Mostrando entradas con la etiqueta cuatro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cuatro. Mostrar todas las entradas

jueves, 20 de mayo de 2010

Otra de Basura Televisiva; está ya vomitiva...

He dejado pasar una semana para comentar esto:




La espera ha venido inducida por un par de factores. El primero y más importante porque he estado ocupado amando a mi mujer (mucho menos de lo que hubiera deseado), por el trabajo, entrenar, etc./tampoco quiero contar mi vida; y la segunda, para reflexionar e intentar añadir perspectiva al cabreo que me invadió cuando vi por primera vez el video. La manera de humillar, más si cabe, a un sin techo; reírse de él y de todos los que por desgracia, quedan como vagabundos es de una bajeza moral y un despropósito que insultan a la inteligencia y la decencia del espectador, casual, habitual o de "youtube", que me indigna y repugna.

Ahora ya no quiero pensar que Lama lo utilizo como cebo, como carnaza para el continuo y vomitivo espectáculo que se ha convertido la televisión hoy en día, y con toda esta polémica alimentada en la red (foros, blogs, páginas de periódicos, etc.) maximizar cuenta corriente gracias a los "Deportes de Los Manolos". Ese pseudo programa informativo-deportivo en el que él y el otro (si, si, ese que te cuenta 20 minutos antes los avatares de la crisis, o del avión que se ha despeñado en... con corbata y efigie seria, para después quitarse la misma corbata y postrarse ante Lama con ella atada a la cabeza para reirle las gracias y soltar gilipolleces y estupideces varias) y en él que la información polideportiva es un espejismo y la imparcial una quimera. En la que el debate de 45 minutos de programa, 7 días a la semana se basa en que quién te gusta más Messi o CR9, en el que hay que echar a "pele-le-grini", que mal me cae "Tito-Floren" y poco más.

Con respecto al video me cuesta imaginar que el periodista (por no llamarle otra cosa) intentaba solidarizar a la afición atlética con el vagabundo y hacer que todos tuviéramos algo de cordialidad y compañerismo con las personas que se encuentran en esa situación, y con las que nos cruzamos cada día. Me cuesta porque es díficil creer que Lama sea tan inocente y bonachón como para esperar ese resultado. Y me cuesta mucho, porque hace bastante que lo tengo calado.

Esos "Deportes de Cuatro" con un formato, que desgraciadamente esta siendo copiado por otros, son la antítesis de lo que se supone que es el periodismo. La excesiva deriva al chiste fácil, sexista, denigrante y a la falta de respeto son sus señas de identidad. No es desdramatizar el deporte, frente a otros aspectos informativos de la vida. No, es simplemente reirse del mal ajeno y utilizar el amarillismo más recalcitrante para captar a la audiencia. Nunca me gusto ese "todos los deportes en 45 segundos y ahora a por el fútbol", ahora a por lo que realmente interesa, o quieren que nos interese. Esos deportes en los que tengo los derechos son la hostia, y el resto pura basura. Telediarios del youtube, en las que las redacciones se pasan la mañana entre café y café, buscando videos, vamos a llamarlos curiosos, en la plataforma de video en internet. Los odio. No es periodismo.

¿Es esto información? No. Rotundamente. Es seguir el formato del "tomate" para el deporte. conclusión yo, y todo ser vivo, que creo que tiene dos neuronas no ve esa basura.

Para finalizar, decir que de poco me valen las excusas (aunque obviamente son necesarias) del "periodista" y de su empresa. Lo realmente necesario es plantear un análisis sobre qué es lo que estamos retransmitiendo y permitiendo que nos enseñen por la TV. En una TV supuestamente, nueva, que rezuma por muchas de sus partes al consumismo o el radicalismo conservador y católico. Plagada de basura y violencia. Carente de valores. No quiero ese medio, porque yo, cada vez veo menos la tele. Cada vez me doy más cuenta de que puedo ver lo que realmente me interesa, sin publicidad, sin opiniones sesgadas, en mis horarios y en mis disposiciones. Yo elijo como consumidor-espectador. Y para cuando esto le pasen a más personas quizás les sea demasiado tarde a estas empresas periodísticas (en materia de informativos), que a día de hoy primero son empresas y luego, a lo mejor, periodísticas.


martes, 11 de diciembre de 2007

¿A quién cojones disparamos?

Jon Sistiaga nos tiene acostumbrados a trabajos plenos de pasión, entrega y realidad. Su máxima es simple: la veracidad. Ahora tras 4 años de ocupación sin más sentido que el control del petróleo y el supuesto negocio de la reconstrucción (caso Walco) el fenomenal periodista y reportero vasco vuelve a Bagdad, ciudad que ya había visitado con anterioridad en varias ocasiones y en la que vivió uno de los más tristes capítulos en la historia del periodismo en España: la muerte de José Couso.

Durante todo el desarrollo del reportaje prima la idea del sin-sentido, de la justificación vacía y de la violencia como fuente de riqueza al otro lado del Atlántico. La dicotomía entre buenos y malos que dibuja la simpleza de los soldados rasos, se tiñe de incertidumbre en la asignación de esos roles, cuando los preguntados son los mandos. Ver a los mandos haciendo rondas y ataviados con el uniforme de camuflaje en el desierto, o esos nuevos equipos y vehículos que transforman la batalla de sangre, sudor y lágrimas en el sonido sordo de risas de jarheads y el vacío de las ametralladoras, mientras los cuerpos aparecen en la pantalla. No es videojuego, pero lo parece. No es Irak, Bagdad sino la puerta del infierno en la tierra, en el que cada día mueren 20 civiles y 2 soldados estadounidenses.

El documental es una muestra impresionante de la lucha que las tropas "aliadas" tienen contra la insurgencia. Terrorismo sí, cuando las víctimas son cíviles, pero no olvidemos, que como bien dijo Sistiaga, "si invaden tu país, ¿no atacarías con todo lo que tienes a las fuerzas invasoras?". Las imagenes filmadas por el periodista, se entremezclan con las acciones colgadas en Internet por los insurgentes, captados, adiestrados y estimulados por Al Quaeda, el radical Al Sader o las brígadas de los mártires de Al-Aqsa, que han convertido una próspera nación de vivo ardor tanto cultural como social, en un bosque de crateres en las carreteras y paredes agujereadas. Impresionante es ver como los soldados americanos solo ven en la fuerza de los dolares la única manera de hacer oposición a las milicias, comprando las confidencias de ciudadanos iraquíes, ya cansados de tanta violencia, pero sobretodo más cansados de pobreza.

Negros, latinos, irlandeses... soldados, cabos, sargentos, tenientes, coroneles y hasta un general aparece en el reportaje. Impresiona ver la naturalidad en la batalla de hombres experimentados como el teniente Hernández o el sargento Rodríguez. Apesadumbra ver y escuchar las razones que el coronel Coffey expone sobre el planteamiento de la derrota de Sadam y cómo debía Occidente llevar a Irak hacia la democracia. Pero lo más triste es ver el día a día de los iraquíes. Cierto es que se ve desde la óptica de los marines, que a través de sus miras y sus gafas sólo ven el miedo y el pavor de la ciudadanía, que en ocasiones, se mezcla con odio y resginación, cuando te disparan porque has subido a tu tejado a dar de comer a los pajaros.

Pero no sólo firma las horas de trabajo de los marines. Sistiaga se mete en los barracones y comparte las vidas en campaña de los soldados. De Sri Lanka, Bangladesh y Nepal vienen tres hombres a trabajar en un Burguer King abierto dentro de la base americana. La globalización económica, el sentir neo-con es una nueva forma de barbarie que se somete a la más tradicional y arcaica. Los pórtatiles, Internet, las grandes pantallas desde las que se ven los espectáculos televisivos americanos vía satélite, ocupan el ocio del ejército. Salvo un teniente, maestro de escuela cuando entra en la reserva, nadie lee. No se ven libros; tampoco nadie escribe; tirada en el suelo aparece un Hustler. La música que suena envalentona a los jovenes soldados, que casi sin oir las letras se mueven impulsados por ritmos similares a los de metralletas. Red Hot Chili Peppers, Linkin Park, Ministry, LImp Bizkit, Beck,... todos ellos ocupan lugares en los Ipod de los marines, pero pocos se inscrustan en el cérebro para mover conciencias.

La guerra siempre ha sido brutal, innecesaria y un acto de barbarie exagerado. Pero en esta Guerra de Irak, o esta postguerra como nos la quisieron vender los del Trio, en la que la violencia tiene un uso mercantílista, capitalista, expropiador,... propio del siglo XVII o de la Conferencia de Berlín... Cómo bien dijo este periodista, este hombre, al que desde hace ya bastante tiempo admiro, "la guerra y posterior invasión de Irak sólo ha servido para incrementar el precio del petróleo, evitar una posible paz en Oriente Medio, facilitar una válvula de salida al jihadismo y los Talibanes de Afgánistan, provocar un muro de intolerancia entre religiones, masacrar una población previamente masacrada por órdenes de embargo que afectaban al ciudadano de a pie, pero no al dictador Sadam..."

domingo, 25 de noviembre de 2007

Y Antoni Daimiel dijo mi nombre

Nunca me había tocado nada. Ni loterías, ni sorteos, ni regalos, casi ni descuentos, ni siquiera cestas de navidad. Pero no por eso vamos a dejar de jugar, siempre con cabeza, y tratar de conseguir pues un premio o un dinerillo extra. Y gracias a ese afán y a un premio muy suculento, como es una camiseta de los Portland Trail Blazers negra, de Sergio Rodríguez (y firmada), pues participamos enviando un SMS a Cuatro con la respuesta a una sencilla pregunta: ¿Cuántos partidos ha jugado en playoffs Pau Gasol? La contestación, 12. Ni uno más, ni uno menos.

