sábado, 14 de julio de 2007

Encontrar el futuro

Viendo que la situación laboral en mi amada Salamanca era insostenible la semana pasada decidí entrar en acción. Ya estaba cansado de esperar mejores oportunidades y ver pasar los días sin que nada ni nadie respondiera a mis tentativas.

LUNES: Gracias a Internet y una Guía de empresas de informática en Madrid comencé a meter mi humilde C.V. en todas aquellas ofertas y empresas que se asemejan a mis opciones y preferencias.

MARTES: Empiezo a recibir propuestas de entrevista (12 o 13 en solo un día que son más que en Salamanca en 6 meses). Mi autoestima crece y mis opciones también, dando ya por seguro el hecho de tener que marcharme a Madrid para poder rendir como empleado y llevar a cabo mi actividad profesional.

MIÉRCOLES: Aunque sigo recibiendo ofertas y me siguen llamando para conocer mi situación desde empresas de informática y servicios en Madrid, yo ya tengo el plano hecho como diría ese Dani. Cargo el movil, la tarjeta de autobus y compro el billete para ir al día siguiente a Madrid a tratar de conseguir esa realización. Lleno la bolsa con lo necesario: mi carpeta con C.V., acreditaciones y datos importantes, una botella de agua, una toalla, un par de camisas para dar "buena impresión" (que no se me olvide quitarme el pendiente del lóbulo izquierdo, porque vaya mierda de país en el que la imagen vale más que el valor), y un libro para hacer más ameno el viaje. Imprimo la red de metro de Madrid (un mana para los no-madrileños) y 5 planos de los sitios donde tendré que presentarme ha hacer las entrevistas.

JUEVES: A las 5:30 ya estamos arriba. Llegamos a la estación de autobuses y en poco tiempo nos encaminamos a la capital. Inciso: necesitamos que terminen ya la autovía Salamanca-Madrid de una vez. Y lo de autovía es un eufemismo, porque de 2 carriles viendo lo que se hace por ahí... Llego a eso de las 8:30 a Madrid y rápidamente, después de esquivar a un par de gitanas del romero (espécimen caracterizado por saber tanto de tu vida como de la suya propia y por la pesadez) me imbuyó en el metro para tratar de llegar a Alcobendas a las 9:30. Al salir del metro tengo suerte y el primer sitio esta cerca. Entrevista corta y con pocas esperanzas. Mi perfil se adecua al puesto, pero algo me dice que querían algo más (universitario/a). Al salir, dos manzanas y otra entrevista. Allí la dedicación es mayor; 2 personas me entrevistan y quedan presumiblemente contentos. Nos despedimos y me dan bastantes esperanzas (pero 10 días después aún espero llamada). Otra ronda de metro y ahora al centro de la capital. Salimos por Begoña y al girar la cabeza vemos la capacidad que tiene Florentino Pérez para hacerte sentir pequeño. Sus "maravillosas" 4 torres emergen del asfalto, donde antes no hubo nada e intimidan e insultan al visitante al mismo tiempo que le dislocan el cuello. Después de 15 minutos de camino y de preguntar a un viandante (mi salvador) me indica donde se encuentra la calle Manuel Tovar. Tengo otros 15 minutos para tomar una "cañita", un pincho d tortilla y ponerme la primera camisa para dar imagen de "chico serio" (alguien se lo cree). Entrevista larga (1 hora) en una empresa para trabajar subcontratado en Indra. Puesto magnífico, en una de las mejores empresas del mundo y buenas expectativas tanto económicas, laborales como formativas.

Y de ahí, viajando en el Metro hasta Alcorcón. Después de situar más o menos el destino de mi visita, nos pusimos a buscar un sitio para comer. Y allí en una de estas cadenas (omitiré el nombre porque no me llevo un duro) de alimentación extranjeras de primero-segundo y variedad de platos y ensaladas, me puse como el tenazas. No me apasionan estos restaurantes que aunque de mejor comida que otros que ya conocemos, resultan a sépticos y faltos de naturalidad. Y después de comer a por la última entrevista. S.I.A. se llama la compañía y esta situada al lado de la carretera de Extremadura. En modernísimas instalaciones y con una meticulosa profesionalidad me atienden. Encerrado en una habitación, la primera de mis interlocutoras me da de aperitivo una serie de psicotécnicos. Secuencias numéricas, de imágenes, alfabéticas,... resultan todos estos test aburridos y toscos y dada mi poco conocimiento psicológico de dudosa fiabilidad y utilidad. Posteriormente, otra entrevistadora me describe la función de la empresa y lo referente al puesto de trabajo y mi experiencia profesional y laboral. Y ya por último, se ve quien "corta el bacalao" y la última de mis entrevistadoras me ataca sobre aspectos formativos de toda índole, no solo informáticos, y por supuesto sobre mi personalidad y afabilidad. Quede muy contento con mi respuesta y bastante entusiasmado con mi probable futuro empleo, por lo que le día a este último la prioridad en caso de empate.

Y volvimos a recorrer el Metro ya buscando la estación de Marques de Casal con el ánimo de cerrar el billete e irnos para Salamanca satisfechos por el día. Pero resulta que al empleado que me lo cerro no se le ocurrió otra cosa que dejármelo para las 9:00 en vez de las 21:00, y después de peleas y pregorrativas pues conseguimos remediar el entuerto, para llegar cansado y satisfecho a casa a eso de las 0:30.

VIERNES: Día de relax en el que repaso lo hecho del día anterior y aguardo noticias.

Noticias que llegaron el jueves 12, una semana después para confirmarme mi próxima contratación en S.I.A. la compañía que más me impresiono y que se puso a la cabeza de mis pretensiones, por varios motivos, entre los que destaco la zona en la que esta enclavada, mucho más tranquila y a priori relajada que el centro de Madrid.

Así que haya vamos ahora, con total relajación pero también con un éxtasis latente a empezar una nueva vida, con nuevas experiencias, nuevas personas y en la que quiero mostrarme mi capacidad para desenvolverme en lugares de antemano extraños.

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