Ya
escribí en su momento sobre Mi experiencia como apoderado en una mesa electoral
y ahora lo hago para narrar Mi
experiencia como Presidente de mesa electoral
en
las Elecciones Generales del pasado 28 de abril
y
dar unas pequeñas opiniones sobre los pormenores y vicisitudes de
tan democrática función.
Hace
más o menos un mes recibía a través de mis padres -ya
no vivo aunque sigo empadronado en mi pueblo-
la citación y recuerdo aquí el derecho, pero sobretodo el deber,
ciudadano para participar formando parte de las mesas electorales.
Tanto si se es “titular” como “suplente” la importancia en la
responsabilidad que un hombre o una mujer tienen que asumir va más
allá de los 65€ de dieta y las 5 horas de libranza de la jornada
laboral del día siguiente (para quien trabaje por cuenta ajena,
claro).
Hablamos
de ejercer como correa de transmisión de la democracia entre el voto
depositado en las urnas y la representación efectiva de los
candidatos elegidos. Esto se hace a través del recuento y de una
serie de formalidades legales que en esencia otorgan la garantía de
limpieza y participación democráticas a la que aspiramos como
sociedad moderna y activa.
Por
eso da tanto asco y también tanto pavor comprobar el escaso,
bajísimo, nivel que muchos de nuestros vecinos y vecinas tienen en
la materia. O al menos el nivel de las personas que junto a mi,
salimos tras el sorteo público.
El
viernes 26 asistí a una reunión previa para informarnos a los
miembros de mesas electorales sobre la documentación, el protocolo y
las posibles dudas para el domingo, y así ir con una mínima
preparación.
Esa
mínima preparación debía pasar por haberse leído previamente
con interés el Manual que las juntas
electorales de zona
dan a cada persona. Poco más de 30 páginas que explican clara y
ordenadamente el proceso electoral, y que lamentablemente, la mayoría
de los asistentes no tuvieron a bien ni siquiera ojear. Y si además,
las carencias y desconocimientos en materia de “nuestra”
democracia, “nuestra” Constitución y de cómo funcionan las
instituciones, y un poco las elecciones son tan profundos se produce
el bochorno que viví, escuchando las intervenciones de quienes
debían, o podían, sentarse en una mesa electoral el domingo
siguiente.
Desde
luego me reconozco como rara
avis
en el auditorio donde nos sentaron. Soy una persona interesada en la
política, sobretodo a nivel de calle y participación, con
ya experiencia en
las elecciones siendo
apoderado en
varios procesos.
Por
eso, casi no tenía dudas, y asistí asombrado al nivel de
chabacanería y estulticia con la que se fueron destilando los temas.
Preguntas del tipo sobre “si
las elecciones acaban a las 14:30”,
“si
los votos con la tarjeta censal son válidos”
o “si
tengo que estar en la mesa hasta las dos y luego viene el suplente”.
A
parte, quedan los chistes y gracias varias que afloraron en mi un
sentimiento de vergüenza ajena.
Pecando
de elitista no pude más que sentirme indignado y a la vez
apesadumbrado del escaso
nivel que “tenemos” como sociedad para conocer nuestra propia
democracia y su funcionamiento.
Aquí hago una denuncia a las instituciones y medios de comunicación
para que trabajen en informar de manera efectiva. Para conocer la
importancia decisiva de la función que realizamos miles de personas
el pasado domingo, de lo que
supone, qué hay que hacer, lo que puede implicar no hacerlo y no
tomárselo en serio, y del proceso general de unas elecciones.
Hablamos
del deber
cívico en democracia
que no sólo tiene que estar regido por figuras como el delito
electoral,
sino que tiene que apelar de entrada a la responsabilidad basada en
una cultura democrática sólida
y funcional.
Todas
y todos queríamos acabar la jornada lo
antes posible sin
incidentes ni problemas, porque no hay necesidad de tener que asumir
una citación judicial para explicar que un acta no está bien, o que
había alguna denuncia, por lo que la labor que tenemos como sociedad
para conocer la manera en la que convivimos y nos regimos es básica.
