lunes, 29 de agosto de 2011

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros X

De los indignados se ha dicho que somos sediciosos, agresivos, que somos pulgosos y lujuriosos, que somos ilegales, perroflautas, violentos y delincuentes; que somos unos golpistas como Tejero, totalitarios, antisistema, que tenemos entrenamiento en kale borroka de ETA, que somos una guerrilla urbana. Y que somos cuatro gatos malcontados, unos niñatos enrabietados, y batasunos, que somos los cachorros de Rubalcaba, que somos ratas, que somos insalubres, que somos delirantes… Eso sí nadie de estos ha dicho que queremos, que reclamamos de verdad.

Cuesta encontrar un colectivo más insultado en menos tiempo. Y cuesta todavía más encontrar a una movilización más inmune a las calumnias. Hace un mes, cuando aparecieron en escena, las encuestas en la prensa daban un mayoritario respaldo social a este movimiento y a sus reivindicaciones. Este fin de semana, tras una durísima campaña en su contra, una nueva encuesta ha corroborado que mantienen intacto ese respaldo ciudadano; ni siquiera estas toneladas de manipulación y propaganda han bastado para sepultarnos.

Desde la derecha –de donde salen la mayoría de estos insultos–, primero elogiaron el espontáneo movimiento. Después, aseguraron que era una operación de Rubalcaba para las municipales. Más tarde los ridiculizaron como pulgosos pacifistas y por último nos tacharon de proetarras violentos. Cada tres o cuatro días, más o menos, pronostican el fin de este movimiento; siempre con el mismo acierto. Como los que protestan han sido siempre los mismos, cabe preguntarse si se puede ser a la vez pacifista, violento, etarra y esbirro de Rubalcaba. La contradicción hasta en los insultos da la medida adecuada del miedo que a algunos les provoca esta protesta. Y sobretodo de lo "buenos" periodistas que son, y la calaña informativa que tenemos que padecer en el país de la telebasura.

Uno de los lemas más oídos es: "Lo llaman Democracia y no lo es". Pues bien, hasta que punto podemos hablar de la democracia real que palpamos y sentimos desde la Unión Europea y sus instituciones de carácter neoliberal recalcitrante, y que funcionan como siervos de los mercados y esclavizan a los seres humanos. Dos cifras para no perdernos. La primera: para salvar al sistema financiero de los errores que provocó su propia voracidad suicida, Europa inyectó 311.400 millones de euros en sus bancos. El total de dinero movilizado por los socios de la UE en 2008 y 2009, tras la caída de Lehman Brothers, alcanzó los 3,7 billones de euros si sumamos también los préstamos y los avales y garantías no ejecutados que pusieron sobre la mesa las naciones europeas para respaldar a sus irresponsables banqueros. Por entendernos: 3,7 billones de euros es más dinero que el PIB de España (1,1 billones) y el de Alemania (2,4 billones) juntos.

La segunda cifra: el rescate a Grecia costará 110.000 millones de euros y no es un regalo desinteresado. Salvamos a Grecia para salvar de nuevo a la banca europea. También para evitar que la deuda soberana se encarezca aún más y el terremoto se lleve por delante al euro, de sur a norte. Los griegos pagarán el préstamo a sus socios con un 4% de interés. Y con su sangre.

Comparen ahora, si es que se quieren enfadar, el incondicional rescate a la banca europea y mundial –que en estos tres años de crisis apenas ha padecido reforma alguna– con los dolorosos recortes que hoy exigimos a Grecia. El “rescate” que impone la UE francoalemana a su supuesto socio tiene un nombre médico: ensañamiento terapéutico. Consiste en recetar dolor y más dolor a un paciente que se da por perdido. ¿Podrá acaso la anoréxica economía griega pagar lo que debe con una nueva dieta?

En el mejor de los casos, los ciudadanos griegos tienen por delante un lustro de recesión. En el peor, un corralito argentino. Es cierto: gran parte de la responsabilidad es suya. Al menos tanta como la que nunca han asumido por esta crisis los banqueros.

La realidad es que España y Grecia son los países donde más se ha encarecido la vida desde la llegada del euro. El gráfico de debajo viene a decir a grandes rasgos que somos europeos para cobrar, pero que practicamente seguimos estando en la autarquía de las dictaduras, que ambos países sufrieron en la segunda mitad de siglo XX, y los salarios poco o nada tienen que ver con el precio de la vida. O de la bolsa de la compra. Las subidas salariales por efecto de los vaivenes del IPC no son más que una falacia neoconservadora, puesto que en ningún momento desde la llegada del euro el famoso redondeo al alza que hemos sufrido, y que cualquiera puede comprender si piensa y analiza lo que cobraba y compraba hace 10 años y lo que cobra y cobra actualmente, es una realidad palpable a la hora de pagar, pero de la que nada se sabe en el momento de cobrar.

Indignado no. Hasta los cojones

Sé que puede parecer una expresión machista pero, en realidad, sólo refleja el estado de ánimo en el que me encuentro y mi brutalidad innata no me permite encontrar mejores formas de decir las cosas ni de que me entiendan quienes deberían hacerlo y ya se han acostumbrado al delicado y romántico término "indignado", acuñado por Stéphane Hessel.

