Mostrando entradas con la etiqueta los 80. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta los 80. Mostrar todas las entradas

martes, 9 de agosto de 2011

The fuck Twisted Sister


Dentro de lo que supuso el Sonisphere y el subidón de ver a los Maiden, Dream Theater, una vez más a Sober, descubrir a Gojira, o calibrar a las damas del metal con Lacuna Coil o Arch Enemy, había un momento especial marcado y esperado: El concierto de Twisted Sister.



La historia de la banda no desmerece en absoluto. Creada en 1973 en New York pasó varios años de ostracismo y desilusión por las continúas faltas de oportunidades para grabar y tocar en directo más allá de la Costa Este, pese a que algunos de los miembros originales como Eddie "Fringies" Ojeda, Jay Jay Franch en las guitarras o Mark "The Animal" Mendoza al bajo o AJ Pero en la bateria eran reconocidos como algunos de los grandes talentos que ofrecía el metal y el hard rock en aquella época; pero quizás la marcada tendencia al NWOBHM (Nueva Ola del Heavy Metal Británico) impedía que se hicieran un hueco frente a bandas genuinas de aquellas tierras como Judas Priest, Motorhead o a los yankees propios del hard rock como Kiss o Poison al que también los Twisted Sister se acercaban.

El cambio se produjó cuando llegó Dee Snider en 1976 y con su fascinante personalidad y extravagante indumentaria se convirtió en el vocalista de la banda, añadiéndole una imagen Glam al grupo, al tiempo de que entró a participar activamente en la composición tanto de letras como de músicas, casi todas ellas volcadas en hablar del conflicto intergeneracional entre padres e hijos, y críticas al sistema educativo americano y a la decadente mentalidad americana centrada en el éxito profesional y el enriquecimiento en vez del crecimiento personal y moral. Esas letras erán reflejos de situaciones comprometidas y vividas en primera persona no sólo por Snider sino por el resto de la banda, y que convirtieron al grupo en la génesis de todo aquel rock y metal adolescente, rebelde y reivindicativo.

Con su primer albúm de estudio también se convirtieron pioneros en la grabación de videoclips, puesto que los singles de aquel albúm como You Can't Stop Rock'n'Roll o We are not Gonna Take It aparecían continuamente en la MTV dando a conocer al grupo y su imagen de fiesta, algarabía y rebeldía que desde aquel momento llevan transmitiendo, como no podía ser de otra manera, en sus conciertos, y que tenían como contrapunto a Mark Metcalf, el ya mítico en el heavy metal, actor que se encargaba de dar la versión dura, austera, represiva, educada y quizás políticamente correcta en las intros de ambos videos, y que a base de riffs, letras geniales y pegadizos y sugerentes estribillos levantaban a toda la juventud. La estética, ese pelo cardado y el maquillaje exagerado. Las ropas de cuero y plásticos con las mezclas entre el negro, la plata y el rosa. Los chalecos vaqueros y la guitarra negra de Ojeda con sus círculos concentrícos de color rosa. Si esto no irradiaba rock y heavy no sé que lo hará.

Pasaron los años, los discos, las reediciones, las versiones de otros grupos o incluso revisiones metalizadas de villancicos y los Twisted Sister, animaron el mito y la leyenda, dando vueltas individuales o en otros proyectos cada uno de sus miembros, y no sólo musicales, sino también literarios, o en los audiovisuales como el propio Snider, que aparecia continuamente en la televisión de los 90 e incluso llegó a llevar un programa de radio de notable éxito entre 2001 y 2004.

Pero no habían escrito su final, y muchos se lo agradecemos. En 2006, 30 años después de su comienzo, decidieron volver con nuevo material, y con las mismas ganas de seguir pasarlo bien, darnos su música, sus ganas de disfrutar y de vivir, y esa filosofía de vida que se puede resumir en todo un I wanna rock.

