Estimada Cristina: Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.
Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo. COSAS QUE DESEO CONSERVAR: - La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina. - El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra. - El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar. - La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos. - La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho. - El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor. - Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres. - Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).
COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ: - Los silencios. - Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina. - El sabor acre de los insultos y reproches. - La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío. - Las náuseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa. - El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él. - Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle. - Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.
Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:... objetos. Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (.......) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento. Afectuosamente, Roberto."
Mientras la justicia española sigue provocando la carcajada, el escarnio y la vergüenza ajena, los neo-cons se enfrascan en la rapiña del "marianin" y el resto del país masculino (con menos neuronas y ciego ante la belleza) se enorgullecen o lamentan (depende de por donde sople) de pasillos y majaderías esféricas; este que les escribe, que ya no es tan joven y nunca fue tan digno, se conformaría con que desde el Ejecutivo se nos reconociera nuestro derecho inalienable a mirar con descaro todos esos tesoros que durante meses permanecieron enterrados en la triste isla del invierno. Que no os confunda la poesía: estoy hablando de culos y tetas.
Es que es llegar mayo y no doy abasto: me faltan ojos, me sobran piernas y no logro distinguir a las guapas de las feas. Con más arte y en circunstancias más adversas que yo lo expresó Emilio El Moro: "Y hay mujeres paticortas Y hay mujeres patizambas Hay pelonas y orejudas Bizcas, tuertas y jorobadas Pero fea, fea, fea Pero fea y con ganas No hay ninguna mujer fea Por la gloria de mi hermana".
Vosotros, habidos huéspedes de mi literatura y mi versión intelectual, que quizás ya me conocéis un poco, meneareis así la cabeza y pensareis: "Ya está el salido este..." Pues sí, qué pasa. Llega mayo y me vuelvo loco, y como tengo un espacio pequeño en la blogsfera, y como homenaje a todas esas mozas de inigualable belleza y tesoros escondidos, pues lo digo, ya que nadie ni nada me censura, ni tampoco (no menos importante) me paga. No es por compararme, pero a Manuel Vicent, sin ir más lejos, le pasa lo mismo, aunque con las corridas... de toros: llega mayo y los aficionados a la prensa contamos los días que faltan para encontrarnos con su tradicional columna antitaurina en El País. El muy aguilón aprovecha que San Isidro está al caer para que la España asesina reflexione acerca de los crímenes que está a punto de cometer. No me digan que un gesto parecido no me daría a mí cierto empaque y credibilidad como columnista, que falta me hacen. Pues tómense, por favor, lo que queda de artículo como mi tradicional disertación primaveral sobre la belleza femenina y, si quieren, se lo saltan. Yo es lo que hago con el de Vicent.
Si han llegado hasta aquí coincidirán conmigo en que este año están todas más guapas que nunca a pesar del dudoso favor que les ha hecho algún modisto eunuco con lo de los pantalones pirata. Eso sólo te queda bien si eres torero (o torera). Recemos, pues, para que las zapatillas de bailarina (o toreras), que tanto destrozo causaran el pasado año en sus pies y en nuestra libido, también se queden para siempre en el fondo del armario y para que este verano no se acabe nunca. Como lo último, al paso que vamos, es bastante probable, yo ya fantaseo con la idea de doce meses repletos de toros, minifaldas, tangas y medias verónicas. La de columnas que nos vamos a saltar.
Y es que lo de estos tiempos con la belleza femenina es para ir a urgencias. Embolias en lugares poco apropiados, dolores de cuello, problemas visuales, olfativos... Con aliados tan firmes como el calentamiento global, Amancio Ortega (por Stradivarius y H&M) y la TV lo que antaño se antojaba como propio de turistas nórdicas, países moralmente degradados y de obras maestras del cine, como Porkys, ahora ha arrinconado a la rancia y profunda España, para iluminarnos la vista a la luz del Sol, o de la discoteca hortera de madrugada. Caminar por esta Salamanca, primera patria del tio-Paco, a día de hoy es vivir en completo momento de reconocimiento, con los dispositivos encendidos, y luchando por no sacar... la lengua de la boca. Sonar, radar, misiles de acercamiento, todo el arsenal a disposición de la libido y el vicio.
En definitiva, como no me queda más placer que el seguir buscando miradas y oportunidades para dar rienda suelta a los sueños y la testosterona, he aquí mi más sentido homenaje a todas las mujeres por mostrarnos sus pecaminosos cuerpos, apenas cubiertos por gasas y líquenes, en ocasiones aderezados por sus sonrisas y otras por su atropellada ira. A todas gracias; os merecéis todo, empezando por respeto y amor. 1 besazo.
En sinfín de espacios, temporales y ambientales, las circunstancias atan nuestro camino. Cada paso que afrontamos secciona nuestros sentidos, hasta dejarlos hechos jirones... La dirección de todo lo que nos rodea, nos mueve; adelante, atrás, dando vueltas sobre un mismo punto... En otros aspectos de mi vida, la forma o aquello tan manido de la fortuna prende los resultados que puede hacerlos brillar en la noche más corta o bien incinerarse ante la pasividad de los que nos rodean. Pero si hay un aspecto, una "suerte" o intención en la que si que he visto los designios del momento es ese de encontrar acompañante para una noche, una tarde de domingo o porque no, una vida.
Ahora estamos en uno de esos "momentos". En forma que diría un deportista. Llevo algunas semanas en las que los ábacos de mi casa no dan a basto. A parte de territorios conquistados (tampoco nos engañemos, que no comemos todos los días), sí que existen preciosas espadas que se atreven conmigo; y yo con un punto de valentía/locura intento agarrarlas a oscuras por el mango, a sabiendas de que tarde o temprano, alguna estrujaré con mis manos por el filo. Entonces la sangre resbalará brazo abajo, y volveremos a momentos de duda y temblor; aquellos en los que me embriague de hechizos no buscados que contaminaron mi corazón, y que salvo una vez, siempre que salieron, lo hicieron reforzando mi desconfianza.
Pero en estos días, aunque estos tristes incautos no se lo crean, me doy cuenta de que la simpatía y el perfume (el del bote y el de mis botes) que destilo atraen más miradas que antaño, y lo que es más especial: Lo sé y me doy cuenta. Ya sea en un garito, en una cafetería, en el supermercado o al otro lado de la carretera, uno que ya casi peina canas, se da cuenta de todo lo que sucede alrededor, empezando con aquello que nos tiene en cuenta.
En ocasiones por más que juego con mis armas, los réditos que consigo sólo me llevan al desasosiego y la ruina. Otras veces, como en este momento y en esta suerte de atraer a una mujer a nuestros brazos sin caer en sus manos, prácticamente sin hacer nada consigo preciosos ejemplos que encumbran mi curriculum...
No es pedante decir mis virtudes. En el privilegio de embaucar un espejo no fui muy mal parado. Termino medio sería lo que me define; y como estar en la media, no significa ser normal, aquí radica mi excepcionalidad. Porque por dentro guardo las mejores esencias: Corazón puro, valiente y honrado; inteligencia, perseverancia y ese humor, mi "arma de destrucción masiva" que ataca a las incautas, que despliega sus sonrisas y me cuelan en sus sueños.
Se necesita solo de un minuto para que te fijes en alguien, una hora para que te guste, un día para quererlo, pero se necesita de toda una vida para que lo puedas olvidar.Al final, todo esto puede llevar o bien a la perpetúa e irremediable soledad; o a tener que elegir, donde parafraseando al grande Eduardo Mendoza en su obra Sin Noticias de Gurb:
“…Elegir una entre tantas no resulta fácil, porque ello implica renunciar a las demás… dedico la tarde a estudiar el tema. A efectos metodológicos, decido agrupar las dificultades en 3 grupos:
a)dificultades biológicas
b)dificultades psicológicas
c)dificultades prácticas
Todas se me antojan insalvables.”
Y como alguien dijo en el pasado: "Inteligencia es lo que el hombre busca en una mujer cuando se ha cerciorado de que tiene todo lo demás", en esas lides andamos...
La actitud machista llega allí donde hay mercado y necesidad. Algunos llegan a llamarlo "libre mercado", "intercambio mutuo" o "acuerdo entre partes". En cualquier caso, esta nueva moda inmobiliaria trata el cuerpo de la mujer como un bien de consumo, como un crédito de mercado, además de especular con el derecho a una vivienda digna. El artículo 47 de la Constitución Española dice que "toda persona tiene derecho a una vivienda digna", mientras que el 15.1 dicta que "todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que en ningún caso, puedan ser sometidos a (…) tratos inhumanos o degradantes." Ambos artículos quedan manifiestamente violados con este tipo de anuncios.
"Alquilo habitación en Quintana a cambio de sexo. Es un piso de 3 habitaciones, con cocina, baño, despensa y cuarto de estar, tambien hay conexion a internet y tv. Solo chicas.", es sólo un ejemplo de anuncio publicado en internet y de libre acceso de cualquier internauta.
De nuevo es la mujer quien paga los problemas derivados del precio de la vivienda. Si en otras ocasiones hemos hablado del alto coste de la vivienda, de la imposibilidad de buena parte de la población para adquirir un lugar en el que vivir, ahora tenemos que sumar a esta realidad la imposición de un mercado de alquiler degradante e insultante para la mujer y para todo ciudadano con un mínimo de sentido ético.
La cosificación de la mujer es tradición en otros ámbitos. La explotación sexual de inmigrantes es el ejemplo más claro de cómo, en alianza con la miseria, se puede usar a la mujer como objeto. Incluso hemos conocido clínicas donde llevar pantalón era motivo de despido. Ahora, aprovechando los residuos de la especulación inmobiliaria -que afecta directamente al mercado del alquiler-, nos encontramos con que el machismo ha encontrado una nueva forma de agresión sexual: "o follamos, o a la puta calle".
Las autoridades competentes -y también las agencias de anuncios clasificados- tienen la obligación de proteger a la mujer de esta forma de violencia sexual, de acuerdo con el Artículo 15.1 de la Constitución acerca de los derechos y libertades. Es impensable que, en una democracia moderna, el acceso a una vivienda digna -que garantiza la Constitución- esté en función de la aceptación de una serie de prácticas sexuales abusivas sobre la desprotegida mujer que sin recursos, sin techo y, probablemente, sin trabajo, ve degradada su integridad moral desde el momento en que lee el vomitivo anuncio del proxeneta disfrazado de casero.
La Igualdad es un asunto de Estado para todo país democrático por ser el pilar fundamental de esta forma de gobierno. Y, en España, sigue brillando por su ausencia. ¿Quién dice ahora que la Igualdad no necesita un ministerio?
No resulta fácil explicarlo, recordarlo en los medios de comunicación, llevarlo a las aulas para que los jóvenes lo aprendan. Pero España fue durante cinco años una República parlamentaria y constitucional. “Una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de libertad y justicia”, proclamaba el artículo primero de su Constitución, aprobada el 9 de diciembre de 1931, tan solo siete meses después de que cayera la Monarquía de Alfonso XIII.
Esa Constitución, que decía que la República era “un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y de las Regiones”, declaraba también la no confesionalidad del Estado, eliminaba la financiación estatal del clero e introducía el matrimonio civil y el divorcio. Su artículo 36, tras acalorados debates, otorgó el voto a las mujeres, algo que sólo estaban haciendo en esos años los parlamentos democráticos de las naciones más avanzadas.
Constitución, elecciones libres, sufragio universal masculino y femenino, gobiernos responsables ante los parlamentos. En eso consistía la democracia entonces. No era fácil conseguirla y menos consolidarla, porque todas las repúblicas europeas que nacieron en aquellos turbulentos años que siguieron a la Primera Guerra Mundial, desde Alemania a Grecia, pasando por Portugal, España o Austria, acabaron acosadas por fuerzas reaccionarias y derribadas por regímenes fascistas o autoritarios.
Nunca en la historia de España se había asistido a un período tan intenso y acelerado de cambio y conflicto, de avances democráticos y conquistas sociales. En los dos primeros años de la República se acometió la organización del ejército, la separación de la Iglesia y del Estado y se tomaron medidas radicales y profundas sobre la distribución de la propiedad de la tierra, los salarios de las clases trabajadoras, la protección laboral y la educación pública.
Pero esa legislación republicana situó en primer plano algunas de las tensiones germinadas durante las dos décadas anteriores con la industrialización, el crecimiento urbano y los conflictos de clase. Se abrió así un abismo entre varios mundos culturales antagónicos, entre católicos practicantes y anticlericales convencidos, amos y trabajadores, Iglesia y Estado, orden y revolución.
Como consecuencia de esos antagonismos, la República encontró enormes dificultades para consolidarse y tuvo que enfrentarse a fuertes desafíos desde arriba y desde abajo. Los primeros desafíos fuertes, y los que más se vieron porque solían acabar en enfrentamientos con las fuerzas de orden público, llegaron desde abajo, desde la protestas sociales, y después insurrecciones, de anarquistas y socialistas. El golpe de muerte, el que la derribó por las armas, nació, sin embargo, desde arriba y desde dentro, desde el mismo seno de sus fuerzas armadas y desde los poderosos grupos de orden que nunca toleraron lo mucho que la República tenía de democracia social y de soberanía parlamentaria.
España comenzó los años treinta con una República y acabó la década sumida en una dictadura derechista y autoritaria. El discurso del orden, de la patria y de la religión, se impuso al de la democracia, la República y la revolución. La larga dictadura de Franco, que mató, encarceló, torturó y humilló hasta el final, durante cuatro décadas, a los vencidos, resistentes y disidentes, culpó a la República y a sus principales protagonistas de haber causado la guerra, manchó su memoria y con ese recuerdo negativo crecieron millones de españoles en las escuelas nacionales y católicas. Nada hizo la transición a la democracia por recuperar su lado más positivo, el de sus leyes, reformas, sueños y esperanzas, metiendo en un mismo saco a la República, la guerra y la dictadura, un pasado trágico que convenía olvidar.
La distancia entre la democracia actual y la que podía promover la República hace más de setenta años es abismal. El respeto a la ley y a los resultados electorales, la defensa de la libertad de expresión y asociación y de los derechos civiles, forman parte hoy de nuestra cultura cívica. Las dos burocracias que tanto pesaban en la historia de España, la armada y la eclesiástica, el ejército y la Iglesia católica, que asesinaron a la República y dominaron durante la dictadura, están hoy subordinadas al Estado y al poder civil que emerge de los ciudadanos, aunque la Iglesia se resista a abandonar algunos de los enormes privilegios que la victoria en la guerra y los servicios prestados a Franco le concedieron. El analfabetismo, los latifundios, los fascismos y los sueños revolucionarios desaparecieron, sustituidos por la defensa de una sociedad civil democrática y por la cultura de la paz. El capitalismo ha vencido y el consumo, el coche y la casa en propiedad han obrado el milagro de que hasta los más pobres parezcan ricos. No es una República, pero esta democracia ha sido un logro de muchos y conviene cuidarla y mejorarla.
En los últimos años ha salido a la luz la memoria de los vencidos en la guerra, de las víctimas del franquismo. Pero nadie desde los poderes de la democracia actual se atreve a defender a la República. Casi nadie recuerda a sus grandes dirigentes, muertos la mayoría de ellos en el exilio, a quienes presidieron sus instituciones, hicieron sus leyes y dieron el voto a todos los ciudadanos. Y sin embargo, todavía están con nosotros los nombres de las calles, monumentos, símbolos y ritos del franquismo. Es el momento de cambiar eso, de devolver la dignidad a quienes defendieron la democracia y la libertad con la palabra y la ley. Hasta que un golpe de Estado les obligó a hacerlo por las armas.
Pero tal día como hoy que es lo que tenemos de República. Recuerdos enterrados en cunetas, cuentos de una tarde o viejas palabras pronunciadas por viejos labios que se marchitan con el tiempo. Lo cierto es que por ejemplo, laicismo hay poco (ayer todos los cargos públicos prometieron su cargo delante de una cruz, algo así como el ni contigo pero sin ti). El sistema bicameral sigue siendo un cáncer para las profundas reformas que se necesitan en este país, grande, diverso y multi-territorial. Y persisten actitudes retrógradas, machistas e impresentables, que producen escarnio y sonrojo pero no provocan una catarata de acciones para sacar a estos vociferantes de sus medios.
Seguimos pidiendo República, de manera revolucionaria, grotesca y en ocasiones cómica, pero no por ello, deja de ser cierto, el hecho de que es necesaria y el futuro de esta sociedad, porque aquellos valores de los años 30 del pasado siglo, son a día de hoy, más progresistas, igualitarios y sociales que los que tenemos en los albores del siglo XXI. Es la oportunidad de volver a tener lo que hace 80 años nos robaron con armas y violencia. Libertad, igualdad, paz y solidaridad.
LA II REPÚBLICA: CINCO AÑOS QUE TRANSFORMARON ESPAÑA
14 de abril de 1931: cuando el rey perdió su trono. En los planes de Alfonso XIII no casaba la idea de que unos comicios municipales, los del 12 de abril, pudieran echarle del poder. Así fue. Las listas republicanas vencieron en 41 de las 50 capitales de provincia. El pueblo lo leyó como un plebiscito sobre la Monarquía. El rey cayó. Y se marchó.
28 de junio de 1931: las primeras elecciones. La primavera de 1931 se presentó agitada. Bajo el Gobierno provisional de Niceto Alcalá-Zamora se impulsaron las primeras reformas: la reestructuración del Ejército, los cambios en el campo y en la escuela, el discurso secularizador. Pronto estallaron los conflictos con una Iglesia ultra. Prendió de nuevo la violencia anticlerical, que ya emergió en mayo. El Ejecutivo preparaba mientras las primeras elecciones. Las constituyentes del 28 de junio, ganadas por republicanos y socialistas.
9 de diciembre de 1931: España tiene Constitución. El otoño se llenó con la redacción de la Carta Magna republicana. La derecha desertó y se abstuvo en la votación, el 9 de diciembre. Al día siguiente, las Cortes eligieron a Alcalá-Zamora presidente de la República.
10 de agosto de 1932: primer golpe, la ‘Sanjurjada’. Con Manuel Azaña como presidente del Gobierno tuvo lugar la primera algarada militar: la rebelión, en Sevilla, del general José Sanjurjo. Fracasó. El miedo a la involución aceleró la aprobación, en septiembre, de la reforma del sector agrario y del Estatuto de Catalunya.
Enero de 1933: disturbios en Casas Viejas. La inquietud por el lento implante de las reformas en el campo derivó en los sucesos trágicos de Casas Viejas (Cádiz), promovidos por los anarquistas y reprimidos con dureza por el Gobierno. La factura le costó el puesto a Azaña.
19 de noviembre de 1933: comienzo del ‘bienio negro’. La inestabilidad condujo a la convocatoria de nuevas elecciones en noviembre de 1933, las primeras en las que votaron las mujeres. Triunfan los radicales de Lerroux y la derecha de la CEDA de Gil-Robles. Comienza el bienio negro, el desmontaje de las reformas promovidas desde 1931.
Octubre de 1934: revuelta en Asturias. Hasta octubre de 1934 no se integrarán miembros de la CEDA en el Gabinete. Eso soliviantó a la clase obrera, que se sintió atacada y reaccionó violentamente. La huelga revolucionaria caló en Asturias y en Catalunya, donde Companys proclamó el Estado catalán. Su autonomía fue suspendida y los líderes políticos, detenidos. Hubo más de 1.300 muertos.
16 de febrero de 1936: la victoria del Frente Popular. Desde mayo de 1934 hasta las elecciones de 1936 se sucedieron ocho gobiernos. La derecha fue derrotada en esos comicios por la conjunción de republicanos e izquierdas integrados en el Frente Popular.
17 y 18 de julio de 1936: el golpe que mata la República. Es la sedición de parte del Ejército, liderada por Sanjurjo, Mola y Franco, la que desencadena la Guerra Civil. Con ella sucumbe un quinquenio de florecimiento de las libertades. De apuesta firme por el Estado laico, la educación, la cultura. Por la modernización de un país atrasado.
Que la justicia en el capitalismo es una mera retórica que disfraza los defectos y vicios de los poderosos eso estaba claro. Contra más poder tienes, menos tienes que perder, más fácil te es defenderte (muy caro, por cierto, en este sistema donde los abogados son carnívoros de la desgracia) y más exclusivo te sientes, por poder burlar a la dama ciega y a la miope opinión pública.
Los últimos acontecimientos sufridos en este país hace que la desconfianza en el sistema judicial se borre del subconsciente ciudadano. Mientras medio funcionarado judicial de este país se enfrasca en una huelga legítima pero fatalmente vendida (¡¡qué daño hubiera hecho esta huelga durante la legislatura ya montada, y no en estos momentos de amnesia colectiva post-electoral y pre-investidura!!), las noticias con actuaciones más que desafortunadas de la judicatura han asaltado los desayunos, comidas y cenas de todos los españoles.
