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viernes, 18 de agosto de 2017

Condena a la barbarie





Las Ramblas, esta mañana del 18 de agosto, el día después del atentado. Foto: @OlmoCalvo #NoTenemosMiedo
Una breves líneas cargadas de dolor, indignación y rabia. Una condena, una repulsa de un nuevo atentado terrorista. Otra masacre indiscriminada, injusta y atroz. Esta especialmente cercana, en Barcelona.
Mi solidaridad, apoyo y ánimo a todas las víctimas, sus familias y amigos... A toda la ciudadanía de Barcelona, la sociedad catalana, española y europea en su conjunto y a todas las personas bien intencionadas, que con independencia de su origen, creencias e ideologías, rechazan la violencia y lloran, lloramos, con consternación y dolor por lo sucedido.
Conviene usar estas letras para recordar a las víctimas también del resto de atrocidades terroristas perpetradas por Daesh que en el último mes están sucediendo por todo el mundo (Afganistán, Camerún, Egipto, Filipinas, India, Irak, Kenya, Nigeria, Pakistán, Siria, Somalia, Yemen, etc.) y que por razones que no voy a relatar aquí ahora, pero que en otras ocasiones ya lo he hecho, no llegan a nuestros oídos y no parecen merecer los minutos de silencio, las condolencias y condenas.
Por último, un llamamiento y lamento, y no es el primero que hago, para que seamos más humanos, más sensibles y ante situaciones como estas, o ya cualquier otra, no saquemos el móvil para grabar y "compartir" imágenes que hieren la intimidad de las víctimas, su seguridad y suponen además un atentado, otro, al sentido común.
Si estas ante un atentado, un atropello, alguien está a punto de morir, herido o con un ataque de ansiedad, y pasas a su lado, te quedas junto a esa persona, dándole apoyo, protegiéndola, pides ayuda, aportas esa ayuda en la medida de tus posibilidades y conocimientos, con responsabilidad y humanidad. No le grabas. No lo pones en las redes. Porque haciendo eso demuestras tu inhumanidad, tu egoísmo y tu imbecilidad congénita y la adquirida con el mal uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías.
Debemos y nos mostraremos unidos ante la barbarie y la cerrazón de cualquier tipo y cualquier sentido. Dejemos trabajar a las fuerzas de seguridad e inteligencia. Frente al terrorismo y el fascismo, sólo vale una defensa de la legalidad, la democracia, la libertad, la paz y la valentía.

jueves, 7 de enero de 2016

Muchas Ciudades en una sóla Ciudad

Barcelona y el Mediterráneo desde el Parque Güell

Si existe una ciudad en nuestro país (o como sea la relación que tenemos entre unos y otros) que es referencia turística internacional. Cuyos emblemas y postales son automáticamente reconocidos. Con el que la mente del extranjero asocia las palabras España y progreso o siglo XXI. Esa ciudad es Barcelona.
Y a Barcelona tuve a bien encaminarme en noviembre en lo que iba a ser una escapada perfecta de fin de semana, en la que conocer tan magnífica ciudad en la previa, con la excusa de disfrutar de buena música en directo y de la compañía de mi pareja.
Pero lamentablemente la barbarie terrorista trajo el daño colateral de la suspensión de la gira de Foo Fighters donde el concierto de Barcelona se encuadraba. Hago aquí un alto para decir que aunque respetable, ¿no deberíamos como sociedades occidentales, avanzadas y sobretodo experimentadas ya en la lucha contra los fascismos, no parar nuestras expresiones culturales, no frenar el ritmo de nuestro modo de vida, más allá del luto debido y la seguridad necesaria? Es una reflexión que dejo ahí, abierta a vuestra participación vía comentario.
Por fortuna Barcelona supo hacerse valer y dejarnos unos días fantásticos en los que poder olvidarse de todo. Y es que es fácil hacerlo al caminar y disfrutar de una urbe poliédrica que por cada zona y barrio que visites se descubre ante ti como un espacio auténtico y propio, inseparable del conjunto de la capital catalana, pero que saben trasladarte más allá de la guía de viaje y el destino del billete de ida.
Estos barrios y distritos por si solos merecen la visita a Barcelona, y la preparación del viaje sabiendo dejar tiempo y espacio para su disfrute y comprensión. Su vislumbre y reflexión te hace empezar a comprender la cultura catalana y propia barcelonesa, además de acabar con la certeza de ver como natural la distinción de Barcelona como punta de lanza del turismo español (destino más visitado) así como de polo turístico mundial.
Con Barcelona no es fácil la tarea de decidir por donde empezar. Pero una vez llegados por el AVE a la Estación de Sants y alojados en el Hotel Sant Angelo (Consell de Cent, 74, Eixample; muy buen hotel por situación, servicios y precio), todo fue uno para deslizarse por el Metro y visitar el corazón de la ciudad, La Plaza Catalunya, lugar de encuentro e inicio de los paseos turísticos de las grandes tour-operadoras. Allí tras degustar unas hamburguesas en la Hamburguesería Bacoa (prometo informarme y escribir en un futuro sobre este negocio) iniciamos camino por el Paseo de Gracià, una avenida que perfectamente se podía confundir con las avenidas de las grandes capitales europeas, construida para el caminante a quien se guarda respeto por encima de la congestión de tráfico que padece. También tiene su espacio entre las innumerables terrazas y puestos el ciclista, todo ello jalonado por una arboleda que no puede competir con la belleza del bulevar salpicado por edificios modernistas de tremenda belleza, entre los que destacan como no podía ser de otra manera, por su imaginativa funcionalidad tanto la Casa Batló y la Casa Mila de Gaudí, Casa Lleó i Morera de Montaner y la Casa Amatller de Cadafalch (esta adosada a la Casa Batló, y particularmente me pareció de gran belleza y originalidad).


Arriba, Casa Milà de Gaudí; Abajo Casa Amatller de -Cdafalch a la izquierda y al a derecha la Casa Batló de Gaudí
 
Pero está serie de paseos reconocibles y nombradísimos no pueden o no deberían cerrar la visita a otras zonas como el distrito de Ciutat Vella donde reside en buena medida el espíritu barcelonés. Quizás tuve la inmensa fortuna de compartir este viaje con una persona que conoce y ama Barcelona, y que por supuesto buena parte de ese amor y cariño viene por conocer los rincones, me atrevo a decir más auténticos de la ciudad y sus establecimientos y calles más singulares.
Y en esa singularidad sobrevive centro histórico de la ciudad, recogido en este distrito de Ciutat Vella. En él conviven los barrios El Raval y el Barrio Gótico, el Born y la Barceloneta todos ellos con personalidad propia. Puedes perderte por las intrincadas calles del gótico, que igual que si estuvieras disfrutando del centro histórico de cualquier ciudad. Allí puedes pararte a vislumbra la gótica fachada de La Catedral de Barcelona, pero que fue construida en 1913, o bien puedes deleitarte con la belleza neoclásica del centro político de Catalunya, la Plaza Sant Jaume, con su maravilloso puente neo-gótico entre el Palacio de la Generalitat y la Casa dels Canonges, y continuar camino hasta llegar a los edificios históricos de la Universidad de Barcelona, pasando por una buena maraña de conventos, casa nobiliares y pequeñas plazuelas y fuentes jalonado siempre con estimulantes comercios.
El lugar de avituallamiento obligado debe ser la tetería Salterio (Carrer de Sant Domènec del Call, 4), un pequeño rincón de paz y misticismo donde se mezclan en el ambiente y en los sentidos la extrema amabilidad y delicadeza de su regente, con los mil y un sabores que las especias y productos naturales dotan a las riquísimas pócimas que en forma de infusiones y pastas y salados árabes ofrecen al cliente. Si vas una vez, casi seguro gestionarás tu agenda por Barcelona para volver una y otra vez.
Para empezar bien un día en el que quieres conocer hasta cuatro particularidades de este totum que es Barcelona, lo mejor que puedes hacer es acercarte a una de “Las Granjas”. Este tipo de establecimientos funcionan como el auténtico bar de desayunos, tradicional y castizo donde las principales armas son la sencillez en el trato y el arte de preparar los productos, la naturaleza y frescura de los mismos, así como el raigambre del espíritu histórico y popular del emplazamiento en el que se encuentra. Destaca La Granja Palleresa (Calle Petritxol, 11, en pleno Barrio Gótico), donde a un cuidado y servicio tradicional, le suman unos productos fantásticos, como un impresionante chocolate a la taza, así como artesanales ejemplos de repostería que van desde los churros y porras (con un mínimo toque grasiento) a magdalenas, ensaimadas y croissantes de producción propia. Y ni que decir tiene que los no menos artesanales flanes, arroz con leche o cremas catalanas son una invitación a pecar con la gula de aliada.
Bajando por La Rambla hasta caer al Born, donde en una suerte de “La Latina” barcelonesa se construye un barrio vivo y luminoso aspectos que se disfrutan al dialogar con los vecinos y los comerciantes y restauradores. Antes de llegar allí se puede disfrutar de la impresionante e imaginativa fachada del Palau de la Música, así del conjunto arquitectónico donde se engloba el Museo de Picasso en Barcelona. Y justo en la entrada de este barrio la Iglesia de Santa María del Mar, realmente bella e imponente, para posteriormente en otra plaza encontrarte con el moderno edificio del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA).
Un lugar de avituallamiento de obligado cumplimiento es El Xampanyet (Carrer de Montcada, 22) para degustar un vermut casero envidiable, así como la especialidad que da nombre al local (una suerte de vino blanco espumoso). Sus tapas son copiosas, destacando las anchoas. El precio me resulto algo caro, para ser el típico bar de toda la vida (lleva abierto más de 80 años), pero supongo que es lo que sucede cuando un local tradicional se lanza hacia el cliente extranjero y se convierte en referencia en las guías y recomendaciones.
Ya que se está por la zona no se puede dejar de visitar el parque de La Ciutadella, un lugar verde excepcional, fresco y acogedor, sobre el que descansar y huir del ruido de una urbe del tamaño de Barcelona. A la hora de comer más que recomendable resultó ser La Llavor dels Origens, cocina catalana en un ambiente juvenil y desenfadado. Un gran lugar para disfrutar de productos ecológicos con una gran presentación. Y todo para terminar la jornada por el entorno de La Barceloneta, que representa otra singularidad de Barcelona, que se presenta ahora como una ciudad marítima, abiertamente mediterránea, con bien diferenciados una peculiar y encantadora zona pesquera, con otra más turística y delimitada por el puerto deportivo. Tan destacable era disfrutar de la arena y el agua junto al sol de noviembre, como elevar la vista hacia las cumbres que dejan la ciudad entre la montaña y el mar.
Para descubrir otra personalidad de Barcelona se puede emplear una mañana para acudir al mercado Els Encants, en el barrio del Eixample. Lo que hoy podía pasar por un rastro de una ciudad cualquiera, es en realidad lo que queda de uno de los mercados de artesanía más antiguos de Europa (data del Siglo XIV) y en el conviven en su parte baja los puestos de venta ambulante, con la parte de arriba ya en el nuevo edificio diseñado para tal fin, con los puestos estables. En estos, para mi lo más interesante, puedes encontrar de todo entre los artículos de segunda mano y antigüedades. Desde música, tanto vinilos, cds, como tocadiscos y demás aparatos de reproducción. Productos artesanales, libros, decoración para el hogar, ropa, accesorios, juguetes, armas de colección... Especialmente estimulante encontré una tienda dedicada al mundo del coleccionismo en general y el frikismo en particular, donde encontrar desde muñecos de acción de cualquier cómic, peli o serie de tv, a posters de cine e incluso réplicas de los coches trabajados en Fast n'Loud. El establecimiento se llama Dacasa, y si hubiera estado currando unos 500€ no dudo que me habría dejado en ella. En definitiva, un lugar donde perderse, aprender y disfrutar comprando.

 Sagrada Familia de Gaudí
Desde allí es un agradable paseo por El Ensanche Barcelonés acercarse hasta la Sagrada Familia. Para que os hagáis a la idea es recorrer entre las imágenes del skyline barcelonés de la Torre Agbar (al lado del mercado Els Encants) hasta las torres de la póstuma composición de Gaudí. Por supuesto inacabada, abarrotada de gente y con una entrada a su interior insultantemente cara y abusiva es la foto más elemental de la capital catalana, pero no por ello, al menos en mi opinión la más bella. Ni siquiera como obra de Gaudí, puesto que considero sus casas nobles del paseo de Gracia así como los edificios que legó en León o Astorga de mucha mayor belleza y más aún indudable funcionalidad. Supongo que como se suele decir habrá que esperar a verla a acabada, valorando como se comporta con el entorno (encuadrada en un parque pero a la vez encerrada entre calles de tráfico rodado) así como la monstruosidad en cuanto a tamaños y exigencias técnicas.
No se puede decir que has visitado Barcelona si no se lleva a cabo un paseo para paladear el Barrio de Gracià. Sin duda alguna elemento del ensanche barcelonés donde se asentaron las clases trabajadoras y hoy sus vástagos, se empeñan en considerarse clase media. Pese a todo cabe indicar que hablamos de calles de inusitada belleza, compuesta por la racionalidad con la que se buscó maximizar la funcionalidad en el espacio, con plazas y parques que invitan a la vida en la calle, así como viviendas con amplias ventanas y coquetos balcones, donde colgar la estelada.
Mi incursión en Gracià fue pequeña, pero bastó para descubrir un magnífico lugar para vivir dentro de Barcelona, toda vez, que los precios de la vivienda sean razonables, ya que aunque con problemas de movilidad y tráfico si que ofrece al vecino y vecina todo lo necesario en cuanto a servicios para vivir.
El recorrido terminaba en otra muestra del genio de Gaudí, el Parc Güell, platea perfecta donde vislumbrar el Mar Mediterráneo con toda Barcelona expuesta a él. Un lugar mágico, como bosque de piedra, en el que perderse y encontrarse en la ruleta de un tiempo que detiene y arranca Gaudí expresión máxima del modernismo donde la búsqueda de belleza y utilidad se conjugan para crear espacios ideales. Si con la Sagrada Familia, en mi opinión pecó de opulento, aquí clavo un diseño que regala a Barcelona observar su propia imagen.
Para terminar esta primera experiencia por las calles de Barcelona, dejamos Montjuic y la Plaza de Espanya, en el distrito de Sants-Montjuic. Desde la Plaza Espanya y el Parc Joan Miró, dejando de la lado la antigua Plaza de Toros hoy convertida en multicentro comercial ascendemos por la montaña de Montjuic hasta el impresionante Edificio del Museo de Arte Nacional de Catalunya que va salvando la ascensión a través de terrazas coronadas con fuentes ornamentales. Ya en él se hace imprescindible rodearlo a través de los Jardines de Joan Maragall, donde además si uno se gira puede comtemplar la réplica a la panorámica desde el Parc Güell, volviendo a ver Barcelona en este caso, recorrer la línea de playa y extenderse hacía las montañas. Ya allí el paseo por la zona olímpica, con el Estadio, el Palau Sant Jordi, las piscinas Picornell y demás equipamientos deportivos legados por los Juegos Olímpicos del 92 enriquecen aún más el cóctel que Barcelona puede ofrecer.

Estadio Olímpico de Montjuic
Como me viene pasando de un tiempo a esta parte, no disfrute en demasía de la noche barcelonesa en su componente de fiesta. Aún así unos pequeños apuntes: El bar del museo de cera es un lugar fantástico para quedar y tomar una cerveza echando una gran conversación; en cuanto a baretos y pubs heavys, quizás fruto de mi desidia con el mundo nocturno, no había hecho una selección previa, pero aconsejado por mi cicerone particular acabamos (toda la noche) en El Tequila, con el detalle de tener auriculares colgados sobre la barra para poder escuchar la música a todo trapo, que le pedías al pincha, mientras el resto de la gente la escucha a un volumen que permite conversar. Quizás sabiendo que mi cultura musical es vasta, sólo nos concedieron un tema de Arch Enemy y otro de Foo Fighters, pero mientras sonaba Airbourne, Sober, Sepultura, Iron Maiden, Muse o Metallica no tuvimos a mal desgallitarnos, luchando por las mierdeces que colaba el resto de la peña y luchando por mantener nuestro espacio en la barra ante las avalanchas de guiris con invitaciones a chupitos que parece que es a lo que se dedica más el bar. Decir que estuvimos hasta el cierre del local y echando un parlao con unos finlandeses y con algunos que flipaban con tal ímpetu de demostración heavy. Después tras el cierre, continuar la fiesta exigía grandes desplazamientos, por lo que desistimos. Prometo volver, y si vuelvo, prometo llevar una agenda nocturna más aseadita.
Pero antes de todo esto, como parte del contrato con mi compinche en este viaje era visitar un tugurio muy especial. Otra peculiaridad de Barcelona, quizás la más singular y petarda. De travestido castizo envuelve un local donde lo decadente y lo sublime se tocan hasta lo pornográfico. Hablo de El Cangrejo (Carrer Montserrat, 9 bajos, en El Rabal).

Momento de la Actuación en El Cangrejo

Para entrar hay que echarle valor. La calle en la que está no te otorga esa seguridad que buscas habitualmente. Ya dentro, la decoración te lleva a través de una colección caledoiscópica que mezcla un museo de los horrores con el escenario low cost de Cuéntame. Pero lo mejor es aprovisionarte al escenario y disfrutar de lo que en él va a acontecer.
Y es que de un momento a otro se van a subir las diferentes drags, algunas incluso septuagenarias, residentes del local que cantan, bailan y se mofan sanamente de la actualidad, de su trasnochada y ajada vida con sus anécdotas más picantes y cachondas, así como de los espectadores con los que interactuán, lucrándose con la vida sexual de cada uno. Antes te habrán soplado 10€ por un tercio, pero con las carcajadas y el buen ambiente te habrás olvidado del precio hasta escribir tu reseña del local en Internet.
Para terminar con mi aproximación a Barcelona, un hecho a destacar es la comparativa. Quizás porque vengo de una ciudad que languidece apasos agigantados, donde su cultura y saber desfallecen ante lo zafio, cutre y rancio. Esa Salamanca abominable en la inmovilidad comparada frente a Barcelona que por el contrario se muestra abierta, orgullosa de su legado cultural y guardián de su intrínseco costumbrismo, pero sabedora de ser un potencial que forma parte de ese mismo carácter mediterráneo acogedor y atento a todo lo que puede ser beneficioso para si mismo y el conjunto de la sociedad.
Si ya de por si pierde la ciudad y perdemos todos los que deseamos un modelo social, de turismo y de ocio y cultura con unos mínimos estándares de calidad, con por ejemplo, Toledo, la cual ya bien conozco, que decir con una Barcelona que no tiene ningún problema es saber recibir oleadas de turistas de perfil bajo y a la vez saber cuidar y ganarse a esos turistas que no les importa gastarse “algo más de 10€”.
No es, por tanto, anecdótica la ya clásica disputa castellana versus catalana, que de un punto grotesco deriva a una disputa entre una Salamanca, cerrada, donde vencieron y convencieron, frente a una Barcelona, que lejos de clamar lo que es suyo (y de todos, personas e instituciones indistintamente), se toma con cierta guasa el affaire de los “Papeles de Salamanca”; es un ejemplo diáfano de dos caracteres enfrentados, que mal conviven en un estado y sociedad que de parte castellana, lejos de reconocer sus limitaciones y anquilosamientos se niega a abrirse a lo que Catalunya (y Euskadi) pueden ofrecerle, y donde por el otro lado, Catalunya lucha por desligarse incluso culturalmente de la influencia y riqueza de un pasado y presente común con Castilla y la vieja España.
Y lo mejor de todo es compartir estos momentos y estos espacios con alguien especial. Una persona que además ejerce de Cicerone asombrosa, descubriéndote esas otras ciudades escondidas. Barrios ajenos a los bullicios de tour-operadores y los agobios de las guías de viajes. Locales y rincones donde poder huir de todo, hasta de los problemas de la vida. Y sobretodo capaz de hacerme vivir en perenne sonrisa, reflejo de la suya propia.
Me quedan muchas “Barcelonas” por descubrir dentro de Barcelona, y no tengo ninguna duda de que volveré a hacerlo y a revivir y recordar en la piel y los sentidos lo experimentado por estos pocos días de noviembre en los que disfrute, aprendí y visite la capital condal.

 La Playa de la Barceloneta

jueves, 23 de junio de 2011

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IX




Ahí van unas pequeñas reflexiones sobre la manifestación del 19J:

1. Cientos de miles de personas en la calle en sesenta ciudades es un éxito absoluto, más aún para una convocatoria que no ha contado ni con sindicatos ni con partidos pagando autobuses, megáfonos y pancartas. No hay precedentes de una movilización ciudadana tan masiva en España que haya nacido así, desde la acera y la Red.

2. La protesta fue, es y seguirá siendo mayoritariamente pacífica, por mucho que se haya querido criminalizar a todo este movimiento por los actos esporádicos de una minoría. Los mismos medios que primero despreciaron a los indignados como pulgosos y después los repudiaron como violentos hoy intentarán ningunear su capacidad de convocatoria, minimizando la jornada histórica de ayer. No funcionará.

3. La fuerza de todo movimiento político se basa siempre en dos cosas: tener razón y poder contarlo. La gran novedad de esta protesta es que los indignados controlan la comunicación. Tienen sus propios canales de información a través de Internet, al margen de los medios. Y además tienen razón.

4. Los indignados no son grandes gracias a la prensa sino a pesar de cierta prensa.

5. No son sólo pancartas y consignas, también hay una verdadera reacción social. Aún no se ha dado la importancia que merece al hecho de que estén consiguiendo parar los desahucios de quienes no pueden pagar la hipoteca de su casa.

6. Su influencia ya se nota incluso en el Parlamento, e irá a más. A partir de septiembre, el patrimonio y los ingresos de diputados y senadores será público. ¿Habría llegado esta política de transparencia, tantas veces retrasada, sin las protestas de este último mes?

7. Cuando las acampadas terminaron, el movimiento 15-M todavía estaba allí.


Las falacias del neoliberalismo

El monopolio del pensamiento económico por parte del neoliberalismo en España es casi absoluto. La falta de diversidad en los medios de información económica y en los medios de mayor difusión (tanto prensa, como radio y televisión) es abrumadora, lo cual explica que posturas claramente ideológicas, sin ninguna base empírica que los apoye, se presentan como verdades científicas sin que exista la oportunidad de cuestionarlas y mostrar su falacia o error. La impermeabilidad del dogma neoliberal a los datos es una de las consecuencias de un dominio casi total en la literatura económica, lo cual les permite sostener tesis altamente cuestionables o ampliamente erróneas sin haber sido sometidas a un escrutinio y debate con posturas más críticas de la sabiduría convencional que reproducen.


Una de tales falacias es que la única manera posible de salir de la crisis en la que se encuentra España es a base de las políticas de recortes del gasto público social, reduciendo todavía más su escasamente desarrollado estado del bienestar. De esta manera se están imponiendo unos enormes recortes de tal gasto y del empleo público en el país que tiene el gasto público social (que financia las transferencias públicas –como las pensiones- y los servicios públicos –como la sanidad, la educación, los servicios sociales, las escuelas de infancia, los servicios de ayuda a las personas con dependencia, la vivienda social, entre otros-) más bajo de la UE-15, el grupo de países de la UE con semejante desarrollo económico que el nuestro. Y todo ello justificado con el argumento de que hay que reducir el gasto público social a fin de salir de la crisis. El “gran debate mediático” se centra, pues, en como recortarlo, y ello a pesar de la enorme evidencia que existe de que estas medidas son totalmente contraproducentes, tal como muestra lo que está ocurriendo en Grecia y en Irlanda, donde tales recortes están empeorando espectacularmente la recuperación económica. En realidad, lo que debiera hacerse es la expansión muy marcada de ta gasto público para estimular la economía y la creación de empleo.

