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sábado, 27 de marzo de 2021

Dos horas por encima del Sol

 

En la madrugada de hoy sábado al domingo tenemos el cambio de horario de verano. A las 2 serán las 3. Perdemos una hora de sueño y descanso a cambio de que ya anochezca en la península más allá de las 8 de la tarde. Por la mañana “volvemos” a unas 7 de la mañana a oscuras (durante unas cuantas semanas). El motivo es de sobra conocido y difundido con cada cambio horario: El ahorro energético.

Este mantra se ha mantenido durante años pero en un país que tiene prácticamente desmontado su sector industrial suena cuando menos a pitorreo. En la actualidad, con el cambio horario las familias obtienen un mínimo ahorro energético, porque por regla general siguen saliendo de casa al amanecer y llegando al atardecer. En los sectores productivos y con una economía ligada al sector servicios se reproduce el patrón familiar y en cuanto a la administración pública, el adelanto o no de la hora, no tiene ninguna incidencia.

Si a esto le unimos los horarios sociales que tenemos en España, llegamos al caos que muchos sentimos al pasar las semanas.

Y es que los horarios “sociales”, los que hemos asumido con nuestros usos y costumbres provocan severos dolores de cabeza, a los que mandan por problemas relacionados con la baja productividad, las enfermedades cardiovasculares y los problemas mentales; y en los habitantes por el estrés y el cansancio físico y mental provocados en un sistema en el que nos movemos contra natura.

En España salimos muy tarde del trabajo. El presentismo explica parte de este hecho porque hay que salir siempre después de el jefe. Por consiguiente, cenamos muy tarde, nos acostamos en los albores de la madrugada y dormimos poco porque nos levantamos “relativamente” pronto. Dormir las 8 horas es una quimera y en la mayoría de las familias la primera hora es una carrera contra reloj por ponerse en línea de salida para las tareas del día, lo que hace que desayunemos mal para tratar de llegar los primeros al atasco de la mañana (el urbanismo y la movilidad es otro tema pendiente en España).

La conciliación familiar se convierte pues, en un mito, y en un sueño la división diaria en tres períodos iguales de trabajo, descanso y ocio, porque en esta ecuación faltan los cuidados, tanto personales como familiares, así como las tareas del hogar, y el tiempo que pasamos en los transportes.

Todo esto provoca estrés. Muchísimo estrés. Y con él mucha mala leche. Gente cabreada por no llegar, por llegar tarde o por correr mucho para llegar a la hora. Las semanas se pasan y ni siquiera en los findes se puede “desconectar”. Nos acostamos el domingo por la noche pensando que otra semana se ha ido y no he disfrutado ni de mi tiempo libre, ni de mi familia, amigos o aficiones. Al final somos productos y medios de producción. Engranajes más en un estado de las cosas que ni hemos elegido, que nos ha sido impuesto, y que sólo provoca insatisfacción, frustración y dolor.

Ante este panorama se hace necesario dar una vuelta al sistema. Nos va mucho en ello, empezando por la propia salud de las personas (sobretodo mental) y también por caminar hacia un mundo más humano, social y solidario.

Estamos en 2021 pero si lo pensamos fríamente llevamos un ritmo de vida de otro siglo. Hace ya más de 100 años que se adopto la jornada laboral de 8 horas y no ha habido, y no se atisba en un futuro a corto o medio plazo, una reducción de las 40 horas semanales. Keynes en los albores de los años 30 se mostraba confiado en que a finales de siglo los avances tecnológicos harían que la población "trabajaría 2 o 3 horas a la semana". La tecnología debería llevarnos a esa disminución del tiempo que dedicamos al trabajo, lo que de entrada abriría la posibilidad a que más personas estuvieran trabajando, resquebrajando el ejército obrero de reserva que citaba Marx, y que supone el yugo sobre los trabajadores: Las patronales siempre necesitan a parados capaces de trabajar por menos que lo que hacen los ya contratados, para tener a estos subyugados.

