jueves, 28 de agosto de 2025

La España Olvidada ardiendo

Los residentes de Cualedro observan cómo el incendio se propaga en la provincia de Ourense, Galicia.Elena Fernandez / Europa Press. Visto en Público.es.

 

Hace 3 años escriba la imperiosa necesidad de abordar un pacto de estado que defienda nuestro patrimonio natural ante la inabordable emergencia del cambio climático y la maldad interesada de la extrema derecha de este país. Lo que publicaba y sentía era la consciente, lógica y responsable respuesta ante los devastadores incendios que asolaron la Sierra de la Culebra en Zamora en junio de 2022, así como otras grandes áreas de la provincia (hasta sumar 25.000 hectáreas, aproximadamente un quinto de la superficie total provincial). Era el dolor por ver tierras y gentes hermanas llevadas a la desesperación y la ruina, por la colosal incompetencia de la Junta, de las mentiras interesadas y del fallido modelo territorial y social español, que si ya condena al ostracismo al mundo rural en lo que se conoce como España Vaciada, cuando se habla del Oeste español, del territorio limítrofe con Portugal, hablamos de la España Olvidada.

Pues esa idea, esa necesidad, que sentía y siento todavía hoy, ha sido la propuesta del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez ante la oleada de fuegos que están asolando el país en estas últimas semanas. Desde el 15 de agosto están volviendo a arder la Sierra de la Culebra y media provincia de Zamora otra vez. Pero también en León, en el Bierzo arrasando el paraje Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas, siguiendo las llamas hacia Orense y Lugo calcinando la Ribera Sacra y los cañones del Sil. Por Asturias se han reproducido las llamas amenazando los Picos de Europa y hasta Cantabria la Montaña Palentina. Al Sur, en Cáceres se han echado a arder las Hurdes y buena parte de la Vera. Todos estos parajes de inconmensurable riqueza paisajística y medioambiental y que además sustentan modos de vida propios por lo que hay que sumar una pérdida cultural irreparable. Sin olvidar que en algunos de estos fuegos se han quemado pueblos y aldeas enteros, perdiendo la vida varias personas tanto voluntarios como profesionales de la extinción.

También ha habido importantes fuegos en la Comunidad de Madrid y en la provincia de Toledo. En todos ellos, la mano del hombre ha sido el detonante de la llama y de la proliferación del combustible. Es más, pareciera como si la virulencia, profusión y saña de los incendios fuera fruto de una conveniencia entre pirómanos y políticos fascistas para hacerle la puñeta al gobierno a cambio de quemar el patrimonio de todos y con las ascuas llameantes hacer negocio al día después. Teoría personal ésta en absoluto probada, pero si ellos tienen total libertad para lanzar bulos y soflamas, por qué yo no.

¿Cómo es posible que esto vuelva a ocurrir? ¿Cómo se explica que no estemos preparados? ¿Por qué tenemos que preocuparnos por si tenemos las condiciones materiales necesarias y por cuántos son y cómo trabajan los profesionales en prevenirlos y apagarlos en esta España nuestra? ¿No somos la cuarta economía de la Unión Europea? ¿No hace ya tiempo que el fuego nos quema con saña y que se ha llevado vidas por delante? ¿Por qué nos vuelve a pillar en bragas?

Desde luego, la casi totalidad de estos incendios forestales han tenido la mano directa del hombre en su ignición. Y todos ellos en las condiciones previas que han convertido los bosques en yesca. Es verdad que es difícil entender los motivos que llevan a alguien a prender fuego a un trozo de tierra, de su tierra. Los intereses especulativos y la pura piromanía no son suficientes para explicar el infierno desatado en las últimas semanas en diferentes puntos de España. Hay que ir más adentro, a la maldad sin ambages, para intentar hacerse cargo de qué le están o qué le estamos haciendo a la naturaleza. Desde siempre el fuego ha sido la herramienta en los campos, montes y pueblos para gestionar el territorio. Para convertirlo en productivo y así explotarlo, demostrando que el hombre (importante aquí la adicción masculina del término) es el dueño absoluto de la naturaleza.

Pero también son factores de riesgo la administración del territorio. Con competencias diseminadas en las administraciones autonómicas que están regidas, y algunas desde hace decenios, por desalmados e incompetentes que culminan su estupidez con el negacionismo del cambio climático. Quienes discuten hasta la saciedad las evidencias científicas. Y quienes se encargan con vehemencia en crear problemas donde no los hay, en recortar fondos de las brigadas de prevención y extinción tirando al suelo las condiciones profesionales, laborales y vitales de este imprescindible colectivo.

Son además los responsables directos de un modelo de estado dolorosamente centralizado que deja cientos de miles de hectáreas de paisaje y paisanaje huérfanas de presente y futuro. Mientras los pueblos, sus calles y sus campos, se vacían de gente, se llenan las ciudades, de la más pequeña capital de provincia a la capitalidad del estado en proporción geométrica. Atrás queda un territorio desvencijado y abandonado que se convierte en pasto de las llamas año a año.