A
continuación, voy a relatar desde mi experiencia y valiéndome como
guía del propio manual de instrucciones de las Elecciones
a Cortes Generales el
proceso cronológico a seguir, siendo Presidente
de mesa electoral:
Cronología
de un Presidente de Mesa electoral:
En
primer lugar, recalco el deber
cívico ineludible
que es ser miembro de una Mesa Electoral, cuya dejación, expresada
en no presentarse a la hora de formación de la Mesa, es considerada
delito
electoral
castigado con penas de entre 3 meses y un año de prisión, y una
multa de hasta 3.400€. Poca broma.
Formar
parte de una mesa electoral, tanto si se es
presidente,
vocales, o en titular o suplentes, viene a través de un sorteo
público, realizado en pleno del ayuntamiento. Serán elegidos entre
las personas con derecho a voto los menores de 70
años que sepan leer y escribir, quedando para la presidencia,
personas con estudios superiores (aprobado el bachillerato),
consignados para
cada mesa en
cada sección del censo. Es
decir, sobre cada mesa se eligen presidente, dos vocales y hasta dos
suplentes por cada puesto. En total 9 personas.
Si
has sido elegido te llegará la citación a través de la policía
local o Guardia Civil, y hasta el día de las elecciones, a parte de
una reunión previa, tu única función y realmente importante es
leerte
el Manual que te den.
Se
puede renunciar a la función, pero hay que tener muy buenos motivos
y poder argumentarlos con documentación ante la Junta
Electoral de zona.
Ya no vale con haber solicitado el voto por correo e incluso el tener
billetes de vuelo adquiridos previamente puede no valer para
librarse. La documentación en principio ha
de presentarse de manera personal, aunque también se puede enviar
por
fax.
Vayamos
al día de la votación.
8:00
de la mañana.
Reunión
en el local electoral
que tenemos asignado. Deben estar presentes todas las personas que
integren la mesa y sus suplentes. Si una vez que se ha constituido la
mesa no es necesario realizar ninguna sustitución los suplentes
pueden marcharse.
Durante
más de viente minutos esperé
a que vinieran el resto de personas asignadas a mi mesa. Estaba yo
solo, pese a la obligatoriedad de la citación. Desconozco si se tomó
nota o si se va a llevar a cabo alguna sanción a quienes faltaron.
Hasta
las 8:30 de la mañana, momento en el que se formaliza la
constitución de la mesa electoral hay una serie de funciones a
realizar:
1.
Comprobar
el material electoral:
1.1.
Urnas
para cada elección. En mi caso una para las cortes y otra para el
Senado.
1.2.
Cabina
de votación para ejercer el voto de manera secreta.
1.3.
Sobres
y papeletas. Hay que comprobar que todas las candidaturas están
presentes y que hay tanto papeletas y sobres para llevar a cabo la
votación. Normalmente, hay como 3 o
4
veces más de lo necesario.
Aconsejo,
si se tiene tiempo, disponer las papeletas, tanto en la mesa auxiliar
como en la cabina en el mismo orden que el dictado por la Junta
Electoral. De hecho estas palabras, “es
el mismo orden que ha dictado la Junta Electoral y
además es el orden que aparece publicado en el B.O.E.”
la repetirás como presidente varias veces durante la votación.
También
recuerdo una cosa muy importante: Tanto sobres y papeletas por
separado, como juntos en forma de voto, sólo
pueden ser manipulados por los miembros de la mesa electoral.
Cuídense
de que interventores o apoderados las toquen porque si hay algún
problema pueden invalidar el trabajo de la mesa y tener que repetir
la elección dos días después.
1.4.
Documentación:
1.4.1.
Copia del censo electoral
1.4.2.
Actas: Constitución, escrutinio y sesión.
1.4.3.