Los estudios son claros al respecto: Somos más productivos con jornadas laborales más cortas. Y deberíamos caminar de la mano en un objetivo tan ambicioso y a la vez posible. Sin embargo, la revisión y cambio de los horarios en nuestro país no es considerado por los gobiernos como una prioridad. Por no hablar, de que ese más tiempo libre se dedicaría a alimentar el ocio de cada uno, lo que redundaría en una mayor inversión personal en cultura, que doparía aún más la economía. Se antepone un conservadurismo por el estado actual de las cosas que es irracional, arcaico y un disparo en el pie de las propias patronales tan enfrascadas en eso de que nada cambie.

Medidas como una reducción de las jornadas laborales completas (a 7 y luego a 6 horas diarias sin pérdida de salario, por supuesto); promover las jornadas laborales continuas, evitando el paro a mediodía, lo que crearía millones de puestos de trabajo; adelantar el inicio de los prime time televisivos (no puede ser que los programas principales empiecen en este país a las 22:30; tendrían que adelantarse por lo menos 1 hora y media); la racionalización de los transportes, los horarios educativos; el establecimiento de ayudas y personal dedicado a los cuidados, etc. Unas pocas medidas que tendrían un impacto enorme al poco de instaurarse y que por contra, parecen inviables en un escenario de inmovilismo que favorece incluso el ir contra natura.

Por el contrario, tenemos una democracia tan fuerte que por eso cambiamos la hora, para mantener la que quisieron dos fascistas como Hitler y Franco. Cuando se produzca el cambio horario en España pasaremos a ir dos horas por encima del reloj natural (durante el invierno estamos una hora por encima). Una situación que es absolutamente contraproducente ya que impone a nuestra propia naturaleza, a la biología, y los ritmos circadianos que marca la luz solar, el rigor de una cabezonería lacerante y perniciosa.

Lejos de poder hacer vida con más descanso y disfrute, nos aferran a un modelo basado en el estrés y en ir a la carrera. Nos fuerzan a imponer un ritmo vital contrario a nuestra propia naturaleza lo que provoca rechazo y frustración que pocas veces puede ser solucionado. Y sin embargo, en unas horas volvemos a estar más de dos horas por encima de la hora natural que nos corresponde.

Se hace ya urgente promover un cambio horario y una racionalización de los horarios. Primero un cambio horario para adaptarnos a la hora solar. Y después, y mucho más importante, avanzar en las medidas para favorecer un cambio productivo más racional y humano, en el que consigamos aumentar la felicidad de la población a nivel general. ¿No debería ser ese el motivo único de un gobierno, un parlamento o un partido político?

lunes, 21 de junio de 2010

Ella


Era el canto bello de su voz,
que se expandía, dentro de mi piel,
y sentía que moriría
antes de volverla a ver.

Cada noche sentada en el parque,
ella esperaba a su gran amor,
recordaba, sueños del pasado,
que se han quedado para siempre atrás.

No ha olvidado los años dorados,
en el que el tiempo la recompenso,
pero así mismo el destino actúa,
y lo alejo de ella, para no verlo más.

Desde mi ventana la veo llorar,
sin consuelo se aferra a la vida,
es su alma que quiere morir,
pero aun así siente su compañía.

Aun espera a su gran amor,
para abrazarlo por toda la eternidad,
sin hacer nada yo solo la veía,
comprendí que nada puedo hacer.

Con el tiempo, pasaron los años,
y aunque hace mucho no la he vuelto a ver,
en noches frías escucho su canto,
salgo a buscarla pero ella no esta.

Tomar tu mano para guiarte en esa obscuridad y regresarte de nuevo a la luz de donde deberias estar, donde se encuentra tu verdadero lugar

Ser tu guia
Ser tu Novio
Ser tu sosten
Ser tu esperanza

Donde encontrare a tal mujer si solo me limito a ver?

