Sin embargo queda un resquicio para la esperanza. El Potemkin es nuestro sitio. Con las camareras más simpáticas y preciosas y con la música más estimulante ya es de por si un destino fabuloso para una noche. SE pueden oír desde clásicos hasta grupos actuales, tocando todos los palos (trash, industrial, classic, gothic, death,...). Pero cuando hay concierto el local adquiere dimensiones gigantescas. Aunque no suele tener una buena acústica para música en directo (Beethoven R., Hora Zulu,...) es la única manera de asegurarse la presencia de buenos grupos de heavy y hard-rock a orillas del Tormes. Anoche llegaban Skizoo. La banda madrileña formada tras lo que se anunció como una separación temporal de Sôber en 2005, una mitad del grupo forma Savia (Carlos Escobedo y Alberto Madrid), y la otra, formada por los guitarristas Alberto Bernardini y Jorge Escobedo, prepara el proyecto Skizoo. Acompañados por Daniel Pérez (batería de Saratoga y Stravaganzza), Daniel Criado (bajo, XXL), y Morti (voz, Bushido y Fantástico Hombre Bala) graban su álbum homónimo de debut, que lanzan al mercado en Mayo de 2005. Al poco tiempo, Daniel Criado abandona el grupo, y se les une Edu Fernández, que también se encarga de los coros en las actuaciones en directo. Así parecen haber dado con la formación definitiva, con la que actúan por toda España y graban un segundo álbum, Incerteza, lanzado el 19 de Febrero de 2007. Como Sôber ya los había visto en varias ocasiones (una vez en el Potemkin, otra en el Multiusos, en Valladolid, en la Riviera como teloneros de HIM) y siempre hacían actuaciones convincentes, profundas llenas de fuerza y talento a la guitarra que agarraban los corazones de todos los presentes. Y como Skizoo funcionan igual.
Además tienen un técnico de sonido fenomenal, ya que nunca se había oído a un grupo en directo como anoche a los madrileños, en lo que se podía diferenciar a cada componente, cada palabra y cada nota, como únicas y como parte de un todo. Canciones como NO me dejes solo, Dame aire, Incerteza, De Sol a Sol, Cuando no estas, Que vamos ha hacer, Puede ser..., Promételo, forman un segundo disco excepcional. No sobra ninguna canción y todas pueden ser perfectos himnos de estos tiempos y de esta generaciones "skizoofrénicas", aletargadas y vencidas por que no encuentran el compromiso para sobreponerse a las trabas de la clase dirigente. Pero en directo hacen levitar el alma, y nos envuelven en un sentimiento de rabia y lucha por cambiar. Lo que puede ser a simple vista un auditorio lleno de jóvenes góticos con un sentimiento de desesperanza, acaba siendo una explosión de almas libres. Y que decir de esas canciones que no forman parte de este último álbum. En un grupo con dos discos hablar de clásicos puede ser algo estúpido, banal, y caer en el fanatismo. Pero no. Habrá que olvidar, REnuncia al Sol, No todo esta perdido son sin duda 3 de las mejores canciones de hard-rock en castellano. Escuchar y ver a toda la gente en el Potemkin dar palmas para hacer la entrada a No todo esta perdido fue espectacular. Algo que nos encendió. Ascendió la ilusión y la satisfacción, que gustazo participar en un concierto así. Ni un reproche. Puede que Morti tuviera problemas de voz, por el concierto del día anterior, como el mismo admitió, pero el tio lo dio todo y se entrego tanto encima del escenario como después al lado de la barra. Lo único fue que no me tocaran Grita el Corazón. Una balada espectacular que describe de manera desgarradora mucha de nuestras vidas, vacías de intereses e inconclusas de experiencias.
Gracias a Skizoo y a Potemkin por regalarnos, al precio de 15 euros, un conciertazo fenomenal. Lo del dinero fue secundario. Lo mejor la música, la experiencia y todas esas chicas góticas de mirada enigmática y preciosas por definición.
Y después la fiesta. Si al concierto estuve con ese fio (que grande eres), luego nos acompañaron estos mellizos cabroncetes. Ke risas, ke katxondeo y ke borratxera. La Imprenta, Tal-Cual y Ciao nos vieron perder dinero, destrozar un poquito el hígado, aumentar nuestras carcajadas y buscar con la mirada a esas ninfulas de una noche que seguro que ya no se nos olvidan para próximos escarceos. Siempre en nuestras mentes. Ni más abajo, ni mucho más abajo. Esperemos poder repetirla, muchas veces.
"Aún nos queda mucho que hacer
Escucha mis ladridos
ayúdame, si me ves,
suspendido en lo peor
te buscaré
donde estés
antes de que ya no vuelva a ser yo"
Escucha mis ladridos
ayúdame, si me ves,
suspendido en lo peor
te buscaré
donde estés
antes de que ya no vuelva a ser yo"
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