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miércoles, 1 de abril de 2015

Vivir en #Españistan: 3. La democracia sin lucha


Portada sobre el dossier publicado por La Marea sobre la Memoria Histórica

Como decíamos ayer, y como ya había soñado tras la jornada de elecciones del 20 de noviembre de 2011, auguraba una legislatura corta, muy caliente en las calles y contestataria a las políticas de viejo régimen que nos habían llevado tanto a la estafa que llaman crisis como al descrédito de la política en general, de las instituciones españistaníes en particular. En aquel momento la crispación era máxima, las manifestaciones eran diarias y las noticias que los medios sacaban cada día eran más combustible a la hoguera de la vergüenza, la indignación y la lucha.

Tanto la información, como las manifestaciones no han cesado estos años. Diarios alternativos (la marea, eldiario.es, infolibre,...) como periodistas en sus blogs y twitters han ido desmenuzando las oscuras perversiones y corruptelas de los años anteriores y las políticas fascistas, retrógradas, hipócritas y ultra liberales que Rajoy y su recua de ineptos por ministros han ido colando todo este tiempo, amparados en una mayoría absoluta aplastante, inmensa si le sumamos las que han tenido en casi todas los parlamentos autonómicos y en infinidad de ayuntamientos, su ideología de extrema derecha en las libertades y ultra liberal en lo económico para hundir más en la miseria al país y sus habitantes.

Tasas en la justicia, en la universidad, una reforma laboral que convirtió los derechos laborales y el empleo cualificado y estable en un recuerdo, recortes en sanidad y educación, y en ciencia y en investigación lo que ha llevado a un éxodo de jóvenes sangrante y que traerá consecuencias funestas; un banco malo que no ha parado la sangría de desahucios, sino que ha servido para salvar las pérdidas de la banca privada; apoyos a los colegios concertados y a las empresas que han ido como víboras a sangrar la sanidad pública; una ley educativa que bajo el amparo de los recortes y la austeridad al final ha demostrado sin maquillajes su propósito reaccionario, ultra católico e infame. Hogares vacíos y hogares fríos que no pueden pagar la luz, el gas o el agua. Aplica a la cultura un IVA abusivo que ha vaciado cines, teatros y librerías. Coronado todo ello con una ley de seguridad ciudadana, ley mordaza, que roba aún más derechos de los ciudadanos para pisotearlos con la bota de la opresión, la amenaza y la injusticia. Hoy en #Españistan hay más parados, más pobres, más oprimidos, menos derechos, garantías y libertades y ha aumentado la cuenta de los ricos y la sensación de impunidad de los poderosos y corruptos.

Hasta aquí se ha cumplido mi profecía de noviembre de 2011. Pero lamentablemente ahí se quedo. Han seguido y siguen las manifestaciones, las huelgas de educación o sanidad, o de empresas a quien la reforma laboral les ha dado la barata solución para precarizar y despedir. Las injusticias están a la orden del día, y se han seguido parando desahucios, exigiendo medicamentos para enfermos de Hepatitis C. Las mareas han continuado su defensa de los servicios públicos de calidad para todos... pero en realidad, en cada ciudad, en cada barrio, en cada manifestación, nos hemos ido encontrando los mismos.

La abrumadora marea de septiembre de 2012 o las marchas por la dignidad no han dado el salto definitivo para poder cambiar este país. No han tenido el apoyo de los sindicatos, visiblemente huérfanos de liderazgo, valentía y capacidad, o de una oposición pendiente más de sus problemas que los de la gente. El 15M muto y se transformo en partido político y quizás con alguien a quien votar, las calles dejaron de ser una opción.

Pero la realidad es más dolorosa. Lo cierto es que este país, este #Españistan que abochorna y averguenza carece del empaque democrático y del conocimiento del valor de la libertad porque hace mucho que ha dejado en su conjunto de luchar por ella. Franco murió en la cama, y el 23F las calles quedaron vacías. Ahora Rajoy y el #PartidoPutrefacto agotan legislaturas e incluso renovarán mandatos porque nos falta coraje y rebeldía. La mayoría de los españoles son acomodaticios, sumisos, poco participativos y consideran que la democracia es ir a votar cada 4 años, qué todos son los iguales, o que a mi la política no me interesa. Sólo con los 6 millones de parados, los cientos de miles desahuciados, los miles de dependientes olvidados o los estafados por la banca y el capital, no habría anti disturbios suficientes.

Nos falta coordinación. Nos falta cultura de lucha y resistencia callejera. Ignoramos lo que es el antifascismo y lo que representa. Se desconocen lo que suponen las luchas alter mundistas y su impacto en un mundo distinto, mejor, más humano. Nos falta minería y nos faltan décadas de educación asociativa y participativa. También nos falta solidez democrática en los medios de opinión pública y en la ciudadanía. Tenemos mucha partitocracia, mucho clientelismo, demasiado bipartidismo cautivo, demasiado miedo al cambio y poca democracia real. Por eso aquí no caen los gobiernos, caemos nosotros. Aquí no dimite ni dios porque no los hacemos dimitir. En otros países los políticos no dimiten porque sean mejores políticos sino porque tienen una sociedad mejor enfrente. Y eso hace mejores políticos.

Tenemos los políticos que nos merecemos. Es más, los políticos que la mayoría quiere, representan el modelo de comportamiento que desearían tener, o que directamente ya tienen, a pequeña escala de corruptelas, chanchullos y picarescas varias. Rajoy agotará legislatura y en 4 años habrá retrotraído nuestra legalidad y nuestras posibilidades a los años 60; habrá lastrado nuestro futuro para un par de generaciones.

Con este panorama es difícil no ser pesimista. Tras este año de todos los comicios, deseo que vuelva la conflictividad a las calles, la lucha, la resistencia. Las ganas de ganar para cambiarlo todo y que esa victoria venga por el empeño y el convencimiento en que representamos un mundo mejor. Tiene que ser así porque en #Españistan ya hay mucha gente que tiene hambre como en la posguerra, millones no tienen trabajo, miles han sido estafados, miles han perdido sus casas, miles abandonan el país, pasa que hemos sido engañados, apaleados y robados impunemente por quienes nos dirigen, pasa que nos han quitado infinidad de derechos, pasa que los ladrones andan sueltos y están en todas las instituciones del Estado y pasa que la sanidad, la educación, la innovación, el futuro de este país se van al garete. Pero no pasa nada. La revolución no será televisada porque la mayoría estará viendo el televisor.

#Españistan hunde los cimientos de su democracia en las fosas comunes de la Guerra Civil y sobretodo de la dictadura. Aquí no hubo investigaciones, ni reparaciones, ni juicios, ni justicia. Nos acostamos un día fascistas, y nos levantamos demócratas y así hoy no entendemos, la gente no entiende, que democracia es otra cosa y que hay muchas de las tropelías y realidades que no se pueden admitir. Hoy hemos dejado que se muera la generación de las víctimas de la barbarie y el fascismo y no les hemos dado justicia. Hasta que eso no pase, hasta que no hagamos todos juntos como sociedad, el acto de contrición, recuerdo, comprensión, y puesta en valor de aquellos sacrificios terribles en la lucha por la libertad seguiremos padeciendo. Es un trabajo arduo y duro, largo y que llevará a desfallecimientos, pero a su vez es inevitable. #Españsitan mutará a España, una democracia real, en la que ya no habrá calles a la División Azul y si a los brigadistas internacionales. Es un trabajo a través de la educación cívica, de valores para que se conozca de una vez por todas de donde viene la democracia y que supone realmente: La participación, el sentido crítico, el sentirse informado y ser pro activo en su búsqueda, la colaboración, el anti fascismo, el inconformismo... Con todo ello, podrá llegar un día en el que no me avergüence decir que soy español, y en el que quizás, no me considere apátrida.

martes, 31 de marzo de 2015

Vivir en #Españistan: 2. El desgobierno del #PartidoPutrefacto



Viñeta de Manel Fontdevila en eldiario.es


Lo que está pasando en #Españistan no se toleraría, no se permitiría ni un sólo momento en cualquier país serio, en ninguna sociedad con un mínimo de decencia. Pese a que los medios del capital y afines a la ideología fascista del partido en el gobierno quieran ocultarlo o minimizarlo, denominándolo eufemísticamente “sombras de corrupción” lo que tenemos ante nosotros no es más que la cueva de los trajeados y engominados ladrones. La realidad es que el Partido Popular, a partir de ahora #PartidoPutrefacto, presenta sin vergüenza una contabilidad "B" para gestionar el dinero sucio, procedente de donaciones ilegales a cambio de adjudicaciones públicas (esto es ni más ni menos que cohecho y prevaricación), desde el mismo momento de la fundación del partido, en todas sus provincias, en todos sus municipios, y que además de para financiarse ilegalmente, reparte en sobres de espaldas a la luz pública y a Hacienda, para todos los miembros que tienen cualquier cuota de poder, ya sean caciques históricos, meapilas varios o nuevas generaciones de mangantes. Y todo ello aderezado por intolerables obstrucciones a la justicia desde los cargos que rigen en este momento o con las mayorías que han forzado en las altas instancias del poder judicial con jueces y fiscales favorables a la causa.

Quizás no lo hacen porque desde el poder que han detentado siempre (son los herederos políticos e incluso familiares del franquismo) han urgido acciones que dinamiten cualquier proceso de esclarecimiento de que ha pasado en esta estafa llamada crisis, agravada en el caso de #Españistan con la sinvergoncería del #PartidoPutrefacto. Sólo así se explica que desde el propio gobierno se ejercen acciones que se asemejan mucho a la coacción como cuando los agentes que investigan una trama corrupta son llamados por Asuntos Internos, gestionado directamente por el Ministro del Interior. Ministro que por cierto no resultaría atemporal en una fotografía ideológica de un gabinete de gobierno franquista.

O las maniobras que ejerce el Ministerio de Justicia, con esa “remodelación” tan oportuna de los órganos judiciales. O del propio Código Penal. Repetiré hasta la saciedad que cuando los españoles consentimos que se expulsara de la carrera judicial a Baltasar Garzón al iniciar la investigación de la Gürtel –con todo lo que concurrió- estábamos sentando un precedente irreversible. También empieza a entender mucha gente que algo extraño -o demasiado claro- ocurrió entonces aunque entiende que en un país como éste estos hechos se dan. Gravísima e increíble aceptación. Así seguimos. En caída libre.

Porque tenemos que hablar con propiedad. Una organización que desde el primer día -hace ya varias décadas-  busca réditos económicos a sus acciones políticas, trampeando con las concesiones que otorga, escondiendo la contabilidad en cuenta opaca y repartiendo sobres entre sus principales ¿es un partido político o qué es?

Y si esa organización utiliza medios de coacción –o algo que se le parece mucho- y maniobra en el ordenamiento del Estado que controla logrando, en la práctica, frenar la acción de la justicia o acallar voces disidentes ¿Es un partido político o qué es?

Esto va mucho más allá de EREs fraudulentos, cursos tramposos, y todas las rapiñas que nos han deparado los políticos, aunque añadan porquería. Es una corrupción troncal que afecta a los pilares del Estado. Esto ya no es derecha o izquierda, porque igual –básicamente- no estamos hablando ni de política. Tiene que haber gente honrada y coherente dentro de todas las ideologías que deje de colaborar y ataje de una vez esto.

Sus cómplices son muchos, como señalamos. Los hay en la Justicia. Sin duda en la política con posturas de oposición que prefieren no gritar mucho para no airear sus propios trapos sucios aunque vean hundirse un país en la miseria ética y social. Muchos medios informativos participan de esa condición de complicidad, callando la realidad o manipulándola con absoluto descaro. Algunas veces de forma tan burda que sorprende cuele su mensaje. Y desde luego la sociedad que no debería permitirse excusa alguna ante la infinita gravedad de lo que está ocurriendo, incluso de un calibre sin precedentes en democracia. Afrontar el problema es inaplazable.

Estamos en el año de todas las elecciones y caminan con absoluta desfachatez completamente seguros en sus escaños de poder y con plena confianza en la reelección y en la conmutación de penas por parte del electorado. Tampoco les preocupan las diligencias policiales y judiciales, y nada les impide seguir con inauguraciones, cortando cintas, haciéndose fotos, besando niños, prometiendo más cosas y repitiendo el mantra de que “con el Partido Popular España ha iniciado la senda de la recuperación”.

Está es la realidad del partido que tenemos en el gobierno ahora mismo en este país. Y lo hace, porque sistemáticamente, con cada elección ya sea en un pueblo pequeño o una mediana ciudad, o en comunidades donde sus desmanes no sólo han traído la corrupción siciliana más cutre y la conversión de todo el andamiaje del estado en una suerte de estructura caciquil y oscurantista, sino que además con sus políticas para los privilegiados (ricos e iglesia) han provocado un empeoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos y ciudadanas. Pues aun así, resultan reelegidos, incluso a veces como en la Comunidad Valenciana, Madrid, Orense, Baleares, Galicia, con mayorías más aplastantes pese a que ya eran conocidas e instruidas las causas corruptas.

Esas reelecciones les han instalado en una suerte de sobreseimiento, de absolución por la corrupción, por suerte de la acción de las urnas, en un convencimiento colectivo en el que la separación de poderes es pisoteada mientras el poder legislativo alababa un ejecutivo corrupto y pernicioso y deslegitimaba la acción de jueces y fiscales (los pocos independientes y honestos que hay por aquí, no nos engañemos).

Aún habrá alguien que me diga que el país está recuperándose, que es el mejor gobierno posible, que todos son iguales; que lo están haciendo bien... ¿lo están haciendo bien? Responder a esta pregunta da para mucho. Para muchas líneas, muchos datos, muchas verdades que parece nadie quiere oír o de las que ya muchos estamos cansados de escuchar y denunciar. Pero la realidad es que este país, cada día que pasa bajo el gobierno dictatorial del #PartidoPutrefacto es un país mucho peor.

La deuda pública, aquello por lo que nos colaron una antidemocrática reforma constitucional, #PPSOE y #PartidoPutrefacto ha pasado del 68'8% que dejaron los primeros a un 101% que han puesto los segundos en 3 años de desgobierno. El paro no sólo no ha bajado sino que bajo su yugo han colado una reforma laboral que en la práctica no sólo no lo ha bajado sino que ha convertido el poco empleo estable y cualificado en multitud de “minijobs” que no generan riqueza en el producto interior bruto pero si en los bolsillos de la celebradísima patronal a la que este gobierno elitista le ha hecho el trabajo sucio, como veíamos ayer. Se devuelven inmigrantes en frontera pasándose el derecho internacional por la bajante, para cuando no llevarlos a la costa y rematarlos a bolazos de goma. Su ineptitud, hipocresía y ultra catolicismo nos trajo el ébola, mientras dejaban a inmigrantes sin tarjeta sanitaria y a los enfermos de Hepatitis C sin acceso a su medicamento por ser "demasiado caro". Y por último nos han metido una ley mordaza, que borra las libertades civiles de la historia, trata de callar a base de multas, prisiones y golpes su incompetencia contestada en las calles y legan una reforma educativa, que a mayores tasas, conciertos para sectores ultra católicos y elitismo en los estudios superiores, le coloca sin maquillaje catolicismo y religión por encima de razón y entendimiento. Se atreven incluso a decirnos que sin Dios no podemos ser felices. Como se atreven los canallas, cuando es con ellos, con sus políticas cuando llevan a la mayoría de la población a no tener las mismas condiciones que los privilegiados para alcanzar su felicidad.

Este país tiene un grave problema de educación. Lo tiene con la educación de idiomas, de filosofía, de matemáticas y conocimiento científico, la música o el deporte, para conocer su propia historia o la historia de la humanidad. Pero aquí y ahora toca denunciar el escaso, prácticamente nulo, conocimiento democrático que tiene la sociedad española.

Se imaginan en algún país de “nuestro entorno” con quien dicen que nos tememos que asemejar ocurrieran cosas así. En Alemania una ministra se fue por plagiar su tesis doctoral. En Reino Unido dimitió un ministro por 7.000€ no declarados... Me diréis que Italia o Grecia han sido como nosotros, pero no es verdad. Allí la democracia ha sabido poner a cada uno en su sitio.

Cuando Rajoy y el #PartidoPutrefacto llegaron al poder auguraba un gobierno corto. Confiaba en la movilización social, en las calles llenas día si y fin de semana también, de manifestaciones. De mareas, de mineros, de trabajadores despedidos por caciques y corruptores despiadados. La educación estaba en la calle; toda la sanidad se unía contra las privatizaciones y en favor de los pacientes. El 15M nos había sacado del letargo y con la dignidad por bandera había gritado que otro mundo es posible; no sólo se había quedado ahí. Había planteado como hacerlo.

Pero #Españistan es insoportable. Un país que ha gastado 40 años en nada. Un cambio de maquillaje de una dictadura a una democracia dictatorial, donde los que hoy mandan con casi aquel poder nada temen, como antaño nada temían.

Que hoy en día gobierne este país, su gobierno central, casi todas las autonomías, infinidad de ayuntamientos con unas mayorías absolutistas, un partido que ha funcionado desde su nacimiento como una sociedad con ánimo de lucro y prácticas corruptas me avergüenza como español. Pocas instituciones en el mundo pueden decir que han pasado por los tribunales sus tres tesoreros. Pero con todo siguen tirando de bastones de mando y no se desploman a las catacumbas en las encuestas.

lunes, 30 de marzo de 2015

Vivir en #Españistan: 1. Que nos pongan en nuestro sitio



Ahora que ha llegado el calor no será de extrañar, si en una de las múltiples terrazas que han surgido en nuestras calles, y cerveza en mano nos involucramos, por vicio o por obligación en alguna conversación sobre las ventajas de vivir en un país como España; perdón, #Españistan. La manida frase de, "como en España no se vive en ningún lado" saltará dos, tres o más veces incluso jalonada por el choque de jarras de cerveza.

Pero centrándonos en el debate podíamos no hacer como ocurre en la inmensa mayoría de debates, de más o menos trascendencia, que cada día y cada noche se circunscriben en este país. Podíamos usar datos. Y entre todos los datos, podíamos usar los del índice para una vida mejor, publicado el año pasado por la OCDE en el que pone en comparativa las condiciones de vida de sus 34 países miembros (más Rusia y Brasil) más allá del PIB, mediante varios indicadores en once ámbitos distintos (vivienda, ingresos, empleo, comunidad, educación, medio ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción ante la vida, seguridad y balance vida-trabajo).

Los resultados son desalentadores para Españistan, y deberían haber sido un toque de atención al subconsciente de la población imbuido en una burbuja, cada vez más descarada y alentada por unos medios de comunicación cómplices de los que nos han llevado al desastre, de que pertenecemos a la élite del mundo, que podemos codearnos con los del G7 o cosas así. La realidad es terca por consistente y verdadera. España se asemeja más a Polonia, Israel, la República Checa que a los países de nuestro entorno próximo (Alemania, Francia, Italia o Bélgica); estamos superados en muchos balances con Portugal y por supuesto el estatus de calidad de vida de Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Canadá o Finlandia, nivel a los que los progresistas ansiamos poner a este deprimido país son inalcanzables.