Cuando sera el dia que deje de soñar y despierte a ti, en ti, y contigo a mi lado

Cuantos dias cuantas semanas, meses decadas años
Cuantas vidas me tomara encontrarte?

Cuanto mas...

Se que buscar pero... donde?

Quiero me llene el sonido de tu voz
Quiero sentir el calor de tu frio
Quiero saber de tu piel
Quiero saborear de tus besos
Quiero sentir el tacto de tus manos de tus dedos
Quiero abrazarte
Quiero abrazarme en tus cabellos
Quiero llorar ya en tus senos
Quiero derramar mi sangre, Sangre nueva en tu abdomen

Quiero ser parte de ti...

Silencios de una noche negra
Gritos ahogados en el alma,
Desconsoladas palabras
Quieren escaparse con ella,
buscan alguna estrella solitaria
que quiera compartir su dolorosa eternidad
Se han enamorado del “no” ser
Y aun así ser mas…

Los sentimientos
Han seguido el camino del dolor
y buscan refugiarse ahora en alguna pena
para mitigar sus heridas...
(y no dar lugar a lo que sienta el corazón--)

Las palabras se han prometido
no callar mas sus tormentos,
juegan incasablemente con la vida
los sueños, la lujuria y la muerte,
y vagamente intentan
ahuyentar al amor.

Que les ha llevado a conocerse
el destino? el dolor?
Vivirán una fuerza insostenible
silencios que no callaran,
caminos ocultos…

¿Se arriesgan a transitarlo
Amantes de las penas…?
Pero los podría llevar al dolor...
A la muerte lenta…
Del corazón…


Habia estado toda una vida perdido y vacio. En la extrema soledad el viento de la noche ya se había quedado sin ramas que agitar. Todo era desierto, yermo y olvidado de placeres exiguos y victorias pírricas, en las grandes hazañas, y de derrotas amargas que habían perdido ya su sabor por acostumbrado el paladar.

Era ya mejor morir que seguir sufriendo, era mejor guardar las armas y dejar de luchar, no había estrella que orientase el futuro. Nada hacía y sentía marcar el camino. Por eso habiéndolo encontrado mi misión es cuidarlo, hacerlo eterno, dichoso y feliz. Sólamente como haces que me sienta.

No quiero sentir otra piel ajena, no quiero llorar más esta ausencia. Soy adicto a esa sensación que tengo contigo, al deslizar mi mano por tu piel, al besarnos. Me enamoro cada segundo de ese silencio entre el paréntesis de nuestros cuerpos. Quiero sentir tu alma tranquila en mi pecho; mientras mi espíritu se agita cuando te entorno sobre tus hombros, cuando mi pecho siente tu respiración, tu mariposa parpadeo aletear sobre mi corazón...

Entiendo los roces el dolor de sentirse solo, de sentirnos alejados. Bálsamo muchas veces vacío, con ganas de hacer juntos en la tierra los castillos que habitan en el aire. Me doy cuenta de que no quiero una vida al teléfono, de escasos días en la monotonía de no disfrutarnos, de no amarnos. Cada día y cada noche se me hace más díficil hacerme a la idea de que no estamos juntos. Eres lo mejor que me ha pasado, la única persona que me hace o ha hecho sentir el amor, como algo grande, único y especial.

La peripecia de perdir perdón desde la distancia. Sin en el consuelo de tu sonrisa, sin el reparador de un beso... Más fácil que antaño seguro que es, más emocionado que nunca estoy.


Amar en la noche con esencia,
tranquila y petrea en esta ausencia;
el dolor infrigido sin causa previa.
No quiero ser listado en un sarcofago.
No quiero morir entre llantos,
Sólo me espera la labor de reconfortarte
Sólo puedo pedir una noche más para amarte.

Me queda el camino de cumplir mi deseo;
que es ver tu felicidad, tu sonrisa, cada día...
reconfortarte en cada noche de este frio que esta
ya en mis huesos...

