Dentro de lo que supuso el Sonisphere y el subidón de ver a los Maiden, Dream Theater, una vez más a Sober, descubrir a Gojira, o calibrar a las damas del metal con Lacuna Coil o Arch Enemy, había un momento especial marcado y esperado: El concierto de Twisted Sister.
La historia de la banda no desmerece en absoluto. Creada en 1973 en New York pasó varios años de ostracismo y desilusión por las continúas faltas de oportunidades para grabar y tocar en directo más allá de la Costa Este, pese a que algunos de los miembros originales como Eddie "Fringies" Ojeda, Jay Jay Franch en las guitarras o Mark "The Animal" Mendoza al bajo o AJ Pero en la bateria eran reconocidos como algunos de los grandes talentos que ofrecía el metal y el hard rock en aquella época; pero quizás la marcada tendencia al NWOBHM (Nueva Ola del Heavy Metal Británico) impedía que se hicieran un hueco frente a bandas genuinas de aquellas tierras como Judas Priest, Motorhead o a los yankees propios del hard rock como Kiss o Poison al que también los Twisted Sister se acercaban.
El cambio se produjó cuando llegó Dee Snider en 1976 y con su fascinante personalidad y extravagante indumentaria se convirtió en el vocalista de la banda, añadiéndole una imagen Glam al grupo, al tiempo de que entró a participar activamente en la composición tanto de letras como de músicas, casi todas ellas volcadas en hablar del conflicto intergeneracional entre padres e hijos, y críticas al sistema educativo americano y a la decadente mentalidad americana centrada en el éxito profesional y el enriquecimiento en vez del crecimiento personal y moral. Esas letras erán reflejos de situaciones comprometidas y vividas en primera persona no sólo por Snider sino por el resto de la banda, y que convirtieron al grupo en la génesis de todo aquel rock y metal adolescente, rebelde y reivindicativo.
Con su primer albúm de estudio también se convirtieron pioneros en la grabación de videoclips, puesto que los singles de aquel albúm como You Can't Stop Rock'n'Roll o We are not Gonna Take It aparecían continuamente en la MTV dando a conocer al grupo y su imagen de fiesta, algarabía y rebeldía que desde aquel momento llevan transmitiendo, como no podía ser de otra manera, en sus conciertos, y que tenían como contrapunto a Mark Metcalf, el ya mítico en el heavy metal, actor que se encargaba de dar la versión dura, austera, represiva, educada y quizás políticamente correcta en las intros de ambos videos, y que a base de riffs, letras geniales y pegadizos y sugerentes estribillos levantaban a toda la juventud. La estética, ese pelo cardado y el maquillaje exagerado. Las ropas de cuero y plásticos con las mezclas entre el negro, la plata y el rosa. Los chalecos vaqueros y la guitarra negra de Ojeda con sus círculos concentrícos de color rosa. Si esto no irradiaba rock y heavy no sé que lo hará.
Pasaron los años, los discos, las reediciones, las versiones de otros grupos o incluso revisiones metalizadas de villancicos y los Twisted Sister, animaron el mito y la leyenda, dando vueltas individuales o en otros proyectos cada uno de sus miembros, y no sólo musicales, sino también literarios, o en los audiovisuales como el propio Snider, que aparecia continuamente en la televisión de los 90 e incluso llegó a llevar un programa de radio de notable éxito entre 2001 y 2004.
Pero no habían escrito su final, y muchos se lo agradecemos. En 2006, 30 años después de su comienzo, decidieron volver con nuevo material, y con las mismas ganas de seguir pasarlo bien, darnos su música, sus ganas de disfrutar y de vivir, y esa filosofía de vida que se puede resumir en todo un I wanna rock.
Y es en el directo, donde estos tios demuestran que son lo máximo. Había buenas referencias y las hay mejor desde que los he visto en vivo, hecho que tengo firme propósito de repetir en cuanto me sea posible. Y es que los muchachos de Dee Snider desplegaron en el Sonisphere toda su sapiencia y talento, eso que se llama tablas, para asaber fundirse con el público y clamar fiesta, haciéndonos minimizar el tiempo, drogados por su música, su alegría y algarabía. Todo ello aderezado con la figura del frontman. El maquillaje, las vestimentas y la movilidad de Snider son ya legendarias y unido a su personalidad, donde se declara abstemio y se asegura no haber consumido drogas jamás, padre de familia y esposo desde hace más de 30 años, no le impiden ser un auténtico heavy, que con sus ganas de pasarlo bien y hacerlo pasar bien nos dejó su simpatía, y esos "Huevos con aceite... y jamón" o el "I Wanna fuck". Simplemente geniales, increíbles y recomendables. Muy buenos y muy grandes, Twisted Sister.
Y el vídeo de 30 el single que lanzó el album de 2006 que supone la vuelta de la mítica banda. Por desgracia sólo puedo dejar el enlace, pero es un vídeo que hay que ver.
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