Llega el momento de recuperar uno de sus hilos temáticos de mi blog que más ha ido sorprendiendo al público, frecuente o casual, que ha llegado a él. Hablo de la línea temática que dedico a esos grupos de rock y metal curiosos, bien sea en su puesta en escena, sus letras, sus biografías o en todo el conjunto.
Y
hoy voy a escribir sobre Jackyl.
Seguro
que no te suena de nada. Pertenece a ese grupo de bandas underground,
fuera de foco y radar, incluso de las publicaciones expertas o de los
periodistas más entendidos. Sus incursiones en los circuitos
convencionales del sector son más bien escasas, y casi nulas, cuando
salen de Estados Unidos, su país natal.
Yo
los conocí, su propuesta, porque todavía no los he visto en
directo, gracias a un ex compañero de trabajo a la par aficionado y
responsable de una buena web de metal. Él los conocía de una
de las promos que antiguamente llegaban también a los simples
aficionados, promovidas por discográficas y distribuidores
(desconozco si estas todavía llegan a día de hoy a los portales de
información). Su hard rock claramente reminiscente al
AC/DC de finales de los 80 y su The Razor’s Edge, se
mezclaba sin no muy buena armonía que digamos, influencias folk
al más puro estilo de la Creedence o Free, que por su
origen sureño (son de Georgia) eran inevitables.
Lo
sé. No es el tipo de música que escucho en mi casa, de manera
pausada y reflexionada. No están en mis discos, ni repositorios
físicos o virtuales. Y tampoco es un grupo por el que la liaría por
ir a verlos en vivo. Pero del mismo modo hay que asegurar que es de
los tipos de músicos que saben cómo hacértelo pasar en grande
sobre un escenario. No cabe ninguna duda de que montan un show
colosal, gamberro y divertido a partes iguales, y
en el que sales de allí con la sensación de sentirte sucio, pero
encantado de haber vivido una experiencia única.
Y
es que, desde luego, a originales no les gana nadie y es por
eso es por lo que se han ganado, ya lo hicieron hace mucho tiempo,
que les dedique un rato para ilustrarme, escribir sobre ellos y
acercarlos y compartir con vosotros algo de su música.
Una
moto sierra
Su
canción más conocida es The Lumberjack, single de su
primer álbum de estudio de 1992, titulado, como ellos mismos,
Jackyl. Se trata de una declaración de intenciones clara y
directa. Hard rock sureño desgarrado, que apesta a bourbon
y pólvora. Una letra ácida y cachonda a la que le acompaña en todo
momento una moto sierra.
Los
marcados riffs son aceleraciones del motor de la
maquina. Acompaña una viva batería y otra guitarra que tímida
aguanta el brío de la moto sierra que se come todo menos la
desgarrada voz de Jesse James Dupree, cantante, líder y
creador de la banda que continua hoy al piel del cañón. Su voz que
juega entre los registros de cantante Steve Kudlow de Anvil y
los del mejor Brian Johnson de los AC/DC es la otra gran seña
de identidad.
Así
hasta llegar a un primoroso sólo de moto sierra que enloquece
a quien lo escucha y lo ve. Se marcan las notas a golpe de gatillo, y
el sonido metálico de cadena y dientes de acero engrasados emula los
de la mejor afinada guitarra Les Paul. Todo ello, ejecutado
sin camiseta y con los habituales haedbangs y demás
parafernalia heavy, por lo que ante tanto movimiento no es de
extrañar que haya quien tema por la integridad física del virtuoso
“músico”.
Es
el propio Dupree el que maneja la moto sierra durante
el vídeo oficial y al final del concierto que es la canción con la
que habitualmente cierran sus setlists. Todo como un homenaje a su
padre y hermano, y a su infancia en la que muchos días compartían
el monte, la moto sierra y una camioneta chevi oxidada.
La
“novedad” de incluir una moto sierra entre el equipaje a la hora
de afrontar un concierto, hizo que Jackyl entrará en los
circuitos americanos de festivales donde destacaron en su actuación
en Woodstock 94. También, fueron dando saltos a otros países
destacando en Iberoamérica donde en lugares como Chile o Perú son
considerados como una banda de primer nivel.
Aquí
os dejo alguno más de sus temas, más conocidos y más clásicos en
su puesta en escena, pero sin dejar de lado la coherencia de un
grupo sureño: Buen
hard rock, letras y ritmos folk, camisas de cuadros, chicas con poca ropa, bourbon y alguna
bandera confederada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario