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miércoles, 9 de abril de 2025

Qué sabe Google de ti

Imagen extraída de un portal de recursos gráficos libre.

 

No hay día en que no dejemos nuestros datos o huella digital en la red. Queramos o no hacerlo. Nos hayamos conectado a Internet de forma consciente, o si ha sido inconscientemente (muchas más veces de las que piensas). Y con esos datos las empresas poseedoras de las infraestructuras de recopilación, organización y publicación hacen su negocio. Recuerdo aquí que los datos son propiedad de cada individuo, del usuario, no de las empresas por mucho que faciliten las herramientas de acceso y uso de Internet.

Por lo tanto, se hace perentorio ser consciente de qué datos estamos dejando en la red. Para qué son empleados, qué duración tiene su vigencia y qué derechos nos amparan con respecto a ellos. Y en este camino se puede empezar por un interés por escapar de la cada vez más invasiva publicidad, pero rápidamente en cuanto se empieza a investigar un poco se acaba tomando conciencia en cuanto al estado de la democracia y el bienestar común.

Y es que nuestras libertades civiles se están evaporando delante de nuestros ojos.

Es fundamental protegernos en Internet de los rastreos de datos. Todas las compañías desde las redes sociales hasta las suministradoras de red, tanto móvil particular, como en espacios wifis, las empresas que aportan las infraestructuras físicas y lógicas para el mantenimiento y ampliación de Internet, y de manera especial, con respecto a la mayor prestadora de servicios en red: Google.

Cuando hacemos una búsqueda a través de sus buscadores (a veces directamente, o a través de webs y apps que emplean la api de google), usando gmail, o android en nuestro teléfono, y actualmente y de manera muy especial cuando vinculamos el terminal físico y la tarjeta de teléfono con su número al sistema operativo, cuando usamos el servicio de ubicación GPS en el dispositivo. Y cuánto más sabe de ti, de nosotros, más afina la empresa tu perfil para poder ofrecerte publicidad más personalizada, que es su principal línea de negocio, y poder “venderte” como un cliente más cerca de comprar y consumir.

Podemos pensar en lo más básico. Edad, sexo y orientación sexual, estudios, lugar de residencia o intereses generales que consiguen cuando nos damos de alta en algún servicio de google o en cualquiera de estas empresas. Pero no debemos olvidar que con cada búsqueda en sus buscadores va rellenando nuestro perfil con más y más datos sobre nuestros intereses.

Por si esto no fuera poco, se han demostrado ya, y e instituciones como gobiernos o la Unión Europea han actuado en consecuencia, cómo google y otras compañías “encienden” la cámara, la ubicación o el micrófono de nuestros dispositivos para recabar más datos, evidentemente sin nuestro consentimiento, y poder así rellenar los huecos que pueda ir dejando nuestras búsquedas y nuestro uso digamos consciente. Sin duda, una práctica abusiva, de la que solo teníamos una sospecha fundada atendiendo al funcionamiento de las baterías o a las sugerencias que se ofrecían. No seríamos los primeros a los que nos ofrecerían “paellas” porque “nos han grabado” hablando de paellas.

Si usas goolge analytics o trends, u otro tipo de herramientas profesionales del sector del marketing online y el desarrollo web, sabrás perfectamente como la compañía cubre todo lo relacionado con la actividad online de los distintos usuarios. Si no te has dedicado a este mundo, te puedo asegurar que google es capaz de segmentar hasta el último aspecto de nuestra vida en la red, y de monetizarla, dándole el formato y empleo que más práctico sea para los profesionales del sector. Y por supuesto, para google mismo.

Con la ubicación y la posibilidad de poder georreferenciarte en tiempo real, google, y otras compañías son capaces de extraer mucha información de nuestra actividad en internet, pero también en la vida real, física. Y de esta manera, acaparar datos muy valiosos que sirven para ofrecerte anuncios y publicidad de manera más personalizada, lo que podría acarrear mayor convertibilidad en ventas y visitas. Un negocio perfecto. Si quieres probarlo, puedes ver en este enlace, el historial que hasta este momento google ha registrado de tu ubicación, y que ofrece de cara al usuario. No tenemos seguridad de que no haya hecho más sondeos y registros de nuestro día a día sin nuestro conocimiento y/o permiso.

