lunes, 11 de agosto de 2025

De música y marketing: Monjas sexualizadas

Una de las cosas más chulas e interesantes de los festivales de música, y particularmente satisfactoria en los de Heavy Metal, es la posibilidad de descubrir a grupos y artistas nuevos, o poco conocidos por estos lares, que te los encuentras en un cartel o directamente sobre el escenario y se convierten de repente en parte de tus gustos musicales. Desde entonces los tienes en cuenta y de esta manera te involucras con esa banda nueva o recién descubierta. Te compras en el stand del festival la camiseta del grupo y/o un cd. Les sigues, buscas sus videos en youtube y su agenda de próximos conciertos. Y ahí estarás con tu acervo musical incrementado y probablemente, a menos a mi no me ha pasado todavía con este tipo de descubrimientos, para siempre. Será muy difícil que te defrauden.

Esta vez no he acudido al Leyendas del Rock en Villena por diferentes motivos como trabajo, un calor que se esperaba, y ha resultado desgraciadamente, abrasador e insufrible hasta lo peligroso, y fundamentalmente, por unos precios muy altos. Más de 100€ (con los gastos de gestión) por la entrada de un día son una absoluta pasada, por más que el abono de los 4 días de festival (para el que pueda aguantar ya 4 días seguidos) quede en unos abultados también 167€. No hablemos del despropósito de los precios de la bebida en este festival con el añadido del calor excesivo que se padece. Lo siento, me ha parecido mucho dinero, pese a que había buena materia en el cartel el miércoles como volver a ver a Fear Factory, a Dunedain o a la nueva banda simultánea de mi amado Mikael Stanne, Cementery Skyline (al día siguiente repitió con The Halo Effect).

Pero el caso es que revisando las crónicas me asaltó una imagen que automáticamente me motivo y me hizo ir a la red social de videos, -y cada vez más anuncios-, a ver de qué se trataba.

 


Y sí. Así es. Lo que me llamó la atención fue la imagen y atuendo de las componentes del grupo “Dogma”, ataviadas con atrevidos hábitos de monja, abiertos y sugerentes, calzando botas altas hasta la rodillas y maquilladas. No puedo negarlo. Me atrajo esta estética absolutamente sexualizada de las artistas e interpretes, por lo que debo incluirme, en cierto grado a mi pesar, en el club de MetalPacos y cuñaos que se pusieron cachondos.

Afortunadamente en el Heavy Metal, después de los años nefastos del Glam, hay que saber tocar y ofrecer buena música y mejor desempeño en vivo para perdurar, y en ese sentido hay que decir que Dogma es un grupazo. Que tocan de maravilla y por lo que he podido rastrear, en directo funcionan e impresionan.

Dogma son una banda compuesta por 5 mujeres ataviadas como monjas de clausura, pero cuyos ropajes abiertos muestran sus carnes, muslos y escotes, así como su maquillaje facial, a parte de ocultar su identidad, las presentan como “malditas”, cercanas al diablo o al averno. Su actitud y su disposición es la de discutir y derribar todos los dogmas con los que convivimos día a día en las sociedades donde la religión, y particularmente la católica-cristiana, tiene tanta fuerza. Esto subyace de su origen, América Latina, probablemente Brasil o México, aunque no he encontrado noticia o anuncio que lo certifique. En cualquier caso provienen de una zona donde la presencia cultural y social, y también la influencia política, del catolicismo y de la iglesia es muy poderosa y ha servido tradicionalmente para imponer una moral retrógrada y castigadora con respecto a la sexualidad, y en especial, a la vida y la presencia de la mujer. En este sentido, radica la esencia del grupo que persigue la liberación de todos los dogmas, especialmente religiosos que nos limitan, y concretamente a las mujeres y en América Latina, derribándolos para así liberar y acabar con la represión.

Musicalmente a Dogma los clasificó dentro del Hard rock con reminiscencias melódicas y duras al estilo del que practican bandas como Hellacopters, Architects o Spiritual Beggars. Pero también se incluyen referencias heavies a los temas de la primera época de Iron Maiden, y de los últimos trabajos de Arch Enemy en las melodías y transiciones con voz clara de Alissa White-Guz. Para ello se valen de la pericia de las tres intérpretes de guitarra, bajo y batería. Lamia, Nixe y Abrahel aparecen sobradas de talento y si bien las composiciones y solos a veces pecan de sencillez, no carecen de ritmo, presencia y continuidad. Todo ello coronado con la voz de Lilith (todos estos seudónimos tienen reminiscencias a personajes religiosos que presentaban la feminidad como algo “malo”, “peligroso” o “pernicioso”), que navega sobre las olas generadas por sus compañeras con una sugerente mezcla entre sensualidad y dureza. Su timbre me recuerda al de Simone Simons, pero también al trabajo de Sirenia con la voz de Ailyn, no puedo dejar de lado una presencia muy de música pop, muy fabricada para gustar y ser fácilmente recordada y coreada. Y no digo que esto sea malo, pero es lo que hay.