Pero vayamos por partes. Primero fue la huelga, que ha tenido parado el funcionamiento de la Justicia en aquellas comunidades en las que no están transferidas las competencias. Por ejemplo, como siempre Castilla y León. Y lo que los huelguistas y sindicatos, legítimo y de "justicia" social. Porque en la España de las múltiples nacionalidades, resulta que funcionarios con mismas responsabilidades, categorías y curriculum cobraban entre 180 y 220 euros más dependiendo de la región en la que desarrollarán su actividad. Así es que tras muchas reuniones, boicots, protestas, 8000 acciones judiciales paradas, un ministro en entredicho y jugándose la cartera y expedientes apilándose por donde se puede se llego al acuerdo, satisfactorio para ambas partes, menos para el ciudadano, a quien nos asalta la duda, de que si la Justicia ya esta tremendamente parada, ¿cómo se asumirán todos estos trámites, y autos que se han aparcado junto al retrete?
Pero lo peor de todo son las noticias que últimamente han ido sangrando la actualidad siempre motivadas por negligencias, falta de rigor, dejadez e irresponsabilidad de las autoridades y el sistema judicial, que aunque se conocen de sobra, sólo en ocasiones son vociferadas. Casos como el del joven condenado a pagar en la cárcel por enarbolar una bandera republicana y que a dejado una de las declaraciones más acertadas de los últimos tiempos. O el sabido hoy, que a tenido durante un año a un hombre encarcelado por la continua negligencia y parsimonia de una jueza, aunque quien sabe si no hubiera seguido delinquiendo si hubiera estado en la calle. Violadores y asesinos que salen a la calle pasados menos años en la cárcel que los que sus víctimas tienen para recuperarse. Multitud de alcaldes, concejales y constructores también pueblan nuestras cárceles por gestiones horrendas que acaban con nuestro entorno por el beneficio económico de unos pocos. Se mezclan con multitud de inmigrantes, yonkis, ladrones de barras de pan, locos del asfalto, machistas y algún que otro etarra. Por no decir, los casos de aquellos "famosos" retratados en la Galeria de Vips del Jueves, que gracias a su acaudalada honradez consiguen que abogados de prestigio, renombre y retribuciones de 4 ceros les libren de dar con sus huesos en el talego, pese a ver atropellado mortalmente a un hombre y darse la fuga o ser un especulador y corrupto alcalde.
Y por último el de la niña Mari Luz, asesinada y vejada por un pederasta conocido en los juzgados de Sevilla y Huelva pero que sin embargo, nunca cumplió condena, gracias a la "generosidad" de la actuación de jueces y fiscales que no deberían volver a ejercer... Lo único ejemplar, la figura del padre de la niña muerta, a quien ofrezco mi pésame, pero también mi reconocimiento y halago por convertirse en una voz de la justicia y cordura en plena injusticia y locura vivida. Son hombres y mujeres como él los verdaderos jueces de la sociedad, porque mantienen la lucidez y la razón como fuentes de sosiego y acción.
Indudablemente la Justicia debería ser un tema fundamental en la nueva legislatura política. Necesita medios. Humanos, técnicos y de infraestructura. ¿Para ponerse al día que le harían falta? Dos, tres años sin añadir causas. La multitud de enjuiciamientos que hay, muchas veces por absurdos "non-sense" o por recursos, apelaciones y trámites que engordan la cartera de unos, a cambio de la poca paciencia que le quedan a los que la sufren, embarran la vida diaria de los juzgados que en ningún caso pueden desenvolverse con soltura. Importante también es sacar de los juzgados a aquellos "profesionales" cargados de pre-juicios y que atentan contra lo que todos los españoles eligen democráticamente, ya sea la Constitución o las nuevas leyes de carácter social para todos, y que son antepuestas por los valores de la Iglesia retrógrada. Esto sería lo prioritario, pero por desgracia, también es urgente una revisión del código penal, siguiendo las directrices marcadas para la seguridad vial. Penas más largas y pérdidas de algunos "privilegios" que algunos tienen en las cárceles en aras de aumentar las posibilidades de reinsercción. Y no menos urgente, es finalizar el desbloqueo de las altas esferas de la Justicia (Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional y Consejo General del Poder Judicial), que se mueven entre las mayorías y minorías, los liberales y los conservadores... la lucha bipartidista ante la cegada mirada de la dama de la balanza y la espada, en aras de unos pocos votos, la defensa del pasado y competencias o papeles que en nada favorecen la vida y obra de la gente de la calle.
¿Cuánto puede costar sanear la justicia? ¿Cuántas plazas por función pública harían falta? ¿El ciudadano español esta concienciado y preocupado por ello? ¡¡Qué bien me vienen esos 400 euros y no los voy a regalar... pero qué buenos serían los míos y los de toda la población para la educación, la sanidad y la justicia pública y para todos!!.