Para empezar un análisis de los datos inexorablemente hay que empezar por el modo en el que la gente se gana la vida: el empleo; o en nuestro caso, el desempleo. #Españistan tiene una tasa de paro por encima del 26%, más del doble que la media Europea, 16 puntos más comparada con la Europa de los 12. El paro de larga duración es el más alto, y por mucho, de los 36 países analizados (más del triple que la media de la OCDE) y el paro juvenil es una lacra que dinamita las posibilidades de vida de los jóvenes y nos convierte en absolutos campeones mundiales del dato (y este no tiene pinta, con las políticas que se están llevando a cabo, a que en cuatro años "perdamos el cetro"). Otro dato preocupante es la tasa de actividad femenina, que es muy baja (la sitúa la 26 en el baremo del estudio) pero que comparada con los países con los que nos deberíamos comparar nos quedamos horriblemente lejos. Aquí dejo la pregunta de que si los 40 años de machismo opresor y abusivo que reinó con la dictadura franquista dinamitaron el acceso a la vida laboral y profesional, en definitiva la vida plena, de las mujeres de este país, de tal manera que hoy, 40 años después del dictador enterrado, sigamos manteniendo unos paradigmas laborales en los que la precariedad, la discriminación y el machismo sigan reinando.

Además en este estudio hay que valorar que se desarrollo en pleno proceso de aprovechamiento por parte de la patronal de las ventajosas condiciones que la reforma laboral del #PartidoPutrefacto les ha legado por su impagable colaboración con la salud de la caja B y de los abultados sobres. Sin ninguna duda hoy, me atrevo a decir que las condiciones laborales de este país y la desprotección del empleado frente al empleador, del trabajador para con el patrono, son mucho peores, lacerantes e indignas, puesto que todos los indicadores relatados un párrafo arriba se han agravado. Basta un dato, el de horas trabajadas (que es de donde sale la cotización de los trabajadores con lo que se pagan subsidios, pensiones, servicios públicos...). Mientras en el primer trimestre de 2012 se trabajaron más de 7 millones y medio de horas en el segundo trimestre de 2014 apenas se sobrepasaron los 7 millones. Un ejemplo básico de la temporalidad y la baja calidad del empleo creado en los últimos meses, que ha venido directamente a sustituir empleo fijo, estable y de calidad tanto en ritmos laborales como profesionales.

Pero con la cantinela del paro, la derecha y la patronal de este país nos han creado el drama del empleo, y con él, el bajo nivel de ingresos de las familias. Me atrevo a decir que todos, o cuando menos quienes no ocupan cargos en sus empresas (o en la administración) de responsabilidad, han visto empeorar sus condiciones con esta estafa llamada crisis. Pero es que además, todos conocemos a personas que ocupan nichos de ocupación en los que la precariedad, la intermitencia saliendo y entrando en las listas del paro y los salarios son muy bajos. Y es una situación que no se limita a trabajadores jóvenes con su primer contrato, sino que es perenne de no pocos sectores productivos, algunos de ellos como la hostelería o la construcción, motores de nuestra productividad, lo que lleva a muchos trabajadores alargar durante muchísimos años esa situación de temporalidad, precariedad y baja remuneración.

Otro factor medido por el estudio que desnuda #Españistan es el de la desigualdad. Venimos de una época en la que en plena burbuja inmobiliaria y bajo un boom crediticio auspiciado por la Europa del capital y un sector financiero extremadamente desregulado. En ese momento "todos nos creímos ricos" y apareció a su vez, un boom en el consumo que aparentemente, bajo la superficie de ese dinero con condiciones, "nos hizo a todos más o menos iguales". La realidad vuelve a aparecer cuando se comprueba que la población que ocupa el 20% superior de la escala de ingresos gana 6,4 veces  lo que percibe la población que ocupa el 20% inferior. Sin duda, influye como venía diciendo el mercado de trabajo españistani, lo que nos deja en términos de desigualdad un puesto por debajo de Estados Unidos y con un nivel mayor que el de la mayoría de los países de la Europa Oriental (Polonia, Hungría, República Checa, Estonia, Letonia), países que todos bajo este tema, situaríamos como ejemplos de sociedades muy desiguales.

Como resultado tenemos en #Españistan un país desigual. Concebimos hoy en día y en el lenguaje popular el tener trabajo como un lujo, o una suerte; y tenerlo bien remunerado, seguro y en el que haya posibilidades de ascenso y promoción como una utopía. Todo ello lleva a un país donde las expectativas de vida y los planes personales son continuamente postergados bajo el yugo de la precariedad laboral y la inseguridad. No es casualidad que los españoles tarden tanto en emanciparse (hasta 8 años más de media con los datos ofrecidos por Alemania, Francia o Reino Unido), o que tengan tan pocos hijos, y sobretodo tan tarde (la edad media de la madre primeriza española está en los 31,3 años, por los 25'8 de alemanas, francesas, irlandesas, o los 23,4 de las suecas).

El informe de la OCDE no sólo deja mal parada #Españistan en términos de como nos ganamos la vida los españoles. No, hay mucho más. Por ejemplo, algo que en este blog ha sido continuamente referenciado: La creciente desconfianza (utilizó el término que ofrece el estudio, por no usar mis propias palabras y ser algo rudo y descortés) hacia las instituciones políticas, tanto sindicatos, patronal, partidos políticos, instituciones públicas, poderes como la justicia, o emblemas como la monarquía... La educación, aunque presenta valores que la permiten valorar como equitativa (tanto en términos de igualdad entre sexos como de rentas) aporta rendimientos académicos por debajo de la media (flagrantes en algunos casos como comprensión escrita, capacidad lectora, aprendizaje de idiomas, conocimiento de la filosofía, la propia historia o entendimiento de las matemáticas).

Además nos sacan los colores en cuanto a temas referidos al medio ambiente. Las agresiones a nuestros espacios naturales, tanto en términos de destrucción de la masa forestal, de entornos naturales, la supremacía del cemento o la polución atmosférica. Especialmente significativo es la percepción del ruido que nos deja una concepción del país como el más ruidoso de los 36 analizados.

Por supuesto que no todos los datos son malos. La sanidad española sale muy bien parada. Y lo hace con un balance de varios estudios durante varios años que nos dejan una sanidad de elevada calidad, tanto en la atención de los profesionales sanitarios, como en los recursos. La esperanza de vida es de las más altas, la calidad de la vida también, fruto de una muy bien valorada alimentación y hábitos y costumbres saludables. Por lo tanto, sino hay intereses pecuniarios, oscuros o fascistas no se entienden los intentos de la derecha de este país por desmontar el sistema sanitario con continuas loas y parabienes para las empresas privadas.

Somos el primer país del estudio en horas dedicadas al ocio y el cuidado personal, por persona y año. También es destacada la fortaleza de los vínculos sociales y familiares (que sería de este país sin el apoyo de las familias y amigos ante la situación de desamparo social que las instituciones públicas no sólo han provocado con su ineptitud o inacción, sino que tampoco se han preocupado de paliar).

Esto último es lo que hace que consideramos que vivimos en el mejor país posible para vivir. Es lo que tenemos a flor de piel, lo que despierta nuestras sensibilidades, alimenta los sentidos... Pero la realidad es que hay otra serie de factores que lastran la calidad de vida de los ciudadanos, y en todos ellos, desde antes de su crisis nuestra estafa, ya salíamos mal parados, e inexorablemente también nos definen como país.

Es curioso que tengamos lo más difícil, las relaciones humanas, un carácter abierto y acogedor, cuando menos con los iguales, y que durante tantos años no hayamos sido capaces de construir una sociedad con todos los artesonados necesarios para poder considerarnos élite, campeones mundiales en igualdad, en limpieza democrática, en justicia social, memoria histórica, productividad, empleo de calidad, investigación o arte. Quizás haya influido que en este carácter español no sobresalga la autocritica y sin embargo destaque la complacencia, para que toda conversación como la relatada al principio termine con un “Sí, pero como en España no se vive en ningún lado”.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...