EL ERROR ARGUMENTAL DE LA SABIDURÍA CONVENCIONAL

Estos brutales (y no hay otra manera de definirlos) recortes se hacen para disminuir el déficit del Estado asumiendo erróneamente que tal reducción estimulará el crecimiento económico y la creación de empleo. El mecanismo por el cual lo primero (la reducción del déficit) llevará a lo segundo (el crecimiento económico y creación de empleo) es –según las tesis neoliberales- mediante la reducción de los intereses bancarios, es decir, el precio del dinero, lo cual, asumen los economistas neoliberales, facilitará el crédito; es decir los empresarios podrán conseguir más fácilmente dinero de los bancos e invertir más para crear empleo y los ciudadanos podrán también obtener préstamos y consumir bienes y servicios, y con ello estimular la economía creando ocupación. Tales autores también asumen que bajar los intereses quiere decir que el valor de la moneda –el euro, por ejemplo- disminuye y con ello los productos españoles y europeos son más baratos y pueden venderse más fácilmente, aumentando la competitividad de la economía española y de las economías de los países miembros de la Eurozona.

Miremos ahora los datos. Los intereses bancarios han sido muy bajos y, sin embargo, la economía está estancada, es decir, el crecimiento económico es muy bajo. ¿Dónde está la evidencia de que la bajada del déficit del Estado está estimulando la economía? El problema existente hoy en España no es que el déficit sea demasiado alto o que los intereses sean demasiado altos. El problema existente es que no hay suficiente demanda de bienes y servicios porque no existe la capacidad de consumo de la población, resultado de su excesivo endeudamiento (como consecuencia de la disminución de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional), causado, en parte, por el enorme crecimiento (9 puntos) del desempleo durante el periodo de crisis (2008-2011) el más elevado de la OCDE. Por otra parte, existe la dificultad de conseguir crédito debido a su falta de disponibilidad, resultado del deseo de los bancos de recapitalizarse, comprando deuda publica. Los bancos reciben dinero del Banco Central Europeo, a unos intereses bajísimos (1%) y con este dinero compran bonos del estado (que les proporcionan unos intereses del 6% al 12% o más).


De ahí que las políticas que tales economistas neoliberales están proponiendo y el gobierno (con el apoyo del PP) están realizando son profundamente erróneas y están provocando mucho dolor. Destruir empleo público quiere decir que, para que no tenga efecto económico, debe crearse en el sector privado un número igual al de empleos públicos destruidos. Pero este sector privado apenas está creando empleo. De ahí que destruir empleo público quiere decir destruir empleo en su conjunto, disminuyendo la demanda.

EL ESTADO NO NECESITA A LOS MERCADOS FINANCIEROS. EN REALIDAD SON LOS MERCADOS FINANCIEROS LOS QUE NECESITAN A LOS ESTADOS Y A SU DEUDA PÚBLICA.

Existe otra falacia que se reproduce en los medios de difusión, de que hay que bajar el déficit porque, en caso contrario, los mercados financieros no prestarán dinero al Estado, al no fiarse de que los estados puedan devolverles el dinero. Pero el Estado puede conseguir dinero a partir de otras medidas. Una de ellas aumentando los impuestos. Si el estado español, en lugar de ingresar una cantidad equivalente al 34% del PIB, ingresara el 52% (como Suecia), el estado español (central, autonómico y municipal) obtendría 200.000 millones de euros más de los que consigue, cantidad más que suficiente para cubrir los déficits del estado (y los enormes déficits de gasto público social de España).

Otra medida de evitar el endeudamiento privado es que el Estado imprima dinero. España ya no puede hacerlo. Es lo que hacen los bancos centrales, como el Federal Reserve Board de EEUU. Pero, resultado del enorme poder de la banca en la Eurozona, el Banco Central Europeo sólo puede imprimir y prestar dinero a la banca privada, no a los estados, algo que es escandaloso y que justificaría una rebelión (incluso a base de masiva desobediencia civil) en contra del excesivo poder de la banca sobre la UE y sobre los estados.

LA FALSEDAD DE QUE VIVIMOS POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBILIDADES

Otro dogma impermeable a los datos es el de que vivimos por encima de nuestras posibilidades. La repetición de esta falsedad es masiva, cuando es muy fácil ver que tal aseveración no es sostenible. España se gasta mucho menos en su estado del bienestar de lo que nos corresponde por el nivel de desarrollo económico que tenemos. El PIB per cápita en España es ya el 94% del PIB per cápita promedio de la UE-15. En cambio, el gasto público social per cápita es sólo el 74% del gasto público social per cápita promedio de la UE-15. Si en lugar del 74% fuera el 94%, tendríamos 66.000 millones de euros más de lo que nos gastamos. El dinero, pues, existe. Lo que ocurre es que el Estado (sea central, autonómico o municipal) no lo recoge. Tal como indiqué en un párrafo anterior, los ingresos al estado español representan una cantidad equivalente al 34% del PIB, el porcentaje más bajo de la UE-15 (cuyo promedio es 44%). Y si miramos quién no paga impuestos, se puede ver por qué el Estado no los recoge. La mayoría de la población que está en nómina paga impuestos a nivel europeo. El trabajador de la manufactura, por ejemplo, paga el 74% de los impuestos que paga su homólogo en Suecia. El 1% de renta superior de España, sin embargo, paga sólo el 20% de lo que paga su homólogo en Suecia. Y ahí está la razón de que el Estado no lo recoja. Las fuerzas conservadoras y neoliberales han tenido una enorme influencia sobre el Estado. Y éste no se atreve a enfrentarse ni a los ricos ni a los poderes fácticos del país, sea la banca, sea la gran patronal. Esta cobardía explica también que a pesar de la enorme transferencia de fondos públicos a la banca (ver mi artículo “Los ricos y la deuda pública” Público 02.06.11) la banca no concede créditos a los pequeños empresarios y a los ciudadanos, retrasando la recuperación económica.