Los historiales de búsqueda en el buscador o en youtube, son fuente inagotable que suministra datos a nuestro perfil y con el cual pueden afinar aún más la publicidad, convirtiéndonos en paquetes de datos más interesantes, y que por lo tanto cuestan más, para las empresas que contratan su publicidad a través de google (prácticamente la totalidad dada la posición monopolística de la compañía). Aquí puedes comprobar tu historial en youtube, y en este otro enlace, el de tus búsquedas en google.

Todos estos datos, así como los aspectos físicos (dispositivos, tecnologías, formatos, aplicaciones, software, etc.) se cruzan y re-cruzan, una y otra vez, actualizándose en el tiempo y ofreciéndose en tiempo real para su dominio y comercialización. Por eso es importante comprobar qué permisos sobre tus dispositivos y las aplicaciones que usas has concedido y sobre los que están recopilando datos. Se puede solicitar un informe sobre el volumen total de datos, exportar esa información, desautorizar su empleo por parte de terceros, e incluso, por parte de la propia google, desactivando tu perfil (o perfiles) en la plataforma.

Y es que la publicidad genera muchas ganancias cada segundo. Por lo que como vemos, todo vale.

Liberarse de google requiere de varias estrategias:

Compartimentar, es decir evitar en la medida de lo posible las herramientas facilitadas por google y otros gigantes tecnológicos. Y si no hay más remedio que emplearlas, no utilizar todas.

De hecho, la segunda estrategia sería Diversificar las herramientas y las empresas con las que trabajamos y de las que formamos parte como usuarios (realmente nos convertimos en sus clientes).

La tercera estrategia es Restringir la información. Quién y qué ve y usa en cada momento y con cada aplicación.

 

Alternativas:

  • En cuanto a los navegadores están Firefox, Chromiun y Tor.

  • Otros motores de búsqueda más allá de google: DuckDuckGo y Qwant.

  • Alternativa a twitter: Mastodon, como red social descentralizada en forma de federación, donde cada usuario o grupo puede constituirse como fuente de autoridad. Permite un control total de los datos proporcionados por los usuarios ya sea consciente o inconscientemente. Aunque yo ya estoy comprobando en vivo, que la mejor alternativa es no usar redes sociales.

  • Una alternativa al uso de youtube: Peertube.

  • OpenStreetMaps o QwantMaps alternativas a google street view o google maps.

  • Lineage, Sistema Operativo alternativo al uso de Android en dispositivos móviles. Como todas estas herramientas, se trata de un sistema libre y de código abierto.

  • BigBlueBotton, una alternativa a skype o zoom como servicio de videollamadas.

  • Moodle, entorno de educación de software libre.

  • Signal, sistema de mensajería instantánea alternativo a uso de Whatsapp.

  • Y por supuesto, es necesario, vital en el actual contexto, promover el empleo de VPNs.

En este enlace dejo una completa lista de alternativas al uso de las herramientas que facilita google.

Tenemos que saber qué datos compartimos, en su totalidad, y cuál es el uso que las empresas hacen de ellos y el beneficio que consiguen. De hecho, los datos y los metadatos se venden a otras empresas que se convierten en dueñas de los mismos, reproduciendo el modelo una y otra vez. Recordemos una vez más, que si algo es gratuito, es porque tú (o tus datos y metadatos) eres el producto o servicio.

En este sentido, es preciso concienciar al público general que la cultura gratuita de Internet es falsa. Porque los equipos de hardware, las redes, los protocolos y los desarrollo de software cuestan dinero. Y si no se están solicitando pagar por su uso de forma directa, implica que esas empresas poseedoras de estos medios, están usando tu información para hacer negocio. Y eso es muy peligroso, sin entrar a valorar lo ético o justo de tal planteamiento.

Por ejemplo, se hace necesario recordar el control de las élites sobre Internet y cómo censura y controla nuestras vidas. Un caso paradigmático es todo lo que tiene que ver con el periodismo, la disidencia y las denuncias ciudadanas ante situaciones de opresión o corrupción. La persecución a todo lo que tiene que ver con Wikileaks es el ejemplo.

Los periodistas y los ciudadanos empoderados y conscientes de su poder y de sus responsabilidades cívicas, tenemos que emplear herramientas que permitan cumplir nuestra labor y hacerlo con la máxima seguridad. Por ejemplo, el uso de sistemas operativos portables como Tards, o emplear ordenadores “vírgenes” que nunca se hayan conectado a Internet y que nunca lo vayan a hacer. O emplear redes seguras y descentralizadas como SecureDrop.

Es necesario también concienciar en el empleo de sistemas de encriptación, especialmente en el caso del correo electrónico, como los sistemas PGP.

Recordemos que Internet está conectado a las grandes empresas, a los lobbies y a los gobiernos al más alto nivel, es decir, los gobiernos detrás de los gobiernos y sus equipos de seguridad, espionaje y contra disidencia o insurgencia. Por lo tanto, Internet no es un espacio de libertad.



Por último, ya sé que esto es un blog de blogger, es decir de google!!! Estoy en interés y en camino de liberar el tiempo suficiente para poder cambiarlo.

jueves, 12 de junio de 2008

La SGAE jodiendo


Visto para sentencia. El juicio que ha enfrentado a la SGAE y a un blogger tiene los días contados para ser resuelto, tras la celebración de éste que tuvo lugar ayer en Madrid. Con la resolución se sembrará un precedente que puede determinar la regulación de este tipos de casos en los que el demando publica información y no es un medio de comunicación: es un blogger. Será dentro de una semana cuando el juez dictamine el veredicto. Pero el acusado Julio Alonso, director ejecutivo de WeblogsSL y blogger, considera que la SGAE tiene las de ganar después de lo acontecido durante el juicio: "El fiscal que había dijo que estaba totalmente de acuerdo con la acusación y pedía por tanto la inculpación". A pesar de ello, Alonso ya ha anunciado que si el resultado no le es favorable recurrirá la sentencia.

La batalla judicial que libra la Sociedad General de Autores y Julio Alonso, director ejecutivo de WeblogsSL, comenzó hace cuatro años. Por aquel entonces, Alonso se hizo eco en su propio blog del lanzamiento de un Google Bombing contra la SGAE, un método por el cual es posible colocar ciertas webs en los primeros resultados del ranking de búsqueda de Google utilizando un texto específico.

En este caso, se estableció un enlace a la página de la SGAE con el título "ladrones". La entidad gestora se puso en contacto con Alonso para comunicarle su disconformidad con la información que publicaba en su blog. Alonso brindó la posibilidad de matizar y añadir párrafos para que la entidad gestora ejerciese su derecho a réplica: "su rectificación era que la SGAE era víctima de una campaña y de 137 comentarios querían borrar 50 o 60". Alonso optó por no eliminar ninguno de los comentarios -aunque luego en el juicio la SGAE no ha preguntado por los autores materiales- , retirar el enlace que conducía al bombing y desestimar publicar el nuevo post escrito íntegramente por la SGAE. La respuesta de la entidad gestora fue la demanda.

Alonso se sentó ayer en el banquillo de los acusados y pronto comprobó la estrategia con la que la SGAE había planteado el juicio: "preguntaban cosas muy obvias, si el 'post' en cuestión seguía colgado -aún se puede consultar en su blog-, si yo tenía la posibilidad de eliminar los comentarios y modificar el contenido como autor del blog e hicieron un alegato defendiendo la postura de que el texto que había escrito era injurioso y malintencionado", relata Alonso. La SGAE ha jugado a una carta: el blogger es responsable de todo lo que se publica en su bitácora.

