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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Arch Enemy, nunca defrauda


 


Llegábamos a La Riviera con media hora de retraso con respecto al horario indicado de apertura de puertas, y con bastante gente arremolinándose tanto al entorno de la sala como a los bares, de la zona, habitual punto de encuentro metalero previo a cualquier concierto en la sala madrileña. Digo esto porque una vez que recogímos nuestras entradas con el resguardo de la plataforma online habitual y pasamos los controles de seguridad, la sorpresa fue que ya estaba Hell en plena actuación, lo que quería decir que nos habíamos perdido a Drone.

La información que tenía en el resguardo indicaba claramente las 18:30 como hora de apertura de puertas, no de comienzo de los conciertos, pero lo cierto es que como en el día anterior llegamos con el espectáculo ya funcionando y sin ninguna otra explicación con que los alemanes empezaron a las 18:30.

Así decidimos olvidarnos y disfrutar de Hell, que continúa inmerso en la presentación de su disco de 2013 Curse and Chapter, de 6 años después de la vuelta a los escenarios de la banda que dejo huella en los 80.


No desmerecieron en absoluto ni a su fama ni a los platos fuertes del cartel, y con el espectacular David Bower a la cabeza ofrecieron un show tremendo, en el que la palabra clave es el carísma de tan peculiar frontman, con todo el lujo y la capacidad de impresionar que poseen que es imposible que deje indiferente a nadie. Capaz de auto flagelarse con un latigo, a vestir capas y sayos medievales o plantarse unos grotescos cuernos, Bower da cuerpo a una banda que sin disfrutar de un sonido muy bueno que digamos, a mi particularmente me gustaron y pusieron una buena piedra para seguirles y tenerlos en consideración para cualquier otra ocasión en los que se pueda disfrutar de ellos.

Así llegábamos, al menos para mi al punto principal de la tarde noche en La Riviera: Arch Enemy.

Los suecos volvían al mismo escenario dos años y un mes después de su anterior presencia en la capital, con disco nuevo, War Eternal, y con nuevos cambios en la formación como el de última hora de Jeff Loomis, ex guitarra de Nevermore, por Nick Cordle (cambio producido esa misma semana, puesto que Cordle grabó el nuevo disco), y sobretodo con el cambio de cantante que nos sorprendió a todos en marzo con el single de lanzamiento del nuevo album de la banda.


Llegaba la canadiense, cantante de The Agonist, Alissa White-Gluz con el tremendo papelón de sustituir a la alemana Angela Gossow, que parece se dedica a tareas de promoción y manager de la banda, así como, supongo, sigue casada con Michael Ammot (crónica en rosa) y a la que le deseo lo mejor, por el bestial trabajo que ha hecho con los suecos.

Pero si la pequeña canadiense de pelo azulado sonaba muy bien en el disco, en directo, no desmereció el nivel marcado por la Gossow. Del rubio cabello de está, al azul de la otra como única diferencia estética, puesto que Alissa pusó el mismo enfasis en la interpretación de los temas, tanto los de su disco de debut, como los de la anterior discografía, fue simpática y atenta al público allí congregado, mostró una sintonía fantástica con todos los miembros de la banda y fue el detonador que exploto toda la rabia, revolución y ganas de pasarlo bien de un público que en ningún momento, me atrevo a decir, hecho de menos a la germana.

Es evidente que los matices en el estilo gutural entre una y otra, existen, sobretodo a la hora de llegar a los picos más altos de intensidad, puesto que ambas voces trabajan sobre timbres distintos. Pero todo, como es habitual en las bandas nórdicas, sonó fenomenal, con la absoluta profesionalidad de banda y técnicos para maximizar el disfrute y gozo de una platea que ya vibraba con cada tema de los Arch Enemy.


Por supuesto que el resto del plantel estuvieron enormes, como me tienen acostumbrado. Tanto Daniel Erlandsson a la batería (sin ninguna duda y para mi el mejor bateria de la actualidad) como el gran Sharlee d'Angelo, el "Jon Nieve particular de mi fémina acompañante" acariciando y golpeando su bajo personalizado de la marca japonesa Ibanez. Y como no el líder y alma mater del proyecto Arch Enemy, Michael Ammot, que a su impresionante talento, le va a añadiendo poco a poco mayor empatía hacia al público dejando atrás su timidez, para pasar de casi ocultarse tras su espectacular guitarra Dean USA Michael Amott Signature Tyrant X Splatter y su melena roja a buscar la emoción y satisfacción de quienes ansían escuchar cada sólo, cada acorde, disfrutar del talento del sueco sobre las seis cuerdas de ácero.