Los temas de las letras de las canciones, como decía anteriormente, abogan por la liberación sexual, pero también moral y mental, de las personas, y en especial de la mujer, que tiene que volar libre y explorar su cuerpo, su sensualidad y su espíritu. Conjugan en general con una presentación muy estudiada, con una gran teatralidad, lo que no le resta ningún mérito sino más bien al contrario, por lo que he podido conversar con algún conocido que estuvo en Villena y por lo que he visto en unos videos de youtube.

En el Heavy Metal ya tenemos costumbre, y cada vez parece que más, de tener bandas cuyos integrantes se presentan con máscaras y nombres alegóricos que ocultan su identidad. Lo que empezó con Kiss, continuó con Gwar o King Diamond y siguió con las bandas del Black Metal, Turisas, Wes Borland en Limp Bizkit, Slipknot, Lordi, Ghost, El Altar del Holocausto, Heilung, etc., etc., casi una lista interminable. Por eso anudar esta estética tan concreta, pero a la vez tan sexualizada, generada para llamar la atención y convertir a las integrantes en carne de medios sociales virales, junto a una música, que aún enraizando con el rock duro, es “fácil”, digamos consumible, levantan las sospechas sobre el origen del grupo.

Si a esto le añadimos una presencia mediática potente y el acompañamiento desde el primer momento de una de las grandes compañías discográficas, que no ha escatimado esfuerzos en realizar producciones y videos llenos de imágenes sexuales y potentes composiciones visuales (y que estos aparecierán sin filtro en las plataformas), nos lleva inexorablemente a estar ante un producto de marketing.

 


 

 

  

Ojo, que esto tampoco es malo porque si. Es lo que hay. Y aunque le pueda restar originalidad, o si se quiere hasta trascendencia, seria injusto no mencionar la calidad de la propuesta sobretodo si funciona bien a nivel estudio, y fundamentalmente en el directo. Porque Dogma es un muy buen grupo musical del que ya vamos a estar pendientes. Si a esto le sumamos la virialidad de las plataformas y del streaming (quizás motivada su magnanimidad para con Dogma por los intereses de quien ha generado este producto) ante imágenes de sexo, pues el éxito ya está fraguado.




El Heavy Metal es un género en el que la presencia masculina es predominante, pese a la significativa aparición de mujeres al frente de bandas, y también, cada vez más, tocando instrumentos y aportando en todas las facetas. Es bienvenido y necesario. Y con el caso de “Dogma” ganamos una banda más a este movimiento, que en esencia, busca incorporar plenamente a la mujer en las actividades de toda índole (económicas, sociales, culturales) de la vida común. Así que en ese sentido, logro conseguido y meta en la que seguir trabajando por parte del grupo, y todos los que tienen presencia femenina (ya sea completa o parcial).



viernes, 1 de agosto de 2025

Paremos ya el Genocidio en Gaza

 


Hay que decirlo claro:

Israel está ejecutando un genocidio sistemático y planificado sobre la población de Palestina.

Es así. Está probado. Es un hecho. Como también lo es la actitud tolerante con este crimen contra la humanidad de buena parte de la Comunidad internacional, y dolorosamente de los representantes políticos occidentales que deberían ser los primeros en denunciarlo y combatirlo.

Nethanyahu tiene que ser encarcelado y juzgado como criminal de guerra y genocida. De hecho no tengo ninguna duda de que así será. El sionismo violento y genocida debe ser luchado y contrarrestado con solidaridad, verdad y democracia. Y los cómplices como gobiernos occidentales y empresas de armas y tecnologías también tienen que ser juzgados y erradicados.

Y por último, la indiferencia también tiene que ser combatida. No puede ser una opción. Los seres humanos no podemos quedarnos indiferentes y tolerar este genocidio. Con todo lo que sabemos que pasó y que ha habido en el pasado.

No se puede tolerar y tenemos que ser beligerantes con quienes ejecutan, permiten y hasta alientan que Israel asesine a millones de personas en Gaza y en Cisjordania.