A finales de año cumpliré 29 años; no tengo perro ni flauta, afortunadamente tengo trabajo. Un hermano que es fantástico. Estuve enamorado y ahora me siento genial, animado y vigorso. Vivo en una provincia y ciudad que resulta agotadora y sin ningún futuro, lo primero achacable a la mentalidad de la plebe, lo segundo a los políticos que ha tocado soportar; y, a pesar de todo esto, estoy hasta los cojones.

Si ayer hubiese estado en Madrid, habría cogido mi inexistente flauta, habría llamado a mi imaginario perro y me habría tirado a las calles a gritar mi hartazgo.

Porque, sí señores, estoy hasta los mismísimos de los hipócritas políticos que nos gobiernan, de una constitución obsoleta que nos hizo creer en sueños de democracia, de una ley electoral hecha a medida de un sistema bipartidista que ignora a las minorías, de que la corrupción sea el pan nuestro de cada día, de que los problemas económicos recaigan sobre los pobres, de que a nadie se le ocurra subir impuestos a los que más tienen en lugar de recortar derechos a los que no tienen nada, de que se rían de uno por querer un mundo mejor, de que los bancos gestionen nuestras vidas, de que el Papa quiera darme lecciones de moral y, encima, se pasee con nuestro dinero por nuestras calles, de que esas calles no sean de todos y no se pueda circular por ellas libremente, de que en el siglo XXI todavía existan reyes y principitos que no han sido elegidos por nadie y que mantienen privilegios de cuna, de que la democracia sea un término que los políticos utilizan a su antojo sin escuchar al pueblo al que gobiernan, de que los verdaderos delincuentes sean los poderosos y puedan delinquir a sus anchas sin que la justicia actúe contra ellos, de que se compren y vendan armas con total impunidad mientras en África la gente muere de hambre, de que se expolie a ese continente y se declare a sus habitantes "ilegales" en el resto del mundo, de que nos hayamos acostumbrado al sufrimiento de los demás amparados por un falso "estado del bienestar" que nos mantiene alienados, de que la "Comunidad internacional" bombardee pueblos en nombre de la libertad y mantenga a dictadores por conveniencia económica, de que la prensa manipule la información en función de quien le paga, de que en el parlamento no se escuche la voz del pueblo sino la de unos manipuladores que sólo defienden su propia conveniencia, de que haya intereses por encima del trabajo, la educación y la sanidad, de que cualquier atropello sea posible en nombre de los mercados, las primas de riesgo, la Unión Europea o el Sistema financiero, de que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada día más pobres, de que la vida la disfrute sólo una minoría mientras la mayoría lucha por sobrevivir, de que se me descalifique por creer que las cosas sólo pueden mejorar si tiramos abajo este sistema ...

Por todo esto y algunas cosas más, estoy hasta los cojones.

Para rematarla, algún iluminado decidió ayer que ya estaba bien de protestas y que era hora de actuar con violencia contra quienes no la emplean y sólo exigen sus derechos.

Bien, pues de ese tipo de decisiones y de quienes las toman, estoy también HASTA LOS COJONES.

Me apetecía decirlo aunque a nadie le importe.


Un dato muy claro: Grecia es el estado del mundo con un mayor ejército en comparación con su población. El conflicto que justifica tal dispendio en su eterno affair con Turquía en todas las islas del Mar Egeo, o el Mar Jónico. Su principal proveedor es Alemania, quien sistematicamente ha ido boicoteando cualquier tipo de medida en los distintos foros internacionales como Unión Europea, Naciones Unidas o incluso en la OTAN, que pudiera facilitar una resolución pacífica del conflicto y que permitiera a los griegos, evitar esa mentira que la derecha utiliza tan bien como es el patriotismo, la nación, la unidad y el orgullo de la patria, para desmontar todos los servicios sociales (ahora con la complacencia y exigencia de la UE y los mercados). Alemania prefiere la guera y la bronca entre turcos y griegos, siempre y cuando su chiringuito sea el beneficiado.

¿Liquidamos el estado de bienestar?

Me ha sorprendido leer hoy un artículo de Carlos Rodríguez Braun en Expansión hablando sobre si liquidamos el Estado del Bienestar. En dicho artículo se afirma que liquidarlo no haría que la sanidad, la educación, las pensiones y los seguros de desempleo desaparecieran sino que serían más eficientes. Y que los más desfavorecidos serían atendidos no por el Estado (que según él lo hace mal) sino por personas como Teresa de Calcuta. Voy a desmontar la sarta de barbaridades que ha dicho este hombre.

Primero, el autor ha afirmado sin proporcionar ningún otro dato que si el Estado no invirtiera en dichos servicios serían más eficientes. Hay casos que demuestran lo contrario, como la sanidad en EEUU, que es un disparate precisamente por no existir alternativa pública. La sanidad privada pura tiende a aumentar sus costes, a expulsar a los sanos y a aumentar las cuotas, a no ser que esté estrictamente regulado. E incluso en EEUU existe la sanidad pública para jubilados y desfavorecidos.