LA SUPUESTA RIGIDEZ DEL MERCADO DE TRABAJO COMO CAUSA DEL DESEMPLEO

Otro dogma neoliberal es que el elevado desempleo en España se debe al excesivo poder de los sindicatos y excesiva protección de los trabajadores que tienen contratos fijos (los llamados insiders), haciendo imposible para los desempleados (a los que se les llama outsiders) conseguir trabajo. Lo que hay que hacer –según los neoliberales- es eliminar los contratos fijos y que el empresario pueda despedir más fácilmente. Se enfatiza, pues, que para crear empleo hay que facilitar que al trabajador se le pueda despedir más fácilmente. La paradoja neoliberal es que la mejor manera de crear empleo es facilitar la destrucción de empleo.

Pero tal teoría ignora elementos esenciales, confundiendo varios hechos. Uno es que la tasa de desempleo es distinta a la tasa de crecimiento de desempleo. Un país como España tiene un elevado desempleo porque no hay suficiente creación de empleo: es decir, no hay suficientes puestos de trabajo. Éste ha sido tradicionalmente el caso español y responde en gran parte al escaso desarrollo de su sector público y, muy en especial, de su estado del bienestar. Si España tuviera, por ejemplo, el porcentaje de la población adulta que tiene Suecia trabajando en los servicios públicos del estado del bienestar, España tendría cinco millones más de puestos de trabajo de los que tiene ahora (una cifra, por cierto, mayor que el número de desempleados en España). En otras palabras, si el estado del bienestar nuestro fuera como el sueco, no habría desempleo en España. Y ello podría pagarse con los 200.000 millones de euros que tendríamos de más si las políticas fiscales fueran como las de Suecia.

La otra tasa, distinta a la tasa de desempleo, es la del crecimiento del desempleo. Y ahí, tal crecimiento en España (de 9 puntos del 2007 al 2009) no tiene nada que ver (repito, nada que ver) con el grado de regulación del mercado ni con el supuestamente excesivo poder de los sindicatos. Los países que, junto con España, han visto crecer más su desempleo, son EEUU e Irlanda (7.2 y 4.7 puntos, respectivamente) que tienen unos mercados de trabajo completamente desregulados. En realidad, Alemania es uno de los países con mercados de trabajo más regulados y con sindicatos más fuertes y su desempleo no sólo no ha aumentado, sino que ha descendido (-1.2 puntos) durante el periodo de crisis (y ello a pesar de haber visto descender espectacularmente su PIB como consecuencia de la recesión mundial que ha afectado mucho a una economía basada en exportaciones). Y el hecho de que no haya aumentado el desempleo se debe a la cogestión de las empresas (con los trabajadores y sindicatos ocupando parte de los consejos de dirección de las empresas), pactando una reducción del tiempo de trabajo en las empresas en lugar de una reducción de los trabajadores.


LOS INDIGNADOS LLEVAN RAZÓN

El pensamiento neoliberal es la ideología de la banca, de la gran patronal y de las rentas superiores. Se presenta como conocimiento científico y se promociona a través de instituciones (tales como Fedea y los gabinetes de estudios de los grandes bancos y cajas de ahorro) patrocinadas por estos poderes fácticos o a través de instituciones públicas como el gabinete de estudios del Banco de España (que actúa más como un lobby de la banca que como lo que debiera ser: una institución pública que regula la banca). Tal ideología se reproduce también en gran parte de los departamentos de economía de las universidades, cuyos miembros consideran su máxima realización académica la publicación de artículos en revistas, financiadas por la banca y/o próximas a ella. Ni que decir que hay muchas y notables excepciones. Pero hoy, la mayoría de la cultura económica académica en España es de orientación neoliberal.

El monopolio que tal ideología tiene en los medios académicos y no académicos diluye el rigor que cualquier debate académico debiera tener. Su promoción tiene poco que ver con la fortaleza científica de sus argumentos (que es muy escasa), sino con el control de las cajas de resonancia e instrumentos de difusión al servicio de los grupos con mayor poder económico y financiero del país. Como bien dijo el economista John Kenneth Galbraith hace ya cincuenta años en EEUU, “la misión de los departamentos de economía de las universidades de EEUU parece ser la de reforzar el dominio de la clase dominante”. Lo mismo podría decirse ahora de España, donde incluso se llega a negar la existencia de tal dominio.

Y el establishment político está totalmente absorbido en esta ideología, una ideología, por cierto, altamente rentable a nivel personal, pues la gran mayoría de los diseñadores de las políticas económicas (Ministros de Economía y Finanzas, Secretarios y Directores Generales, asesores económicos en la Moncloa), independientemente de su coloración política, proceden y/o terminan trabajando para los grupos de poder, promotores del neoliberalismo. Este maridaje del poder financiero y del poder económico con el poder político viola la propia esencia de la democracia, pues supone la captura del Estado por tales grupos de poder. De ahí que haya que agradecer que los indignados se movilicen y agiten para denunciar las enormes insuficiencias de la democracia española, ejerciendo presión para que cambie y mejore. La situación actual, con los enormes costes en sufrimiento que genera, es auténticamente indignante. El movimiento 15-M tiene razón.

viernes, 17 de junio de 2011

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VIII


Llamada de un indignado, Jorge, en Días como hoy de RNE


“No están actuando como indignados, sino con indignidad”. Sir Arthur Más, presidente de la Generalitat de Cataluña sabe distinguir lo digno y lo indigno y reparte carnets de dignidad e indignidad. Mariano Rajoy ha dicho que “ningún demócrata puede amparar lo que ha pasado”. Ramón Jáuregui se ha referido a la “líneas rojas” que no debemos cruzar.

Es digno y democrático, por ejemplo, conversar en un bar, es digno y democrático tener depresión, es digno hacer malabares para llegar a fin de mes, es democrático no poder cuidar a tus padres, es digno no tener tiempo ni dinero para criar a tus hijos. Es democrático perder el trabajo y es digno tener un trabajo de mierda. Es digno hablar del tiempo, del fútbol o de cine o de cualquiera de esos opios que los emporios y empresas periodísticas manejadas y tuteladas por multinacionales y el capital utilizan para tener nuestras infantiles mentes ocupadas.
Es digno y ético para estas empresas periodísticas discernir sobre qué hablar y qué callar. Es democrático no poder pagar la hipoteca. Es digno y democrático tener libertad a condición de no usarla.

Lo que es indigno es conversar públicamente en la red o en las plazas, lo que es indigno es superar la tristeza juntándote con otros a descubrir que tus problemas no son individuales, sino colectivos. No es democrático bloquear un desahucio o hacer una huelga. Es indigno impedir que se constituyan ayuntamientos que tienen a imputados por corrupción entre sus cargos públicos. No es democrático bloquear un parlamento que va a firmar algo tan “digno” como recortes presupuestarios que condenará a nuestros padres y madres, a nuestros hijos e hijas y a nosotros y nosotras a niveles de precariedad vital cada vez más grandes.

Hoy la clase política ha tenido que ir al Parlamento de Cataluña escoltada por la policía, ha tenido que entrar por el tejado en helicóptero. Han tenido que militarizar la ciudad al completo para luego poder decir qué es indigno y qué no lo es. Qué es democrático y qué no lo es.

¿Qué se supone que debemos hacer los demás? ¿Irnos a casa? ¿Dejarnos morir de tristeza? ¿Dejar de pelear por cosas tan importantes como la salud, la educación, la vivienda, el trabajo? ¿Quién le dio autoridad para decir lo que es digno y lo que no?

¿Quién puede ser tan soberbio para intentar pasar andando ante miles de personas que protestan pacíficamente en una plaza para demostrar que, a pesar de todo, él sigue siendo el amo del cotarro, el que manda, el “legitimado” para acabar con la forma de vida de tantos y tantos?
¿Creen los políticos que somos idiotas? ¿Creen que no sabemos que están deseando oponerle a
las imágenes de sus cargas y sus golpes imágenes de fuego? ¿Creen que no sabemos que pretender asustar a toda la población para que se vuelva a su casa?

Pero el problema es que no podemos volver a casa, porque es nuestra vida la que está en juego. Por eso no vamos a volver. Por eso pondremos nuestra inteligencia en que esas situaciones de violencia que a ustedes tanto les gustan y que les permiten pensar que tienen algún poder para determinar lo digno y lo indigno, sucedan lo menos posibles, y a ser posible no sucedan. Como hemos hecho desde el principio a pesar de sus constantes provocaciones, a pesar de que, no lo olviden, ni uno solo de los problemas que el 15M ha puesto sobre la mesa se ha abordado por parte de nadie de la clase política. Ni uno solo de los gobernantes de éste país parecer saber qué respuesta dar, así que espera a ver si todo vuelve a la normalidad o al menos a unos parámetros que puedan controlar.

Bien. Sigan así. Nosotros y nosotras seguimos en la calle. Seguimos en las asambleas de barrio, en las acampadas. Seguimos bloqueando leyes injustas. Seguimos defendiendo la resistencia pacifica y la desobediencia civil no-violenta.

Nos vemos el 19. Ese día, como ayer en Barcelona, el carnét de quién es digno y quién no, quién es demócrata y quién no… Lo reparte el movimiento.

Así lo ven el Gran Wyoming, Juan Luis Cano, Toni Garrido y el sueco en Asuntos Propios de RNE, ayer por la tarde:

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...