Mostrando entradas con la etiqueta profesionalidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta profesionalidad. Mostrar todas las entradas

martes, 22 de agosto de 2017

El Turismo como muestra del más irracional neoliberalismo


La patronal hotelera ejerciendo como lobby, ha elevado una petición al Gobierno de la nación para proceder a una regulación del sector turístico en nuestro país. Lo hace ante la avalancha no solo de turistas que corren desesperados por ocupar una hamaca en primera línea de playa o piscina, o de viajeros agolpados a los andenes y aeropuertos, sino también de protestas, individuales o colectivas, de ciudadanos hartos de ver sus entornos, naturales o urbanos, degradados y degenerados.

Y también lo hace ahora que empiezan a escocerle de verdad las pérdidas en el sector, fruto de la entrada del
intrusismo de particulares, que lejos de requisitos fiscales y administrativos, asaltan la tarta que la patronal creía, y quiere, conservar en su totalidad. También está resultando perjudicial para el sector las imágenes de borracheras y descontrol, desesperantes colas y bajada de la calidad que la masificación turística ha traído y que aleja paulatinamente a los turistas que planean vacaciones con mayor calidad. 

El turismo para España ha sido desde los años 60 su ventana internacional, el más reconocible aspecto de la manida "Marca España" y el único punto de entrada de divisas extranjeras en el balance nacional, además de suponer un porcentaje cada vez mayor tanto en el PIB como en las tasas de ocupación. Y ahora es la clave de bóveda que sustenta toda la política económica del gobierno del PP.

Es con el "
boom" actual del turismo (al que han favorecido la situación de inestabilidad e inseguridad internacional en otros destinos) la única tabla de salvación que avala los números que presenta Rajoy y su recua de maleantes, inmorales e ineptos. En éste sector donde se fomentan las bajadas de paro, claramente estacionales, dada las nulas políticas e inversiones en industria, desarrollo y tecnología. Sin el turismo, y sin la cuestión nacional quebrantada por Catalunya, quiero creer no se sostendría el gobierno actual, asaltado por la corrupción intrínseca del Partido Popular, por lo que entrar a valorar posibles regulaciones se hace más que dudoso.

Y no se trataría sólo de una situación ideológica, una defensa a ultranza del mercado y el liberalismo dentro de la
corriente ultra liberal que adereza sus políticas claramente reaccionarias de ultra derecha católica, sino que además vendría a enmendar una suerte de políticas y mandatos, unas veces más veladas que otras, en las que el núcleo duro de la por supuesto también, neoliberal UE ha asignado a nuestro país. Buscando diversificar la economía de la zona común a España le ha caído en desgracia ser el patio sórdido de recreo de los países del norte, con una oferta de sol y playa, y borracheras y descontrol. De este modo, al proceso de des industrialización de bienes de equipo y consumo que nuestra modesta economía de los 80 presentaba, le ha seguido una suerte de regulaciones algunas veces y des regularizaciones la mayoría de ellas que han alimentado una burbuja turística por la que parece que tiene que caminar la senda social y económica del país.

Una toma de decisiones que explota hasta la extenuación la masificación las costas especialmente del Mediterráneo y que olvida el rico y majestuoso patrimonio natural, cultural, etnográfico y paisajístico del interior del país. Así España acumula al mismo tiempo las zonas más atascadas de turistas y varias de las más olvidadas y con menor presencia en la lista de deseos de los viajeros.

Pero no nos equivoquemos y vayamos a pensar que el
lobby hotelero está muy preocupado por la sostenibilidad de nuestro turismo y su impacto medioambiental y social. No le preocupan las consecuencias del tipo de turismo que nos han impuesto en nuestras ciudades y pueblos, de los problemas que acarrean a los vecinos (acceso a la vivienda, violencia, actitudes incívicas, gasto sanitario, etc.). Y ni muchos menos que la buena labor profesional de sus trabajadores estén en la conciencia de los empresarios hoteleros.