Cuesta creer que estos poderes públicos, que en teoría se eligen para gestionar estas situaciones y prevenir los problemas, no se dediquen con empeño, idea y dedicación ante un problema derivado del cambio climático que está destrozando cientos de kilómetros cuadrados de nuestro país. No hay bandera lo suficientemente grande para tapar sus errores, su incompetencia y su maldad.

Mientras escribo estas líneas y la atención mediática está puesta en los pueblos de la España Olvidada, las llamas no han cesado, como tampoco lo hace el esfuerzo de las brigadas forestales, voluntarios y vecinos que luchan contra el fuego, contra los elementos y contra la inoperancia de unas administraciones, insensibles ante este valor y este dolor. Lejos de proponer medidas, coordinación y energía en solucionar la emergencia tratan de tapar su terrible y amoral incompetencia en polémicas artificiales con la administración del estado (que si, que tiene lo suyo también pero que es la única que está poniendo los medios que son de su responsabilidad) para así pasar de soslayo, licuando sus responsabilidades, hasta la próxima elección.

La emergencia de estos incendios ha venido por una ola de calor extrema, que según datos de la Aemet, ha resultado la más larga y calorífica desde que hay registros, y particularmente en el noroeste peninsular con sus propias características naturales y sociales, van a dejar una cicatriz indeleble en la foto de satélite, en el mapa, y sobretodo sobre el terreno y las almas de su población. Incendios de sexta generación, fuegos que por su tamaño, virulencia y comportamiento erráticos, son imposibles de apagar, y donde la labor de los equipos de extinción se centra en acotarlos a través del fuego técnico o el arrasado con maquinaria pesada, poniendo sus vidas en peligro a cambio de salarios de miseria, que suenan a escarnio de unos empleadores, directos o no, de la administración autonómica que subcontrata sus responsabilidades, y es incapaz de solucionar nada con los incompetentes y corruptos de la derecha extrema y la extrema derecha española a los mandos. Una desgracia.

El fuego se extinguirá cuando el quiera, cuando no encuentre más combustible que arder o cuando las condiciones meteorológicas ayuden por disminución de los vientos, bajadas de las temperaturas, lluvias y aumentos de la humedad.

La comunidad científica lleva décadas advirtiendo de los riesgos derivados de la emergencia climática. No actuar contra el cambio climático tiene consecuencias, y el aumento de la frecuencia y la magnitud de los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor, danas, sequías… unido a la despoblación y abandono rural, genera unas condiciones propicias para que los impactos más extremos golpeen de lleno en ecosistemas muy vulnerables.

Por ello es vital e imperecedero el pacto de estado propuesto por Sánchez, que además de servir para rebajar la extrema virulencia del clima político españistaní, ayudaría a construir un mejor país para todos. Personajes lamentables como Mañueco y su consejero Suárez-Quiñones decirles que se vayan de la Junta. Que se preparen para atender a demandas por su inacción, su incompetencia y su maldad. No pueden estar los negacionistas del cambio climático, ni los inútiles, rigiendo gobiernos, administrando presupuestos y equipos profesionales, y por ende, la vida de millones de personas y el patrimonio natural y cultural de todos. Deben pagar con el ostracismo político, extensible a su catadura moral y a su enfermiza ideología, quienes han precarizado los operativos de extinción de incendios y han reducido al mínimo las partidas de prevención. Y quienes niegan el cambio climático, porque el negacionismo es irresponsable, negligente y criminal.

Las Comunidades Autónomas, siento decirlo, han demostrado una vez más su incompetencia para la gestión de los bosques del país. Llevamos años oyendo decir a los técnicos que los incendios se apagan en invierno, que es muchísimo más costoso intentar apagar un incendio que limpiar montes y campos antes de que llegue el calor. Pero ahí los tenemos, precarizando la vida y el trabajo de las brigadas forestales. Mandándolos a casa cuando acaba la temporada con una mano delante y otra detrás. A que se busquen la vida en la ciudad, se vayan de los pueblos donde podían arraigarse, mientras el monte se descontrola, no se cuida, porque faltan los pastores que antes pasaban por allí todos los días, y los grandes herbívoros que son pasto a su vez de la caza indiscriminada. Luego los llaman a prisa y corriendo a jugarse la vida en plena emergencia.

No quiero, ni mucho menos, hacerle el trabajo sucio a la extrema derecha que tiene el estado de las autonomías entre sus objetivos. Si la ley de Emergencias es de la propia dictadura franquista, será porque aquellos fascistas entendieron que sabrá más del monte de su pueblo un vecino o quien vive más cerca que no un militar que vivía en El Pardo. Mi queja y lamento es que estas administraciones las acaben dirigiendo desalmados, incultos e incompetentes que solo buscan su lucro personal y que además, presentan taras y opiniones enfermizas sobre la realidad de este mundo cada vez más cambiante y decadente.

