Mostrando entradas con la etiqueta yihadismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta yihadismo. Mostrar todas las entradas

viernes, 18 de agosto de 2017

Condena a la barbarie





Las Ramblas, esta mañana del 18 de agosto, el día después del atentado. Foto: @OlmoCalvo #NoTenemosMiedo
Una breves líneas cargadas de dolor, indignación y rabia. Una condena, una repulsa de un nuevo atentado terrorista. Otra masacre indiscriminada, injusta y atroz. Esta especialmente cercana, en Barcelona.
Mi solidaridad, apoyo y ánimo a todas las víctimas, sus familias y amigos... A toda la ciudadanía de Barcelona, la sociedad catalana, española y europea en su conjunto y a todas las personas bien intencionadas, que con independencia de su origen, creencias e ideologías, rechazan la violencia y lloran, lloramos, con consternación y dolor por lo sucedido.
Conviene usar estas letras para recordar a las víctimas también del resto de atrocidades terroristas perpetradas por Daesh que en el último mes están sucediendo por todo el mundo (Afganistán, Camerún, Egipto, Filipinas, India, Irak, Kenya, Nigeria, Pakistán, Siria, Somalia, Yemen, etc.) y que por razones que no voy a relatar aquí ahora, pero que en otras ocasiones ya lo he hecho, no llegan a nuestros oídos y no parecen merecer los minutos de silencio, las condolencias y condenas.
Por último, un llamamiento y lamento, y no es el primero que hago, para que seamos más humanos, más sensibles y ante situaciones como estas, o ya cualquier otra, no saquemos el móvil para grabar y "compartir" imágenes que hieren la intimidad de las víctimas, su seguridad y suponen además un atentado, otro, al sentido común.
Si estas ante un atentado, un atropello, alguien está a punto de morir, herido o con un ataque de ansiedad, y pasas a su lado, te quedas junto a esa persona, dándole apoyo, protegiéndola, pides ayuda, aportas esa ayuda en la medida de tus posibilidades y conocimientos, con responsabilidad y humanidad. No le grabas. No lo pones en las redes. Porque haciendo eso demuestras tu inhumanidad, tu egoísmo y tu imbecilidad congénita y la adquirida con el mal uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías.
Debemos y nos mostraremos unidos ante la barbarie y la cerrazón de cualquier tipo y cualquier sentido. Dejemos trabajar a las fuerzas de seguridad e inteligencia. Frente al terrorismo y el fascismo, sólo vale una defensa de la legalidad, la democracia, la libertad, la paz y la valentía.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Coincidencias ante la barbarie

Tenía planes para estas horas estar ya en Bruselas. Haber cogido mi vuelo, junto a mis padres, para poder visitar a mi hermano. Reencontrarnos en Bélgica y poder disfrutar de sus ciudades, su gente, su ambiente, su gastronomía, su chocolate y su cerveza. Esas eran las pretendidas voluntades para estos días. Y todo ha quedado aparcado. Desmoronado. Abatido. Preocupado e indignado. Ayer 30 horas antes de que nuestro avión saliera de Madrid-Barajas, una célula terrorista yihadista atacaba el aeropuerto bruselense de Zaventem, y una hora después estallaba una bomba en el interior de un vagón en las proximidades de la estación de metro más próxima a la instalaciones y símbolos políticos europeos.
Las ametralladoras y las bombas suicidas volvían a resonar en Europa, trayéndonos una dosis pequeña, pero doliente y demoledora, del día a día de Siria. O de Yemen. O de Afganistán o Irak. Tenemos que volver a lamentar, condenar, un ataque indiscriminado y terrorífico sobre la población civil, la inocente clase trabajadora. Y algunos estas condenas y repulsas, nuestro dolor fruto de la empatía como ser humano y de la rabia contra el fascismo, tenemos que hacerlas con cuidado, evitando caer en los mismos mensajes de los “islamofóbicos”, de “nuestros” fascistas neo-nazis y de los mediocres que aprovechan cualquier excusa para hacer demagogia y electoralismo del más bajo nivel, mezclando churras con merinas. Es preciso recordar, en este momento, que los refugiados a los que la Unión Europea del Capital está dando la espalda y poniendo alambradas y mil impedimentos, son también víctimas que huyen de la barbarie terrorista y de guerras por intereses creados de las potencias occidentales. Somos todos víctimas del terrorismo, pero dejamos a los refugiados estigmatizados por su color de piel, por su procedencia, pero sobretodo por sus propiedades y su cuenta bancaria.
Bruselas vivió ayer la misma barbarie que otras ciudades europeas como Madrid, Londres, París o Moscú ya han vivido. Tuvo una premiere del dolor cotidiano de Oriente Medio. Un terrorismo que allí y aquí está financiado por Arabia Saudí, armado por la industria armamentística occidental y que aprovecha la dependencia económica mundial del petróleo, sobretodo de los emiratos del Golfo Pérsico y la península Arábiga, cuyo coste es más barato a razón de hacer negocios con una suerte de dictaduras y sátrapas medievales que tienen a bien pasarse los derechos humanos por el forro. Y de remate la Unión Europea para no desentonar hace lo mismo con los refugiados y el lamentable acuerdo con Turquía.
El ataque terrorista ya ha sido reivindicado por el Daesh. Ya hemos tenido las concentraciones de rechazo y condena ante las instituciones de cuando los atentados son en territorio “amigo”. Ya están los xenófobos y oportunistas haciendo su agosto sin importarles las víctimas o la verdad. Y algunos imbéciles, como el Primer ministro francés, Manuel Valls, no dudan en afirmar que “estamos en guerra” dando a terroristas el status de combatientes, con todo lo que eso significa, en un momento en el que la justicia en Europa persigue a quienes acuden a combatir el islamismo radical y el fascismo del Daesh en Siria y Turquía junto a los kurdos, como también en Ucrania. Ya hemos tenido una primera dosis de golpes en pecho y bombardeos como respuesta de Occidente a cada ataque. Y por último, sufrimos por si no fuera poco ya, la inoperancia de unos medios de comunicación que buscan el impacto lacrimógeno antes que la información, y que no dudan en ocultar los errores y la realidad, si eso afea o demuestra la responsabilidad de sus amos.
Y aquí llevo varías líneas y más de un día reflexionando por lo eventual de la existencia. La supremacía de la coincidencia por encima de certezas, planes y pronósticos. Luchando por convencerme de que los terroristas no mediatizan mi vida, cuando si lo han hecho. Comprendiendo la injusticia constante en la que vivimos; Asimilando que por azares no me he visto mucho más afectado que las víctimas y sus familiares y amigos. No puedo dejar de sentirme afortunado y a la vez dolorido, triste y enrabietado. No puedo soportar la idea de perder a mis seres queridos de manera tan dramática, injusta y arbitraria.
Toda mi solidaridad, apoyo y dolor con las víctimas del terrorismo fascista, de naturaleza islamista, que murieron ayer en Bruseals. Y también con sus familias y toda la sociedad belga y europea.

Toda mi solidaridad, apoyo y dolor con todas las víctimas, sus familias y quien están huyendo de esa misma barbarie desde Siria, Irak, el Magreb, Nigeria...

Y a quienes sufren el mismo terror aunque venga impuesto por aliados en Palestina y el Sahara Occidental.

________________________________________________________________________

domingo, 15 de noviembre de 2015

Libertad y terror; Igualdad y tristeza; Fraternidad y dolor



Está mañana una treintena de vecinos de Santa Marta de Tormes nos reuníamos bajo las banderas a media asta en la plaza del Ayuntamiento, para honrar con un minuto de silencio y unos aplausos a las víctimas. A todas las víctimas del terrorismo y la barbarie.

Pero la convocatoria era muestra de repulsa y solidaridad con las víctimas del brutal ataque terrorista de la noche del pasado viernes 13 de noviembre en París.

Desde estas líneas expresó el dolor y las tristeza y mi más absoluto rechazo y condena a este acto terrorista y a todos los terrorismos. A esta aberración, a éste sin-sentido rastrero, irracional y absurdo que ha segado la vida de más de 130 personas (de momento), marcado la vida para siempre de decenas de miles y tocada la mentalidad y voluntad de París, Francia y Europa, perpetrada por el Daesh manchando el nombre del Islam.

Sintiendo tan cercanas las víctimas de antes de ayer, como las del atentado del 11-M de 2004 en Madrid, no puedo y no quiero olvidarme de quienes llevan sufriendo y sufren cada día las acciones de los bárbaros, terroristas que ahora traen a Europa parte del dolor que causan y que en buena medida también viene por las políticas que Occidente ha llevado a cabo en Oriente Próximo y Oriente Medio durante los últimos 40 años.