Y es en el directo, donde estos tios demuestran que son lo máximo. Había buenas referencias y las hay mejor desde que los he visto en vivo, hecho que tengo firme propósito de repetir en cuanto me sea posible. Y es que los muchachos de Dee Snider desplegaron en el Sonisphere toda su sapiencia y talento, eso que se llama tablas, para asaber fundirse con el público y clamar fiesta, haciéndonos minimizar el tiempo, drogados por su música, su alegría y algarabía. Todo ello aderezado con la figura del frontman. El maquillaje, las vestimentas y la movilidad de Snider son ya legendarias y unido a su personalidad, donde se declara abstemio y se asegura no haber consumido drogas jamás, padre de familia y esposo desde hace más de 30 años, no le impiden ser un auténtico heavy, que con sus ganas de pasarlo bien y hacerlo pasar bien nos dejó su simpatía, y esos "Huevos con aceite... y jamón" o el "I Wanna fuck". Simplemente geniales, increíbles y recomendables. Muy buenos y muy grandes, Twisted Sister.








Y el vídeo de 30 el single que lanzó el album de 2006 que supone la vuelta de la mítica banda. Por desgracia sólo puedo dejar el enlace, pero es un vídeo que hay que ver.

martes, 15 de febrero de 2011

La peli de hostias definitiva: The Expendables


Todo el que me conoce sabe mi debilidad por el cine, sobretodo de acción, y ya dentro de este género la variable más extrema que yo he definido como Cine de Hostias. Esas pelis que de manera eficaz y rapida, y sin lugar a dudas, cumplen con su propósito de divertir en base a un ejercicio de resolución de conflictos fundamentado en el poderío físico y armamentístico, en la última palabra y en que las secuencias de acción, como persecuciones de coches, tiroteos, explosiones o peleas de artes marciales hacen que mentes como la mía se olviden de las visicitudes de Schopenhauer o Stendhal, del debate político y cultural sobre las descargas (por supuesto, que me la he descargado y la he visto en mi pc) o de la cotidianiedad, y disfrutemos con mayúsculas en la versión extrema de la película. Y hoy mi tedio y taciturnidad se han transformado en excitación violenta y cachonda gracias a Los Mercenarios.

Resumir la sinopsis no tiene gran mérito, porque esta serie de películas suelen funcionar con unos patrones y artesonados narrativos sencillos e incluso simples. En los albores del sub-género las muy recomendables Die Hard (lo que aquí alguién atiborrado de anfetas decidió llamar Jungla de Cristal), si que aparecieron los suficientes giros en el argumento, pero las visicitudes de John McClane que llegan hasta nuestros días, resultan la excepción que confirma la regla.

Puestos a recordar las Alertas Máximas de Steven Seagal o los blancos humanos de Van Damme (ambos las dos grandes ausencias en el reparto de la película en cuestión) y otros muchos ejemplos del cine de los 80 y 90 tenían como cualidades una exposición sencilla: unos malos muy malos que tratan de aniquilar y reducir a escombros la sociedad actual, amenazando salvajemente a la desguarnecida población civil casi siempre con el ánimo de lucro como fin último de sus actividades. Contra ellos, antihéroes que se convierten en héroes añadiendo la valentía y el tufillo redentor a unas personalidades oscuras y aun sinfin de capacidades, normalmente adquiridas en la marina y la Guerra de Vietnam, que pueden ir desde las sempiternas artes marciales, el uso de explosivos, tácticas de combate o incluso psicología. Pequeños toques de humor debidos a la socarranería y el sarcasmo del protagonista (siempre un ejemplo de virilidad) y ciertos momentos de critica política y social condimentan una ensalada que suele resultar muy apetitosa en taquilla, pero absolutamente insípida para la crítica.

Lo cierto es que este genero de acción tiene en bastantes de nosotros, ya sabéis, hombres jóvenes de menos de 35 años, que crecieron en los 80, a un gran público devorador de estos filmes cuando llegan al cine, al dvd, al pelis-yonkis o cuando en tardes y noches de desidia y aburrimiento decidimos aligerar el peso de nuestra intelectualidad al simple disfrute de una buena pelí de entretenimiento.

Y algo así es lo que me ha sucedido a mi esta tarde, toda vez que llegado del curre, atenazado por el frío y con cierto cansancio, me he metido una dosis de balas, soez palabrería y violencia gratuita sin contemplaciones, firmada (guión, dirección co-protagonismo) por el mismo Sylvester Stallone.

The Expendables, o como otra mente enferma a titulado en España, Los Mercenarios, cumple perfectamente con su apuesta y encargo: divertir. En 2009 se rodó esta obra que indudablemente será considerada una obra de culto, un mito y ejemplo de lo que el cine de acción puede llegar a ofrecer, y que funciona de manera solvente ante la pantalla. Seguro que pululan las criticas que la destrozan por todos los lados, pero a mi que quieres que te diga, la puse con una esperanza, que me divertiera y me evitará caer en el tedio, y lo ha conseguido.

El argumento: No lo voy a destripar. Una recomendación: vedla!. Porque el principal argumento y motivo de esta película es divertir y servir como homenaje cachondo a todo ese cine ochetentero que ha hecho vivir muy bien a toda esta recua de musculitos.

El Montaje y dirección. Pues en poco rato he podido leer como ponen fino a un Stallone, del que sabemos perfectamente que tanto lifting y botox ha reducido a cero su capacidad mímica (algo tampoco muy díficil si recordamos Rocky I). Podéis leer que la peli esta mal rodada y tal y cual, pero yo no opino lo mismo. La película se cuenta visualmente para servicio de los actores y en ella todos salen bastante bien parados. Yo también veo las semejanzas con la manera de dirigir de Michael Bay, también denostado y que a mi me parece sublime (recordad Pearl Harbor, La Roca o Armaggedon) y todo plano resulta convincente. Sólo hubiera faltado algo más de destreza para sacar más partido a las coreografías de peleas de Jet Li o de Jason Statham, sobretodo cuando estamos tan acostumbrados a admirar el partido que les sacan (Nacer para morir del chino o la saga Transporter en caso del británico).

Y en cuanto al reparto, qué. Pues salvo las ausencias por desabenencias "artisticas" de Steven Seagal o Van Damme todas las grandes estrellas del género aparecen. Aparecen los clásicos como el propio Stallone o el mítico Dolph Lundgren; forzudos reconocibles de otros productos violentos como Austin, Couture o Crews. Mike Rourke aplica el libreto de El Luchador para dar sentido moral con su interpretación a la película, momento en el que en un alarde de saberse reír de si mismos nombar una conocida marca de vodka cuya imagen publicitaria les presta Bruce Willis. Y dos clasicazos como el gobernador Schuache y el propio Bruce Willis (Sr. Church) nos dejan un diálogo a tres bandas con el propio Stallone, que alejado del lirismo y la retórica de Shakespeare, se lanzan pullas por dos minutos plétoricos que son más que justificados para pagar una entrada. Y también tenemos a las dos estrellas actuales del cine de acción, Jason Statham y Jet Li, para los que la película sirve como un paso de testigo de sus predecesores como líderes y santo y seña del cine de acción.

Incluso con tanta testosterona en ebullición no pueden faltar bellezas féminas, y de entre ellas destaca Giselle Itié.

Hasta la banda sonora tiene su punto con un tema final inigualable: El eterno himno de los Thin Lizzy, The boys are back in town:


En definitiva, decir que es una buena opción para tratar de aligerar la cotidianiedad, echar unas risas y relajarnos. No es la película para ver con tu chica el 14 de febrero, pero joder, lo que te puedes reír con ella (la película digo, mal pensados) y pasarlo bien, puesto que funciona como un homenaje y a la vez una válvula de escape para reírse de si mismos a todas estas estrellas del cine ochetentero. Sin duda ya guarda un lugar privilegiado en mi colección privada, como obra de culto, alocada, desenfrenada y de disparatada gamberrada, que te lo hace pasar en grande. Acción a raudales, un plantel que nos desmerece el sueño juvenil de ver a todos estos tipos duros juntos y muchas ganas de pasarlo bien y hacer pasadlo bien. Lo dicho: Vedla!

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...