No es ningún secreto que la situación de los bomberos forestales en España es dispar, por decirlo fino. Por eso se aprobó el Estatuto Básico de estos profesionales en noviembre de 2024, tras años de lucha de este colectivo. Ninguna comunidad autónoma lo aplica todavía. Y cuando lo hagan tampoco terminará con el problema. El bombero Ángel Malanda, lo dejó claro con su testimonio: "Nos mandan a un incendio por 2,20 la hora". Su salario base es mínimo y su plus de peligrosidad por jugarse la vida ante un fuego insulta. En Castilla y León, cuando te contrata Tragsa (una empresa pseudopública) puede ser aún peor: ese plus de peligrosidad es de 1,69 euros por hora. El convenio laboral de esta comunidad autónoma, además, impone descansos inhumanos cuando llega la hora de la verdad. Además, ha discutido, y no es el primero al que se lo oigo, la gestión de la UME en estas catástrofes que tiene poco de efectiva y si mucho de efectismo diseñado para mejorar la imagen pública del ejército.

Es preciso laborar una ley que obligue a los propietarios (públicos o privados) a mantener limpios los montes y campos. Y a las administraciones como las autonomías a ayudar a los ayuntamientos dotándolas de personal y equipos (que de paso mantendrían población en el territorio) y a vigilar escrupulosamente que se cumple la ley. Desde luego, todo esto es mucho más urgente que seguir los dictados de gasto militar por parte de la OTAN, o lo que nos gastamos en este país en festejos.

Necesitamos servicios públicos claros, visibles y fiscalizados cada año. Es imprescindible una ratio de bomberos forestales contratados y bien remunerados por cada hectárea de superficie forestal -según los diferentes tipos- para toda España, con unos mínimos salariales y unas condiciones laborales a la altura del trabajo trascendental que les encargamos. Que trabajen y coticen todo el año. Que puedan quedarse -o volver-, a los pueblos, arraigarse y elaborar sus proyectos de vida en el entorno.

Las fuerzas de la naturaleza no tienen ideología ni tampoco pasaporte. No saben nada de comunidades autónomas, ni de competencias. Tampoco tienen bandera. Somos nosotros, los habitantes, los que tenemos entre todos, y pese a otros, desarrollar un sistema publico, un estado con sus jerarquías y delegaciones, poderoso, capaz de responder ante las emergencias, de garantizar los servicios públicos, empezando por la vida, y que nos deje un país más organizado, cohesionado y donde la igualdad entre ciudadanos y territorios sea efectiva.

Lo que digo es que los españoles necesitamos más transparencia y control sobre la equidad en los servicios públicos; entender de una vez que los impuestos son esto. Y que un país y un estado no es solo tu pulsera con la bandera. Y que la gestión de las emergencias y la prevención y extinción de incendios es trascendental. Básica en el contexto actual. Y añado que no debemos soslayar ningún debate, ni siquiera el que enfrenta la defensa de los parques naturales con la prevención del fuego; quizá no es tan buen idea que sean del todo intocables. Nada debería serlo para hacer frente de la mejor manera posible a estos fuegos que sí o sí nos amenazan y nos amenazarán... El fuego no va a dejar de quemar nuestros bosques; la ultraderecha no va a dejar de atacar las grietas del sistema que o mejora o caerá en sus manos.

Pero el pacto de estado contra la emergencia climática, los incendios forestales, la destrucción del patrimonio natural y cultural, y la situación de la España Vaciada y la España Olvidada es imprescindible y necesario. Y los que no quieren sumarse son la misma minoría rencorosa, homicida y cruel de siempre.

martes, 12 de agosto de 2025

Discriminaciones no. Pero sobretodo no a las discriminaciones materiales

 


La conjunción en Españistan de la alta política y los medios de comunicación de masas acostumbran a poner en la palestra toda suerte de problemas irrelevantes y dónde no los hay, tratando de hacer desaparecer de la opinión pública los problemas materiales. Los verdaderamente importantes y trascendentales cuya resolución implicaría que esas mismas instancias de la élite se ocuparan, implicarán y se pusieran a trabajar. Esto no es nuevo. Como tampoco lo es el tener una izquierda institucional entregada de buen gusto a debatir sobre estas situaciones sin atajar nunca el problema de raíz, y soterrando directamente los que su solución provocarían pérdidas en riqueza y poder a las élites cleptómanas del estado españistaní.

La polémica artificial de esta semana es la decisión del pleno del Ayuntamiento de Jumilla, en la región de Murcia, regido por PP y Vox, de prohibir las celebraciones musulmanas en espacios municipales públicos, como venían permitiéndose hasta ahora.

Bien. Aquí hay muchas aristas y agentes involucrados y antes de diseccionarlas voy al final, a lo que me ha puesto de mala leche. Porque encima, aunque uno intente pasar de todo esto, e incluso huir de los informativos, al final llegas a ellos porque te quieres enterar de el tiempo o de la sucesión de incendios forestales. La decisión de que el gobierno, a través de la fiscalía general y el Defensor del Pueblo, entren en tal cuestión con el ánimo de mantener los derechos (supuestos) de la comunidad musulmana, compone en mi opinión, otra más de las traiciones a las clases trabajadoras de este país. Y mientras la extrema derecha a sentarse a esperar el apoyo de las mismas.

Porque yo no he visto a ninguno de estos entes ponerse en marcha, ni en agosto, ni en ningún momento, por acabar de una vez con la especulación inmobiliaria, con los accidentes laborales o con la defenestración de los derechos públicos. Cómo queremos convencer a unas bases electorales que ven una y otra vez sus problemas tratados como irrelevantes, arrinconados en la pila de situaciones “imposibles de solucionar”, y mientras, estas administraciones “corren” a satisfacer las demandas culturales y de identidad de una comunidad (también parte de la clase trabajadora con especial significación en el campo murciano), pero que poco tienen que ver con la identidad predominante dentro de la clase trabajadora del estado español. En vez de ir a los problemas de la gente común, que son todos los mismos independientemente de la religión particular que profese cada uno, o la población en la que viva, nos quedamos en la superficie de lo simbólico.

Es que seguimos sin aprender, y para mi es desesperante, que no debemos entrar en los campos de discusión ideológica que plantea la derecha. Qué le hacéis el juego. Qué entráis en su campo minado. En su terreno de falacias y medias verdades. Qué os convertís en parte colaboradora de la laminación de las condiciones de vida de las clases trabajadoras, bajas o populares como queráis llamarla.

Porque sí. Aquí se plantea una discriminación para con la comunidad religiosa islámica, pero esto no se puede dirimir con herramientas que permanecen permanente calladas cuando se trata de los problemas materiales de la gente. Qué no se levanta cuando se incrementan el precio de la luz, el azúcar, el café o el aceite de oliva. Qué no se indigna cuando trabajadoras y trabajadores tienen que vivir en campos de caravanas como una distopía, o como la realidad norteamericana. Qué permanece desaparecida mientras los trabajadores mueren de golpes de calor o extenuados por la presión oligarca y neoliberal.

E insisto. En Jumilla quieren practicar una discriminación. De acuerdo. Pero a lo mejor se soluciona quitando la sobre-protección que tiene la religión católica en un estado aconfesional, según su constitución, cada vez más navegando a un estado laico, o cuando menos en el que los temas de espiritualidad quedan en el ámbito privado de las personas, si atendemos a las encuestas oficiales.

Evidentemente “se compranlos relatos y marcos de discusión que maneja la ultra derecha. Porque esto no va de “nuevas cruzadas” o “re-conquistas”. No van a replicar a Felipe III quien expulsó a los moriscos (últimos descendientes de la ocupación islámica que mantenían su credo) en 1613. España no va a ser “católica” porque su sociedad ya no lo es y no lo será ya más, fundamentalmente porque lo doctrinario de lo católico choca con lo esencial de lo democrático. Y también porque la globalización es un cambio de paradigma de tal amplio calado que ha roto hasta lo irreversible los condicionantes económicos, sociales y culturales de las sociedades. Igual que por mucho que se empeñen no van a desaparecer la influencia musulmana o sefardí de la cultura española. Ni vamos a recuperar las supuestas bondades del Imperio (que no fue como tal, ni tampoco benefició a las clases bajas peninsulares de los siglos XV al XVIII). A la ultra derecha se la trae floja no conocer la propia Historia del territorio del que quieren adueñarse. Su interés radica en adoctrinar, en presentarse como supuestos defensores de la pureza de unas bases identitarias culturales basadas en la religión, la raza o el idioma. Y encuentran la colaboración interesada de los medios, y la necesaria de una izquierda desnortada que ha perdido el rumbo.

Mientras los ultras persiguen mezquitas, incluso puede que hasta las incendien, y lanzan cacerías en pueblos donde la mano de obra inmigrante magrebí es fundamental, lo que deberíamos aprovechar es a poner en solfa todos los privilegios que la religión católica, la malvada Conferencia Episcopal, tiene, y así, profundizar en un estado laico. También, la propia comunidad islámica de Jumilla o Murcia se verán atacados al no poder disponer de un espacio para sus credos, pero a lo mejor les debería importar más la situación de las mujeres en su seno, y las condiciones de la educación y sanidad en sus comunidades, que por cierto, son compartidas con otros grupos étnicos que conforman las clases más bajas dentro del sistema productivo del agro murciano.

De acuerdo. No habrá rituales islámicos en el polideportivo de Jumilla. Tampoco los debería haber católicos, ni evangélicos, ni de ningún tipo de confesión. Discutamos seriamente qué tiene de religión, qué de identidad cultural y qué de negocio turístico mil millonario las procesiones de Semana Santa. No digo que se prohíban directamente, pero si que reflexionemos sobre si el estado aconfesional es otra licencia más de la transición (como el estado de las autonomías frente al centralismo o el federalismo). Pero a lo mejor si se podría aprovechar esto para reclamar y conseguir que paguen el IBI y sus impuestos. Y estos se dedicasen a los servicios sociales de todas y todos. O por lo menos a mantener con dignidad y seguridad el patrimonio de todas y todos, y que hasta ahora mantienen en usufructo perpetuo.

En Jumilla, donde la base trabajadora inmigrante y magrebí es fundamental para mantener su sistema productivo y económico, con la manipulación más torticera posible (de hecho la que habitualmente destila la derecha, absoluta y dolorosamente incapaz, irresponsable e ignorante) han promovido una legislación que prohíbe la celebración de los ritos de esta comunidad en los edificios públicos. Si, a lo mejor hay que poner en movimiento la maquinaria del estado por aquello de la convivencia entre religiones y comunidades, escenarios verdaderamente falaces porque todo aquel que haya convivido y vivido en los barrios trabajadores sabe que cada uno permanece aislado del resto. Pero se atreven desde la izquierda buen rollista a plantearlos como líneas a defender, cuando no se han movido o incluso han promovido todo tipo de ataques y pérdida de las condiciones materiales y de la identidad de las clases trabajadoras. Incapaces de defender el derecho al trabajo digno y seguro, a la vivienda, a la conciliación familiar o a la educación y salud públicas, desde el círculo interior de la M30 se levantan escandalizados porque no se va a poder hacer “el rito del cordero en el pabellón polideportivo”.

Por otro lado, me hace mucha gracia que la ultraderecha lancé estas ideas desnortadas y de la época de la Inquisición, cuando la realidad es mucho más compleja. Cuando también hay españoles y familias que son musulmanas. Cuando presentan un privilegio para esta comunidad magrebí, y no discuten la presencia hasta el hartazgo de los modos de vida americana yankee, en nuestras ciudades. Cuando todos los días y en todos los lugares se reproducen patrones culturales que no tienen nada que ver con lo español, o con lo de esta tierra si te escandaliza la palabra. Cuando no seguimos nuestro propio urbanismo, nuestra propia Historia, Geografía o Arte. Cuando ignoramos u olvidamos la gastronomía, la música, el baile o las formas de relacionarse tradicionales y que han sido siempre nuestra esencia.

No son malas las interrelaciones e intercambios culturales. Ni mucho menos. Son necesarias y hasta saludables, pero es de broma que se pongan en ristra de defensa de la pureza hispánica, los que nos han metido con calzador las bases norteamericanas, sus restaurantes de comida rápida (busquen los apellidos de los “dueños” en España de estos templos de la bazofia y el consumismo), la música alienante moderna o los usos de reproducción o comunicación social.

Desde luego, me parece mal que no dejen a la comunidad islámica de un pueblo murciano hacer sus celebraciones en un espacio público. Como también me parece mal que se persiga a una asociación cultural o medio-ambientalista por hacer sus actividades y por reclamar mejoras y concienciación en la defensa del patrimonio natural. También me parece lamentable que se persiga cualquier otro tipo de disidencia, incluso infiltrando policías durante años en esas organizaciones, y ahí tampoco se ha levantado de su sillón el Defensor del Pueblo.

Pero me cabrea sobremanera que aceptemos como válidos cualquier salida trasnochada de la ultraderecha y seamos incapaces, bueno en realidad lo es la élite de la “izquierda”, de salir de sus marcos. De hecho, a las bases nos quedan tener que licuar esas incongruencias y seguir.

No a la discriminación por religión, raza, etnia y clase social. Si a la resolución de los problemas de la gente. Atrás hasta el olvido a los rancios y caducos fachas que quieren generar odio y problemas donde no los había. Harto ya de la continua e in crescendo crispación del estado español.

lunes, 11 de agosto de 2025

De música y marketing: Monjas sexualizadas

Una de las cosas más chulas e interesantes de los festivales de música, y particularmente satisfactoria en los de Heavy Metal, es la posibilidad de descubrir a grupos y artistas nuevos, o poco conocidos por estos lares, que te los encuentras en un cartel o directamente sobre el escenario y se convierten de repente en parte de tus gustos musicales. Desde entonces los tienes en cuenta y de esta manera te involucras con esa banda nueva o recién descubierta. Te compras en el stand del festival la camiseta del grupo y/o un cd. Les sigues, buscas sus videos en youtube y su agenda de próximos conciertos. Y ahí estarás con tu acervo musical incrementado y probablemente, a menos a mi no me ha pasado todavía con este tipo de descubrimientos, para siempre. Será muy difícil que te defrauden.

Esta vez no he acudido al Leyendas del Rock en Villena por diferentes motivos como trabajo, un calor que se esperaba, y ha resultado desgraciadamente, abrasador e insufrible hasta lo peligroso, y fundamentalmente, por unos precios muy altos. Más de 100€ (con los gastos de gestión) por la entrada de un día son una absoluta pasada, por más que el abono de los 4 días de festival (para el que pueda aguantar ya 4 días seguidos) quede en unos abultados también 167€. No hablemos del despropósito de los precios de la bebida en este festival con el añadido del calor excesivo que se padece. Lo siento, me ha parecido mucho dinero, pese a que había buena materia en el cartel el miércoles como volver a ver a Fear Factory, a Dunedain o a la nueva banda simultánea de mi amado Mikael Stanne, Cementery Skyline (al día siguiente repitió con The Halo Effect).

Pero el caso es que revisando las crónicas me asaltó una imagen que automáticamente me motivo y me hizo ir a la red social de videos, -y cada vez más anuncios-, a ver de qué se trataba.

 


Y sí. Así es. Lo que me llamó la atención fue la imagen y atuendo de las componentes del grupo “Dogma”, ataviadas con atrevidos hábitos de monja, abiertos y sugerentes, calzando botas altas hasta la rodillas y maquilladas. No puedo negarlo. Me atrajo esta estética absolutamente sexualizada de las artistas e interpretes, por lo que debo incluirme, en cierto grado a mi pesar, en el club de MetalPacos y cuñaos que se pusieron cachondos.

Afortunadamente en el Heavy Metal, después de los años nefastos del Glam, hay que saber tocar y ofrecer buena música y mejor desempeño en vivo para perdurar, y en ese sentido hay que decir que Dogma es un grupazo. Que tocan de maravilla y por lo que he podido rastrear, en directo funcionan e impresionan.

Dogma son una banda compuesta por 5 mujeres ataviadas como monjas de clausura, pero cuyos ropajes abiertos muestran sus carnes, muslos y escotes, así como su maquillaje facial, a parte de ocultar su identidad, las presentan como “malditas”, cercanas al diablo o al averno. Su actitud y su disposición es la de discutir y derribar todos los dogmas con los que convivimos día a día en las sociedades donde la religión, y particularmente la católica-cristiana, tiene tanta fuerza. Esto subyace de su origen, América Latina, probablemente Brasil o México, aunque no he encontrado noticia o anuncio que lo certifique. En cualquier caso provienen de una zona donde la presencia cultural y social, y también la influencia política, del catolicismo y de la iglesia es muy poderosa y ha servido tradicionalmente para imponer una moral retrógrada y castigadora con respecto a la sexualidad, y en especial, a la vida y la presencia de la mujer. En este sentido, radica la esencia del grupo que persigue la liberación de todos los dogmas, especialmente religiosos que nos limitan, y concretamente a las mujeres y en América Latina, derribándolos para así liberar y acabar con la represión.

Musicalmente a Dogma los clasificó dentro del Hard rock con reminiscencias melódicas y duras al estilo del que practican bandas como Hellacopters, Architects o Spiritual Beggars. Pero también se incluyen referencias heavies a los temas de la primera época de Iron Maiden, y de los últimos trabajos de Arch Enemy en las melodías y transiciones con voz clara de Alissa White-Guz. Para ello se valen de la pericia de las tres intérpretes de guitarra, bajo y batería. Lamia, Nixe y Abrahel aparecen sobradas de talento y si bien las composiciones y solos a veces pecan de sencillez, no carecen de ritmo, presencia y continuidad. Todo ello coronado con la voz de Lilith (todos estos seudónimos tienen reminiscencias a personajes religiosos que presentaban la feminidad como algo “malo”, “peligroso” o “pernicioso”), que navega sobre las olas generadas por sus compañeras con una sugerente mezcla entre sensualidad y dureza. Su timbre me recuerda al de Simone Simons, pero también al trabajo de Sirenia con la voz de Ailyn, no puedo dejar de lado una presencia muy de música pop, muy fabricada para gustar y ser fácilmente recordada y coreada. Y no digo que esto sea malo, pero es lo que hay.

Los temas de las letras de las canciones, como decía anteriormente, abogan por la liberación sexual, pero también moral y mental, de las personas, y en especial de la mujer, que tiene que volar libre y explorar su cuerpo, su sensualidad y su espíritu. Conjugan en general con una presentación muy estudiada, con una gran teatralidad, lo que no le resta ningún mérito sino más bien al contrario, por lo que he podido conversar con algún conocido que estuvo en Villena y por lo que he visto en unos videos de youtube.

En el Heavy Metal ya tenemos costumbre, y cada vez parece que más, de tener bandas cuyos integrantes se presentan con máscaras y nombres alegóricos que ocultan su identidad. Lo que empezó con Kiss, continuó con Gwar o King Diamond y siguió con las bandas del Black Metal, Turisas, Wes Borland en Limp Bizkit, Slipknot, Lordi, Ghost, El Altar del Holocausto, Heilung, etc., etc., casi una lista interminable. Por eso anudar esta estética tan concreta, pero a la vez tan sexualizada, generada para llamar la atención y convertir a las integrantes en carne de medios sociales virales, junto a una música, que aún enraizando con el rock duro, es “fácil”, digamos consumible, levantan las sospechas sobre el origen del grupo.

Si a esto le añadimos una presencia mediática potente y el acompañamiento desde el primer momento de una de las grandes compañías discográficas, que no ha escatimado esfuerzos en realizar producciones y videos llenos de imágenes sexuales y potentes composiciones visuales (y que estos aparecierán sin filtro en las plataformas), nos lleva inexorablemente a estar ante un producto de marketing.

 


 

 

  

Ojo, que esto tampoco es malo porque si. Es lo que hay. Y aunque le pueda restar originalidad, o si se quiere hasta trascendencia, seria injusto no mencionar la calidad de la propuesta sobretodo si funciona bien a nivel estudio, y fundamentalmente en el directo. Porque Dogma es un muy buen grupo musical del que ya vamos a estar pendientes. Si a esto le sumamos la virialidad de las plataformas y del streaming (quizás motivada su magnanimidad para con Dogma por los intereses de quien ha generado este producto) ante imágenes de sexo, pues el éxito ya está fraguado.




El Heavy Metal es un género en el que la presencia masculina es predominante, pese a la significativa aparición de mujeres al frente de bandas, y también, cada vez más, tocando instrumentos y aportando en todas las facetas. Es bienvenido y necesario. Y con el caso de “Dogma” ganamos una banda más a este movimiento, que en esencia, busca incorporar plenamente a la mujer en las actividades de toda índole (económicas, sociales, culturales) de la vida común. Así que en ese sentido, logro conseguido y meta en la que seguir trabajando por parte del grupo, y todos los que tienen presencia femenina (ya sea completa o parcial).



viernes, 1 de agosto de 2025

Paremos ya el Genocidio en Gaza

 


Hay que decirlo claro:

Israel está ejecutando un genocidio sistemático y planificado sobre la población de Palestina.

Es así. Está probado. Es un hecho. Como también lo es la actitud tolerante con este crimen contra la humanidad de buena parte de la Comunidad internacional, y dolorosamente de los representantes políticos occidentales que deberían ser los primeros en denunciarlo y combatirlo.

Nethanyahu tiene que ser encarcelado y juzgado como criminal de guerra y genocida. De hecho no tengo ninguna duda de que así será. El sionismo violento y genocida debe ser luchado y contrarrestado con solidaridad, verdad y democracia. Y los cómplices como gobiernos occidentales y empresas de armas y tecnologías también tienen que ser juzgados y erradicados.

Y por último, la indiferencia también tiene que ser combatida. No puede ser una opción. Los seres humanos no podemos quedarnos indiferentes y tolerar este genocidio. Con todo lo que sabemos que pasó y que ha habido en el pasado.

No se puede tolerar y tenemos que ser beligerantes con quienes ejecutan, permiten y hasta alientan que Israel asesine a millones de personas en Gaza y en Cisjordania.

Esto no es una guerra. Cuando se cortan los suministros básicos de alimento, agua, electricidad y medicinas a la población civil no estamos hablando de operaciones militares o búsqueda de rehenes y terroristas. Cuando se permite y se provoca que miles de niños mueren de hambre y enfermedades erradicadas ya en el primer mundo lo que tenemos delante no es una guerra sino una política diseñada bajo parámetros racistas y fascistas. Algunas fuentes hablan de 30 niños al día desde el inicio de la invasión por lo que esto no es una guerra. Es terrorismo de estado diseñado y ejecutado para impedir la constitución de una nueva mayoría étnica y social en el estado. Cuando se persiguen, detienen e incluso matan a voluntarios y periodistas no se trata de daños colaterales o de “desgracias”, sino de acciones ejecutadas con voluntad de ocultar la verdad al exterior y a la historia. Cuando se denuncia esta matanza indiscriminada de seres humanos, pobres y desamparados, no se está hablando de anti-semitismo. No jodáis que eso es muy serio para que manipuléis de esa forma. La gente común, las personas buenas, lo que estamos en contra es de los genocidios. De todos los genocidios. Y si una mierda de religión, me da igual judáica, islámica que católica ampara a basuras humanas como Netanhayu y compañía hablamos de otra cosa.

Paremos ya el genocidio en Palestina. No podemos, no debemos, no es tolerable quedarse sentado en el sofá o poner un tuit o este texto, sin más. Hay que actuar y hay que hacerlo para parar de una vez esta deriva fascista.

Muchos estamos colaborando en partidos y ongs que están tratando por un lado de enviar ayuda a Palestina y en exigir el final de la ocupación y el exterminio. No vale sólo con mandar un SMS de ayuda, acudir a una manifestación, firmar una campaña online o ejercitar un boicot a todo producto que venga de Israel (y de Estados Unidos principal financiador de este estado genocida y criminal).

Tenemos que reflexionar sobre la mierda de mundo que “estamos” construyendo. Esto no puede seguir así.

Escribo en un descanso, desde la víscera y veo que en 5 minutos y desde el móvil y han salido más de 500 palabras. Que no se las lleve el viento, y que podamos parar el genocidio en Gaza.

Por un mundo de paz, solidaridad, cooperación y empatía. Abajo el fascismo. Viva la libertad, Viva Palestina.

 

miércoles, 23 de julio de 2025

No more tears, even though there are no words

 

Ha muerto Ozzy Osbourne.

No tengo palabras para loar la figura, el legado y la trascendencia de Ozzy para millones de personas como yo. Para quienes el Heavy Metal no es solo música. Es alma. Es vida y es identidad.

 

 

Se ha marchado como quería. Con su familia y tras darlo todo sobre el escenario hace un par de semanas en un concierto épico, homenaje a una trayectoria plena, con sus altibajos artísticos y personales, propios de quien ha estado casi 60 años haciendo música desde cero. Creando no sólo un estilo y una forma de hacer las cosas, sino siendo parte imprescindible en la génesis de un género.

El Heavy Metal no sería posible sin Ozzy, como fundador de Black Sabbath y también de su prolífica carrera en solitario, como Ozzy. Promoviendo músicos y bandas, e incluso uno de los mayores festivales como el Ozzyfest. Y ahora hay que continuar sin él, pero con la memoria de su obra, el recuerdo de su imagen, la presencia de su leyenda.