Esto no es una guerra. Cuando se cortan los suministros básicos de alimento, agua, electricidad y medicinas a la población civil no estamos hablando de operaciones militares o búsqueda de rehenes y terroristas. Cuando se permite y se provoca que miles de niños mueren de hambre y enfermedades erradicadas ya en el primer mundo lo que tenemos delante no es una guerra sino una política diseñada bajo parámetros racistas y fascistas. Algunas fuentes hablan de 30 niños al día desde el inicio de la invasión por lo que esto no es una guerra. Es terrorismo de estado diseñado y ejecutado para impedir la constitución de una nueva mayoría étnica y social en el estado. Cuando se persiguen, detienen e incluso matan a voluntarios y periodistas no se trata de daños colaterales o de “desgracias”, sino de acciones ejecutadas con voluntad de ocultar la verdad al exterior y a la historia. Cuando se denuncia esta matanza indiscriminada de seres humanos, pobres y desamparados, no se está hablando de anti-semitismo. No jodáis que eso es muy serio para que manipuléis de esa forma. La gente común, las personas buenas, lo que estamos en contra es de los genocidios. De todos los genocidios. Y si una mierda de religión, me da igual judáica, islámica que católica ampara a basuras humanas como Netanhayu y compañía hablamos de otra cosa.

Paremos ya el genocidio en Palestina. No podemos, no debemos, no es tolerable quedarse sentado en el sofá o poner un tuit o este texto, sin más. Hay que actuar y hay que hacerlo para parar de una vez esta deriva fascista.

Muchos estamos colaborando en partidos y ongs que están tratando por un lado de enviar ayuda a Palestina y en exigir el final de la ocupación y el exterminio. No vale sólo con mandar un SMS de ayuda, acudir a una manifestación, firmar una campaña online o ejercitar un boicot a todo producto que venga de Israel (y de Estados Unidos principal financiador de este estado genocida y criminal).

Tenemos que reflexionar sobre la mierda de mundo que “estamos” construyendo. Esto no puede seguir así.

Escribo en un descanso, desde la víscera y veo que en 5 minutos y desde el móvil y han salido más de 500 palabras. Que no se las lleve el viento, y que podamos parar el genocidio en Gaza.

Por un mundo de paz, solidaridad, cooperación y empatía. Abajo el fascismo. Viva la libertad, Viva Palestina.

 

miércoles, 23 de julio de 2025

No more tears, even though there are no words

 

Ha muerto Ozzy Osbourne.

No tengo palabras para loar la figura, el legado y la trascendencia de Ozzy para millones de personas como yo. Para quienes el Heavy Metal no es solo música. Es alma. Es vida y es identidad.

 

 

Se ha marchado como quería. Con su familia y tras darlo todo sobre el escenario hace un par de semanas en un concierto épico, homenaje a una trayectoria plena, con sus altibajos artísticos y personales, propios de quien ha estado casi 60 años haciendo música desde cero. Creando no sólo un estilo y una forma de hacer las cosas, sino siendo parte imprescindible en la génesis de un género.

El Heavy Metal no sería posible sin Ozzy, como fundador de Black Sabbath y también de su prolífica carrera en solitario, como Ozzy. Promoviendo músicos y bandas, e incluso uno de los mayores festivales como el Ozzyfest. Y ahora hay que continuar sin él, pero con la memoria de su obra, el recuerdo de su imagen, la presencia de su leyenda.

 

No me puedo despedir de él. De quien con su repentina ausencia, hace que las palabras se anuden en la garganta aunque tengan que salir por el teclado. De quien inunda mis ojos de lágrimas por haber estado siempre ahí. No puedo decirle adiós, ni hasta siempre, porque sus canciones forman parte de mi. Porque su voz, tan inconfundible, tan propia y tan esencial es el timbre que me activa, que me da fuerza. Y porque después de hoy, cuando lo escuche, y seguiré haciéndolo, me sacará también una sonrisa. Porque muchas veces, siempre de hecho, Ozzy ha cantando a la vida (si aunque los maniqueísmos y tópicos interesados hoy inunden panegíricos en los medios de desinformación). Porque por encima de leyendas urbanas, imagen siniestra alimentada por él mismo y por su mujer, y apelativos como Príncipe de las tinieblas, Ozzy estaba y está por encima de todo esto, y en muchas de sus canciones y también de sus apariciones públicas ha expresado su optimismo y su espíritu por la lucha y hacer que todos y cada uno vivamos nuestra vida de forma plena.

Sólo queda atesorar sus canciones, su recuerdo de la persona y del personaje. Los grandes momentos que nos ha regalado, en vivo o en la habitación, el coche o tras los auriculares a cada uno. A través de su música. Haciéndose imprescindible. Cantándonos. Moviéndonos. Haciendo música y arte.

RIP Ozzy Osborne. Larga vida al Heavy Metal y al recuerdo de tu obra. Gracias Ozzy por todo!!!

 





 Ozzy disfruta en la gran banda con Dio, con Randy, con Lemmy, con Bonham, con Cliff, con Paul, con Clive, ...


 


domingo, 6 de julio de 2025

Wasted Years: Imposible malgastar tiempo con Iron Maiden


 


[Verse 1]

From the coast of gold

Across the seven seas

I'm travelin' on far and wide

But now it seems

I'm just a stranger to myself

And all the things I sometimes do

It isn't me but someone else


[Verse 2]

I close my eyes and think of home

Another city goes by in the night

Ain't it funny how it is?

You never miss it till it's gone away

And my heart is lying there

And will be till my dying day


[Chorus]

So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


[Verse 3]

Too much time on my hands

I got you on my mind

Can't ease this pain, so easily

When you can't find the words to say

It's hard to make it through another day

And it makes me wanna cry

And throw my hands up to the sky


[Chorus]

So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


[Guitar Solo]


[Chorus]

So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


Wasted Years es la segunda canción del álbum Somewhere in Time, el sexto disco de Iron Maiden, publicado en 1986. escrita por el guitarrista Adrian Smith, no solo destaca por su potente melodía y su característico sonido de metal progresivo, sino también por las profundas reflexiones que plantea acerca del paso del tiempo, el arrepentimiento y la búsqueda de un propósito en la vida.

La letra de Wasted Years se centra en el sentimiento de pérdida asociado al tiempo malgastado. A través de ella, el narrador expresa un anhelo por el pasado y una crítica hacia la manera en que a menudo dejamos escapar momentos importantes, dedicándonos a actividades que no nos llenan. Este tema resuena a muchas personas que, al mirar atrás en sus vidas, pueden sentir que no han aprovechado al máximo las oportunidades que se les presentaron. La frase recurrente en la canción, "Don’t waste your time always searching for those wasted years", encapsula este mensaje central: el tiempo es precioso y no debe ser desperdiciado en la inercia o en decisiones que no nos conducen a la realización personal.

A nivel musical, Wasted Years combina elementos característicos de Iron Maiden, como la fusión de guitarras melódicas y ritmos alternativos, creando un ambiente sonoro que complementa el peso emocional de la letra. La sección instrumental del tema, especialmente el solo de guitarra de Smith, transmite una sensación de nostalgia y reflexión, sumergiendo al oyente en la atmósfera que la canción busca evocar. Esta dualidad entre la letra y la música es fundamental para entender el impacto que Wasted Years tiene sobre quienes la escuchan, permitiendo una conexión inmediata con sus sentimientos.

Además, es interesante destacar el contexto en el que fue creada esta canción. Durante la década de los ochenta, el mundo experimentaba cambios significativos, tanto a nivel político como social. La ansiedad y el desencanto eran comunes, especialmente entre las generaciones más jóvenes que buscaban un sentido de propósito en medio de las presiones externas. Wasted Years puede interpretarse como una respuesta a esos sentimientos de desorientación y pérdida, un llamado a la auto-reflexión y a la acción proactiva en busca de una vida significativa. La canción invita al oyente a detenerse y evaluar dónde está en su vida, y si realmente está siguiendo su propio camino o simplemente dejándose llevar por las circunstancias.



En conclusión, Wasted Years de Iron Maiden trasciende su categoría como mera canción de heavy metal, convirtiéndose en un poderoso himno que evoca la lucha intrínseca del ser humano con el tiempo y el significado de sus elecciones y de sus emociones. A través de su letra introspectiva y una composición musical que resulta a la par conmovedora y electrizante, la banda logra transmitir un mensaje atemporal que sigue resonando hoy en día. Así, invita a todos a no dejar pasar la vida sin un propósito claro, recordándonos que cada año, cada día, y cada momento cuentan. La reflexión propuesta por esta canción no solo es relevante para los fanáticos del metal, sino para cualquier persona que busca darle sentido a su existencia.

En definitiva, con Iron Maiden nunca habrá años malgastados.

viernes, 4 de julio de 2025

Hallowed be thy name: La obra culmen de Iron Maiden

 

[Intro]

I'm waiting in my cold cell when the bell begins to chime

Reflecting on my past life and it doesn't have much time

'Cause at five o'clock they take me to the gallows pole

The sands of time for me are running low

Running low, yeah


[Verse 1]

When the priest comes to read me the last rites

Take a look through the bars at the last sights

Of a world that has gone very wrong for me

Can it be that there's some sort of error?

Hard to stop the surmounting terror

Is it really the end, not some crazy dream?


[Verse 2]

Somebody please tell me that I'm dreaming

It's not easy to stop from screaming

But words escape me when I try to speak

Tears fall, but why am I crying?

After all, I'm not afraid of dying

Don't I believe that there never is an end?


[Instrumental Break]

[Verse 3]

As the guards march me out to the courtyard

Somebody cries from a cell, "God be with you"

If there's a God, why has He let me go?

As I walk, my life drifts before me

And though the end is near, I'm not sorry

Catch my soul, it's willing to fly away


[Verse 4]

Mark my words, believe my soul lives on

Don't worry now that I have gone

I've gone beyond to seek the truth

When you know that your time is close at hand

Maybe then you'll begin to understand

Life down here is just a strange illusion


[Instrumental Break]

[Outro]

Yeah, yeah, yeah

Hallowed be thy name

Yeah, yeah, yeah

Hallowed be thy name

Yeah


Hallowed be the Name (Santificado sea el nombre) es la canción que cierra The Number of the Beast, el tercer álbum de la banda de Heavy metal por autonomasía: los británicos Iron Maiden.

Escrita por el bajista y letrista habitual de los Maiden, Steve Harris, la letra describe los pensamientos de un hombre condenado a muerte, momentos antes de acudir al cadalso y que la horca cumpla la sentencia. El reo pasa por los estados mentales, las fases previas a la ejecución, desde la negación hasta la expiación de los pecados, y compone en conjunto una colosal obra en el que se desliza una crítica religiosa y un profundo análisis filosófico sobre la vida, tanto física como espiritual, la muerte, el más allá, la divinidad y el propio significado de la existencia.

La canción narra la historia de un prisionero que enfrenta su ejecución inminente, reflexionando sobre su vida y la inevitabilidad de la muerte. En este sentido, se puede apreciar una profunda conexión con temas existenciales y filosóficos que han resonado a lo largo de la Historia de la humanidad. El uso de la figura del prisionero encarna el dilema humano sobre el sentido de la vida y la confrontación con la muerte, haciendo eco de obras literarias clásicas y de la tradición del teatro trágico

La letra refleja una sentida introspección sobre la vida pasada, plena de errores, que le han llevado a tener que afrontar su inevitable destino. La mención directa del “Gallows Pole” (la horca), y el sonido de las campanas (recurso de la batería) añaden simbolismo a una construcción narrativa que busca imbuir en el oyente los estados que pasa el protagonista. La repetición de frases como "I'm waiting in my cold cell" (Estoy esperando en mi fría celda) establece un tono sombrío y claustrofóbico, un reflejo de la lucha interna del prisionero.

Uno de los aspectos más notables de la letra es la dualidad en la percepción de la muerte. El protagonista oscila entre el miedo y la aceptación, lo que se manifiesta en la repetición de preguntas retóricas que invitan al oyente a reflexionar sobre su propia mortalidad. Frases como "When you're sent to die" (Cuando te envían a morir) resuena con un sentimiento universal que provoca empatía, independientemente de las creencias personales de cada oyente.

Además, el uso de referencias religiosas, como en el título mismo, evoca una búsqueda de redención y significado en el sufrimiento. La mezcla de elementos del cristianismo con una perspectiva crítica hacia la condena pone de manifiesto la complejidad moral del juicio final, sugiriendo que incluso en la desesperación hay un espacio para la espiritualidad.

Por lo tanto, la letra no sólo aborda la vida, su reflexión y la mortalidad, sino que también cuestiona la existencia de un “Dios” o poder superior, y su supuesta magnanimidad o justicia.

Desde el punto de vista histórico, el contexto propio de la canción sería imperdonable obviar el hecho de que se trató en su momento del primer álbum con Bruce Dickinson como frontman de los Maiden, tras la salida del, fallecido el año pasado, Paul DiAnno como cantante. La presentación de Dickinson durante todo el Number of the Beast es colosal y marca diferencias con el trabajo de DiAnno, que si bien era este también de una calidad magnífica, sus problemas legales y con el alcohol provocaron su salida de la banda.