Esas políticas de rearme de grupos de presión, persuasión y oposición a los gobiernos (algunos de ellos dictatoriales) en los territorios en torno a la Península Arábiga. Vergonzosas fotografías en las Azores que con mentiras nos llevaron a una guerra para lucro de las corporaciones y multinacionales, que por petróleo y armas han convertido en Estados fallidos una serie de países que tenían relativa estabilidad social en la zona, progreso e incluso mantenían a raya a los intolerantes frente a los tolerantes (leáse el caso de Afganistán). Masacramos a los Kurdos que luchan por acabar con los fascistas, como Europa hizo en los años 40 del pasado siglo y sin embargo nos mostramos aliados con monarquías absolutistas como la saudí que se ha demostrado como ha financiado a grupos terroristas, propiciado revueltas en los países de su entorno y llevado un modelo de sociedad fascista que bajo el paraguas de la religión impone la supresión de los Derechos Humanos.

Toda esa situación nos ha traído el movimiento migratorio de los refugiados sirios e iraquíes que huyen de una guerra in civil que ha convertido en tierra quemada y estados fallidos dos países que hasta hace bien poco, eso sí, bajo dictaduras mantenían controlado el islamismo radical. Pero ahora armados por Occidente, financiados por Arabia Saudí tratan de imponer su retrogrado y fascista modelo de vida con la guerra allí cada día, y de vez en cuando con el terrorismo aquí en Occidente.

Y ahora nos planteamos qué hacer, cómo combatir. Y en caliente se producen aun más dolientes declaraciones de energúmenos que bajo apellidos como periodistas o políticos no tienen reparos en echar más gasolina al fuego, imponer al fascismo con más fascismo. Y no les preocupa porque en este modelo de guerra, con el capitalismo lucrándose y retroalimentando el dolor es el pueblo, es la clase trabajadora, la que pone las víctimas, mientras ya sea traficando con armas, petróleo, drogas o cadenas de favores una oligarquía aumenta sus beneficios. Son sus guerras, pero son nuestras víctimas. Y es que los atentados de París, como los de Beirut el viernes por la mañana, o los muertos de hoy en Nigeria, son una locura atroz y horrible en respuesta a una guerra que poco tiene que ver con el pueblo francés, el libanés o el nigeriano.

Se plantean escenarios donde se eliminen las libertades y las garantías procesales. Pero en cambio todavía no he oído hablar a nadie de quienes toman las decisiones de combatir a quienes financian tanta atrocidad. A quienes venden las armas. Porque sin dinero y sin armas no se puede atentar. Sin embargo es mejor caer en la tentación de restringir la libertad y los derechos de asociación, expresión, a la información o manifestación, porque los fascismos, sean donde sean y vengan de donde vengan, son todos iguales y buscan eliminar los Derechos Humanos e imponer un modo de vida que es justo y maravilloso para unos pocos y cruel y horrible para los demás.

Por todo ello nos debería preocupar, en cambio, el poco vigor con el que condenamos las víctimas del mismo tipo de terrorismo en otros países geográficamente también muy próximos como Líbano, Irak o Siria... Se diría que hay víctimas de primera y de segunda categoría y esto es moralmente indefendible.

Y también nos debería preocupar el conseguir dosificar adecuadamente las emociones y la razón, conjugándolo con un periodismo que cumpla su función primordial: Informar con honestidad y veracidad. Y es que cuando el terrorismo no es un fenómenos aislado y puntual es que hay causas objetivas de carácter político que favorecen su desarrollo. Hay poderes políticos, económicos y mediáticos  el debate sobre estas causas les incomoda porque son ellos los que han contribuido poderosamente a incrementarlas. Por eso intentan hurtarnos este debate aventando únicamente el miedo y la emoción. Mala fórmula.

En los últimos 15 años, desde el ataque a las Torres Gemelas y la respuesta absurda comandada por el infame Trío (Cuarteto) de las Azores, los países de la OTAN  han (hemos) incrementado notablemente nuestra vieja costumbre de "poner orden" en Oriente Medio por via militar y hemos contribuido muy activamente a la explosión política de tres estados vecinos (Afganistán, Irak y Libia), hemos apoyado sin  fisuras al estado israelí y a la represión inhumana contra el pueblo palestino, hemos alentado una guerra civil en Siria que ya dura 5 años y que está provocando una inmensa tragedia humanitaria... y el resultado de estas políticas no puede ser más nefasto: estamos mucho peor que antes de empezar.

