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lunes, 8 de septiembre de 2008

Si se veía venir


Era un secreto a voces y a nadie debe de coger por sorpresa. Todos los que estabamos en la empresa Qualytel antes de este Expediente de regulación de empleo, y que veíamos como todos los que teníamos contrato temporal ibamos cayendo, pues nos imaginábamos a donde iba a parar todo esto. Y si después de ver como iban cayendo los trabajadores temporales y no sólo eso, sino también como se reestructuraba los servicios, bajando la carga de trabajo, todavía hay gente que diga que les pilla de sorpresa... Vamos.

Y si, otra empresa que se va, bueno mejor, anuncia que se va, presenta un montón de despidos y al final sólo "ejecuta" unos cuantos para lograr su único propósito en todo este entuerto: engrandecer sus beneficios. Para ello han hecho un nuevo organigrama en su planta en Salamanca, para seguir expandiendo su negocio, haciendo las Américas y riéndose de todos nosotros.

El último informe presentado por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones aporta un dato esclarecedor: en España, el sector de las telecomunicaciones cerró el último ejercicio con ganancias superiores a los diez mil millones de euros creciendo a un ritmo superior al 7%. En Salamanca, como es sabido por todos, 450 trabajadores de la empresa Qualytel, que opera para compañías como Orange, están amenazados por un despido encubierto.

Antes de abundar en lo obvio o de destacar silencios “sonados” como el de los dirigentes políticos de esta comunidad y provincia, el del anterior Ministro de Trabajo o el de la Universidad de Salamanca –que firmó un convenio de formación con la empresa- sería conveniente hacer tres reflexiones de fondo.

Primera reflexión: lo preocupante para Salamanca no es el despido de un tercio de los trabajadores de la empresa más grande de Salamanca –que evidentemente es un mal síntoma-. Lo crítico es que el “tejido industrial” salmantino esté representado por una empresa que contrata en precario y sin cualificación, que recibe ayuda institucional a cambio de muy poco compromiso, y que se puede deslocalizar “en menos de una mañana”. Ruge la crisis y en Salamanca no quedan ni las sillas.

Segunda reflexión: pese a que la Empresa Qualytel tiene previsto seguir ofreciendo sus servicios en otras plantas como Jaén, insiste en plantear el despido de sus trabajadores como un fin de obra y servicio. Todo ello para abaratar los costes de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), las molestias de una movilización y la intervención –siempre incierta- de la Autoridad Laboral. Los argumentos de los sindicatos parecen claros y buena muestra de ello es la aparente rectificación de la empresa. Sin embargo, del mismo modo que exigimos ahora a la empresa que justifique el fin de la obra o servicio, no habría estado de más que a la hora de permitir la firma de esos contratos, la empresa hubiera justificado “la autonomía y sustantividad” de las tareas realizadas bajo esa fórmula contractual. Touché.

Tercera reflexión: La primera crisis de los 90 sirvió para abaratar el despido. La siguiente, para flexibilizar las formas de contratación. Ulteriores crisis justificaron rebajas en la cuota empresarial a la Seguridad Social, la contención salarial. Cuando vienen mal dadas siempre salimos al rescate del empresario. Sin embargo, el primero en pagar la crisis es el precariado, que sustenta su proyecto de vida en el clavo ardiente del contrato por obra mientras sueña con trabajar sólo las horas que marca el Convenio y se pregunta si mereció la pena tanta formación para acabar así.

Y bajo este prisma, se finiquito el acuerdo del E.R.E. con polémica entre los sindicatos representados en el cómite de empresa (UGT, CC.OO., CNT) siendo estos últimos los que actuaron con lógica y trataron de conseguir que la empresa se ciñera a la reglamentación vigente, aunque sin éxito. Por lo tanto, aquí, desde donde me planteo perder mi condición de afiliado de CC.OO. y pasarla a la CNT, uno ya no sabe que es peor, si el patrón, el hermano, o el compañero. Ahora todos debemos forzar a la instituciones para que fuercen la devolución de tanta subvención, porque a las claras esta que se han reido de vosotros, y de todos los que "democraticamente" os han elegido. Si primero, la subvención de la USAL. era un disparate, ahora con el corte de mangas en la retina, Junta, Ministerio de trabajo y Ayuntamientos de Carbajosa y Salamanca deberían sacarse el dedo del culo, ponerlo al Sol, y pensar: Nos han descubierto (¿?) ,o lo qué podíamos haber hecho con esta pasta [en beneficio del pueblo].

Y ya una última reflexión. No sé puede decir que Salamanca pierda parte de su tejido industrial, porque esta empresa, ni siquiera en su momento de máximo apogeo y auge contratacional, podía formar parte de un complejo del sector secundario. Primero porque pertenece al sector servicios; segundo porque el regimen de contratación era inadecuado bailando con lo ilegal;y tercero, porque pese a la cantidad de personas contratadas, las cargas sociales y familiares, que se soportaban con los salarios de esta ignomiosa factoria, eran practicamente insignificantes, dado la edad de la mayoria de personas que han trabajado aquí, y además, que con esos sueldos pues ahí que estar un poco ido para tener familia. Pero la situación es grave, porque mientras otras provincias si que consiguen atraer empresas y fabricas que estimulen la riqueza tanto económica como social, aquí en Salamanca se está de brazos cruzados y apenas se tiene una noticia al año, al respecto, que empieza esperanzadora y con el paso de los meses aniquila nuestro alma.

Anuncio, se acerca una próxima inmigración...

domingo, 23 de marzo de 2008

Trabajo Basura

Para poder sobrevivir no queda más que tragar hiel y olvidarse de los principios. Con este axioma, después de estar un mes en el paro, decidí que el único puesto de trabajo más o menos apetecible, en esta deprimida provincia y ciudad era el de trabajar en qualytel, empresa de tele marketing en su sección de Internet orange. Es decir, trabajar en una subcontrata de un operador de Internet para su servicio técnico. Esta empresa es muy conocida, ya que es increíble el número de jóvenes, salmantinos y estudiantes venidos de fuera que han trabajado aquí en los últimos 4 años.

Lleve de la mano el C.V. y allí lo tire (fue el único sitio en el que el año pasado no lo metí). A los 3 días ya me llamaron para hacer una entrevista. Dos horas, de sesudos test y dinámica de grupo, para, posteriormente hacer una prueba infantil delante del ordenador. Lo curioso es que piden en las ofertas por internet, buen manejo de la informática, alto nivel en internet (¿para qué?); en la dinámica de grupo da igual que digas algo o que te quedes callado porque te van a llamar ya que juegan con eso.

Te avisan para la formación. Las formaciones son numerosas, inútiles y subvencionadas. La empresa cuanta más gente haga formaciones, que ni siquiera valen para gestionar bien el posterior trabajo, más dinero se llevan de las distintas instituciones (Universidad, ministerio de trabajo, ecyl,...). La formación son 3 semanas, con horario de 8 a 16 horas,... Una persona, supuestamente preparada, te da la formación pero pronto te das cuenta de que tampoco tiene mucha idea. Los compañeros de formación provienen de todos los estratos. Da igual que tengan idea de informática, de atención al cliente o no. Cuando acabe la formación tampoco la van a tener, y para rendir un mes o como mucho dos poco importa.

Y llega el gran día. Comienzas a trabajar. Vayamos por partes. Da igual que vengas directamente o por ETT, no vas a firmar el contrato hasta días o semanas después y las nóminas no aparecen por ningún sitio (miedo me da). Yo llegue tranquilo a trabajar, quizás algo molesto por lo jodido que es aparcar en la zona en la que esta enclavada esta empresa, y eso que es un polígono industrial. Pero a lo que vamos. Nos reúnen a todos en el office. Se masca la tragedia. Era increíble ver a todos mis compañeros y los de las otras dos formaciones. La mayoría de la gente se movía entre el imperioso nerviosismo y el mayor pasotismo (me incluyo en este último grupo). Ese primer día llegas sabiendo de sobra que no estas preparado para soportar el mosqueo del cliente de orange, que llama porque tiene mala calidad en el servicio (o directamente, no lo tiene) y además lo hace a un 902, dejándose su dinerito. Los coordinadores que se suponen saben más que tú, te muestran todo su apoyo y aunque algún imbécil (e imbécila) llegan pegándose en el tono, solo basta con decirles ¡qué cuidadito! para que se traguen sus petulantes comentarios o mal educado tono. Te dicen que puedes gritar, llorar o vomitar, jeje, que si quieres una tila, pero a la conclusión que llego, es que si están ahí, no es porque tengan idea (en efecto, no la tienen), sino que por circunstancias de la vida, son los que más han aguantado de toda la tropa que pasa por la empresa.

Pero eso fue el primer día. En el segundo día y a partir de ahí, llega el surrealismo. La teoría dice que deberías llegar media hora antes para poder coger un asiento, y un ordenador, y un callcenter óptimo, que no se cuelgue, que no tenga el ratón echo una mierda, que los cascos se oigan, que veas donde escribes, que la silla no te cree una hernia o que el monitor no te robe la vista. Te tienes que logar a la carrera, empezar a coger llamadas al en punto aunque no tengas los sistemas abiertos, no tengas cascos, no tengas silla... a eso sí, si se cumple la hora de salida, tranquilito que la llamada que te ha entrado en el minuto antes de largarte, la tienes que gestionar correctamente, y el tiempo que dure, pero claro, ni soñar que vas a recuperar ese tiempo, aunque al finalizar el mes, pueda ser fácilmente una jornada de trabajo.

Como informático los equipos son un desastre. Viejunos y anticuados, no soportan ni una mínima carga de trabajo. Los sistemas se caen en cualquier momento, sobretodo el people soft que es una auténtica full (qué recuerdo de aquellas BB.DD. de Telefónica de 16 terabytes que iban como la seda), te dejan con el culo al aire, en mitad de una gestión de una llamada sin poder dar una respuesta convincente al cliente (de orange).

Y esa es otra. La mezquindad de qualytel y orange internet es inmensa. Y tú como trabajador si tienes escrúpulos no duras ni 5 minutos en la empresa. Mientes, falseas, disfrazas la realidad, lo que quieras, pero lo que es seguro es que no te ganas el cielo trabajando aquí. Al cliente hay que procurarle no decir la verdad, no decir tampoco las palabras malditas (error, problema, para eso tenemos el eufemismo de incidencia). Las "incidencias" masivas aunque lleven meses notificándose, se le indica al cliente que en breves momentos se dará solución o que ya se esta trabajando en ello. Cuidado con los compañeros de otras delegaciones, por ejemplo de Jerez que desde nivel 1 te pasan las llamadas, sin darte tiempo a ver si te competen o no, y a ver como coño le dices a un cliente, que lo mismo lleva colgado del teléfono media hora que lo vas a volver a pasar... Y a muchos clientes que se quejan de lentitud, de no ver paginas, o de solo poder tener un teléfono conectado, sin tener fax o datáfonos, te tienes que tragar toda su ira, porque ese cáncer del sistema laboral español, los comerciales, les han vendido carros de oro tirados por ratones...

Estas son algunas de las bondades de qualytel y orange, unidas y bendecidas por las instituciones que estafan al consumidor millones y millones. Pero también se lo estafan al trabajador, ya que nunca vas a ver lo que es un contrato fijo; cuidadete de no pasarte en los descansos de 5 minutos o 20 para ir a comer, porque te lo pasan por la cara; y que no se te ocurra tener incentiva o voluntad, qué preguntes, que insistas o te preocupes por el sistema de trabajo, los organigramas, las casuísticas o las líneas de trabajo; tienes que mendigar el cambio de días aunque lo hayas puesto de acuerdo con un compañero; al mes, a los dos meses, o cuando les de la gana, te puedes ir a la calle, con excusas de todo tipo; y tienes que vigilar las nóminas y lo que cobras para ver que no te roben... Y ojo con que no se vayan a hispano américa como nuevos buscadores de oro. Nuevos conquistadores, cual Pizarro o Hernán Cortes, buscando maximizar aún más sus beneficios, minimizando los costes laborales y sobretodo la calidad del servicio para el cliente.

Así que hasta que me salga otra cosa mejor (y sigo la búsqueda) habrá que tragar... lo mejor como siempre, los compañeros.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...