Tras el preludio enlatado de Tempore Nihil Sanat (Prelude in F minor) sonó un War Eternal, potente que sirvió para encauzar a la ya enfervorizada masa hacia un concierto redondo, sin fisuras, pleno de intensidad, rabia y talento. No hicieron esperar temas de la "etapa Gossow" de Arch Enemy y Ravenous y una celebradísima My Apocalypse, mi favorita de ellos de siempre que sonó instrumentalmente rotunda y de calidad suprema, y que sirvieron de comparación entre ambas frontwoman, pudiendo comprobarse pequeños cambios de una a la otra en la entonación de los estribillos, pero la misma rabia e intensidad para dejar claro el mensaje: Esto es Arch Enemy y somos la banda del momento, éste quien éste.


Prosiguió You Will Know My Name, tema del nuevo disco, que a todos los presentes no sólo nos encantó sino que supuso uno de los cortes más celebrados y coreados, puesto que esa letra, plena de espíritu libertario es capaz de acampar en la mente y alma de cualquiera. La propia Alissa se sintió acompañada por todo el público y trato de elevarla aún más poniendo más empeño y con el acompañamiento en la base rítmica, bajo y bateria (de calidad brutal como siempre en Arch Enemy, grandes d'Angelo y Erlandsson).

Continuaron con Bloodstained Cross y Revolutinos Begins para colocar un excelso y siempre espectacular Under Balck Flags We March con las propias banderas negras ondeando sobre el escenario. As the Pages Burn, Dead Eyes See No Future, No Gods, No Maters y la imprescidnible en cualquier setlist de los suecos We Will Rise lanzaron el concierto a su final sin bajar ni un ápitece la intensidad, calidad del sonido y talento en cada parte de la actuación.

Una brillante Nemesis y Fields Of Desolation fueron los bises que regalaron los suecos, y que sirvieron para cumplir su leyenda. Un concierto cortó (no llego a hora y diez minutos), que te deja extasiado, pleno de emoción tras vivir un espectáculo intenso, con una calidad magnífica, y que rápidamente se traduce en las ganas de ver más, mucho más, más veces a los Arch Enemy, pero sin ningún tipo de reproche ante sus show tan cortos.

Sin duda ese es el síntoma más claro de la salud actual de Arch Enemy, sin ninguna duda, para mi, la banda del momento.



Tome cierta distancia para poder paladear y disfrutar el show de los trash metal clásicos alemanes, Kreator.


Sin ninguna duda les predecía su fama, y ante mi primer vislumbre de Kreator en directo, esperaba disfrutar de cada golpe, riff, sobrada, estimulando el headbanging, los saltos y los giros imposibles de cuello, así como los coros de las gargantas allí congregadas. Abrieron con su clasicazo Violent Revolution, quizás para seguir con la estela de conciencia política anti este sistema capitalista que nos habían dejado Arch Enemy, para colocar una pletórica Civilization collapse, From Flood Into Fire y la icónica Extreme Agression en una puesta en escena plagada de música inmisericorde y en el tope máximo de rabia. Si había alguien cansado o dormido, 15 minutos antes, ya estaba activado y disfrutando a tope con los Kreator.

Los alemanes que llegaban para presentar en España su disco de 2012, Phatom Antichrist (en mi opinión una obra maestra de lo que debe ser el trash metal en la segunda década del siglo XXI), ofrecieron un concierto pleno de eficiencia germánica sin fallos en la ejecución instrumental u vocal de los temas, y con una presencia sobre el escenario abrumadora de todos los integrantes, pero siempre con la figura del líder y leyenda "Ventor" Mike Petrozza, que a su característica voz, metió la profundidad de su guitarra, sin desmerecer en ningún momento a la banda que se comporto como sólo los elegidos pueden hacerlo: Como mitos en plena forma.


Sonaron Phobia, Enemy of God (uno de mis temas favoritos de ellos, que me encanto especialmente), Voices of the Dead, Endless Pain, Suicide Terrorist, para continuar sin descanso con una muy brillante Mars Mantra. Phantom Antichrist, Impossible Brutality y Hordes of Chaos para terminar con Pleasure to Kill.

Con los bises, nos dieron la sorpresa de un su archiconocido cover de The Number of the Beast que hizo las delicias de todos (especialmente los que llevaban camiseta de Iron Maiden) y sonó como si fueran los mismos británicos quienes la estuvieran descerrajando. Warcurse, People of the Lie y Flag of Hate fueron el cierre y la ovación hacia Kreator, que no sólo cumplieron con su fama y leyenda, sino que dejaron la seguridad de tener mucha cuerda para rato, tanto para componer nuevas muestras del mejor trash hecho a este lado del Atlántico, como de saber y disfrutar como si fuera el primer día sobre el escenario.

viernes, 26 de octubre de 2012

Arch Enemy: La Rabia no exenta de calidad


Era la primera vez que iba a ver a Arch Enemy como cabezas de cartel, en un concierto único y propio para ellos, fuera de un festival. Y las ansías, las ganas de paladear a las huestes de Michael Ammot y Angela Gossow se hacían notar y agitar mi espíritu.

Todo el viaje junto a mi hermano fue una excitación in crescendo, un halo de sentir el intenso Khaos Legions, que venían a presentar los suecos y todo ello sin el inevitable sentimiento de vivir a contrarreloj y a la vez al sprint cuando entras en Madrid.

Llegar a La Riviera y sabes que vas a disfrutar de un gran concierto. Sabes que la acústica es genial (o al menos suele serlo) y además estas seguro que más allá de "pequeñas cosas" como el precio del litro de cerveza, saben como tratarnos a los amantes del metal, pese a ser, no lo olvidemos, una discoteca de masas. Pero es llegar allí, y aunque se comprueba que no había mucha gente (algo sorprendente, porque en mi opinión hablamos ahora mismo de la banda del momento en Europa), y empiezas a ver a gente de todas las edades y condiciones, con sus camisetas primordialmente de Arch Enemy, pero de otros muchos grupos y te alegra la cara. Te olvidas de los agobios, prisas y esperas. Escuchando el Garage Inc. de Metallica, mientras acaban de ajustar el escenario para los suecos (tras las actuaciones de Voivod y Titans Eve, que fueron los teloneros) y paladeando ya la cerveza, con precio abusivo claro esta, y todo ya es alegría y disfrute. Se acaban, o mejor dicho se olvidan las penas y lo que aparece es la sensación a flor de piel, limando con el convencimiento, de que vamos a ver algo grande.

Con una puntualidad, propia del norte de Europa, donde la gente es profesional y educada, suena la introductoria del "Khaos Overture", que bien podían haber despachado los propios músicos en vez de dejar la versión grabada del disco. Son las 21:30 y el bateria Daniel Erlandsson ocupa su puesto solivitando más a un público ya ansioso y metido en escena. No pasan ni 10 segundos y armados aparecen la sección de cuerda de la banda, con el líder y alma mater del grupo Michel Ammot a la cabeza, con Nick Cordie la otra guitarra y Sharlee d'Angelo al bajo, para rapidamente, poderosa, aparecer una Angela Gossow, ocupando el lugar más alto de la composición, y presentandose así, todo el quintento, emulando la portada de su nuevo disco, ese Khaos Legions, sublime y espectacular, que no sólo daba ganas de oírlo una y otra vez, destripando cada letra y cada tema, sino que alimentaban la siempre lasciva glotonería de ver a esta banda brutal, llamanda Arch Enemy, en directo.

Preludio de lo que iba a venir, no dieron tiempo a aclamaciones por consideración y fama y sin dilación descerrajaron los primeros acordes de un Yesterday is dead and gone que sonó embarullado y confuso, como si pretendieran ajustar el audio de la actuación con la platea ya enloquecida y coreando a la gutural Gossow en un tema que también abre el album y es una bomba de fragmentación al espíritu de cualquiera.

El sonido claramente se ajusto a unos parametros normales, y cuando hablamos de estas bandas del norte de Europa hablamos de excelencia, ya con el segundo tema el Ravenous del Wages Sin, con el que Angela Gossow debutaba como cantante de Arch Enemy, y que fue la transición para enervar aún más al encendidísmo público que ya disfrutaba de la fiesta, la rabia y el talentazo de los Arch Enemy con un My Apocalypse, que no sólo es uno de mis temas favoritos de ellos, sino que cada vez que la escucho me lanza a un estado de conciencia y disfrute, que pudimos comprobar es común a muchos más.

Angela Gossow lideraba el espectáculo posando y entregando sonrisas y gestos de rabia a partes iguales y haciendo que el público alcanzara la locura dentro un marco en el que ya relucía toda la clase que atesoran cada uno de los miembros de la banda, y donde las guitarras mostraban una calidad exquisita, regalando cada acorde y riff de manera nítida y la base rítmica, bateria y bajo confirmaban mis sospechas de que hoy en día, componen uno de los mejores acompañamientos rítmicos de la escena del metal europeo, sino el mejor.

Así con plenos mandatos de rabia y soflamas incendiarias aduciendo a la libertad de los pueblos y con guiños a la estafa que han decidido llamar crisis (The Scam that they have decide to call crisis, soltó Angela) transcurría en un concierto que no baja el pistón de excelencia y momentazos, alcanzado a base de expresiones de la cantante y sólos de guitarra sublimes y magistrales, incluso encadenados de las dos guitarras, con la de Ammot, lógicamente llevando la batuta de la actuación hasta otro sólo, este de batería, fantástico e inolvidable del gran Daniel Erlandsson, al que sus compañeros dejaron todo el escenario y nuestra atención.


Sonaron Bloodstained cross, The day you died, (el sólo de batería) y otro momento salvaje y para siempre recordado: Under black flags we march, en la que como no podía ser de otra manera, las banderas negras ondearon, especialmente la que tomo Angela Gossow para expresar toda su rabia y fuerza en un tema que sono brutalmente bien, pleno de intensidad y que dejo al público extasiado pero sobretodo con ganas de más. De mucho más.


Era el momento de Dead eyes see no future que Angela Gossow "dedico" al des-gobiero de #Españistan ante la algarabía del respetable, que no haciamos más que disfrutar todos y cada uno de los movimientos de la banda en la sucesión de metal del bueno y además reivindicativo y revolucionario. Revolution begins caía a continuación, y le seguían Intermezzo Liberté, Dead bury their dead y el himno metalero contra el maltrato animal Cruelty wihtout beauty, para cerrar con un We Will Rise espectacular, esperada y absolutamente fantástica que ayudaron a los Arch Enemy para cerrar la actuación en su formato habitual de la mejor forma posible: En lo más alto.

Pero aún quedaba más para llegar a la cumbre del metal europeo para los de Ammott y compañía, y eran ya en los bises donde sonaban un Snowbound y un Nemesis, que confirmaron los destrozos en mi garganta, mientras se sucedían los sólos de guitarra a base de talento y clase, el ritmo era frenético e irrefrenable otorgado por una bateria y un bajo excelso y la voz gutural de Angela Gossow imponía el frenesí de la revolución, mientras que todos ellos, los componentes del grupo, se buscaban y dejaban bien claro una gran sintonía y compañerismo que augura un futuro aún más si cabe, grande, para Arch Enemy.


El concierto fue de presentación del Khaos Legions, pero temas del Wages of Sin y el Doomsay Machine tuvieron su espacio, plasmando sin duda la salud que tiene Arch Enemy en este momento.

Habían pasado una hora y diez minutos y aunque no queríamos creerlo el concierto había acabado. Pero no había ningún reproche. Es imposible. La calidad, lo salvaje, talentoso y especial que había resultado el show de los Arch Enemy, si bien es cierto que nos hacían pedir a los presentes "Mássss...", nos llevaba a salivar por la próxima fecha para disfrutarles, pero nos dejaba extrañamente saciados. La sensación era haber vivido y disfrutado de un concierto de bandera, rebosante de talento y clase por todos los componentes y en su conjunto de la banda, absolutamente intenso, revolucionario, de sin duda, la banda más importante del panorama europeo en este momento: Arch Enemy.

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