras. La excelencia ofensiva del Ros iba cuajando con canastas de Palau, Valdemoro y Tornikidou, pero una postrera reacción en los dos últimos minutos permitío paliar la ventaja (+8 y máxima en todo el choque) que tuvieron las valencianas.

El segundo acto se presento similar al primero con errores por ambas partes, pero pronto la labor de Michelle Snow y LeCoe Willingham (vaya par de americanas que tiene el Avenida) comenzo a paliar la producción interior de De Souza. Así con un par de acciones de Anke De Mont y el desacierto valenciano el Avenida forzó su primer match ball, poniendo un 42-30 a 6 minutos. Aquí el primer calentón por la labor arbitral, porque en el ataque del Ros, Snow le coloca un soberano tapón a Milton que se sanciona con falta. Aquí estalla la Marea Azul, ya bastante mosqueada por el arbitraje hasta el momento, muy permisivo con los contactos del Ros y los golpes de "viejas conocidas" como Milton, De Souza o Tornikidou que no eran cobrados. Durante estos minutos el Avenida se va, no consigue anotar y pierde la ventaja llegando incluso Ros a ponerse en el marcador, pero en la última jugada un triple de Ciocan colocaba el 44-42 al descanso.

En el tercero la intensidad era máxima y fruto de ello fue la más intensa la que tuvo protagonismo. Michelle Snow, que se le ve implicada y es una atleta magnífica protagonizo los 4 primeros ataques del Avenida. Y estuvo a punto de entrar en la historia de la Liga, porque por centímetros se le escapó el que hubiera sido el "primer mate en la historia de la liga española" que hubiera llegado en un momento álgido, en el partido más importante y ante el rival más temible. Su desafortunado esfuerzo pero gran valor, fue correspondido con una calurosa ovación, que esperemos le sea de motivación para intentarlo y conseguirlo más veces. Así estos minutos fueron a la postre fundamentales ya que el Avenida con un gran partido de Silvia Domínguez (11 puntos y no menos de 8 asistencias) y aprovechando las claras deficiencias de Palau y Aguilar (el Ros hechó en falta a Vecerova) impuso un ritmo adecuado que fue aprovechado por Willingham y Stampalija para martillear continuamente la zona rival, sortear rivales, fintar lanzamientos y anotar continuamente. El dúo junto a Snow firmo 46 puntos y 23 rebotes, y un gran trabajo de equipo para paliar el fondo de armario interior que tiene el equipo levantino. Esté sin capacidad de reacción en el banquillo por parte de Isma Cantó (mala impresión me ha dado, sólo limitado a ir haciendo cambios) vio como las salmantinas entraban en el último cuarto con una ventaja de 12 puntos.

No iba a ser tan sencillo y el público lo sabía. El Ros esta concebido para ganar y hay que reconocer que jamás se rindió. Valdemoro fue la que tomo las riendas del asunto para a base de triples ir minando la ventaja, pero el duo Willingham/Stampalija mantenía el tipo. Y así que tras tres triples en 4 minutos Valdemoro perdió la cabeza y se reboto contra la pivot croata tras birlarle esta un rebote en una lucha. Amaya se picó, se fue tras la croata, le propinio un par de golpes, formo la tangana, recibió una técnica y se sento en el banquillo para no volver más. Crónica de una muerte anunciada. El Avenida tenía las riendas y alentando por su público vió el camino a la victoria, pese a los postreros intentos valencianos, liderados por Palau y De Souza que por lo menos minimizaron la ventaja a 4 puntos. Aquí la templaza de nervios evitó mayor sufrimiento al público y por fin el Avenida pudo sumar su segunda victoria en liga.

Y aquí tenemos un 91-86 como resultado final en un partido trepidante, emocionante, muy intenso y con notas de calidad suprema. El trabajo de las 7 jugadoras fue clave, unas anotando y otras aportando desde atrás, porque tuvieron un líder, una cabeza pensante y un corazón motivador en el técnico José Ignacio Hernández, que sabe lo que quiere y como conseguirlo. La merecida ovación que se llevo 5 minutos después de acabado el partido es el reflejo de la admiración que tenemos por él.

Así toda la Marea Azul, llegamos al éxtasis más félices que nunca pese al horrendo arbitraje, y el despotismo de algunas y algunos. Mi hermano y yo nos lo pasamos genial en la grada, disfrutando del juego y del buen rollo reinante entre todos los "vecinos", siendo nosotros los únicos "jóvenes" y haciendo partícipes de nuestro humor, katxondeo y saber baloncestístico (si y también de mi vehemencia y afilada y viperina lengua) a todos los que formamos el frente.

miércoles, 25 de abril de 2007

Un Sueño, una Pasión y un Éxito

Tener la suerte de formar parte de algo tan grande es una sensación difícilmente explicable. Cierto es que sólo lo somos (también mi hermano) en calidad de aficionados, socios de un club, pero nos sentimos tan participes que ya sean fracasos o éxitos lo que nos depare, siempre los tomamos como propios.

Todo empezó hace unos 4 años. Al viejo pabellón de La Alamedilla íbamos unos poquitos a disfrutar del espectáculo del baloncesto. Nos daba igual, que fueran chicas, porque en coraje y sacrificio no les ganaba, ni les gana, nadie. Pronto quedamos enganchados a ese paseo hacia el pabellón y esas casi 2 horas de extrema diversión que nuestro equipo, y el rival de turno, con no menos mérito, nos proporcionaba. Todo un hallazgo, todo un tesoro.

Y empezaron a venir los éxitos. Con el fichaje de Nuria Martínez se traía también toda su ambición y hambre de éxito, final del coraje y la garra que la caracterizan. Final de Copa perdida, y al año siguiente: ¡¡¡Campeonas de la Copa en Valencia!!! en un partido extraordinario, emocionante y espectacular. Pero no acabo todo ahí. Llegaron Kelly Schumacher, Clara Bermejo y Elena Tornikidou. Aquí dijimos que esto lo teníamos que ver, y nos hicimos socios, resultando el dinero (con aquellas zapatillas y aquella cazadora) mejor invertido en nuestra vida. Al final de temporada éxito sin precedentes: Campeonas de liga y Copa y semifinalistas en la fiba cup. Como no íbamos a repetir este año. Volvimos ha hacernos socios, en algo que aseguro, ya es una tradición. Este año otro aliciente más: La Euroliga femenina. Los mejores equipos y las mejoras jugadoras del continente pasarían por Wurzburg. Y para apuntalar ese reto, 2 nombres: Nicole Ohlde y Nicole Powell. Dos auténticas estrellas de la WNBA que atesoran juventud, entrega y una calidad impagable. Cada rastro que nos han ido dejando por el campo nos ha vuelto locos, por que de donde se destila calidad su fruto siempre serán nuestras sonrisas y admiraciones.

Ha llegado la hora de las semifinales de la temporada 2006-07. El curso esta acabando. Segundo partido. Tras lograr la victoria en el primero con un clinic de intensidad, sacrificio, espectáculo y efectividad, llega el momento de certificar el pase a la final en el segundo, en casa del rival, en Burgos. Y por primera vez decidimos hacer un viaje con nuestro equipo. Pero no lo hacemos solos. Ellas nunca están solas. Siempre tienen a esta maravillosa afición de Salamanca por el basket femenino. Se desgastan, se vuelcan, siempre animan, son el sentido, el origen y el fin supremo del club. No hay palabra dicha hacia ellos que no sea un elogio. Hasta 7 autobuses marchamos la tarde del viernes para Burgos. No creo que haya clubes de fútbol que muevan a su afición de esa manera un día laborable. Que disfrute, que pasión y que apoyo para un conjunto de chicas, semi-profesionales en muchos casos que no se van hacer ricas económicamente de la noche a la mañana con este deporte, pero que lo son en su entrega, su corazón y su lucha por este deporte.

Ir, jugar y venir. Llegamos al pabellón de El Plantío y disfrutamos de como nuestras peñas y todos nosotros llenábamos un lateral desde 45 minutos antes. Empezábamos a animar, a corear a nuestras chicas, a vivir el baloncesto en definitiva. Y empezó el espectáculo. El Avenida no encontraba la forma de anotar con facilidad y el Burgos a la carrera tomaba las primeras ventajas. Sufríamos pero seguíamos confiando en nuestras posibilidades. Llegado el descanso toco la hora del bocadillo; inigualable ese lomo con queso.

La segunda parte fue otra cosa. El equipo empezó a carburar, con nuestras bases, Silvia Domínguez y Clara Bermejo, asistiendo y distribuyendo, con la defensa mucho más asentada. Y sobre todo, con Nicole Powell. La alero norteamericana, formada en la Universidad de Stanford, comenzó a anotar desde cualquier posición. Triple iba y triple venía, mientras todo nuestro lateral era un solo grito. La victoria final nos lleva a la final. Que placer, que gustazo. El "We are de Champions" sale de nuestras gargantas, coreamos a nuestras chicas, a nuestro club y tratamos de hacer participes de la fiesta a la gente de Burgos, aunque sin éxito. Y al final, invasión de pista. Allí estábamos todos, toda esa marea azul en la pista, hablando con nuestras jugadoras, nuestros técnicos, haciéndonos fotos, firmando autógrafos. Todo tan natural, tan "normal" que nos hace sentir unos privilegiados. Gracias al club, a la afición y a vosotras por ser un ejemplo y por hacernos sentir tan bien.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...