jueves, 9 de octubre de 2008

Grita el corazón


O fuí yo quién decidió jugar con fuego
Es mejor ser un esclavo del deseo...
Abrazar de nuevo el instante
Me está haciendo naufragar...

Derramándose por dentro
Grita el corazón
Su epicentro es mi zona cero

No fuí yo quién le robó el azul al cielo
Por favor es decir mucho con un ruego...
Abrazar de nuevo el instante
Me está haciendo levitar...

Derramándose por dentro
Grita el corazón
Su epicentro es mi zona cero

Seguro que en otra parte
Está la solución
Y que en este mundo enfermo
Será un paso a algo mejor
Para los dos
Llora el sol...

Derramándose por dentro
Grita el corazón
Su epicentro es mi zona cero

Seguro que en otra parte
Está la solución
Y que en este mundo enfermo
Será un paso a algo mejor
Para los dos
Llora el sol...

miércoles, 8 de octubre de 2008

De aquí a la eternidad

Como en aquella película de los 50 (si esa en la que Burt Lancaster besa a Deborah Kerr mientras rompen las olas) así pasamos ya, esta pandilla, este grupo de amigos y amigas que nos hemos juntado, aquí y hace ya un tiempo, y que ahora ya, os abrigo en mi memoria y mi mente, para no perderos y olvidaros a nadie, donde éste y cuando sea.

Las excusas para vernos son lo de menos, y aunque nunca se debe felicitar a una mujer por cumplir años (y menos a dos) felicidades. Y también gracias; gracias por compartir parte de vuestra vida con nosotros de manera gentil, haciéndonos sentir vuestra alegría y diversión como algo propio. Espero que esto nunca muera, y que nadie ni nada turbe las muchas cosas que nos quedan por vivir. No tendremos nuestro Pearl Harbor, y siempre la sonrisa y la felicidad viajará con vosotras.

Allá en los años pasados y los caminos de polvo, con mi hidalguez y gallardía acompañados por secuaces sin bandolera, soñábamos con sortear los errores y la maldad sin desfundar pistola y sin desvainar espada. Mi enfermiza y embriagada mente ya no recuerda cómo fueron aquellos y aquellas primeras veces que nos veíamos, cómo nos presentamos e incluso que pensaba, iluso de mi, en aquel entonces. Un tintero que se desangraba posaba letras sobre el lienzo, que ahora tampoco puedo obviar por que fueron mis dedos y mis pensamientos los que le dieron forma. Entonces hérido, con sed y sin más abrigo que mi desafiante pecho ante el viento, errado andaba, y no digo herrado porque no tenía caballo. Pero eso por fortuna en la ruleta, cambió, y a fuego tengo grabado el momento en el que yo pasé a ser alguien para vosotras, al menos a la mitad de lo que fuísteis en ese entonces para mí. Como un tonto conquistador, más vencido hoy que ayer, deámbulo sin sentidos y sin ya poderme fiar de ningún cuerpo de mujer, cosas de la experiencia, pero por vosotras sigo creyendo en la palabra y el corazón.

Dos noches de fiesta que ya se escriben en nuestra memoria, plagada de buenos momentos y ahora ya moderadamente regados en alcohol. Espero que de la noche del viernes no os molestase el que nos fuéramos, pero... ¡qué puedo decir!, necesitabamos aire fresco... Nadie lo va a creer. Pero fue genial, estar con vosotras, volveros a saludar y felicitar por vuestros éxitos, además de alentar los próximos. Y el sábado no menos genial. Las cenas en el chino ya son un clásico en el que lo menos es comer, y si disfrutar. Volver a las catacumbas de mi adolescencia fue lo siguiente que hicimos, pero lo hicimos juntos y sin fisuras. ¡Cómo debe ser! Me apasionaba la luz de vuestras sonrisas, y me cegaba la de los flashes. Jugar, bailar, beber y reir tan sencillo que resulta imposible a solas, factible y esperanzador con vosotras. El detalle de entrar en un garito con música DE VERDAD -y aquí sé que me gano enemistades-, desconozco si tuve algo que ver, fue el simple destino o el cauce que lleva el rio, pero necesitaba oír heavy. Y aunque luego nos separamos, no desmereció la noche, y cuando nos juntamos en el ágora, un momento sentí pena por que os marcharáis, pero rápidamente mi mente se fue a abrir el cajón de los recuerdos. Allí ya tenía yo la memoria lista y cargada, para rememorar buenos momentos con una sonrisa. Bueno con una no, con todas.

Para Ana, Rocio, Sofia, Silvia, Carmen, Montaña, las navarricas amigas de Ana; a la chica de Cáceres y al chico de Mostoles; a Nobi, a ese gran Sito, a Dani y Cifu (por el viernes, majete) y a fio, por estar ahí o no... Gracias a tod@s

A la ciudad de la sabiduría viniste
Para quedarte con parte de ella
Conociste la alegría de la villa
Y asegurada de no arrepentirte
De tu decisión
Ahora que estas licenciada
Nada te produce desvelos
Y marchas para cumplir tu sueño
Con una maleta cargada
De amistad y amor

Oíd, todas esas fotos,... las necesito!!!

domingo, 5 de octubre de 2008

Más cariño que nunca



Por más días y noches que trate, busque olvidar y encontre hogareños brazos, hospitalarios besos y jadeos, previos al silencio y la oscuridad donde vuelvo a habitar el desorden, la tristeza y la desidia de ya no poder vivirlo. ¡Cuán inexplicable es qué seguro de lo que pienso y siento, la niebla cegüe mi mente, deje entreabierta mi boca y exhale un suspiro con tu nombre!

Cada día construyo un muro para evitar que llegues a mí. En la soledad coloco dos bloques de cemento; y recuerdo tu sonrisa y derrumbo tres. Así el avatar de los días se hace eterno. En el reloj de la pared, el secundero destroza el fondo, arrastrando la malvada e indómita senda del tiempo; tiempo que estoy sin ti.

¡Qué puedo hacer si he hecho todo y no he hecho nada! ¿Dónde guardar ahora mis besos? El cofre de mis sentidos esta lleno de tenerte, de sentir tu piel, dibujarme con tus labios y mirarnos. Aún así pido más, anhelo ser el fruto de tus desvelos, y el tranquilizante de tus nervios.

Arrastrado por tu alma al valle de los sueños,
sin intención sujeto a tus condiciones;
Sin fuerza para robarte ni uno sólo de tus besos,
confiado en no perder estas emociones;
Atado a leer siempre el mismo cuento,
juego con el lobo cada noche;
y mordido, sangrado sólo acierto,
a escapar antes de que el vaso rebose;
Con más miedo que vergüenza,
vuelvo para no olvidarte;
miento anoche y miento ahora,
escribiendo mi mente cobarde,
recuerda que yo también te buscaba,
y encontraba el principio de un deseo.

Lo que tu me demuestras nadie lo ha hecho. Me halagas y mi orgullo sonrie. La victoria es en las horas una derrota, cuando cuento los cadáveres que dejo. Probarte en pequeñas dosis de cariño, no me vale, y vuelvo a debatir si hago lo correcto portándome así, o si estoy sembrando vientos para recoger mañana tempestades. Si en esas tempestades surfeare en tu cuerpo, o por el contrario, naufragaré yermo y olvidado, por jamás haberlo tenido.

Aquí estoy debatiendo entre mi cabeza y mi corazón; entre lo certero y lo ilusorio; racional versus visceral. Más que seguro estoy convencido de que el momento oportuno se aloja en tu memoria pero no viaja a tus sentimientos. Sin embargo, por qué la desazón y este amargo sabor es cada vez más agudo, cuando sólo y con frio, lentamente olvido el dulce de ti y lo que me haces sentir.

Pierdo la paciencia y rompo el reloj contra el suelo; descalzo, olvidado del estruendo, piso los cristales rotos y sangro, como sangro por no tenerte. Sonrisas tengo alrededor y la calidez me acompaña, pero sentir tu piel sobre mi piel, a la mañana siguiente me hace pensar que no abrazarte a ti es abrazar a la muerte.

... cómo dice tu canción favorita,
OH, CREE EN MI, AUTOSUFICIENTE SUICIDIO
YO LLORO CUANDO LOS ÁNGELES MERECEN MORIR
EN MI AUTOSUFICIENTE SUICIDIO
YO LLORO CUANDO LOS ÁNGELES MERECEN MORIR

jueves, 2 de octubre de 2008

¿Ley de calidad? Adultos de calidad


Todos hemos cogido alguna vez el cuaderno de ciencias por la mañana. Hemos terminado la noche anterior nuestros deberes de matemáticas. Hemos dibujado mapas y leído novelas que cambiaron nuestro mundo. Si ha habido una gran conquista social en el siglo XX ha sido que a ninguno nos resulte ajena la escuela.

En medio del reto de asimilar aún este hecho, se nos abre otro de dimensiones importantes: educar a los que vienen detrás de nosotros para un siglo hecho de vértigo e incertidumbre. Genética, paz, sociedad del conocimiento, ecología, los 11 de septiembre y de marzo... son parte del menú sobre el que tenemos que encontrar respuestas para ellos y con ellos. La complejidad de este mundo, lleno de posibilidades y curiosidades, tan ajeno y tan lento aún para lo justo y lo digno, necesita una nueva generación de seres humanos con una educación intelectual, sentimental y estética tan flexible y abierta que la llama la atención la pobreza y el sectarismo desde el que se discute sobre su educación.

Si algo duele de unas alas, es que no sirvan más que para levantar un palmo del suelo. Sin altura, sin vuelo, no hay perspectiva, no hay reto ni sueño. Ahora que queda en suspenso la Ley de Calidad de la Educación, conviene recordar que la educación, a la escuela, como la mayoría de las cosas importantes no basta con una ley. No la resuelven decretos, programaciones ni competencias. Cada uno de estos trámites legislativos no debiera ser nunca el inicio, sino la apuesta por un proyecto con el que los adultos de un tiempo histórico se comprometen para hacer posible un futuro mejor.

Cuando el lugar en el que educamos a nuestros niños y adolescentes es una escuela de calidad –que no es igual que una escuela que aplica una Ley de Calidad- sus resultados se hacen presentes en lo cotidiano. En la escucha y el análisis, en la curiosidad y el gusto por la belleza. En elegir como ciudadano la esperanza, la libertad y el pensamiento (auto) crítico como los gestos que resumen el aprendizaje básico que nos enseña a vivir y a hacer buena la vida.

Una escuela de calidad, una sociedad de calidad en la que merezca la pena vivir, sólo es posible con adultos de calidad que ejerzan (sin esconderse) desde el ámbito o desde el papel social que les corresponda. Adultos que por su forma de vivir convezcan, contagien a niños y a adolescentes (y a otros adultos también) de que hay una manera de relacionarse con la vida y con uno mismo que merece la pena aprender, por la que vale la pena esforzarse.

La escuela es un proyecto exigente que, al desarrollarlo, nos obliga a todos a mirarnos. A ser capaces de respondernos de vez en cuando: ¿qué hemos aprendido?, ¿qué merece la pena aprenderse?, ¿cuál es la mejor manera de hacerlo?, ¿cuánto creemos que deben aprender los que nos siguen?, ¿cuánto estamos dispuestos a aprender aún nosotros?

Por eso, para hablar de educación, antes de mirar hacia las programaciones, religión sí o no, itinerarios o reválidas, los niños merecen que los adultos nos paremos a pensar qué proyecto de mundo tenemos y con qué actitudes y compromisos estamos dispuestos a protagonizarlo. No hay proyecto educativo que triunfe sin unos adultos con los que niños y adolescentes aprendan a arriesgar, a buscar, imaginar, a comprometerse al verles en los respectivos papeles que desempeñan socialmente:

1. Como profesores, adultos de calidad cuyo empeño esté en que sus alumnos recuerden, a través de su trabajo y su persona, el colegio o el instituto como un lugar de referencia vital y cultural. Espacios de creatividad y iniciativa. Profesionales del conocimiento y de las emociones, a los que la calidad de su trabajo individual y de equipo les hace ser reconocidos socialmente.

2.
Como padres, adultos de calidad cuyo compromiso mayor no sea contentar, cubrir las necesidades o evitar los problemas. Que exijan el derecho de tener tiempo para discutir, ayudar, compartir, aburrirse con sus hijos. Capaces de aunar afecto, exigencia y libertad.

3. Como profesionales, adultos de calidad a los que les importa qué se hace en las escuelas porque de las actitudes individuales y de equipo, de la capacidad de análisis y creatividad que desarrollen, dependerá la calidad de un trabajo del que nos beneficiaremos todo el día de mañana.

4.
Que en Internet y televisión, estén presentes adultos de calidad conscientes de los ojos que las miran. Ojos inteligentes e ingenuos que merecen algo más que emociones, vulgaridad o el todo vale.

5.
Como ciudadanos, adultos de calidad orgullosos y satisfechos por el esfuerzo de haber transmitido, a quienes tenemos la responsabilidad de educar, el deber de transformar (y no sólo mostrar o criticar) todas aquellas realidades que empobrecen la convivencia ciudadana.

No podemos seguir perpetuándonos en el error de pensar que la calidad de la enseñanza depende de la creación continua de nuevas estructuras, nuevas leyes. Que los buenos resultados se escriben exclusivamente dentro de las aulas. Y es que detrás de los gestos que hoy nos dibujan como adultos, dentro de nuestras ideas, de la forma en que expresamos los sentimientos, están todos los nombres, los lugares, que nos han construido desde que hemos sido niños. Somos el resultado de un viaje hecho de personas. El viaje que nos ha educado. Dibujar el mapa que hará crecer a los niños y adolescentes del futuro es una tarea responsable, dedicada, llena de imaginación y rigor, de placer y esfuerzo. De adultos hechos de compromiso y esperanza. Adultos de calidad. Si hablar de educación sigue sin implicar eso, todo lo que hagamos estará destinado sólo a este ahora y no al futuro. Y nacerá muerto.

¿Por qué no atrevernos, por qué no arriesgar y sorprender a nuestros alumnos, a nuestros hijos, a los niños y adolescentes con los que nos cruzamos todos los días? Sorprenderles por la imaginación, por placer, por curiosidad y compromiso. Por pasión por la vida y lo humano. Y hacerlo ya, porque como afirma Caballero Bonald, somos el tiempo que nos resta.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Jason Williams se retira


Amanecimos con la noticia de que Jason Williams se retira. Centrándonos únicamente en el aspecto deportivo esta amarga noticia pierde parte de la sorpresa que estimula en primera impresión. Jay-Will ya no era el fantástico y espectacular jugador de sus primeros 3 o 4 años en la liga. Su juego muto merced a la acción de entrenadores como Hubie Brown o Pat Riley para convertirse en un base más eficaz, alejado de los resúmenes de mejores jugadas pero más efectivo a la hora de sumar la victoria. Williams entendió que sin su gurú particular, Rick Adelman, y primero en plantillas poco competitivas como la de Memphis cuando fue traspasado en 2001, el arte y creatividad de su juego no tenia correspondencia. Y ya cuando consiguió un grupo mejorado -primero en Memphis junto a Pau Gasol y la inestimable ayuda de Hubie Brown- y más tarde en el traspaso con Miami Heat, la presión por conseguir mejores marcas en regular season y sobretodo ganar el anillo junto a Shaq y Wade dejo muy postergados los recursos fantasiosos del base formado en la Universidad de Florida. En cambio la efectividad y capacidad de lectura de juego de Jason Williams fue aprovechada por aquellos Heat de Pat Riley para alimentar el ego del engominado "coach" y las ingentes cantidades de balones que solicitaban tan ilustres compañeros. Aún así, Williams dejo algunas acciones plenas de belleza con la camiseta de Grizzlies y Heat, muchas de ellas en playoffs y en esa final victoriosa contra Dallas en 2006.

Pero esto fue después de que Jason Williams saltará a la cancha de la NBA siendo nº 7 del draft de 1997, y a base de espectáculo, improvisación, talento y desenfado nos metiera a todos en el bolsillo. A sus compañeros, asqueados de derrotas, a un técnico siempre considerado poco dado al showtime como Adelman, que sin embargo supo que construir en torno a Williams y al ala-pivot All Star Chris Webber, a la ciudad de Sacramento, a todo el público y periodistas de la NBA, y a todos aquellos que teníamos oportunidad de ver algún resumén, por pequeño que sea, en el que se mostraban las virtudes del genial base nacido hace 21 años en aquel momento, en Virginia Occidental. Recuerdo un partido frente a San Antonio Spurs, en ese momentos campeones tras la temporada del lock-out, narrado por Montes y Daimiel, en el que el número 55 volvió loco y esquizoide el juego hasta sumar la victoria para el casillero King. En un alarde de intensidad y talento, Williams puso la primera piedra para enamorarme del basket. Se gano a todo el mundo; en tiempos de Jordan, Shaq, Duncan, Kobe o Garnett fue dos años seguidos la camiseta de la NBA más vendida en la tienda de la Quinta Avenida de New York, todo ello y el reconocimiento mundial sin ser nominado al All Star. Luego ya vinieron muchos más partidos, acontecimientos como aquel pase con el codo en el partido de rookies, o demostraciones genuinas y espectaculares de su talento, improvisación y baloncesto hecho arte.



Con un anillo engarzado en su tatuada mano, Jason Williams deja el baloncesto justo después de firmar como agente libre por los Angeles Clippers. Allí iba a ser el base suplente de Baron Davis según había hecho público Mike Dunleavy. Quizás el hecho de saberse no importante en la rotación de su nuevo equipo sea una de las causas posibles de su marcha de las canchas NBA con 32 años cumplidos. Si es así se suma a por lo menos otras dos causas, que sin duda, han forzado la situación: Por un lado, esta claro, que los problemas en los isquios que "White Chocolate" ha arrastrado las dos últimas temporadas han lastrado su juego, sus minutos y su importancia en la NBA. Y también es evidente que Williams ya no se sentía tan único e íntegro como cuando llego a la liga en 1997. El cambio en su juego, en mi opinión rompió su alma, y convirtió su pasión como era el baloncesto en un perpetuo bostezo, negándole y negándose el mismo, la importancia que el juego, tal y como lo entiende él, con su parte de espectáculo y diversión, tiene en su vida. Padre de una hija, su personalidad siempre misteriosa y tímida, no aporta tampoco posibles causas del abandono. Olvidados ya sus episodios de problemas con las drogas tanto en su periplo NCAA como en Sacramento, Williams había rechazado este verano al menos tres ofertas del basket europeo (Maccabi pujo por él seguro, y he leído que Olympiakos y CSKA preguntaron por él a su agente) y algunas varias de la NBA (entre ellas una de Minnesota y otra de Sacramento).

La noticia es un punto negativo en una temporada NBA que se presenta apasionante. Particularmente me ha dejado frio y tendido, como si me hubieran robado parte de mi alma y corazón, porque así ha sido. No es frivolo decir que el baloncesto hecho por Williams y su filosofía del juego y la vida, me ayudaron a entender no solo el deporte de la canasta, sino también a adaptarla para encaminar mi existencia con esos valores que veía ante mí, en haces de luz y música.





















Mi esperanza es que esto no es definitivo. Qué Jay Will va a recuperarse de sus problemas físicos, recuperar su ánimo y volver, cuál AVE FÉNIX, para volver hacerme a mirar todos esos videos, a dedicarle un post en el blog, a buscar insistentemente su camiseta de Sacramento Kings. De aquellos Kings, con el número 55, que me engancharon a este deporte. Hasta pronto JASON WILLIAMS.

lunes, 22 de septiembre de 2008

La oscuridad destroza mi corazón


Por dónde se desvanecen los sentidos.
Víajaras conmigo al terraplen oculto,
allá donde el espíritu me desobedece y se enfanga en tinieblas.
Luchas conmigo un día a brazo partido,
para al siguiente dejas mi alma sola en el cadalso.
Destrozando mi líbido con la promesa de besos vacíos.
Ahogando en mi incertidumbre;
Roto por el dolor de saberte perdida,
con mi suerte esquiva como aliada,
sudó por no caer en la pesadumbre
y transformar mis lágrimas en cristales roídos.

En la soledad de la cama más solitaria.
Acompañado por almas en pena que profesan fé a dioses vencidos.
La frialdad de mi aliento contrasta con lo caliente de mi piel
cuando estoy junto a ti.

Quiero despertar de esta pesadilla.
¿Qué puedo hacer para desterrar la desazón?
Cercionado de nunca más vivir prevenido
Ahogado por el sueño de una vida interrumpida,
entre paréntesis de temor, vivo rodeado por tan sólo
las letras que forman la palabra soledad.
Ahora que veo el mundo tan sólo por una merilla.
Una vez más toca luchar sin armas más allá de mi deapuperado corazón
y el correr de un reloj que acerca el olvido.
Duermo sin sueños y el desasosiego me despierta en estampida,
y gimiendo lucho por arañar un minuto tan sólo,
pero sin éxito, permito que el terror me presente a la horrenda realidad.

Desharrapado intento convencerme de ser capaz de luchar;
más cuando hay que encontrar fuerzas
mi conciencia me invita a placeres mínimos,
ajenos a mi persona y olvidados por vivirlos en soledad.

Ante el sueño de una vida nunca imaginada,
compite la realidad de un mundo desleal, engañoso y perdido.
Angustiado por lo que los cristales empañados dibujan
salgo por la puerta de atrás,
buscando unos ojos que me conquisten,
y hagan olvidarme de este horror.
Mancebado a base de pesadillas
conservo el honor de no ser domesticado.
Pero camino entre no-muertos sin conciencia de su existencia,
en un presente sin futuro,
un camino sin sentido.

Mi letra cada vez es más pequeña.
Borrosa es la turba de mi ingenio.
Sumido en la desesperación más profunda.
Quiero sobrevivir a la tragedia,
mientras tu recuerdo pasa como una centella.
Aniquilada la esperanza de reinar en tu reino,
me arrastro por esta vida malhumorada,
sin un anhelo que me olvide de la envidia.

Mi libertad es la coartada de los poderosos.
Muerta la resistencia en el rugir de los tiempos,
encuentro paz al sentir el filo punzante,
derrotando las convincciones de mi frente.

Mil lanzas punzantes empalan cada uno de mis recuerdos.
La sangre ahoga mi garganta y ensucia mis palabras.
Exhasperado por griáarselas a este infeilz mundo,
muero cada día, sin remisión y morfina,
notando como cada herida y cada llaga,
pelean por llegar cada vez más hondo,
y atravesar mi corazón una vez más.
Indultado por el horror y el sufrimiento,
conservo cordura en la locura.

Aquí y ahora encuentro el destino de una vida
que es servir a la muerte.


Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...