miércoles, 11 de mayo de 2011

El 15 de mayo la indignación tiene un plan


Domingo 15 de mayo, Plaza Mayor de Salamanca. Nos vemos!!!

Todo está yendo muy deprisa. En la cumbre de jefes de Estado y primeros ministros de la Unión Europea, bautizada como “Cumbre del Euro”, José Luis Rodríguez Zapatero llevó la propuesta de ligar los salarios a la productividad. Sólo un día después, el 25 de marzo, comunicaba ésta y otras políticas de recortes sociales a representantes de 44 grandes empresas y bancos españoles, en un encuentro que el periodista Ignacio Escolar comparó satíricamente con la Cámara de los Lores. Telefónica, una de las compañías invitadas, tardó apenas tres semanas en llevar a la práctica la receta de Zapatero al anunciar el 14 de abril su pretensión de que los salarios de toda su plantilla dejen de subir con los precios.

Con parecida rapidez, quienes suspiraban por una respuesta en las calles a las políticas de gestión de la crisis tienen una fecha de referencia: el 15 de mayo. Al cierre de esta edición (tres semanas antes de la cita) el evento de Democracia Real Ya contaba con 32 convocatorias en otras tantas ciudades españolas, 25 apariciones en prensa, incluidos tres de los siete diarios generalistas de tirada nacional, y más de 12.000 seguidores en Facebook.

Para quien cuestione la trascendencia de este tipo de datos, quizá valga la pena recordar que hasta el 7 de marzo no existía ningún logo ni lema común para lo que era, desde diciembre de 2010, un difuso afán de protesta expresado en torno a diferentes identidades y causas. Entre las identidades, la del ciudadano indignado y el joven sin futuro, resumidas en las etiquetas de #nolesvotes y la inicial de juventudenaccion. Entre las causas, la aprobación de la ley Sinde destapó la indignación, y a partir de ahí polémicas como la de los eurodiputados que votaron en contra de rebajar la clase de sus billetes de avión se convirtieron en difusoras de las diferentes etiquetas de la convocatoria.

Desde el bautizo de la protesta, la marca ‘democracia real ya’ se ha demostrado lo suficientemente abierta como para interactuar de manera virtuosa con esas diferentes expresiones de malestar. La irrupción de la convocatoria de Juventud Sin Futuro el 7 de abril –otra protestamarca surgida en Madrid del ámbito del asociacionismo universitario de izquierdas– significó el primer refuerzo masivo para la llamada a tomar las calles el 15 de mayo, quizá porque en los medios convencionales la protesta del 7 de abril se presentó como una iniciativa ‘vírica’ más y no como una propuesta de un grupo político ya definido. Democracia Real Ya llegó a emitir un comunicado de prensa para desvincular ambos logos, en un gesto que pasaba por alto el carácter no forzado con el que los dos convivían en el medio que los vio nacer, las redes sociales.

La calle está en la red

La gente que se iba acercando a curiosear por la octava performance del grupo Estado del Malestar, en Madrid, la tarde del viernes 15 de abril había ido plasmando sus propios malestares en el papel continuo desplegado en el suelo de la Puerta del Sol: como en un memorial de luchas algo dispares, sobre el fondo blanco se garabateaban las referencias a la estafa de PSV, la inmobiliaria vinculada a UGT, al “qué pasa que no tenemos casa” de las sentadas por la vivienda digna de 2006, y –atención– al logo del movimiento para que se amplíe el límite de velocidad.

Pedro, un informático de 43 años graba la performance de esa tarde con su cámara digital. Se enteró de Estado del Malestar por haber participado en otra convocatoria similar frente al Ayuntamiento, “en contra de los políticos”. También de la llamada a manifestarse el 15 de mayo, “contra el recorte de derechos”, dice, con el que “algunos empresarios viven a nuestra costa”. Detrás de él, una de las participantes en la performance se coloca el cartel de ministro de Injusticia para arbitrar un partido –amañado, por supuesto– entre los dos principales grupos políticos.

Poco a poco, este tipo de expresiones de hartazgo saltan de las pantallas a las calles. Frente a quienes aventuran un divorcio entre lo real y lo virtual, ejemplos como las Rumba Raves que han asaltado algunas oficinas bancarias a ritmo de flamenco, muestran que la protesta presencial contra la crisis se piensa en las redes, salta a la calle y se vuelve a volcar en la red para multiplicar su efecto.

La vergüenza de Europa


En esta ocasión esta imagén no se ha producido. Nadie acudió al auxilio de una patera pérdida en la inmensidad del Mediterráneo. No ha habido rescate, ni misión humanitaria, ni dinero. Sólo vergüenza e inmoralidad. Esta es nuestra Europa.

La OTAN no sabe nada. Francia tampoco. Italia menos. Malta niega haberse enterado. Lo mismo dice la UE… Pero 61 personas (hombres, mujeres y niños) murieron de hambre y sed a bordo de una barcaza en la que huían de Libia rumbo a las costas europeas. La Guardia Costera italiana fue avisada cuando la embarcación sufrió los primeros problemas. Testimonios de algunos de los nueve supervivientes sostienen que un helicóptero militar sobrevoló el barco e incluso lanzó agua y paquetes de galletas, antes de desaparecer en el horizonte. Ningún país reconoce haber enviado ese helicóptero. Las corrientes devolvieron la barcaza a las costas libias tras 16 días a la deriva en un Mediterráneo supuestamente vigilado hasta el último metro por las fuerzas militares que ejecutan la misión bélica autorizada por la ONU. Cuesta muchísimo creer los desmentidos oficiales cuando, además, es conocido el empeño de Gadafi en facilitar la huida desesperada de la gente que intenta llegar a Europa escapando de la guerra civil y las maniobras de Berlusconi y Sarkozy para cerrar sus fronteras a los inmigrantes africanos (con el visto bueno de la Comisión Europea). La normativa marítima, el respeto a los derechos humanos y hasta el sentido común obligan a socorrer a cualquier náufrago. Es exigible una investigación a fondo de las denuncias, porque a día de hoy nadie sabe el número de víctimas de un éxodo africano que debería avergonzar a Europa.

sábado, 7 de mayo de 2011

Vivir en la sospecha


Es horrible vivir sospechando permanentemente de todo:

Sospechamos de los políticos.

Sospechamos de los jueces. De los fiscales. De la policía. Del Gobierno.

Sospechamos de los Estados Unidos y creemos que nos ha engañado en lo de Bin Laden.

Sospechamos de que nuestras parejas nos hayan sido o sean infieles.

Creemos que lo de Bildu es una conjura.

Que los árbitros son injustos con el Real Madrid.

Sospechamos del vecino.

De los alcaldes. De los concejales.

De que el taxista nos engaña y el carnicero nos roba en el peso.

Creemos que Hacienda es una cueva de ladrones.

Sospechamos de todo el que no piensa como nosotros.

Sospechamos de nuestros hijos. Aunque los justificamos.

Sospechamos de los profesores de nuestros hijos, que son unos burros.

Sospechamos del adversario político. En todo y por todo.

Sospechamos sin pruebas y nos quedamos tan anchos, aunque un tribunal haya dicho que la simple sospecha no es argumento jurídico aceptable para excluir a nadie de sus derechos.

Sospechamos que nuestra hija está follando y no nos lo dice. Sospechamos de su novio.

Sospechamos de las rebajas. Pero nos chiflan los descuentos.

Sospechamos del médico y creemos que nos engaña y no nos dice lo que tenemos.

Sospechamos del parte meteorológico , pero salimos y nos mojamos.

Sospechamos de las otras regiones y Comunidades.

Sospechamos del que pide limosna en la calle, y por eso no le damos.

Sospechamos de los inmigrantes.

Sospechamos de los enfermos de sida.

Sospechamos de los medios de comunicación, tantas veces con razón.

Sospechamos de que el otro sea decente.

Sospechamos de los judíos, de los moros, de los rusos, de los indios, pero no somos racistas.

Sospechamos de un preso, de un ex preso y de un futuro preso.

Sospechamos, pues, sin pruebas, pero aun con ellas sospecharíamos.

Sospechamos de la ciencia infusa. Y de la fusa.

De lo único que no sospechamos es de nosotros, que somos los más sospechosos.

¿Usted de qué no sospecha?

lunes, 2 de mayo de 2011

Justicia a la americana


A las 4 de la pasada madrugada, hora española, el presidente estadounidense, Barack Obama anunciaba la muerte del terroristma más buscado del planeta, Osama Bin Laden, a manos de comandos especiales norteamericanos en una operación de unos 40 minutos de duración sobre el bunker-mansión (así está siendo descrito por los todos los medios) en una localidad pakistaní cercana a Islamabad. Sin disfrazar mis preferencias a que este individuo estuviera fuera de la circulación, como demócrata sin duda alguna, lo prefería juzgado. Quiero ser bueno y suponer que si lo han abatido es porque no ha habido más remedio. Porque el líder de Al Qaeda no cedió y no hubo otra manera que pegarle un tiro en la cabeza.

Tampoco me importa en demasía. Es más, me parece bien la decisión que han tomado con su cuerpo (si es que todo es verdad y no es más que una farsa). El mundo no necesita otro santuario religioso al que ir en procesión y o barra excursión, y menos por un personaje con una larga cuenta de muerte y destrucción a sus espaldas. Por fortuna, creó que poco a poco vamos dejando atrás la edad media, pese a espectáculos tan lamentables como el de este pasado fin de semana en Roma.

Pero no quiero desviarme del tema. En primer lugar, mantener que no me creó nada. A muy pocos inocentes, les pillaría de sorpresa una revelación tipo Wikileaks que hablará de una realidad del 11-S que por encima del islamismo hable del neoliberalismo y de la convenencia de tener una excusa para quedarse con el petroóleo y la reconstrucción de varios países, sino enemigos, por lo menos no amigos. Que el precio fueran la vida de miles de estadounidenses es una idea que apesta por si sola, pero las cloacas del capitalismo están podridas cuando un sistema económico se mueve en base a crear y regenerar destrucción y desigualdades por el mundo. Bendita globalización.

Los yankees lo celebran. Muchos en el resto del mundo también y entre ellos me incluyó porque cuanto menos fundamentalistas haya en el mundo más sana sera la convivencia. Ojalá también se apliaquen igual contra los fundamentalistas del capitalismo y el liberalismo exarcebado. También nuestros políticos, los europeos en general digo, lo celebran con entusiasmo no se vaya a enfadar el líder. Pero hay un lado oscuro, en el que todos aquellos hermanos musulmanes y discípulos de Bin Laden, claman y con nocturnidad y maldad tratarán de buscarse su justicia, honrar a su mártir. Nos darán más dosis de violencia, guerra e injusticia, porque seremos el pueblo, los curritos, la clase media baja los que lloraremos a nuestros muertos. Por lo tanto alegría, pero a medias. Esta guerra no está ganada aunque sin Bin Laden y sin armas de destrucción masiva no haya justificación para mantener la ocupación de Afganistán o de Irak.

Pero quedán tantas preguntas en el aire... Estados Unidos ha puesto toda su maquinaria y precisión para aniquilar a Bin Laden, ¿por qué no hacen lo mismo con Gadaffi? ¿Con los de El Congo o Costa de Marfil?. ¿Qué pasa con Pakistán? aliado que ha ayudado, aliado que no ha molestado ¿y acambio de qué? o simplemente traidores que también sustentan y alojan terroristas. Tienen la bomba nuclear. No como en Irán. Es ahora casual o era el momento señalado (Obama se ha asegurado en su momento más bajo de popularidad desde que llego a la Casa Blanca su reelección). Va a haber fotos y documentos feacientes de la veracidad de la operación y su resultado o todo van a ser fotomontajes. La legalidad ha perdido en favor de la legitimidad que USA, como primera nación del planeta, potencia en primacía decadente y animal herido desde hace 10 años. No han usado la lógica, sino la ira alimentada por el dolor de más de 3000 muertos el 11-S, y por los incontables que la Guerra contra el terror, ha traído muchos ellos en las filas del puelbo estadounidense. ¿Hasta cuando seguirá siendo el terrorrismo un arma política?; soy un soñador, o a este tío no hubiera sido mejor, más justo y democrático, enjuciarlo y encacerlarlo, a pan y agua, toda la vida al sol, pero darle un juicio, antes que matarlo. Por qué permanecer al lado de la violencia e igualar nuestro sistema de valores y eso que llamamos democracia, al mismo nivel que el islamismo radical y medieval que tanto detestamos y al que combatimos. Se ha perdido una oportunidad para ganar la guerra.

viernes, 29 de abril de 2011

Airbourne - Runnin Wild



Un poco de hard rock gamberro y divertido por parte de la banda australiana Airbourne, con su ya legendario tema de 2007, Runnin Wild. A parte del ritmo vibrante y desenfadado de los aussies, claros herederos de sus incombustibles compatriotas AC/DC, de los que han sabido tomar excelentes influencias para llevarlas a su terreno, acompasar guitarras, bajo y bateriía a una voz que te impide quedarte sentado sin levantarte, saltar, gritar y acompañar unos riffs extensos y de notable calidad. Todo el disco de 2007 (también llamado Runnin Wild) es un ejercicio de buen rollo, disfrute y soltura de adredalina para sacar de nuestras venas y lanzarnos a comernos el mundo, y más si estamos ya de fiesta, imposible irte a la cama. Los Airbourne te ofrecen juerga, al más puro estilo rockero de toda la vida, sex, drugs and rock'n roll, y es díficil resistirse ante su talento.

Y para que no falte nada destaca sobre manera el cameo que se gasta todo un Lemmy Kilminster en el video, conduciendo el camión en el que los componentes del grupo tocan y consiguen escapar de varios coches de policía que les persiguen. Una gran manera de presentarse la banda, con un padrino inmejorable, que consigue traer su carga a nuestros oídos para alimentar nuestras ganas de fiesta y cachondeo, de pasarlo bien con los colegas y de escuchar buen rock y buen metal, regándonos con unas inmejorables cervezas. Buen finde, y a disfrutad!!! Salud, birras, sexo y rock and roll...

La historia más absurda jamás contada


Soy un ateo convencido. No agnóstico, sino ateo. Niego la existencia de dios. Qué barbaridad, ¿cómo puedes negar la existencia de dios? Demuéstramelo. Parafraseando al gran Richard Dawkins en su legendaria charla de TED de 2002, respondo: no me corresponde a mí demostrar la no-existencia de dios. Sois vosotros, los creyentes, los que tenéis que probar que dios efectivamente existe. Personalmente, yo también niego la existencia de los unicornios, de los centauros y de los concejales de urbanismo honrados. Dios es simplemente una cosa más en la que no creo. Por qué no, yo podría defender la existencia de una cafetera orbitando alrededor de Marte, fundar una religión en torno a eso, acusar de hereje a todo aquél que lo niegue, y además pedirle que justifique esa no creencia con algún tipo de prueba so pena de quemarle en la hoguera. Es curioso que lo de la cafetera sideral le resulte un despropósito a cualquiera con dos dedos de frente, y lo de la religión no. Conozco a unos cuantos eminentes científicos e ingenieros que además son profundamente religiosos. Gente que sabe de la eficiencia del método científico y que le confían a ese método la construcción de aviones, barcos y puentes de los que dependen vidas humanas. Y nunca les falla. Lo sorprendente es que esa misma gente luego trague con las inmensas ruedas de molinos de los dogmas religiosos. Si yo le digo a un físico teórico que he construido una máquina que contradice cualquiera de los principios de la termodinámica, me dirá que es imposible, me lo demostrará en un papel, y ni siquiera me dará la oportunidad de enseñarle mi diseño. Sin embargo si ese físico teórico es además católico en algún momento habrá tenido que tragar y asumir como ciertas cosas como que Jesús de Nazaret nació de una virgen, que hizo milagros que contradecían a la vez varios principios de la termodinámica y que resucitó y ascendió a los cielos, entre otras perlas. Me sorprende tanto rigor para unas cosas y tan poco para otras. Tan meticulosos en unas cosas y tan relajados y permisivos en otras. Sobre todo cuando unas cosas y otras son contradictorias, porque la multiplicación de los panes y los peces y la ley de conservación de la masa no parecen, así a primera vista, demasiado compatibles. Al principio pensaba que estos científicos creyentes eran capaces de distinguir entre mito y realidad, pero me temo que estaba profundamente equivocado. Un creyente no piensa que su religión es un mito. Yo sí que pienso que su religión es un mito, pero ellos no, porque creen en ella. Creo que es muy importante poder distinguir entre mito, parábola y realidad. Poder discernir entre hecho histórico contrastado, ley física probada empíricamente y personaje mitológico más o menos inventado con el objetivo de contar una historieta con moraleja. Se pueden extraer buenos hábitos y buenas enseñanzas de las religiones, incluso sin ser creyente. También se pueden extraer buenas enseñanzas de la trilogía de El Señor de los Anillos, y sin embargo saber que lo que se cuenta ahí realmente no sucedió. Si esto se toma demasiado en serio, se corre el peligro de que alguien llegue a creer de verdad que Gandalf fue un personaje histórico, que Sam, el hobbit, derrotó heroicamente a una araña gigante en la legendaria batalla de Torech Ungol durante su peregrinación anual a Módor, y acabar vendiendo estampitas conmemorando los triunfos de Sam, el hobbit, frente al reino de los artrópodos.

Hace no mucho que regresé de un viaje por Siria y Líbano, los dos países que me quedaban por conocer de Oriente Medio. Hay algo de esa zona del mundo que me atrae enormemente. Posiblemente el mar de contradicciones en el que viven todos y cada uno de sus habitantes. Unas contradicciones que resultarían muy divertidas de no ser por las demoledoras consecuencias políticas y sociales que están teniendo en la zona.

Hay 2 tipos de musulmanes en este mundo: los suníes, que representan al 90% del Islam y los chiíes que son el otro 10%. La principal diferencia entre ambos radica en un sobrino de Mahoma llamado Alí. Los chiíes creían que Alí era el sucesor legítimo de Mahoma, y los suníes no. ¿Ah, no? Pues me escindo. Y ya no te adjunto en Facebook. Desde el año 632 en el que sucedió esto hasta la fecha, no sólo no se han puesto de acuerdo, sino que se han ido distanciando cada vez más hasta el punto de haber provocado guerras por un “quítame de aquí a este sobrino”. Muy parecido a la rivalidad entre el Frente Judáico Popular y el Frente Popular de Judea de La Vida de Brian, pero en macabro. En 1948, la ONU metió con calzador al estado de Israel en lo que los británicos conocían como Palestina. En una especie de Principio de Arquímedes religioso, la entrada de los judíos desplazó a los palestinos (musulmanes suníes en su totalidad) fuera de su recipiente, y muchos de ellos fueron a caer a la cacerola del Líbano. Allí se encontraron con unos simpáticos falangistas cristianos y se lió la de dios es cristo (nunca mejor dicho) desencadenando la guerra civil del Líbano (1975-1990). Moros contra cristianos. Sólo hacía falta soltar una vaquilla por el pueblo. Y esa vaquilla se llamó Israel, que aprovechó la confusión para meter unos pocos tanques en su país vecino con la excusa de ayudar a los cristianos. No es que los judíos se hayan llevado históricamente bien con los cristianos (fueron los judíos los que condenaron a Jesucristo a la cruz e hicieron rico a Mel Gibson), pero entre cristianos y palestinos, la verdad, no parecía haber mucho color. ¿Y los chiíes? Pues ahí está lo sorprendente: en lugar de tomar partido por los suníes (musulmanes como ellos, al fin y al cabo), salieron a la calle a jalear la entrada de los tanques Israelíes, simplemente porque iban a apoyar a los cristianos que iban en contra de los suníes. Están locos estos asirios. Estos mismos chiíes son los que en la actualidad forman Hezbolá, una ONG de carácter ecologista que recoge escombros del Líbano, los mete en un cohete y se los lanza al país vecino para que los recicle. Y vive dios que los reciclan. Los reciclan y los devuelven multiplicados por mil.

Hay una mezquita impresionante en la ciudad vieja de Damasco, la mezquita omeya (los omeyas fueron precisamente los que se cargaron a aquel famoso sobrino de Mahoma, Alí, al que siguen los chiíes). Al lado de esa mezquita hay varios carteles en los que sale Bashar Al-Assad (el cacique local Sirio y posiblemente el tipo más fotografiado del planeta) abrazando a Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolah, chií de pro, y por lo tanto seguidor acérrimo de Alí, al que, repito, se cargaron precisamente los omeyas. Es como si en la plaza de San Pedro hubiese una foto del Papa jugando al parchís con Lutero. Hemos perdido el norte.

Y no se puede decir que al otro lado del río Jordán estén mucho mejor de la cabeza. Es probable que no sea un hecho demasiado conocido, pero cuando David Ben Gurión fundó el estado de Israel en 1948 con el beneplácito de la ONU, encontró sus más rebeldes opositores en…los judíos ortodoxos. ¿Por qué? Siéntense que ésta es de traca. Según la versión de El Señor de los Anillos de los judíos, el estado de Israel se debe refundar sólo después de la llegada del mesías. ¿Y cómo nos enteraremos de la llegada del mesías? Pues muy sencillo: cuando llegue el mesías, se levantarán los muertos que hay enterrados en el Monte de los Olivos (actualmente un cementerio judío), que tras lavarse los dientes entrarán en Jerusalén por la Puerta Dorada, arrasarán la ciudad y, junto con el mesías, reconstruirán el Templo de David donde ahora mismo hay una mezquita refundando así el estado de Israel. Y no ahora, Ben Gurión, que no te enteras. Manda huevos. Con lo sencillo que sería que el mesías se apareciese en Twitter anunciando su buena nueva. Lo cachondo es que los árabes se han tomado en serio esta majadería y, no se lo pierdan, han tapiado la Puerta Dorada de Jerusalén, porque oye, con el jet-lag que van a tener los muertos cuando se levanten, no creo que se pongan a trepar muros. Eso y construir un cementerio árabe al lado del Monte de los Olivos, que muy mal se nos tiene que dar para que llegue el salvador, despierte a los muertos judíos y deje a los árabes durmiendo. Desde luego, cuando llegue el mesías en cuestión, se va a montar la de Puerto Hurraco. En versión zombi. Esto y sólo esto (su oposición a la formación del estado de Israel en el 48) es la razón por la que los ortodoxos son los únicos judíos Israelíes que están exentos de hacer la mili, y que, además, reciben una subvención del estado por pasarse la vida golpeándose la cabeza contra un muro. Hay un estado que paga a sus ciudadanos para que se den cabezazos contra un muro mientras esperan la rebelión de los zombis. Muy fuerte.

Estos chiflados, que resultarían entrañables encerrados en cualquier manicomio, son los responsables de decenas de miles de muertos que se ha cobrado conflicto de Israel con Palestina y que dura ya más de 60 años. Estos tipos se llevan pegando tanto tiempo básicamente por culpa de una piedra. Una piedra que, según El Señor de los Anillos judío, fue donde Abraham intentó sacrificar a su único hijo Isaac como prueba de fe hacia dios, y donde un arcángel sin identificar (sospecho del Juez Garzón) le paró la mano y le puso un cordero donde antes estaba Isaac, porque oye, el caso era matar algo, y es de muy mala educación dejar a Abraham con el hacha en la mano. Encima de esa piedra Salomón construyó su templo, Nabuconodosor lo destruyó y David lo recalificó para que finalmente fueran los romanos los que pusiesen fin a tanta locura especulatoria. Ya es mala suerte que esa misma piedra figure en El Señor de los Anillos islámico como el sitio en el que Mahoma ascendió a los cielos. La misma piedra, no la de al lado. Así que los árabes aprovecharon su paso por la zona para construir una templo islámico encima de la piedra en cuestión y lo rodearon de la famosa esplanada de las mezquitas, de forma que en la actualidad los musulmanes rezan justo encima de donde los judíos se golpean la cabeza. Y todo eso con el beneplácito de la comunidad internacional. Yo personalmente soy partidario de poner esa piedra en órbita y mandarlos a todos a pegarse por ella a la Estación Espacial Internacional.

La religión es una herramienta inventada por el hombre, y que en su día servía para morir más tranquilos, explicar lo inexplicable y dotarnos de cierta transcendencia. La humanidad ha ido evolucionando y la religión no. Su papel se ha ido reduciendo gracias al avance de la ciencia y aunque sigue siendo una herramienta útil para mucha gente hay que saber acotarla para que no se convierta en un boomerang y te acabe partiendo una ceja. Hay que educar muy bien a la gente en las artes profanas y tener mucho cuidado con lo que se cuenta sobre las religiones, porque es muy fácil mezclar a Jesucristo con los elfos, pensar que Gandalf es tan real como Sócrates o Julio César y estropear una sociedad entera cuya única obsesión será encontrar el anillo de poder y llevarlo a Mórdor para destruirlo.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...