La defensa optó por otra estrategia en la que no hacía responsable al autor del blog de todo el contenido: "hay tres tipos contenido: el del autor del blog, comentarios de terceros y enlaces" matiza Alonso quien considera que un blog no es un medio de comunicación y por tanto no se puede aplicar la ley de prensa. De hecho, la defensa ha pedido que se aplique la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI), que se aplica a todo servicio prestado normalmente a título oneroso, a distancia, por vía electrónica y a petición individual del destinatario.

El veredicto puede sembrar jurisprudencia al respecto a la hora de abordar este tipo de litigios, puesto que la Justicia tiende a homogenizar las sentencias. La SGAE solicita en la demanda interpuesta por atentado contra el derecho al honor que Alonso retire el post, una rectificación, 9.000 euros de indemnización y que el acusado asuma las costas del juicio.

Para mi los blogs si son medios de comunicación. Autónomos, sin censura y sin ningún tipo de control. En ellos se puede decir lo que se quiera y expresar los pensamientos que se tengan. Por qué siempre estos de la SGAE se creen que son los ofendidos. No nos ofenden ellos con sus tasas, impuestos, demás y la música del papito o Alejandro fans. Ahora que Google es Premio Príncipe de Asturias por ser una fuente de acceso directo a toda la información (para mi hubiera sido más justa darse a Wikipedia.org), asociar a la SGAE por sus actos con apelativos como ladrones, mafia y personajillos acaudalados no es faltar a la verdad. Esta sociedad con sus actos, ofensas y actitudes son los que contaminan a todos los internautas.

Yo escribo aquí, en este blog, porque quiero y porque no tengo otra cosa que hacer. No le debo nada a nadie, y como todos somos sujetos a critica y a la lupa de la opinión pública porque estos no lo van a ser. Los comentarios del blog también son libres y yo, al igual que no tengo censura para escribir lo que quiera, no la voy a imponer para los que se pasen por aquí y quieran dejar escrito sus pensamientos o vivencias o lo que les de la gana. Obviamente no me gustaría que en este blog aparecieran continuos insultos y expresiones barrio-bajeras (sobretodo si van dirigidas a seres individuales), pero todos somos iguales y debemos aceptar las criticas y la opinión que causamos en las personas como primer paso para cambiar las actitudes y hechos que nos han llevado a esa situación. El que nos tomen a bien depende más de nosotros mismos que de todas las jurisprudencias y dictámenes que jueces y fiscales pueden hacer. Espero que el ejemplo del Birland se vuelva a repetir y las libertades individuales, como la de expresión en aquella ocasión y la de opinión en este caso, queden por encima de las ventajas económicas y comerciales, por mucho que los supuestamente ofendidos, traten de disfrazarla como injurias a su honor (recordemos que el honor, no entiende de dinero y comercio y si de libertad, justicia y palabra).

Con lo atascada que esta la justicia, estos señores siguen interponiendo sentencias y pleitos a todos aquellos que no pensamos como ellos. Hay gente en este país que pensamos que la cultura es lo que dignifica al ser humano, lo que lo hace distinto, insuperable y lo pasa a la posteridad. Estos señores solo ven en la música y el cine una manera de hacerse millonarios y asalariados de la fama. Luego te piden que no solo compres su disco, sino que vayas a firmas, presentaciones, que acoquines los 50 euros del concierto de 50 minutos, por 4 letrillas escritas por un currito de maquina de escribir e interpretadas por estos mal-nacidos.

La web 2.0 es el sinónimo de esta sociedad (occidental) de principios de siglo XXI. Y en ella la participación, la libertad de opinión y expresión son sus banderas. Nadie y ningún grupo pseudo-mafioso pueden interferir en ella y en nuestras funciones, labores y derechos como ciudadanos. Si yo o alguien que entra aquí quiere expresar su opinión lo puede hacer libremente. Llamar ladrones a la SGAE no es sino decir la verdad.

Es posible, que sea el siguiente en ser demandado. No sé si por escribir este post, o por seguir descargando con e-mule. Si es así os voy dejando una cuenta corriente en la que hacer vuestros generosos donativos.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...