Avanzando
en el confinamiento
ha llegado la hora de recomendar algo de música y descubrir -quizás
peque de osadía pero éste no es un grupo muy conocido- a una nueva
banda de heavy
metal.
Y no una cualquiera, sino una muy peculiar, nacida de la desbordante
mente de un hombre que tenía en su cabeza recuperar o adaptar una
forma de presentar la música, como es la ópera, al mundo del metal.
Así con ese ímpetu nacía Ayreon.
En
1995 cansado por
no poder dar rienda suelta a su creatividad en sus bandas anteriores
Arjen
Lucassen
emprendía un nuevo camino. Éste compositor y multi-instrumentista
holandés deseaba por aquel entonces navegar su música hacia el
metal progresivo y la experimentación donde dentro de una propuesta
claramente de metal-sinfónico había lugar para la música
electrónica y el folk. Así además de los instrumentos habituales
de toda buena banda de metal se introducía el uso de sintetizadores,
órganos eléctricos mezclados con mandolinas, violines, violas,
cellos, flautas, cítaras, etc.
The
Final Experiment
era el nombre de la primera obra de Lucassen en su nuevo camino y
cumplía de maravilla su propósito. El autor probaba su nivel
compositivo y su capacidad de llamada para reunir a notables músicos
de la escena holandesa para grabar con él. Se empezaban a tejer las
redes de algo nuevo, de una forma novedosa y apasionada de presentar
la música heavy. Nacía así la ópera
rock
con temas que seguían un orden e hilo argumental, con personajes,
interpretados por los mismos cantantes e instrumentistas durante todo
el disco.
Por
regla general, en cada uno de los discos de Ayreon,
Lucassen
compone toda la obra, tanto música, como letra, graba todas las
guitarras y se reserva un personaje de la obra para cantar acompañado
de las figuras del metal que invita y aceptan gustosamente la
colaboración con él. Tanto
cantantes (en sus diversos registros de voz) como músicos se
involucran en la ejecución de la obra poniendo énfasis
a narrar historias de la prolífica mente del autor, alimentada desde
su infancia con cuentos y leyendas folclóricas, historia tanto de
Holanda como del Norte de Europa y también de la ciencia ficción,
por lo que acaba mezclando unas cosas con otras para ofrecer
historias plenas de belleza y sorpresa que hacen que te claves hasta
que escuchas
y descifras el final.
Into
the Electric Castle
fue el siguiente álbum y continuaba la historia de The
Final Experiment.
Ocho personajes, cada uno o una interpretados por una voz distinta,
desarrollan una historia en la que cada uno viene de una época
histórica distinta y comparten un futuro distópico y ultra
tecnológico en el que deben vivir (y luchar) basándose en su
intuición y sobretodo en los saberes y costumbres de sus épocas
originarias. Así vemos a un romano, una india norteamericana, una
egipcia, un escocés o un caballero medieval tratando de sobrevivir
en un tiempo extraño y caótico. Con nombres tan reconocibles como los de Sharon den Adel (Within Temptation) o Anneke van Giersbergen (The Gathering, banda en mi opinión infravalorada) es una pieza memorable.
Quizás
sea la obra más redonda de Ayreon
y sobretodo la primera que fijo un sonido reconocible. Un
caleidoscopio sonoro donde tienen cabida guitarras eléctricas,
dobles bombos, liras, zanfonas, secciones de cuerda y de viento metal
sinfónica. Metal
progresivo
de indudable virtuosismo y capacidad técnica
que con facilidad construye y nos sumerge en universos propios plenos
en tanto detalle y belleza.
Pero
ahí no paró la imaginación de Lucassen y siguió experimentando y
dejándose acompañar por algunas de las más celebres voces y
artistas del metal. Así el disco 01011001,
le servía de catarsis para superar la depresión tras su separación
con su mujer, con composiciones más oscuras, más propias del doom
metal,
y
que deja canciones espectaculares tanto por la composición por el
talento reunido en su interpretación.
Después
tras varios años de silencio e introspección Lucassen
volvió a los orígenes musicales de Ayreon
con The
Theory of Everything
(2013) donde acompañado por Cristina Scabbia (Lacuna Coil), JB (Grand Magus), Tommy Karevik (Kamelot) o Marko Hietala (bajista y compositor de Nightwish) por primera vez nos dibuja el mundo actual y real, tan dramático como lo reconocemos y cruel como lo intuímos.
Su última publicación hasta la fecha es The
source
(2017) donde vuelve a dar rienda suelta a su imaginación y nos traslada a un mundo imaginario de planetas extraños y donde bailarán las épocas históricas. Lo hace con un elenco asombroso donde destacan James Labrie (Dream Theather), Tobias Sammet (Avantasia y Edguy), Hansi Kürsh (Blind Guardian), Simone Simmons (Épica) o Floor Jansen (After Forever y Nightwish). Durante cuatro actos descifrará el universo onírico del autor dejándonos un mensaje de optimismo tras las sombras y de positivismo si sabemos luchar para preservar el conocimiento, su acceso universal y la salud de todos los seres de la galaxia.
Pero esto no podía quedarse ahí y debía llevarse al escenario. Así que con ese empeño y durante casi 3 años Lucassen trabajo para crear el evento total, la representación de una ópera rock con sus composiciones y universo como protagonistas. Y fue en 2017, más de veintidós años después de su nacimiento en 1995, cuando Ayreon dio su primer concierto.
En realidad tres, porque a los dos previstos, le tuvo que dar un tercero también de aforo completo ya que la demanda de entradas desde todo el mundo fue colosal, agotándose para cada día en apenas 10 minutos. Fue en Tilburg, en Holanda, donde pudo reunir en la sala 013 (probablemente la mejor sala de conciertos de Europa) toda la escenografía necesaria, pantalla gigante y decorados para dar rienda suelta a la máquina de los sueños que es su mente y de esa manera, tras lograr reunir a la pléyade de estrellas del metal para la actuación (cosa que no tuvo que ser fácil) poder por fin, no sólo dar gusto y satisfacción al sueño de miles de fans, sino también y muy importante, tomar satisfacción de ver su obra representada y con un acogida tan colosal. Espero que se siga animando a representarla y aunque haya que viajar fuera de estas fronteras, cuando se pueda, ir a paladear el mejor metal sinfónico posible. El de Ayreon.
Al
tiempo Lucassen se adelantaba varios años al confinamiento
y creaba el universo de Stream
of Passion,
banda compuesta por varios músicos de distintas partes del globo que
se ponían de acuerdo para ensayar y grabar a través de internet en
sesiones de video conferencia.
Espero que gustéis de probar las mieles de Ayreon y de la fantástica capacidad e imaginación de Arje Lucassen y usando un poco youtube y con esta modesta entrada, haceros algo más amenos los ratos de encierro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario