miércoles, 9 de enero de 2013

Carta a los Reyes Magos



Queridos reyes magos. Este año, tampoco he sido bueno. He bebido y he follado sin tener pareja "fija". He asistido a todos los conciertos heavys que aparecían ante mi agenda y a todas las manifestaciones y huelgas que he podido. Y no sólo no me arrepiento de este comportamiento. Es más, me siento orgulloso, con plena satisfacción y esperando que en este 2013 se repita.

Pero aún así, queridos Reyes Magos, os voy a pedir una cosa, aunque no creo en vosotros: #RepúblicaYa. Aquí, en #Españistan tenemos un Rey. Rige pero no gobierna. Es una figura decorativa, y todos los millones que al año se llevan él, su familia y su caduca institución sale del esfuerzo de los ciudadanos honrados, de copagos y repagos, y de demoler con constancia e ideología los pilares de un estado del bienestar y de una sociedad más justa y democrática: La Sanidad de todos, la Educación de todos y los Servicios Sociales de Todos.

No contentos con eso, desde esa impúdica Transición pintada como idílica y fantasiosa se ha levantado un veto, un tabú consciente y opresor sobre la libertad de expresión e investigación para saber qué, cómo, por qué, y sobretodo cuánto, nos cuesta las actuaciones privadas o personales, públicas y propias de su cargo, el Rey y su familia. Aunque todo el país, y parte del extranjero, se saben y se comentan sus "hazañas" como acervo popular, los medios se empeñan continuamente en dar una imagen intachable del monarca de algunos, el opresor de los míos. Lo de la cazería en Bostwana se dió a conocer porque el mequetrefe se cayó y fracturo la cadera al intentar cabalgarse extramatrimonialmente a su yegua germana seguramente armado de viagra. Pero por aquí por las tierras de Castilla no son pocas las historias y su contados los pueblos que no han tenido al monarca pegando tiros por sus cotos, generalmente acompañado por esos personajes que tan bien se lo han montado en para ellos, idílica Transición, para robarnos a todos.

Pero fíjense por donde, que con todo esto no basta y durante estos días, justo a punto de cumplir los 75 años (esto es un "ejemplo" de lo que nos espera a los proletarios) más dinero de nuestros Impuestos, y que debería de gastarse en nuestros servicios como Enseñanza o Educación se han gastado para montar una mega campaña de propaganda de la Casa Real.

Mientras tenemos colegios públicos donde crecen el número de alumnos mientras bajan el de profesores; donde muchos de esos edificios no tienen para pagar la calefacción; dónde los servicios externalizados (en neoliberalismo, siempre externalizados) de comedor o transporte están sino en la huelga, si en la precariedad; colegios e institutos donde ha desaparecido la atención más personalizada, las clases de apoyo, los grupos de teatro, de práctica deportiva, los equipamientos de laboratorio... nuestro Rey a su habitual sarta de memeces y lugares comunes del discurso de Nochebuena, dónde no se habló de esto que unas líneas antes he relatado, se le ha sumado una serie de panegíricos y piezas publicitarias de la casa Real que han ido apareciendo por la politizada y obviamente de bajeza calidad, radio televisión pública, y que culminaron con la entrevista del pasado viernes, a la que le siguió, un pseudo debate con figuras de "la misma generación del monarca". Mucho asco.

No vi ninguno de los dos. Tampoco la retahíla de especiales conmemorativos con los que los telediarios de rtve fueron llenando los minutos previos, casualmente, a la información deportiva. El discurso de Nochebuena, sólo ley la trasncripción al día siguiente. Y con la entrevista casi ni eso.

Mi país, mi España, o como me gusta llamarla #Españistan no es el país del Rey que apareció en Nochebuena en las televisiones de sus súbditos, muchos de ellos, mis camaradas proletarios. El rey apareció colocado como un maniquí en el televisor y quiso hacernos pensar que se acuerda de los jóvenes sin trabajo. En el mismo país en el que más del 21% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y uno de cada cuatro ciudadanos está en paro (6.150.000 según la encuesta de la Agencia Europea de Trabajo; 26'7/% de paro frente al 11'8 de la zona Euro). Él, "vuestro Rey" cada año sigue alejándose de la ciudadanía. Si ya era un rey postizo puesto por un dictador fascista, demente y a punto de morir, que fue refrendado por una población que representa menos del 15% de la población actual y que estaba coartada por el miedo, ahora no puede vivir más alejado de la realidad y de la crisis.

El pasado 5 de enero, cumplía 75 años. Fue entrevistado por un fascista como Hermida. No tuvo ni una sóla pregunta trascendente para los espectadores, para los españoles, para los periodistas. No se hablo de la corrupción que ha tocado su casa; ni de la falta de de justicia social ni justicia a secas; ni de las crecientes desigualdades; No se habló del país al que le están violando por ideología su estado del bienestar; no se habló de la Constitución que tiene su firma pero que no representa en absoluto a la sociedad actual. No se habló de los nacionalismos; de qué le parece que le quiten a la gente el dinero de sus impuestos, su sanidad, educación o servicios sociales, para comprar armas o para pagar a su caduca institución, su familia o a él mismo; por no hablar, no se habló ni siquiera en el país del cotilleo sobre su matrimonio, y que cómo se explica una institución nacida en el seno de una unión matrimonial como la suya, si el suyo esta a todas voces muerto y falso. No se hablo de nada. Y es que como se suele decir: "La historia siempre la cuentan los vencedores".

Por eso, y por mucho más (lean este blog, con parón y todo) lo único que pido a los Reyes, es República, una sociedad, un estado y un mundo, mejor, más humano, democrático y en el que la justicia social no sea una utopía, sino una realidad y un valor de los pueblos.

Feliz Año.

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