Lo que a la patronal le preocupa es la entrada de viajeros a través de los canales que no controla en exclusividad. Mientras que estas personas han viajado a nuestro país de manera anónima, individual o en pequeños grupos, y sobretodo, gracias a Internet, de manera autónoma sin intermediarios locales, no les ha importado aplicarles esas plusvalías para beneficio propio. Pero cuando la cosa se ha vuelto en su contra con la aparición de los portales tipo “
Airbnb” y demás que han abierto la puerta a la competencia, desleal hay que decirlo, de particulares han clamado por control estatal e intervención gubernamental.

Un proteccionismo y una regulación que ha brillado por su ausencia cuando se han tratado las condiciones laborales de sus trabajadores, a los que esta misma
patronal hostelera ha explotado hasta la extenuación y el hartazgo, frente, otra vez la indiferencia, cuando no el rechazo, del conjunto de la sociedad, y de algunos agentes como sindicatos mayoritarios o partidos de izquierda simpáticos.

Ese
turismo barato de todo incluido, de bajo valor añadido, que ha atestado de visitantes determinados y concretos puntos de nuestra geografía, especialmente en la costa mediterránea, sólo ha sido posible mediante leyes, como la Ley de costas de 1988 y la infame Ley del suelo de 1998 que permitió que se pudiera construir, con toda la dosis de corrupción que ha traído consigo, en todo el territorio, sin distinción de protecciones y ordenaciones más elementales.

Pero han sido las reformas laborales, y en especial la de 2012, las que han acabado de apuntalar esta realidad. Al abrir la puerta a las subcontratas, los falsos autónomos y la constante degradación de los derechos laborales de los trabajadores cualificados lo que ha otorgado aún más poder a los patronos frente a los trabajadores que ahora componen
una clase trabajadora explotada, mal pagada, precaria y donde la profesionalidad en el sector de la hostelería, cada vez más brilla por su ausencia lo que ahonda cada vez más en el círculo pernicioso.

Sin ninguna duda,
para poder ofrecer ese turismo de todo incluido se han tenido que deteriorar las condiciones laborales y profesionales (salarios, derechos de huelga, a convenio, negociación colectiva, seguridad laboral) del conjunto de los trabajadores del sector de la hostelería, por lo que como primera intervención debe ser la recuperación de todos los derechos perdidos, los salarios, la estabilidad laboral y por supuesto la estimación de la dignidad y el respeto de quienes trabajan en la hostelería.

Al tiempo se comprueba una
nueva burbuja inmobiliaria en nuestras principales ciudades, con Madrid y Barcelona a la cabeza, pero también en los destinos turísticos de sol y playa masificados, especialmente en las Baleares. La proliferación de pisos turísticos ofertados en plataformas online, lejos de los registros administrativos y los requisitos fiscales ha hecho que el acceso a la vivienda de quienes viven y trabajan en estas zonas se vuelva prohibitivo, imposible. Existe de facto, una expulsión de los barrios céntricos de las personas, con sus usos y costumbres, de quienes han vivido o tienen interés en hacerlo de continuo, que se ven desplazados o cuando menos ven como se pierde su forma de vida.

Y es que tampoco hay que olvidar la pérdida del comercio y los recintos hosteleros tradicionales de las zonas de gran afluencia turística, sin distinción de que se trate de centros urbanos o zonas de costa. Miles de personas pierden su modo de vida y cientos de miles el acceso a las compras y el consumo tradicional. En cambio, se les ofrecen los productos y usos de franquicias y establecimientos que además de generar un empleo de menor calidad y en menor cantidad, que el que antes se encontraba en estas zonas, trae sus suministros de espacios geográfica y socialmente alejados lo que supone
un ataque a la sostenibilidad del modelo turístico, y sobretodo del modo de vida de la gente.

La sostenibilidad ambiental no puede ser olvidada y degradada como una cuestión adyacente a las actividades humanas. Ni mucho menos. La actual situación de
cambio climático manifiesto y drástico que está degenerando los ecosistemas y la vida de millones de personas exige respuestas de todos, tanto ciudadanos, como administraciones para regular nuestras actividades y que estas tengan el menor impacto posible. Y con el actual boom turístico eso no esta pasando.