Toda mi solidaridad, apoyo y dolor con las víctimas del terrorismo fascista, de naturaleza islamista, que murieron en París el viernes. Y también con sus familias y toda la sociedad francesa.

Toda mi solidaridad, apoyo y dolor con todas las víctimas, sus familias y quien están huyendo de esa misma barbarie desde Siria, Irak, el Magreb, Nigeria...

Y a quienes sufren el mismo terror aunque venga impuesto por aliados en Palestina y el Sahara Occidental.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Hace 5 años


Murieron 196 personas y más de 2000 resultaron heridas de diversa consideración. El corazón se heló en un segundo y dormitó sin pulsaciones ni sangre cada vez que esta fecha se marcaba y se marcará en el calendario. Las lágrimas alimentaron el odio, la sinrazón, el racismo. El integrismo y la cobardía de una doctrina ocasionaron el dolor de una nación. Las cicatrices en el pueblo nunca se van a cerrar; sangran cada día, cada noche; los familiares y víctimas cuando se miran en el espejo, cuando oyen pasar el tren... los demás cuando pensamos en el dolor y la muerte, en el odio más visceral y el sinsentido de la violencia. Lloré aquella mañana, los días siguientes,... lloro hoy porque mi mente no puede abstraerse del escalofrío que recorrió mi espalda esta mañana al ver el día que amanecía.

Hace 5 años estaba haciendo un examén de Redes. Las primeras noticias de que algo gordo estaba pasando no fueron más que rumores, aunque el corazón latía aprisa, por la cercanía de las elecciones generales. El separatismo vasco parecía que había encendido la mecha, pero no era así. 2 horas después vi con estupor, una indignación y pavor que hoy aún me revuelven, la masacre, el dolor infundado y sin fundamento; la rabia, el terror; personas, trabajadores ensangrentados, llorando. Buscando familiares. Madres, padres, hermanos y hermanos, hijos e hijas, amigos, conocidos, compañeros. El vacío es eterno. El sonido de las llamadas de móviles en la montaña de mochilas me sobrecogió. El rostro ajado de un fallecido en la foto de portada de un especial de tirada nacional a media tarde del día 11 es imborrable.

5 años después, España es el único país del mundo que ha sufrido un macro-atentado yihadista y le ha dado respuesta judicial, sin saltarse la constitución y las leyes establecidas. No ha habido una legislación especial castigadora. Si la ha habido en materia de prevención. Se han aportado los medios personales y logísticos en busca de no volverse a repetir tan siniestro día. Las redadas se han ido produciendo, mientras fueron deslizándose la Comisión de investigación, las teorías pseudo novelísticas conspiratorias, y el juicio y las condenas firmes y "justas". Se desmontaron los sueños onanísticos de los vocíferos de la derecha y en principio se cerró un capítulo muy oscuro de la historia de la España democrática.

Pero hoy, 5 años después, llegó la confirmación. Breves reseñas en los medios televisivos. Más información en prensa escrita y webs, pero muy colapsada por las balas que han silbado el día. Los políticos enfrascados en su habitual batalla del miedo hasta se olvidan, o lo que es peor aprovechan la ausencia de unos, para seguir haciendo demagogia. Las víctimas lloran a sus muertos tras el umbral de sus casas, pero siguen reclamando las compensaciones económicas y morales, la justicia hacia los responsables políticos del momento y los actuales que no han sido capaces de cumplir sin promesas y pregorrativas.

Pero nosotros no olvidamos. Somos iguales, las mismas vícitmas. Trabajadores, luchadores por sobrevivir, por ver un nuevo mes, una nueva nómina. Gente de transporte público, de madrugar. De ser noctámbulos en vida por ahorrar unos dineros. Nuestra solidaridad no tiene fecha de caducidad y estará siempre garantizada. La sangre vertida pertenece al pueblo, como también las lágrimas, la cera de las velas encendidas y nuestras gargantas ensorceden el ambiente igual que el silencio de nuestras condolencias...

Nunca olvidaré.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...