Certificados de Votación para entregar a quien lo solicite,
normalmente trabajadores que hacen un alto en la jornada para ejercer
su derecho al voto. En todo el día, sólo rellene uno.
1.4.4.
Lista numerada de votantes: Aquí se anotarán los nombres y
apellidos de cada persona que vaya a votar. Importante dejar en
blanco el hueco -con el Senado pasa a veces- donde se abstiene.
1.4.5.
Plantilla Auxiliar para facilitar el recuento del Senado.
1.4.6.
Copia de las credenciales de los interventores e interventoras que
actúen en tu mesa. Habrá como mucho dos por candidatura. Como es
una labor bastante sacrificada no todos los partidos pueden disponer
de ellos, y de hecho, sólo se suelen presentar uno o una del PP y
uno o una del PSOE.
Hay
que matizar que estas personas estarán junto a ti en la mesa,
llevando un control de los votantes, con copias del censo facilitadas
por su partido. No deja de ser una ayuda, una comprobación a mayores
del voto, que puede venir bien a la hora de realizar el recuento,
pero también, pueden dar problemas. Los interventores de tu mesa,
votarán en la mesa aunque estén censados en otras mesas.
1.4.7.
Copia de las credenciales de interventores e interventoras censadas
en tu mesa, pero que van a ejercer su función en otra mesa. Donde
votarán. Estos
en el listado del censo, aparecen con una “I” que indica que se
han acreditado como interventores.
1.4.8.
Sobres y recibos de entrega para al final de la jornada presentar los
documentos, tanto en el juzgado como a un funcionario de Correos.
1.4.9.
Procedimiento de votación para personas con discapacidad visual que
lo hayan pedido con anterioridad.
Tuve
un caso. Una persona ciega, solicitó ejercer su derecho. Tenía un
credencial y una
carpeta con las papeletas en braille troqueladas con su habitual
correspondiente. Es decir, la persona utiliza esta carpeta para
identificar a través del braille las candidaturas y decidir a cual
vota, para después separar la papeleta normal que tiene troquelada a
la de braille, que será puesta en un sobre de votación. Esta
persona podía habérselo llevado a su domicilio para hacer la tarea,
pero decidió componer su voto en la cabina ayudado por una persona
de su confianza que
la acompañaba.
1.4.10.
Bolígrafos, lapiceros, rotuladores fluorescentes, regla, grapadora,
corrector, gomas elásticas, cuño,
…
1.4.11.
Una hoja con los teléfonos de contacto tanto de funcionarios y de la
Junta Electoral de zona, para comunicarse en caso de necesidad.
IMPORTANTE:
Si alguno de estos materiales no se encuentra o está en mal estado
hay que comunicarlo inmediatamente para que la Junta electoral de
zona pueda enviarlo y sustituirlo.
2.
Comprobación
de las condiciones del local electoral.
Esto
es, básicamente, cerciorarse
de que los carteles que indican a cada persona donde votar según su
sección y mesa están bien puestos y son visibles. Creo que todas y
todos nos hemos despistado más de una vez al ir a votar y guiarse a
través de estos paneles, por lo que a parte de asegurarse de que son
visibles, poco más podemos hacer.
3.
Recepción de las credenciales de interventores e interventoras.
Tienen
entre las 8 y las 8:30 para presentarse ante la mesa. En
mi caso, llegaron dos interventoras, una del psoe y otra del pp,
antes que el resto de miembros de la mesa…
8:30
de la mañana. Constitución de la mesa electoral.
Momento
trascendente. Es vital hacerlo y además de manera correcta. Una vez
que ya estábamos todos los que teníamos que formar la mesa, nos
pusimos a la tarea de rellenar el Acta
de Constitución.
No
tiene mucha complicación pero sí
que
es preciso poner atención para que todos la firmen, incluidos los
interventores acreditados. Viene en papel auto-copiativo, es decir,
con múltiples caras en las que se remarca la información, y debemos
dar una copia a cada candidatura, interventores o apoderados, que nos
la pidan.
9:00.
Comienza la votación.
Puesto
de pie grité
“Empieza
la votación”
y ese fue el disparo de salida para que fueran llegando más y más
electores. De hecho ya había una cola a las 9 menos diez -no sé si
es que la gente desconoce que como te pillen por ahí y falten
miembros de mesa te toca a ti formar parte. O es que lo buscan-. El
caso es que no tuve mucho tiempo para protocolizar un poco el voto.
A
mi derecha, el primer vocal. Una persona, de más de cuarenta años,
cuya mayor preocupación era salir a fumar e
incluso ir a comprar tabaco,
y con severos problemas para conocer el funcionamiento del
abecedario. Era
el “encargado” de buscar al votante en el censo. A mi izquierda,
la segunda vocal, una ni-ni con una vida social activísima a través
del móvil que debía inexorablemente consultar cada
30 segundos después
de haber venido de fiesta casi de empalmada (ya que pasó el resto
del día diciendo que había dormido 2 horas las noche anterior y
otras 3 las del viernes),
y que era la encargada de apuntar nombre, apellidos e id de censo
junto a su autonumérico correspondiente en la planilla de control
del número de votantes. Me dará problemas más adelante.
A
la hora de votar, el protocolo es el siguiente:
Como
presidente, recibes al votante y recoges su documento de
identificación (DNI, carnet de conducir, pasaporte, originales
aunque estén caducados. No valen fotocopias, y tuve 3 o
4 que mande a casa).
Indico
a mi primer vocal los apellidos y nombre del votante. Como veía que
no desenvolvía la mayoría de las veces, con vista de águila le
indicaba yo dónde estaba esa persona. Una vez encontrada, y visto
que no tenía la “C” de voto por correo (más adelante hablaré
de esto) y que obviamente no estaba tachado con el fluorescente
porque hubiera ya votado, le
recogía su voto.
Palpaba cada sobre para comprobar que era normal y no estaba
manipulado, y después, como había dos urnas, Congreso y Senado,
primero le destapaba la del Congreso y le daba el sobre blanco para
que él o ella introdujera su voto. Y después la misma operación
con la urna del Senado y el sobre sepia.
Tiene
que hacerse así, por la principal razón de que cada persona tiene
el derecho de depositar su voto el
mismo,
pero minimizando errores de introducir un sobre donde no toca.
Mientras
hacía eso, la segunda vocal apuntaba nombre y apellidos del votante
en la planilla, al igual que lo que hacían las interventoras. Una,
la del PP, tachaba en su listado del censo, la del PSOE, apuntaba el
id en su planilla.
Así
hasta las 8 de la tarde que se cierra la votación, con la última
persona que se encontraba en el local a esa hora, momento en el que
indique “Se
concluye la votación”.
11
horas casi de pie, salvo la media hora escasa en que me ausenté
para ir a comer a casa. Lo hicimos por turnos, como
cuando había que ir al excusado,
quedando siempre, como marca la ley, dos personas en la mesa, y
rezando para que el elenco del que disponía no me preparará alguna
en
ese
rato.
20:00
horas. 8 de la tarde.
Una
vez terminado el voto presencial, vamos con el voto por correo.
A
media mañana había llegado un cartero, con la montaña del voto por
correo. Hasta 32
personas lo habían solicitado -así recontamos del propio censo con
la famosa “C”- y habían llegado 27
votos. Entre ellos, el mío.
La
normativa que rige el voto
por correo
cambió junto al tema del voto
rogado para las personas que residen en el extranjero,
y ahora prevalece frente al voto presencial. Qué quiere decir esto.
Antes, tu podías haber solicitado el voto por correo e incluso
haberlo enviado en la oficina de correos, pero si el día de las
elecciones votabas presencialmente se te tachaba del censo, y para
cuando llegará la hora del voto por correo, tu voto era desechado al
comprobar que ya habías votado.
