miércoles, 26 de enero de 2022

A Debate: Auge del Racismo y la Xenofobia


 

 

Sin ninguna duda vivimos un momento en que parece que el racismo y la xenofobía, y las opiniones e ideologías que las secundan (o cuando menos se aprovechan electoral o socialmente de estos discursos) avanzan, cuestionando a su vez los marcos de convivencia y relación.

Parto del convencimiento de que
las migraciones han formado parte del devenir histórico de la especie humana desde sus primeros momentos. A lo largo de la Historia, ya sean individuales, familiares, de clan o colectivas los movimientos migratorios han permitido la supervivencia y el avance de la especie. En tiempos modernos las migraciones han estado ligadas a los acontecimientos políticos y económicos que han generado oportunidades u obligaciones para que las personas se trasladen de un lugar a otro (Livi Bacci 2012: p. 18).

En este sentido,
las tensiones ante la llegada de nuevos moradores se han hecho sentir, pese a que tenemos experiencias de que en el pasado y en distintos lugares y contextos, los emigrantes fueron bienvenidos. En la actualidad, no es así y surgen episodios y problemas de convivencia, asimilación e integración entre nativos y migrantes. En un mundo altamente competitivo, con puestos de trabajo cada vez más escasos, con mucha precariedad tanto laboral como vital parece que la llegada de personas que aspiran a ocupar esos puestos vengan a perjudicar a los locales, a la economía y a la sociedad en general.

No obstante, me parece preciso recordar que hace no tanto tiempo, las expresiones de racismo y xenofobia venían de una etapa de mucho repudio y denuncia en la sociedad. Sin embargo, ante el
auge de las redes sociales, ahora han encontrado un altavoz que retumba en toda la sociedad. Parece que la libertad de expresión se impone al resto de libertades y derechos. Y todas estas opiniones encuentran refrendos en un contexto comunicativo en el que suele verse acompañado de otros que piensan igual. Y estas actitudes expresadas en estos comentarios acaban alentando la violencia puntual hacia los extranjeros, y también la discriminación rutinaria hacia el distinto (Bustos 2019: p. 33). Es un fenómeno probado que en las redes sociales y los medios en Internet tendemos a seguir las opiniones que nos son favorables o más simpáticas, y que huimos de ponerlas en contraste con opiniones y argumentos contrarios.

Desde luego, en el siglo XXI no podemos obviar que la inmigración es una novedad en España (Santacreu 2002: p. 35). Antes, nuestros abuelos y demás antecesores fueron los emigrantes en otras sociedades. Y en los 60 también recibieron muestras de racismo y xenofobia en las sociedades de acogida. Ahora aquí como sociedad tenemos que responder ante los retos migratorios (Tezanos 2007: p. 23).

Lo ideal sería que estos llegarán y más tarde sus descendientes no tuvieran problemas en la asimilación. La realidad es distinta y las tensiones son muy fuertes prácticamente en todo el mundo. El problema viene cuando los discursos de odio que antes eran rechazados y combatidos en los medios, ahora se recogen y crean una opinión que es favorable a
los partidos de extrema derecha que están creciendo en Europa. Un hecho que también aparece en Iberoamérica o en Estados Unidos con Trump; ¿Por qué se está permitiendo? ¿Hay algún interés en que esto sea así?

Estos partidos atacan a la parte débil para obtener un rédito electoral, simplificando el problema. Saben perfectamente que en nuestras economías las migraciones son vitales: Los inmigrantes por lo general vienen a cubrir puestos que los nativos desechamos. Además,
demográficamente colaboran al dinamismo de sociedades por lo general envejecidas y que tienen problemas a la hora de financiar sus programas de servicios sociales, empezando por las pensiones (Livi Bacci 2012: p. 105). Y además, todavía hoy, muchos de nosotros somos emigrantes, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

La ultraderecha aprovechando la criminalización del inmigrante, las oleadas de terrorismo yihadista y las tensiones en los barrios obreros con presencia extranjera apelan a los sentimientos nacionalistas y culpabiliza a las personas migradas de todos nuestros problemas (Moldes-Anaya, Jiménez Aguilar, Jiménez Bautista 2018: p. 98). Esta fue la estrategia del Frente Nacional en Francia aprovechando el fracaso de la acogida de los migrantes procedentes de las ex colonias y que han acabado generando guetos en los barrios obreros de las ciudades. O del UKIP en Reino Unido que hizo bandera de su lucha contra los polacos para hacer campaña por el Brexit. O de la Lega Norte en Italia que rechaza a todo migrante, en especial a rumanos y magrebíes.

Pero, ¿realmente podemos hablar de un aumento del racismo y la xenofobia en la actualidad? ¿No es más bien que la sensibilidad social y mediática ante estas actitudes es mayor y se están exponiendo problemas que ya existían previamente?

¿O es que no había antes de la crisis económica de 2008 o de la llegada masiva de migrantes durante la burbuja inmobiliaria episodios de discriminación y violencia ante los extranjeros?

Y más aún: Sin negar la existencia de un odio al distinto y de colectivos reaccionarios que claman la expulsión de inmigrantes y cierres de fronteras, no os parece que a veces lo que se expresa es aporofobia (odio a los pobres o la pobreza) o un odio de clase al ver cómo si son bien recibidos extranjeros pudientes frente a los que llegan en patera con una mano delante y otra detrás?. Estoy pensando en los jubilados del norte de Europa que llegan para residir en la costa Mediterránea y que estos si que hacen un alto uso de los servicios sanitarios sin haber aportado antes durante su vida laboral.

Y sobretodo, ¿qué podemos hacer como sociedad para evitar el racismo y la xenofobia en el día a día de las personas migradas?

En definitiva, un tema complejo y de absoluta trascendencia.

 



BIBLIOGRAFÍA
 

BUSTOS, L. et al. (2019) Discursos de odio: una epidemia que se propaga en la red. Estado de la cuestión sobre el racismo y la xenofobia en las redes sociales. Mediaciones sociales 18, p. 25-42.

LIVI BACCI, MASSIMO (2012). Breve Historia de las migraciones. Ed. Alianza Editorial. Madrid.

MOLDES, S., JIMÉNEZ AGUILAR, F., & JIMÉNEZ BAUTISTA, F. (2018). Actitudes hacia la inmigración en España a través de la Encuesta Social Europea. OBETS: Revista de Ciencias Sociales, 13(1), p. 93-119.

SANTACREU, J.M. (2002) “España, de la emigración a la inmigración: cambio de mentalidad y proyección social” Anales de Historia Contemporánea, núm. 18.

 

TEZANOS, J. F. (2007) Nuevas tendencias migratorias y sus efectos sociales y culturales en los países de recepción. Doce tesis sobre inmigración y exclusión social. Revista Española de Investigaciones Sociológicas (Reis), 117(7), p. 11-34.



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