La
gestión del agua, tanto potable, como residual, es manifiestamente mejorable, y más en un escenario de severa sequía y aumento de las temperaturas. Muchos hábitats costeros y fluviales se están viendo degradados de manera casi definitiva, debido a que no ha existido la más mínima planificación de la llegada de visitantes, haciendo que depuradoras y canalizaciones sean incapaces de soportar el volumen de agua usada para poder reutilizarla.

La gestión de los residuos sólidos tampoco soporta el impacto de las aglomeraciones turísticas. Las tasas de reciclaje en estas zonas masificadas caen dramáticamente mientras aumenta el consumo de plásticos de forma exponencial. Y tampoco el tráfico y el urbanismo es capaz de ordenar la afluencia de personas, por lo que se producen congestiones y aumentos en las emisiones de gases nocivos para la salud, normalmente en espacios naturales que ostentan cierta protección administrativa.
Por todo esto es necesario, vital, regular el turismo.

Un turismo que es una consecuencia, un éxito de la lucha de clases, de la consecución, con lucha y negociación de los trabajadores para tener descansos retribuidos en sus años trabajados. Con ello, y al calor de la proliferación también de vuelos baratos hace unos años en la gran crisis-estafa económica, aparece como perentoria la labor para analizar, regular y estructurar la llegada de visitantes, tanto extranjeros como nacionales, a los destinos turísticos, y por ende, a cualquier zona del país.

Como sociedad debemos exigir de nuestras instituciones que tengan la capacidad de legislar pro activamente para evitar situaciones como las arriba descritas y que han propiciado las
lógicas y legítimas protestas de los vecinos y colectivos que han visto como sus ciudades o los espacios naturales de todos se ven invadidos sin control ni responsabilidad.

Desde luego,
el derecho a viajar, a conocer nuevos destinos y disfrutar de su gastronomía, su folclore, cultura y su belleza paisajística es necesario cuidarlo y garantizarlo, pero para ello, para que no existan ciudadanos de segunda y tercera y cuarta categoría (los que no pueden irse de vacaciones) tenemos que regular el acceso turístico a estos lugares tan masificados y propiciar de una manera responsable que las visitas se espacien en el tiempo, y se hagan extensibles con naturalidad y sentido común, a otras zonas que no tienen tanto turismo. En definitiva, hacer que las visitas turísticas no se concentren en tan poco tiempo, en tan pocas zonas y con tantas personas.

Para evitar la masificación turística hay que plantearse ya, por qué no, una
limitación del número de turistas, y quizás por qué no, la creación de impuestos turísticos que vengan a sufragar los gastos ocasionados en materias como salud, seguridad o sostenibilidad ambiental, y que hoy en día, dentro de la jungla que ha convertido el neoliberalismo nuestras relaciones, quedan exentas y por lo tanto abiertas a la degradación paulatina de todos nuestros servicios y por ende de la calidad de vida de las clases populares.

Por todo esto,
por motivos medioambientales, laborales, habitacionales y sociales es legítimo exigir una regulación y una administración estatal sobre el turismo, como con otros aspectos de nuestra vida que sufren bajo las garras de los poderosos. Lo agradeceremos todos, por ende las clases trabajadoras, pero sobretodo lo agradecerán nuestras ciudades y pueblos, playas y montañas
 

miércoles, 26 de abril de 2017

¡¡¡Metal en Burgos!!!


Voy a hacer una pequeña crónica de la fantástica noche de conciertos que vivimos en Burgos el pasado martes 11 de abril, en plena Semana Santa 2017.
No suele ser lo habitual, por desgracia, que en ciudades de provincias se monte un cartel como el que tuvimos en la ciudad castellana aquella soleada tarde y que se replicó también en Málaga el día anterior y en Zaragoza el posterior. Que Amon Amarth cubra otra etapa de su gira Jomsviking y tan sólo un par de días después de sus espectaculares conciertos de noviembre anunciaran está ronda fue sorprendente. Que además sumarán al elenco a unos prometedores Omnium Gatherum y a unos consagrados, padres del death metal melódico como Dark Tranquillity me llenó de alegría y convencimiento de que por esas fechas iba a andar en Burgos visitando está bella ciudad y disfrutando de las morcillas y otras lindezas gastronómicas.
Y es que si al gran sabor que me acaban de dejar las huestes de Johan Hegg en La Riviera se le sumaba el disfrutar y paladear una vez más a mi grupo favorito, Dark Tranquillity, estaba claro que allí iba a estar y aquí y ahora, recordando y escribiendo no puedo más que sonreír y agradecer a mi chica, por regalarme las entradas por mi cumpleaños, ya que el espectáculo fue soberbio, a la altura de las expectativas creadas. Una noche mágica de música, de Melodic Death Metal, fiesta, cerveza y vikingos.
Así nos pusimos en ruta hacia la capital burgalesa y después de comer y descansar, nos encaminamos bajo el sol hacia la Sala Hangar, espacio de conciertos habilitado en 2009, en los antiguos talleres e intercambiador de la estación de tren de Burgos.
Tenía cierto temor al entrar en la sala. Las críticas en internet a la acústica eran considerables, así como también la disposición de la platea ya que existían una serie de columnas de hierro forjado, propias de la construcción original y que vienen a cumplir función estructural por lo que podían estropear el disfrute de los conciertos.
Pero ahí están una de las certezas de la vida. Tan cierto como la corrupción sistémica del PP o que la inteligencia simplifica lo difícil y la estupidez complica lo sencillo, es reconocer y aplaudir la calidad y maestría de los técnicos de sonido suecos.
Ahí estaban una vez más el equipo de sonido que acompaña a una banda nórdica, ajustando a la perfección el sonido de los conciertos, dando a todas las bandas la misma calidad y claridad sin distinciones. Unos pequeños ajustes al empezar y a disfrutar. Es verdad, que con respecto a la exposición en La Riviera, se ajusto más bajo el micro de Hegg, pero también lo es el hecho de que salimos de la sala encantadísimos con todo y el sonido que disfrutamos fue pieza importante. Así, con la experiencia y maestría en la escenografía se pusieron todos los requerimientos necesarios para que los músicos pudieran expresarse y darnos una noche más espectacular de metal.


Era Omnium Gatherum los que abrían la tarde noche de conciertos y cumplieron maravillosamente bien en su papel de teloneros y animadores de la fiesta. No habían pasado 10 segundos de la hora fijada de inicio y ya estaban descerrajando The Pit, tema introductorio de su último álbum Grey Heavens. Fue un brillante inicio para una actuación corta, pero de tremenda calidad, en la que a base de simpatía de su frontman Juka Pelkonen y del resto de miembros, se metieron a todo el público en el bolsillo a cambio de imbuir en el ambiente y en el sentir general que íbamos a vivir una noche épica, imborrable.
Sin duda, estos finlandeses se han ganado un hueco en mis gramolas y el estar atento a sus futuras visitas (vendrán en noviembre) ya que ofrecen un Death Metal vigoroso, virtuoso y vibrante, a parte de demostrar mucha profesionalidad y simpatía cuando acabaron su actuación.


No tardaron nada en aparecer Dark Tranquillity y ofrecer otra dosis de tremenda calidad y ese Melodic Death Metal tan auténtico. Venían como invitados presentando su último disco, Atoma, y se hace necesaria su futura visita ya como cabezas de cartel. Además, esta visita trajo la sorpresa de presentar una formación prácticamente nueva ya que Niklas Sudin es baja temporal y está siendo sustituido ni más ni menos por Christopher Amott, el hermano de Michael Amott padre y fundador de los también imprescindibles Arch Enemy. También eran nuevos el para mi desconocido Johan Reinholdz que sustituía a Martin Henrikson y el ex-bajista de In Flames Anders Iwers que venia a ocupar esa bacante huérfana desde 2013 cuando salió Daniel Antosson.
Sin embargo ese status y esta nueva formación no fue óbice para que Mikael Stanne y los suyos dieran todo lo que tienen en un setlist, por exigencias, corto pero en el que nos presentaron alguno de sus últimos temas y varios de los clásicos imperecederos como un Therein que siempre que escucho evoca mis más profundos sentimientos, o un The Wonders at your feet que sonó espectacular y Misery Crown con la que cerraron la actuación.
Y por supuesto tampoco fueron menos, y acabada, tras una ovación de varios minutos su actuación, derrocharon simpatía y cordialidad con todo el público recibiendo con sonrisas toda petición de fotografía, como la de este servidor, y sonriendo a los agradecimientos y felicitaciones por el tremendo show que una vez más, nos habían dado.


Como siempre, Dark Tranquillity, máxima eficiencia y calidad sobre el escenario, y tanto a mi, como a muchos de los asistentes nos dejaron con ganas de más y con la sensación de haber ofrecido el mejor concierto de la noche.
Una media hora fue lo que se tardó en dejar ese mismo escenario listo para Amon Amarth. Las huestes de Johan Hegg salían con ganas y utilizando la misma escenografía y el mismo setlist que en noviembre en La Riviera hicieron a todos los presentes divertirse y disfrutar de un concierto vikingo que a la vez fue único.
El nivel de la banda está por las nubes y no hubo apenas diferencias entre lo que ofrecieron en Burgos y el tremendo concierto que se cascaron en La Riviera en noviembre. De hecho, exceptuando el ajuste de sonido que bajando algo el micrófono del frontman dio mayor brío a la puesta musical, lo cual nos regaló una “versión” más atenuada con la admirar y disfrutar de la clase que tienen estos músicos y que quizás Hegg no estuvo tan locuaz como en aquella ocasión, no hubo ninguna diferencia, ni añadido, con aquella actuación.
Es decir, máxima profesionalidad. Un día más “en la oficina”, pero en la que no cabe la comparativa, porque el nivel fue tan alto en ambos conciertos ofreciendo lo mismo que volver a comentarlo sería absurdo.
Lo único que puedo decir es lo de aquella vez: Siempre que tengan la oportunidad vean y disfruten a Amon Amarth. O generen esa oportunidad.


En definitiva, una gran jornada la vivida en Burgos. Las ciudades pequeñas, las ciudades de provincias también merecen aspirar y organizar estos eventos con bandas internacionales. Burgos y la Sala Hangar demostraron su capacidad, llenando el recinto, y haciendo una llamada para que metaleros de los alrededores (había gente de Valladolid, de Segovia, de Tudela, de Vitoria, de Logroño, de Madrid, de Salamanca, nostros mismos que íbamos desde Toledo,...) se acercarán a la villa castellana.
Ahora lo único que podemos desear es que el buen nivel (al menos aparente; habrá que ver si esa impresión se han llevado los músicos y también desde el punto de vista de la profesionalidad de los promotores y la posible rentabilidad que les haya dejado) y buenas sensaciones hagan ver que hay más vida, y más metal en España a parte de Madrid o Barcelona, y que cunda el ejemplo y más y más bandas de nivel se acerquen a ciudades pequeñas para demostrar su tremenda calidad.


martes, 24 de enero de 2012

Oda al fútbol con mayúsculas


Una de las cosas buenas de residir en Castilla y León es ver, a través de la información deportiva de los telediarios regionales, las andazas con hazañas y desgracias del Club Deportivo Mirandés. Puede parecer aprovechado y gratuito, pero reflexionando las sensaciones que los últimos años me ha ido dejando la vida y éxito del Mirandés, unido a mi pasión por el deporte y sobretodo por las cosas bien hechas es de justicia y algo que debía a un fenómeno compuesto por el trabajo y un espíritu de alegría no exento de responsabilidad e intensidad. En definitiva, hoy el día del partido más importante en la historia del Club deportivo Mirandés, le dedico esta entrada a su afición y componentes con el ánimo de apoyar y sumar en la grandeza del club; y lo más importante que consigan la victoria esta noche ante el RCD Espanyol.

El Mirandés es un club con solera y historia. Humilde y quizás pequeña, pero historia, y esa historia se convierte en fundamental y diferenciadora cuando se labra y se cuida para hacerla intrínseca a su afición. Nacido un 3 de mayo de 1927, el Mirandés siempre ha viajado entre la segunda B como techo y un sin fin de años en Tercera y Regional, con presupuestos pequeños que le hacían ir cumpliendo objetivos, sin endeudarse en ningún momento y contando con el apoyo de la localidad y las gentes de su Miranda de Ebro natal. Esta identificación entre club, afición y ciudad no siempre fue idílica, puesto que en la primera mitad de los años 80 y tras no ascender a Segunda, se produjo una ruptura entre los estamentos de la entidad deportiva. El Mirandés recibía al Langreo y sólo necesitaba un empate para subir y dejar al Real Oviedo un año más en 2ªB. Todo el partido estuvo ascendido hasta que en el 89 un jugador rival marcaba y mandaba a segunda al club ovetense. Las crónicas hablan de dejadez por parte del equipo burgales, supuestamente bajo rumores de presión por parte de la directiva rojilla, que no veía con buenos ojos el ascenso puesto que complicaba enormemente la supervivencia del club, y sobretodo sus privadas inversiones.

Fueron años oscuros en los que el Mirandés perdió su masa social, pero con buen trabajo, dedicación, ilusión y entrega todo es recuperable. Poco a poco con mucho esfuerzo y pese a problemas como la crisis económica de los 90 que estuvo a punto de mandar al traste con la existencia del club, el Mirandes fue consiguiendo pequeños éxitos, sobrevivir día a día y acabar volviendo a fidelizar a ciudad y afición bajo el rojo y negro de sus colores.

Y fue en el año 2006 cuando por primera vez oí (y vi) al Mirandés. Era la información deportiva del telediario regional de Castilla y León, y daban el resumen de la jornada en 2ªB. No fue su mejor año, puesto que acabo con el equipo en 3ª. Llamaba la atención que dentro de todos los vetustos estadios de 2ªB de Castilla y León aparecían practicamente vacíos, y salvo Ponferradina y Mirandés, en el resto se apreciaba más cemento que personas viviendo la fiesta del fútbol. Mi idilio con el Mirandés continúo por dos temporadas más en tercera, donde no sólo se mantenía el mismo impacto visual en las gradas de Anduva, sino que aumentaba año a año. E incluso la identificación de club con afición fue a más organizando viajes, para ver al equipo competir en el grupo VIII de 3ª división, el grupo de Castilla y León. Y así llegaron al pueblo donde vivo, hasta ¡¡1500 personas!! para ver al equipo conseguir matemáticamente la clasificación a la fase de ascenso, con 9 jornadas de antelación.

Aquella afición, al igual que lo hizo la del atleti en el Calderón, me enamoró. 15 autocares, multitud de coches particulares y los del club de mi pueblo intentando hacer negocio. Hasta 10 euros por un partido de tercera les quisieron cobrar, cuando todos los del pueblo ibamos entrando gratis al Alfonso San Casto de Sta. Marta por conocer a fulanito de tal o al de cual... Como toda la temporada, donde las entradas eran de 3€. El caso es que a parte de pegar una sonora pasada futbolística al equipo local (creo recordar que acabó 0-3) la imagen, actitud y fiesta que montaron los mirandeses fue tan impresionante, que hizo abrigar en mi pecho un sentimiento de admiración y cariño por el pequeño conjunto burgales. Un Mirandés orgulloso y elogiable, al que ya era inevitable seguir con pasión y desear los mejores y mayores éxitos, y alegrarse como el que más, apenarse como todos, cuando las cosas no salen tan bien.

