miércoles, 14 de abril de 2010

14 de abril



Hoy es 14 de abril. Hoy se conmemora (69 años) el alzamiento de la Segunda República. Las concentraciones de revolucionarios, seguidores y admiradores de aquel período histórico, en definitiva, los que soñaron y sueñan con otro tipo de mundo y de sociedad tendremos nuestros cinco minutos anuales en TV o un par de páginas o un párrafo, dependiendo del periódico. No más tiempo que el que disponen los nostálgicos las fechas de la infamia y la traición nacional. Supongo que son las contrapartidas del olvido, la amnistía, o el aquí y ahora tan amigos. Pero la verdad es que nos sentimos estafados, ninguneados. Las víctimas del levantamiento, guerra, dictadura, censura y exilio. Todos aquellos que desconocen en paradero de sus familiares desaparecidos. Represaliados y ejecutados en la nocturnidad y en la superioridad armamentística, que no moral. Enterrados en el olvido de la cal viva, en fosas excavadas por ellos mismos ante la luz de un cándil, la risa y las mofas de los vencedores que aprovecharon tanto el odio nacionalista y clerical, para una limpia ideológica y también como viles crimenes que paliaban antiguas discusiones, odios, fobias y conflictos que utilizaron el conflicto de las dos españas para cobrarse su particular justicia.

Hasta tres generaciones tuvieron que sufrir el exilio o vivir ercionado en la censura y el utraconservadurismo católico. Todo ello con un único fin: mantener las oligarquías, la explotación del jornalero y el trabajador en regimen de semi-esclavitud y en condiciones paupérrimas como fuente de riqueza de unos pocos, nobleza tradicional y la nueva que venía de los burgueses acomodados... Ejército e iglesia abanderados del tradicionalismo y la vieja y única España, frente al laicismo, el marxismo, la revolución proletaria o el sentimiento independentista...

Cinco años de esperanza y revolución cortados, pero que aún son añorados. Cinco años de laicidad, igualdad, paz y compromiso social que están enterrados bajo toneladas de odio, olvido e indefensión.

Pero este aniversario también es motivo de protesta y reclamación. La primera y más habitual la de instauración de una Tercera República. Un modelo de estado nuevo, no sólo basado en la consulta pública al pueblo, para las nuevas generaciones y las más antiguas a las que se les impuso un Rey elegido por el dictador fallecido y ratificado por sus cortes fascistas. Y no sólo eso, sino también la formualción de un nuevo texto constitucional actualizado y que corresponda a un Estado moderno, no al del eterno país en transición democrática que nos quiere imponer la derecha, que trata de mantener sus axiomas para volver a movilizar al ejército como en aquellos oscuros años. Iglesia y jerarquías económicas siguen viendo amenazados sus centros de poder y uieren mantenernos o volvernos a meter en la ceguera social y cultural.

Pedir la Proclamación de la Tercera República ya es un paso más allá, es una petición de campaña de voto, de sufragio. El primero es que por lo menos que nos den a todos la oportunidad de elegir que modelo de Estado, gubernamental y social que tenemos. Es decir, un primer motivo de protesta es que se nos devuelva el derecho a elegir en su totalidad, derecho que fue cercionado con el alzamiento del 18 de junio del 36.

Pero la actualidad también impone su importancia, y así reivindicaciones por anti-Bolonia y una educación laica y pública en todas sus fases, una sanidad igualmente pública y protegida ante las agresiones coorporativistas y privadas, o un mayor laicismo y protección ante los desmanes eclesiásticos católicos y romanos tendrán su hueco entre las reivindicaciones, las pancartas y banderas tricolor. No menos importante será defender un sistema político que discrimine la corrupción tan extendida e incluso bien vista por parte de la población que comulga con las mentiras, excusas y desviaciones mediáticas y éticas que salen desde la calle Genova. Es también una jornada para defender al trabajador, de todas las clases, géneros y condiciones ante los ataques de la patronal y un gobierno neo-con en materia económica. Defender al ciudadano sin ambalajes ante una crisis que nos han impuesto especuladores y avariciosos y de la que para salir definitivamente, sin más recaídas o cracks, solo existe el camino de desterrar el capitalismo tal y como lo sufrimos, olvidar el consumismo actual y adoptar comportamientos más cívicos, solidarios y sostenibles.

Y por supuesto será una jornada más para pedir justicia. Para luchar e impedir el avasallamiento contra el Juez Garzón, dejar claro que los crimenes contra la humanidad no preescriben por mucho tiempo o mucha ley de amnistía, porque permanecen durante muchas generaciones en la memoria colectiva y el recuerdo, por mucho que lo quieran evitar. Tenemos toda la sociedad española una deuda histórica con todas esas personas cuyos familiares más allegados marcharon en una madrugada para no volver jamás. Todos esos niños de entonces son ahora octogenarios cuando menos que con este nuevo revés han sepultado su deseo añorado de poder enterrar a sus muertos con dignidad y justicia. Si seguimos por esta deriva la identidad nacional de este país y su moralidad estará hundida para siempre. No quiero pensar en dentro de 100 o 200 años cuando nuestros sucesores se escandalicen por esta deuda histórica, moral y jurídica que día a día queda más desierta y tapada. Un país que quiera progresar debe recuperar su memoria y agasajar a sus muertos que lo hicieron por la libertad.

Continuemos y luchemos...

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