 

No me puedo despedir de él. De quien con su repentina ausencia, hace que las palabras se anuden en la garganta aunque tengan que salir por el teclado. De quien inunda mis ojos de lágrimas por haber estado siempre ahí. No puedo decirle adiós, ni hasta siempre, porque sus canciones forman parte de mi. Porque su voz, tan inconfundible, tan propia y tan esencial es el timbre que me activa, que me da fuerza. Y porque después de hoy, cuando lo escuche, y seguiré haciéndolo, me sacará también una sonrisa. Porque muchas veces, siempre de hecho, Ozzy ha cantando a la vida (si aunque los maniqueísmos y tópicos interesados hoy inunden panegíricos en los medios de desinformación). Porque por encima de leyendas urbanas, imagen siniestra alimentada por él mismo y por su mujer, y apelativos como Príncipe de las tinieblas, Ozzy estaba y está por encima de todo esto, y en muchas de sus canciones y también de sus apariciones públicas ha expresado su optimismo y su espíritu por la lucha y hacer que todos y cada uno vivamos nuestra vida de forma plena.

Sólo queda atesorar sus canciones, su recuerdo de la persona y del personaje. Los grandes momentos que nos ha regalado, en vivo o en la habitación, el coche o tras los auriculares a cada uno. A través de su música. Haciéndose imprescindible. Cantándonos. Moviéndonos. Haciendo música y arte.

RIP Ozzy Osborne. Larga vida al Heavy Metal y al recuerdo de tu obra. Gracias Ozzy por todo!!!

 





 Ozzy disfruta en la gran banda con Dio, con Randy, con Lemmy, con Bonham, con Cliff, con Paul, con Clive, ...


 


domingo, 6 de julio de 2025

Wasted Years: Imposible malgastar tiempo con Iron Maiden


 


[Verse 1]

From the coast of gold

Across the seven seas

I'm travelin' on far and wide

But now it seems

I'm just a stranger to myself

And all the things I sometimes do

It isn't me but someone else


[Verse 2]

I close my eyes and think of home

Another city goes by in the night

Ain't it funny how it is?

You never miss it till it's gone away

And my heart is lying there

And will be till my dying day


[Chorus]

So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


[Verse 3]

Too much time on my hands

I got you on my mind

Can't ease this pain, so easily

When you can't find the words to say

It's hard to make it through another day

And it makes me wanna cry

And throw my hands up to the sky


[Chorus]

So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


[Guitar Solo]


[Chorus]

So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


So, understand

Don't waste your time

Always searching for those wasted years

Face up... make your stand

And realize

You're living in the golden years


Wasted Years es la segunda canción del álbum Somewhere in Time, el sexto disco de Iron Maiden, publicado en 1986. escrita por el guitarrista Adrian Smith, no solo destaca por su potente melodía y su característico sonido de metal progresivo, sino también por las profundas reflexiones que plantea acerca del paso del tiempo, el arrepentimiento y la búsqueda de un propósito en la vida.

La letra de Wasted Years se centra en el sentimiento de pérdida asociado al tiempo malgastado. A través de ella, el narrador expresa un anhelo por el pasado y una crítica hacia la manera en que a menudo dejamos escapar momentos importantes, dedicándonos a actividades que no nos llenan. Este tema resuena a muchas personas que, al mirar atrás en sus vidas, pueden sentir que no han aprovechado al máximo las oportunidades que se les presentaron. La frase recurrente en la canción, "Don’t waste your time always searching for those wasted years", encapsula este mensaje central: el tiempo es precioso y no debe ser desperdiciado en la inercia o en decisiones que no nos conducen a la realización personal.

A nivel musical, Wasted Years combina elementos característicos de Iron Maiden, como la fusión de guitarras melódicas y ritmos alternativos, creando un ambiente sonoro que complementa el peso emocional de la letra. La sección instrumental del tema, especialmente el solo de guitarra de Smith, transmite una sensación de nostalgia y reflexión, sumergiendo al oyente en la atmósfera que la canción busca evocar. Esta dualidad entre la letra y la música es fundamental para entender el impacto que Wasted Years tiene sobre quienes la escuchan, permitiendo una conexión inmediata con sus sentimientos.

Además, es interesante destacar el contexto en el que fue creada esta canción. Durante la década de los ochenta, el mundo experimentaba cambios significativos, tanto a nivel político como social. La ansiedad y el desencanto eran comunes, especialmente entre las generaciones más jóvenes que buscaban un sentido de propósito en medio de las presiones externas. Wasted Years puede interpretarse como una respuesta a esos sentimientos de desorientación y pérdida, un llamado a la auto-reflexión y a la acción proactiva en busca de una vida significativa. La canción invita al oyente a detenerse y evaluar dónde está en su vida, y si realmente está siguiendo su propio camino o simplemente dejándose llevar por las circunstancias.



En conclusión, Wasted Years de Iron Maiden trasciende su categoría como mera canción de heavy metal, convirtiéndose en un poderoso himno que evoca la lucha intrínseca del ser humano con el tiempo y el significado de sus elecciones y de sus emociones. A través de su letra introspectiva y una composición musical que resulta a la par conmovedora y electrizante, la banda logra transmitir un mensaje atemporal que sigue resonando hoy en día. Así, invita a todos a no dejar pasar la vida sin un propósito claro, recordándonos que cada año, cada día, y cada momento cuentan. La reflexión propuesta por esta canción no solo es relevante para los fanáticos del metal, sino para cualquier persona que busca darle sentido a su existencia.

En definitiva, con Iron Maiden nunca habrá años malgastados.

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