Y ya ni me acordaba del sorteo, ni del premio y casi de nada, cuando recibí la llamada y esa grata sorpresa. Pues nada, Antoni Daimiel, un auténtico ídolo, como periodista y persona, pronunció mi nombre e informo a todo el mundo de que había sido el afortunado.



Pues nada aquí esta el vídeo de la "publicación" y prometo unas fotos, unos vídeos y unos posts sobre esas camisetas de basket que tanto me gustan, que tanto anhelo y que ya van cumplimentando mi colección.

viernes, 18 de mayo de 2007

House. Lo mejor de la TV

Desde hace algún tiempo tenemos la suerte de disfrutar de House. Junto a los Soprano una de las mejores series de TV de todos los tiempos. Acostumbrados estamos a recibir productos de ocio y TV americanos, con su sistema de valores, y con la retórica holywoodiense como máximo atractivo. House no es así. En esta serie se retratan las grietas que hay en una vida con una veracidad bestial. La ironía y la suprema inteligencia que irradian son de una perversidad mayúscula, pero a la vez, son muestras de agudeza e ingenio de un grupo de guionistas y productores, entre los que destacan David Shore y Bryan Singer, que tienen como meta realizar un buen producto televisivo, como muestra artística, y no solo, como mero instrumento económico.



Sentarse en el sofá, enchufar la tele y ver y sobretodo escuchar a Gregory House es un placer. Inteligente, arrogante, chulesco, mordaz, ironico, obsesivo, huraño e incluso antipático. Estos adjetivos cubren la personalidad del nefrólogo del Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey, donde se desarrolla la acción. Su encanto es eterno. La chispa que emana de House, de su personalidad es palpable y en absoluto desdeñable. Todo el mundo tiene una opinión sobre él. Te puede gustar, o no; pero lo que es seguro es que no te deja indiferente. Su minusvalía, su adicción a la morfina y otros calmantes no crean una sensación de pena por el doctor. Es aquí donde se ve el gran talento de Hugh Laurie, actor británico que interpreta al protagonista, y que pese a problemas y reticencias de los productores en un principio (querían a un actor estadounidense, pero quedaron prendados por la interpretación del ingles) ha dado a conocer su nivel, ya conocido en el teatro británico. Actor y personaje, son todo en uno. No solo coinciden en la fecha de nacimiento (11 de junio) sino que nadie podría imaginarse al doctor sin la voz y cara de este gran actor.

Y que decir del resto de personajes. Los doctores internos Eric Foreman, Robert Chase y Allison Cameron, tan distintos entre sí y que generan tantas emociones en el personaje principal, tampoco quedan atrás, y dan grandes dosis de sentido y coherencia a la serie. Tutelados por House, se presentan como alter ego del frontman, y como hubiera querido ser o no ser el propio House. También hay que destacar al único amigo de House, el oncólogo Wilson, la única persona con autoridad para discutir con House, y al que este puede escuchar. Y la jefa del hospital, la doctora Lisa Cuddy, que vive entre la desaprobación a los métodos del enigmático doctor, como presa de admiración por el irreverente médico.

Lo bueno de esta serie es que te hace despertar. Piensas, reflexionas y vives después de ver un capítulo de House. Sentencias, como "Necesito mucha estimulación; yo no me masturbo, me hago el amor", "Vienes a buscar mis sentimientos; lo siento, los deje en el otro pantalón" son auténticas perlas del conocimiento en el siglo XXI. Quizás pueda parecer una serie para gente, digamos cultivada. Seguro es. Pero no es un error del creador de la serie, sino una búsqueda de que algo quede de ella cuando se acaba el capítulo semanal. La terminología médica es complicada. Mucho más que en el resto de series que proliferan, y en ocasiones nos entretienen, sobre hospitales, médicos, etc. Pero también en la trama más humana y personal, su contenido es altísimo, viciado por sentimientos que mucha gente ignora o no sabe como calificar. El desasosiego de House, es suyo y a la vez propio de muchas generaciones actuales. Su inspiración en personajes históricos y literarios como Sherlock Holmes (infinidad de "detalles"dan idea de esta simbiosis) o Cyrano de Bergerac (el ingenio y la ironía) dan un valor universal a la serie. Los momentos en los que house pasa consulta son auténticos ejercicios que retratan el ser humano. la maldad, la mentira o el miedo, pero también la alegría, la vergüenza o el compañerismo quedan reflejados de una forma auténtica y novedosa, que hacen pensar en cómo somos y por qué somos.



Gracias a cuatro por dar la oportunidad a la gente de este país, cansada de ver siempre lo mismo, y a la misma gentuza en TV, por ofrecernos algo nuevo, distinto y que pasará a la historia con una marca de calidad magnífica. Gracias también a David Shore por crear esta serie, y a todas las personas que la han hecho posible. Y gracias también a Hugh Laurie por aportar su experiencia y calidad a un personaje único, al que su trabajo ha hecho universal.


"...el primer beso con lengua es un 8 en la escala de la felicidad.." - House

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...