Vimos su impresionante fase de ascenso. Su siguiente campaña dura en 2ªB, en la que costo cerrar la permanencia. Y ya con Carlos Pouso como entrenador (el que con el Guijuelo el año antes, ya había dejado auténticas perlas de filosofía futbolística, del deporte y de la vida) la siguiente temporada, el año pasado, fue impresionante para el Mirandés. Con un equipo muy trabajado, intenso, capaz de minimizar cualquier talento del rival y exponenciar el propio, finalizo la temporada en el grupo II de manera asombrosa y firmar una fase de ascenso a 2ª impresionante, a la que le sobró 5 minutos y un saque de banda mal defendido para no acabar en la categoría de plata del fútbol español. En ese momento las 6000 almas que inundaban Anduva (y que hacen también ahora en 2ªB) y los miles que lo veíamos por TV. y  al que el Mirandés ha enganchado nos lamentabamos y doliamos de una derrota injusta en el campo y terriblemente dolorosa en la idiosincrasía misma del club y del deporte.


En este momento actual como ya hemos dicho muchas veces vivimos una (estafa) crisis del sistema con tremendas repercusiones en el mundo del deporte. Y más en el fútbol, que funciona a la vez como opio del pueblo y como una fantástica manera de ganar dinero, muchas veces blanqueándolo, por cuatro listos. Una actividad, empresarial, pero también deportiva, absolutamente inflada, tanto en su importancia como en sus costes y salarios. Ahora que el fútbol modesto se desangra, y muchos son los equipos en situación delicada, próxima al cierre, el ejemplo del Mirandés brilla. De hacer muy bien las cosas. En el campo, entrenando hasta la noche avanzada, después de haber cumplido horas en el tajo. En un taller, una fábrica, una escuela como profesor, como asistente sanitario,... como trabajador en una sucursal bancaria, como es su jugador estrella, Pablo Infante, curiosamente en una competidora de la caja burgalesa que patrocina las camisetas del club. Es el esfuerzo de hacer bien las cosas también en los despachos, en la idea de un proyecto, que comprende que el fútbol lo es todo con afición, y más con una tan animosa y entregada como la del Mirandés. Hoy con un presupuesto importante, pero saneado, para la categoría de bronce del fútbol nacional, el Mirandés compite por una plaza en semifinales de la Copa del Rey (y ojo, con una posible participación europea el año que viene). Hoy que todo es dinero en el fútbol y después de haber eliminado a Villarreal y Racing, está dispuesto y es capaz de superar el 3-2 de la ida en favor del Espanyol. Lo hace tras la remontada perica, de un 0-2 a un 3-2 en 5 minutos con un arbitraje horrendo, polémico y muy favorable al conjunto de primera, que supuso birlarle dos penalties a los burgaleses (clarisimos, y que el domingo, el mismo Mateu Lahoz, árbitro favorito de Mou, pitó en el Bernabeú a favor del madrid), conceder el primer gol al Espanyol en flagrante fuera de juego, y amarillear todo el mediocampo rojillo, cuando el espanyol hizo 12 faltas más... Pero en Miranda no se lamentan. Mantienen la rabia deportiva, para luchar con sus armas, su sueño, intensidad y juego y remontar la eliminatoria. Las declaraciones de su entrenador tras el bochorno del partido de ida, son ya historia del fútbol, pero sobretodo de la educación, del saber estar y de filosofía del deporte. Hoy la afición llena Anduva, y hoy muchas personas que creemos en un fútbol mucho más sano, con rivalidad deportiva, en la que brille el talento y no el cemento, que el fútbol es algo mágico que une y no separa, que no todo es dinero, estaremos con el CD Mirandés. Serán 90 minutos (o 120) de ilusión, y de dejar a un lado los problemas del día a día (que inemediatamente se recuperarán después), pero esa dosis de opio se hará con deporte, con fútbol y con alegría. No con violencia y mezquindad.

Me parece increíble, que el jugador que ví en el Alfonso San Casto y que dijimos todos, ¡joder, el calvo qué bueno es! hoy sea el futbolista revelación del año, siga en el mismo equipo, trabaje en un banco para completar sus ingresos, con su ficha de 2ªB, y esta noche lo veamos, en la TV, haciendo filigranas y humillando a fulanos que cobran 100 veces más, y tienen 1000 veces menos talento que este Pablo Infante, aunténtico buque insignia de la revelación del Mirandés, y del fútbol modesto. Hoy más que nunca, y todos juntos, ¡¡¡Aupa Mirandés!!!

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...