Volviendo a Dickinson por Hallowed be the Name y el video pasado a las televisiones de presentación de la canción en vivo, marcó la calidad técnica de Bruce, además de mostrar su carisma y cercanía con el público y su entrega con la música en directo, epítetos todos ellos, imprescindibles al narrar el trabajo y legado de Bruce Dickinson como cantante. El video, ya hoy en día como video oficial, es una grabación de la primera vez que Iron Maiden tocaba la canción en direto. Espectacular.

La voz de Dickinson interpreta con una suficiencia, personalidad y sentido dramático la letra como nadie había hecho nunca, dotándola de una vida propia, una que se acaba al fin y al cabo, donde el juego entre estrofas es sublime y cargado de intensidad. Momento culminante por supuesto, el agudo sostenido al final de la primera estrofa, en un alarde de técnica bucal y capacidad pulmonar, mientras el resto de músicos engola la canción con su intervención.

Y es que el resto de la banda aparece en estado de gracia y entregada a la causa, tanto en la composición como ejecución en directo, se muestra pletórica. Steve Harris amartillea el bajo y dota de ritmo la canción, lo que permite al batería Clive Burr (posteriormente lo mismo con Nicko McBrain) explorar los timbales y percutir secuencias complejas que cuadran con precisión matemática en los tempos marcados por el bajo.

Si la base rítmica funciona con tal perfección dejando una estructura que solo necesita de decoración, qué mejor que disponer de la pericia en las cuerdas de acero de Adrian Smith que genera una introducción que da aires melancólicos a la primera estrofa, y después, flirteando con el progresivo alterna pasajes más melódicos con secciones más rápidas. Y qué decir de un Dave Murray que nos regala uno de los mejores solos de guitarra de la historia del heavy metal, logrando un equilibrio perfecto entre emoción y virtuosismo.

La progresión de acordes y cambios rítmicos acentúan la narrativa, aumentando según crece la desesperación del protagonista, y haciendo que quienes escuchamos la composición experimentamos mental y hasta físicamente la angustia y la redención final del personaje.

En conjunto, Hallowed by Name es una obra maestra y el mejor ejemplo del legado de Iron Maiden. Una canción imprescindible en el setlist y en cualquier listado de obras de la mejor banda de música de la Historia. Sí. La mejor no sólo del heavy o el rock duro. La mejor en cualquier estilo. Imperecederos. Imborrables y Eternos.

martes, 1 de julio de 2025

Y otra ola de calor

 


Si. Voy a continuar escribiendo sobre las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora. Y también del asqueroso verano y las cada vez más recurrentes, agresivas e insoportables olas de calor que provoca el cambio climático de origen antropocéntrico. O como me gusta señalar como hacen muchas científicas, provocado por el capitalismo: el capitaloceno.

Junio ha terminado como el mes récord de temperatura media superando los 24 grados, incluyendo máximas y mínimas. La práctica totalidad de las estaciones meteorológicas de la Península han sobrepasado marcas de temperaturas máximas, tanto de día y de noche, y los fenómenos de noches tropicales, calimas y polvo africano en suspensión han sido habituales de Sur a Norte. Esto también ha provocado tormentas de extrema violencia, con lluvias torrenciales y granizo, que han sido reiterativas en el interior del Este peninsular, sobretodo en la franja entre Teruel y la cuenca del Segura.

En general, día a día la temperatura y la sensación agobiante de bochorno y calor asfixiante ha ido creciendo, hasta una última semana (y comienzos de julio) con una ola de calor declarada. Aprovecho para indicar que como ola de calor se entiende el período de tiempo en el que la previsión de temperaturas máximas, de al menos 3 días consecutivos en un 75% de las estaciones de una región o espacio determinado, supera el percentil del 95% de la temperatura media.

¿Y cómo sobrevivimos a esto?

En mi caso, y en mi casa, viviendo en la penumbra. Por la mañana marchamos de casa dejándola ya con las persianas bajadas, las ventanas cerradas. En oscuridad intentando controlar la temperatura del interior, aislándola y cerrándola a la entrada del calor extremo del exterior. Antes, desde que nos levantamos y hasta que nos vamos mantenemos abierta la vivienda para tratar de que se siga aireando aprovechando el frescor de las horas del amanecer que son las más frescas del día. Desde la noche, con ventanas abiertas, persianas levantadas y puertas libres tratando de que corra el aire y se recambie, con la intención de poder conciliar el sueño. Que ese es el principal damnificado que tenemos en esta situación: el descanso.

Y por supuesto, con el aire acondicionado, portátil, a pleno funcionamiento desde que llegamos hasta que nos acostamos. En fin de semana, todo el día. Una inversión necesaria y puede que hasta contraproducente en eso de generar más cambio climático, más consumo energético y provocar el fenómeno de las islas de calor. Pero también un privilegio que nos permite sobrellevar una vida normal durante los meses de verano. Y casi todas las noches, con el ventilador echándonos aire, removiéndolo. Una práctica desde luego y acertadamente no recomendada por las molestias musculares que puede llegar a causar. Pero que es imprescindible si queremos dormir “algo”.

Y no somos en esto unos bichos raros. Con quien hables es la rutina diaria durante todo el verano (y buena parte de la primavera) por millones de personas, que aunque les guste “el veranito” tienen que rendirse a la evidencia de que en invierno se vive mucho mejor, porque se puede hacer vida. Qué llegado el estío, este verano tórrido y saharauí la única opción es refugiarse en la vivienda (quien la tiene, claro), y si se puede, tratar de refrescarse cuando ya anochece. E incluso esta rutina es muy difícil en las ciudades españolas, cementadas, alicatadas y asfaltadas hasta el absurdo. Con plazas y calles hostiles, sin sombras naturales, sin parques donde la tierra respire porque está tapiada por el cemento que ahoga los pocos árboles que malviven en los entornos urbanos españistaníes.

El clima ha cambiado. Es un hecho. Tenemos una temperatura media superior a los registros que tenemos de los lustros y décadas anteriores. Y con este clima los ecosistemas y biotipos también están cambiando. Se agotan los humedales, mueren los bosques y se extienden las zonas desérticas. Especies, sobretodo y en primer lugar, de insectos se hacen habituales en estas latitudes provocando las molestias e incidencias que son la antesala de las emergencias sanitarias.

¡Qué bonito es el verano!”, “¡Qué alegría ya el calorcito!”, “¡Por fin llegan las terracitas!” Y qué bien que funciona el turismo. Llegan los visitantes, sobretodo bienvenidos son los extranjeros que llenan los hoteles y hacen que el paro baje estacionalmente. Se vienen a divertir, a ponerse morenos. A emborracharse, a ensuciar nuestro entorno y a comportarse como animales aquí, porque en sus países y sociedades, durante el resto del año no pueden hacerlo. Aquí los aceptamos y les damos cálida, tórrida, acogida, porque claro, “es una bendición vivir en un país con tanto y tan bueno sol”.

El domingo fallecía una mujer trabajadora del servicio de limpieza viaria de Barcelona. Y esto no es mala suerte, o que sus condiciones de salud se agravaron por un episodio de calor extremo. No. Esto no se puede tolerar sin más. Es una muerte absolutamente evitable, pero eso si, cuestionando el modelo económico que exige que la ciudad este limpia y sea un decorado para los turistas.

Habrá que ver cuánto van a aguantar los turistas europeos viniendo a España, si sigue esta alza de temperaturas que impide dormir y que imposibilita la vida normal durante el día. Mientras nosotros somos incapaces de replantearnos el urbanismo, los horarios de trabajo y el calendario y las jornadas en los colegios o institutos, ya hay güiris que marchan de Españistan, vendiendo sus propiedades y buscando acomodo más al Norte. Galicia, Asturias, pero también la Costa Azul francesa, las Landas, o incluso el Sur de Inglaterra.

Pero, ¿y nosotros?. ¿Y los trabajadores?. Las muertes y enfermedades en el trabajo debidas a jornadas laborales bajo esta ola de calor, por qué no se tratan como homicidios. No son accidentes laborales sin más. No son episodios de mala suerte. Son genocidios sobre la clase trabajadora perpetrados por la avaricia empresarial y la desconsideración de las instituciones para con su propio pueblo. Nos han dejado cautivos e indefensos ante una adversidad climática cada vez más insoportable, que nos atenta, que nos limita. Que impide el desarrollo de la vida. No proponen nada, no luchan contra el cambio climático y contra las condiciones, la avaricia del capitalismo, que nos ha llevado a esta situación ya (casi) irremediable mientras nos morimos de calor. A veces literalmente.

El cambio climático se ha convertido en uno de los desafíos más apremiantes del siglo XXI, impactando de diversas formas en amplios sectores de la sociedad. En el contexto español, este fenómeno no solo repercute en el medio ambiente, sino que también tiene efectos significativos en las condiciones de trabajo, especialmente en lo que respecta a la seguridad laboral, la prevención de riesgos y las condiciones de vida de las clases trabajadoras.

España es uno de los países más vulnerables al cambio climático en Europa debido a su geografía, su clima y, especialmente, a las actividades económicas que componen su productividad. Las proyecciones climáticas sugieren un aumento de las temperaturas medias, con un incremento notable en la frecuencia e intensidad de las olas de calor. Estos cambios no solo afectan a los ecosistemas, sino que también alteran las dinámicas laborales, especialmente en sectores como la agricultura, la construcción y el turismo, donde los trabajadores están expuestos a condiciones climáticas extremas.

Las olas de calor son periodos de temperaturas anómalamente altas que pueden tener consecuencias severas para la salud de los trabajadores. En España, el verano de 2022 registró temperaturas récord, superando los 45 grados centígrados en algunas regiones. Estas condiciones pueden provocar deshidratación, agotamiento por calor e incluso golpes de calor, que pueden ser mortales si no se toman las precauciones adecuadas.

Sin duda, los trabajadores al aire libre son los más afectados, enfrentándose a un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el calor. Además, llevan a cabo las tareas más penosas en sectores como la limpieza viaria, la construcción, el transporte, pero también la agricultura o el turismo. La falta de medidas adecuadas de prevención puede resultar en un aumento de la morbilidad y mortalidad laboral, lo que pone de manifiesto la necesidad de una regulación más estricta en materia de salud y seguridad ocupacional.

La seguridad laboral es un aspecto crítico que debe ser reevaluado en el contexto del cambio climático. Las normativas actuales a menudo no contemplan específicamente las condiciones extremas provocadas por fenómenos climáticos como las olas de calor. Es imperativo que las empresas implementen políticas de prevención de riesgos que aborden de manera efectiva estas nuevas realidades climáticas.

Esto incluye la planificación de horarios de trabajo que eviten las horas pico de calor, la provisión de acceso a agua potable y sombra, así como la formación y concienciación de los trabajadores sobre los riesgos asociados al calor extremo. Además, es fundamental realizar evaluaciones de riesgo que consideren el impacto del cambio climático en el entorno laboral. Pero también en el tiempo libre de las clases trabajadoras, con especial énfasis en las viviendas y el urbanismo.

Las administraciones deben tomar cartas ya en el asunto y ser intensas y proactivas en vigilar los entornos de trabajo y de vida. Inspecciones y castigos, vigilancia y cambios legislativos que nos ayuden a poder vivir con dignidad y seguridad en este nuevo clima que el orgasmo capitalista ha provocado.

Y es que el cambio climático no solo afecta las condiciones de trabajo, sino que también repercute directamente en las condiciones de vida de las clases trabajadoras. Los trabajadores que laboran en condiciones de calor extremo suelen tener salarios bajos, lo que limita su capacidad para acceder a recursos que les permitan mitigar los efectos del calor, como el aire acondicionado o una vivienda adecuada.

Asimismo, las familias trabajadoras que habitan en zonas vulnerables a olas de calor pueden enfrentarse a estrés adicional debido a la inseguridad energética y la necesidad de adaptarse a viviendas que no están diseñadas para soportar temperaturas extremas. Esta situación puede generar un ciclo de pobreza y desigualdad que se ve exacerbado por el cambio climático.

Las políticas públicas deben ser reforzadas para proteger la salud y el bienestar de los trabajadores en el contexto del cambio climático. Esto incluye la creación de estándares específicos para la protección contra el calor, la promoción de tecnologías sostenibles en el lugar de trabajo y el fomento de la investigación sobre los efectos del cambio climático en la salud laboral.

Son vitales ya los cambios en nuestro modo de vida, y deberían de ser las administraciones las que tanto en el entorno del trabajo, como en el de la vivienda y en el urbanismo promover alternativas que impidan que lo que ya es un problema, no se convierta en un drama. Deshacer los discursos ignorantes y falsos que promueven los fascistas y sus lacayos mediáticos. Está en juego la salud de millones de personas, como también con el tema de las vacunas, y si no se garantiza la igualdad y equidad de acceso a recursos, la inestabilidad social será el siguiente paso.

Y mientras tanto en mi casa. Otra botella de agua fría. Bebiendo una pareja entre 5 y 6 litros diarios. Más helados y otras formas de refrescarse. Con el pingüino echando horas extra (ya verás la factura). No quiero ni pensar cómo sobrevivir si ahora viniera el apagón. Y esta noche, “¿podremos dormir?”.

 

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...