Sé que el futuro es nuestro. Que la felicidad se conjuga en nosotros.
Espero tu alma encaminada al deseo,
la flor deshojada yerma y amarilla,
que me antoja un beso;
no el último, nunca el póstumo, sólo el siguiente.



domingo, 2 de marzo de 2008

Por verte sonreir

"Hace tiempo, prometí escribirte una canción... como siempre, mal y tarde, la tienes aquí..."

La única fuerza que torna mi vida es el simple devenir del tiempo. Las personas se borran delante de mis ojos como si no encontrarán en mi algo. Cada hora y cada minuto es una pesada losa; una lapida que emerge de un cementerio donde los cadáveres siguen viviendo, pero que en mi corazón bombea en sangre negra. Cada paso que doy, cada acto que llevo a cabo interpela en mi emociones encontradas; pierdo la confianza y crece el miedo a que me siga quedando solo.

¿Por qué la apatía domina tan ferozmente nuestras vidas? Cada canción, cada libro, cada poema... todo me recuerda a ti, y todo agudiza este dolor. Entre seis cuerdas dibujo con mis dedos la agonía del tiempo, la melancolía que vidria mis ojos... las notas son gritos de rabia y tristeza.

Mi voluntad no me dejaba vivir, o quizás me vivía. No me causaba tormento ni fatiga mi incombustible e ingenua búsqueda de algo que sabía que no encontraría. Desmontando relojes por las torres de un viento sin fronteras, un mundo con pañales, calcetines altos y pantalones roídos por efecto de un tiempo inexistente.

Mi voluntad ha perdido su baza y en un cruce de caudales camina confundida, ya no es capaz de encontrar la humeante cabaña con la que soñaba todas las noches, ni siquiera aquel pantano en el bosque, donde escondí los mejores recuerdos de mi pasado…

Siempre pierdo porque siempre apuesto. En una mesa juego con mis cartas que son mi pasión, mi fuerza y mi alma. La partida acaba y levantándome una vez más abandono mi suerte que acostumbrada esta ha abandonarme. Cuando llego a casa es cuando noto tu ausencia. Una vez más cena para uno, y palabras que luchan por salir de mis labios para estrellarse en la soledad de una pared. Mañana volverá a amanecer y despertaré para comenzar otra vez la búsqueda, la lucha y el esfuerzo, para olvidarme de ti.

Y a ti, que sabes quien eres sólo una cosa: no me dejes morir en tu memoria; no me abandones tu, ahora que más necesito un abrazo. No por favor, no te olvides de mi y de estas lagrimas que caen en mis mejillas...

jueves, 25 de octubre de 2007

Vuelta al redil

Tres meses y dos semanas ha durado esta aventura. Esta vida fuera de la tierra media de mi vida termina con la felicidad de haber encontrado un nuevo destino laboral, cerca de mi "casa", cerca de mi vida y cerca de lo que me gusta. Este curro es un segundo paso para ir encontrando mi vida tras un fructífero primero, hecho aquí en Madrid, que me deja buenas sensaciones, a pesar de que la empresa (sub-contratada por Telefónica) es una mierda (sobretodo en lo que respecta a los procesos dependientes de Telefónica).

Lo mejor de este curro, como casi siempre los compañeros, y aunque hay, como casi siempre, trepas y gilipollas, la suerte es que al final recordaremos con los que verdaderamente queremos, la ineptitud e imbecilidad de los lameculos y bufa-almohadas. Pero no le dediquemos más líneas a gente sin sentido. Lo mejor, esa Vane, que es una persona excepcional, que siempre ha estado dispuesta para ayudar, ya sea en cosas cotidianas del trabajo, en la búsqueda de casa o en explicarme como funciona el transporte público en Madrid. Raúl un tio cojonudo, divertido y comprometido; el resto de la plantilla muy maja todos ellos (Juanjo, David, Jorge, Silvia, Raúl, la tímida Carolina, etc.). No es un curro en el que haya aprendido mucho, pero por lo menos he conocido a buena gente.

En el piso, bien. Pese a problemillas y desconfianzas todo ha ido bien, y lo mejor es demostrarme a mi mismo la posiblidad de desarrollarme y crecer en un ambiente nuevo sin problemas y conociendo plenamente todas mis capacidades.

Este nuevo curro al que voy a deparar, no me da de antemano mucha confianza, por lo que seguiremos con la búsqueda y ahora si, comenzaremos a buscar la formación necesaria para conseguir un empleo, quizás menos remunerado pero que me haga más feliz.

Pero lo mejor de por fin encontrar trabajo estable (sobretodo de lo mio) en Salamanca es volver a estar con mi gente. Mi familia, mis amigos y amigas, y toda esa gente guapa y maja de Salamanca o de paso, que nos podemos encontrar allí en una noche cualquiera. El ambiente siempre es inmejorable, y las ganas a disfrutar únicas e irrepetibles. Salamanca es una ciudad en la que se vive muy bien; en la que se puede disfrutar de cada minuto con varias opciones, y en la que lo peor viene de la clase política.

La política es un estadio de la vida que para mucha gente le es indiferente, pese a ser parte de la identidad y el carácter de cada individuo. Eso hace que las tramas, mentiras y cacicadas que suceden allí no se vean apenas influidas a pie de calle, aunque se trate por ejemplo, de perdonar deudas de millones de euros a los constructores amigos, subir los impuestos directos e indirectos un 80% a los ciudadanos o por ejemplo, embaucar al consistorio (y con ello a toda la ciudad) en una serie de procesos judiciales trasnochados e ilógicos, solo para defender la legitimidad de la represión y el fascismo de tiempos pasados. Al final quienes pagamos el pato somos todos las personas de a pie. Los impuestos son necesarios, pero deben ser progresivos e ir destinados a garantizar la existencia de un buen servicio público, y la calidad del mismo. En Salamanca pagan más impuestos los que menos tienen, y encima es para ingresar lo que el Ayuntamiento no quiere exigir a sus amigos constructores. La derecha retrógrada que gobierna en Salamanca encuentra en sus interesados amigos de la Cámara de Comercio a los cómplices y secuaces. 10 ricachones que representan a centaneres de pequeños comerciantes, y que seguramente bajo la mesa, a recibido las prevendas para aplaudir la llegada del Corte Inglés, la discusión sobre el AVE (cuando no tenemos un servicio ferroviario convencional en buenas condiciones, ni tampoco autovía hasta Avila), y ahora el aumento en los impuestos sobre el transporte público, que en apenas va a mejorar el servicio, pero si que va a esquilmar los bolsillos de los ciudadanos, que no se sabe si podrán comprar en los comercios adheridos a aquella vetusta organización.

El sábado llegó a Salamanca, y casi sin deshacer la maleta, nos vamos a ir de "mani" a tomar las calles y empuñar pancartas, para a viva voz, con nuestros gritos, parar la sangría que la derecha está haciendo en esta comunidad y de manera más particular en la provincia y sobretodo en la capital. Algún día la gente pro-Lanzarote se dará cuenta de cómo está dejando este vándalo de corbata la ciudad. Cómo los acaudalados constructores hacen y deshacen lo que quieren, viendo pasar las sentencias judiciales como si nada, porque saben que no van a llegar a ningún destino, más allá de la fraudulenta y bochornosa gestión consistorial.

Debe ser el momento de que desde las calles, toda la población que necesita el transporte público (ojito con los universitarios y estudiantes, que no votan y "deciden" en Salamanca pero viven y tributan en ella) y toda la izquierda y gobierno coherente echen a este impresentable y su tropa del ay-untamiento, para que esta ciudad, se encamine en la prosperidad y el futuro, para ella misma y para todos los que a pesar de todas estas bochornosas actuaciones, tenemos la suerte de vivir en ella.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...