Ahora
no. Ahora en el censo, las personas que habíamos solicitado el voto
por correo, veníamos marcados con una “C”, y no podíamos votar
presencialmente. Y vistas las colas, las ampliaciones del horario, y
el estrés
que ciudadanos y trabajadores de Correos han tenido para poder hacer
efectivo el derecho al voto, uno, mal pensado, no puede dejar de
pensar que está reforma ha sido parte del pucherazo electoral que el
PP nos ha colao estos años.
Rellené
una incidencia al tener que negarle el voto a una chica que lo había
solicitado por correo, pero que no pudo ejercerlo al no llegarle la
documentación en plazo y que se las había ingeniado para ir a votar
presencialmente el domingo. Cuando
vimos que esa “C” venía marcada junto a su nombre en el listado
del censo, tuve que impedirle ejercer su derecho al voto, y
explicarle, a ella y a su padre, cómo funciona el sistema ahora.
Todo ante su violencia verbal hacia mi persona, como si yo me lo
hubiera inventado. Por supuesto, les indique que iba a dejar
constancia en el acta de éste hecho y así lo hice al rellenar el
acta de sesión.
Que
de más de 2 millones y medio de españoles residentes en el
extranjero sólo hayan podido votar poco menos del 6% es una cacicada
más de quienes critican lo que sucede en Venezuela. Que después de
precarizar Correos -una empresa pública que debía ser una joya
estratégica
de
la economía patria- no pueda atender la demanda, no es un mero
accidente, sino una prueba más de que querían eliminar del censo a
buena parte de la gente -los que residimos fuera, normalmente lo
hacemos por la falta de oportunidades en nuestra tierra- que no les
iba a votar.
Espero
y deseo que el
nuevo gobierno derogue el voto rogado
y esta normativa relativa al voto por correo, así como dotar a
Correos de la estabilidad y potencia de una empresa pública. Tres
deseos que nos darían un mejor país donde vivir.
Pero
volvamos al lío del voto por correo. Abrí cada sobre, y comprobé
que a parte de los dos sobres de la elección (Congreso y Senado)
venía el certificado
de voto por correo.
Sin él, el voto no era válido y debía destruirse. De los 27
me encontré con 4 en esa situación, pero es que sin el certificado
es imposible comprobar que la persona está en el censo, ya que el
único documento que queda es el sobre y su remitente, que no valida
esa opción.
Introducidos
los votos por correo, incluido el mío, se dispusieron a votar los
miembros de la mesa, los
vocales, y después las dos interventoras, y
ya en ese momento nos dispusimos a realizar los recuentos.
Escrutinio
El
escrutinio es público. Cualquier persona puede entrar a ver como se
lleva a cabo. Lamentablemente, no tuve espectadores con los que
entretener con mis destrezas y labores democráticas.
En
principio, el escrutinio tiene que hacerse con el siguiente
protocolo: Abierta la urna, el presidente extrae uno a uno los
sobres, que irá abriendo y leyendo la papeleta en voz alta.
Digo
en principio porque a mi a todas luces me parecía un proceso eterno
que además podía llevar a errores, como paso en dos de las otras
tres mesas vecinas.
Mi
propuesta era la siguiente: Presidente y dos vocales (obviamente, los
únicos autorizados para tocar los votos), irán abriendo los sobres
y disponiendo cada papeleta en su montón correspondiente para
después contarlos. Guardaremos los sobres abiertos, agrupados de 10
en 10 para hacer más fácil el recuento y comprobar que votos y
sobres coinciden.
Al
principio las dos interventoras, y dos apoderadas de Ciudadanos y
Unidas Podemos que llegaron no estaban muy seguras de mi proceder,
pero como habían comprobado que tenía la situación bajo control y
el funcionario me dio el visto bueno, procedimos a hacerlo así.
Aprovecho
para decir que en una mesa electoral las decisiones las toma la
presidencia. Interventores y apoderados pueden opinar, pero no tienen
voto.
El
caso es que una vez vieron que el recuento era rápido y que fue
cuadrando, salvo en la planilla que la segunda vocal (
la que venía de resaca, recordemos) debía
rellenar, donde teníamos una varianza de más de 30
números, cuarenta electores, menos que el número total de votos
emitidos.
Fuimos
a comprobar todo el listado y aquí vino bien que la interventora del
PSOE fuera haciendo una hoja igual, porque comprobamos que en un
momento determinado, en vez de apuntar “360”,
la segunda vocal apuntó “330”, encontrando ahí el entuerto, que
encima se tardó bastante en subsanar porque todas las hojas que
venían después tenían puesto mal el número y había que
corregirlas.
Mientras
hacía eso yo aproveché para rellenar el acta de escrutinio del
Congreso, y
salir a la puerta a tomar un poco el aire.
Solucionado
nos pusimos con el recuento del Senado, donde la interventora del PP
nos dio una gran ayuda: Comentó
que para evitar errores e ir algo más rápido la mejor forma de
hacerlo era separar en un montón las papeletas donde los tres
elegidos fueran del mismo partido, en otro los que fueran de dos, y
en otra los que fueran de uno.
Ya
sabéis que la papeleta del Senado es única con todos los partidos y
se debe marcar la casilla de la persona a la que deseamos depositar
nuestro voto, no siendo necesario que pertenezcan a la misma
candidatura.
Lo
hicimos como propuso esta señora y he de decir que avanzamos
rápidamente puesto que pudimos contar como una papeleta normal los
votos donde habían votado a las tres personas de un partido, que
además suponen la mayoría de la urna. Luego ya fue más tedioso
indicar los nombres de cada marca, pero indudablemente habíamos
acabado el recuento muy rápido, más que en otras elecciones en las
que había estado yo en
anteriores ocasiones,
y también las de las mesas vecinas.
Hechos
los escrutinios y comprobados que no había errores y anunciados los
resultados de la votación (n.º de electores en el censo, n.º de
votantes, votos nulos, votos en blanco, votos por candidatura) nos
dispusimos a rellenar las actas tanto de escrutinio, como de sesión.
Es
importante, que durante el día, sobretodo en esos momentos de media
tarde, donde no suele votar mucha gente, ir rellenando lo que se
pueda rellenar, y sobretodo ir firmando las hojas de la planilla de
electores que tienen que ir firmadas por todos los miembros de la
mesa. Esto evita carreras y nervios al final del día cuando ya
estamos todos cansados.
Acta
de Escrutinio.
Una
por cada proceso celebrado. Es decir, cada urna. Se tiene que
rellenar y firmar por cada miembro de la mesa (Presidente, vocales e
interventores). Una vez relleno, el original, se dispondrá en lugar
visible (normalmente la puerta del colegio electoral). La primera
copia se le da al funcionario representante de la Administración. Y
el resto de copias se da
a
interventores
y apoderados, siendo una copia por candidatura.
Acta
de Sesión.
También
un acta por cada urna. Se rellena y se firman por todos los
integrantes y se dispondrán las copias para los interventores y
apoderados de igual modo que con el acta de escrutinio.
A
continuación, rellenamos
los sobres para la entrega de la documentación electoral.
Habrá un juego de tres sobres por
cada urna que hemos tenido en la mesa y se cumplimentarán de la
siguiente forma:
Sobre
número
1
-Acta
de constitución de la mesa.
-Original
del acta de sesión de la urna correspondiente.
-Lista
numerada de votantes. En el caso de unas elecciones generales, se
introduce en el sobre correspondiente a la elección al Congreso de
los diputados.
-Papeletas
nulas o que hayan sido objeto de reclamación si es que la hubiera.
-Lista
del censo electoral. Pregunté en la reunión informativa si los
censos que llevan los interventores se tenían que recoger. Me
dijeron que no.
-Copias
de las credenciales de los interventores acreditados en la mesa.
-Certificaciones
censales en caso de que las hubiera.
-Solicitudes
de reintegro de gastos del voto por correo en caso de que las
hubiera.
Sobres
número 2 y número 3
-Copia
del acta de constitución de la mesa
-Copia
de las actas de sesión correspondientes.
Una
vez rellenos, se cerrarán y se firmarán por todos los integrantes
de la mesa (incluidos interventores) y se procederá a entregarse:
Sobres
números 1 y 2, los entregará el presidente de la mesa electoral en
el juzgado de guardia.
El
sobre número 3 será recogido por un trabajador de Correos en
el mismo colegio electoral.
Así
con un paseo en un coche de la policía local desde el colegio
electoral, al juzgado de guardia y después hacia casa de mis padres
terminé
un día maratoniano. Había salido de casa a las 8 menos cuarto y
volvía, a la 1 de la mañana.
Cuando
salía del colegio electoral, en las mesas que había al lado en dos
estaban picando el recuento del senado y en otra rellenando el acta
de escrutinio del Congreso. Desconozco a la hora a la que terminaron
el proceso.
En
cualquier caso, más allá de los 65€, me parece mucho más
importante, dar una jornada entera, incluso dos, sin perder sueldo ni
otros derechos, a las y
los trabajadores
que forman parte de un proceso electoral. Necesitas
al menos una jornada para descansar y recuperar una rutina normal y
no se va a caer el mundo porque no vayas a trabajar el día después
de estar 17 o 18 horas en pie. Quizás menos propaganda electoral,
especialmente esa que atenta a la sacrosanta intimidad de nuestros
buzones podía costear éste derecho.
También
estaría bien que nos facilitarán agua, así como algo para picar,
cenar, antes del escrutinio, que como habéis visto se puede alargar
varias horas. Gracias,
cariño por llevarme 3 botellas de agua y
traerme viandas para cenar.
Aconsejo
llevar ropa cómoda. No me refiero al chándal del madrid, ni tampoco
a las mallas del decathlon
con las que vais ahora a todos los sitios. No se trata de ir de cena
de nochevieja, ni tampoco de vuelta del gimnasio, sino de vestir con
coherencia a la situación, teniendo en cuenta, que pasaréis muchas
horas fuera de casa, sentados o de pie, y ropa excesivamente ajustada
puede causar estragos.
Poned
atención sobretodo en el calzado. Algo cómodo que no recaliente el
pie, pero por favor, calzado cerrado, que no tenemos que estar
oliendo los juanetes del pijo que ha ido en sandalias.
Y
sobretodo, tomároslo en serio. Tendréis,
como en mi caso, interventores y apoderados que os cuestionarán por
sistema la forma de hacer las cosas y que cuando les digáis que eso
es lo que viene en el manual, os digan que ellos no se lo han leído,
podréis cerrarles la boca.
La
función que vais a realizar, incluso aunque os hayan designado como
suplentes, es muy importante para la salud y el buen funcionamiento
de nuestro país y nuestra democracia. Insisto, leed
el manual de instrucciones para integrantes de la mesa electoral,
y que os darán el día que os entreguen la citación. Hacedlo
una, dos y hasta tres veces. Podéis consultar en internet las dudas
que tengáis y/o luego preguntárselas a los funcionarios en la
reunión previa. Reflexionad
sobre cómo
va a ser el día y preparaos para una jornada intensa, que requiere
vuestra máxima implicación y
atención,
para no tener errores y que transcurra con normalidad.
Informaros
seriamente del funcionamiento de unas elecciones y acudid
con responsabilidad a ejercer vuestro deber, pero también derecho.
Pensad
que hace 50 años, no teníamos esta posibilidad, y
que hubo millones de compatriotas que murieron o sufrieron para que
tú
puedas
presidir o estar presente en una mesa electoral.
Tu
labor es mucho más importante de lo que imaginas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario