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viernes, 24 de octubre de 2008

Lo inútil y lo ilógico abrazados a un premio


En estos momentos se están repartiendo los Premios Príncipe de Asturias. Lo he visto de refilón, sin querer, de manera involuntaria, pero no por ello se han dejado de dibujar mi sonrisa malévola, mi sentido de crítica y purga, y también de sorna. Hoy es un día de esos que nos sacuden de vez en cuando, en el que todos los medios de comunicación deciden aunarse en una catársis colectiva y servil para dejar claro su acérrimo patriotismo, su irrompible compromiso con el sistema actual y la monarquía, y las continuas carantoñas a los futuros herederos y a una suerte de premiados cuya mayoría seguro se vieron asustados cuando conocieron la noticia de que le había caído (no se sabe si en suerte, conspiración o jurado) el premio. También su parte de condescendencia se lleva la fundación que otorga los premios en Oviedo y que lucha incansablemente por darse a conocer en las altas esferas de la cultura y el saber en centro-europa y Estados Unidos.

Y en esta ardua lucha llevan una década aproximadamente, momento en el cuál rompieron "la tradición" de sus primeros 15 años de vida de otorgar los premios en todas las categorías a personas o fundaciones españolas, o como mucho iberoamericanas, para en progresión ir tratando de darse a conocer en los elitistas círculos de Londres, París, Nueva York o Berlín, y conseguir, algo no menos importante; que la imagén del heredero se vea reforzada a base de instantáneas anuales junto a los premiados.

Los premios Principe de Asturias funcionan a la inversa de cualquier otro premio: en lugar de dar prestigio a quien lo recibe, las ilustres lumbreras de la Fundación encargada de otorgarlo, tratan de que dicho premio reciba el prestigio del premiado o alcance difusión internacional debido a la fama del premiado. Fuera de aquí, y a parte de los premiados, ¿quien creeis que conoce estos galardones?. Por mucha fanfarria en los medios y real familia que los acompañe...

Así de esta manera la lista de premiados ha mutado en los últimos lustros y se busca que los Príncipes salgan al día siguiente en los periódicos nacionales (en portada) e internacionales (en páginas de cultura y en sección menor) junto a insignes personalidades de las letras, la sociología, las humanidades o las ciencias. Por ejemplo, en los últimos años el afán de la fundación de darse a conocer y funcionar como una empresa de publicidad para Felipe se han otorgado premios a reconocidos nombres y valores como los de Anthony Giddens, el filósofo Jurgen Habermas, el sociólogo italiano Giovanni Sartori, la National Geographic Sociecity, Google, o literatos como Claudio Magris, Paul Auster, Amos Oz o Arthur Miller.

Por no hablar del ridículo que rayan cuando intentan distribuir el premio del Deporte en el que se tiran por lo instantáneo, lo que esta de moda, y aquí no frenan en su amor a la patria, por la conveniencia de fotografiar a Felipe y a su señora (sí, esa mujer del siglo XXI que dicen los periodistas; la que dejo una carrera profesional plena y que podía ser ejemplarizante, para convertirse en reina consorte, tras pasar por la iglesia, ¡¡dónde se olvidaron de su divorcio!!) con nombres como los de Fernando Alonso, Rafa Nadal o la selección española de basket que lo recibió 2 meses después de proclamarse campeones del Mundo.

Y el mayor escarnio es el de la Concordia, que intenta competir con el Nobel de la Paz, y le cambia el nombre, parece que para no pagar derechos de autor. No niego que los premiados reúnan los méritos (aunque en casos como los de la autora de Harry Potter me hacen dudar), pero aquí si que el peso de la imagen y la trascendencia de esa importancia que tratan de robar al premiado en beneficio propio, coge un volumén atroz. Este año se lo dan a Ingrid Betancourt; si ahora que esta liberada. No me trago sus méritos, porque aunque su cautiverio fue atroz, se benefició de su condición de "ahijada" francesa para lograr la salida, seguro que diplomática, porque hasta que Francia no se puso en serio (y seguro que pagó) no se liberó, por mucho disfraz de actuación policial súblime que quieran pintar. Un gesto de empaque hubiera sido otorgarle el galardón mientras estaba secuestrada.

Y ya por último hablar de la pasta, porque el Premio Príncipe de Asturias a parte de la horrenda escultura de Joan Miró, tiene una dotación económica de 50.000 euros, que nadie sabe de donde salen, pero que van a parar a los bolsillos de los premiados. Algunos los emplean para potenciar su trabajo; otros como el caso de El Guerrouj o Google para acciones caritativas y algunos nunca han declarado en que se lo gastaron o gastarán. ¡Qué bien vendría ese capital para otras cosas! porque si el galardón de verdad, tuviera resonancia internacional o para la posterioridad no haría falta pasar por caja, pero claro como en los Nobel (180.000 euros) lo hacen...

En fin, que pase este bochorno como siempre sin más pena que gloria y siempre sea Felipe el Príncipe de Asturias (mal menor si no hay República), porque como tenga que otorgar el premio la infanta Leonor nos inducirán no sólo el escarnio, sino también el vómito.

jueves, 12 de junio de 2008

La SGAE jodiendo


Visto para sentencia. El juicio que ha enfrentado a la SGAE y a un blogger tiene los días contados para ser resuelto, tras la celebración de éste que tuvo lugar ayer en Madrid. Con la resolución se sembrará un precedente que puede determinar la regulación de este tipos de casos en los que el demando publica información y no es un medio de comunicación: es un blogger. Será dentro de una semana cuando el juez dictamine el veredicto. Pero el acusado Julio Alonso, director ejecutivo de WeblogsSL y blogger, considera que la SGAE tiene las de ganar después de lo acontecido durante el juicio: "El fiscal que había dijo que estaba totalmente de acuerdo con la acusación y pedía por tanto la inculpación". A pesar de ello, Alonso ya ha anunciado que si el resultado no le es favorable recurrirá la sentencia.

La batalla judicial que libra la Sociedad General de Autores y Julio Alonso, director ejecutivo de WeblogsSL, comenzó hace cuatro años. Por aquel entonces, Alonso se hizo eco en su propio blog del lanzamiento de un Google Bombing contra la SGAE, un método por el cual es posible colocar ciertas webs en los primeros resultados del ranking de búsqueda de Google utilizando un texto específico.

En este caso, se estableció un enlace a la página de la SGAE con el título "ladrones". La entidad gestora se puso en contacto con Alonso para comunicarle su disconformidad con la información que publicaba en su blog. Alonso brindó la posibilidad de matizar y añadir párrafos para que la entidad gestora ejerciese su derecho a réplica: "su rectificación era que la SGAE era víctima de una campaña y de 137 comentarios querían borrar 50 o 60". Alonso optó por no eliminar ninguno de los comentarios -aunque luego en el juicio la SGAE no ha preguntado por los autores materiales- , retirar el enlace que conducía al bombing y desestimar publicar el nuevo post escrito íntegramente por la SGAE. La respuesta de la entidad gestora fue la demanda.

Alonso se sentó ayer en el banquillo de los acusados y pronto comprobó la estrategia con la que la SGAE había planteado el juicio: "preguntaban cosas muy obvias, si el 'post' en cuestión seguía colgado -aún se puede consultar en su blog-, si yo tenía la posibilidad de eliminar los comentarios y modificar el contenido como autor del blog e hicieron un alegato defendiendo la postura de que el texto que había escrito era injurioso y malintencionado", relata Alonso. La SGAE ha jugado a una carta: el blogger es responsable de todo lo que se publica en su bitácora.

La defensa optó por otra estrategia en la que no hacía responsable al autor del blog de todo el contenido: "hay tres tipos contenido: el del autor del blog, comentarios de terceros y enlaces" matiza Alonso quien considera que un blog no es un medio de comunicación y por tanto no se puede aplicar la ley de prensa. De hecho, la defensa ha pedido que se aplique la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI), que se aplica a todo servicio prestado normalmente a título oneroso, a distancia, por vía electrónica y a petición individual del destinatario.

El veredicto puede sembrar jurisprudencia al respecto a la hora de abordar este tipo de litigios, puesto que la Justicia tiende a homogenizar las sentencias. La SGAE solicita en la demanda interpuesta por atentado contra el derecho al honor que Alonso retire el post, una rectificación, 9.000 euros de indemnización y que el acusado asuma las costas del juicio.

Para mi los blogs si son medios de comunicación. Autónomos, sin censura y sin ningún tipo de control. En ellos se puede decir lo que se quiera y expresar los pensamientos que se tengan. Por qué siempre estos de la SGAE se creen que son los ofendidos. No nos ofenden ellos con sus tasas, impuestos, demás y la música del papito o Alejandro fans. Ahora que Google es Premio Príncipe de Asturias por ser una fuente de acceso directo a toda la información (para mi hubiera sido más justa darse a Wikipedia.org), asociar a la SGAE por sus actos con apelativos como ladrones, mafia y personajillos acaudalados no es faltar a la verdad. Esta sociedad con sus actos, ofensas y actitudes son los que contaminan a todos los internautas.

Yo escribo aquí, en este blog, porque quiero y porque no tengo otra cosa que hacer. No le debo nada a nadie, y como todos somos sujetos a critica y a la lupa de la opinión pública porque estos no lo van a ser. Los comentarios del blog también son libres y yo, al igual que no tengo censura para escribir lo que quiera, no la voy a imponer para los que se pasen por aquí y quieran dejar escrito sus pensamientos o vivencias o lo que les de la gana. Obviamente no me gustaría que en este blog aparecieran continuos insultos y expresiones barrio-bajeras (sobretodo si van dirigidas a seres individuales), pero todos somos iguales y debemos aceptar las criticas y la opinión que causamos en las personas como primer paso para cambiar las actitudes y hechos que nos han llevado a esa situación. El que nos tomen a bien depende más de nosotros mismos que de todas las jurisprudencias y dictámenes que jueces y fiscales pueden hacer. Espero que el ejemplo del Birland se vuelva a repetir y las libertades individuales, como la de expresión en aquella ocasión y la de opinión en este caso, queden por encima de las ventajas económicas y comerciales, por mucho que los supuestamente ofendidos, traten de disfrazarla como injurias a su honor (recordemos que el honor, no entiende de dinero y comercio y si de libertad, justicia y palabra).

Con lo atascada que esta la justicia, estos señores siguen interponiendo sentencias y pleitos a todos aquellos que no pensamos como ellos. Hay gente en este país que pensamos que la cultura es lo que dignifica al ser humano, lo que lo hace distinto, insuperable y lo pasa a la posteridad. Estos señores solo ven en la música y el cine una manera de hacerse millonarios y asalariados de la fama. Luego te piden que no solo compres su disco, sino que vayas a firmas, presentaciones, que acoquines los 50 euros del concierto de 50 minutos, por 4 letrillas escritas por un currito de maquina de escribir e interpretadas por estos mal-nacidos.

La web 2.0 es el sinónimo de esta sociedad (occidental) de principios de siglo XXI. Y en ella la participación, la libertad de opinión y expresión son sus banderas. Nadie y ningún grupo pseudo-mafioso pueden interferir en ella y en nuestras funciones, labores y derechos como ciudadanos. Si yo o alguien que entra aquí quiere expresar su opinión lo puede hacer libremente. Llamar ladrones a la SGAE no es sino decir la verdad.

Es posible, que sea el siguiente en ser demandado. No sé si por escribir este post, o por seguir descargando con e-mule. Si es así os voy dejando una cuenta corriente en la que hacer vuestros generosos donativos.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...