Los seguros de desempleo privados pueden sonar muy bonitos sobre el papel, pero en la práctica sería algo parecido. La gente con empleo precario tendría que pagar unas primas muy altas, ya que hay más riesgo de despido, y posiblemente no podrían pagarlos por sus bajos sueldos. Si los que tienen empleos más estables tuvieran primas altas para compensar al final se arriesgarían a no tener seguro, y el sistema sería insostenible.

Sobre las pensiones, existen dos problemas. El primero es el de la rentabilidad. La bolsa española está a niveles de finales de los años 90. Las personas que hubieran invertido en la década pasada en planes de pensiones habrían tenido pérdidas importantes. El sistema privado no está exento de tener problemas. Y por otro lado necesitaríamos un periodo transitorio para toda la gente que está jubilada y que no se hizo estos planes porque estaban las jubilaciones públicas. ¿De donde sacamos el dinero? ¿O les cobramos a los trabajadores de hoy las cotizaciones para los pensionistas de hoy y no les damos nada en el futuro? No es un tema fácil, el Estado se gasta más de 100.000 millones de euros al año en este tema.

Y sobre la educación, está muy bien hablar de eliminar la pública y bajar los impuestos, pero para muchas familias sería inasumible pagar la educación simplemente por bajada de impuestos. La educación es cara, por eso se lleva tanto dinero de los impuestos. ¿Qué haríamos, eliminar la educación obligatoria y el que pueda pagársela bien y el que no que se dedique a empleos sin cualificación?

Y sobre los pobres, los más desfavorecidos, citar a Teresa de Calcuta cuando hizo su labor en un país en desarrollo sin un Estado del Bienestar como en España me parece bastante demagogo. Es cierto que las ONG realizan su labor de ayuda, pero el Estado también dedica recursos que si desaparecieran harían la sociedad más extrema, con más diferencia entre pobres y ricos, cosa que no interesa a nadie (tampoco a los ricos, que tendrían más miedo a la criminalidad o a las posibles revoluciones que vimos en épocas de más injusticia social).

Sinceramente, creo que se puede y se debe hablar de los excesos que ha cometido el Estado (un aeropuerto por provincia, por ejemplo), ver si los impuestos son suficientes, ver si es necesario que haya servicios gratuitos o si hay que implantar el copago (educación y sanidad), ver si el seguro de desempleo está bien diseñado para que el parado tenga incentivos a la búsqueda de empleo… pero de ahí a decir que viviríamos mejor sin Estado del Bienestar….


No es deuda es un negocio

Hace tiempo que diversos economistas, teóricos, pensadoras y personas que pretendemos informar, formar y movilizar, estamos advirtiendo sobre la deuda llamada pública, es decir la deuda de los estados, así como sus negativas consecuencias para los pueblos. La asociación CADTM lleva unos años haciendo una magnífica labor en este sentido. La deuda atenazó durante decenios a África y sigue haciéndolo, también a América Latina, mediante la aplicación de planes del FMI y del Banco Mundial. Ahora lo que significa la ruina del pueblo y el negocio de los bancos y los especuladores financieros se traslada a Europa, tras haber sido arrojados a patadas los “expertos” del FMI y neoliberales de muchas de las repúblicas de Latinoamérica a las que quisieron acabar de esquilmar.

Los fondos de “ayuda” del FMI y los tristemente famosos rescates no se establecen sino para pagar los préstamos que bancos y fondos de inversión realizan a gobiernos, empresas privadas y bancos de los países endeudados, garantizándose de esa forma el que cobrarán con intereses sus deudas, muchas veces leoninas.

El rescate para poder pagar la deuda griega es para garantizar el cobro de bancos franceses y alemanes del dinero alegremente prestado a los gobiernos de la derecha que llevaron al país a la quiebra. En el caso español, están incluidos todos los pufos de la burbuja inmobiliaria.

¿Pero quién paga las deudas? Los pueblos y ¿cómo las pagan? Pues con planes de ajuste y ahorro y mediante privatizaciones. Esto no es nuevo, y Stiglitz, que lo conocía de primera mano, lo denunció ya hace varios años. También Eric Toussaint tiene magnifica literatura al respecto.

El problema nuestro es qué propuesta sensata hacemos con respecto a la deuda del Reino de España. La Conferencia de Bruselas del 31 de mayo pasado, convocada por Attac Francia, Attac Alemania, CADTM, Transform y Solidaires, con apoyo de GUE, la izquierda del Parlamento Europeo, exige la auditoría previa, así como quitas y moratorias. Igualmente se denuncia el fabuloso negocio que la deuda produce a los prestamistas, pues gracias a las agencias de calificación -que colaboran con ellos, pues son privadas y por tanto están en el negocio-, entre otros factores, provocan sustanciosas subidas de los intereses y encarecen hasta la usura el valor de los bonos de deuda que salen a subasta.

Los gobiernos sin excepción en Europa -excepto Islandia, que además no está en la UE- garantizan los pagos y devoluciones ahorrando en servicios públicos y vendiendo el sector público, con lo que el negocio es redondo: en primer lugar los bancos garantizan sus beneficios y compran bienes y servicios públicos para hacer negocio con ellos y enriquecerse ampliando su base de negocio.

¿Cuál es pues el resultado final? Que se incrementa aún más la bestial transferencia de rentas de las clases populares a las poderosas y capitalistas. Hablando en román paladino, los trabajadores y trabajadoras, las personas paradas y pensionistas, las pequeñas empresas, garantizan el negocio de la gran banca y las grandes fortunas a base de ver reducidos sus salarios, sus pensiones y empobrecerse cada vez más, lo cual a su vez es una rueda endiablada, pues impide la salida de la crisis, pero sin embargo las y los ricos y los fondos de inversión cada vez obtienen más y más beneficios.

¿Qué entiendo debiéramos proponer ante este desaguisado? Pues que el gobierno, tanto español, como griego, que los gobiernos de Europa, hagan como hicieron algunos gobiernos latinoamericanos y se nieguen a pagar la deuda. QUE NO PAGUEN LA DEUDA.

¿Qué ocurrirá si no pagan? Pues muy sencillo, que los bancos deberán volver a negociar, introducir quitas y moratorias y mientras tanto se puede auditar, por instrumentos públicos e independientes, el monto real de la deuda pública. Pero esto debe ir acompañado de dos medidas urgentes, que ni debemos ni podemos olvidar, y son el establecimiento de las ITF, es decir impuestos sobre los movimientos de capital, y la supresión real de los Paraísos Fiscales. En esos lugares hay mucho, mucho dinero, y no hace falta que sigan robándole de la pensión a nuestros abuelos y abuelas, basta con suprimir los paraísos fiscales.

Es necesario emprender una acción política seria y decidida, una acción sindical de clase y comprometida con los intereses de las clases trabajadoras y paradas, y una constante movilización ciudadana. Por eso, el 23 de Julio, día en que llegan las marchas a Madrid, debiéramos ir todas y todos allí a recibirlos y exigir al gobierno que no pague la deuda, que se niegue y ya veremos qué pasa. Por que ni podemos estar peor, ni en mucho tiempo vamos a estar mejor. Hay que exigirles que dejen de escuchar solo a los mercados y comiencen a escuchar a la gente, al pueblo trabajador.

Las políticas neoliberales son la crisis y el desastre, es imprescindible construir ya una amplia red antineoliberal, y si no están dispuestos a hacer caso y gobernar con justicia, cosa que dudo profundamente, ¡¡que se vayan todos!!.

Al contrario que muchos de los partidos políticos, sobretodo mayoritarios o nacionalistas, el 15M si que está planteando alternativas, nuevas ideas y propuestas para salir de la crisis económica y social, pero también para mejorar la salud y calidad democrática de España.

Más de 500 personas participaron este miércoles en Sol en la primera sesión del Debate del Pueblo en el que varios colaboradores del Movimiento 15-M han hablado de algunos temas que, en su opinión, no se han tratado o no se han querido tratar en el debate que ha tenido lugar en el Congreso.

Una portavoz ha explicado que este Debate del Pueblo, convocado por la asamblea general de Arganzuela y que también se celebrará este jueves a la misma hora, "es necesario porque los problemas de los ciudadanos no encuentran eco en el debate del Congreso de los Diputados, lastrado por los cálculos electorales y el marketing político".

En ese sentido, los organizadores han querido propiciar el debate y el pensamiento crítico entre los ciudadanos para no aceptar sumisamente el discurso interesado de que solo existe una política.

El debate de las víctimas del sistemaTom, de la comisión de economía, uno de los primeros en intervenir, ha remarcado que la diferencia entre los dos debates es que en el del Pueblo participan las víctimas del sistema, mientras que en el del Congreso, los beneficiados.

También ha explicado que el sistema mundial se basa en un crecimiento económico infinito, cuando en realidad, los recursos del planeta son finitos y ha remarcado que las políticas de competitividad solo aumentan las tasas de ganancias de las empresas pero no el empleo.

Ricardo, también de la comisión de economía, ha explicado que las políticas de ajuste impuestas por Europa, no solo son evitables, sino que además son perjudiciales para salir de la crisis económica.

Ha basado esta premisa en que la deuda pública del Estado no es realmente alta, alrededor del 60 por ciento del PIB, cuando la de Alemania y Francia rondan el 80 por ciento.

Es la deuda privada de las empresas españolas la que alcanza cuatro veces el valor del PIB, siendo la deuda externa de la banca la mitad de esa enorme suma, por lo que no son necesarias políticas de ajuste de la deuda pública, sería necesario, en su opinión, mayor gasto público.Íñigo, del grupo de economía, que se reúne todos los lunes a las 19.00 en la plaza del Carmen, ha dicho que la economía es responsabilidad de todos, por lo que deberíamos pasar más tiempo pensando en qué gastamos nuestro dinero, y hacerlo de una forma responsable.

Luis, del grupo de economía, ha detallado un informe con 22 propuestas abiertas para salir de la crisis económica que se puede consultar en la página web del movimiento 15-M acampado en Sol.

En un acto de apoyo a Grecia, se ha contactado con los administradores de stopcartel.gr, grupo que ha grabado muchos de los vídeos streaming de los disturbios en Grecia, según una de las organizadoras del evento.

En la conexión, los participantes del Debate del Pueblo han mostrado su apoyo y solidaridad con la situación que se está viviendo en el país, el mismo día en que el Parlamento heleno ha aprobado nuevas medidas de recorte y subida de impuestos.


La austeridad en los salarios... claro en la de los obreros

La nueva directora gerente del FMI, Christine Lagarde, cobrará 383.000 euros por año, un 11% más que su antecesor. En su contrato se explica que esta modesta cantidad completamente libre de impuestos está destinada a que mantenga “un nivel de vida apropiado a su posición”. El FMI, por recordar cosas desagradables, es quien receta “austeridad” y “contención salarial” como ricino obligado para salir de la crisis. El FMI es también un organismo internacional que tiene entre sus objetivos fundacionales “promover un empleo elevado y un crecimiento económico sostenible” o “reducir la pobreza en el mundo entero”. Sin duda ese 11% de aumento para el salario de su nueva jefa va “ligado a la productividad” del fondo y responde a lo bien que van esos retos en el mundo, precisamente por los ajustes que aplica el propio FMI (a los demás).

Con todo, el sueldo de Lagarde se queda en nada cuando se compara con lo que cobra el exdirector gerente del FMI bajo cuya controvertida gestión se gestó la crisis actual. Hablo de Rodrigo Rato, hoy presidente de Bankia. Esta nueva entidad financiera a punto de salir a bolsa es una empresa privada y, como tal, tiene derecho a decidir cuánto paga a sus directivos. Sin embargo, Bankia es una empresa privada algo especial: creada de la privatización de varias cajas que, a su vez, han sido apuntaladas con dinero público. No han sido tampoco los accionistas quienes han nombrado a Rato.

El sueldo exacto de Rato es un misterio, pero sí se sabe que entre los tres primeros ejecutivos de la entidad ganarán 10,15 millones de euros. Incluso si esa cifra se repartiese a partes iguales –cosa harto dudosa, siempre cobra más el presidente que sus subordinados– el sueldo de Rato no bajaría de tres millones de euros al año: al menos diez veces más que Lagarde.

Pero no quedan aquí las suspicacias. Los que hoy están en la oposición y mañana desgraciadamente en el gobierno (pese a que desde fuera se pregunten quién es Rajoy) no tienen ideas, y encima se permiten el lujo de insultar a los únicos que las plantean: El 15M y los jóvenes españoles. Tampoco las tienes el "candidato" que sólo busca tocar las migajas en la izquierda, pero que en los últimos 4 años no tuvo, ni la voz, ni la autoridad para plantar cara a los mercados, por la gente, por la ciudadanía y también por la izquierda, la decencia y la justicia social. Por fortuna, muchos creemos que un voto al 15M es posible.

Pero lo auténtico es que con el adelanto electoral, poco a poco se van conociendo algunas propuestas de la derecha y es que realmente da miedo. No cabe duda que leyendo algunas consignas baratas y ya archiconocidas, recetas de toda la vida, que alimentaron la "primera burbuja inmobiliaria" y que no cabe duda volverían a provocar el desastre que de momento tratamos de solventar. Lo de plantear soluciones reales y medidas que vayan en una reconversión del sector económico del país, no les interesa. No permite la especulación, ni la corrupción. Además eso de plantearse subir los impuestos a las clases altas da muy mal rollo. Y encima dice que esa medida generaría más desempleo. Sin vergüenzas.

Cuando los mercados funcionan con tanta fuerza y están tan metidos en el subconsciente y en la vida real, que incluso indignados, favorecemos el negocio. Pero la realidad es que al chispa ya prendió y la primera ola ha llegado a la costa y no se ha parado. Lo que ha sucedido desde el 15 de mayo hasta ahora ha sido la primera ola. En adelante va a seguir una tempestad que va a cambiar los cimientos del sistema económico y de la propia sociedad, para humanizarla y construirla desde una base de respeto, justicia social, libertad y dignidad para todos los seres humanos del planeta y para la propia salud del mundo.

Hasta el momento a la primera perplejidad de las autoridades y de sus voceros habituales precursores del pensamiento único, le ha seguido la indiferencia y la falta de atención del presidente saliente por el lado de los medios y los micrófonos, y la violencia y los desalojos por detrás, para deshacerse de ese grano en el culo que somos los indignados. La represión ha sido brutal, también con motivo de la inoportuna y pueril visita papal, y pese algunas actitudes por parte de los indignados totalmente reprochables y condenadas ya de antemano, la respuesta a la indignación y los planteamientos e ideas y resoluciones asamblearias ha sido la fuera bruta, las porras y coacciones por parte de la policia.

Lo cierto es que no hay visos de mejora. Y si de una recesión mundial. Por mucho que se quiera decir y aunque no es menos cierto que los abusos de la patronal se llevaban produciendo desde hace mucho tiempo y con la convenencia de las distintas administraciones (el número de inspectores laborales se han reducido en un 35%) y sin embargo se siguen desmantelando los servicios sociales o precarizando otros muchos, como por ejemplo las becas de investigación.

Yo ya no sé si la solución es que los ricos espaoles como en Francia y algunos casos en Alemania, tengan que pedir que les suban los impuestos ante la desidida de sus gobiernos, aunque creo que son medidas publicitarias, de cara a la galeria. Lo unico claro es que ahí muchas mentiras:

“España tiene los recursos, pero no tiene el coraje político de recoger esos fondos” (Vicenç Navarro)

Hemos asistido en Santander a una conferencia del catedrático Vicenç Navarro, titulada “El modelo social europeo ante la globalización”. Ha sido una conferencia llena de datos muy reveladores y que merece la pena compartir.

La fuente empleada es Eurostat, probablemente la más fiable, pero que tarda en ser actualizada, y por ello los datos son todos de 2008.

La conferencia ha empezado describiendo la situación de distintos países europeos, para sustentar la tesis de que los países que tuvieron una dictadura en la segunda mitad del Siglo XX, como Portugal, España y Grecia, más Irlanda, que ha seguido políticas de extremismo neoliberal, necesitan equiparar sus cifras de gasto público a las del resto de Europa, en lugar de limitar el déficit por vía constitucional.

Empecemos con el análisis comparativo del gasto público:

Con estos simples datos puede verse cómo España es el segundo país de la UE con menor gasto público, sólo detrás de Irlanda. Navarro ha dicho: “Por mucho que se repita que en España el Estado despilfarra y que hay que adelgazarlo, no deja de ser mentira, y el que diga otra cosa, que lo demuestre con datos.”



El segundo ejemplo es el del empleo público:



Como se ve en los datos de Eurostat, España no tiene siquiera un funcionario por cada 10 personas, y Suecia tiene uno por cada cuatro personas. Si España tuviera un 25% de empleados públicos, como Suecia, se crearían 5 millones de puestos de trabajo y mejorarían en gran medida los servicios públicos.

El tercer elemento de análisis es la tasa de pobreza, con la hipótesis de que el Estado no interviniera con políticas de igualdad y con los datos reales de pobreza tras la intervención del Estado. Como es lógico, cuanto más diferencia haya entre ambas, mayor política redistributiva.

España sale muy mal parada en ese indicador. Las políticas de transferencias de la UE disminuyen la pobreza en 9 puntos, la de Suecia en 14 y la de España sólo en 4. España tiene, antes de transferencias públicas, una tasa de pobreza menor que la sueca y que la media europea. Sin embargo, por la falta de políticas redistributivas, es el que más pobreza tiene tras la intervención del Estado.

Y por último, Navarro ha mostrado una interesante comparación entre la contribución que paga un trabajador y un millonario en cada lugar:

Tomando como referencia a Suecia y comparandola con España, vemos que un trabajador español paga el 74% que uno sueco, y sin embargo un millonario paga sólo un 20% de lo que paga un millonario sueco. Si España tuviera la política fiscal sueca, ingresaría 200.000 millones de euros más que ahora.
Respecto a la economía de EEUU, cabe resaltar dos datos que ha comentado Navarro: en primer lugar, ha dicho que antes de que Reagan ganara las elecciones, el 1% más rico de EEUU tenía el 7% de la riqueza. Hoy día, ese 1% tiene el 24%. Y por otro lado, ha comentado que en el único Estado de los Estados Unidos que no ha tenido problemas de liquidez es Oklahoma, que tiene un banco público.


Pero V. Navarro no se ha limitado ha describir este negro panorama, sino que ha propuesto alternativas a las políticas de recortes sociales. Entre sus propuestas para incrementar los ingresos públicos, estaban las siguientes:

  • 2.948 millones gravando beneficios financieros

  • 6.900 millones de impuestos finalistas por sanidad (pago por uso de la sanidad al Estado, no a una empresa concesionaria privada)

  • 2.552 millones manteniendo el impuesto de sucesiones

  • 862 millones modificando las multas en función de los ingresos del infractor, que ya está funcionando con éxito en Finlandia

  • 985 millones, con un impuesto de 5 euros por cada vuelo que salga de los aeropuertos españoles

  • 643 millones recuperando el nivel de imposición a las rentas altas previas a las rebajas del Gobierno actual.

  • 63.000 millones combatiendo el fraude fiscal


No necesariamente hay que compartir todas las propuestas que hace Navarro, pero cuanto menos, está bien conocerlas, por su originalidad y como prueba de que hay otras formas de salir de la crisis distinta de las políticas que se están desarrollando actualmente. Para saber más, podéis visitar su blog: www.vnavarro.org.

Lo cierto es que se pitorrean de nosotros, de los indignados y de los que no lo están. Cómo se puede llenar tanto uno la boca con la legitimidad y la madurez para aplicar decisiones cuando pasas olímpicamente de la ciudadanía, agachas las orejas y acatas lo que digan ya sea Merkel, los mercados o el Papa y encima te atreves a plantear la posibilidad de tocar esa biblia de piedra llamada constitución española para darles gusto a ellos. Por qué a ellos, y no a todos cuando se os pidió que aprobaráis la dacción en pago, para saldar las deudas hipotecarias con los bancos, esos cabrones que rescatasteis con nuestro dinero, y que siguen sin prestarlo. Y encima os atrevéis a hacerlo sin consultar al pueblo. En Francia hace 220 años sacaron las guillotinas a las calles y corrió la sangre. Nosotros estamos ya movilizados y pedimos que nos pregunten si queremos que destrocen, denigren y machaquen el estado del bienestar. Grecia estaba ya en la lucha, y ahora lo esta España. Lo estuvo todo el magreb contra esas dictaduras tan convenientes y sigue Siria frente al dictador amigo del Juancar. Chile sigue en la lucha por su futuro, como Londres, arde por la desigualdad racial y social que acontecen en sus guetos. Se acabaron ya los desmanes, la falsa igualdad que permite una justicia a la carta; la falta de responsabilidad y moral política. La publicidad es una palada más para tumbar al capitalismo, tan ocupado de secuestrar nuestra vida. La información fluye y sabemos cómo y dónde consumir. Y si el capitalismo tiene a bien decidir en qué gastarselo y que "causas" promover, nosotros ya sabemos que hacer.

Qué nada ni nada de las autoridades económicas y del liderazgo financiero y neoliberal crean que a partir de ahora van a tocar al pueblo e intentar seguir pisándolo, sin obtener la respuesta y la lucha de la ciudadanía.

Yo no he vivido por encima de mis posibilidades

En el debate de su investidura como presidenta de Navarra, la candidata soltó una afirmación que se ha hecho un lugar común entre muchos políticos y economistas y que me irrita especialmente. Lo dijo replicando al portavoz de Izquierda-Ezkerra: "Todos somos en parte responsables de la crisis porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.

Lo bueno de repartir la responsabilidad entre todos es que al final la culpa no es de nadie. El castigo de la crisis económica nos ha caído encima como algo fatídico, es cosa del destino, qué se le va a hacer, cada uno que apechugue con lo que le toque, se lo ha merecido. Nada de buscar culpables, nada de poner castigos. Así que todo el mundo puede seguir en sus mismos puestos: los banqueros, los economistas, los políticos, los parados.

Es un argumento tramposo hasta la náusea y en lo que a mí se refiere lo niego rotundamente. Yo no he vivido por encima de mis posibilidades. Llevo muchos años viviendo incluso un poco por debajo de mis posibilidades. Llego a fin de mes sin gastarme todo mi sueldo e incluso he logrado ahorrar un poquito. Hace más de un cuarto de siglo que no he pedido prestado y no debo nada a nadie. Pago al contado y no compro cosas con dinero que no tengo. La última vez que pedí dinero fue con la única hipoteca que he tenido para comprar mi vivienda; la pagué religiosamente e incluso la cancelé de forma anticipada. No he comprado más inmuebles, no he jugado a la bolsa, no he invertido mis ahorros en fondos especulativos. He pagado mis impuestos puntualmente, además sin posibilidad alguna de defraudar ya que cobro del erario, y además he contribuido a algunas oenegés.

No me quejo sobre mis posibilidades; vivo razonablemente bien y no he sentido la necesidad, que por lo visto otros tienen, de endeudarme para hacer viajes exóticos o alojarme en hoteles de lujo asiático, para cambiar de coche cada par de años y cada vez comprar uno más potente, más rápido, más todoterreno, más caro, para renovar el vestuario cada temporada y el mobiliario cada pocos años, para comprar un apartamento en la playa o para sacarme el título de piloto de helicóptero. Soy de costumbres simples y de gustos vulgares y baratos. Pero lo que no trago es tener que compartir la supuesta culpa colectiva de haber vivido por encima de mis/nuestras posibilidades.

Y si me quieren acusar de individualista y de ignorar que también como sociedad hemos llevado un estilo de vida por encima de nuestras posibilidades colectivas, que también ha habido unos gastos públicos excesivos, también rechazo mi culpa. Nunca he votado por los que nos han gobernado (soy un perdedor crónico), pero además me he opuesto y he criticado en privado y en público sus decisiones económicas. He censurado la desregulación de los mercados, la especulación financiera, la burbuja inmobiliaria, el desarrollismo a ultranza, las inversiones desmesuradas de dudosa utilidad social (llámese AVE, aeropuerto de Ciudad Real, circuito de velocidad de Los Arcos o museo de los sanfermines), bajar los impuestos a los ricos, tolerar el fraude fiscal y permitir los paraísos fiscales, los sueldos millonarios de ciertos responsables económicos o políticos, el gasto militar y las guerras de los últimos cuarenta años. La verdad es que los que mandan, y la mayoría de la población, no me han hecho ni puñetero caso. Como soy demócrata me aguanto, pero no me siento responsable de los chandríos que han hecho otros con mi opinión y mi voto en contra.
Ojo, si hablamos de ser responsables en otro sentido, no como culpables, sino como comprometidos, si hay que echar una mano para ayudar a recomponer el desastre, estoy dispuesto. Si hay que pagar más impuestos, se pagan, pero todos, incluidos los que vienen escaqueándose desde hace siglos. Si hay que trabajar más, se trabaja. Si tenemos que vivir por debajo de nuestras posibilidades una temporada, se hace, yo ya tengo costumbre. Si hay que ser solidario, que hay que ser, voy el primero. Pero culpables, no lo somos todos. A los culpables sí que hay que pedirles sus responsabilidades personales, sean políticas o sean penales, sin que se escabullan camuflándose en la muchedumbre y en el pecado colectivo.
Por lo tanto yo, Ángel Luis Domínguez Nacimiento, me declaró "No culpable" de la crisis financiera actual, ni tampoco ya de la escasa realidad democrática de esta ciudad, de este país, continente fisico o político, o de este planeta. Ya estoy indignado, y movilizado, sumando pequeñosa granos de arena para conseguir cambiar este mundo y hacerlo un lugar mejor para tod@s.


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2 comentarios:

  1. oer macho, enhorabuena, como te lo curras!

    Datos y mas datos con una argumentacion impecable y probablemente irrevatible, pero por mucho que lo digais, mientras no critiqueis y arremetais directamente contra el PSOE que os guste o no es el que gobierna y el que nos ha dejado en la situacion que estamos, y sigais criticando a la derecha=PP seguireis perdiendo credibilidad xq dareis razon a quienes lo dicen.

    En este planteamiento olvidas algo muy importante, que tambien fue dinamitado por vuestro querido PSOE durante el triunvirato Social, la familia...ese ente de herencia franquista que tanto les repugna, es en definitiva la unidad social basica de nuestras sociedades y el pivote principal de cualquier planteamiento que hagan o hagais, porque sabes quien se va a "comer" la recesion de lustros? nuestras familias, ¿quen va a ayudar a los parados? nuestras familias? quien va a soportar la carencia de pensiones?...y asi podemos seguir.

    Si estamos descontentos con nuestros politicos, lo estamos con todos y sino no jugamos.

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  2. Gracias por tu interés y comentario

    Tienes toda la razón y está claro que la situación actual es tan culpable el PSOE como lo fue el PP, ya que ambos de la mano nos han llevado a esta crisis del virus de inhmuno deficiencia adquirida del planeta, como es el capitalismo y del exarcebado y egoísta liberalismo neoconservador.
    Somos un país con un sector productivo lamentable. Deficitario y en el que el sector primario es ninguneado continuamente, el sector secundario es inexistente por una falta de I+d+i impresionante (pero dinero para otras tontadas si que hay, como por ejemplo la semana pasada alimentar el cáncer del planeta que son las religiones, y particularmente la católica), y todo se deja en un sector terciario de baja cualificación y calidad, o en la construcción. Pan para hoy (poco) y hambre para mañana.

    Si encima el sector público es poco fuerte, y en vez de potenciarlo (con la necesaria y progresiva revisión a la fiscalidad de la población) se destruye y privatiza, tenemos lo que tenemos...

    Soy (muy) de izquierdas y si gustas de leer las anteriores entradas que tengo bajo el epígrafe de "No somos mercancia en manos de políticos y banqueros" verás que al PSOE le he dado pero bien, con total merecimiento. No han sido capaces de plantar delante al pueblo por encima de los mercados, le han hecho el trabajo sucio a la derecha y ni tan siquiera fueron capaces de parar la burbuja inmobiliaria, sino que soplaron dentro de ella, ni tampoco tuvieron bemoles suficientes para hacer que este país terminará de una vez por todas con la transición y las heridas de la guerra civil y la dictadura y dieran reconocimiento y valor a todos los caídos, de cualquier bando político.

    Lamentablemente vote en las dos últimas elecciones generales al PSOE. No volverá a ocurrir. No me engañan ya. Soy de aquellos jóvenes que le decían a Zapatero que no nos fallase. Y nos ha fallado.

    PEro lo peor es que ahora llega la derecha de Rajoy (ojo único líder europeo en los últimos 80 años que se ha presentado por tercera vez a unas elecciones, habiendo perdido las dos anteriores...) y entre sus escasísimas medidas económicas y sociales (pocas, tardías y equivocadas porque van en la misma línea neoliberal que nos han metido en esta) y la que van montando sus lacayos (y algunos rivales dentro del partido) por las CCAA se le quitan las ganas a uno de seguir viviendo en España. Quizás por que ya veo al vigente gabinete de salida, me he dejado llevar, y he dado poca caña a los supuestamente socialistas (aunque se llevan lo suyo), y más quizás a los futuros. Pero te aseguro que en el blog, hay leña de sobra para ambos lados de la pinza bipartidista del sistema político español (y también para el muelle que las une: los nacionalistas).

    Lo único que tengo claro que ni socialistas de nombre, ni populares elitistas, ni nacionalistas egoístas... tenemos una clase política lamentable, y el hecho se demuestra en que después de la votación de ayer, sólo 17 fueron los demócratas que decidieron no saltarse la constitución y defender el estado de derecho y social.

    Lo dicho, gracias por tu interés y comentario. Nos vemos!!!

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