Ayer escribía sobre lo patentes que quedan las diferencias sociales a la
hora de aprovechar (o no) el tiempo en casa, el
tiempo en confinamiento.
Pues hoy voy a mostrar parte de mi estatus y del privilegio que
tengo. Porque ayer sin quererlo disfrutamos de una serie
documental
que me ha puesto en la obligación de hacer mínima reseña. Anoche a
través de netflix veíamos la serie del Team
Movistar ciclismo.
El
Día menos pensado
fue estrenado
el pasado 27 de marzo y compuesta por 6 capítulos de aproximadamente
media hora cada uno fue rodada el año pasado durante más de 8
meses. Venía a narrar el
año del arco iris,
el año de Campeón
del Mundo de Alejandro Valverde.
Y también, y hecho no menos importante y trascendente, los 40 años
en competición que la estructura del equipo (aunque con diferentes
nombres) lleva en el pelotón profesional.
Es
de alabar y de agradecer que Movistar nos haya abierto las puertas de
su casa. De su concentración de pre-temporada; del despacho del
director general; del autobús del equipo, antes y después de cada
etapa. De los coches de equipo donde se ve la pasión y la intensidad
máxima de cada momento, de cada decisión. De las habitaciones de
hoteles en momentos de masajes y descanso. Y de los comedores de esos
mismos hoteles durante desayunos y cenas. Haber
podido conocer a los ciclistas y directores y auxiliares. En su vida
íntima. En sus orígenes. Un lujo y un regalo que cualquier
aficionado al ciclismo no puede perderse.
Pero
es que además han compuesto una obra tremenda. Un ejercicio de Gran
Hermano deportivo
en el que se narran con crudeza todas las emociones y sensaciones.
Todas las disputas. Todas las polémicas. Valiéndose de un
despliegue tecnológico amplio nos han regalado grandes momentos
dentro de los coches en carrera, con la tensión máxima oyendo las
conversaciones privadas y la emisora (el tan denostado pinganillo)
del equipo.
Esos 8 meses siguiendo, dentro del autobús del equipo por Lieja, italia, Francia o España han compuesto un documental precioso, un regalo televisivo para todo aficionado y que nos ayuda a contextualizar y conocer este maravilloso deporte. Además lo han hecho a calzón quitado con lo dicho en cada momento del año, explicando cada decisión, desde las deportivas hasta las comunicativas, y también, en las entrevistas tras la temporada, las sensaciones vividas. Para ello ha sido muy importante el montaje final en el que han tratado de salvaguardar la imagen del equipo ya sabiendo quien si y quien no iba a continuar la siguiente temporada, pero a la vez, y esto es muy de alabar, sin censurar ninguna de las decisiones pésimas que toma el equipo y que a muchos aficionados nos cabrea. Y nos divierte también.
Esos 8 meses siguiendo, dentro del autobús del equipo por Lieja, italia, Francia o España han compuesto un documental precioso, un regalo televisivo para todo aficionado y que nos ayuda a contextualizar y conocer este maravilloso deporte. Además lo han hecho a calzón quitado con lo dicho en cada momento del año, explicando cada decisión, desde las deportivas hasta las comunicativas, y también, en las entrevistas tras la temporada, las sensaciones vividas. Para ello ha sido muy importante el montaje final en el que han tratado de salvaguardar la imagen del equipo ya sabiendo quien si y quien no iba a continuar la siguiente temporada, pero a la vez, y esto es muy de alabar, sin censurar ninguna de las decisiones pésimas que toma el equipo y que a muchos aficionados nos cabrea. Y nos divierte también.
Vemos
a un Movistar
Team
muy potente. Una estructura asentada que reúne a muchos ciclistas y
personal de talento y calidad incuestionable y con unas herramientas
de primer nivel. Nos enseñan como preparan y reconocen las cronos y
las etapas de montaña. Pero también nos enseñan que van al
Tour
con intención de ganarlo y no duelen prendas en admitir que no
habían entrenado ni un mísero día la crono por equipos donde ya
sufrieron un escalabro colosal que tiñó el objetivo de imposible.
La
lucha de egos
entre líderes son la salsa que adereza el nutritivo guiso de la vida
de un equipo profesional de ciclismo hasta componer un plato
excelente en gusto y presentación. Valverde, Quintana y Landa con
las invitaciones de Carapaz y Marc Soler se presentan y quedan
retratados a cada momento por sus palabras, pero sobretodo por su
actitud.
Un
Alejandro
Valverde
honesto y siempre incisivo tanto en el planteamiento de la carrera
como en sus sentimientos. Primero dolido por su bajo nivel en la
primera parte de la temporada y al final feliz por su podio en la
Vuelta.
En
el Giro
con un Richard
Carapaz
campeón incontestable mientras Landa que iba de líder se plegaba a
trabajar para el ecuatoriano, formando con todo el equipo una piña
que funcionaba magnífica en la carretera y sobresaliente fuera de
ella. Y donde el liderato ejercido desde los coches por Sciandri y
Chente configuró un ciclismo ofensivo y dominador.
Y
el Tour. ¡Ay el Tour!.
Con problemas desde el principio. Estrategias que saltaban por los
aires por un combate constante por quien tiene razón. Quien es el
líder y quien no. Algo que durante la Vuelta también fue una
constante pese a que al final, como el mismo decía, “el
Balica siempre está ahí para sacar las castañas del fuego”.
Que
el ciclo de Quintana en el Movistar estaba acabado eso lo sabíamos
todos desde hace un año y medio por lo menos. Su actitud, egoísta y
de enfrentamiento rompía a la escuadra y generaba un mal ambiente
que pese al disimulo
y las disculpas era evidente para todo aquel que viera las carreras.
En
la
Vuelta
acontecimiento siempre especial para el Movistar hubo muchas más
polémicas. Se demuestra que en la polémica etapa de Toledo el
equipo ya llevaba una hoja de ruta para atacar en el punto donde
luego hubo la montonera con el líder. Las palabras de Valverde sobre
como Roglic se lo agradeció en privado y dijo que no tenían que
haber parado que los que se habían caído eran ellos, son
reveladoras.
Y
luego lo de Marc Soler perdiendo una victoria de etapa ya ganada para
ayudar a Quintana
en los dos últimos kilómetros. Para mi sigue siendo injustificable.
La victoria era de Soler y si un líder necesita que a dos kilómetros
de la meta le tengan que llevar a la meta no es mucho líder que
digamos. Y me da igual que fuera Quintana, Landa, Froome, Indurain o
el santo papa.
Las
explicaciones de Unzúe, patrón histórico del equipo, Lastras o
Arrieta muestran su mayor conservadurismo con respecto a las tácticas
de sus compañeros en el Giro, además de lanzar afilados mensajes
-sobretodo en el caso de Lastras- que no sé muy bien como pueden ser
tomados.
No
quiero dejar muchos más espoilers, ni tramas descubiertas. Al final
y esto es lo que importa disfrutamos muchísimo mi chica y yo viendo
el documental y recuperando en la memoria el curso ciclista 2019.
Como digo, y si tenéis la posibilidad, ver El
día menos pensado.
Documental, deporte, relaciones personales, reallity
show
y televisión de calidad al máximo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario