jueves, 23 de septiembre de 2010

Estoy harto


Veo a los políticos en Bruselas y me siento más harto y aburrido que nunca. Todos con la misma sonrisa y las mismas palabras vacías con las que desautorizan, todos a una y sin distinciones ideológicas, a la Comisaria Europea que calificó la política francesa de expulsión a los gitanos de “política asquerosa”. ¡Qué nerviosos se han puesto, qué barbaridad! Pues yo también opino que la política francesa de expulsiones es impresentable y la izquierda que se hace esa foto y después sale para decir lo mismo que los demás, es patética y sí, nos ha fallado. Y me harta el machismo de Berlusconi y que nadie pueda callarle, y no tengo palabras suficientes para explicar hasta que punto me harta y me asquea que la supuesta pelea entre Sarkozy y Barroso en Bruselas sea calificada de “intercambio muy macho y muy viril”…ya supongo que sería muy macho dada la cantidad de mujeres que se sentaban en esa cena (¿una?).

Me cansan esos políticos reunidos para no decir nada, para aplicar las mismas políticas injustas que degradan nuestras vidas y van laminando nuestro futuro, pero intentando convencernos de que lo hacen todo por nosotros y que son imprescindibles. Me cansan sus gestos ampulosos, pomposos, inútiles, sus palabras repetidas: sacrificio, responsabilidad, respeto. Me harta esta Europa que nos vendieron y que ahora comprobamos que para aplicar políticas neoliberales todos a una pero que en derechos humanos no sirve ni siquiera para condenar verbalmente la política racista de Sarkozy o la política machista e insultante, ofensiva para las ciudadanas, de Berlusconi. Me pregunto para qué dan ruedas de prensa separadas, si dicen todos lo mismo. Para qué dicen nada si ya sabemos lo que van a decir antes de lo que digan. Incapaces todos ellos de probar o siquiera imaginar alguna política valiente, imaginativa, inteligente y comprometida de verdad con la justicia social, como diría Labordeta: ¡A la mierda!

Pero también me siento harto de una sociedad en la que se congelan las pensiones para ahorrar el mismo dinero que hubiera proporcionado el desaparecido impuesto sobre el patrimonio, y nadie se echa a la calle a protestar. Harto de ver cómo políticos corruptos, siguen en sus cargos ante la pasividad general sólo porque muchos creen que los partidos políticos son como un club de fútbol, que no importa lo que hagan, si son de los míos hay que apoyarlos. Me cansan quienes son incapaces de criticar a su propio partido aunque traicione todo lo prometido, aunque tengan que comerse sus palabras de ayer mismo, aunque haga las mismas políticas que critican en el partido de al lado. Estoy cansado y harto de no tener cauces para expresar mi hartura por culpa de una ley electoral que nos deja sin opciones reales. Pero, por encina de harturas y cansancios, la solución no es acabar con la política, sino hacer más política. Implicarnos en la política, salir a la calle, decir que así no, buscar opciones, ir a las manifestaciones, apoyar a los sindicatos, acudir a las asambleas, organizarnos, protestar, participar , no dejar que decidan por nosotros. El 29 es la oportunidad de hacerlo, la oportunidad de expresar toda esta hartazón y esta sensación de que nos están tomando el pelo. Son nuestras vidas las que están empeorando muy rápidamente y no las suyas. Y diga lo que diga el Papa, no tenemos más que una, así que vamos a defenderla.

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